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El arte egipcio estaba presidido y condicionado por la religión, cuyas características principales

eran el culto divino y el culto a los muertos y al más allá. Asociaron el ciclo del sol a la idea de
la resurrección del hombre y para propiciar esta resurrección adoraban al sol y establecieron
rituales, cánticos y plegarias para garantizar la supervivencia del alma.

En el tema referente a la Danza, el arte que más testimonios nos ha dejado es la Pintura, que si
no es tan conocida como la arquitectura y la escultura, alcanzó también un desarrollo y técnica
considerables.

lo largo de la Historia de Egipto se practicó ampliamente la danza, no sólo en tiempos de los


faraones, sino también durante la Edad Media y épocas más modernas. En sus orígenes la
música y la danza eran puramente sagradas, siempre
unidas al culto, sobre todo funerario. Desde las dinastías grababan escenas de baile en las
armas rituales; en las primeras tumbas, y más tarde en las tebanas, se reproducen
abundantemente escenas de baile y juegos, cánticos, saltos, acompañamientos de cortejos
fúnebres

LA DANZA EGIPCIA

y en los bajorrelieves nos muestran que el baile era parte obligatoria de las procesiones y las
fiestas de cosecha o vendimia. Con el tiempo la danza y la música se convirtieron en uno de los
elementos más importantes de la vida espiritual y social.
Los antiguos egipcios gustaban de la danza acrobática y apenas distinguían entre el bai le
propiamente dicho y ejercicios gimnásticos de considerable dificultad. Los bailarines so lían
actuar casi desnudos y las mujeres llevaban vestidos muy ajustados y transparentes con los
senos descubiertos. Los bailes podían ir acompañados de cánticos y/o música. Es ta última, a
pesar de la gran cantidad de instrumentos que conocían y utilizaban (tambo res, panderetas,
flautas, cuernos, trompetas, laudes y liras) ocupaba un lugar secundario como
acompañamiento de la danza, canto o declaración, no la practicaban por el gusto de ella
misma.
Como los otros aspectos de la vida egipcia, la danza tenía sus propios dioses. Hathor era la
diosa de la danza sagrada, al mismo tiempo que del amor y la borrachera, era muy hermosa,
voluptuosa y exhuberante, gran amante de la fiesta, siendo representada como mujer, como
vaca y como leona indistintamente. Las danzas hathóricas eran cantos coreografiados en su
honor, divididos en funerarios y de fertilidad. A partir del Imperio Medio aparece el dios de la
danza popular, Bes, patrón de los bailarines profesionales y de los músicos; sus
representaciones son frecuentes en el periodo saítico y ptolomaico y aparece siempre
grotesco, bailando y haciendo muecas.
La danza egipcia mantuvo desde la época arcaica unas características comunes y
prácticamente inamovibles, pero es quizá la disciplina, junto con la música, que más se dejó in
fluir por otras civilizaciones. De hecho, se encuentran bastantes analogías con las culturas
mediterráneas; por ejemplo, la danza con las rodillas dobladas también se da entre los
hebreos, cretenses y griegos. Otra característica común a Hélade es el gesto de los brazos en
oposición, una palma hacia el cielo, otra hacia la tierra, como una svastika.
Rituales

En la mayoría de los rituales del Antiguo Egipto la danza tenía un importante papel, ya fuera
como integrante de una procesión ya como parte independiente de la liturgia. Está presente
en los ritos de la vida y de la muerte, en los cultos a los
dioses, en la inauguración de edificios, etc... Algunos de ellos eran una forma del culto de Ra,
basado en antiguas leyendas: cuando Isis, Neftis, Mesekent y Heket, por indicación de Ra,
fueron a asistir a la parturienta que debía dar a luz a faraones, las diosas se disfrazaron de
danzantes. En el ancestral y duradero rito de la crecida del Nilo, fuente de vida y de riqueza, un
cortejo bailaba hasta que se arrojaba a las aguas a la virgen más bonita de la lo calidad para
consumar su matrimonio con el rio. En el rito de la momificación de los bueyes, los enanos
bailaban para alegrar al dios Apis (como puede verse en el sarcófago enano del Museo del
Cairo, cuyos relieves representan al propietario del mismo bailando contento en una fiesta).
En el Santuario de Horus, el dios halcón, en Edfú, se organizaban una vez al año los esponsales
de Hathor con Horus. Los sacerdotes del templo de Dendara iban hacia Edfú, llevando la
estatua de su diosa en una barca. Este cortejo se unía a la barca de Horus que lo estaba
aguardando y se dirigían al santuario donde el pueblo hacia sus ofrendas, mientras que dos
bailarines y un mono hacían sus evoluciones al son de un arpa y de un tambor . Aquí la
ceremonia se volvía secreta y las estatuas desaparecían en el interior del templo durante unos
días.
En Luxor, bailarines con armas figuraban en el cortejo de la visita anual que realizaba el dios
Amón desde Karnak allí el dios era acogido por un grupo de sacerdotisasbailarinas, casi
desnudas, pertenecientes al templo. También en la mayoría de los templos se celebra ba la
llegada de la primavera con danzas guerreras, como por ejemplo en el templo de Bonto.
La Dama de la danza, la Diosa Hathor, tenía varios templos dedicados a ella, en los que se
realizaban numerosas fiestas y litúrgias en su honor. En uno de estos santuarios, el de
Dendara, hay numerosos relieves con escenas de ofrenda de vino y de danza y en uno de ellos
hay una poesía:

