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II Congreso Internacional Celehis de literatura

Universidad Nacional de Mar del Plata


Mar del Plata, noviembre 2004.
ISBN 987-544-200-3.

“La tierra de Jauja en la tradición hispánica”


Asnes, Mauro Leandro
U.N.S

El tema de un país imaginario donde reina la abundancia de alimentos y existe un orden

social utópico que excluye terminantemente el trabajo es un motivo que comenzó a forjarse con

cierta autonomía durante la Edad Media. Si bien se consideran referencias anteriores que van

desde los campos Elíseos y el paraíso bíblico hasta el Walhalla nórdico, el tema cobra

popularidad con la aparición por escrito del primer poema dedicado específicamente a la

descripción de esta tierra en un fabliau francés de mediados del siglo XIII . Luego le siguieron

diferentes variaciones en Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, Italia y España entre otros

países europeos.

El tema, argumentalmente, está constituido por la descripción que hace de esta tierra un

narrador anónimo quien, o bien ha viajado él mismo a esta tierra maravillosa, o bien le han

referido la historia. Lo más significativo del motivo es la descripción del lugar, ya que configura

una utopía; es decir, una imagen literaria de un territorio inexistente, que al mismo tiempo

proyecta un sueño social colectivo1. El análisis de las variaciones de las cuales van siendo

objeto las progresivas refundiciones textuales, en diversos lugares y tiempos, permite descubrir

una carga ideológica que se transforma, frecuentemente, en crítica al orden social establecido.

La descripción de esta tierra imaginaria -denominada en las lenguas romances como

Cucaña o Jauja- incluye esencialmente rasgos tales como abundancia sobrenatural de alimentos,

ociosidad, prohibición del trabajo, juventud eterna y una amplia libertad sexual. (Júnior,

1998:189). De esta forma, el motivo literario puede ser considerado como la textualización de

una reflexión acerca de las condiciones del trabajo, las relaciones sexuales, la distribución de las

1
riquezas y en general acerca de las condiciones de libertad e igualdad en una coyuntura histórica

determinada.

La leyenda de Jauja en el mundo hispánico

En España, la primera referencia conocida al relato de Jauja se encuentra en 1340, en el

Libro de Buen Amor. Juan Ruiz menciona un “escolar goloso compañero de Cucaña...”.

También aparece en El criticón, en el cual Baltasar Gracián califica el relato de Cucaña como

“una parte importante de la geografía de evasión” (Ackermann, 1944:72). Para Franco Júnior, la

alusión al tema de Cucaña es más temprana, ya que encuentra en el El caballero Zifar

referencias a una tierra de mucha fecundidad y lujuria, pero sin ocio y con ciertas prohibiciones

morales (Júnior, 1998: 217). Sin embargo, los textos que se refieren con mayor precisión al tema

de Cucaña son tres: un paso de Lope de Rueda, conocido como “La tierra de Jauja” y dos

romances: uno sin nombre que describe la isla de Chacona y otro de mayor extensión

denominado “La isla de Jauja”.

El paso de Lope de Rueda, de 1547, denominado “La tierra de Jauja” es el primer

testimonio escrito de clara referencia al mundo cucañano; pero ofrece una lectura diferente de la

que se podía hacer de los textos precedentes. El motivo literario, que en el resto de los países

europeos había surgido en un contexto religioso, muchas veces como crítica al modelo social

medieval y su distribución de bienes y dominios, en el mundo hispánico prende vigorosamente

en la mentalidad popular como una particular visión de las tierras americanas. Probablemente

Lope de Rueda haya reelaborado relatos que se oían en su ciudad, Madrid, principal puerto de

contacto con las colonias americanas.

En este texto aparecen dos bribones que, con objeto de hurtarle la vianda a otro personaje,

lo distraen contándole las maravillas de esta tierra fantástica.

Mendrugo: ¡Cómo! ¿Qué tierrra es esa?


Honzigera: Muy extremada, á do pagan soldada á los hombres por dormir. [...] Mirá: en la tierra
de Jauja hay un río de miel y junto a él, otro de leche, y entre río y río hay una fuente de

2
mantequillas encadenada de requesones y en aquel río de miel, que no paresce sino que están
diciendo: ‘cómeme, cómeme’2.

