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VANITY FAIR

Los "fachas de Santoña", el último escándalo


ficticio que España necesita
Una murga parodiaba el franquismo el mismo día en el que los
titiriteros eran encarcelados. Una actuación de carnaval
utilizada para polemizar, otra vez, sobre los límites de la
libertad de expresión.
Por María Garrido

Periodista y Doctora en Ciencias Sociales (Comunicación).


Durante una década se dedicó a la docencia y ha investigado el "estilo de vida" como argumento de la
información. Ha publicado "Revistas femeninas, crónica de un desdén", (Ed. Comunicación Social), también
artículos científicos y capítulos en libros.
Escribe con regularidad en publicaciones como S Moda- El País, Vanity Fair o la revista AD (Architectural
Digest) y asesora a empresas en cuestiones de comunicación. Multinacionales como Desigual o compañías
artesanas como Verdeagua Alhajas han confiado en ella. Veranea en Santoña y conoce bien la Villa.

16 de febrero de 2016 / 8:43

Los galipoteros cantan 'Cara al sol' durante su espectáculo en Santoña:

“Soy un facha pero de los de antaño/ y que aunque haya acabado/ su lucha nunca va abandonar/ Y
aunque no comparta la manera en la que veo la vida/ por favor no se olvide que esto es un disfraz/
Déjate de banderas y de ideologías".

Es el final de la murga que parodiaba el franquismo el mismo día en el que los titiriteros eran
encarcelados. Su cierre aclaratorio no ha servido para que una actuación de carnaval se utilice para
polemizar, otra vez, sobre los límites de la libertad de expresión.

Primero fueron los trajes de la Cabalgata de los Reyes Magos. Luego fue el atrezzo de los
titiriteros. Y ahora otro escándalo ficticio acontecido en el Carnaval de Santoña amenaza con
convertirse en el nuevo argumento para insistir en lo que ya sabemos, que las dos Españas existen y
no conviene intentar amigarlas.

El asunto es bien sencillo. Hace un par de semanas un tropel de hombres, mujeres y niños se
disfrazaron de “fachas de antaño” y además de una murga en la plaza, cantaron el “Cara al sol”
por las calles de un pueblo que tiene su propio, real y empecinado facha de antaño: un señor de
la Falange que todo el mundo conoce y se llama Fito Calle. Santoña también es el lugar en el que
nació otro facha de antaño –este más conocido fuera del pueblo–: Luis Carrero Blanco. De Carrero
Blanco hay que explicar poco. Y Leoncio Calle ya fue concejal falangista con Franco. Y
también desde 1995 hasta la última legislatura, cuando entraron Podemos y Ciudadanos, acabando
así con su participación en la vida municipal santoñesa.
De modo que si hay un pueblo que sabe lo que es un facha es Santoña. Y quizá por eso, Santoña
está cabreada. Desde ayer, distintos medios han llamado la atención sobre el atuendo y la murga con
la que Los Galipoteros (peña de la discordia) decidieron que participarían en un carnaval que es
fiesta de interés nacional desde mediados de los ochenta. Leen que se trata de un pueblo
tolerante con el fascismo. Que sus vecinos, “los galipoteros”, adoctrinan a sus hijos en las
ideas de Franco. Que su murga era un canto a la xenofobia, la catalanofobia y otras fobias de
prefijo heterogéneo. Que el resto de vecinos no se inmuta porque allí el enaltecimiento del fascismo
no está mal visto.

Así que, como la cosa empezó con un tuit, reaccionan con una hastag, #yosoygalipotero, recuerdan
a Charles Chaplin vestido de Hitler en El Gran Dictador y no comprenden que se tomen su
desfile de carnaval por una manifestación política ni a su pueblo por un nido de franquistas.
Saben que sin la detención de los titiriteros hace un par de semanas no habría tema y también que se
reirán de lo que está pasando en las murgas del año que viene. Pero alucinan igual.

La cuestión santoñesa se apagará sola, igual que se disiparon las disputas sobre los trajes de los
reyes y se habla cada vez menos de los titiriteros. Pero en España, 2016 apunta a ser el año en el
que la tendencia a la criminalización del humor nos quitó la lucidez ante la grandeza de la libertad
de expresión que nos unió tras el atentado a Charlie Hebdó.

Lo de menos es si se les fue de las manos o no. Si fue de buen gusto o no. Incluso si fue ofensivo o
no. Que se sepa, no hay leyes que limiten las máscaras de Don Carnal ni sus coreografías.

El disfraz caricaturizaba a los falangistas; la murga “polifóbica” acababa con críticas a diestro y
siniestro; y el Cara al sol es, en efecto, lo que cantaría un facha, así que lo cantaron. Carlos Peña,
autor de la murga insiste en que “era un disfraz y hablábamos en boca de ese disfraz”. No acaba
de entender la dimensión del caso y justifica las partes más polémicas de la letra explicando que
“era el discurso de unos falangistas opinando sobre cuestiones candentes en España. No somos
anticatalanistas, ni homófobos, ni racistas. Y se nos puede llamar de todo, pero precisamente
fachas, pues no”. Lo mismo aseguran desde el comunicado que han colgado en su página de
Facebook.

En esta misma red social habla otra “galipotera”, Alicia: “Llevo desde el 6 de febrero criticando
la detención de los titiriteros y ahora me encuentro con esto. No es el primer año que nos
metemos en jardines, pero es que no nos van las censuras”. Hasta el alcalde del pueblo,
socialista, ha defendido la libertad de expresión que simboliza el carnaval. Y un alcalde del PSOE
no parece sospechoso de patrocinar nostalgias franquistas.