Sin embargo, aunque la danza ritual y religiosa era la más importante, no se puede des preciar
los bailes de "divertimento". La vida de la corte requería, sin duda, la participación de
bailarines, que aparecen a menudo con la cabeza hacia atrás, en el cortejo de los faraones. El
poder pagar un cuerpo de bailarinas y músicos era considerado como signo de riqueza y los
nobles solían hacer ostentación de ello. Por tanto, al Iado de la danza oficial, ligada
estrechamente al culto, se desarrolló una danza pagana, cuyo único fin era entretener y en la
que los bailarines alcanzaron un alto nivel técnico.
Los conocimientos que se tienen sobre la danza en Egipto, nos han llegado por varios
conductos: loa través de los escritos de los contemporáneos o de épocas posteriores. 2° a
través de bajo relieves e inscripciones en paredes de los templos y 3 a través de las
decoraciones de las tumbas de nobles y faraones. A modo de ejemplo veremos algunos de es
tos relieves y murales que son, quizás, los más conocidos, aunque hay otros muchos de igual
intensidad y perfección.
Imperio Antiguo

Mastaba de Mererouha
Esta tumba nobiliaria construida en Sagarra hacia el año 2.430 antes de Cristo, es una bella
muestra del gusto por la danza, ya que varias de sus dependencias están decoradas con
imágenes referentes a ella. En la Sala de la Música y la Danza hay diferentes estelas pintadas
con escenas de hombres y mujeres bailando; en el piso bajo aparecen seis hombres
aplaudiendo y cuatro grupos de mujeres haciendo diversas evoluciones; en el piso superior
seis mujeres aplauden mientras ocho compañeras bailan con los brazos en alto. En la sala
principal, varias muchachas ejecutan la danza de los espejos, sosteniendo en las ma nos
símbolos hathóricos. En esta misma estancia, en la parte reservada a la esposa, hay un relieve
en el que aparecen mujeres en grupos de dos: unas se balancean mientras otras están
haciendo palmas y otro grupo ejecuta un baile parecido al "sirtaki". Las danzas masculinas son
más tranquilas y de grupos simétricos.
Tumba de Ti, también en Saqarra, pero de técnica muy primitiva. Entre otros relieves y
pinturas, destaca una estela de tres pisos: en el 1o hay cinco bailarinas con los brazos
levantados y tres cantantes; En el 20 músicos con arpas; en el 3° se repite la escena inicial. Los
cantantes y músicos van vestidos, mientras que las bailarinas van medio desnudas.

Imperio Medio

Durante las Dinastías XI y XII se realizaron pequeñas estatuillas funerarias en madera de


inigualable originalidad que reproducen multitud de aspectos de la vida cotidiana: sirvientes,
navegantes, danzarinas, músicos, soldados, artesanos, señores, etc... También los nobles y
faraones, pero especialmente los primeros, adornaron sus tumbas con representaciones de
danzas.
En BeniHassan hay dos tumbas con estos temas. En la del noble Khiti aparece la danza de
guerra, ejecutada por los soldados (saltando con arcos y flechas) antes de la batalla. En la
tumba del príncipe Khnoumhotep, delante de su estatua funeraria, hay también danzas
rituales de hombres y baile de cuatro chicas acróbatas con el cabello recogido hacia arriba y
van acompañadas de inscripciones que narran un diálogo entre las muchachas y un seductor.
Antehafer (gobernador de Tebas bajo el reinado de Sesostris I Dinastía XII) también pensó en la
danza cuando construyó su morada eterna: hay una escena alegre que evoca los bailes de la
cosecha y la vendimia. Otra representa el rito de la fecundidad en el que, mediante práctica
bailada se recordaba el antiguo sacrificio de abertura de los senos de las mujeres.

