“La mañana del 16 de abril, el doctor Bernard Rieux, al salir de su habitación,

tropezó con una rata muerta en medio del rellano de la escalera.”

(Albert Camus, La peste)

Año “1” “Mediocridad” Fasci - culos

# “1” coleccionables
 Editorial
Una rata muerta en la escalera es el pre-
sagio de una plaga que va azotar la ciu-
dad de Orán en lo que dura el relato de
Albert Camus, La peste, y que se consti-
tuye en la novela existencial por exce-
lencia y una de las obras capitales del
Siglo XX. Camus explora la condición
humana a partir de la irracionalidad y
absurdo del dolor y la muerte, permi-
tiendo entrever como el hombre alcanza
sus niveles más humanos en medio de
la perdición y la destrucción total. Para
conseguir aquello, sin embargo, para
que una ciudad reaccione ante su des-
dicha, para que el ser humano despierte
de su estúpido letargo, ha sido preciso
primero el advenimiento de la plaga, de
la peste asesina, del caos y del contagio,
del azote y del miedo. La Universidad
ha llegado a la cumbre del sopor, la
mediocridad y la estupidez. La Univer-
sidad se cae lentamente en el pozo del
absurdo y nadie está libre de culpa. Por
eso, con el fin de despertar los instintos
mejores y vislumbrar salidas a partir de
la reflexión y la crítica, es que nace este
proyecto con el fin de convertirse en el
brote primero de una catástrofe mayús-
cula. Este es el principio de La peste.
Diseño Editorial: La peste es una publicación no perio-
dística, centrada en el formato de la
“La Churka” columna de opinión, asentada bajo los
principios de la absoluta libertad de
“Gabriela Angulo Gonzáles” pensamiento, trabajada en el marco de
la responsabilidad y honestidad intelec-
tual, amparada en la diversidad de esti-
los literarios y dedicada exclusivamente
a joder y convertirse en escenario de la
crítica y el disentimiento. Es una revista
que no pretende más que proponer el
debate sobre la situación de la Univer-
sidad y la Carrera de Comunicación,
en particular, a partir de la ironía, el
sentido del humor, las manifestaciones
de la bronca y claro, las expresiones de
la imaginación y la inteligencia. Si están
esperando encontrar en esta publica-
ción un análisis académico o un trabajo
periodístico, mejor dejen de leerla en
este instante. Lo nuestro es algo serio.
La peste, es un equipo conformado por
voluntarios que están hartos de callar
y muy entusiastas por hacerse odiar
de todas las maneras posibles por sus
pares. Por eso, no responden a ninguna
agrupación política, no siguen linea-
mientos teóricos únicos, no creen en la
igualdad ni la paz mundial, practican
con regularidad el bullying y la moral
social les tiene sin cuidado. Estas razo-
nes determinan que la dirección crítica
de La peste está apuntada a denunciar
todas y cada una de las miserias e hipo-
cresías que nos toca vivir diariamente
en nuestra Institución así que, amable
lector, si en algún momento usted se
siente interpelado, aludido o cuestiona-
do, jódase, porque lo más probable es
que sea a propósito.

“los apestosos”
PESTE BUBONICA.
Comunicación AntiSocial
La renuncia del Doctor Cesar Alcides
Calla Sotomayor, nuestro director inte-
rino, provocó que la carrera casi entre
en una de las peores crisis que hayamos
vivido alguna vez, una crisis anunciada,
que podría tranquilamente haberse evi-
tado si quienes tenían la obligación de
defender esta carrera se levantaran de
sus lechos de poder. El costo fue que las
Autoridades Facultativas tuvieron que
decidir por nosotros, se puso una nueva
Directora, se prosiguió de manera im-
provisada con los cursos de invierno y
nosotros nos quedamos a observar como
esa manga de ineptos a quienes hoy te-
nemos que llamar “consejeros” avasa-
llan sin miramiento alguno a todos los
que formamos parte de Comunicación,
sedientos de poder y beneficios propios.
Estamos con la mierda en las rodillas
y quienes deberían velar por el bienes-
tar estudiantil, aquellos que conforman
el “Frente Joven”, o mejor conocidos
como los “J”, gastan su tiempo hacién-
dose populares en las redes sociales con
comentarios poco constructivos y, desde
mi punto vista, que incitan a la violen-
cia.
El caudillo de los J, es hoy por hoy una
de las figuras más conocidas por estu-
diantes y docentes. Digo hoy por hoy,
porqué antes de que empiece a publicar
boludeces en el Facebook yo no tenía ni
idea de su existencia. Este personaje ne-
fasto, me genera una gran admiración,
porque me demuestra que cualquier me-
diocre puede ser Consejero de Carrera,
los únicos requisitos, por lo visto, son
ser un cavernícola con vestimenta mo-
derna y saber cómo manosear a casi
5000 estudiantes sin que se den cuenta,
mientras les ofrecen una fiesta en el Km
5 de la Blanco Galindo, en el que el ma-
yor logro de ir a un boliche así, consisti-
ría en volver a tu casa con vida.
Obviamente, ninguno de los “J”odidos
estaría donde están hoy sin el apoyo de
docentes inescrupulosos quienes apadri-
nan la estupidez con más estupidez. Esos
mismos docentes que dictan una misma
materia hace años y creen que una fiesta
tiene el mismo valor académico que un

examen. Como no podía ser de otra ma-
nera los titiriteros, los que manejan los
hilos de esas marionetas políticas, los
mismos que tratan de negociar nota con
alcohol y jodas son los mismos que con-
sideran que un par de votos tienen más
importancia que la decencia académica.
Hace un año que Frente Joven está a car-
go del Honorable Consejo de Carrera, y
hasta la fecha, su máximo logro fue al-
quilar el boliche Mi Llajta para una farra
en la que algunos docentes la pasaron
mejor que muchos estudiantes. Somos
los antisociales de la facultad de huma-
nidades, considerados la peor de las ca-
rreras y estos señores, no hacen más que
alimentar esa maldita reputación.
