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Síntomas:
2 Hipertensión arterial
La fuerza que la sangre efectúa sobre la pared de las arterias puede no ser
constante. Los antecedentes familiares, la falta de actividad física, la ingesta
de sal en las comidas son factores que benefician esta alteración que
ocasiona daños en el corazón, riñones y retina.
Síntomas:
Dolor de cabeza.
Mareos.
Decaimiento.
3 Circulación inadecuada
Se hace evidente cuando los músculos de las piernas no reciben suficiente
sangre. El fumar, ser mayor de 60 años, la obesidad, presentar tensión
arterial alta, padecer diabetes, son factores que agravan la enfermedad que
ya de por sí es grave.
Síntomas:
Dolor en la pierna.
Calambres.
Debilidad.
4 Ataque cardíaco
Consiste en el bloqueo de las arterias que transportan la sangre y oxígeno a
los órganos.
5 Ateroesclerosis
Son las arterias que están estrechas o bloqueadas y en las cuales se
deposita grasa en sus paredes internas (colesterol). Su desarrollo es
silencioso y no suele presentar dolor.
6 Angina
Se origina cuando el músculo cardíaco no recibe suficiente oxígeno. El fumar,
beber alcohol, tener la presión arterial elevada, la diabetes, el sedentarismo y
la obesidad, son factores que agravan el cuadro o lo desencadenan.
Síntomas:
7 Arritmias
Es el trastorno en el ritmo cardiaco. En ciertos casos son benignas, pero en
otros es fundamental tratarlas.
Síntomas:
Palpitaciones.
Síncopes.
8 Aneurisma
Son las dilataciones existentes en los vasos de las arterias. Pueden surgir en
cualquier sitio, pero lo más habitual es que se presenten en la aorta
abdominal.
Síntomas:
Pericarditis[editar]
Artículo principal: Pericarditis
La pericarditis es una enfermedad generada por la inflamación del pericardio, la capa que
cubre al corazón. La pericarditis responde frecuentemente a una complicación
de infecciones virales, generalmente por ecovirus o virus coxsackie y, con menor asiduidad
es originada por influenza o infección por VIH. Las infecciones bacterianas pueden dar
lugar a una pericarditis bacteriana (denominada también pericarditis purulenta). Del mismo
modo, algunos tipos de infecciones micóticas son capaces de producir pericarditis.
Anemia
La anemia, o disminución de la concentración de hemoglobina en la sangre,
puede deberse a diversas causas, y la más común es la falta de hierro, pero
también puede ser un síntoma de un trastorno subyacente.
Derrame ocular
Una hemorragia o derrame ocular puede aparecer tras un traumatismo, o
incluso sin razón aparente, pero es muy importante detectarlo y acudir al
médico cuanto antes para evitar la pérdida de visión.
Enfermedad de Kawasaki
La enfermedad de Kawasaki es una enfermedad rara, de causa
desconocida, autolimitada y febril, que afecta principalmente a los niños, y
que produce importantes alteraciones de los vasos sanguíneos.
Hemocromatosis
La hemocromatosis se debe a una acumulación de hierro en el organismo y,
si no se diagnostica y trata correctamente, puede tener consecuencias
fatales sobre el hígado, e incrementar el riesgo de muerte por
miocardiopatía.
Hemofilia
Una pequeña herida, que para la mayoría de las personas resulta
insignificante, para un paciente con hemofilia puede constituir un problema,
porque su sangre no se coagula con normalidad y puede sufrir una
hemorragia.
Hemorragia nasal
Los vasos sanguíneos de la nariz se pueden romper con facilidad y causar
una hemorragia nasal, un trastorno frecuente en los niños. Conoce los
primeros auxilios en el hogar y en qué casos acudir a un médico.
Leucemia
La leucemia se produce cuando ciertas células se vuelven cancerosas y se
infiltran en la médula ósea. Existen factores de riesgo, como un sistema
inmune debilitado, que predisponen a desarrollar esta enfermedad.