Imperio Nuevo

El Imperio Nuevo nos ha dejado gran cantidad de obras de arte, especialmente las Di. nastias
XVIII y XIX, y aunque el centro cultural y político estaba localizado en Tebas, no se limitaron a
construir allí, sino que se extendieron por todo el territorio. consecuente mente las escenas de
danza son mucho más numerosas, pero no sólo por la mayor cantidad de templos y tumbas,
sino también por el natural desarrollo de esta disciplina y su importancia en ritos y fiestas
durante esta época.
En el templo de Amón (Karnak) se encontró un bloque de granito con relieves, hecho ba jo el
reinado de Hatsepsut (Dinastía XVIII): numerosos músicos con panderetas acompañan a doce
bailarinas acróbatas haciendo el "puente" divididos en dos niveles, sus cabellos llegan y se
arrastran por el suelo.
En el valle de los nobles, se han encontrado diversas tumbas con bellos motivos pinta dos en
sus paredes, reproduciendo escenas de la vida cotidiana que tenían como fin promover a sus
moradores de todos los placeres que pudiesen necesitar. Por supuesto, en muchas de ellas, la
danza es el tema principal o uno de los más importantes. En la tumba de Nafte está el famoso
fresco de las "tres bailarinas", que expresan el movimiento con mucha gracia. En la tumba de
Djeserkasesomb hay una escena de músicos y una figura danzante de vivacidad extrema. En la
tumba de Nakht (nO 52 de Tebas hacia 1.420 antes de Cristo) contrasta el movimiento de la
bailarina con el hieratismo de los músicos; la baila rina está casi desnuda y enjoyada según la
costumbre de las fiestas de esta dinastía; la diferente orientación de los rostros representados
acentúa el dinamismo de la silueta de la bailarina.
De estos mismos años data la Tumba de Horemheb (nO 78 de Tebas) en la que se re presenta a
un bailarín nubio, destacando los rasgos faciales de su raza y el estilo descoyuntado de las
danzas negras.
Por último, referente a Dinastía XVIII, en la tumba de Nabamum se representa un banquete en
honor a dioses y difuntos y uno de los mejores fragmentos muestra cuatro músicos de frente,
que constituyen excepción única en la pintura egipcia, y dos bailarinas dibujadas con gran
realismo y vivacidad, con ausencia de convencionalismos.
El período de Tellel Amarna pertenece también a la Dinastía XVIII, pero merece ser estudiado
aparte, por todo lo que supuso de renovación en el mundo egipcio. AmenoflS IV (o Ahenaton)
revolucionó la religión y la vida social al introducir el monoteismo, el culto al único dios Atón;
al hacerlo, no sólo cambió la capital, sino que alejó de su corte al poderoso sacerdocio y lo
sustituyó' por otro fiel a los nuevos ideales. El arte de este período se humanizó, el simbolismo
cede sitio a la representación directa: figuras realiza das en verdadero perfil, intentos de
perspectiva lineal, representaciones del faraón y su familia en actitud natural, no divinizada,
etc. Aunque no se tienen muchas escenificaciones de bailes, cabe suponer que este arte
también se vio afectado, aunque en menos medida que los otros, ya que en la danza es donde
se había dado más muestras de naturalismo. Uno de los ejemplos conocidos es la estela
conmemorativa de la entrega de recompensas a Ai' por Akenaton y su familia, donde aparecen
un grupo de músicos bailando al son de un tambor.
Muerto Akenaton sus seguidores no tendrán fuerza suficiente para mantener el culto al disco
solar y los sacerdotes consiguieron desterrar la herejía y volver a la antigua religión y estilo
artístico, pero la revolución dejó su huella y la escultura ganó notoriedad en tre la expresión y
actitud.
De la Dinastía XIX data una bella y famosa pintura llamada "Ostrakon de la bailarina". El
nombre le viene por su soporte, un "ostraka" fragmento de caliza pintado. En ella aparece una
bailarina acróbata haciendo el puente y arrastrando sus cabellos por el suelo, en lo que el
artista actúa con gran libertad respecto a las formas del arte tradicional. Este tipo de danza
formaba parte de los cortejos de Amón en los que los barcos santuarios iban precedidos de
monos y bailarinas.

Conclusiones
La Danza del Antiguo Egipto alcanzó una gran difusión, técnica y perfección y que
transformándose desde parte del ritual sagrado hasta parte integrante en cualquier festejo o
actividad social. Hemos visto que era considerada como un espectáculo placentero, dig no de
ser conservado más allá de la muerte, al mismo tiempo que cuidaban su significado religioso.
Los bailarines, en un principio sacerdotes y sacerdotisas, se van profesionalizan do hasta
convertir la danza en una profesión digna y considerada que continuará a lo largo de la Historia
de Egipto, mezclando la tradición faraónica con las culturas que posteriormente irán
asentándose en el Valle del Nilo y su desierto.

Música y danza en el Nuevo Reino. Chicas tocando harpa, laúd,


oboe y lira con una pequeña aprendiz en el centro. Reino de
Tutmosis IV. Alrededor del 14oo – 1390 a.C. Tumba
de Djeserkaraseneb (Tebas).
Fragmento de una pintura encontrada en “La Tumba de las
Bailarinas” en Dra Abu el-Naga, Tebas. Dinastía XVII (1648-
1550 a.C.)
Las chicas bailan mientras aplauden y chasquean los dedos bajo
la supervisión de dos hombres. La ocasión es quizá una danza
festiva en honor a la diosa Hathor de la música y la danza y
protectora de las tumbas de Tebas Occidental. Los fragmentos
se conservan en el museo Ashomolean en Oxford.