A lo nombrado anteriormente, hay que
sumarle la comodidad con la que los res-
ponsables del Centro de Estudiantes, se
sientan cómodos a observar en primera
fila como juegan con los estudiantes que
ellos mismos juraron defender. Tenemos
dos grupos políticos a cargo, uno que se
encarga de abusar del poder que noso-
tros mismos les otorgamos y el otro, que
no hace nada para evitarlo ya que, por
lo visto, cuanto más malos se vean los
de en frente, más buenos se van a ver
ellos, sin embargo, aquel que permite la
opresión pudiendo hacer algo al respec-
to, se convierte automáticamente en un
segundo opresor.
Ahora ¿qué es peor? ¿Convertirnos en
una colonia universitaria perdiendo
nuestra total soberanía? ¿o que un grupo
de animales de circo y sus domadores
jueguen de esta forma con nuestra carre-
ra?. La mediocridad política que refle-
jan quienes se suponen deberían resaltar
como autoridades con liderazgo y preo-
cupación por el bien común, preocupa a
todos los que hoy nos vemos como vícti-
mas de la inoperancia y el atropello con
el que actúan.
Hoy, nos encontramos flotando a la de-
riva, dependientes de nosotros mismos,
sabiendo que nuestros líderes nos dejan
desprotegidos, preocupándose más por
ganar “likes” en redes sociales o tirán-
dose mierda entre grupos. Cuando se
deje de lado los intereses propios y la
lucha sea por el bienestar de aquellos
que los votaron, podremos evitar que
más personajes nefastos como los que
hoy nos manejan, vuelvan a burlarse de
nosotros.
“el millo”
 El docente mediocre.
Habla más de lo que lee. Es así. Su
conocimiento proviene de la repetición,
su maestro: el Dr. Google. El docente
mediocre se ampara en su poder, no
en su sapiencia. Su medida de valora-
ción siempre es la cochina nota, la que
él otorga, es rígido, es estricto con el
alumno. Con él mismo, es un pelmazo.
El docente mediocre ama sus títulos
más que su nombre, es una ofensa no
decirle doctor, es un agravio no bajarle
la cabeza. Es mediocre el docente que
se secunda siempre en sus méritos, el
que pasa las horas de clase hablando de
él o, peor, de los otros colegas. Es me-
diocre porque es un inseguro, porque
no despierta voluntad para la crítica,
porque habla de su valor y su audacia
pero nunca escribe nada, no publica
nada, no dice lo que piensa, cuida su empresas. Mediocres hasta el tuétano
imagen, se esconde en sus padrinos, se son los que hacen repetir de memoria
ampara en su marido. Es mediocre el versos perdidos de telenovelas sume-
hipócrita que confunde la cátedra con rias, los que cargan responsabilidad en
la santurrona impostura de sus tristes sus auxiliares, los que no salen de sus
alegatos morales. El que convierte las esquemas aprendidos, los que, porque
aulas en púlpito, en palestra política, en no conocen otras o no quieren apren-
oportunidad para cuestionar a los otros derlas, se niegan aceptar otras posturas,
a quienes nunca se atreverá a decir- otros autores, otras propuestas que no
les nada de frente, porque es cobarde, sean las que tienen bien ensartadas
porque es puto. Es mediocre la insana y asimiladas en el fondo del culo. Es
afición al disimulo de la mediocridad. docente el mediocre que se humilla por
Esos que hacen exponer en clases a los los votos ante el estudiante, que le rasca
estudiantes porque no tienen conteni- la espalda, que le paga los tragos, que lo
do que avanzar, esos que hacen dis- mima con notas, que baila pegadito a él
frazar a los alumnos, organizar ferias, o se para de cabeza si así la elección lo
salir de viaje de estudios, ir a visitar

requiere. Es mediocre el que protesta en
los pasillos o en las escaleras, el que se
guarda la bronca, el que llora en priva-
do su desconsuelo, el que le mueve la
cola al poder de turno, el que se refugia
en anónimos, en cuentas inventadas,
en malditos chismeríos, en innobles
calumnias. Es un mediocre sin remedio,
el que se repite en su discurso, el que se
otorga títulos simbólicos: “Ay mírenme,
soy el único que velo por los estudian-
tes” “Oh, soy el único que no estoy de
acuerdo con la ilegalidad” “Caramba,
miren que bien me llevo con los tros-
cos”. Mediocres hasta el fin de sus días
serán los que han asimilado la cátedra
como su trabajo, los que le quitaron pa-
sión, los que la convirtieron en oficina,
los que la prostituyen con la búsqueda
de poder, los que no asisten, los que im-
provisan, los que no estudian. Medio-
cres de marca mayor, son los que siguen
discursos de moda, resentidos, incapa-
ces de cambiar de tema, obsesionados
con sus verdades teóricas de burguesía
en decadencia. Mediocres sin límite
visible, son los tibios sin compromiso
alguno más que el cumplimiento de la
rutina y el cobro del salario. Mediocres
son los que se cansan y se encierran, los
que se resienten, los que se paralizan
por el miedo, los que se guardan en
secreto la miseria de su propia frustra-
ción. Mediocres son los que se valen del
favor y de la súplica, los que apelan a la
legalidad antes que defenderse por sus
propias virtudes. Mediocres son los que
te llaman a tomar un café, entre colegas,
para hablarte de política, para contarte
un chisme, para organizar un frente
pero jamás te dicen, qué libro están
leyendo, qué actividad cultural tienen
en mente, qué publicación quieren
emprender. Mediocre, en fin, es quien
se ha dejado consumir por el vacío y la
impostura, el que pretende ser más de
lo que es, el que disimula con soberbia
sus vacíos, el que ya no es ni la sombra
de lo que alguna vez pudo haber soña-
do. Mediocre es, por supuesto, el que
pese a todas las evidencias, se encuentra
convencido de que él es cualquier cosa,
excepto –claro- un mediocre.
“Xavier Jordán”
C A N C
¿Mediocre Quién?
Durante el conflicto que se desató la
anterior gestión y que tuvo cerradas las
puertas de la Universidad por cuatro
meses, podíamos distinguir dos pala-
bras que aparecían recurrentemente en
los discursos estudiantiles: “docentes
mediocres”. Pero claro, es muy fácil ver
la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en
el propio.