Policitemia vera
La policitemia es un trastorno sanguíneo en el que la médula ósea produce
demasiados glóbulos rojos, lo que provoca síntomas como dolor de cabeza,
debilidad y picor. Conoce sus causas y cuál es su tratamiento.
PTI (trombocitopenia inmune primaria)
La trombocitopenia inmune primaria o púrpura trombocitopénica idiopática
(PTI) es una enfermedad de origen autoinmune en la que existe una cifra
baja de plaquetas, lo que hace que los pacientes tengan más riesgo de
sangrado y de posibles hemorragias.
Talasemia
La talasemia es una enfermedad de la sangre en la que existe una
disminución de la síntesis de una o más de las cadenas de la hemoglobina,
que es la sustancia que transporta el oxígeno a los tejidos.
Trombosis venosa
En ocasiones la sangre se coagula durante la circulación formando un
trombo que impide la circulación sanguínea, y es entonces cuando se
produce la trombosis venosa, un problema que se puede prevenir.
El sistema linfático es la estructura anatómica que transporta la linfa unidireccionalmente
hacia el corazón, y forma parte del aparato circulatorio. En el ser humano, está compuesto
por los vasos linfáticos: capilares, colectores, troncos y conductos; los órganos linfáticos o
linfoides primarios (la médula ósea y el timo) y secundarios (los ganglios linfáticos, el bazo,
los tejidos linfáticos tales como la amígdala faríngea o las placas de Peyer y, en
general, tejido linfoide asociado a las mucosas) y la linfa.123
El sistema linfático está considerado como parte del aparato circulatorio porque está
formado por los vasos linfáticos, unos conductos cilíndricos parecidos a los vasos
sanguíneos, que transportan un líquido llamado linfa, que proviene de la sangre, tiene una
composición muy parecida a la de ésta y regresa a ella. Este sistema constituye por tanto
la segunda red de transporte de líquidos corporales.
La linfa es un líquido transparente, de color un tanto blanquecino que recorre los vasos
linfáticos y generalmente carece de pigmentos. Se produce tras el exceso de líquido que
sale de los capilares sanguíneos al espacio intersticial o intercelular, siendo recogida por
los capilares linfáticos, que drenan a vasos linfáticos más gruesos hasta converger en
conductos (arterias) que se vacían en las venas subclavias.
El sistema linfático cumple cuatro funciones básicas:
Médula ósea[editar]
Artículo principal: Médula ósea
La médula ósea cumple la función de hematopoyesis, esto es, producir todas las
células que componen la sangre. Entre éstas se encuentran los linfocitos, que son
un tipo de leucocito. De estos linfocitos, los linfocitos B (B de bone marrow, 'médula
ósea' en inglés), maduran aquí.4
Timo[editar]
Artículo principal: Timo
Bazo[editar]
Artículo principal: Bazo
Ganglios linfáticos[editar]
Artículo principal: Ganglio linfático
Los ganglios linfáticos son unas estructuras nodulares que forman agrupaciones en
forma de racimos. Son una parte importante del sistema inmunitario que ayuda al
cuerpo a reconocer y combatir gérmenes, infecciones y otras sustancias extrañas.
Son más numerosos en las partes menos periféricas del organismo. Su presencia
se pone de manifiesto fácilmente en partes accesibles a la exploración física
directa en zonas como axilas, ingle, cuello, cara, huecos
supraclaviculares y huecos poplíteos. Los conductos linfáticos y los nódulos
linfoideos se disponen muchas veces rodeando a los grandes troncos arteriales y
venosos aorta, vena cava, vasos ilíacos, subclavios, axilares, etc. Son pequeñas
bolsas que se encuentran entre los vasos linfáticos. En los conductos linfáticos se
almacenan los glóbulos blancos, más concretamente los linfocitos.