Bailarina egipcia pintada en un ostracón (fragmento de


cerámica) en piedra caliza. Dinastía XIX. 1200 a.C.
La danza, como la música, también era interpretada por
profesionales. No era una expresión de la emoción de la
bailarina, sino un medio para emocionar al espectador. Las
habilidades acrobáticas de las cuales eran capaces las bailarinas
del antiguo Egipto se limitaban a las ceremonias religiosas y
formaban parte de un complicado ritual. Una danza de
movimentos delicados era considerada más apropiada para las
fiestas privadas.
Algunos de los instrumentos de percusión que se utilizaban en
el Antiguo Egipto son tambores, maracas, castañuelas,
campanas y el sistro, el instrumento que se muestra en la mano
derecha de la imagen a continuación.
Historia de la danza
El hombre desde su más remota existencia, siempre demostró un
gusto singular por el arte ya que no podía vivir sin el. La comunicación
era muy indispensable para el porque así no moría de soledad y en el
arte encontró la manera más profunda para demostrar sus
sentimientos.
Así, la danza es una de las artes más antiguas de hecho la más antigua
y por eso es llamada la madre de todas las otras artes. La música llego
luego como compañía de la danza y el canto como algo
complementario. A partir de ese tiempo la danza se impuso como la
manifestación de vida más importante, ya que era la única que
reflejaba mejor la cultura y los sentimientos de un pueblo. La danza
nace de la observación de que el ritmo es la base principal de todo
tipo de movimiento en general.
El universo de las galaxias constituye una creación rítmica porque
giran siempre alrededor de otros, se mueven a través del universo,
giran sobre su eje y todo siempre en determinado tiempo y siguiendo
determinado ritmo. Antes de que apareciera la especie humana las
criaturas que habitaban el planeta no solo nadaban y se movían
rítmicamente, sino que danzaban siguiendo el latir de su interior y lo
hacían sin pensar en nada. Tal vez así iniciaron las primeras danzas
del hombre primitivo.