Dado que los pasos eran piezas teatrales breves que se representaban popularmente

puede pensarse que el tema de Cucaña no era desconocido entre el auditorio. A continuación

estos bandidos continúan pintando las maravillas que se encuentran en Jauja, pero solamente

hacen referencia a la comida en abundancia que la naturaleza ofrece de manera gratuita,

instando a los hombres a servirse de ella: buñuelos que dicen `máscame`, pasteles que dicen

´tragadme´, etc. Sin embargo, la primera y más sobresaliente característica que se elige para

atraer la atención de Mendrugo, el personaje al que se le robará el alimento, es la referencia a la

ociosidad paga.

Esta situación propone una reflexión acerca del orden del trabajo. Lo que se plantea, en

ultima instancia, es que unos bribones se aprovechan de la atracción que ejercen en una persona

común y corriente de la época la glotonería y la pereza. De alguna forma, eso puede ser visto

como una crítica a estos vicios y una ‘exaltación’ del valor del trabajo. Además de quedar

ligado el motivo de esta tierra al tema del personaje simple o bobo que es burlado, la

representación de Jauja aparece como un “contecillo”, un especie de “mito urbano”, cuya

credibilidad puede acarrear riesgos tales como la pérdida del fruto del trabajo honesto en la vida

real. El carácter que adquiere la imagen de una tierra en la cual el ocio es regla resulta irrisorio;

por lo tanto la imagen que se daba de las tierras americanas era, de alguna forma, negativa.

Otro texto que describe la tierra de Jauja, en este caso denominada “la isla de Chacona”

es del siglo XVII. En este tienen un gran valor semántico las referencias a la situación

enunciativa. Aparece una voz en primera persona que se identifica como un habitante de la

misma isla de Chacona y explicita dentro del marco introductorio que contará una “historia”. A

continuación aclara que esta tierra maravillosa se conoce por dos nombres:

“Esta tierra amigos mios,


es la isla de Chacona
por otro nombre Cucaña
Que de ambos modos se nombra”3

3
Estas precisiones autorreferenciales permiten reasegurar un probable horizonte de

referencias literarias conformado por textos orales populares sobre la leyenda. En esta versión

el poeta se refiere así mismo y a su auditorio como los mismos habitantes de esta tierra: “cada

chacon de nosotros”. Si bien al principio parecen estar en Chacona -“la tierra que pisais”, “los

aires de este país”-, concluye su relato disolviendo la ficción de haberse trasladado, durante la

descripción a esta tierra maravillosa, no sin cierta nostalgia de la buena vida que allí se podría

llevar.

“Y esta si que era vita bona.


Vámonos todos a Chacona”

En este caso el motivo de la tierra de Jauja aparece como un lugar utópico, deseado, en el

cual podrían ser satisfechas las necesidades de la vida real. En los últimos versos mencionados

la incitación al viaje conlleva la incitación a la movilización. La tierra imaginaria aparece,

entonces, como el destino de un viaje. Una de las características habituales en los textos sobre el

tema de Cucaña es que el relato del viaje se transforma en una invitación a realizar el viaje.

Según Martine Boiteux “para incitar a la partida, se prosigue con una descripción imaginaria”

(Boiteux, 1987: 557).

Esa descripción imaginaria constituye la de un país abundante en riquezas, pródigo en

alimentos, libre de censura sexual y con una explícita prohibición del trabajo. La incitación a

viajar a esta fantástica tierra tiene relación con los procesos históricos que afectaban la

mentalidad europea renacentista: el descubrimiento del nuevo mundo y la cifrada esperanza de

encontrar en América el paraíso terrenal. De esta forma el tema de Jauja, como la esperanza de

una organización social diferente, constituyó un motivo literario que expresaba un sentimiento

popular. Luiggi Avonto sostiene que

“por encima de todos los vicios de la inicua organización social, moral y política de la Europa oficial,
tan duramente estigmatizados por los humanistas disidentes en sus escritos utópicos, existía también
otra Europa disidente, representada por algunos sectores de la cultura popular, que consideraba,
aunque a un nivel todavía instintivo y no suficientemente racionalizado, a la libertad por encima de la
autoridad, a la igualdad por encima de la jerarquía, a la inquietud por encima de la aceptación y a la
sencillez de una naturaleza generosa por encima de una artificiosa ‘civilización’" (Avonto, 2002)