Cualquiera de nosotros con dos dedos
de frente, podemos percatarnos de la
E R
crisis académica y política que enfrenta
la carrera. Sin embargo, muchos de
nosotros preferimos hacernos la vista
gorda y simplemente ignoramos este
problema. Pero, ¿cuál es la razón por
la que no tomamos en cuenta todo lo
que ocurre dentro de la universidad?
Es necesario entender que los estudian-
tes también somos parte de esta crisis
universitaria.
La mayoría de los estudiantes, no solo
de la carrera, asistimos regularmente a
clases únicamente para conseguir el tan
ansiado título universitario. Ese cartón
que distingue a un “profesional” de un
“no profesional” aunque muchas veces
no es necesario tener ese pedazo de
papel para demostrar profesionalismo.
El problema en estos tiempos no es
obtener dicho título, el problema radica
en cómo lo conseguimos.
Es claro que no se puede meter en un
mismo saco a todos los estudiantes,
pero cuando nos referimos a la medio-
cridad que existe, se pueden advertir
algunas características más o menos
comunes. ¿Por qué cuando un docen-
te dicta su materia y facilita su plan
global, en el que se encuentra todo el
contenido de la materia y que dicho
sea de paso son dossiers, no nos preo-
cupamos por buscar más información
que la que aparece en ese texto?. Puede
que ese texto tenga ya muchos años sin
ser siquiera modificado o actualiza-
do, puede que lo que dicta el docente
muchas veces no tenga un valor signi-
ficativo en el contexto actual, pero aun
así nadie lo refuta. Muchos asistimos a
clases, escuchamos y repetimos todo lo
que dicta el catedrático sin cuestionar
absolutamente nada. Existe tal confor-
mismo por nuestra parte que a la hora
de hacer trabajos siempre preguntamos
si tendrá algún valor el trabajo a presen-
tarse, ¿es acaso necesario que un trabajo
sea calificado para adquirir más cono-
cimiento?, ¿No se supone que como
estudiantes de Comunicación Social
debemos estar siempre informados? Ya
pues, agarremos un libro al año aunque
sea, hagan la prueba, no muerden.
Si hablamos de notas, es evidente que
muchos estudiantes están dispuestos a
hacer lo que sea solo para aprobar una
materia. Desde los famosos viajes, que
de académicos no tienen nada y solo
sirven para farrear, hasta bailar en la
entrada universitaria en la que natural-
mente también se farrea.
Todos los estudiantes con característi-
cas de mediocridad son muy fáciles de
manipular a la hora de hacer política,
no se interesan por acudir a las urnas en
las jornadas electorales o si raramente
asisten no saben siquiera quiénes son
los candidatos en las papeletas de vota-
ción; son estudiantes que se prestan a
ser usados por docentes que quieren lo-
grar algún cargo administrativo dentro
la facultad, usando poleras de un frente,
repartiendo calendarios y panfletos,
haciendo de manicuristas, entrando a
los cursos con sus banderitas antes de
las elecciones, todo por tener una nota
de aprobación.
No se puede negar que como estudian-
tes tenemos todo el derecho de exigir
calidad académica a nuestros docentes.
Pero si lo hacemos, entonces también
demostremos calidad a la hora de ins-
truirnos en la universidad, ¿no creen?
No hablemos por hablar. Al final de
cuentas pensemos ¿mediocre quién?
“sophia“
Hablo de ti
Es curioso que mi primer escrito tenga
que ver con algo con lo que vengo
peleando durante muchos años, lo
consideraría casi irónico, incluso lo más
acertado seria designarlo como “justicia
poética” (¿sabes qué significa eso? No,
claro que no porque eres un mediocre.
Google It!!!)
No me considero un iluminado, ni un
docto, ni un sapiente, ni un versado, ni
un letrado, ni un sabio, ni un erudito
(¿conoces esas palabras? ¡MEDIO-
CRE!), y no, no dije eructito. Soy una
persona con metas, pasión, el talento
que no me dio la divinidad lo gané con
mi esfuerzo, soy tenaz casi testarudo y
ávido de cualquier conocimiento, y soy
así porque el mundo me enseñó que
gracias a todo lo que hoy nos toca vivir
como especie (desde desastres naturales
hasta la mediatización y posterior glori-
ficación de la estupidez por legiones de
mediocres como tú. Si Calle 7 y demás
juntucha de asnos les hablo a ustedes)
los mediocres aprovechando nuestro
descuido decidieron reproducirse y de
esos señores salieron pequeños medio-
critos que lo único que hacen es joder
al prójimo, ¿y se preguntarán cómo lo-
gran hacer eso? Pues existiendo, la mera
existencia de la mediocridad en el seno
de una cultura tan influenciable como la
nuestra tiene como resultado que toda
una generación muera de ganas por
copiar aquello que hizo insignificante a
la anterior, aumentando unos cuantos
elementos de su época, que en este caso
para tristeza mía son muchísimos. Yo,
ya lo declararía una pandemia, por lo
tanto la única medida razonable que
nos quedaría seria gasificarlos a todos
y cada uno de ellos. ¡Mátenlos antes de
que dejen crías!
Y tú mi anodino conocido, te pregunta-
rás ¿acaso soy mediocre? Y la respuesta
obvia es un rotundo sí, porque estoy
más que seguro que cumples todos los
requisitos para serlo. A decir de la cul-
tura, mediocre es aquella persona que
no va más allá de lo que se espera que
haga, se queda en el medio, incluso un
poco más abajo para no despertar sos-
pechas, un ente gris recordado efímera-
mente por sus trivialidades, es un tibio
de alma, un pecho frio.
Qué tal si jugamos algo, un simple jue-
go para no hacerte tan monótona tanta
palabrería, porque los últimos estudios
científicos llegaron a la conclusión de
que el cerebro de estas nuevas genera-
ciones es algo así como un monolito en
desierto, ósea, duro como una piedra
rodeado de mucho aire y nadie sabe
por qué ni para que esta ahí, así que
procurare hablar lento y pausado para
que puedas comprender a donde lleva
este texto, responde a las siguientes tres
preguntas.
Cuándo tu docente te dio un libro para
leer, ¿lo leíste o buscaste el resumen del
resumen en internet? ¿Leíste alguno
más?
Hablando de libros ¿cuál fue el último
que leíste por simple gusto, por placer?
