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KI
“No deberías de creer en el Ki, pero debes estar seguro de que lo cultivas”
El Aikido propaga el uso del concepto Ki. El Aikido es una de las artes marciales
espirituales denominada como “zen en movimiento”. El nombre de Aikido puede ser
traducido como “el camino para la armonía del ki”. No obstante, la definición del
concepto ki es un tema bastante controvertido.
Hay quien opina que la entidad física del ki simplemente no existe. Sin embargo, el
espíritu, la intención, la coordinación bio-psicológica a través de la relajación y
meditación son conceptos utilizados en la práctica. Estos aikidokas tienden a explicar
este concepto desde los aspectos psicológico/espirituales.
Otros aikidokas opinan que la entidad física del ki existe y puede transmitirse a través
del espacio. Ellos, al contrario que los anteriores, utilizan conceptos como el ki del
universo, extensión del ki, etc.
Sin embargo, lo importante del tema es que la mayoría de los aikidokas siguen
planteándose el concepto del ki estudiándolo cada día.
Esta ha sido la pregunta más difícil que se han preguntado los aikidodas. En el estudio
de la naturaleza del ki, más que en cualquier otra materia del aikido, los aikidokas deben
buscar su respuesta constantemente. Las últimas palabras sobre el estudio de la
naturaleza del ki las pronunció el anterior Doshu, Kisshomaru Ueshiba, el hijo de O
Sensei:
ENTRADA (IRIMI)
Entrar, o “irimi” es una de las técnicas básicas del aikido y está relacionada con la
entrada o penetración dentro del atacante. En un nivel básico, irimi es un movimiento
que significa dar un paso hacia delante para llegar al atacante. En aikido los
movimientos suelen ser circulares o en espiral; irimi permite entrar dentro de ese
movimiento circular, así que la energía del ataque del contrario puede ser controlada
dentro de un plano circular (similar a la idea de coger un frisbee al vuelo con el dedo,
permitiendo que la energía circular gire alrededor del dedo para luego desviarlo en la
misma u otra dirección con el mínimo esfuerzo).
UKEMI
“El buen ukemi consiste en moverse durante la técnica buscando una oportunidad para
escapar (perdón, quería decir enseñar) a tu oponente (perdón, quería decir compañero)
tratando de hacer lo oportuno con nuestro brazo o cuerpo”
Ukemi debe ser descrito como el arte de recibir una técnica. La práctica del ukemi
incluye caídas. A continuación se exponen varias razones por las que practicamos ukemi
en Aikido, y el por qué de la importancia del ukemi en el entrenamiento:
1. Para preservar nuestra seguridad. No es sólo para evitar la confrontación, sino para
estar preparado por lo que va a pasar en el encuentro y, después, para poder buscar una
forma de colocarse en un sitio seguro y, si es posible, escapar.
2. Para mejorar las caídas. Una parte del proceso de aprendizaje consiste en colocarse en
el “otro” lado del conflicto; debemos de preguntarnos qué se siente al ser controlado por
una determinada técnica. Tenemos que observar la técnica de la otra persona,
especialmente si es un veterano o un maestro. Estar preparado para hacer el ukemi
significa que podemos seguir el transcurso de los acontecimientos para “observar” con
el cuerpo y la mente.
3. Aprender a escuchar con el cuerpo. Las buenas caídas requieren sensibilidad con el
compañero. A menudo nos acostumbramos tanto a la rutina de las caídas o proyecciones
que olvidamos lo fundamental, armonizar nuestro movimiento con el del compañero.
Cuando hacemos de uke tenemos una oportunidad para profundizar en la recepción y
percepción de nuestro movimiento. Debemos de ser conscientes durante toda la técnica
de la idea de sensibilidad con el compañero.
4. Para ayudar a nuestro compañero a aprender. Ser un buen uke significa conectar con
la proyección, manteniendo la conexión para mejorar la técnica. Ser un buen uke
permite trabajar la técnica sin riesgo de lesiones.
5. Para condicionar nuestro cuerpo. La realización del buen ukemi requiere mucho
trabajo, como el mantenimiento de la conexión, la flexibilidad y el estado de atención
constante.
Saotome Sensei decía en su libro “Los principios del Aikido”: “El entrenamiento del
buen ukemi nos permite ver el verdadero futuro porque nuestra visión está basada en la
observación y la intuición, es como una decisión arbitraria hecha a lo largo de la
evidencia. El buen ukemi representa el mismo sentimiento que tiene un pescador
experimentado que puede sentir el tiempo que va a hacer.”