4
Como otra expresión de ese imaginario, desde 1534, los cronistas españoles se referían a

la región peruana de Jauja como una especie de Cucaña americana (Júnior, 1999: 218). Esta

tierra se concebía como un lugar de inconmensurables riquezas y era popular entre la gente

sencilla de la Península. Sin embargo, las referencias geográficas explícitas eran escasas ya que

en España existió la prohibición del viaje y establecimiento en el Nuevo Continente bajo pena

de muerte hasta finales del siglo XVIII. Un texto datado hacia finales del XVII testimonia la

probable difusión de este tema, haciendo una extensa descripción de la tierra imaginaria.

En ese texto, el relato se configura como la descripción que hace un soldado que ha

viajado a esta isla y aparece, con mayor claridad que en los textos anteriores, la vinculación del

tema literario con los viajes de ultramar. El narrador señala que es un descubrimiento de tierras

hecho por una embarcación de las flotas españolas:

“Es el caso que un navío


del general Don Fernando,
surcando del dios Neptuno
el mal sazonado charco,
ha descubierto una isla...”4

También existen otras características del motivo tradicional medieval que se han

modificado y que son producto del nuevo contexto histórico. Una de ellas es la referencia a la

libertad sexual. En los textos europeos anteriores existía, por lo general, una libertad sexual

igualitaria entre hombres y mujeres5. En cambio, en esta versión se indica que

“...lo que pasa en llegando


es que salen diez doncellas [...]
a su obediencia quedando
las damas, para asistir
a su servicio y regalo...”

La alteración de esta característica en el tema se debió seguramente a los rumores que

llegaban a España sobre las costumbres de los pueblos americanos. La desigualdad sexual

podría referirse a la conocida costumbre de los indígenas americanos que consistía en colocar a

sus mujeres como servidumbre de todo aquel hombre, incluso un español, que se casara con una

indígena.

5
Respecto a la pervivencia del tema, este texto narrativo continúa publicándose hasta

bien entrado el siglo XIX, sin alteraciones significativas. Incluso se conoce una reimpresión en

Valencia del año 1857. Estas versiones posteriores, por influencia de la concepción creada por

la literatura de cordel y por la imaginería popular madrileña, vincularon el motivo de la Jauja

feliz y abundante con la leyenda del país de los bobos. Según Amades:

“Este país fabuloso no era determinado con nombre alguno y al surgir en la literatura de cordel el
nombre de Jauja aplicado a un país tan fabuloso como el de los bobos aunque dentro de un orden de
ideas bien distinto se produjo el fenómeno de trasposición de nombre, según el cual uno
determinativo se extiende a otra idea más o menos parecida...” (Amades 1954)

A pesar de este hecho, por el cual el motivo de Jauja pareciera haber perdido su carácter

de crítica o disconformidad hacia la organización social, con al pasar del tiempo en tierras

americanas la leyenda volvería a surgir en un nuevo contexto histórico recuperando su tono de

utopía popular y promesa de igualdad.

Esto ocurre cuando en 1937 se estrena en Argentina una breve pieza teatral, escrita por

Roberto Arlt: La isla desierta. En esta obra un grupo de oficinistas agobiados por una vida

enajenante sueñan fugazmente con estar en una isla paradisíaca. Incitados por las cautivantes

palabras del ordenanza su entusiasmo aumenta al punto que comienzan a bailar celebrando una

especie de fiesta carnavalesca que finaliza abruptamente con la aparición del director, quien

ordena de inmediato el despido de todos los empleados.

