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Federico Murro
De acá a Cuba
02 VIERNES 27·ENE·2017 AFROS / FEMINISMOS / MIGRANTES / SEXUALIDADES
La oligarquía de la piel
Qué pasa con la ley de cuotas para personas afro
« FICCIONES PROPIAS »
yo no soy
Criaturas
Campos imaginarios se tejen en ciudades y comer de lo sembrado. Un eterno rumiar El barrio queda cerca de una playa, una en un auto largo, donde entren todos, con
colmadas de fétidas y hermosas criaturas. de cabezas machacadas por el desarraigo costa pobre y sucia, con agua dulce. Pero a sus tatuajes de colores y pistolas funcio-
El vecino abre la persiana y lo inunda y la urdimbre que les ha cosido el margen. las Chichis y a los Cachis no les interesa la nando como tarjetas de crédito.
una sensación de bienestar, que es porro y Las Chichis no aumentan el caudal playa. Son criaturas de la noche, del hormi- Aspiran a dejar la Cope para siempre,
noche de sueños recurrentes. También por de la Tierra, con sus fijadores eléctricos gón casi armado, de las barracas desvenci- olvidar esos cuentos idiotas de campos
el sol que irrita las chapas de los techos. Se y deshechos de tintas de pelos celestes u jadas de sus compañeris del cante cercano. imaginarios que tejen los abuelos, tener
le acaba, como todos los días cuando sus oxigenados. Ni los Cachis cavan zanjas, si no En la Cope no marcan mucho. A veces una buena pantalla, mucha merca y todo
ojos avanzan hacia adelante, en línea recta. es para enterrar algún desvío de la ley. Andan unos tortazos a una tía desempleada que no el tiempo para intercambiar los cuerpos
La próxima muralla de ladrillos y ventanas su aburrimiento en las semicalles trazadas sirve la comida caliente, o un empujón al y los órganos.
está enfrente, ahí nomás, donde viven las por algún urbanista apurado, que planificó viejo, que en pedo, se pone pesado. Pero ahí, Las Chichis y los Cachis son fétidas y
Chichis y los Cachis. el porvenir de gente que no conocerá nunca. no afanan ni miran: se bastan a sí mismos, hermosas criaturas con barro supurando
Son fétidas y hermosas criaturas de Las Chichis y los Cachis sólo suben a son su tribu y propia familia, ostentan con de heridas humanas que se han ido fosi-
una ciudad metálica y austera en su es- máquinas rugientes cuando meten un fierro la indiferencia. Fornican entre ellos y van lizando en una ciudad sin sol.
plendor vital, que los recoge y bendice, sin en la ruta cercana y dejan al desprevenido en teniendo sus hijos. Las Chichis se acuestan Frente a la muralla de ladrillos y ven-
un céntimo ni arrogancia: de la bolsa son bolas, y riendo se van a dar una vuelta en el juntas y exploran todos sus órganos, que tanas, la persiana baja. Atardece. El vecino
y a la bolsa van. auto por los barrios cercanos, tocando bo- luego ofrecen a los Cachis, machitos me- decide que es mejor cerrar el boliche y
Las Chichis y los Cachis viven ahí, en cina y chupando de las mismas latas, hasta dio lentos pero con buen semen, y a veces, meterse en la pieza del fondo, mirar tele
la Cope de enfrente. Duermen durante el que chocan, siempre chocan. empellones que las hacen gritar. fumando churro y esperar los sueños re-
sol y salen colgados como murciélagos, a Un día pisaron unos gallos peleadores El conjuro de las ambiciones siempre se currentes, donde también él teje sus cam-
buscar la noche y sus entornos. de un loco re salado que maneja las apues- acaba cuando vuelven a la Cope y se meten pos imaginarios. Son playas con palmeras
Retrasados del progreso ausente, van tas de las riñas clandestinas, con quien en la mierda de viviendas de apoyo mutuo de donde caen ninfas como cocos. Pero
más allá de lo que sus almas podrán vivir. tuvieron que transar después, pagando que los viejos construyeron, y que las viejas nació en este lateral oeste de un mundo
Existe un límite discurrido entre campos cualquier cosa que les fue pedida. Otro día, se rompen el orto por pagar la cuota, traba- olvidado. Y allí, sobrevive adormilado,
imaginarios, que está fuera de lo que ellos zigzagueando en un Peugeot recién sacado jando en cualquier bosta, y que nadie, de lapidado por un paisaje borroso de placer.
