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Principios del AIKIDO según del hombu dojo

Artículo de: José E. Conde

KI

“No deberías de creer en el Ki, pero debes estar seguro de que lo cultivas”

El Aikido propaga el uso del concepto Ki. El Aikido es una de las artes marciales
espirituales denominada como “zen en movimiento”. El nombre de Aikido puede ser
traducido como “el camino para la armonía del ki”. No obstante, la definición del
concepto ki es un tema bastante controvertido.

Hay quien opina que la entidad física del ki simplemente no existe. Sin embargo, el
espíritu, la intención, la coordinación bio-psicológica a través de la relajación y
meditación son conceptos utilizados en la práctica. Estos aikidokas tienden a explicar
este concepto desde los aspectos psicológico/espirituales.

Otros aikidokas opinan que la entidad física del ki existe y puede transmitirse a través
del espacio. Ellos, al contrario que los anteriores, utilizan conceptos como el ki del
universo, extensión del ki, etc.

Sin embargo, lo importante del tema es que la mayoría de los aikidokas siguen
planteándose el concepto del ki estudiándolo cada día.

Esta ha sido la pregunta más difícil que se han preguntado los aikidodas. En el estudio
de la naturaleza del ki, más que en cualquier otra materia del aikido, los aikidokas deben
buscar su respuesta constantemente. Las últimas palabras sobre el estudio de la
naturaleza del ki las pronunció el anterior Doshu, Kisshomaru Ueshiba, el hijo de O
Sensei:

“Escuchamos a muchos practicantes decir que es un sentimiento de algún tipo de


energía que provoca armonía de cuerpo y mente. O que es un extraño poder vital que
aparece inesperadamente desde algo desconocido. O que es el sentimiento de la
conexión temporal perfecta y la proyección respiratoria que se deriva de la práctica del
aikido. O que es un movimiento espontáneo e inconsciente que refresca la mente y el
cuerpo después de un buen trabajo, y también esfuerzo.

Cada respuesta es válida en el sentimiento de que existe una verdadera reacción


encadenada a una experiencia personal. Y es una expresión directa de una condición
sentida, que contiene la certeza de que realmente existe y no se puede negar. Si esto es
así, las diferencias entre las posibles respuestas son mínimas, y la gran variedad de
definiciones resulta irrelevante cuando nos centramos en la profundidad de la idea, más
allá de una simple definición.” El espíritu del Aikido.

ENTRADA (IRIMI)

“La diferencia entre la vida y la muerte es el tiempo”

Entrar, o “irimi” es una de las técnicas básicas del aikido y está relacionada con la
entrada o penetración dentro del atacante. En un nivel básico, irimi es un movimiento
que significa dar un paso hacia delante para llegar al atacante. En aikido los
movimientos suelen ser circulares o en espiral; irimi permite entrar dentro de ese
movimiento circular, así que la energía del ataque del contrario puede ser controlada
dentro de un plano circular (similar a la idea de coger un frisbee al vuelo con el dedo,
permitiendo que la energía circular gire alrededor del dedo para luego desviarlo en la
misma u otra dirección con el mínimo esfuerzo).

La importancia del concepto irimi reside en la colocación en el “radio peligroso” de la


circunferencia del atacante, esto es, en su espacio vital. Imaginemos el golpe de un
boxeador; cuando lo ejecuta hay un pequeño peligro dentro del alcance del brazo. Una
vez se ha extendido el brazo completamente, y el puño ha desarrollado toda su fuerza,
existe un espacio interior dentro de su inicial trayectoria en el que la energía es mínima
y donde no hay peligro. Esto también es aplicable a otro tipo de golpe con la mano,
cuchillo, sable o palo, por ejemplo.

UKEMI

“El buen ukemi consiste en moverse durante la técnica buscando una oportunidad para
escapar (perdón, quería decir enseñar) a tu oponente (perdón, quería decir compañero)
tratando de hacer lo oportuno con nuestro brazo o cuerpo”

Ukemi debe ser descrito como el arte de recibir una técnica. La práctica del ukemi
incluye caídas. A continuación se exponen varias razones por las que practicamos ukemi
en Aikido, y el por qué de la importancia del ukemi en el entrenamiento:

1. Para preservar nuestra seguridad. No es sólo para evitar la confrontación, sino para
estar preparado por lo que va a pasar en el encuentro y, después, para poder buscar una
forma de colocarse en un sitio seguro y, si es posible, escapar.

2. Para mejorar las caídas. Una parte del proceso de aprendizaje consiste en colocarse en
el “otro” lado del conflicto; debemos de preguntarnos qué se siente al ser controlado por
una determinada técnica. Tenemos que observar la técnica de la otra persona,
especialmente si es un veterano o un maestro. Estar preparado para hacer el ukemi
significa que podemos seguir el transcurso de los acontecimientos para “observar” con
el cuerpo y la mente.

3. Aprender a escuchar con el cuerpo. Las buenas caídas requieren sensibilidad con el
compañero. A menudo nos acostumbramos tanto a la rutina de las caídas o proyecciones
que olvidamos lo fundamental, armonizar nuestro movimiento con el del compañero.
Cuando hacemos de uke tenemos una oportunidad para profundizar en la recepción y
percepción de nuestro movimiento. Debemos de ser conscientes durante toda la técnica
de la idea de sensibilidad con el compañero.

4. Para ayudar a nuestro compañero a aprender. Ser un buen uke significa conectar con
la proyección, manteniendo la conexión para mejorar la técnica. Ser un buen uke
permite trabajar la técnica sin riesgo de lesiones.
5. Para condicionar nuestro cuerpo. La realización del buen ukemi requiere mucho
trabajo, como el mantenimiento de la conexión, la flexibilidad y el estado de atención
constante.

Saotome Sensei decía en su libro “Los principios del Aikido”: “El entrenamiento del
buen ukemi nos permite ver el verdadero futuro porque nuestra visión está basada en la
observación y la intuición, es como una decisión arbitraria hecha a lo largo de la
evidencia. El buen ukemi representa el mismo sentimiento que tiene un pescador
experimentado que puede sentir el tiempo que va a hacer.”