Y si respondes Coelho, haz un favor a
toda la raza y matate (no te dispares a la
cabeza, es muy baja la probabilidad de
que le atines a tu neurona con un solo
tiro)
¿Un 51 es tu máxima prioridad y lo
esperas con las mismas ansias que tu
regalo de navidad?
¿Piensas que todo en la vida se consigue
pensando cómo te dicen que pienses,
viviendo sin cuestionar nada, recostan-
do cómodamente en los recovecos de tu
apolillado cerebro?
¿Crees que el mundo necesita una
revolución pero no estás dispuesto a
sacrificar un viernes de parranda, y ni
que decir de perder una hora de tu vida
sin revisar tu Facebook?
¿Piensas que Arjona es un poeta, y que
Maluma es un cantautor, que Pitbull es
inspirado por Borges, que el reggaetón
tiene letras profundas y que nadie en-
tiende las pendejadas que escribes por-
que tus críticos son otra época y nada
tiene que ver que tú eres en realidad un
analfabeto con título de bachiller?
Estoy más que seguro que al ver que
eran más de tres preguntas te dio un
poco de flojera continuar, posiblemente
piensas que soy un mentiroso y que no
vale la pena leer más, debes imaginarme
como un loco barbón y harapiento por
cuestionarte de esa manera, ¿quién hace
esas cosas hoy en día? ¿Quién se atreve
a obligarte a pensar?, debo parecerte un
retrogrado que no entiende nada de tu
nuevo mundo y simplemente como el
simple ente que eres decidiste dejar de
lado este texto. Te felicito mediocre, y
me alegra saber que dejaste de leer esto.
Mis palabras se gastan en mentes vacías
como la tuya, o mejor dicho llenas hasta
el rebalse de porquería, deberías regalar
este ejemplar a alguien que lo disfrute
porque tú ya no tienes salvación.
Ojalá esto se quedara acá, ojalá pudiera
decir que estoy medianamente satisfe-
cho, pero la realidad es que no, y menos
aún al ver con impotencia como se creó
en nuestras narices una maquinaria
gigante que escupe mediocres (antes
escupía hombres que la alimentaba por
que al menos servían de carbón, pero
ahora llena de fugas y sarro se ralentiza
por la defectuosa materia prima que le
queda, ya ni de carbón sirven, malditos
mediocres). Vemos familias mediocres
que crían hijos mediocres que van a
colegios plagados en su mayoría de pro-
fesores iguales a ellos (sujetos apagados
y en automático que se encuentran can-
sados de la enseñanza y que se encargan
por decreto de castrar sistemáticamente
la mente de sus educandos) y que como
corresponde con el tiempo ingresan a
una universidad que podría llamarse el
pináculo de la mediocridad, un lugar
plagado de docentes que olvidaron la
docencia en casa y la moral la prostitu-
yeron por unas faldas, políticos de guar-
dería que solo saben jugar con mierda.
Y tristemente son esos residuos de
hombre los que votan. Estamos jodidos
de kucho a kucho.
Como diría Žižek, aquí lo importante
es hacer la pregunta correcta. ¿Cómo
terminar con este círculo vicioso de
mediocridad? Hacer una lista de tres
pasos seria, sencilla, al mejor estilo de
la Asociación de Mediocres Anónimos.
Paso número uno, aceptar lo que eres
(todos pasamos por esto y es lo más
difícil), aceptar que no das el 110 por
ciento, aceptar que te conformas con
las migajas de esta sociedad enferma,
aceptar que tu interés por progresar
quedo en las fauces de tu perro cuando
se comió tu tarea, aceptar que no lees
por crecer lo haces por obligación. Paso
número dos, desintoxicarte de toda la
porquería que te metieron en la cabeza
desde niño, liberarte de esa música nau-
seabunda que escuchas que no transmi-
te nada, deja de leer a autores basura,
comienza a cuestionar todo no tienes
por qué ser un borrego castrado. Paso
número 3. Lee. Léelo todo. Y cuando te
canses de leer, lee aún más, no solo lo
que te interese, incursiona en todos los
campos del saber. Lee como si tu vista
fuera prestada, porque tu vida lo es. Lee
por qué es lo único que te elevara de la
inmundicia en la que te convencieron
de que pertenece. Recuerda que tienes
voz, pero la voz de un necio la borra el
tiempo. Lee para ti.
“Sergio”
CISTECI
Sobre una cándida histo-
ria de instancias y más.
En mi último año de colegio aprendí
además de los tan útiles ácidos (pentil,
propil, perejil), del ciclo sanguíneo y
de la composición de la sal, tan útiles,
además, para alguien que ha optado
por una carrera en humanidades; que
en realidad los títulos académicos, los
puestos administrativos y lo culto que
diga ser alguien, poco o nada dice de
sus verdaderas capacidades.
Pasa el tiempo y uno cree que todo
lo puede. Todo lo puede hasta que se
aplaza en estadística, y luego de eso
todo puede hasta que se aplaza, de nue-
vo. Puede con todo hasta que conoce
los paros administrativos, docentes, el
cierre de la universidad, o hasta que co-
noce a algún docente de Punata a quien
por alguna razón el puño rojo le tiene
mucho cariño ¿juego de intereses será?
Imposible, cariñito de verdad es; dicen.
De pronto al pensar en esas personas
uno se cuestiona si estuvo bien tomar
el horario de la mañana. Es que tomar
en la mañana es de grandes, de los que
no pierden la matricula, de los que
tienen internet en su casa, los que ya
aprendieron a utilizar el SIS, de los que
se hicieron amigos de los de la UTI. Se
escoge en la mañana porque se tiene
malísima salud y la quimio se da por la
 en estadística?, que te elijan dirigente

IRCOSIS estudiantil. ¿Te cae mal el horario que te

tocó?, se dirigente; haz huelga, ponte a
tapiar la UTI. ¿Te caen mal tus estu-
tarde, porque se vive lejísimos y es bien diantes y te quedan bien los títulos?,
peligroso llegar tarde a casa. Sea cual fácil, postúlate al rectorado. Si te gusta
sea la razón, todas son estúpidas para el figurar y verte inteligente arrastrando
Dr. Rojo, candidato a no sé qué cuestión materias; fuma, haz gestión “cultural”en
de la U, porque solo le interesa un tal la universidad. De preferencia, primero,
Shon. Pero no, se vela por todos, porque
el futuro de la universidad depende de
eso.