pueden desear. Oyeron hablar sí, a sus abue- a su dueño a puro prepo en caminos de la todos ellos, quiere perder. Lo mantiene alerta la prudencia vital
los, y aun a sus padres de campos. Los escu- vuelta, le pegaron en la cadera a un viejo Las Chichis y los Cachis imaginan te- de no exponerse a los murciélagos, esas
charon desde que sus vidas fueron dadas a sentado en un cordón casi disuelto de una ner un galpón común, un poco más allá de criaturas que vienen de una agria feti-
la luz. Aún chiquitos, ya creyeron en que la vereda de verano. El tipo quedó paralizado, la ruta, en el medio del cante, donde viven dez del fatal aire que se respira. Criaturas
tierra es sólo un pedazo de inverosímil pa- para siempre, de la cintura para abajo. A Barros y el Tuluca, que mandan y arrancan que no vienen de la tierra y sin un cén-
raíso inventado. Los viejos siempre hablan decir verdad, era un viejo de mierda, que se con todo. Esos sí que mueven la mercadería timo ni arrogancia, de la bolsa son y a la
de cosas que no existen, como el lugar en había cogido a una Chichi cuando era una sin pudor ni censura. bolsa van. ■
que se tiene la urgencia de existir, volvien- nena, y de casualidad la venganza atropelló Las Chichis y los Cachis sueñan con
do. El aire, el sol, el trabajo de arrear vacas y cobró a su victimario. vivir ahí, levantarse en la noche, pasearse Carmen De los Santos
08 VIERNES 27·ENE·2017 AFROS / FEMINISMOS / MIGRANTES / SEXUALIDADES
¿Mostra quién?
-Qué bueno que me llamaste,
Nahuel, tenía ganas de verte.
Hace mil que ni hablábamos.
-Por Facebook hablamos.
-Es verdad, somos fans recípro-
cos. Vos tenés cada mostra...
-Eh… alguna, sí. Viste cómo son
las minitas y las amigas de Mili
son de ese tipo, pero lo bueno es
que en persona no me las fumo
más.
-¿Y cómo hacés? ¿Les prohibiste
la entrada? Qué le vas a prohi-
bir... Mili no te dejaría nunca.
-No, la dejé yo.
-Me muero muerta ¿Te separas-
te? ¡¿Cómo que la dejaste?! ¿Y
cómo estás? ¡Contame ya!
-Me fui con mi primo pero maña-
na me traen el colchón que com-
pré y ahí ya me mudo al depto
que alquilé. Estoy bien, pasó algo
muy raro y creo que todavía no
caí del todo.
-Bueno, si no me querés con-
tar, todo bien, pero contame,
¡contame!
-Ya veníamos medio mal, no sé,
ya no era lo mismo, viste... Y hace
un mes fui con los pibes a pescar
a Chascomús pero a uno le dio
cagadera, y una cosa son ganas
de cagar y otra es cagadera. Así
que fue llegar y volver, parando
en cada estación de servicio de
Chascomús a Puerto Madero.
Llegué a casa a eso de las tres de
la tarde. Cuando estaba entran-
do, escuché un portazo.
-¡Hace un mes! Me jodés que re-
cién hoy me estás contando.
-Me acerqué a la puerta del baño
y le pregunté a Mili si estaba bien
y no contestaba. Me asusté, pensé
que le había pasado algo y em-
pecé a golpear la puerta, a tratar
de abrirla a patadas. Entonces
habló, me pidió que esperara un
minuto. Abrió la puerta llorando,
muy colorada y transpirada. La
abracé, le pregunté qué le había
pasado. No dejaba de llorar. Ahí
me di cuenta de que estaba ves-
tida de negro y no es habitual en
Mili. Pensé que había muerto al-
Federico Murro
guien y me vino una cosa al cuer-
po que me fui a sentar. Ahí lo vi.