ATEMI

“Cuando tuve que golpear a alguien con el arma más grande pude encontrar: la Tierra”

Atemi significa literalmente golpear con el cuerpo. Una explicación simple del atemi es
que son golpes. Algunas personas insisten en definiciones rigurosas como golpes sobre
determinados puntos. Uno de los propósitos del atemi es distraer al contrario, y pueden
enfocarse desde las manos, los dolores o incluso, los agarres. Nos ayudan a movernos
mejor. En este contexto, podemos recordar el atemi como “una perturbación del ki de
nuestro oponente”.

Algunas interpretaciones del atemi parten de la no necesidad de un golpe real que cause
un efecto sobre el uke, estas son las que estudian el balance psíquico y psicológico del
uke, para facilitar la aplicación de una técnica. Algunos postulan que el mejor método
para romper ese balance psíquico y psicológico del uke es un verdadero golpe,
especialmente cuando nos encontramos con una fuerte resistencia.

Otros postulan que el atemi nos encamina hacia el “ki de proyección” del uke,
adentrándonos en su espacio vital y provocando una serie de respuestas que
desencadenan el golpe físico.

Algunos sienten la importancia del atemi como coadyuvante de las técnicas, como si
fueran independientes de éstas. Este es un sentimiento personal. Esto distingue el aikido
(en opinión de algunas personas) del resto de las artes en las que el atemi es lo principal

SIGNIFICADO DE “SALIR DE LA LÍNEA DE ATAQUE”

“La ausencia de cuerpo es mejor que la presencia de la mente”

La energía de cualquier ataque va variando de un punto a otro, generalmente de un


atacante a su presunta víctima. La línea que conecta esos dos puntos se denomina línea
de ataque. Por ejemplo, la energía del golpe del boxeador (a través de su puño) sale de
su cuerpo hacia su oponente; ésta es su línea de ataque. Cuando el ataque es ejecutado,
es muy dificil, o imposible, cambiar el curso de su ataque. (Un buen ejemplo de esto es
el golpe con salto ejecutado en Karate: una vez que el atacante se despega del suelo, hay
muy pocas posibilidades de cambiar el curso de su ataque). “Salir de la línea de ataque”
es moverse fuera de la línea de ataque o del punto de destino de éste, situándose en una
zona segura.
CENTRO/HARA/HARAGEI

“Volar con cualquier cosa puede provocar que tu mente sea libre: Manténte
centrado aceptando todo lo que hagas. Esto es lo último y principal.” Chuang Tzu.

El centro -en las artes marciales- es el “medio” del cuerpo. Está localizado en el
abdomen (“hara”) y es el foco u origen que canaliza la energía o ki cuando
ejecutamos las técnicas. Como ejercicio para comprender este concepto puedes
intentar levantar algo que esté situado frente a ti, y luego trata de levantar el
mismo objeto situado a un lado; es más fácil cuando está “centrado”. Mantener
una conexión con el compañero de práctica hace que el aikido resulte más fácil.

EXTENSIÓN

“Si golpeas a alguien con una silla y extiendes tu energía a través de la silla, estás
haciendo una técnica de aikido”

Es tan importante “mantener el centro” como “la extensión” en aikido. En muchas


técnicas de aikido se trata de concienciar a los estudiantes que ejecuten las mismas
desde la idea de extensión del ki o extensión de la energía; física y psicológicamente,
esto ayuda a aquellos practicantes con tendencia a contraerse o ponerse rígidos.
Debemos tener en cuenta que el aikido se caracteriza por utilizar movimientos largos y
suaves.

La Ceremonia del Seppuku


Todos los DJ nos hemos encontrado alguna vez en esta situación:

Un molesto jugador (en más de una ocasión todos o casi todos) han ofendido con su
conducta a su Daimyo, y este le pide "amablemente" que cometa seppuku.

Pues bien, aquí tenéis como se realiza la ceremonia del seppuku con todo lujo de
detalles, para que impresionéis a vuestros jugadores.

El suelo se cubre con esferas futón de paja. En el centro se coloca un gran cojín blanco.
A la derecha de este se coloca una bandeja con papel de arroz, un pincel y un tintero. A
la izquierda un cubo de madera. La katana en los ganchos superiores y la saya (vaina)
del wakizashi debajo. El kaishanu-nin (se trata de una persona de confianza que se
encarga de cortarle la cabeza) debe situarse junto al cubo, ligeramente detrás del que
realiza el seppuku.

El que realiza el Seppuku se arrodilla y medita hasta encontrar la muga, el estado de paz
interior. Coge la bandeja y la pone delante de el. Mezcla la tinta y escribe en el papel de
arroz su Haiku en caracteres kanji (caracteres japoneses), que serán recitados por él
mismo antes de continuar con la ceremonia. Después devuelve la bandeja a su sitio.

Un ayudante entra con otra bandeja blanca con un vaso de cerámica y una pequeña
botella de sake. El ayudante se arrodilla delante de él y se saludan. El que realiza el
seppuku se sirve en el vaso y levantándolo bebe dos pequeños sorbos , una pausa y otros
dos sorbos y devuelve el vaso a la bandeja. El ayudante se retira con la bandeja a otro
lado de la habitación.

Después de esto se espera que el que realiza el seppuku diga unas palabras del motivo
por que realiza este acto para devolver el honor a su familia. Termina haciendo una
reverencia a todos los presentes. Enderezándose, debe de despojarse de las prendas que
le cubran el torso, sujetando las mangas del kimono bajo las rodillas.

El ayudante se aproxima con otra bandeja blanca con el wakizashi, la espada debe de
estar en vuelta en papel de arroz, sujeta por tres puntos con una cuerda roja. Solo debe
dejarse descubierta 3 centímetros de la hoja y el puño del arma. La espada debe de
quedar apuntando hacia la izquierda, con el filo hacia el que realiza el seppuku .El
ayudante se arrodilla de nuevo, saluda y se levanta y rodea por la derecha hasta situarse
un poco mas atrás del Kaishanu-nin arrodillándose.