Edad Antigua
DANZAS GRIEGAS

Los primeras danzas que surgieron, estaban destinadas a los rituales


celebrados en ceremonias de fecundidad, caza o guerra, o de diversa
índole religiosa donde la propia reparación y los latidos del corazón
sirvieron para otorgar una primera cadencia a la danza.
Como ejemplo de origen mitológico de algunos bailes, se encuentra la
historia de Teseo, que mató al minotauro en el laberinto de Knossos.
En su regreso a Atenas, Teseo se detuvo en Delos para ofrecer un
sacrificio a los dioses por haberlo salvado, durante este sacrificio,
elaboró un baile con movimientos de serpiente que representaba su
camino tortuoso a través del laberinto donde tuvo lugar la pelea con
el minotauro. Este es el baile del laberinto o Geranos, como es
conocido en los textos antiguos, actualmente es bailado en varias
regiones de Grecia. La música en Grecia abarcaba la poesía, la música
y la danza. Atribuían su origen a los dioses. Platón la consideraba
como la base de la educación. El apogeo de la danza se alcanzó
durante la Edad Clásica, en que mas de 200 danzas religiosas,
atléticas, dramáticas y populares eran ejecutadas en el teatro, en el
estadio y en el templo; siendo cuando Terpsícope, la musa de la
danza, era mas apreciada y honrada. Cuando Casiopea, reina de
Etiopía, ofendió a la diosa Hera, y tuvo que dar a su hija en sacrificio,
los habitantes ejecutaron las bellas danzas de Andrómeda a la orilla
del mar, en donde se esperaba la llegada del Kráken (titán marino)
para devorar a la bella Andrómeda y salvar el reino. Tras la victoria de
Perseo sobre éste monstruo marino, y por haber rescatado a su
amada, el pueblo se llenó de júbilo, ejecutando danzas de alegría. Los
griegos no inventaron, ciertamente, el arte. Ellos no crearon de la
nada, y tanto el Oriente como las antiguas culturas de los países
mediterráneos, les proporcionaron las formas primitivas que los
helenos modifican. Muchos de los bailes griegos fueron importados de
Egipto y de Asia, que luego la gente griega reforma y les imprime un
nuevo espíritu, llegando a adquirir el baile una gran importancia en
toda la península helénica y en los cercanos archipiélagos, así como
en Creta. Desde los primeros momentos la danza se relaciono con
Grecia desde la religión, es decir, con el culto a los dioses y con la
representación de los mitos. El propio Olimpo se anima con cánticos,
músicas y danzas. Las danzas sagradas de los griegos pasan de 50,
siendo las principales “las emilianas”, “las hipórchemas”, “las
ginnopédicas”. Las Danzas Emilianas, poseían una gran dignidad, eran
majestuosas, cada vez más perfectas y sus actitudes la de un
supuesto diálogo con los dioses. Las Danzas Hipórchemas, en honor
de Apolo, mas animadas y mas próximas al pueblo que tenia derecho
a acompañar con ciertos gestos apropiados a los interpretes,
procedían de Creta. Era un canto de danza alegre en el que la danza
representaba lo que se decía de palabra. Las Danzas Ginnopédicas,
constituían varios grupos, todos los cuales tenían en común que su
interpretación se atribuía a jóvenes desnudos, hombres y mujeres,
con movimientos de naturaleza gimnástica y de castidad impecable,
precedente de los llamados Juegos Olímpicos. Entre las danzas
sagradas podemos citar también la de los cortejos triunfales y la de
los funerales solemnes.
Entre las danzas guerreras mas típicas están las Pírricas (simulacro de
un combate) que se enseñaba a los niños a partir de los cinco años de
edad. Y entre las danzas gimnásticas la que mereció predilección por
los griegos fue la Anapala, de estilo menos militar y con disciplina
estilizada, que bailaban hombres completamente desnudos. Mas
tarde, estas danzas sagradas fueron perdiendo su sentido bárbaro y
primitivo, y cobro vida la pantomima, primero, y después el drama, sin
dejar de danzarse sus actuaciones. Por otra parte, danzas y bailes
constituyeron un espectáculo profano, servido antes, después o en
medio de las representaciones teatrales, y asimismo, como numero de
atracción en los banquetes y festines o en reuniones de artistas,
poetas o filósofos. Algunos nombres de estas danzas son: Danza de
las flores, de la Súplica, de la Exhortación, del Juramento, de los
Sátiros, de los Bilanos, de la Huida, de la Copa, etc. Cada templo,
como en Egipto, tuvo su Conservatorio o Academia. Se multiplicaron
las escuelas oficiales y privadas. Todo el mundo sabía bailar. Una
buena profesión en las principales ciudades griegas era la de Profesor
de Danza. La naturaleza sagrada de las danzas no tardo en
desfigurarse en verdaderas orgías o en licenciosas pantomimas
(danzas nupciales, báquicas, dionisíacas). El baile fue degenerado
entre los griegos, en el sentido de ponerse al servicio de las bajas
pasiones. No obstante, la danza guardo siempre en Grecia aun en los
tiempos más decadentes, una cierta dignidad artística. Dos personajes
desempeñaban importantísimos papeles en las danzas griegas. Uno es
el Proojester, jefe general del espectáculo y director, y otro el
Orfestes, saltarín que animaba y guiaba a los coros de danzantes. En
resumen, las danzas griegas presentan los siguientes géneros:
sagradas, guerreras, gimnásticas, corales, imitativas y cómicas,
rituales o de misterio, dionisíacas y orgiásticas, de teatro y de
banquetes. También cuenta Homero que en los atardeceres, jóvenes
de ambos sexos bailaban en círculo sujetándose por los codos o
manos, algo parecido a la Sardana. La danza intervenía en la liturgia
oficial. Las ceremonias religiosas eran muy diversas y consistían en
danzas, canciones y procesiones solemnes en las que el papel
dominante lo sustentaba la mujer que se ocupaba de los diferentes
roles: eran bailarinas, cantaoras, procesionistas, amén de
sacerdotisas. Los anillos de oro encontrados en las tumbas reales y los
frescos de Gnosos nos dan varios ejemplos de la práctica de la danza
en Creta y en la mayoría de ellos han sabido comunicar la animación,
la expresión y el movimiento orgánico. Cuando la danza era individual,
las bailarinas evolucionaban girando sobre ellas mismas, doblando a
veces las rodillas. Cuando no bailan sujetándose las manos o los
codos, las bailarinas levantan un brazo y dirigen la palma hacia el
cielo, mientras el otro permanece bajo con la palma hacia la tierra.
Esta posición ya se encontraba en Egipto y se verá de nuevo en las
danzas dionisíacas y en Eturia.
De todas las danzas de la antigua Grecia, alrededor de 30 han llegado
a nuestros días. Los pasos y los movimientos de los bailarines eran
muy parecidos a los que caracterizan las danzas griegas de hoy.

DANZA EGIPCIA

La danza en Egipto surgió prácticamente como una cuestión religiosa.