Uno puede con todo hasta que se topa
con las elecciones estudiantiles. Hasta
que le ofrecen manicura o tatuajes tem-
porales en pos del aprendizaje liberador.
Hasta que llega el momento de ingresar
a alguna de las urnas improvisadas muy
cerca de los baños, porque se cree que
de alguna forma el olor a lavandina va a
impulsar a que las neuronas funcionen
mejor, para escoger un frente estudian-
til que defienda los derechos (aunque ni
se sabe bien cuáles son esos derechos)
y cuyo nombre no rime con osco, tosco
ni rosco.
Es que este último semestre en la uni-
versidad casi todo parece haber perdido
marca filas con algún frente, la política
valor. El tramite cansador del certifica-
hace buena pareja con la cultura (inter-
do de estudios para el seguro, becas y
culturalidad a propósito del candidato
demás oficios, que se trata más de un
docente), reduce cultura a la venta de
viaje de peregrinación por la constancia
entradas a “talleres” innovadores –que
de los directores académicos “titulares”
según cuentan, dicen siempre lo mis-
que se sienten ofendidos cuando estu-
mo- , quédate con el 80% de las ganan-
diantes que no conocen el significado
cias. Finalmente, cultura es eso ¿no? Al
del respeto hacen lo único que saben
menos en la UMSS.
hacer: ser dirigentes.
Y la cosa se torna así. ¿Te aplazaste
“sweetie“
Repetir, reproducir, y
naturalizar.
Una mentira repetida mil veces llega a
convertirse en una verdad incuestiona-
ble, dijo el padre de la propaganda nazi
Joseph Goebbels. Sobre esta inquie-
tante máxima, es posible examinar un
escenario complejo y enredado como
la educación superior que se rige en la
Universidad Mayor de San Simón.
Dado que esta tiene múltiples dimen-
siones en las que ahondar, nos referi-
mos únicamente a la Carrera de Co-
municación Social, siendo adecuada la
aplicación de los criterios vertidos (por
dumbre y lameculismo entre estos últi-
extensión) a otras facultades y carreras.
mos para con sus docentes. Los nexos
Bien, empecemos por obviedades, por
entre la devolución de favores políticos
las cosas que cualquier estudiante y do-
devengados por pegas (cargos), que
cente medianamente informado puede
terminan por develar agrupaciones que
observar y anunciar mentalmente: “algo
se hacen llamar Unicom, Frente Joven,
va mal aquí, alguien debería hacer algo”.
Renovación, etc. El desenfreno pedagó-
Desde los descontextualizados conteni-
gico de algunos docentes mediocres que
dos impartidos en las materias, hasta la
enseñan a odiar sus materias a pesar
terriblemente aburrida metodología de
de la importancia que estas tienen. El
enseñanza consistente en repetir, repe-
encantador trato humano que brindan
tir, y repetir. Sin dejar de lado el confor-
los administrativos, de los cuales se
mismo del alumnado expresado en un
escucha decir que tienen el mismo tacto
comportamiento ovejuno, es decir dócil
que una hiedra venenosa.
y sumiso hacia sus “educadores”.
Son algunos fenómenos que acontecen
Otras situaciones que la comunidad de
en una mal llamada Carrera de Comu-
Comunicación puede percibir son: la
nicación “Social”, donde huelga aclarar,
priorización del olfato político partida-
hay una escasa y pésima comunicación
rio antes que lo académico en las po-
interinstitucional.
líticas institucionales. La introducción
Por supuesto hay que decir que las
de cada vez más alumnos, pero menos
políticas institucionales tienen la misma
estudiantes. Las relaciones de servi-
eficacia que un velero sin vela, puesto

que a pesar de ser la carrera con ma-
yor población estudiantil, cerca de dos
mil alumnos, y algunos estudiantes, el
progreso académico está inversamente
proporcional a la mediocridad y con-
formismo.
Pero ¿cómo se ha llegado a esto? Sería
aventurarse demasiado especular sobre
las raíces axiológicas del fenómeno. Sin
embargo, he ahí algunas sospechas:
Podemos bautizar el conjunto de ex-
presiones arriba mencionadas como
una “cultura de la mediocridad”, que
entre otras cosas, puede deberse a un
neocolonialismo cultural, esta consiste
en que existiría un imaginario social
donde gobiernan principios coloniales,
es decir una mentalidad eurocéntrica
que concibe al estudiante como objeto,
y no como sujeto, a la enseñanza como
un acto vertical, y no como proceso
cíclico, la administración de cargos
como un “aquí me quedo y mi familia
también”, en lugar de “hagamos gestión
para todos”.
Esta es la misma forma de pensar que
expresa: “yo soy doctor, y tu un alum-
no”, “yo soy algo, tú no eres nada”.
Mas, la culpa no la tiene la historia.
La tienen los “rojos,” los “negros”, los
educandos. Su escasa voluntad por
hacer gestión, su incapacidad de mirar
al futuro, y su repugnante conservadu-
rismo del status quo. Su quietismo con
la cobardía de creer que si algo no está
hecho, otros lo harán. En último térmi-
no el error es su podrida y regurgitada
politiquería.
Algunos docentes autodenominados
“revolucionarios” nos dicen que hay que
“romper paradigmas”, pero se oponen a
rendir exámenes de competencia para
demostrar sus capacidades y conoci-
mientos. Está claro que la coherencia
no es su fuerte. Estos han decaído en
la condición de garrapatas inmundas
arremetiendo con sus fauces al jodido
sistema público para succionar todo lo
que pueden… mientras puedan.
Es preciso superar la brecha, patearla,
escupirla, burlarse de ella, desnatura-
lizarla. Mirar al horizonte. Las cosas
están mal, sí, pero si acaso podemos
arreglarlas, la solución vendrá de los
que piensan, cuestionan, critican y pu-
tean aquello que encabrona para luego
vislumbrar propuestas constructivas.
“homo academicus”
PEDICULOSIS
Los hippies de la U.
Todos convergemos en que este es uno
de los peores momentos institucionales
de la universidad mayor de san simón.