Entonces el que realiza el acto, coge el wakizashi y empieza a cortar desde el lado
izquierdo del abdomen ligeramente por debajo del ombligo hacia la derecha. El segundo
corte sube hacia el corazón. Entonces el Kaishanu-nin corta la cabeza para evitar que el
dolor se muestre en el rostro evitando así el deshonor. Las espadas deberán de
entregarse a su familia.

Supongo que os resultará interesante saber que sin el consentimiento de su Señor, un


samurai NO DEBE hacerse el seppuku, ya que esto seria considerado también un
deshonor. El samurai deberá de pasar toda la noche anterior a la ceremonia meditando
sobre su vida y orando a sus antepasados para que le perdonen.

El Seppuku es un ritual de suicidio llamado “flor del bushido”, en


representación de no temer a la muerte, incluido en el código del guerrero ó
samurai. El propósito de este ritual era normalmente debido a un deshonor ó
delito que cometía el guerrero, al cual se le obligaba a realizarse el auto-
suicidio. Antiguamente el "Hara-giri" era a base de mas de una cuchillada,
con lo cual era demasiado doloroso, aunque este era lo que se perseguía se
modificó, con lo cual se desarrolló de la siguiente forma.

Aikido
Entre las disciplinas modernas de combate derivadas de las diversas
formas de bujutsu (con y sin armas) practicadas por los bushi del Japón feudal,
el arte del aikido parece ser el método que, en todos los niveles de su práctica,
se basa en la doctrina del haragei, considerándose esta doctrina como la
clave para esa estabilidad mental y extensión del poder coordinado sobre el
que (tal como los instructores de aikido sostiene casi unánimemente) depende
la correcta solución de problemas estratégicos. En los importantes trabajos
publicados sobre el tema , los dos conceptos básicos de la teoría son
inmediatamente reconocidos como fundamentos internos esenciales del arte.
El hara (definido también como seika-no-itten o seika tanden se traduce como
el «centro», «un punto» o «núcleo» ) y el ki se consideran tan vitales para el
arte, en efecto, que sin ellos «no hay aikido». Huelga decir que los factores
externos del arte, las estrategias de combate y las técnicas de inmovilización y
proyección son elementos importantes del método, pero su correcta ejecución
depende del adecuado desarrollo y eficaz utilización de ese centro interior de
estabilidad mental y poder coordinado. En este contexto, en efecto, dicen que
un instructor de aikido de alto rango había admitido con presteza que las
técnicas físicas del arte podían aprenderse con facilidad, pero que el desarrollo
de la energía interna necesaria para su correcta ejecución exigía un período de
tiempo mucho más largo, convirtiéndose en un proceso bastante extenso
conforme el estudiante pasaba de los niveles inferiores a los superiores de
coordinación interior. La definición de ki hallada en la doctrina del aikido está
relacionada con la dimensión cósmica del haragei, que se halla profundamente
imbuida de la cosmogonía tradicional del Japón (especialmente tal como se
expresa en las formas del sintoísmo). Comenzando con el estado original del
caos y la unificación de la realidad en el flujo dinámico de la vida, esta doctrina
en último término asigna un significado espiritual a la fuerza de esa vida y la
califica como principalmente «mental» o interior. Gluck observó que para el
maestro de aiki, la fuerza es mental. Pero el cuerpo es una herramienta. Si lo
único que se hace con el cuerpo es entrenarlo, se crea un desequilibrio y en la
vejez el atleta sufre, debe siempre «mantenerse en buen estado» aunque sus
órganos internos puede que no sean capaces de soportar el necesario esfuerzo
muscular. Pero el cuerpo sólo sigue a la mente, por lo que el hombre aiki
entrena su mente, desarrollando su sistema nevioso hasta el máximo para
poder usar con mayor eficacia los músculos. El resultado es una fuerza
corporal que la gente aiki llama ki o «fuerza de la vida», un nombre que
usaremos hasta que los fisiólogos occidentales estudien este fenómeno y le
den un nombre científico más aceptable.
En aikido, por consiguiente, toda la práctica tiene como finalidad
desarrollar esta centralización interior y su extensión coordinada de poderes
vitales. El arte, en efecto, emplea aquellas antiguas disciplinas de meditación,
concentración y respiración abdominal que ya hemos hallado en otras artes
marciales y que explican el poder superior de los estudiantes que buscan el
desarrollo interior, comparados con aquellos que se concentran
primordialmente en los factores externos del arte. En aikido, las relativamente
estáticas técnicas de meditación, centralización y respiración abdominal se
usan como introducción a los ejercicios dinámicos de extensión, así como a las
técnicas de combate. Todos estos ejercicios, sin embargo, se contemplan como
vectores de poder centralizado, como modos de controlar la realidad (concreta
e inmediata) y no meramente como guías para la contemplación o la
introspección estáticas con la idea que sea un fin en sí misma.

Las técnicas de aikido, funcionalmente se basan en las de kenjutsu, un


arte cuya doctrina y literatura fueron intensamente caracterizadas por la
contribución del haragei a su práctica. El fundador del aikido, el maestro
Ueshiba, no obstante, pretendía lograr mucho más que la mera centralización
interior y la coordinación de poderes como base para un nuevo y eficaz método
de lucha. Los practicantes de aikijutsu, de hecho, pueden conseguirlo
esencialmente con las mismas técnicas, aunque aplicadas para los fines
pragmáticos y utilitarios del bushi feudal en Japón. Reaccionando contra esta
tradición marcial de «destrucción», el maestro Ueshiba emprendió el desarrollo
de un método «constructivo» que empleaba los conceptos del haragei (el hara
y su energía vital, el ki) según lo pretendido por los mejores y más
universalmente mentalizados representantes del taoísmo y del budismo, cuyas
obras indudablemente había estudiado y usado como términos de referencia
para su propio método de integración.