ATEMI
“Cuando tuve que golpear a alguien con el arma más grande pude encontrar: la Tierra”
Atemi significa literalmente golpear con el cuerpo. Una explicación simple del atemi es
que son golpes. Algunas personas insisten en definiciones rigurosas como golpes sobre
determinados puntos. Uno de los propósitos del atemi es distraer al contrario, y pueden
enfocarse desde las manos, los dolores o incluso, los agarres. Nos ayudan a movernos
mejor. En este contexto, podemos recordar el atemi como “una perturbación del ki de
nuestro oponente”.
Algunas interpretaciones del atemi parten de la no necesidad de un golpe real que cause
un efecto sobre el uke, estas son las que estudian el balance psíquico y psicológico del
uke, para facilitar la aplicación de una técnica. Algunos postulan que el mejor método
para romper ese balance psíquico y psicológico del uke es un verdadero golpe,
especialmente cuando nos encontramos con una fuerte resistencia.
Otros postulan que el atemi nos encamina hacia el “ki de proyección” del uke,
adentrándonos en su espacio vital y provocando una serie de respuestas que
desencadenan el golpe físico.
Algunos sienten la importancia del atemi como coadyuvante de las técnicas, como si
fueran independientes de éstas. Este es un sentimiento personal. Esto distingue el aikido
(en opinión de algunas personas) del resto de las artes en las que el atemi es lo principal
“Volar con cualquier cosa puede provocar que tu mente sea libre: Manténte
centrado aceptando todo lo que hagas. Esto es lo último y principal.” Chuang Tzu.
El centro -en las artes marciales- es el “medio” del cuerpo. Está localizado en el
abdomen (“hara”) y es el foco u origen que canaliza la energía o ki cuando
ejecutamos las técnicas. Como ejercicio para comprender este concepto puedes
intentar levantar algo que esté situado frente a ti, y luego trata de levantar el
mismo objeto situado a un lado; es más fácil cuando está “centrado”. Mantener
una conexión con el compañero de práctica hace que el aikido resulte más fácil.
EXTENSIÓN
“Si golpeas a alguien con una silla y extiendes tu energía a través de la silla, estás
haciendo una técnica de aikido”
Un molesto jugador (en más de una ocasión todos o casi todos) han ofendido con su
conducta a su Daimyo, y este le pide "amablemente" que cometa seppuku.
Pues bien, aquí tenéis como se realiza la ceremonia del seppuku con todo lujo de
detalles, para que impresionéis a vuestros jugadores.
El suelo se cubre con esferas futón de paja. En el centro se coloca un gran cojín blanco.
A la derecha de este se coloca una bandeja con papel de arroz, un pincel y un tintero. A
la izquierda un cubo de madera. La katana en los ganchos superiores y la saya (vaina)
del wakizashi debajo. El kaishanu-nin (se trata de una persona de confianza que se
encarga de cortarle la cabeza) debe situarse junto al cubo, ligeramente detrás del que
realiza el seppuku.
El que realiza el Seppuku se arrodilla y medita hasta encontrar la muga, el estado de paz
interior. Coge la bandeja y la pone delante de el. Mezcla la tinta y escribe en el papel de
arroz su Haiku en caracteres kanji (caracteres japoneses), que serán recitados por él
mismo antes de continuar con la ceremonia. Después devuelve la bandeja a su sitio.
Un ayudante entra con otra bandeja blanca con un vaso de cerámica y una pequeña
botella de sake. El ayudante se arrodilla delante de él y se saludan. El que realiza el
seppuku se sirve en el vaso y levantándolo bebe dos pequeños sorbos , una pausa y otros
dos sorbos y devuelve el vaso a la bandeja. El ayudante se retira con la bandeja a otro
lado de la habitación.
Después de esto se espera que el que realiza el seppuku diga unas palabras del motivo
por que realiza este acto para devolver el honor a su familia. Termina haciendo una
reverencia a todos los presentes. Enderezándose, debe de despojarse de las prendas que
le cubran el torso, sujetando las mangas del kimono bajo las rodillas.
El ayudante se aproxima con otra bandeja blanca con el wakizashi, la espada debe de
estar en vuelta en papel de arroz, sujeta por tres puntos con una cuerda roja. Solo debe
dejarse descubierta 3 centímetros de la hoja y el puño del arma. La espada debe de
quedar apuntando hacia la izquierda, con el filo hacia el que realiza el seppuku .El
ayudante se arrodilla de nuevo, saluda y se levanta y rodea por la derecha hasta situarse
un poco mas atrás del Kaishanu-nin arrodillándose.
