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Marzo

03
Lección

09

Escapando de un
ataque sirio
 Testimonios selectos, tomo 1, pág. 186
1
1
SAMARIA BAJO EL ASEDIO

Después de esto aconteció que Ben-adad rey de


Siria reunió todo su ejército, y subió y sitió a
Samaria. Y hubo gran hambre en Samaria.

2 Reyes 6:24, 25, primera parte


2
Y pasando el rey de Israel por el muro, una
2 mujer le gritó, y dijo: Salva, rey señor mío. Y él
dijo: Si no te salva Jehová, ¿de dónde te puedo
salvar yo? ¿Del granero, o del lagar? Y le dijo el
rey: ¿Qué tienes? Ella respondió: Esta mujer
me dijo: Da acá tu hijo, y comámoslo hoy, y
mañana comeremos el mío. Cocimos, pues, a
mi hijo, y lo comimos. El día siguiente yo le
dije: Da acá tu hijo, y comámoslo. Más ella ha
escondido a su hijo. Cuando el rey oyó las
palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos, y
pasó así por el muro; y el pueblo vio el cilicio
que traía interiormente sobre su cuerpo.
“¿Olvidará el Señor a su pueblo en esa hora de
prueba? ¿Olvidó acaso al fiel Noé cuando sus
SAMARIA BAJO EL ASEDIO

juicios cayeron sobre el mundo antediluviano?


¿Olvidó acaso a Lot cuando cayó fuego del
cielo para consumir las ciudades de la llanura?
¿Se olvidó... de Elías cuando el juramento de
Jezabel le amenazaba con la suerte de los
profetas de Baal? ¿Se olvidó de Jeremías en el
oscuro y húmedo pozo en donde había sido
echado? ¿Se olvidó acaso de los tres jóvenes
en el horno ardiente o de Daniel en el foso de
los leones?
2 Reyes 6:26-30; Conflicto y valor, pág. 369
3
Aún estaba él hablando con ellos, y he aquí
3 el mensajero que descendía a él; y dijo:
Ciertamente este mal de Jehová viene.
¿Para qué he de esperar más a Jehová?...
Dijo entonces Eliseo: Oíd palabra de Jehová:
Así dijo Jehová: Mañana a estas horas
valdrá el seah de flor de harina un siclo, y
dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de
Samaria. Y un príncipe sobre cuyo brazo el
rey se apoyaba, respondió al varón de Dios,
LA PROFECÍA DEL FIN DE LA HAMBRUNA

y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en


el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú
lo verás con tus ojos, mas no comerás de
ello.
Después de esto, Israel quedó libre por un
tiempo de los ataques sirios. Pero más
tarde, bajo la enérgica dirección de un rey
resuelto, Hazael los ejércitos sirios
rodearon a Samaria y la sitiaron. Nunca se
había visto Israel en tal aprieto como
durante este sitio. Los pecados de los
padres eran de veras castigados en los hijos
y los nietos. Los horrores del hambre
prolongada impulsaban al rey de Israel a
tomar medidas desesperadas, cuando Eliseo
predijo la liberación para el día siguiente.
2 Reyes 6:33; 7:1, 2; Profetas y reyes, pág. 192
4
Había a la entrada de la puerta cuatro
4 hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al
otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que
muramos? Si tratáremos de entrar en la
ciudad, por el hambre que hay en la ciudad
moriremos en ella; y si nos quedamos aquí,
también moriremos. Vamos, pues, ahora, y
pasemos al campamento de los sirios; si ellos
nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la
muerte, moriremos.
LA PROFECÍA DEL FIN DE LA HAMBRUNA

Pero los que dudan de las promesas de Dios y


desconfían de las seguridades de su gracia, le
deshonran; y su influencia, en lugar de atraer a
otros hacia Cristo, tiende a apartarlos de él;
son como los árboles estériles que extienden a
lo lejos sus tupidas ramas, privan de la luz del
sol a otras plantas y hacen que estas
languidezcan y mueran bajo la fría sombra. En
lugar de ponerlo todo en tela de juicio y de
entregarse a cavilaciones acerca de cosas que
no entienden, presten atención a la luz que ya
está brillando en ellos y recibirán aún más luz.
Cumplan todo deber que su inteligencia ha
entendido y así se pondrán en condición de
comprender y realizar también los deberes
respecto a los cuales les quedan dudas.

2 Reyes 7:3, 4; El conflicto de los siglos, pág. 518


5
Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al
5 campamento de los sirios; y llegando a la
entrada del campamento de los sirios, no
había allí nadie. Porque Jehová había hecho
que en el campamento de los sirios se oyese
estruendo de carros, ruido de caballos, y
estrépito de gran ejército; y se dijeron unos
a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado
a sueldo contra nosotros a los reyes de los
heteos y a los reyes de los egipcios, para que
vengan contra nosotros. Y así se levantaron
LA CAUSA DE LA HUIDA DE LOS SIRIOS

y huyeron al anochecer, abandonando sus


tiendas, sus caballos, sus asnos, y el
campamento como estaba; y habían huido
para salvar sus vidas.
Cuando estaba por amanecer la mañana
siguiente, el Señor ‘había hecho que en el
campo de los Siros se oyese estruendo de
carros, ruido de caballos, y estrépito de
grande ejército’; y ellos, dominados por el
miedo, ‘se habían levantado y huido al
principio de la noche, dejando sus tiendas,
sus caballos, sus asnos, y el campo como se
estaba’, con abundantes abastecimientos de
comida. ‘Habían huido por salvar las vidas’,
sin parar hasta haber cruzado el Jordán.
2 Reyes 7:5-7; Profetas y reyes, pág. 193
6
Cuando los leprosos llegaron a la entrada del
6 campamento, entraron en una tienda y comieron
y bebieron, y tomaron de allí plata y oro y
vestidos, y fueron y lo escondieron; y vueltos,
entraron en otra tienda, y de allí también
tomaron, y fueron y lo escondieron. Luego se
dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien.
Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos; y
si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará
nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y
demos la nueva en casa del rey. Vinieron, pues, y
LA CAUSA DE LA HUIDA DE LOS SIRIOS

gritaron a los guardas de la puerta de la ciudad, y


les declararon, diciendo: Nosotros fuimos al
campamento de los sirios, y he aquí que no había
allí nadie, ni voz de hombre, sino caballos atados,
asnos también atados, y el campamento intacto.
Los porteros gritaron, y lo anunciaron dentro, en
el palacio del rey
Durante la noche de la huida, cuatro leprosos que
solían estar a la puerta de la ciudad, desesperados
de hambre, se habían propuesto visitar el campo
sirio y entregarse a la misericordia de los
sitiadores, con la esperanza de despertar su
simpatía y obtener comida. ¡Cuál no fue su
asombro cuando, al entrar en el campamento,
encontraron que ‘no había allí hombre.
2 Reyes 7:8-11; Profetas y reyes, pág. 193
7
7

Entonces el pueblo salió, y


saqueó el campamento de los
sirios. Y fue vendido un seah de
flor de harina por un siclo, y dos
seahs de cebada por un siclo,
conforme a la palabra de Jehová.
Grandes fueron los despojos; y
tanto abundaron los
abastecimientos que en aquel
CUMPLIMIENTO DE LA PROFECÍA

día ‘fue vendido un seah de flor


de harina por un siclo, y dos seah
de cebada por un siclo’, según lo
había predicho Eliseo el día
anterior. Una vez más el nombre
de Dios fue exaltado ante los
paganos, ‘conforme a la palabra
de Jehová’ comunicada por su
profeta en Israel.

2 Reyes 7:16; Profetas y reyes, pág. 193

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