Los movimientos del vientre y la cadera estaban profundamente
relacionados con la fertilidad y con la diosa Isis. Las bailarinas
danzaban al ritmo de palmadas, tambores y sistros, en festines,
celebraciones religiosas y fiestas populares. En general, bailaban las
mujeres y los hombres se dedicaban a acompañar con la música. Los
movimientos podían ser delicados y lentos, o bien con acrobacias y
contorsionismo. Lo cierto es que la danza se hizo cada vez más
compleja que sólo podían ejercitarla profesionales. La vestimenta de
las bailarinas era una falda corta, algún tipo de decoración en el
cabello (peluca) y por supuesto un gran collar en el pecho. Las
mujeres que bailaban llevaban túnicas, o simplemente cinturones o
fajas hechas de piedras o conchas, a pesar de que hoy lo podemos ver
erótico o sensual, los antiguos egipcios no veían un cuerpo desnudo
con la misma fascinación ni con nuestro sentido de la moral. Había
dos tipos de danzas, una más relajada, constaba de movimientos
graciosos y delicados, de pequeños pasos y con los brazos bien en
alto. La forma más espectacular de la danza egipcia la realizaban las
bailarinas profesionales, con ejercicios de acrobacia y contorsionismo
extremo, a éste último grupo pertenecen las contorsionistas
especializadas que actuaban principalmente en las procesiones y
festivales acompañadas de música y percusión, realizando ejercicios
dignos de admiración antes de la llegada de la gran barca sagrada.
Sus piernas musculosas indican que se dedicaban a esta profesión, se
las describe como "bien alimentadas y amistosas". Normalmente se
bailaba en grupos o en pareja. De las danzas relacionadas con ritos
funerarios se tiene más constancia y son las más antiguas de Egipto.
Como se han recogido en las pinturas de las tumbas del Imperio
Antiguo, tras el proceso de momificación se realizaban unas danzas
por parte de un grupo de mujeres encaminadas a ayudar al muerto a
entrar en su nueva vida. Después del Imperio Nuevo, desaparecen las
representaciones de danza en las tumbas (aunque se continuaban
haciendo) y se traslada el foco central de las mismas al templo, donde
se harán las ceremonias reales y religiosas. Se tienen constancia de
bailes durante la ceremonia de “jubileo” de los faraones, en el festival
en honor del dios Amun en Tebas, en el que se usaban danzas con
velas en una vigilia, entre los templos de Karnak y Luxor, donde el
dios Amun (Karnak) salía en procesión en busca de la diosa Mut
(Luxor). Esta procesión de alrededor de 4 km que separa un templo de
otro, estaba compuesta por una gran cantidad de mujeres, sobre todo
las exóticas Nubias, que cantaban, bailaban y hacían acrobacias al
paso de la comitiva. Y por último la festividad de Min o las fiestas para
celebrar la crecida anual del Nilo (ritos de fertilidad). A medida que el
Imperio iba creciendo se sofistico, debido entre otros motivos al
intercambio cultural con otros pueblos: Fenicios, Sirios, Palestinos,
Nubios y Beduinos. Tras el Imperio Nuevo, a Egipto le sucedieron las
invasiones de Asirios y Persas, que también influenciaron el baile.

DANZAS ROMANAS
En el ámbito romano, los ritos religiosos en los que el baile constituía
un elemento principal se iniciaron a la manera de los griegos, aunque
a continuación degeneraron para convertirse en las llamadas danzas
orgiásticas, que eran características de las fiestas de Baco, las
bacanales. Con la aparición y consolidación del cristianismo se
produjo una radical remisión de este tipo de manifestaciones, que
prácticamente desaparecieron, si bien la danza popular se introdujo
progresivamente en las celebraciones cristianas, incluso en el interior
de los templos. La historia de la danza romana se puede dividir en tres
secciones: La primera comprende el antiguo período romano, y en ella
tenemos: Las danzas corales de los hombres de ciertas corporaciones,
las procesiones primaverales de los sacerdotes de la siembra, las
danzas de armas de los guerreros y de los sacerdotes de Marte o Salii,
que equivale a saltantes o danzarines. Su danza se llamo Tripodium
porque repetían en grupos de tres golpes. La segunda sección
comienza en el año 200 A.C. Se introduce la coreografía griega y la
etrusca. La danza asume un papel más importante en la vida pública y
se pone de moda en la vida privada. La danza se erige en un requisito
social. Roma había sido conquistada por este arte. La tercera sección
abarca el Imperio. La configura la dominación de la danza etrusca,
griega y oriental, y especialmente la pantomima griega, la acción
dramática sin palabras, que dominaron con extraordinaria claridad.
Tanto en Oriente como en Roma el mito se concibe y se muestra como
danza. El bailarín debe conocer la historia y dentro de ella estar
familiarizado con cada detalle. Cada escena debe ser inteligible sin la
ayuda de intérpretes. Los romanos, que tenían poca inclinación o
aptitud para la danza, se daban a la diversión de las danzas imitativas
con entusiasmo, aunque sin participación.