¿Culpables? , Todos los que podamos
señalar a partir de la repartición de
responsabilidades, en mayor o menor
medida, de los estamentos que fueron y
son los llamados a llevar las riendas de
“la mejor universidad del sistema”.
Pero mas que hablar de estructuras,
estatutos , exámenes de competencia,
métodos de selección estudiantil, jerar-
quización docente, categorización de
la calidad de estudiantes...etc., etc., que
al final suena como el impulso románti-
co que aviva los discursos infructuosos
y llenos de demagogia, hay un elemento
del que nadie, sobretodo en el esta-
mento estudiantil, se anima a poner
en debate por lo incomodo que resulta
hacer un análisis de lo que hacen los
propios estudiantes para alimentar su
formación: ¿que hacen los estudiantes
por ellos mismos?.
Para explicarme de manera simple voy a
poner el ejemplo de una familia tradi-
cional. Ya sé que saldrán los teóricos de
la vida a decirme que “tengo una visión
paternalista del estado”, como si ellos
mismos no la tuvieran; pero ese punto
lo tocare mas adelante.
El padre viene a ser el estado si se
quiere ser objetivo, pero para seccionar
la explicación debemos situar ál siste-
ma universitario y quienes lo vinieron
manejando. Naturalmente el padre
anda más ocupado en mantener su pega
mientras despilfarra la plata en burdeles
y les da a los hijos lo necesario para que
no molesten.
La madre, (todos los sindicatos univer-
sitarios), es una vieja gorda que dice
trabajar pero que solo anda quejándo-
se y consiguiendo dinero extra de sus
“deslices” ocasionales.
Los hijos…los hijos, por supuesto vie-
nen a ser los estudiantes.
Por un lado está el hijo responsable, que
vive como puede, sortea todas las trabas
del destino, de sus propios padres inclu-
sive, pero tiene un problema: vive para
él, espera independizarse y mandar
todo al diablo, por tanto el problema
hogareño le vale un pomo mientras a él
no le falte lo que no le tiene que faltar
(seguro,”clases”).
Luego está el hijo irresponsable, ese
que pide plata y se va de juerga con
sus amigos, ese que pide recursos para
libros y la utiliza en organizar fiestas
(“¿ gallos”?), y que cuando le falta para
sus vicios empieza a tirar las cosas de la
casa, golpea al padre y luego se hace a la
víctima.
Por ultimo está el hijo OPA. Que no es
precisamente aquel ser humano que pa-
dece de alguna enfermedad que le afec-
te el desarrollo cognitivo. Básicamente
es aquel que balbucea “conceptos”, come
y come pero no produce. El sistema y
la orgia de filosofías posmodernas y
muy tolerantes le hicieron creer que era
“normal” y con el tiempo que era igual
a Sócrates. El típico hippie “wanna be”
que se masturba la cabeza creyendo que
es intelectual, ese cretino que cree que
hablar de si los gays tienen o no tienen
que casarse, de si las mujeres tienen o
no tienen que abortar y demás triviali-
dades, es mas importante que hablar de
ciencia, economía o desarrollo sosteni-
ble, ese muchacho que tiene una cami-
seta del Che y una botellita de coca cola
en la mano, hincha del indigenismo,
predicador de la “tolerancia” y odiador
de religiosos…ese saltimbanqui que es
bien rojo hasta el momento que le toca
trabajar y salir al mundo.
Este último espécimen es el más dañi-
no y peligroso, porque no piensa y no
deja pensar y porque con sus marchi-
tos y muy elocuentes comentarios de
facebook intenta socializar sus comple-
jos. Este abanderado de la facha rosa se
puso de moda y con su discurso reitera-
tivo y tedioso ha contaminado el pen-
samiento selectivo que debería tener la
mayoría de los que se consideran útiles
para el estudio. Es un perro del hortela-
no, no come por su propia estupidez y
no deja comer por su envidia.
Dicho esto, mirando estas tres razas de
jóvenes que se convierten en la espe-
ranza pueril de este cuerpo enfermo, es
más que obvio que la solución no solo
pasa por proponer reformas que no son
operables si la parte humana falla y no
se quiere superar. Estoy seguro que pue-
de venir el mejor docente de Harvard a
asesorarnos en estructura y métodos de
investigación o enseñanza, pero aun así
no daría resultado, porque el verdadero
problema radica en la mediocridad y
conformismo de nosotros mismos.
Nos quejamos del sistema cuando so-
mos nosotros los que desenvainamos la
espada para hacerse el harakiri siendo
un revolucionario de sofá, un filósofo
de lo absurdo y un odiador del sentido
común.
El cambio debe partir de uno mismo,
de una mirada al nivel que cada uno
tiene, tener vergüenza académica,
aunque esta sea relativa… ¿ustedes me
entendieron no?, Elevar el nivel de uno
mismo para cuestionar al resto es lo que
hace falta. Sea éste un llamado a auto-
criticarnos y trabajar a nivel personal
para superar nuestra chatez mental y
nuestra indiferencia.
“daniel“
 tuación desastrosa durante ocho meses.
La titularización docente por decreto
sumió a la universidad en una de las
peores crisis de los últimos años.
Los docentes son -- deberían ser -- la
crema y nata de la academia. Es cierto
que en nuestro contexto económico,
el salario no le sirve para mantener un
nivel de vida equiparable siquiera al de
los académicos de países vecinos. A esto
se suma la mediocridad visceral y voraz
que existe en el estamento docente de
nuestra UMSS. Un gran porcentaje de
los docentes, no escriben siquiera un
párrafo. No aportan al conocimiento.
