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Ensayo

Cristianismo y Biopolitica,

Tematica: El hombre postorganico. (Paula Sibilia)

Fernando Santander Donoso


18844876-3
Ingeniería Comercial.
Acerca de: “El hombre postorganico”

En este ensayo, precisare en referirme, respecto de la lectura “el hombre


postorganico”, y al análisis de este mismo desde una perspectiva ligada a las
generaciones venideras , la mía principalmente, y como percibimos los
mecanismos tecnológicos insertos, y progresivamente en incremento, desde una
mirada en la que el enfoque se internaliza desde la vida misma del individuo, es
decir, las nuevas generaciones están acostumbradas a las nuevas tecnologías ya
que hemos de crecer junto con ellas. He aquí la importancia de lo que plantea
Paula Sibilia en su lectura.

Acorde a lo planteado en la lectura “el hombre postorganico, se expone que existe


un capitalismo industrial que controla biotecnologías, teleinformáticas y
mecanismos de información que permiten a la sociedad implantar tecnologías, de
forma constante, con un exponencial incremento tecnológico y con ello un mayor
dominio en información, y obsolescencia humana.
Respecto de la Obsolescencia humana, es la base de la disyuntiva enlazada en la
temática de Paula Sibilia, desde mi perspectiva, las tecnologías de forma
constante e inconscientemente se encargan de realizar labores que en otras
etapas de la humanidad eran labores netamente ligados al factor humano, al
esfuerzo físico y con la finalidad de lograr eficiencia en cuanto a productividad
industrial, es uso de las tecnologías les sienta bien a las grandes compañías, las
cuales generan grandes sumas de dinero para investigación y desarrollo de sus
mismas tecnologías.

La obsolescencia humana toca un punto fundamental en el momento en que las


maquinas realizar trabajos más allá de la capacidad humana, claro ejemplo y
conciso, el internet.
Los avances tecnológicos, en ámbitos de biología, digitalización, motores,
genética, química,etc, cualquiera sea, cotidianamente, suelen simplificarnos la
vida en gran medida, ya sea por cosas simples como tener de forma rápida el
desayuno listo, como cosas más complejas como poder ejercer sistemas de
tecnología de punta para tratar enfermedades en infraestructuras de tipo
hospitalarias. Las tecnologías implican, eficiencia pero a la vez, carencia de
destreza humana en la realización de acciones, limitándonos a solamente
aspectos de tipo administrativo, organizativo y de control.

Retornando al ejemplo del internet, es un ejemplo idóneo, asombroso. Si en el


1800 tan solo se hubiese planteado la posibilidad de contener un medio de
comunicación capaz de enlazar, englobar, a todo el planeta, brindándole de
herramientas de tipo administrativo, organizativo, de comunicación, e información,
parecía más que una locura. Si aún por el 1900 planteábamos algo similar,
seguiríamos siendo tratados como personas con trastornos imaginativos con ideas
irrisorias para el conocimiento científico de la época. No obstante, en menos de 50
años aquellas mejoras computacionales se han perfeccionado sustancialmente.

Hoy en día la globalización es la corriente que mueve a las poblaciones, por medio
de información y capacidad de comunicación. Prácticamente, no podríamos estar,
ni trabajar, o estudiar, sin una computadora, ya que esta, realizar labores a las que
estamos sujetos, ya que no somos capaces de optar por otras formas de
realización de labores dado la capacidad que tienen las computadoras de realizar
labores ( y más de 1 a la vez) más allá de la compresión o ejecución humana.
De forma más intrínseca aún, la palabra internet, es el concepto clave, ya que,
más allá de tener una computadora, es el internet el que permite la conexión y la
comunicación a nivel global, ya sea también por medio de celulares por ejemplo.
Yendo al plano de quiénes dirigen o toman el poder, del manejo y avance en
tecnologías, se accede a un sometimiento de la población, por parte de quienes
toman el “biopoder”, concepto aplicado para explicar el control inherente sobre
quienes emiten la información, por sobre quienes la reciben, así por quienes
hacen uso de las tecnologías, por sobre quienes la crean o mejoran.

Tomaremos un caso explicativo en particular, aplicando un concepto en el plano


del “marketing” o “publicidad”.