SUMO
El arte del haragei, a los ojos de un conocedor de la lucha tradicional en
Japón, es la inspiración para la totalidad de la teoría y la práctica del sumo,
incluso en la actualidad. El haragei se expresa visualmente, para empezar, en
el mismo desarrollo somático del sumotori. Harrison, a principios del siglo xx,
ya había observado que, contrariamente a las tendencias en el campo del
entrenamiento atlético, los japoneses parecían asignar mayor importancia a
una gran «base» o «vientre» que a un «pecho hinchado» (Harrison). Esta
observación es hoy igualmente válida, cuando las razones detrás del «vientre
tonel» son más valoradas en más lugares. En su libro Zen Combat, Gluck
relaciona el desarrollo abdominal de estos atletas japoneses con la respiración,
«el alma en la idea del estómago» (Gluck), que es el principal ejercicio en el
haragei para desarrollar el tremendo poder generado por los sumotori en
acción. Taiho, un ex-campeón de sumo, ofreció una demostración de este
poder fuera del ring al señor Harrison, que había invitado a un joven americano
a darle una patada en el estómago. Él se había puesto «con las piernas
ligeramente flexionadas» y las manos sobre las rodillas, una postura de
poderosa defensa vista a menudo en las esculturas orientales. Cuando el
americano se lanzó contra el japonés y, en el mejor estilo de karate, lanzó su
puño derecho contra la enorme barriga del sumotori, el último «dio a su pesado
abdomen un impulso hacia delante», arrojando al americano hacia atrás
(Harrison).

Otro autor que exploró el contenido filosófico del haragei, Durckheim,


también usó el ejemplo del sumotori para describir el tipo de poder generado
por la centralización abdominal -un poder que permite al atleta empujar a otro
por encima de la cuerda del círculo casi sin tocarlo, ganándose así la
admiración de la entendida audiencia explotando en estática admiración del
haragei en acción (Durckheim). Brinkley, que fue de los primeros occidentales
en explicar con gran detalle la cultura japonesa cuando ésta se desplegó ante
los ojos de Occidente, describió la arena y los elementos que componían el
elevado ring (que estaba rodeado por dieciséis sacos de arena), el techo
suspendido antes sostenido por cuatro pilares, las cortinas, etcétera,
calificando todas estas cosas como «alegóricas» y basadas en «la filosofía
china del ch'i» que, tal como ahora sabemos, es el aspecto activo del haragei.
Qué es el Kiai
La palabra Kiai, cuyos ideogramas son iguales a los de la palabra Aiki,
podemos descomponerla en Ki – que significa energía, mente o voluntad- y Ai
– contracción del verbo awaseru que significa unir. Luego el Kiai es la unión de
la energía Ki y su posterior expansión. Según los expertos, el poder del Aiki es
silencioso, mientras que el Kiai es un vector de poder, algo que desarrolla
increíblemente el aspecto físico. El Kiai era uno de esos atributos inherentes al
Bujutsu que provocaba en los movimientos de combate un incremento notable
de su eficacia.

Tradicionalmente el KiaiJutsu es una consecuencia del trabajo de la energía


interna, en chino llamado Nei Kung y en japonés Haragei. Es a través de esta
centralización de la energía en la región abdominal (Hara), que los antíguos
Bushi se dice eran capaces de paralizar, matar o curar a voluntad por medio
de la forma de Kiai más universal: el Kensei o grito ventral. Se tiende a pensar,
erroneamente, que el Kiai es un grito. El grito es una expresión vibratoria del
Kiai, un Haragei vocal, es decir, una centralización de la energía interna en la
región abdominal por medio de la contracción diafragmática y la emisión de un
mudra mediante las cuerdas vocales. En niveles muy elevados, el Kiai puede
ser inaudible al oído humano.

El Kiai es también utilizado por diferentes movimientos religiosos en Japón,


tales como la secta Shingon, la cual basa su enseñanza del Kiai en el rito del
Taky Shugyo, un tipo de meditación bajo las heladas aguas de una cascada.

Se sabe que todos los Bushi debían conocer esta técnica y dominarla. Algunos
de ellos llegaron a perfeccionarla tanto que lograron crear una disciplina
independiente, llamada Kiaijutsu.

Cómo se practica el Kiai en Nihon Kobudo


En primer lugar deben tenerse en cuenta dos conceptos: el centro energético
del hombre y la respiración abdominal. Un alumno avanzado de cualquier
escuela debería empezar a preocuparse de buscar su centro vital, Kikai o
Saika Tanden, dentro de su región abdominal (Hara). Este acostumbra a estar
dos o tres dedos por debajo del ombligo. En Japón el dominio de Hara era
fundamental, pues esta cualidad determinaba la fuerza, la calma o la
serenidad, entonces se decía que el hombre tenía vientre (Hara no Aru Hito).

A partir de aquí, saber distinguir entre la respiración pulmonar y la respiración


abdominal. Para respirar con el vientre debemos imaginarnos una esfera
situada en nuestro centro vital. Cojeremos aire expandiendo los músculos de
esta zona, hinchando la esfera. Luego desplazaremos la esfera hinchada hasta
caja torácica, donde continuaremos hinchándola hasta su máximo. A
continuación empezaremos a vaciar de aire esa esfera, primero desde el tórax
y luego bajándola al vientre donde acabaremos de vaciarla contrayendo
completamente los músculos abdominales y sacando todo el aire, dejando que
el diafragma nos ayude a tal efecto. Todo ello relajados y sin movernos del sitio.

Este es un sencillo ejercicio de iniciación que nos servirá para empezar a


centralizar la respiración en el Hara. A medida que seamos diestros en él,
iremos emitiendo algún sonido gutural (Kensei) al tiempo que soltamos el aire.
El siguiente paso será realizar este proceso en movimiento, realizando algún
tipo de paso o esquiva, de forma que armonizaremos la respiración al
movimiento. El sonido gutural (Kensei) será ahora más profundo.

El tercer paso será la unión de la energía generada (Ki) con la fuerza muscular
(Chikara) por igual, de forma estática o en movimiento, bajo la forma de un
empujón, un golpe o cualquier otro movimiento que requiera una expresión
poderosa. El sonido gutural será pleno.

Con el tiempo la fuerza muscular debería ser desplazada a un segundo plano y


trabajar profundamente la centralización de energía. Llegará un momento en
que la expresión de fuerza será una voluntad del propio Ki. La elección del
monosílabo de expresión gutural es indiferente al principio, debe ser personal,
más tarde cada escuela practicará el sonido o sonidos característicos de la
misma. Para que un Kensei sea eficaz, debe emitirse a corta distancia (0,5-1,5
m) y bién focalizado. La duración del mismo dependerá de cada escuela y su
estrategia particular.

