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Cien años de la Reforma de Córdoba y no hemos entendido nada.

No hemos
entendido, por ejemplo, el problema docente como parte del problema de la
universidad y la necesidad de la participación estudiantil, a través de distintos
mecanismos, para conseguir una educación científica, nacional y popular.

El último proceso de Nombramiento Docente ha dado cuenta de la nula


voluntad política por parte de nuestras autoridades y sus ayayeros para
conseguir la reforma docente que se busca en la facultad y la universidad en
general. El objetivo general de los procesos de incorporación docente es buscar
la reforma académica en nuestros estudios, de esta forma la vieja estructura
docente, con índices altos de mediocridad y clientelismo, es superada por
docentes académicamente óptimos y que puedan contribuir a una educación
verdaderamente científica. Esto no se ha venido cumpliendo a cabalidad en los
últimos años, gracias al arraigado clientelismo y el oportunismo de sectores
docentes (tanto Letras Sí como Patio de Letras) y también el oportunismo de
cierto sector estudiantil que se encuentra a la cola de las autoridades
(manifestado de forma álgida en el cogobierno estudiantil de la facultad en los
últimos procesos).

Vista esta realidad, nos encontramos ahora en situaciones adversas para


conseguir el objetivo general de la reforma docente en nuestra facultad. Con esos
indicios nos vamos a enfrentar al proceso de Contratación Docente, que está a
punto de iniciarse y que como estudiantes necesitamos elevar propuestas para su
concreción, así como trazar objetivos y medidas que permitan conseguir los
intereses del movimiento estudiantil ya mencionados.

¿Cuál es el camino a seguir para conseguir el objetivo general de la reforma


docente en la facultad? Primero, concretizar el horizonte en cambios económicos
y académicos de la facultad. Estos son: conseguir el aumento de presupuesto
para la facultad. Así, no se ofrecen sueldos paupérrimos para profesores
académicamente buenos y se mejora el nivel académico y de infraestructura para
los estudiantes. Luego, se debe buscar la apertura del contrato docente en las
diferentes escuelas de la Facultad de Letras con carácter público teniendo en
cuenta la investigación y la pedagogía, expresado en las clases magistrales, ya
que no es un secreto el estado que atraviesan escuelas que necesitan de manera
urgente en cursos que no tienen profesores, como Comunicación Social y Danza,
y escuelas que a pesar de contar con profesores para todos sus cursos, estos son
mediocres académicamente y han monopolizado su cátedra, como en Filosofía y
Literatura. No obstante, este problema es transversal a todas las escuelas y como
estudiantes debemos exigir que sea una política de la facultad la apertura masiva
del contrato docente, en cumplimiento de la libertad de cátedra y la cátedra
paralela como derechos estudiantiles.

Necesitamos hacer uso de los mecanismos estudiantiles de organización y


cogobierno, como el Comité de Gestión, los centros de estudiantes, el Centro
Federado de Letras, los representantes estudiantiles en la Comisión de
Perfeccionamiento Docente y el Tercio Estudiantil. Para ello, debemos fortalecer
estos espacios, democratizándolos y haciendo que las bases entiendan la
necesidad de una reforma docente en la facultad.

Las medidas a tomar deben ser las encuestas estudiantiles y la recopilación de


plazas que las escuelas necesitan, a cargo de los espacios ya mencionados. Luego,
debemos elevar estas plazas a los comités de gestión y exigir su aprobación en las
distintas escuelas y departamentos. Asimismo, se debe elaborar un reglamento
de Contratación Docente, que contemple un cronograma rápido y efectivo, y que
priorice la trayectoria académica y la clase magistral en la evaluación de los
docentes. A la par de ello, se debe iniciar una campaña mediática que dé cuenta
de la necesidad del aumento de plazas, así como una recolección de firmas en
señal de apoyo a las plazas exigidas y el reglamento elaborado por los
estudiantes. Todo ello debe ser elevado a la Comisión de Perfeccionamiento
Docente, encargada de la evaluación del proceso y que cuenta con representación
estudiantil, y se debe luchar por la aprobación del reglamento, el cronograma y
las plazas. Para ello se deben establecer plantones y fortalecer la campaña
mediática ya mencionada.

Todos estos pasos, no obstante, no son consecutivos, pues sabemos que hay
comités de gestión que no se reúnen (aquí data otro objetivo de la organización
estudiantil: articular el comité de gestión con la junta directiva de los centros de
estudiantes) y hay espacios en la facultad que no cuentan con una participación
activa en estos procesos. Se debe actuar de forma sistemática y rematar todas
estas luchas en el Consejo de Facultad, donde buscaremos presionar a las
autoridades para conseguir la aprobación del reglamento, el cronograma y las
plazas. El mecanismo por el cual se busca la contratación docente debe ser, como
el año pasado, por locación de servicios, que no es lo mismo que un contrato
directo —que se presta para el contrato a dedo o el clientelismo— y debe tener el
carácter de concurso público, exigiendo una evaluación transparente y
democrática en todos sus pasos.

Estamos en la oportunidad más concreta de mostrar la ligazón del aspecto


académico como consecuencia de la decisión política. Las autoridades ya nos han
manifestado su posición clientelista, poniendo trabas burocráticas a la reforma
docente desde los estudiantes y aplacando la organización estudiantil en sus
distintos niveles. Ya conocemos el camino: la lucha. Y también conocemos que la
lucha es consecuencia, no vacilación. Aquí radica el quid del asunto que va a
inclinar la balanza hacia el movimiento estudiantil: no claudicar. Esto implica
asumir los objetivos trazados, como la reforma académica en la facultad, con
medidas que puedan solucionar las necesidades estudiantiles. Hemos dicho que
han pasado cien años de la Reforma de Córdoba y no hemos entendido nada.
Con este proceso, mostremos pues que hemos entendido algo: la búsqueda de
una educación óptima, científica y popular con participación estudiantil.
Entendamos las luchas y la actualidad de la Reforma de 1919. Busquemos
comprenderla toda. Sigamos el camino independiente y asumámosla toda.

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