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DECLARACIÓN DE ROSARIO
La Carta de Fortaleza (1995); la Carta de la Habana (1997); la Plataforma de Quebec (2000), establecen los principios orientadores
del movimiento de los responsables locales de salud de las Américas, basado en la concepción de salud como derecho universal y
en el fortalecimiento del poder local, con el objetivo de contribuir a la profundización de un diálogo multilateral entre las naciones del
continente americano, reforzando la autonomía y la democratización de las relaciones entre sus pueblos y naciones.
Desde Quebec se observa en el escenario internacional un agravamiento de las consecuencias del proceso de globalización bajo la
lógica neoliberal, cuyo corolario viene siendo una progresiva profundización de las inequidades entre los países de la región de las
Américas y al interior de los propios países. Un hecho incuestionable es el proceso de urbanización acelerada como resultado de la
creciente exclusión que expulsa enormes contingentes de población del campo hacia las ciudades en búsqueda de mejores
condiciones de vida. Estas expectativas se frustran paradojalmente frente al desempleo, el crecimiento de los asentamientos
La explosión del fenómeno urbano tiene características que presentan un desafío a las gestiones por la cantidad y diversidad de
problemas interrelacionados que afectan a todos los sectores sociales, pero en especial a los más vulnerables. Se destacan la
cultura de la violencia, una provisión de servicios básicos inadecuada o inexistente, el recrudecimiento de las enfermedades
transmitidas por vectores que traspasan las fronteras geográficas, además de la tendencia a un progresivo envejecimiento de la
población en condiciones de vulnerabilidad y exclusión. Esta complejidad viene a reforzar la necesidad de un enfoque salud como
expresión de las condiciones y calidad de vida, además de un acceso a los servicios de salud. Refuerza también el valor de la
democracia, de la ciudadanía y de la participación y del empoderamiento social para enfrentar cuestiones tan avasalladoras para el
continente.
-La salud como un valor social fundamental, un bien público, garantizado por el Estado como derecho universal integral y con
equidad.
-La descentralización como impulsora de procesos democráticos participativos de empoderamiento de los ciudadanos y sus
comunidades, desde la perspectiva de la salud como proceso y producto social que posibilite, además de la atención de salud, la
calidad de vida.
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14/2/2018 Declaración de Rosario - DISCURSOS Y ESCRITOS - Miguel Cappiello
-El gobierno local como un espacio privilegiado de desarrollo de un nuevo contrato Estado-ciudadanos, desburocratizado,
democrático, con efectiva participación social y que articule los diversos sectores que contribuyen al mejoramiento de la salud y la
calidad de vida.
Para que los puntos precedentes se cumplan efectivamente, se requiere que los gobiernos nacionales y provinciales asuman su rol
de garantes del derecho a la salud, reconociendo y compensando las diferencias de los espacios locales para asegurar la equidad.
Estos principios forman parte del movimiento de los responsables locales de salud de las Américas desde su creación en 1995
hasta este momento en que se concretiza la Red Américas planteada en Quebec donde se articulan las redes nacionales de
responsables locales de salud y entidades asociadas en este esfuerzo. La Red se propone como un efectivo observatorio de los
procesos de los países, respecto a la salud como derecho universal y la descentralización como equidad. Además se constituye
como un espacio para compartir experiencias innovadoras y construir colectivamente alternativas superadoras de la actual situación
Afirmamos que la Red Américas es un foro privilegiado para estrechar lazos y favorecer el intercambio de experiencias en una
perspectiva de construcción colectiva, cultural y política entre los responsables locales de salud y diversos movimientos que
La Red Américas está constituida en este momento por los siguientes integrantes: Red de Secretarios Municipales de Salud de
Argentina, Asociación Latinoamericana de Medicina Social, Consejo Nacional de Secretarios Municipales de Salud de Brasil,
Corporación de Secretarios Municipales de Salud de Colombia, Instituto Nacional de Salud Pública de Quebec, Red Quebequense
de Ciudades Saludables y representantes de gobiernos locales de Bolivia, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Haití, México,
Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Esta Red cuenta con el apoyo y colaboración de la Organización Panamericana de la Salud.
Debemos garantizar mecanismos de coordinación, de movilización y sustentabilidad para la Red Américas a través de la
elaboración de un plan de trabajo que deberá ser presentado en un plazo de seis meses, incluyendo la implementación de su sitio
web;
apoyar a sus integrantes en la elaboración de proyectos que viabilicen su efectiva actuación en la Red, y reafirmar la continuidad del
Núcleo Ejecutivo de la RED a cargo del Consejo Nacional de Secretarios Municipales de Salud de Brasil;
elaborar con los países para la identificación de nuevos parceros que contribuyan en la efectivización de los principios enunciados
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buscar nuevas fuentes que posibiliten una sustentabilidad financiera efectiva para garantizar la implementación del plan de trabajo
de la Red;
ampliar la convocatoria para el próximo congreso de 2004, estimulando la participación de sectores interrelacionados con el
mejoramiento de las condiciones de vida y de salud, así como de asociaciones u organizaciones comunitarias;
contemplar en los contenidos de la programación del próximo congreso los aportes de los sectores antes mencionados;
realizar el próximo congreso de los Responsables Locales de Salud de las Américas en 2004 en la Ciudad de México;
expresar nuestra solidaridad con el pueblo argentino, en la crisis más profunda y dramática de su historia, causada por la aplicación
del modelo neoliberal. Este país, rico en todo tipo de recursos, nos muestra hasta el extremo de niños muriendo de desnutrición, el
resultado de la implementación sistemática de políticas que cuidan más la salud del capital que la vida y la salud de su pueblo.
Finalmente, los participantes de este congreso nos sumamos a la lucha de todas las mujeres y todos los hombres, a la lucha de
todos los pueblos americanos, en la conquista de sus plenos derechos, donde se destaca el derecho fundamental a la salud. La
universalidad de la salud es un reto fundamental en la construcción de una patria grande, democrática y libre, donde todos puedan
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