Repercusiones del Kiai


Siguiendo con la forma de Kiai más extendida, el Kensei, debemos puntualizar
que según la modulación del grito (grave o agudo) el efecto será curativo, a
modo de reanimación por Kuatsu, o destructivo. Ambos eran igualmente
empleados, aunque lamentablemente el destructivo sea el más conocido y el
más transmitido en los ryuha.

Las consecuencias de la extensión de Kiai más utilizada (Kensei), a nivel


destructivo, son realmente devastadoras. A nivel del oído externo y medio un
grito intenso y brutal puede provocar una contracción del mismo y sensación de
dolor agudo, seguido de un reflejo vegetativo inhibidor. Los nervios vegetativos,
tanto simpático como parasimpático, se condensan en un centro nervioso que
afecta directamente al nervio pneumo-gástrico; el daño de este provoca una
bronco-constricción (contracción de los bronquios), una vaso-constricción
(contracción de las arterias) y taquicardia (aceleración del ritmo cardíaco), es
decir, un shock. A nivel del oído interno puede provocar un aumento de la
presión arterial, con el consiguiente síncope.

El grito en el plano curativo, como reanimación, también puede ser beneficioso


ya que actúa sobre la contracción arterial haciendo que los vasos se dilaten y el
riego sanguíneo vuelva a la normalidad.

Los efectos a nivel curativo son dignos de tratar. Se cuenta que el maestro
Kunishige, profesor de la escuela de Jujutsu Shinden Isshin ryu, fue capaz
de revivir con un Kensei a un hombre que yacía inconsciente después de una
caída.

La literatura japonesa ha tenido a bien perdurar la leyenda del Kiai, mediante la


descripción de las hazañas de diferentes héroes feudales. Tal es el caso de
Matajuro Yagyu, maestro de la tradición Yagyu ryu, que dicen fue capaz de
fulminar y posteriormente revivir a dos pájaros con un potente grito, para
convencer de su poder a un ronin bravucón.

El Kiai en las escuelas de Nihon Kobudo

Como se ha comentado el Kiaijutsu es la facultad de transmitir la energía


interna al exterior mediante una centralización de la misma en el Saika Tanden
y su harmonización con el Chikara. Esta técnica, mediante un Kensei, puede
efectuarse en tres estadios diferentes de un combate:

Antes del ataque, anticipándonos al movimiento del agresor y bloqueandole


mental y psíquicamente;

Durante el ataque, desconcertándolo y rompiendo el equilibrio de su agresión;

Después del ataque, para disuadir al agresor de cualquier tentativa de


contraataque.

Existe una forma destructiva de Kiai, llamada Toatejutsu, consistente en


golpear a distancia. El Kensei es una de esas formas. Sin ir más lejos uno de
los maestros de Budo contemporéneos más célebres, Morihei Ueshiba,
maestro de Daito ryu y Yagyu ryu entre otras tradiciones y posterior fundador
del Aikido, era capaz de derribar a un atacante sin casi tocarlo mediante el uso
del Kiai.

A principios de siglo, un experto de Kiaijutsu llamado Kumashiro Hikotaro,


decía que la combinación de Ki con Ai, significaba que la mente más fuerte se
fusionaba con la mente más débil. Así pues, se obligaba al Bushi a dominar el
arte del Shinki Kitsu, es decir, el método de unir oponiendo mentes bajo el
control de una, o lo que es lo mismo, concentrar las dos mentes que se
enfrentan en un combate, en el centro vital de la más fuerte de ellas.

Es también interesante remarcar los consejos de los diferentes ryu con


respecto a la utilización del Kiai y la respiración abdominal. Así en el texto
Judo Taisen Rouku, de 1958, se dice que la respiración se debe combinar
con una buena posición. En el Itto ryu Bunsho, de 1958, se dice ataca al
adversario de acuerdo con su respiración, comentario que hace referencia
directa al concepto de unir energías.

Por otro lado es interesante subrayar los conceptos de la tradición Tenshin


Shoden Katori Shinto ryu la cual enseña que una técnica sin Kiai, es como el
lecho de un río sin agua, posee una forma pero sin vida. El sistema Daito ryu
practica el vencer con una sola mirada, haciendo referencia al poder dominante
de la mente más fuerte sobre la más débil, una expresión más de Kiai.

Como colofón a este texto, quisiera rescatar las palabras del legendario rônin
Miyamoto Musashi, el cual escribe en su obra Gorin no sho acerca del Kiai
en combate. En el libro del fuego relata detalladamente, basado en su
experiencia de combate, la práctica del Kiai (sic): " ...durante la lucha, la voz
adquiere un timbre bajo, elevando el grito cuando atacamos. Después del
enfrentamiento, gritamos en la estela de nuestra victoria. En combate singular,
simulamos que nos disponemos a atacar y gritamos al mismo tiempo para
perturbar al enenmigo, entonces en la estela de nuestro grito, cortamos con el
sable largo. Gritamos después que hemos abatido al enemigo para anunciaer
nuestra victoria. A esto se le denomina Sen go no Koe (voz de antes y
después). No gritamos nunca al mismo tiempo que blandimos el sable sino
durante el combate, para entrar en ritmo".

El Haragei.

El Haragei es el arte de imaginar lo que la otra persona espera


de nosotros.

En la cultura japonesa es una habilidad congénita para ponerse


en el lugar del otro, tanto en la vida como en los negocios. Con
esto conseguimos un entendimiento rápido, evitanfo las
confusiones y los malos entendidos.