Si bien no se mencionan específicamente los nombres de Cucaña, Chacona o Jauja, la

descripción que hace el narrador coincide exactamente con las características esenciales del país

o tierra de Jauja. Por ejemplo, cuando el personaje que representa la figura del que incita al viaje

expresa que:

“ Allá no hay jueces ni cobradores de impuestos, ni divorcios, ni guardianes de plaza. Cada hombre
toma a la mujer que le gusta y cada mujer al hombre que le agrada. Todos viven desnudos entre las
flores, con collares de rosas colgantes del cuello y los tobillos adornados de flores. Y se alimentan de
ensaladas de magnolias y sopas de violetas.”6
Aparte de esa referencia a la libertad general de la vida en sociedad, la provisión

abundante de alimentos y la falta de censura en las prácticas sexuales, la crítica al orden del

6
trabajo también está presente, pero no como negación del trabajo, sino como la consideración de

una vida laboral menos opresiva:

“ Y digo que es muy saludable vivir así libremente. Al otro día la gente trabaja con más ánimo en los
arrozales ...”
Luego de la descripción de la isla, el narrador ha persuadido de tal forma a su auditorio

que creen estar en la misma tierra imaginaria y comienzan una suerte de festejo. Por

consiguiente en La isla desierta trasciende la idea del relato del viaje a la utopía, ya que casi

literalmente se viaja a Cucaña al instaurar brevemente un orden no habitual en el espacio de los

personajes. Aunque sea por unos instantes, hicieron de la oficina una isla desierta. Lo

significativo de este cambio radica en que, como todo viaje, debe concluir y, en este caso, el

regreso es penoso. La utopía aquí no es sinónimo de protesta ni funcionó mecanismo de

cambio, sino de un sofocado mitin revolucionario que termina perjudicando aún más a sus

protagonistas.

Sin embargo existe un gesto cuestionador, una crítica insolente al orden oficial, que

puede descubrirse en el campo cultural en el que se inscribe. Es el gesto de retomar la tradición

del tema de Cucaña recogiendo por escrito un sueño o relato oral popular. Arlt, como autor,

recupera y reproduce un motivo literario que históricamente había sido enunciado por sectores

sociales periféricos. Y lo escribe, posiblemente, desde la conciencia de un lugar que no es

precisamente el de la cultura oficial, por no decir desde la periferia del canon literario del

momento.

Conclusiones metodológicas

El tema surge en el contexto del pensamiento maravilloso medieval, en algunos lugares

como reacción al orden cosmológico y social que configuraban el cristianismo y la sociedad

medieval. Se reelabora luego dentro del mundo hispánico en relación a las promisorias utopías

sociales fundadas a partir del descubrimiento de América y adquiere, finalmente, nuevos visos

dentro del imaginario social enmarcado en la Argentina del siglo XX. Esta lectura diacrónica

7
del tema permite percibir cambios significativos en la estructura ideológica de la que es

portador.

Dentro de la línea de los estudios de literatura comparada, confrontar la presencia de un

elemento o tema es una de las posibilidades que permite recomponer un imaginario (Pageaux,

1994:77). El seguimiento o estudio de un elemento del imaginario en tanto análisis de los

cambios y continuidades de la imagen, como de sus vínculos con el contexto de producción,

propone una historia de las mentalidades. Al respecto Duby considera que “el estudio de los

mitos y creencias, más precisamente de las visiones del mundo forma parte de una dirección

dentro del terreno de la ‘historia de las mentalidades’” (Duby, 1994:16). Precisamente, el

seguimiento del tema de la tierra de Jauja permite historiar un motivo en particular.

El motivo convoca, por una parte, imágenes de la literatura de carnaval por el espíritu

jocoso y las inversiones simbólicas que representa; por otra parte, y excediendo ya el plano

meramente retórico, pone en juego la cuestión del orden social como trasfondo ideológico,

definiendo un lugar y un modo discursivos de la cultura popular.