-¡Había un chongo! tenía unas tiras como para... no turonga esa, y juega a ser varón. termine dejando por una mina o dark side de ese tipo. La amo,
-¿Qué chongo, Maxi? No, Mili sé, no puedo explicar lo que no Eso, un juego. Como el solitario por un puto freak, pero la verdad, ¡qué mostra!
estaba vestida de varón. entiendo. dijo que es. ahora que lo decís... ¿Te imagi- -Me voy.
-¿Qué significa de varón? -¡Cinturonga! ¡Mirala a Mili, una -¡Ja! El solitario ¡Una genia! Y nás? No puedo vivir con el culo -No, pará, Nahuel, no te enojes.
-Tenía puesto un traje de cinturonga! ¡Alta mostra! no le creíste... Ojo, capaz que es en la pared ni quiero tener ese ¡Qué cosa los chongos, qué sus-
hombre. -¿Qué? verdad. tipo de conversaciones. ceptibilidad! Las conchas son jo-
-Eso no es malo. Una vez me vestí -Una poronga cinturón, Nahuel. -Le creo pero no está bien. -No te preocupes por eso. Hasta didas pero ustedes no se bancan
de monja porno y fui furor. ¡Qué momento! ¿Y qué le dijiste, -Te acepto que es un poquito ahora te podía dejar por cual- una. Aunque nunca me sentiría
-Ella dice que no, ¿pero mirá si qué pasó? rara, ¿pero vos la querés o no? quier gil y vos pescando en así, vivo en este mundo, puedo
es torta? -Le pregunté cómo, cuándo y -Sí, a la Mili que es mujer la amo, Chascomús. Además, mirá que entender lo que sentís. ¡Pero hay
-¡Ay, Nahuel, no seas pacato! con quién usaba eso. Dijo que pero a esta que a veces quiere ser te puede gustar... Soy un conven- opciones, che! Un trío, por ejem-
¿Por vestirse de hombre? Torta con nadie, que desde chica pasa hombre no la conozco y no quie- cido de que hay que probar todo. plo: una chica más y se la cojen los
es si sólo le gusta con mujeres. por etapas en las que quiere ser ro conocerla. -Pero ¿qué te pasa, Maxi, si nun- dos. No está mal, ¿no? Le puedo
Yo soy puto y no me visto de con- varón. Que no le gustan las mu- -¡Pero si es la misma, es una sola! ca quisiste a Mili? ¿Por qué me decir a una amiga a la que le en-
cha, no te hacía tan prejuicioso. jeres, que sólo se pregunta cómo Tenés miedo de que quiera usar hablás así? Al final, como decís cantaría y es un fuego. ¡Pará, Na-
¿Y por eso la dejaste? sería cojerse a alguien, tener la cinturonga con vos, ¿no? vos, sos una mostra. huel! No te vayas, hablemos de
-No es por eso, pienso que puede pija. Yo qué sé, me quiero mo- -... -Obvio que soy una mostra y que otra cosa, ¿cómo va San Lorenzo?
ser torta porque tenía una pija rir… ¡Pija! ¿Estamos todos locos? -Nahuel. ahora me gusta Mili. Más por lo -Soy de Lanús. Chau. ■
en la mano y no era un consola- Dice que a veces, estando sola, se -No lo había pensado así. Mi bien guardado que se lo tenía.
dor, no. Era como una prótesis, viste de varón, se pone la... cin- miedo es que la quiera usar y me Nunca hubiera imaginado un Lila Michalski
Redactor responsable: Lucas Silva / Edición y coordinación: Apegé / Diseño y armado: Martín Tarallo / Edición gráfica: Iván Franco/ Ilustraciones:
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Federico Murro / Textos: José Arenas, Matías Carbajal, Martín Cerisola, Carmen De los Santos, Roberto Garcés Marrero, Guillermo García-Pérez, Lila
Michalski, Miguel Pereira, Patricia P Gainza / Corrección: Magdalena Sagarra / Consejo asesor: Valeria España, Patricia P Gainza, Ana Karina Moreira