Entonces el que realiza el acto, coge el wakizashi y empieza a cortar desde el lado
izquierdo del abdomen ligeramente por debajo del ombligo hacia la derecha. El segundo
corte sube hacia el corazón. Entonces el Kaishanu-nin corta la cabeza para evitar que el
dolor se muestre en el rostro evitando así el deshonor. Las espadas deberán de
entregarse a su familia.
Aikido
Entre las disciplinas modernas de combate derivadas de las diversas
formas de bujutsu (con y sin armas) practicadas por los bushi del Japón feudal,
el arte del aikido parece ser el método que, en todos los niveles de su práctica,
se basa en la doctrina del haragei, considerándose esta doctrina como la
clave para esa estabilidad mental y extensión del poder coordinado sobre el
que (tal como los instructores de aikido sostiene casi unánimemente) depende
la correcta solución de problemas estratégicos. En los importantes trabajos
publicados sobre el tema , los dos conceptos básicos de la teoría son
inmediatamente reconocidos como fundamentos internos esenciales del arte.
El hara (definido también como seika-no-itten o seika tanden se traduce como
el «centro», «un punto» o «núcleo» ) y el ki se consideran tan vitales para el
arte, en efecto, que sin ellos «no hay aikido». Huelga decir que los factores
externos del arte, las estrategias de combate y las técnicas de inmovilización y
proyección son elementos importantes del método, pero su correcta ejecución
depende del adecuado desarrollo y eficaz utilización de ese centro interior de
estabilidad mental y poder coordinado. En este contexto, en efecto, dicen que
un instructor de aikido de alto rango había admitido con presteza que las
técnicas físicas del arte podían aprenderse con facilidad, pero que el desarrollo
de la energía interna necesaria para su correcta ejecución exigía un período de
tiempo mucho más largo, convirtiéndose en un proceso bastante extenso
conforme el estudiante pasaba de los niveles inferiores a los superiores de
coordinación interior. La definición de ki hallada en la doctrina del aikido está
relacionada con la dimensión cósmica del haragei, que se halla profundamente
imbuida de la cosmogonía tradicional del Japón (especialmente tal como se
expresa en las formas del sintoísmo). Comenzando con el estado original del
caos y la unificación de la realidad en el flujo dinámico de la vida, esta doctrina
en último término asigna un significado espiritual a la fuerza de esa vida y la
califica como principalmente «mental» o interior. Gluck observó que para el
maestro de aiki, la fuerza es mental. Pero el cuerpo es una herramienta. Si lo
único que se hace con el cuerpo es entrenarlo, se crea un desequilibrio y en la
vejez el atleta sufre, debe siempre «mantenerse en buen estado» aunque sus
órganos internos puede que no sean capaces de soportar el necesario esfuerzo
muscular. Pero el cuerpo sólo sigue a la mente, por lo que el hombre aiki
entrena su mente, desarrollando su sistema nevioso hasta el máximo para
poder usar con mayor eficacia los músculos. El resultado es una fuerza
corporal que la gente aiki llama ki o «fuerza de la vida», un nombre que
usaremos hasta que los fisiólogos occidentales estudien este fenómeno y le
den un nombre científico más aceptable.
En aikido, por consiguiente, toda la práctica tiene como finalidad
desarrollar esta centralización interior y su extensión coordinada de poderes
vitales. El arte, en efecto, emplea aquellas antiguas disciplinas de meditación,
concentración y respiración abdominal que ya hemos hallado en otras artes
marciales y que explican el poder superior de los estudiantes que buscan el
desarrollo interior, comparados con aquellos que se concentran
primordialmente en los factores externos del arte. En aikido, las relativamente
estáticas técnicas de meditación, centralización y respiración abdominal se
usan como introducción a los ejercicios dinámicos de extensión, así como a las
técnicas de combate. Todos estos ejercicios, sin embargo, se contemplan como
vectores de poder centralizado, como modos de controlar la realidad (concreta
e inmediata) y no meramente como guías para la contemplación o la
introspección estáticas con la idea que sea un fin en sí misma.