Los japoneses ancianos llaman "haragei" a un estado


especial de la conciencia que permite conocer la
intenciones de nuestro interlocutor

Sumo, forma de lucha libre japonesa de alta especialización y una de las


artes marciales más antiguas. El rasgo más notable de los sumotori
(competidores) es su talla: son hombres gigantescos que pesan a menudo
130 kg, aunque pueden alcanzar los 200 kg o más. Consiguen estas
proporciones no sólo ingiriendo grandes cantidades de comida (destacando un
guisado rico en proteínas llamado chanko nabe) sino también practicando el arte de
haragei, una forma de desarrollo abdominal que significa 'alma en el estómago'. Su
gran peso les da un centro de gravedad bajo, lo que les hace más estables.
KI – Entrada IRIMI – UKEMI – ATEMI – Salir de la línea de ataque -

CENTRO/HARA/HARAGEI

“Volar con cualquier cosa puede provocar que tu mente sea libre: Manténte centrado
aceptando todo lo que hagas. Esto es lo último y principal.” Chuang Tzu.

El centro -en las artes marciales- es el “medio” del cuerpo. Está localizado en el
abdomen (“hara”) y es el foco u origen que canaliza la energía o ki cuando ejecutamos
las técnicas. Como ejercicio para comprender este concepto puedes intentar levantar
algo que esté situado frente a ti, y luego trata de levantar el mismo objeto situado a un
lado; es más fácil cuando está “centrado”. Mantener una conexión con el compañero de
práctica hace que el aikido resulte más fácil.

EXTENSIÓN

“Si golpeas a alguien con una silla y extiendes tu energía a través de la silla, estás
haciendo una técnica de aikido”

Es tan importante “mantener el centro” como “la extensión” en aikido. En muchas


técnicas de aikido se trata de concienciar a los estudiantes que ejecuten las mismas
desde la idea de extensión del ki o extensión de la energía; física y psicológicamente,
esto ayuda a aquellos practicantes con tendencia a contraerse o ponerse rígidos.
Debemos tener en cuenta que el aikido se caracteriza por utilizar movimientos largos y
suaves.

Entre las disciplinas modernas de combate derivadas de las diversas formas de bujutsu
(con y sin armas) practicadas por los bushi del Japón feudal, el arte del aikido parece ser
el método que, en todos los niveles de su práctica, se basa en la doctrina del haragei,
considerándose esta doctrina como la clave para esa estabilidad mental y extensión del
poder coordinado sobre el que depende la correcta solución de problemas estratégicos.
En los importantes trabajos publicados sobre el tema , los dos conceptos básicos de la
teoría son reconocidos como fundamentos esenciales del arte.

El hara (definido también como seika-no-itten o seika tanden se traduce como el


«centro», «un punto» o «núcleo» ) y el ki se consideran tan vitales para el arte, en
efecto, que sin ellos «no hay aikido». Huelga decir que los factores externos del arte,
las estrategias de combate y las técnicas de inmovilización y proyección son elementos
importantes del método, pero su correcta ejecución depende del adecuado desarrollo y
eficaz utilización de ese centro interior de estabilidad mental y poder coordinado. En
este contexto, en efecto, dicen que un instructor de aikido de alto rango había admitido
con presteza que las técnicas físicas del arte podían aprenderse con facilidad, pero que
el desarrollo de la energía interna necesaria para su correcta ejecución exigía un período
de tiempo mucho más largo, convirtiéndose en un proceso bastante extenso conforme el
estudiante pasaba de los niveles inferiores a los superiores de coordinación interior. La
definición de ki hallada en la doctrina del aikido está relacionada con la dimensión
cósmica del haragei, que se halla profundamente imbuida de la cosmogonía tradicional
del Japón (especialmente tal como se expresa en las formas del sintoísmo).
Comenzando con el estado original del caos y la unificación de la realidad en el flujo
dinámico de la vida, esta doctrina en último término asigna un significado espiritual a la
fuerza de esa vida y la califica como principalmente «mental» o interior.

Gluck observó que para el maestro de aiki, la fuerza es mental. Pero el cuerpo es una
herramienta. Si lo único que se hace con el cuerpo es entrenarlo, se crea un
desequilibrio y en la vejez el atleta sufre, debe siempre «mantenerse en buen estado»
aunque sus órganos internos puede que no sean capaces de soportar el necesario
esfuerzo muscular. Pero el cuerpo sólo sigue a la mente, por lo que el hombre aiki
entrena su mente, desarrollando su sistema nevioso hasta el máximo para poder usar con
mayor eficacia los músculos. El resultado es una fuerza corporal que la gente aiki llama
ki o «fuerza de la vida», un nombre que usaremos hasta que los fisiólogos occidentales
estudien este fenómeno y le den un nombre científico más aceptable.

En aikido, por consiguiente, toda la práctica tiene como finalidad desarrollar esta
centralización interior y su extensión coordinada de poderes vitales. El arte, en efecto,
emplea aquellas antiguas disciplinas de meditación, concentración y respiración
abdominal que ya hemos hallado en otras artes marciales y que explican el poder
superior de los estudiantes que buscan el desarrollo interior, comparados con aquellos
que se concentran primordialmente en los factores externos del arte. En aikido, las
relativamente estáticas técnicas de meditación, centralización y respiración abdominal
se usan como introducción a los ejercicios dinámicos de extensión, así como a las
técnicas de combate.

Las técnicas de aikido, funcionalmente se basan en las de kenjutsu, un arte cuya


doctrina y literatura fueron intensamente caracterizadas por la contribución del haragei
a su práctica. El fundador del aikido, el maestro Ueshiba, no obstante, pretendía lograr
mucho más que la mera centralización interior y la coordinación de poderes como base
para un nuevo y eficaz método de lucha. Los practicantes de aikijutsu, de hecho,
pueden conseguirlo esencialmente con las mismas técnicas, aunque aplicadas para los
fines pragmáticos y utilitarios del bushi feudal en Japón. Reaccionando contra esta
tradición marcial de «destrucción», el maestro Ueshiba emprendió el desarrollo de un
método «constructivo» que empleaba los conceptos del haragei (el hara y su energía
vital, el ki) según lo pretendido por los mejores y más universalmente mentalizados
representantes del taoísmo y del budismo, cuyas obras indudablemente había estudiado
y usado como términos de referencia para su propio método de integración.

