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Los manuscritos Judíos llamados Talmud, Midrás y Misná: El Talmud, (Misná y Gemaras), elaborado entre
los años 100 y 500 D.C, es una vasta recopilación de tradiciones Judías relativas al Antiguo
Testamento. En él se incluyen las enseñanzas de la vida civil, moral, filosófica, jurídica y médica, así como
religiosa, del Judaísmo.
Midrás o Midrashim (100 B.C - 300 D.C.) significa estudio o interpretación textual y son una serie de
historias, sermones, y comentarios de la ley de Moisés que da nuevas prescripciones y normas de
conducta que se debían de seguir para el culto y el derecho (los halákoth, o procedimientos). Las
secciones históricas interpretadas del Pentateuco, dio como resultado a relatos y leyendas (la Haggada,
que significa declaración o explicación), que por respeto a la ley Mosaica, no debían escribirse. En el siglo
III D.C. un rabí, Yehuda Hanasí, escribió las tradiciones, algunas de las cuales ya circulaban por escrito
clandestinamente. Estas escrituras recibieron el nombre de Misná (enseñanza o repetición) y fueron
completas alrededor del año 200 D.C. Estas son enseñanzas que supuestamente fueron comunicadas
verbalmente por Moisés a sus 70 líderes. Más tarde, las escuelas rabínicas decidieron escribir
comentarios de la Misná que recibieron el nombre de Gemearas (estudios definitivos). Existen
dos Talmuds que están compuesto por la Misná y los Gemaras: Un Talmud Palestino, llamado Talmud
de Jerusalén, (acabado en el siglo 5 D.C.), y un Talmud Babilónico, llamado también Talmud Bablí, que
tiene mayor autoridad que el anterior para los Judíos (acabado alrededor del año 500 D.C.). Aunque éstos
documentos no tienen importancia teológica para los Cristianos, mediante éstos escritos se conocen
costumbres Judías de los primeros siglos de nuestra era. Igualmente son de gran valor para los estudios
arqueológicos e históricos.
EL CANON:
La Biblia hoy en día se divide en dos partes principales: El Antiguo
Testamento y el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento relata la
historia de Israel antes de Cristo, y el Nuevo Testamento incluye la
vida de Jesús y el primer siglo siguiente.
Las Versiones de la Biblias aceptadas por la Iglesia Católica añaden en el Antiguo Testamento algunos
libros históricos llamados por primera vez "Apócrifos" por Jerónimo, traductor de la Biblia llamada la
Vulgata en el año 400 D.C., queriendo decir que estos libros eran de autenticidad dudosa. (También
llamados deuterocanónicos o de segundo canon--secundarios) los cuales los listamos en ésta página.
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Los libros de la Biblia referidos como canónicos, fueron escritos por 40 autores a través de más de 1.500
años. Estos libros demuestran una unidad increíble y única cuando son compaginados en un tomo que
nosotros llamamos la Biblia. Obviamente, hay un autor divino detrás del proceso de confección de la Biblia,
El cual estuvo inspirando a los autores humanos. Una de las cosas que nos dice la misma Biblia es que
Dios "respiró" o guió a los autores de la escritura a plasmar lo que él quería, lo cual está expresado en:
2 Timoteo 3:16 dice: "Toda la Escritura es inspirada por Dios...."
2 Pedro 1:21 dice: "...Nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de
Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo."
La palabra canon viene del griego "kanon", que significa "regla", nivel, o instrumento de medir. Una de
las reglas usada por los Cristianos para saber si los libros del Antiguo Testamento eran inspirados fue si
fueron mencionados por Cristo Jesús. El canon, en éste sentido, puede significar una norma de conducta
o fe de lo que puede o no hacerse o creerse. Podemos concluir que el canon se refiere a la pregunta de
cuales libros son verdaderamente inspirados por Dios y tienen autoridad. Esta norma de fe jugó un papel
importante en la confección de una lista o catálogo de los escritos Judeo-Cristianos. Como consecuencia,
tanto los Judíos como los Cristianos concuerdan y aceptan el canon del Antiguo Testamento, con
excepción de ciertos libros históricos llamados "apócrifos" y "pseudoepígrafos".