SUMO
El arte del haragei, a los ojos de un conocedor de la lucha tradicional en
Japón, es la inspiración para la totalidad de la teoría y la práctica del sumo,
incluso en la actualidad. El haragei se expresa visualmente, para empezar, en
el mismo desarrollo somático del sumotori. Harrison, a principios del siglo xx,
ya había observado que, contrariamente a las tendencias en el campo del
entrenamiento atlético, los japoneses parecían asignar mayor importancia a
una gran «base» o «vientre» que a un «pecho hinchado» (Harrison). Esta
observación es hoy igualmente válida, cuando las razones detrás del «vientre
tonel» son más valoradas en más lugares. En su libro Zen Combat, Gluck
relaciona el desarrollo abdominal de estos atletas japoneses con la respiración,
«el alma en la idea del estómago» (Gluck), que es el principal ejercicio en el
haragei para desarrollar el tremendo poder generado por los sumotori en
acción. Taiho, un ex-campeón de sumo, ofreció una demostración de este
poder fuera del ring al señor Harrison, que había invitado a un joven americano
a darle una patada en el estómago. Él se había puesto «con las piernas
ligeramente flexionadas» y las manos sobre las rodillas, una postura de
poderosa defensa vista a menudo en las esculturas orientales. Cuando el
americano se lanzó contra el japonés y, en el mejor estilo de karate, lanzó su
puño derecho contra la enorme barriga del sumotori, el último «dio a su pesado
abdomen un impulso hacia delante», arrojando al americano hacia atrás
(Harrison).
Se sabe que todos los Bushi debían conocer esta técnica y dominarla. Algunos
de ellos llegaron a perfeccionarla tanto que lograron crear una disciplina
independiente, llamada Kiaijutsu.
El tercer paso será la unión de la energía generada (Ki) con la fuerza muscular
(Chikara) por igual, de forma estática o en movimiento, bajo la forma de un
empujón, un golpe o cualquier otro movimiento que requiera una expresión
poderosa. El sonido gutural será pleno.
Los efectos a nivel curativo son dignos de tratar. Se cuenta que el maestro
Kunishige, profesor de la escuela de Jujutsu Shinden Isshin ryu, fue capaz
de revivir con un Kensei a un hombre que yacía inconsciente después de una
caída.
Como colofón a este texto, quisiera rescatar las palabras del legendario rônin
Miyamoto Musashi, el cual escribe en su obra Gorin no sho acerca del Kiai
en combate. En el libro del fuego relata detalladamente, basado en su
experiencia de combate, la práctica del Kiai (sic): " ...durante la lucha, la voz
adquiere un timbre bajo, elevando el grito cuando atacamos. Después del
enfrentamiento, gritamos en la estela de nuestra victoria. En combate singular,
simulamos que nos disponemos a atacar y gritamos al mismo tiempo para
perturbar al enenmigo, entonces en la estela de nuestro grito, cortamos con el
sable largo. Gritamos después que hemos abatido al enemigo para anunciaer
nuestra victoria. A esto se le denomina Sen go no Koe (voz de antes y
después). No gritamos nunca al mismo tiempo que blandimos el sable sino
durante el combate, para entrar en ritmo".
El Haragei.
CENTRO/HARA/HARAGEI
“Volar con cualquier cosa puede provocar que tu mente sea libre: Manténte centrado
aceptando todo lo que hagas. Esto es lo último y principal.” Chuang Tzu.
El centro -en las artes marciales- es el “medio” del cuerpo. Está localizado en el
abdomen (“hara”) y es el foco u origen que canaliza la energía o ki cuando ejecutamos
las técnicas. Como ejercicio para comprender este concepto puedes intentar levantar
algo que esté situado frente a ti, y luego trata de levantar el mismo objeto situado a un
lado; es más fácil cuando está “centrado”. Mantener una conexión con el compañero de
práctica hace que el aikido resulte más fácil.
EXTENSIÓN
“Si golpeas a alguien con una silla y extiendes tu energía a través de la silla, estás
haciendo una técnica de aikido”
Entre las disciplinas modernas de combate derivadas de las diversas formas de bujutsu
(con y sin armas) practicadas por los bushi del Japón feudal, el arte del aikido parece ser
el método que, en todos los niveles de su práctica, se basa en la doctrina del haragei,
considerándose esta doctrina como la clave para esa estabilidad mental y extensión del
poder coordinado sobre el que depende la correcta solución de problemas estratégicos.
En los importantes trabajos publicados sobre el tema , los dos conceptos básicos de la
teoría son reconocidos como fundamentos esenciales del arte.