Uno de los elementos de ese trasfondo ideológico es el que se desprende de las

observaciones hechas a las condiciones de trabajo. El tema de una tierra de abundancia donde

no existen reglas ni obligaciones surge cuando las circunstancias sociales que dan origen a su

producción son las de una sociedad que está sufriendo un proceso de urbanización y por lo tanto

renace la nostalgia del paraíso, el sueño de una relación más próxima con la naturaleza. Jacques

Le Goff, refiriéndose a la Cucaña medieval, sostiene que como utopía representa la negación del

mercado. Es entonces de hecho una utopía urbana, de un medio urbano penetrado por una

economía de consumo generalizada, donde la abundancia de los productos y de los medios

monetarios elimina los mecanismos del mercado, “... Es el paraíso de los productos de la

civilización. Cucaña es una utopía cultural.” (Le Goff: 1989, 280).

8
Construido mediante mecanismos de carnavalización, correlato de imágenes que ven el

mundo al revés, el motivo demuestra ser un constante material de circulación oral entre las

culturas subalternas o populares. Este carácter oral progresivo corre paralelo a la evolución

literaria del tema con las diferencias ideológicas que cada nueva refundición implica. Al

respecto Boiteux considera que “el tema banalizado se reduce a un uso calificativo literario, pero

también puede ser recuperado por el poder dentro de una política festiva”(Boiteux, 1987:576).

Desde su aparición en el mundo hispánico y enmarcado dentro de un enfoque

metodológico que tome en cuenta una consideración cultural y discursiva del entramado textual,

en lugar de un análisis histórico-documental o arqueológico de personajes y costumbres, el tema

de la tierra de Jauja puede ser considerado como un material expresivo propio de grupos

periféricos que expresan su reacción al modelo oficial. Al articular lo formal y lo ideológico en

el análisis textual los vínculos con lo coyuntural social precisan los límites, alcances y

naturaleza del orden cuestionado.

9
1

Notas
La modalidad del imaginario que focaliza su atención en un pasado indefinido para explicar el presente es lo que
llamamos mito. Aquella que proyecta en el futuro las experiencias históricas del grupo [...] es ideología. La tercera
modalidad, que parte del presente en la tentativa de anticipar o preparar un futuro que es la recuperación de un pasado
idealizado, es utopía. Naturalmente los límites entre esas formas de imaginario son movedizos. (Júnior 1998: 17)
2
Obras deLope de Rueda, ed. Real Academia Española, Madrid, 1908, T. II, pp. 194 ss.
3
Las citas de esta versión están extraídas de la reproducida en Ackerman (1944), Appendix, VIII.
4
Fragmentos según la versión de Amades (1954)
5
En la versiones inglesa y francesa (s. XIII) cada hombre podía tomar a la mujer que deseaba y viceversa.
6
Las citas pertenecen a Arlt, Roberto (1968), Teatro completo, Tomo 2, Bs. As., Editorial Schapire.

Este trabajo forma parte del Proyecto de Investigación La canción festiva en la tradición europea dirigido por la Lic.
Silvia Capelli y aprobado por la Secretaría General de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional del Sur.

Bibliografía

-Ackermann, Elfriede Marie (1944), Das Schalaffenland in german literature and folksong,
Chicago, Illinois, Chicago University Press.
-Amades, J., (1954), Folklore Americano, 2, Barcelona.
-Arlt, Roberto, (1968), Teatro completo, Tomo 2, Bs. As., Editorial Schapire.
-Avoto, Luiggi (2002), “Náufragos, desterrados y desertores europeos..” en Actas del 1º
Encuentro “Las metáforas del viaje y sus imágenes”, Rosario, Argentina.
-Boiteux, Martine (1987), “Voyage au pays de Coccagne”, en Voyager à la Renaissance,
Actes du colloque de Tours 1983, Paris.
-Duby, Georges, (1994), Los tres órdenes o lo imaginario del feudalismo, Cátedra, Madrid.
-Júnior, H. Franco (1998), Cocanha. A historia de um país imaginário, Sâo Paulo, Companhia
das letras.
-Le Goff, Jacques (1989), “L’utopie médiévale : le pays de Cocagne”, Revue Européenne des
sciences sociales
-Lope de Rueda, Obras de Lope de Rueda, ed. Real Academia Española, Madrid, 1908, T. II
-Pageaux, D. Henri, (1994), La literature genérale et comparée, París, Armand Colin.

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