El arte del haragei, a los ojos de un conocedor de la lucha tradicional en Japón, es la


inspiración para la totalidad de la teoría y la práctica del sumo, incluso en la actualidad.
El haragei se expresa visualmente, para empezar, en el mismo desarrollo somático del
sumotori. Harrison, a principios del siglo xx, ya había observado que, contrariamente a
las tendencias en el campo del entrenamiento atlético, los japoneses parecían asignar
mayor importancia a una gran «base» o «vientre» que a un «pecho hinchado»
(Harrison). Esta observación es hoy igualmente válida, cuando las razones detrás del
«vientre tonel» son más valoradas en más lugares. En su libro Zen Combat, Gluck
relaciona el desarrollo abdominal de estos atletas japoneses con la respiración, «el alma
en la idea del estómago» (Gluck), que es el principal ejercicio en el haragei para
desarrollar el tremendo poder generado por los sumotori en acción. Taiho, un ex-
campeón de sumo, ofreció una demostración de este poder fuera del ring al señor
Harrison, que había invitado a un joven americano a darle una patada en el estómago. Él
se había puesto «con las piernas ligeramente flexionadas» y las manos sobre las rodillas,
una postura de poderosa defensa vista a menudo en las esculturas orientales. Cuando el
americano se lanzó contra el japonés y, en el mejor estilo de karate, lanzó su puño
derecho contra la enorme barriga del sumotori, el último «dio a su pesado abdomen un
impulso hacia delante», arrojando al americano hacia atrás (Harrison).

Otro autor que exploró el contenido filosófico del haragei, Durckheim, también
usó el ejemplo del sumotori para describir el tipo de poder generado por la
centralización abdominal -un poder que permite al atleta empujar a otro por encima de
la cuerda del círculo casi sin tocarlo.

El Seppuku es un ritual de suicidio llamado “flor del bushido”, en representación de no


temer a la muerte, incluido en el código del guerrero ó samurai. El propósito de este
ritual era normalmente debido a un deshonor ó delito que cometía el guerrero, al cual se
le obligaba a realizarse el auto-suicidio. Antiguamente el "Hara-giri" era a base de mas
de una cuchillada, con lo cual era demasiado doloroso, aunque este era lo que se
perseguía se modificó, con lo cual se desarrolló de la siguiente forma:

“El suelo se cubre con esferas futón de paja. En el centro se coloca un gran cojín blanco.
A la derecha de este se coloca una bandeja con papel de arroz, un pincel y un tintero. A
la izquierda un cubo de madera. La katana en los ganchos superiores y la saya (vaina)
del wakizashi debajo. El kaishanu-nin (se trata de una persona de confianza que se
encarga de cortarle la cabeza) debe situarse junto al cubo, ligeramente detrás del que
realiza el seppuku.

El que realiza el Seppuku se arrodilla y medita hasta encontrar la muga, el estado de paz
interior. Coge la bandeja y la pone delante de el. Mezcla la tinta y escribe en el papel de
arroz su Haiku en caracteres kanji (caracteres japoneses), que serán recitados por él
mismo antes de continuar con la ceremonia. Después devuelve la bandeja a su sitio.

Un ayudante entra con otra bandeja blanca con un vaso de cerámica y una pequeña
botella de sake. El ayudante se arrodilla delante de él y se saludan. El que realiza el
seppuku se sirve en el vaso y levantándolo bebe dos pequeños sorbos , una pausa y otros
dos sorbos y devuelve el vaso a la bandeja. El ayudante se retira con la bandeja a otro
lado de la habitación.

Después de esto se espera que el que realiza el seppuku diga unas palabras del motivo
por que realiza este acto para devolver el honor a su familia. Termina haciendo una
reverencia a todos los presentes. Enderezándose, debe de despojarse de las prendas que
le cubran el torso, sujetando las mangas del kimono bajo las rodillas.

El ayudante se aproxima con otra bandeja blanca con el wakizashi, la espada debe de
estar en vuelta en papel de arroz, sujeta por tres puntos con una cuerda roja. Solo debe
dejarse descubierta 3 centímetros de la hoja y el puño del arma. La espada debe de
quedar apuntando hacia la izquierda, con el filo hacia el que realiza el seppuku .El
ayudante se arrodilla de nuevo, saluda y se levanta y rodea por la derecha hasta situarse
un poco mas atrás del Kaishanu-nin arrodillándose.

Entonces el que realiza el acto, coge el wakizashi y empieza a cortar desde el lado
izquierdo del abdomen ligeramente por debajo del ombligo hacia la derecha. El segundo
corte sube hacia el corazón. Entonces el Kaishanu-nin corta la cabeza para evitar que el
dolor se muestre en el rostro evitando así el deshonor. Las espadas deberán de
entregarse a su familia.”

Supongo que os resultará interesante saber que sin el consentimiento de su Señor, un


samurai NO DEBE hacerse el seppuku, ya que esto seria considerado también un
deshonor. El samurai deberá de pasar toda la noche anterior a la ceremonia meditando
sobre su vida y orando a sus antepasados para que le perdonen.

Qué es el Kiai

La palabra Kiai, cuyos ideogramas son iguales a los de la palabra Aiki, podemos
descomponerla en Ki – que significa energía, mente o voluntad- y Ai – contracción del
verbo awaseru que significa unir. Luego el Kiai es la unión de la energía Ki y su
posterior expansión. Según los expertos, el poder del Aiki es silencioso, mientras que el
Kiai es un vector de poder, algo que desarrolla increíblemente el aspecto físico. El Kiai
era uno de esos atributos inherentes al Bujutsu que provocaba en los movimientos de
combate un incremento notable de su eficacia.

Tradicionalmente el KiaiJutsu es una consecuencia del trabajo de la energía interna, en


chino llamado Nei Kung y en japonés Haragei. Es a través de esta centralización de la
energía en la región abdominal (Hara), que los antíguos Bushi se dice eran capaces de
paralizar, matar o curar a voluntad por medio de la forma de Kiai más universal: el
Kensei o grito ventral. Se tiende a pensar, erroneamente, que el Kiai es un grito. El
grito es una expresión vibratoria del Kiai, un Haragei vocal, es decir, una
centralización de la energía interna en la región abdominal por medio de la contracción
diafragmática y la emisión de un mudra mediante las cuerdas vocales. En niveles muy
elevados, el Kiai puede ser inaudible al oído humano.