Gluck observó que para el maestro de aiki, la fuerza es mental. Pero el cuerpo es una
herramienta. Si lo único que se hace con el cuerpo es entrenarlo, se crea un
desequilibrio y en la vejez el atleta sufre, debe siempre «mantenerse en buen estado»
aunque sus órganos internos puede que no sean capaces de soportar el necesario
esfuerzo muscular. Pero el cuerpo sólo sigue a la mente, por lo que el hombre aiki
entrena su mente, desarrollando su sistema nevioso hasta el máximo para poder usar con
mayor eficacia los músculos. El resultado es una fuerza corporal que la gente aiki llama
ki o «fuerza de la vida», un nombre que usaremos hasta que los fisiólogos occidentales
estudien este fenómeno y le den un nombre científico más aceptable.
En aikido, por consiguiente, toda la práctica tiene como finalidad desarrollar esta
centralización interior y su extensión coordinada de poderes vitales. El arte, en efecto,
emplea aquellas antiguas disciplinas de meditación, concentración y respiración
abdominal que ya hemos hallado en otras artes marciales y que explican el poder
superior de los estudiantes que buscan el desarrollo interior, comparados con aquellos
que se concentran primordialmente en los factores externos del arte. En aikido, las
relativamente estáticas técnicas de meditación, centralización y respiración abdominal
se usan como introducción a los ejercicios dinámicos de extensión, así como a las
técnicas de combate.
Otro autor que exploró el contenido filosófico del haragei, Durckheim, también
usó el ejemplo del sumotori para describir el tipo de poder generado por la
centralización abdominal -un poder que permite al atleta empujar a otro por encima de
la cuerda del círculo casi sin tocarlo.
“El suelo se cubre con esferas futón de paja. En el centro se coloca un gran cojín blanco.
A la derecha de este se coloca una bandeja con papel de arroz, un pincel y un tintero. A
la izquierda un cubo de madera. La katana en los ganchos superiores y la saya (vaina)
del wakizashi debajo. El kaishanu-nin (se trata de una persona de confianza que se
encarga de cortarle la cabeza) debe situarse junto al cubo, ligeramente detrás del que
realiza el seppuku.
El que realiza el Seppuku se arrodilla y medita hasta encontrar la muga, el estado de paz
interior. Coge la bandeja y la pone delante de el. Mezcla la tinta y escribe en el papel de
arroz su Haiku en caracteres kanji (caracteres japoneses), que serán recitados por él
mismo antes de continuar con la ceremonia. Después devuelve la bandeja a su sitio.
Un ayudante entra con otra bandeja blanca con un vaso de cerámica y una pequeña
botella de sake. El ayudante se arrodilla delante de él y se saludan. El que realiza el
seppuku se sirve en el vaso y levantándolo bebe dos pequeños sorbos , una pausa y otros
dos sorbos y devuelve el vaso a la bandeja. El ayudante se retira con la bandeja a otro
lado de la habitación.
Después de esto se espera que el que realiza el seppuku diga unas palabras del motivo
por que realiza este acto para devolver el honor a su familia. Termina haciendo una
reverencia a todos los presentes. Enderezándose, debe de despojarse de las prendas que
le cubran el torso, sujetando las mangas del kimono bajo las rodillas.
El ayudante se aproxima con otra bandeja blanca con el wakizashi, la espada debe de
estar en vuelta en papel de arroz, sujeta por tres puntos con una cuerda roja. Solo debe
dejarse descubierta 3 centímetros de la hoja y el puño del arma. La espada debe de
quedar apuntando hacia la izquierda, con el filo hacia el que realiza el seppuku .El
ayudante se arrodilla de nuevo, saluda y se levanta y rodea por la derecha hasta situarse
un poco mas atrás del Kaishanu-nin arrodillándose.
Entonces el que realiza el acto, coge el wakizashi y empieza a cortar desde el lado
izquierdo del abdomen ligeramente por debajo del ombligo hacia la derecha. El segundo
corte sube hacia el corazón. Entonces el Kaishanu-nin corta la cabeza para evitar que el
dolor se muestre en el rostro evitando así el deshonor. Las espadas deberán de
entregarse a su familia.”
Qué es el Kiai
La palabra Kiai, cuyos ideogramas son iguales a los de la palabra Aiki, podemos
descomponerla en Ki – que significa energía, mente o voluntad- y Ai – contracción del
verbo awaseru que significa unir. Luego el Kiai es la unión de la energía Ki y su
posterior expansión. Según los expertos, el poder del Aiki es silencioso, mientras que el
Kiai es un vector de poder, algo que desarrolla increíblemente el aspecto físico. El Kiai
era uno de esos atributos inherentes al Bujutsu que provocaba en los movimientos de
combate un incremento notable de su eficacia.