Edad Media
La última mención que se hace en Roma de spectácula se encuentra
en los años tempranos del siglo VI, los mimos, comediantes, músicos
y bailarines se mantuvieron en ésta actividad tenazmente pese a los
anatemas, persecuciones, excomuniones, al brazo secular de la
justicia y a la ira divina. a pesar de las condenas de los concilios,
desde el siglo IV en España, los vidigodos resultaron muy aficionados
a las fiestas circenses y espectáculos de estirpe pagana, ya desde
Alarico, que había saqueado barbaramente Roma en el año de 410,
pero que se dejaba complacer con corrupciones tan graves como la
comedia, la música y la danza. Que por otra parte, podía ser sagrada,
e incluso angelical, como ocurre en la Ciudad de Dios, del obispo de
Hipona, San Agustín, enseguida de aquel acto vandálico. Los ángeles
cantan en corros y cantan loores al autor de todo lo creado. Cánticos
que, como los de la salmodia hebráica, de la que descienden, adopta
un lenguaje rítmico y acentuado, es decir, de aires danzables. Las
primeras comunidades cristianas hacían lo mismo, e incluso
conservaban cantos populares procedentes de juegos y banquetes de
la paganía. El convivio es, entre otras muchas reminiscencias, algo
que el cristianismo va a conservar. En cierto documento del siglo II
que, claro está, se da como apócrifo, Cristo y sus invitados a la última
cena danzan al final de ella. Cristo es llamado el choregos, como en el
drama helénico, y, como en él, la danza de los apóstoles es una danza
en redondo o en corro, un hormus. Lejos de allí, en tierras de
occidente, los druidas del mediodia de Francia siguen cantando
plantos y endechas a los héroes al son de sus liras. Las danzas
sagradas se hacía en lentos círculos; a veces, alrededor de una encina
totémica. Y no ellos sólos, pues que los germanos lo hacían también,
según el testimonio de Tácito. Carlomagno hizo que se conservaran
muchos cantos de los antiguos germanos, algunos de los cuales
pasaron al interior del templo y, con ellos, también sus danzas. Los
juglares enseñaban cantilenas a los clérigos, según lo dice Oderico
Vitalis en su Crónicas. Muchos ritos celtas eran danzables. El propio
San Eloy, a fines del siglo VII, dice que nadie en su feligresía deja de
practicar, en las fiestas de San Juan y otras, "las danzas saltatorias,
rondas y cantos diabólicos". Más de veinte textos esparcidos en las
capitulares y concilios entre los siglos V al XV, es decir, durante mil
años, reprueban con tanto denuedo como inutilidad el empleo de las
danzas en las fiestas que se celebran dentro de los templos, de los
cuales existe todavía una reminiscencia en la que los niños "seises"
hacen en Sevilla ante el Santísimo el día de la festividad del Corpus
Christi, en los días vecinos a las fiestas, se observan en las villas
abundancia de mimos, cantores y danzatrices: dansatrices per villas
ambulare. De las danzas que se hacen delante de la iglesia va a nacer
un género de música cantable y danzable, que los peregrinos que van
a Monserrat cultivan con un pio propósito: son los virolais, bals
rondós, etc. cuya música se conserva en el famoso Libre Vernell, en el
monasterio catalán de Monserrat. Los cantus et choros en tiempos del
papa León IV sólo están prohibidos por éste santo varón in atrium; el
sínodo romano se escandaliza de que las mujeres vayan por las calles
bailando y cantando, sed ballando verba turpia decantando, choros
tenendo. Similitudenem paganorum peragendo, añaden, con buena
información. Pues en el siglo XIII, aquellas danzas toleradas in atrio
se ha colado ya in ecclesiis, como lo vemos en Aviñon, cuyas
autoridades se esfuerzan para expulsarlas de allí, diciendo que son
saltationes obsceni motus seu choreae. Otras proscripciones dentro
del mismo siglo prohiben las danzas en los cementerios, origen de la
danza macabra, de la que se hablará enseguida. Aún en 1405 el
Obispo de Nantes sigue condenando los juegos y las danzas de los
juglares con instrumentos, en el interior de los templos y en los
camposantos. El concilio de Soissons, mediados del siglo XV, prohíbe
que los hombres y las mujeres entren en el claustro de los conventos
para hacer bufonadas y organizar danzas. En el concilio de Sens. En
1485, lamenta la profanación de los templos con las danzas y juegos.