La cuestión santoñesa se apagará sola, igual que se disiparon las disputas sobre los trajes de los
reyes y se habla cada vez menos de los titiriteros. Pero en España, 2016 apunta a ser el año en el
que la tendencia a la criminalización del humor nos quitó la lucidez ante la grandeza de la
libertad de expresión y creación que pareció unirnos tras el atentado a Charlie Hebdó.

Dice Noam Chomsky que “si no creemos en la libertad de expresión para la gente que
despreciamos, no creemos en ella en absoluto”. Es fácil de entender que la burla ajena hacia
nuestras creencias más profundas nos desasosiegue y nos moleste. Y una de las mejores cosas de
vivir en libertad es que no tenemos que reírle la gracia a quien nos ofende (la ley no ampara a
caciques ni caudillos), así que podemos criticarlo y reprocharlo. Pero preguntarnos
constantemente si lo que no nos gusta es delito nos sitúa en una especie infantilidad esférica
que merece más chanzas y denuncias que los vestidos de poliéster, las goras en escenarios de
cartón y las murgas de fachas de antaño que derechas e izquierdas ven como la Hiroshima de los
agravios y no pasan de pretextos para no crecer como sociedad.
Es peligroso jugar al “y tú más” con los fundamentos que nos definen como un país que debería
presumir de ser democrático y libre, al menos en cuestiones de pensamiento. Como también es
peligroso que sólo nos ofenda que se cuestione nuestra libertad de expresión y no la del contrario.
Son juegos fáciles, cortejos baratos que nos seducen, precisamente, porque nos permiten
defendernos atacando en lugar de razonando, que exige más esfuerzo. Pero, ay, cuidado con los
juegos y los dogmas, no vaya a ser que, como parecía que era un juego, acabemos teniendo que
consultar el Código Penal para saber qué puede hacernos gracia y qué no.

COMUNICADO OFICIAL MURGA GALIPOTEROS

(Sobre la polémica suscitada durante el Carnaval del norte de Santoña 2016)


Ante la repercusión que ha cogido la primera falsa noticia sobre nuestra obra y nuestros desfiles,
queremos detallar y explicar a continuación varios aspectos que nos están atacando mediante
contenido manipulado y falso.

En primer lugar, por empezar por algún sitio, el disfraz, DISFRAZ, era el de un facha de antaño
caricaturizado. Y decimos caricaturizado puesto que cada detalle y símbolo de nuestra puesta en
escena y disfraz está mirado con lupa para que no ofenda a nadie. El pájaro que portamos en nuestro
pecho, bandera y telón es un pájaro disfrazado con un sombrero, el escudo de la agrupación,
serpentinas y mazas de bombo, siendo un pájaro, bajo nuestro gusto, chirigotero.

Sigamos. El gran retrato en el que aparece Francisco Franco nos sirve para hacer chistes durante la
murga. Decir que nuestra voluntad es matar por España a Artur Mas o a Piqué es sacar las cosas de
contexto. Por España mato. Es una forma de hablar. ¿Nadie recuerda a una famosa colaboradora de
un programa de corazón diciendo “Por mi hija mato”? ¿Iba a matar ella también? No se pueden
utilizar, desde nuestra opinión, frases hechas como esa para atacar tan violentamente. Son diferentes
chistes incluidos en el disfraz, que después quedan negados cuando defendemos la unidad de todos
los españoles sin atender a extremismos, independentismos,… Parece ser que este trozo a muchos
medios de comunicación no os interesa publicar, pero aquí os le dejamos:

Increíble actuación…

Sigamos. Cuando levantamos la mano derecha, conocido símbolo facha (recuerdo que salíamos
disfrazados de fachas), nunca lo hacemos para homenajear, engrandecer o ensalzar el movimiento
franquista. Una vez lo hacemos para acabar con el chiste de que (en forma de gracia, no
confundamos) al público le huele el sobaquillo, y otra dejamos claro que vamos con el brazo así
porque conocemos a medio pueblo y es para saludar.

Murga Galipoteros
Todos los que estáis nombrando duramente a hijos. Parejas y familias de los integrantes del grupo,
debéis saber que cada año toda la familia nos disfrazamos de cualquier tema, todos juntos. Cada
persona en la murga tiene su ideología, y creernos que podemos pecar de muchas cosas, pero
precisamente de fachas no.

Finalmente, invitamos a todas las personas que se aventuran sin dudar a faltar al respeto sin saber
realmente el sentido de esta murga, a verla y escucharla entera, estamos seguros de que cambiarán
de opinión. Página de Carnaval del Norte. Y sobre todo les invitamos a los medios de
comunicación, tanto fiables como no fiables, porque creemos que su trabajo no está siendo muy
bien desempeñado. Es mejor poner las canciones completas para que la gente realmente encuentre
la gracia y el humor. Poner solamente ciertos trozos sin dejarlos continuar consideramos que es
oportunista.

Y ya por último, pedimos disculpas a la gente que se ha podido sentir dolida al ver tantas y tantas
noticias falsas. Para nada fue nuestra intención. Entended que es un carnaval cómico y humorístico
en el que todos tenemos cabida. Si hubiésemos sabido que se iba a formar este revuelo, nos
hubiéramos planteado la idea que íbamos a llevar a cabo.

Gracias a todo el pueblo de Santoña y a la gente de fuera que nos está dando tanto apoyo en estos
duros días. Estamos dolidos, porque para nadie es bueno que se le intente destrozar con mentiras,
pero con todo vuestro apoyo se lleva mucho mejor.

Un saludo,

Murga Galipoteros.

PD: Si podemos compartirlo todos seguro que llega a mucha más gente. Gracias.

Desde las Redes Sociales también ha surgido un movimiento de apoyo a esta murga con la siguiente

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