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ANA RIVAS GESTAL

REPERTORIO ORQUESTAL I
SAXOFÓN
Curso 2017/2018
Romeo y Julieta (op. 64) es un ballet de Serguéi Prokófiev basado en la obra de William
Shakespeare Romeo y Julieta. La música del ballet le sirvió de base a Prokófiev para
componer tres suites orquestales y diversas obras para piano.
La creación del ballet fue difícil. La obra fue encargada por el Teatro Kírov de Leningrado
en 1934, pero cuando Prokófiev propuso el tema de Romeo y Julieta, el teatro lo
rechazó. Posteriormente, el compositor firmó un contrato con el Teatro Bolshói para
representar el ballet, pero tampoco tendría fortuna. Una vez terminada la partitura, en
el verano de 1935, los bailarines van a declarar el ballet como imposible de bailar, sobre
todo a causa de la complejidad rítmica.
Prokófiev trabajó durante 1936 para extraer del ballet dos suites para orquesta sinfónica
en siete movimientos, así como una trascripción para piano. En 1946 escribió una
tercera suite.
El ballet se estrenó recién en 1938 en Brno, Checoslovaquia, donde fue muy bien
acogido. Le siguieron el estreno ruso en 1940 en el Kírov, y en 1946 en el Bolshói.

El compositor:
Serguéi Prokofiev fue compositor y pianista
soviético. Junto a Dimitri Shostakovich, es el
mejor representante de la escuela de
composición soviética, y su obra ha dejado
profunda huella en el estilo de sus
compatriotas más jóvenes, como Aram
Khachaturian o Dimitri Kabalevski. Es,
además, uno de los grandes clásicos del siglo
XX, autor de una música en la que tradición y
modernidad se conjugan de manera
ejemplar.
Niño prodigio, recibió sus primeras lecciones
musicales de su madre, pianista aficionada,
con tan buen resultado que ya a los nueve años dio a conocer en una versión doméstica
su primera ópera, El gigante, a la que siguieron inmediatamente tres más, la última de
ellas, El festín de la peste, escrita bajo las indicaciones del compositor Reinhold Glière.
En 1904 ingresó en el Conservatorio de San Petersburgo, donde tuvo como maestros,
entre otros, a Anatol Liadov y Nikolai Rimski-Korsakov y empezó a interesarse por las
corrientes más avanzadas de su tiempo.
En este sentido, fue el enfant terrible de la música rusa de la primera década del siglo
XX, no sólo en su faceta de compositor, sino también en la de intérprete. Con fama de
músico antirromántico y futurista, sus primeras obras, disonantes y deliberadamente
escandalosas, provocaron el estupor del público. En ellas, el joven músico mostró ya
algunas de las constantes que iban a definir su estilo durante toda su carrera, como son
cierta tendencia a lo grotesco y una inagotable fantasía, junto a un recogido lirismo y
una asombrosa capacidad para crear hermosas y sugestivas melodías, que el propio
Shostakovich reconocía y admiraba. Su famosa Sinfonía núm. 1 «Clásica» es reveladora
en cuanto a esta tendencia, que resulta más sorprendente aún si se la compara con una
obra sólo dos años anterior, de 1915, la brutal Suite escita.
Aunque el joven músico contaba con las simpatías de los revolucionarios soviéticos por
su talante iconoclasta e irreverente, un año después de los hechos de octubre de 1917,
Prokofiev dejó su país para instalarse en Occidente, más en busca de la tranquilidad
necesaria para componer que por motivos de índole ideológica. Japón, Estados Unidos
(donde su presentación como pianista se calificó de «bolchevismo musical») y Francia
fueron los países en que se presentó, no siempre con fortuna. Mientras los trabajos
escritos para la compañía de los Ballets Rusos de Diaghilev -Chout, El paso de acero, El
hijo pródigo- fueron relativamente bien recibidos, su ópera cómica El amor de las tres
naranjas fue acogida con indiferencia en su estreno en Chicago en 1921.
El poco éxito y la añoranza que sentía por su patria fueron dos de las razones que le
llevaron en 1933 a regresar de forma definitiva a su país. Sin embargo, la Unión Soviética
había experimentado profundos cambios desde que el compositor la abandonara en
1918: a la libertad de que los artistas disfrutaban en aquellos primeros tiempos, había
sucedido el control estatal respecto a toda creación artística, que debía ceñirse de
manera obligatoria a unos cánones estrictos, los del realismo socialista. Algunas de sus
obras, como la Cantata para el vigésimo aniversario de la Revolución, fueron
consideradas excesivamente modernas y, en consecuencia, prohibidas.
El estilo de Prokofiev derivó entonces hacia posiciones más clásicas, con lo que el
componente melódico de sus composiciones ganó en importancia. Algunas de sus
páginas más célebres datan de esta época: el cuento infantil Pedro y el lobo, los ballets
Romeo y Julieta y La Cenicienta, las partituras para dos filmes de Eisenstein, Alexander
Nevski e Iván el Terrible, las tres «sonatas de guerra» para piano, la Sinfonía núm. 5, la
monumental ópera Guerra y paz... Falleció el mismo día y año que Stalin, el 5 de marzo
de 1953.