El Kiai es también utilizado por diferentes movimientos religiosos en Japón, tales como
la secta Shingon, la cual basa su enseñanza del Kiai en el rito del Taky Shugyo, un tipo
de meditación bajo las heladas aguas de una cascada.

Se sabe que todos los Bushi debían conocer esta técnica y dominarla. Algunos de ellos
llegaron a perfeccionarla tanto que lograron crear una disciplina independiente, llamada
Kiaijutsu.

Cómo se practica el Kiai en Nihon Kobudo

En primer lugar deben tenerse en cuenta dos conceptos: el centro energético del hombre
y la respiración abdominal. Un alumno avanzado de cualquier escuela debería empezar
a preocuparse de buscar su centro vital, Kikai o Saika Tanden, dentro de su región
abdominal (Hara). Este acostumbra a estar dos o tres dedos por debajo del ombligo. En
Japón el dominio de Hara era fundamental, pues esta cualidad determinaba la fuerza, la
calma o la serenidad, entonces se decía que el hombre tenía vientre (Hara no Aru
Hito).
A partir de aquí, saber distinguir entre la respiración pulmonar y la respiración
abdominal. Para respirar con el vientre debemos imaginarnos una esfera situada en
nuestro centro vital. Cojeremos aire expandiendo los músculos de esta zona, hinchando
la esfera. Luego desplazaremos la esfera hinchada hasta caja torácica, donde
continuaremos hinchándola hasta su máximo. A continuación empezaremos a vaciar de
aire esa esfera, primero desde el tórax y luego bajándola al vientre donde acabaremos de
vaciarla contrayendo completamente los músculos abdominales y sacando todo el aire,
dejando que el diafragma nos ayude a tal efecto. Todo ello relajados y sin movernos del
sitio.

Este es un sencillo ejercicio de iniciación que nos servirá para empezar a centralizar la
respiración en el Hara. A medida que seamos diestros en él, iremos emitiendo algún
sonido gutural (Kensei) al tiempo que soltamos el aire. El siguiente paso será realizar
este proceso en movimiento, realizando algún tipo de paso o esquiva, de forma que
armonizaremos la respiración al movimiento. El sonido gutural (Kensei) será ahora más
profundo.

Repercusiones del Kiai

Siguiendo con la forma de Kiai más extendida, el Kensei, debemos puntualizar que
según la modulación del grito (grave o agudo) el efecto será curativo, a modo de
reanimación por Kuatsu, o destructivo. Ambos eran igualmente empleados, aunque
lamentablemente el destructivo sea el más conocido y el más transmitido en los ryuha.

Las consecuencias de la extensión de Kiai más utilizada (Kensei), a nivel destructivo,


son realmente devastadoras; puede provocar un aumento de la presión arterial, con el
consiguiente síncope.

El grito en el plano curativo, como reanimación, también puede ser beneficioso ya que
actúa sobre la contracción arterial haciendo que los vasos se dilaten y el riego sanguíneo
vuelva a la normalidad.

Los efectos a nivel curativo son dignos de tratar. Se cuenta que el maestro Kunishige,
profesor de la escuela de Jujutsu Shinden Isshin ryu, fue capaz de revivir con un
Kensei a un hombre que yacía inconsciente después de una caída.

La literatura japonesa ha tenido a bien perdurar la leyenda del Kiai, mediante la


descripción de las hazañas de diferentes héroes feudales. Tal es el caso de Matajuro
Yagyu, maestro de la tradición Yagyu ryu, que dicen fue capaz de fulminar y
posteriormente revivir a dos pájaros con un potente grito, para convencer de su poder a
un ronin bravucón.

Existe una forma destructiva de Kiai, llamada Toatejutsu, consistente en golpear a


distancia. El Kensei es una de esas formas. Sin ir más lejos uno de los maestros de
Budo contemporéneos más célebres, Morihei Ueshiba, maestro de Daito ryu y Yagyu
ryu entre otras tradiciones y posterior fundador del Aikido, era capaz de derribar a un
atacante sin casi tocarlo mediante el uso del Kiai. El sistema Daito ryu practica el
vencer con una sola mirada, haciendo referencia al poder dominante de la mente más
fuerte sobre la más débil, una expresión más de Kiai.
A principios de siglo, un experto de Kiaijutsu llamado Kumashiro Hikotaro, decía
que la combinación de Ki con Ai, significaba que la mente más fuerte se fusionaba con
la mente más débil. Así pues, se obligaba al Bushi a dominar el arte del Shinki Kitsu,
es decir, el método de unir oponiendo mentes bajo el control de una, o lo que es lo
mismo, concentrar las dos mentes que se enfrentan en un combate, en el centro vital de
la más fuerte de ellas.

Es también interesante remarcar los consejos de los diferentes ryu con respecto a la
utilización del Kiai y la respiración abdominal. Así en el texto Judo Taisen Rouku, de
1958, se dice que la respiración se debe combinar con una buena posición. En el Itto
ryu Bunsho, de 1958, se dice ataca al adversario de acuerdo con su respiración,
comentario que hace referencia directa al concepto de unir energías.

El Haragei es el arte de imaginar lo que la otra persona espera de nosotros.

En la cultura japonesa es una habilidad congénita para ponerse en el lugar del otro, tanto
en la vida como en los negocios. Con esto conseguimos un entendimiento rápido,
evitando las confusiones y los malos entendidos. Los japoneses ancianos llaman
"haragei" a un estado especial de la conciencia que permite conocer la intenciones
de nuestro interlocutor

Sumo, forma de lucha libre japonesa de alta especialización y una de las artes
marciales más antiguas. El rasgo más notable de los sumotori (competidores) es su
talla: son hombres gigantescos que pesan a menudo 130 kg, aunque pueden
alcanzar los 200 kg o más. Consiguen estas proporciones no sólo ingiriendo grandes
cantidades de comida (destacando un guisado rico en proteínas llamado chanko nabe)
sino también practicando el arte de haragei, una forma de desarrollo abdominal que
significa 'alma en el estómago'. Su gran peso les da un centro de gravedad bajo, lo que
les hace más estables.

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