IDENTIFICACION

Según la Real Academia Española (RAE, 2015), se define al acto de

identificarse como « Hacer que dos o más cosas en realidad distintas aparezcan
y se consideren como una misma» por lo tanto es posible definir la
identificación como un proceso en el cual interactúan dos sujetos cuyas
cualidades se pueden encontrar como similares o afines.

Esta definición que se ha planteado a la identificación se puede

complementar con las aportaciones que Freud (1920?? /2001) hace en su libro
Más allá del principio del placer, Psicología de las masas y análisis del yo y otras
obras en donde define la identificación como «la más temprana exteriorización
de una ligazón afectiva con otra persona» (p.99) y afirma que ocurre desde los
primeros años de la vida y da paso a la manera en que los individuos se
desenvolverán en el futuro, es un proceso meramente inconsciente y está ligado
al mismo tiempo a otros procesos que forjan la personalidad del individuo, «El
varoncito manifiesta un particular interés hacia su padre; querría crecer y ser
como él. […] Digamos, simplemente: toma al padre como su ideal». (Freud,
2001, p.99).

La introducción del término “ideal del yo”, indica el surgimiento de una

instancia psíquica mediante la cual el sujeto sublima a su propio ser y se rige
mediante una serie de mecanismos en la búsqueda de la reafirmación y alimenta
a su propio narcicismo. El ser humano vive buscando una identidad propia, algo
que lo haga destacar de entre los demás, pero al mismo tiempo busca la
aceptación y el sentimiento de pertenencia, Hall (1990) citado en Paul du Gay
(2003) propone dos modelos discordantes de cómo puede ser producida la
identidad, «El primer modelo supone que cualquier identidad tiene cierto
contenido intrínseco y esencial definido por un origen común, una estructura
común de experiencia o ambas cosas» (Du Gay,2003, p. 151-2), por otro lado
«El segundo modelo subraya la imposibilidad de esas identidades plenamente
constituidas, independientes y distintivas. Niega la existencia de identidades
auténticas y originarias basadas en un origen o experiencia universalmente
compartido» (Du Gay,2003, p. 151-2), según este modelo es imposible la
existencia de una identidad totalmente distintiva de otra, contrario a lo que
presenta el primer modelo, «La identidad es siempre un efecto temporario e
inestable de relaciones que definen identidades marcando diferencias» (Du
Gay,2003, p. 151-2) por lo que aún cuando se encuentren distinciones entre la
identidad de una persona y otra, es justamente esa diferencia la que marca la
relación entre una y otra.

Así mismo, dentro del marco de la identidad y complementando las

aportaciones que expone Du Gay, es posible encontrar las propuestas de Simon
(2004) citado en Francisco Morales (2007) que afirma que existen dos maneras
de tipificarla, la primera es la identidad colectiva, la cual define como «una
autointerpretación centrada en un aspecto del yo socialmente compartido. Se
basa en un único aspecto del yo que la persona comparte con otras personas,
pero no con todas, en un contexto social relevante» (Morales, 2007, p. 957) es
como se mencionaba anteriormente el sentido de pertenencia, el formar parte de
un grupo que el sujeto encuentra importante. Por otro lado esta la identidad
individual que «es la autointerpretación basada en una configuración compleja
de aspectos del yo diferentes y no redundantes» (Morales, 2007, p. 957), el
hecho de sentirse único y diferente de los demás, rasgos y cualidades que
definen al ser humano como alguien irrepetible y capaz de destacar y sobresalir.

Sin embargo, a veces sobresale el deseo de formar parte de algo y es asi

como la identidad colectiva se destaca en la personalidad del individuo,
adoptando éste gustos, actitudes y papeles que le permitan sentirse adaptado
dentro de su grupo, «la amenaza a la identidad introduce una cuña entre el yo
individual y el colectivo. La respuesta a la amenaza depende de que la persona
otorgue prioridad a su yo individual o a su yo colectivo» (Morales, 2007, p. 795),
es ahí cuando ocurre a lo que Morales (2007) llama “proceso de
despersonalización” a lo cual define como el proceso mediante el cual «la
persona se categoriza a sí misma como miembro de su grupo» (p. 790)

Según Morales (2007) «El desarrollo psicológico del ser humano está
estrechamente relacionado con procesos de influencia social, ya que somos
incapaces de aprender si no es por medio del contacto con otros individuos de
nuestra especie» (p. 561), aquí se rescata el término influencia, uno de los
factores que forman parte de la identificación, pues desde la infancia, personas
ejercen cierta preponderancia que se convierte en un significante en la vida de
los demás, se define a la influencia social como «cualquier cambio de la
conducta producida por el influjo de otros» (Morales, 2007, p.562), es posible
complementar ésta definición con las contribuciones de Robert A. Baron (2005)
quien dice que es «el esfuerzo realizado por uno o más individuos para cambiar
las actitudes, creencias, percepciones y comportamientos de una o más
personas» (p. 359).

Entre otros factores que coadyuven a la identificación, se encuentran, el

gusto, que hace referencia a los objetos, sucesos y entidades que agradan al
sujeto, y la imitación, que puntualiza las características que la persona adopta
con tal de asemejarse a alguien a quien debe su admiración o respeto, que junto
con la influencia, categorizan las formas en que una persona puede identificarse
y adoptar comportamientos, conductas y actitudes como propias y hacerlas parte
de su personalidad misma.