No cumplen con la función social, que
mínimamente de la “academia. Parece
La mediocridad callada. que tampoco leen; ni el periódico, son
unos panchos con salario. Yo me pre-
Estamos acostumbrado a que el clima
gunto si la culpa de su mediocridad es
de la Universidad Mayor de San Simón
solo de ellos. Acaso el contexto adverso,
sea inestable: política por aquí y por
el partido oficialista, la política en la U,
allá, paros, huelgas, elecciones, docentes
los estudiantes y todo lo externo influye
violadores, abuso de autoridad, tráfico
a que no se dignen en siquiera aportar
de notas, trostkos, fachos, alumnos va-
un poquito a la ciencia. ¿O será que
gos, autoridades y políticos que lucran
también nosotros los estudiantes influi-
con la academia, consejos universitarios
mos en su estado de reposo mental?
que se limpian el culo con el estatuto
En varias ocasiones tuve el atrevimien-
autonómico, administrativos corruptos,
to de preguntar a mis docentes sobre
robo de equipos, estudiantes bebiendo
la producción intelectual que reali-
y drogándose, pandilleros, grupos de
zan: recibí diversas respuestas. “Estoy
choque, alumnos acuchillados y en-
escribiendo un librito”, escribo en el
carcelados, fraude electoral y docentes
periódico, tengo mi programa de tv,
mediocres. Estos son algunas de los
hago un programa de radio, escribo
problemas que vivimos en el día a día
en el Facebook. Algunos me cambia-
de esta prestigiosa casa superior de
ron de tema y marearon la perdiz. A
estudios.
continuación comparto lo que sé de
El año pasado explotó y vivimos una si-
algunos catedráticos de mi carrera: Bolivia”. Era en muchas de las páginas,
Existen diferentes clases de educado- no más que un mero “copy, paste” de
res. Como dije trabajan en tv, radios, Wikipedia (¿o habrá sido al revés?).
revistas, ONG’s, o escriben artículos En fin, creo que nuestra comunidad
en periódicos, conozco el caso de uno docente es múltiple, existen diferentes
que es al mismo tiempo administrativo. especies de docentes. Considero que los
Hay otro que profiere ser lingüista y se factores externos influyen en nuestro
jacta de haber encontrado más de mil modo de ser. La repetición de conteni-
errores en la versión online del Diccio- dos es un problema serio. La mayoría
nario de la Real Academia de la Lengua solo reproduce la producción intelec-
Española (meu deus ¡qué gran logro!). tual de otros y lo único que producen es
No se conoce otra producción suya, lástima. Su mediocridad es en la mayo-
pero es recordardo porque dicta una ría culpa de ellos. Lo externo influye en
materia de primer semestre, realizaba menor medida, pero su flojera parece
viajes obligatorios e innecesarios, daba incurable. Y los estudiantes somos unos
trabajos que jamás revisaba – caracte- inertes. Si seguimos así me pregunto
rística no exclusiva en él--. Hay otrito ¿dónde vamos a parar?
que escribe o escribía artículos en una
revista cultural: putea sin ton ni son a
quién se le atraviesa de manera soez y
con estilo literario, haciendo uso de su
amplio léxico de insultos. Publicó una
compilación de sus artículos en un libro
y tiene otras dos publicaciones: su tesis
y un ensayo sobre literatura y estudios
culturales. Sé de otro profe que se en-
orgullece de haber hecho una maestría
en una Universidad de EEUU y nos lo
echa en cara cada que puede, algunos
de sus estudiantes se quejaron de que ni
revisa los trabajos, pone directo la nota,
pero bueno, él escribió dos o tres libros
sobre economía, neoliberalismo, colo-
nialismo. ¿Será su producción también
un aporte efectivo? Por último una las
docentes mujeres tiene un libro que
trata sobre “La Historia de la Radio en “thaparanku”
H I S T E R I A
“El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”
No sé y No me importa.
Cuando nos reunimos para organizar lo
que sería esta revista; la sección his-
teria captó mi atención al instante, ya
que es un espacio dedicado a mujeres,
hecho por mujeres. Me llamó la aten-
ción ya que alguien (No me acuerdo
quién, pero su nombre empieza con X y
termina con Avier Jordán), mencionó:
“Sería bueno que mujeres escriban en
esta sección ya que el problema referen-
te a la mujer dentro de la universidad,
está fatal” Yo volví a preguntar, porque
no entendí ni un carajo a que se refería,
y me dijo: “Escribe acerca de algo que
no hayas podido hacer en tu condición
de mujer dentro de la Universidad” a
lo que respondí con un simple y jodido
OK. Porque aún tenía dudas.
Investigué, realicé entrevistas a estu-
diantes y docentes (féminas) dentro de
la Universidad ya que desde mi posi-
ción y en el transcurso de mi camino en
San Simón, Jamás me sentí con menos
oportunidades, discriminada o diferen-
te a cualquier “varoncito” que haya por
aquí. Así inicié mi investigación. Entre
mis entrevistas entró la misma pre-
gunta que debía plantearme ¿Alguna
vez sentiste que no pudiste hacer algo
-Simone de Beauvoir
dentro de la U, por el simple hecho de
ser mujer? Esta pregunta casi siempre
fue contestada de la misma manera, o
no sé si por casualidad pregunté a solo
un tipo de mujeres por así decirlo …“de
bolas”, ya que todas ellas me decían que
No, que aparte del acoso por viejos ver-
des pitos caídos, ellas no sentían dife-
rencia alguna, ya que podían realizar las
mismas actividades: podían postular
a becas, participar en clases, votar por
ejemplo, pero que sí notaban que la
mayoría de los que participaban en el
aula eran varones, ellas argumentaban
que también podían entrar en el área
política ya que ahora hay mujeres que
están en la cabeza del Rectorado, y esto
llevo a otra pregunta: ¿ Crees que las
mujeres que están en la cabeza realizan
un buen rol?¿ o piensas que alguien
mejor podría estar ocupando ese lugar?
obtuve respuestas muy sinceras de: “No
tengo idea” y por eso siento o creo que
la mayoría (por no generalizar) tienden
a tener cierta “apatía política”.
¿What The Fuck? Me auto cuestioné
¿Por qué? ¿Por qué no participan más
mujeres en las clases, cuando en nues-
tra facultad la mayoría somos mujeres?
 en las diferentes variables que podrían
ser la respuesta: Tal vez a las chicas les
da flojera, tal vez no es un tema de su
interés, tal vez es porque están demasia-
do ocupadas estudiando jajajaja.