2. La Biblia Hebrea:
Fue escrita en el siglo 9 después de Cristo. Escrita por los "masoretas", unos expertos judíos que
inventaron un sistema para poner vocales al antiguo idioma hebreo que no tenía vocales. Esta Biblia
Masoreta tiene 39 libros en el A.T., que es número de libros aceptada por los protestantes
igualmente. Los judíos eran muy celosos y religiosos acerca de sus escritos, al punto que tenían un
grupo de sacerdotes llamados escribas, dedicados a copiar los libros del Antiguo Testamento con
una gran exactitud. Es por eso que los pergaminos que tenemos hoy en día son extremadamente
confiables y se puede decir que son una copia de los pergaminos originales. Esto quedó
demostrado cuando se descubrió la tercera fuente de pergaminos que tenemos hoy en día, los
llamados:
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Hacia el año 132 A.C. se afirma el canon del Antiguo testamento, aunque es muy probable que
haya estado en vigor en la época de los escribas como Esdras. Inicialmente, los Judíos dividieron
sus escritos en tres secciones: La Ley, Los Profetas y Las Escrituras. La Biblia hebrea contenía
solamente veinticuatro libros que corresponden a los 39 del Antiguo Testamento. El número se
altera al dividir los profetas menores en doce y al dividir en dos, cada uno de los libros de Samuel,
Reyes, y Crónicas. Finalmente, Esdras-Nehemías también se separaron en dos libros. En la Biblia
Griega o Septuaginta, el Antiguo Testamento adquiere una división diferente y se hace en cuatro
secciones determinada por la similitud de temas. Este es el mismo orden que siguen las Biblias
latina, católica y protestante:
LOS TÁRGUMES:
Los Tárgumes en el idioma arameo son paráfrasis o traducciones interpretativas de la mayor parte
del Antiguo Testamento, (a excepción de Daniel, Esdras-Nehemías, que ya estaban en parte en
arameo). hechas cuando el Hebreo fue desapareciendo como idioma común de los Judíos, después
del cautiverio Babilónico. El traductor era llamado "meturgeman" y la traducción "tárgum". Estas
interpretaciones orales se plasmaron por escrito dejando algunas copias que existen hoy en día.
Los Libros Apócrifos son libros históricos del período Antiguo Testamentario que son "buenos y útiles
para leer", pero no para ser usados como base para formar una doctrina (Martín Lutero). La Iglesia Católica
usa la misma Biblia que la de los protestante, excepto por el hecho de que la Biblia Católica incluye estos
libros. San Jerónimo, traductor de la Biblia llamada la Vulgata (400 d.C.), fue el primero en llamarlos
"apócrifos", queriendo decir que eran de autenticidad dudosa.
Aunque estos libros fueron incluidos en algunas Biblias como la de la iglesia católica, se usó el nombre
"deuterocanónicos" para estos libros apócrifos. Este nombre significa "segundo canon", o "segunda
lista". La siguiente lista contiene quince libros: ocho de ellos, al igual que algunas adiciones a otros libros
originales, todavía están en la Biblia católica, estos son:
1. Tobías,
2. Judit,
3. Sabiduría,
4. Eclesiástico,
5. Baruc,
6. La Carta de Jeremías (muchas veces incluida como apéndice a Baruc),
7. Primero de Macabeos, y
8. Segundo de Macabeos.
Los cuatro documentos que también están incluidos en la Biblia Católica, pero como parte de otros
libros considerados canónicos en el mismo Antiguo Testamento son:
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9. Adiciones al libro de Ester,
10. La Oración de Azarías y la Canción de los Tres Jóvenes,
11. Susana.
12. Bel y el Dragón. Estos tres últimos están incluidos en el libro de Daniel.
Quedan tres documentos que, aunque fueron incluidos en la Vulgata, después fueron excluidos por
el Concilio de Trento, en el año 1545, estos son:
13. 1º Esdras
14. 2º Esdras
15. La Oración de Manasés
El resto de los libros en la Biblia Católica son los mismos que en la Biblia Protestante.