Edad Moderna

Surge como una reacción a las formas del Ballet clásico y


probablemente como una necesidad de expresarse más libremente
con el cuerpo. Si bien la danza moderna continúa basándose en el
ballet, del que mantiene formas específicas, le agrega otro
sentimiento, considerando de manera diferente al cuerpo del bailarín.
Ampliando el rango de movimiento, se comenzó a bailar con los pies
descalzos, con vestuarios diferentes y utilizando el espacio con
mayores posibilidades. La danza moderna no es más que la evolución
natural de la danza clásica y la cual sufren todas las expresiones
artísticas, donde siempre existen corrientes que prefieren seguir con
lo clásico y otras que por el contrario aplican nuevas tendencias y
crean nuevos estilos. Los primeros cuestionamientos hacia el ballet
clásico y la aparición de nuevas formas surgen hacia fines del siglo
XIX, donde se procura dejar de lado los aspectos técnicos más rígidos
para dar paso a otras vertientes. Una de las grandes impulsoras de
estos cambios fue la bailarina estadounidense Isadora Duncan, quien
criticó varios aspectos de la danza clásica, a la cual consideraba como
algo demasiada estructurada y por ello propone dotar la danza de
movimientos que sean más naturales. La incorporación de los pies
descalzos en la danza moderna era la vuelta a la naturalidad y al
estrecho contacto con el suelo, dando mayor libertad a los bailarines,
además de más comodidad.
Los inicios de la danza moderna y sus bailarines Isadora Duncan se
dedicó a promover estas nuevas técnicas y su éxito fue muy
importante, creando escuelas en las ciudades de Berlín, París y Moscú.
Un aspecto innovador de la danza moderna es la música que se elige
como acompañamiento, incorporando ritmos más modernos, así como
también participaciones cantadas por parte de los bailarines. Esta
danza es mucho más abierta y permite la incorporación de nuevos
movimientos, donde la creatividad está puesta al servicio de los
espectáculos y se agregan nuevos elementos estéticos. A grandes
rasgos se puede dividir la danza moderna en tres etapas: sus inicios
después de 1930 desde la segunda guerra mundial Los inicios se
relacionan con las apariciones de grandes bailarinas de danza
moderna como Isadora Duncan, Ruth Saint Denis y Mary Wigman las
cuales fueron duramente criticadas en su época. En este período se
destacan los bailes más libres, utilizando como base el ballet
convencional, pero aplicado a una nueva forma de expresión más
naturalista. Uno de los grandes coreógrafos de la danza moderna a
inicios del siglo XX fue el ruso Mijaíl Fokin, quien impuso un nuevo
estilo y un nuevo modo de sentir el ballet. En esta época se retomaron
antiguas obras como referencia, adaptando viejas estructuras y
dejando de lado las nuevas composiciones, creando hermosas obras
de arte moderno. Los vestuarios no eran lujosos sino todo lo
contrario, se procuraba dejar de lado la suntuosidad con la utilización
de ropa mucho más común y sin el uso de las zapatillas. La segunda
camada de bailarines modernos surgen en la ciudad de Nueva York en
1930, con la aparición de talentos como Martha Graham, Doris
Humphrey, Charles Weidman, Denishawn y Hanya Holm. Los
encargados de realizar las corografías se esmeraban para que la
danza moderna se diferenciara cada vez más del ballet clásico. En la
actualidad las obras de danza moderna incluyen aspectos como el
humor, las actuaciones y los movimientos más descontracturados,
innovando constantemente y donde no se usan los referentes, dando
una importancia fundamental a la creación original.

Edad Contemporanea
La danza contemporánea surgió como una reacción en contra de las
posiciones y movimientos estilizados del ballet clásico, alejándose de
su estricto criterio tradicional y romántico, de cualquier código y regla
académica. Fue conocida después de la I Guerra Mundial y ha sido la
portadora de una importante función: la comunicación. Según
muchos, esta danza se define más a través de lo que no es que de lo
que es. En la danza contemporánea la dinámica del cuerpo proviene
de la energía de la persona haciendo que el movimiento alcance cada
parte del cuerpo. El espacio es utilizado como una vía natural de
expresión a través de cada gesto y del dinamismo del movimiento.
Influenciada por diferentes estilos que fueron desarrollados durante
el último siglo en América y Europa, sólo uno de ellos es permanente
en la danza contemporánea de hoy: la libertad. Su ejecución no sólo
se desarrolla en posición vertical, es tan rica que se pueden usar
diferentes posiciones y niveles. La forma en la que ocurre es siempre
caracterizada por la simplicidad y elegancia de su técnica. Su historia
se puede definir en tres períodos:

• 1900: Período marcado por los movimientos libres de las bailarinas


Isadora Duncan, Ruth Saint Denis y Mary Wigman, quienes buscaron
darle a la danza un sentido más comunicacional, apoyándose en
fuentes de inspiración más antiguas a las de occidente.

•1930: La segunda ola de bailarines modernos surgió en Nueva York,


entre los que se cuentan Martha Graham, Doris Humphrey y Charles
Weidman. Para estos bailarines la fuente del movimiento era más
interna que externa, recurriendo a acciones naturales como el respirar
o el caminar.

•1945: Este período comenzó al finalizar la II Guerra Mundial y aún


posee vigencia. Bailarines como Alwin Nikolais, Merce Cunningham,
entre otros, fusionaron técnicas provenientes de la danza social, el
ballet y la danza moderna.

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