El Kiai es también utilizado por diferentes movimientos religiosos en Japón, tales como
la secta Shingon, la cual basa su enseñanza del Kiai en el rito del Taky Shugyo, un tipo
de meditación bajo las heladas aguas de una cascada.
Se sabe que todos los Bushi debían conocer esta técnica y dominarla. Algunos de ellos
llegaron a perfeccionarla tanto que lograron crear una disciplina independiente, llamada
Kiaijutsu.
En primer lugar deben tenerse en cuenta dos conceptos: el centro energético del hombre
y la respiración abdominal. Un alumno avanzado de cualquier escuela debería empezar
a preocuparse de buscar su centro vital, Kikai o Saika Tanden, dentro de su región
abdominal (Hara). Este acostumbra a estar dos o tres dedos por debajo del ombligo. En
Japón el dominio de Hara era fundamental, pues esta cualidad determinaba la fuerza, la
calma o la serenidad, entonces se decía que el hombre tenía vientre (Hara no Aru
Hito).
A partir de aquí, saber distinguir entre la respiración pulmonar y la respiración
abdominal. Para respirar con el vientre debemos imaginarnos una esfera situada en
nuestro centro vital. Cojeremos aire expandiendo los músculos de esta zona, hinchando
la esfera. Luego desplazaremos la esfera hinchada hasta caja torácica, donde
continuaremos hinchándola hasta su máximo. A continuación empezaremos a vaciar de
aire esa esfera, primero desde el tórax y luego bajándola al vientre donde acabaremos de
vaciarla contrayendo completamente los músculos abdominales y sacando todo el aire,
dejando que el diafragma nos ayude a tal efecto. Todo ello relajados y sin movernos del
sitio.
Este es un sencillo ejercicio de iniciación que nos servirá para empezar a centralizar la
respiración en el Hara. A medida que seamos diestros en él, iremos emitiendo algún
sonido gutural (Kensei) al tiempo que soltamos el aire. El siguiente paso será realizar
este proceso en movimiento, realizando algún tipo de paso o esquiva, de forma que
armonizaremos la respiración al movimiento. El sonido gutural (Kensei) será ahora más
profundo.
Siguiendo con la forma de Kiai más extendida, el Kensei, debemos puntualizar que
según la modulación del grito (grave o agudo) el efecto será curativo, a modo de
reanimación por Kuatsu, o destructivo. Ambos eran igualmente empleados, aunque
lamentablemente el destructivo sea el más conocido y el más transmitido en los ryuha.
El grito en el plano curativo, como reanimación, también puede ser beneficioso ya que
actúa sobre la contracción arterial haciendo que los vasos se dilaten y el riego sanguíneo
vuelva a la normalidad.
Los efectos a nivel curativo son dignos de tratar. Se cuenta que el maestro Kunishige,
profesor de la escuela de Jujutsu Shinden Isshin ryu, fue capaz de revivir con un
Kensei a un hombre que yacía inconsciente después de una caída.
Es también interesante remarcar los consejos de los diferentes ryu con respecto a la
utilización del Kiai y la respiración abdominal. Así en el texto Judo Taisen Rouku, de
1958, se dice que la respiración se debe combinar con una buena posición. En el Itto
ryu Bunsho, de 1958, se dice ataca al adversario de acuerdo con su respiración,
comentario que hace referencia directa al concepto de unir energías.
En la cultura japonesa es una habilidad congénita para ponerse en el lugar del otro, tanto
en la vida como en los negocios. Con esto conseguimos un entendimiento rápido,
evitando las confusiones y los malos entendidos. Los japoneses ancianos llaman
"haragei" a un estado especial de la conciencia que permite conocer la intenciones
de nuestro interlocutor
Sumo, forma de lucha libre japonesa de alta especialización y una de las artes
marciales más antiguas. El rasgo más notable de los sumotori (competidores) es su
talla: son hombres gigantescos que pesan a menudo 130 kg, aunque pueden
alcanzar los 200 kg o más. Consiguen estas proporciones no sólo ingiriendo grandes
cantidades de comida (destacando un guisado rico en proteínas llamado chanko nabe)
sino también practicando el arte de haragei, una forma de desarrollo abdominal que
significa 'alma en el estómago'. Su gran peso les da un centro de gravedad bajo, lo que
les hace más estables.