Creo que es algo que no llegaré a saber
¿Por qué no saben acerca de la situación por el momento, pero de algo estoy se-
política dentro de la Universidad? ¿Por gura y es que me di cuenta que andaba
qué no hablan o plantean sus ideas, fijándome en otras chicas y no en mí,
comentarios, dudas, etc? ¿Por qué los pese a que participo, comento y ha-
docentes viejos se creen galanes y andan blo en clases acerca de mis dudas, mis
jodiendo como si una les fuese a dar ideas, y mis opiniones, siento que debo
bola? A no, perdón, me perdí. seguir aprendiendo más de lo que ya sé,
En una entrevista con una licenciada, porque a la larga resulta una reverenda
muchas dudas fueron resueltas pero mierda no saber poco o nada acerca del
también algunas nacieron. Empecé lugar al que vas todos los días, acerca
preguntándole ¿Por qué se había ani- de las normativas de la Universidad a
mado a entrar en el área política dentro la cual conoces como si fuese tu propia
de la Universidad? Ella me dijo que lo casa, acerca de las cosas que puedes o
hizo para conocer sus derechos dentro no hacer dentro de esta, acerca de las
de la institución, algo que me pareció cosas que puedes o no exigir por dere-
formidable ya que siendo honesta yo cho. Creo que cada una puede cambiar
no los conozco en su totalidad y sé que el mundo desde su propia trinchera,
no soy la única boluda que los ignora, con cambios pequeños, dando más
al escuchar su respuesta me sentí así, valor o un poco más de importancia a
una completa boluda ya que imagine las cosas que tal vez muchas veces nos
cuantas cosas pudo aprender y descu- parecen una vil chapuza. Empecemos
brir esta licenciada con solamente dar participando más en el aula, interro-
un pequeño paso que cualquier mujer gando cuando se tenga alguna duda,
puede dar pero que aun así no todas se levantar la voz cuando se vea algo que
animan a hacerlo, incluyéndome, hasta no está bien, no simplemente pasar de
ese momento. Charlamos un ratito y largo como un grogui, diciendo lo que
estuvimos chismorreando acerca de este piensas sin miedo a equivocarte ya que
tema, no llegamos a alguna conclusión estás en la Universidad para eso, para
ya que no se trataba de una cuestión de aprender ¿Quieres empezar el cambio?
discriminación o algo parecido. Pensé
“catherine sin nombre”
¿Y la integridad moral qué?
Al querer hablar sobre estos asuntitos
dentro la Sansi, decir que me vienen en
mente más de un millón de casos, es
decir poco. Y para evitar divagar prefie-
ro dirigirme a lo que me consta: a veces,
lo confieso, me siento alterada por los
actos impúdicos de algunas muchachas
de la U.
Pero ¡qué va!, ¿no?, todos somos libres
de hacer con nuestra vida lo que nos
venga en gana, ¡incluidas las muje-
res! Aunque luego los sansimonianos
puedan señalarte como la vendida del
semestre.
Las chicas, o sea “las decentes”, siempre
deben esperar que los chicos hagan
todo el galanteo. No pueden salir con
cualquier zarrapastroso, borracho y
amiguero, ojo. Estudian y son respon-
sables desde la punta de sus cabellos
hasta las mugrientas uñas de sus pies y,
pues, ni por si acaso deben asomarse a
la idea de galantear con un docente. Eso
sería un pecado capital y la excomunión
cristiana de la pobre susodicha. Pero
en ciertos casos, todos esos asuntitos
morales se hacen a un lado con tal de
aprobar una materia. Eso es lo peor.
Suponiendo que existe un incondicio-
nal respeto por el carácter de los otros,
siempre llega un momento en el que
se te sale la conciencia moral que te
enseñaron en casa. Siempre viene a tu
cabeza el respeto que cada mujercita
debe tener consigo misma. Si se hablara
de nobles sentimientos, ni el propio Je-
sucristo podría juzgarte, pero cuando se
trata de artimañas femeninas, en todo
el sentido malévolo de la palabra, creo
que podemos lanzar la piedra criticona,
discúlpenme.
Venderse por haber rendido a medias
me parece un acto completo de hipo-
cresía. Es pensar constantemente en las
salidas fáciles, como por ejemplo: “si no
la logro de esta manera, siempre está la
cita clandestina” o “le voy a tener que
charlar” o “aprovecharé el viajecito a
Tarija para conquistarlo al Soto”. Enton-
ces ¿para qué demonios entrar a cursar
una carrera, que en teoría es compleja,
si siempre buscarán la salida simple?
Aunque personalmente no le vea nada
de simple el acercarte tanto a un ser que
causa tal repulsión por todos los com-
plejos que representa.
Y la responsabilidad y respeto por una
misma que nuestros papitos nos ense-
ñaron en casa ¿dónde están? O ¿es que
estos asuntos morales ya no se enseñan?
¿O me estoy rayando?
Este desliz mediocre que mostramos en
nuestra travesía universitaria no es más
que el reflejo de la sociedad que nos
mece y amolda a su antojo. Nos ence-
guece y permite que seamos arrastrados
a manejarnos en estos rieles de como-
didad. ¿No me entienden? Me refiero a
esa comodidad del fraude, de la corrup-
ción, de las salidas fáciles, de la socie-
dad de las “Roscas”, que ahora tenemos
instauradas. Pienso que estos son los
nuevos valores que se están forjando en
casa donde “el vivo” o “el pendejo” son
los ejemplos a seguir.
Por este motivo la mayor parte de los
estudiantes y profesores de nuestra
triste universidad, se manejan en este
ámbito de insuficiencia. Todo gira en
torno al sistema en boga del rebaño
obediente, porque el rebaño siempre es
fácil de seguir. Y las estudiantes que se
prestan a estos actos impúdicos –por así
decirlo–, hacen lo mismo, tratando de
solucionar sus problemas de la forma
más facilona posible.
Sólo me arriesgo a señalar –con el
dedo– que si vamos a vendernos sean
por cosas más caras, como por ejem-
plo el corazón, la razón, la convicción,
la revolución, la madre… y no por la
vagancia. Y que deberíamos cumplir
los compromisos que van ligados a una
profesionalización, como la ética y la
integridad, que si no es de la persona fí-
sica en sí, al menos sea de la conciencia
de haberlo logrado por el esfuerzo ab-
soluto y no a medias. Nadie ha sujetado
una pistola y los ha obligado a estudiar.
Agarren de lo más recóndito de su ser
un poco de valentía y demuestren de
qué está hecha la juventud, porque la
esencia de la juventud no está hecha a
medias, carajo.
“khinsa charaña”
ASTIGMATISMO

Fotografía. Fosi