Los Pseudoepígrafos del Nuevo Testamento son escritos que en su mayoría son legendarios e
imaginarios, pero que pueden contener trazos de información que se consideran auténticos. Algunos de
éstos escritos pretenden tener valor histórico dando datos sobre los discípulos, María la madre de
Jesucristo, la niñez de Jesús, sus años perdidos, su resurrección, etc. Entre algunos de estos libros se
encuentran:
1. El Evangelio de Santiago
2. El Evangelio de Pablo
3. El Evangelio de Pedro
4. El Evangelio de Felipe
5. El Evangelio de Nicodemo
6. El Evangelio de los Hebreos
7. El Evangelio de María
8. Hechos de Juan
9. Hechos de Pedro
10. Hechos de Andrés
11. Hechos o Evangelio de Tomás
12. Historia de José
13. Epístola de los Apóstoles
14. Apocalipsis de Pedro
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15. Apocalipsis de Pablo
Igualmente, hoy en día han surgido una serie de libros que claman conocer acerca de la historia de Jesús,
de sus años perdidos, su linaje, y sobre todo, de lo que quiso enseñar, decir o expresar. Sin duda alguna
que la mayoría de estos escritos caen también en la lista de libros pseudoepígrafos: falsos, imaginarios, o
legendarios.
Mateo 24:4-5 "Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi
nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán".
Mateo 24: 23-24 "Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo
creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal
manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos".
1ra Juan 4:1 "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios porque muchos
falsos profetas han salido por el mundo".
2da Juan 9 "Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que
persevera en la doctrina de Cristo, ése si tiene al Padre y al Hijo"
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LOS ÁGRAFOS:
La palabra ágrafro, significa "no escrito", y se refieren a los "dichos verbales propios de Jesús" que no
se escribieron como parte de los evangelios canónicos, exceptuando ciertos ágrafos escritos dentro de los
libros canónicas, como por ejemplo, en Los Hechos 20:35 dice: "Más bienaventurado es dar que
recibir". Los ágrafos externos a los libros canónicos no son aceptados o se consideran pseudoepígrafos,
como los 114 dichos del mal llamado Evangelio de Tomás, el cual no lo escribió San Tomás. Los
supuestos dichos son "gnósticos, no cristianos, y no coinciden con el lenguaje de nuestro Señor en el
Evangelio, aunque parezcan similares o paralelos.
El Canon del Nuevo Testamento: Se escribió casi en su totalidad en el idioma griego popular-vernáculo
del primer siglo llamado koiné, un poco diferente al griego de la literatura clásica, o ático.
A mediados del siglo II D.C. se fijó parte de lo que hoy tenemos como el Nuevo Testamento. Los escritos
de los 12 apóstoles, incluyendo a Pablo (2 Pedro 3:16) o que tenían autoridad apostólica se fueron
reuniendo poco a poco en las generaciones posteriores a la apostólica. La apostolicidad, constituía la
prueba de que un libro estaba cubierto por la autoridad de uno de los apóstoles y podía figurar en el
canon.
La doctrina de los apóstoles era la norma de fe. Los libros de Marcos y Lucas (incluyendo los Hechos) se
admitían porque estaban apoyados por la autoridad de Pedro y Pablo. Atanasio, en 367 D.C. escribió una
obra llamada Epístola de Pascua de Resurrección, en donde hay una lista de 27 libros, tal como hoy la
conocemos. En la época de los Concilios como el de Nicea, quedó formado universalmente el canon del
Nuevo Testamento. Igualmente, podemos hacer notar que ciertas secciones de la Iglesia Cristiana de los
primeros siglos discutieron acerca de la canonicidad de ciertos libros como la epístola a los Hebreos
(porque el autor no se identificaba), La 2da epístola de Pedro, las 2a y 3a de Juan, Santiago, y el
Apocalipsis. Y aunque el testimonio de la historia finalmente nos da pruebas de la autenticidad del canon,
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la inspiración y transcendencia del contenido de éstos libro es la mejor prueba interna de que estos libros
son la Palabra de Dios.
BIBLIOGRAFÍA
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