Vous êtes sur la page 1sur 3

Estoy afuera…

Aquí donde está la intensa luz que no deja nada al misterio…

Siglo XXI eres pura luz, ¡que bonito!… pero a veces eres demasiado.

O simplemente no te entiendo… todo lo tuyo es propaganda engañosa…

¿Dónde está lo real en ti?

¿Qué te diferencia de los demonios que habitaban en mi cabeza?

Recuerdo que leí una vez:

“El ciego que mira por primera vez no sabe distinguir los objetos,

Tienen que explicarle que es cada cosa, porque en inicio para el son solo manchas llamativas,

De a poco la experiencia con ayuda de la correcta instrucción tiende darle el significado a todo”.

Así estoy yo.

Estoy aquí en medio de afuera y adentro…

En medio de mis sueños

Que a veces se tornan pesadillas

En medio de la realidad

Que se derrite

No comprendo a la gente

No me hallo en la masa

No nací para ir con ellos

Pero aun asi

Siento que tampoco me sigo a mi misma

¿O pienso que no puedo lograrlo?

“Antes no era asi”

“Antes”…

“Antes”…
Siempre “antes”

Antes estaba en otro lado

¿Pero me cobijaba antes?

¿Qué pasaba antes que lo tenía más claro?

O los problemas eran más directos y me enseñaban el camino con mayor claridad…

O si es verdad que estaba desconectada del exterior, pero en cambio tenía tan claro lo que pasaba
dentro mío…

Si salir hacia afuera lo revuelve todo…

La percepción de la realidad cambia y tú ya no te percibes igual… ¿Cuánto conflicto puede traer


eso?

Salir hacia afuera es como encandilarse por la luz, duele y te deja ciego por unos minutos,
realmente ¡no puedes ver absolutamente nada por unos cuantos minutos!… minutos que pueden
ser años… Pero la cosa no acaba allí, después de esa primera ceguera, te das cuenta que aprecias
muy bien el mundo exterior… tanto que lo llegas a amar, con la misma intensidad que podrías
amar ese mundo interno del que saliste y que era tu guarida, pero entonces entras feliz adentro
de ti mismo y te horrorizas, porque todo se nubla.

¿Nunca les ha pasado?

Que cuando estuvieron afuera en un bello día soleado, disfrutando de la luz, cuando entraron
dentro de casa todo se puso oscuro de repente y creíste que te desplomarías del mareo, tuviste
que agarrarte a lo primero que estuvo contigo y a veces lo que está justo al lado tuyo no siempre
es algo bueno…

Salir hacia afuera puede ser así, un camino confuso, lleno de tropiezos, lleno de cosas que no
puedes comprender, que aterrorizan y que te enmudecen, porque son experiencias tan difíciles de
explicar que el habla no llega a dar lo mejor de sí en esos momentos y te pueden tomar por loco.

Si eso pasó y fui crucificada por la inquisición del momento, pero eso, como todo, fue una etapa.

(Suspiro)

Esto me da a entender una cosa importante, la forma en la que percibimos el mundo es muy
distinta, de una persona a otra, yo me miro a mi misma en mi experiencia y me digo,

“¿Cómo podemos creer que todos estamos percibiendo lo mismo?, si ni siquiera eso se mantiene
en una sola persona como lo soy yo?… un evento y ¡zas! Estoy en otro lugar de mi conciencia y
todo lo que acomodé durante años (desde que nací) se cayó y ¡tanto tiempo ha tomado reajustar
todo! ¡y todavía no entiendo la realidad!, entonces ¿como podemos ser absolutistas con relación a
esta? Nuestros sentidos perciben muy poco, yacemos en esa percepción, confiando que es la única
y así es que armamos nuestros dogmas (del tipo que sean)… que peligroso…”

Recuerdo que salí hacia la luz por un evento trágico, el fallecimiento de mi madre, aquello me
obligó a salir hacia afuera por mi bien. Abandone la comodidad de mi autoencierro por que mi
mente se había llenado de demonios… salí y allí afuera todo cambio…

Ingenua, ilusa, aterrorizada, confundida, así viví la luz exterior… cometiendo todos los errores del
mundo… creí morir, si al morir mi madre creí morir, al salir afuera de forma tan abrupta, morí de
nuevo…

Pero no se puede estar así, yo todavía no puedo comprender como es que cambió mi percepción
de la realidad, como es que me marea el mundo, que el amor que le tengo a lo invisible no sea
entendido y si es que al ver que los únicos que lograron entenderme en su momento fueron los
locos, los artistas, los autistas, los drogadictos y los empáticos…

Todo esto me remite a lo que yo tenía en mi vida, antes de salir hacia afuera, aquel mundo
misterioso de ensueño que cobijaba mi conciencia de niña, cobijaba mis sueños, sueños que eran
mi realidad… sueños que se fueron, y aquí en el presente me pregunto ¿entonces que es la
realidad? Esta realidad actual, tan efímera… así de efímera la siento como mis antiguos sueños y
por ello pienso que mi búsqueda por lo real es lo único que vale la pena realmente en este mundo
loco.

Vous aimerez peut-être aussi