Los conceptos mencionados con anterioridad abarcan una gran capacidad de


poder “controlar” a la población, es decir, en primer lugar, un buen publicista o jefe
de marketing hará un estudio de mercado que determine cuáles serán las
preferencias de los consumidores, o en términos aún más profundizados, son
capaces de predecir, el comportamiento de compra o de deseo y aún más,
manipular aquel comportamiento y deseo.
Con técnicas tan simples, y quizás poco tecnológicas, un departamento de
marketing gigantesco a nivel mundial, puede por medio de un estudio de mercado
simple, producir reacciones, generar deseos y acorde a los resultados obtenidos,
manipular a la población acorde a sus necesidades como empresa.
Grandes supermercados suelen “solicitar Rut” aún incluso cuando no acumulas
puntos ni tienes promociones disponibles, únicamente porque, aunque no estés en
el sistema, ingresando 1 vez, estarás siendo monitoreado, las veces que ingresas
a hacer una comprar como también qué productos estas adquiriendo. En ese
sentido, el monitoreo y control constante de la población va mucho más allá de lo
que creemos que podemos percibir o “decidir” por nosotros mismos.
Considerándole a mi perspectiva como armas de “biopoder”.
La autora investiga unas nuevas formas de biopoder en un recorrido que la
acompañan autores como Focault y Deleuze donde establecen nuevas formas de
dominación,
El humano del siglo XXI intenta luchar contra los estigmas de la sociedad
autoimpuestos, siendo privados de libertad en sus elecciones y la capacidad de
elegir, imponiéndose solo las elecciones que se les conviene a los administradores
de esta globalización. El ser humano de hoy en día tiene pree escrito los caminos
por los que puede optar para poder surgir y perfeccionarse, muchas veces no
estando acorde a los reales deseos del individuo, los cuales pueden ir más allá de
lo que la sociedad puede “desear” para él, o más allá de lo que el sistema en el
que está inserto se lo permite.

En la sociedad contemporánea, el concepto de individuo ha relegado la parte


“humanitaria” del individuo mismo, se imponen formas de comportamiento y lo que
prevalece es el comportamiento de la “masa”, suele ser importante para el control
de la población, que se comporten como masa, así predecir y tomar decisiones
que requieran de manera impersonalizada impartir una tendencia. Conceptos
como la ideología de género son impuestos previamente, el hecho de que un
hombre debe vestirse con colores oscuros, y una mujer desde el color rosado, son
solamente imposiciones que van más allá de la capacidad de la elección del
individuo.
Se oprimen las capacidades intelectuales y técnicas del ser humano, limitando
nuestras labores.
En el libro la autora se refiere a la tecno ciencia contemporánea en sus coyunturas
tanto éticas como políticas y/o sociales, atravesando las bases filosóficas y
comunicacionales de una sociedad en la que la biotecnología pretende suprimir lo
orgánico.

Lo natural está siendo reemplazado por lo sintético, dado el avance tecnológico


que permite ser más eficiente, utilizando otros materiales, y a la vez relegando al
individuo en su parte física de la obtención por ejemplo, del alimento. Los
agricultores del siglo XXI, en el año 2017, luchan constantemente contra las
sequías y las grandes industrias, las cuales por medio de productos transgénicos,
o genéticamente manipulados, gracias a los avances tecnológicos superan
largamente a los agricultores convencionales los cuales, mantienen de forma
homogénea una calidad distinta a lo que realmente necesita el individuo y su
naturaleza.
En ese sentido, la autora, menciona que “lo orgánico” se resiste ante las fuerzas
que intentan suplirla.

Como resolución a la temática y retornando al punto de viste de las “nuevas


generaciones” existe una disyuntiva gigantesca respecto de los avances
tecnológicos.
Ya que, en primer lugar, forman parte de nuestra vida cotidiana y al estar
familiarizados con ellos desde nuestro nacimiento, con incluso pasatiempos que
han postergados antiguos pasatiempos como lo eran “andar en bicicleta”, “jugar
con los amigos”, “jugar algún deporte”, los cuales hoy por hoy se reemplazan por
juegos de celular o play station, las cuales pasan a ser artefactos absolutamente
amigables para nosotros y con ello, formamos parte del sistema de información y
globalización inserto el cual es cada año, y cada día más riguroso , minucioso y
preciso.
En segundo lugar, somos generaciones de cambio, en el sentido, en que, hemos
visto como se ha degradado la naturalidad de la tierra en sí. Constantes
disminuciones de bosques, extinciones de especies, enfermedades como el
cáncer producidos por el uso excesivo de alimentos y tecnologías perjudiciales al
largo plazo. En donde, generamos de forma equivalente, una mayor resistencia, o
mayor rebelión, respecto de ese minucioso y cada día más riguroso avance
tecnológico y manipulación de la población en muchísimos aspectos, como el uso
de alimentos transgénicos, como el uso de materiales biodegradables, incentivos
al reciclaje, incentivos a cuidar el medioambiente y de, determinantemente, exigir
el uso de información de forma homogénea, es decir, quienes filtran la información
, a la vez tienen cada vez mayores adversarios que entreguen información que no
se ha querido entregar, y a la vez hay más plataformas y mayores capacidades de
obtener más y más precisa información que no siempre es entregada, sobre todo
en manipulaciones de tipo políticas a los países.

Aun mientras haya generaciones agentes de cambio, que permitan equiparar la


resistencia a relegar lo orgánico da la impresión que los avances tecnológicos ya
escaparon a la capacidad de control de la población y pasa a superar a la
capacidad de utilización de lo natural y sus propiedades.
Únicamente resta comenzar a ver cuál de estas dos fuerzas prevalece, la
tecnología o lo orgánico.

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