La obra:
Compuesto en 1935, Romeo y Julieta es el primer gran ballet del periodo soviético de
Prokofiev y es también la primera adaptación coreográfica duradera, en la historia de la
música, de una pieza de Shakespeare, cuyas obras constituían en esta época uno de los
principales centros de interés de la cultura soviética, aunque a veces fueran objeto de
ásperas controversias ideológicas. El libreto fue elaborado por el compositor con la
ayuda de los escenógrafos Radlov y Lovroski. El ballet se estrenó en Checoslovaquia en
diciembre de 1938, antes de ser representado dos años más tarde en el Teatro Kirov de
Leningrado. La vasta partitura, de una excepcional riqueza de invención temática,
confirma en infinitos números el retorno del músico a la tonalidad clásica, aunque
conserve en las escenas que así lo exigen la violencia armónica de sus obras futuristas o
expresionistas. Mientras esperaba el estreno del ballet, Prokofiev realizó las dos
primeras suites de orquesta, compuestas cada una de siete números. Algunas de ellas
han sido repetidas tal cual aparecen en el ballet y otras están constituidas de varias
escenas, enteras o fragmentadas. La Suite Nº1 agrupa reagrupa escenas puramente de
danza o líricas, mientras que la Suite Nº2 es una serie de retratos psicológicos y de
momentos dramáticos. El orden de los números en el interior de cada una no
corresponde necesariamente al que tenían en el ballet.
Suite Nº1: Danza popular; Escena; Madrigal; Minueto; Máscaras: Escena del balcón;
Muerte de Tibaldo.
Plantilla de la orquesta: maderas a tres (más un saxofón tenor), cuatro trompas, tres
trompetas (una de ellas cornetín de pistones), tres trombones, una tuba, timbales y gran
batería, arpa, piano, campanas y la cuerda.
Suite Nº2: Montescos y Capuletos; la Joven Julieta; Padre Lorenzo; Danza; Romeo, cerca
de Julieta, antes de su Separación; Danzas de las Jóvenes Antillanas; Romeo en la Tumba
de Julieta.
Plantilla de la orquesta: maderas a tres (más un saxofón tenor), cuatro trompas, tres
trompetas (una de ellas cornetín de pistones), tres trombones, una tuba, timbales y gran
batería, arpa, piano, campanas y la cuerda (añadiendo una viola de amor, ad libitum, o
viola solista)
La Suite Nº3 fue realizada en 1944, cuando Prokofiev acababa Cenicienta. Mucho menos
famosa que las dos precedentes, reúne números de menor interés musical: Romeo cerca
de la Fuente; Danza de la Mañana; Variación de Julieta; La Nodriza; Albada; Muerte de
Julieta.

Los fragmentos orquestales:


Solo no. 1:
A. El solo
El solo es corto y forma parte del tema principal de este movimiento.

B. Qué le antecede
El tema en el que el saxofón participa realizando este solo ya es presentado por
los violines con diferentes variaciones. Posteriormente en la parte B más
tranquilo las flautas son quienes llevan el tema. El solo aparece en la
reexposición del tema principal del movimiento.

C. Qué precede
Una vez hemos terminado el solo se incorporan las cuerdas para finalizar el tema,
y con él, el movimiento.
D. Qué ocurre a la vez
Este solo es un fragmento del tema principal en su reexposición, ahora
presentado por las maderas en vez de por las cuerdas. Posteriormente se éstas
se incorporan para finalizar el movimiento.

E. Características y dificultades que presenta el solo


Este solo aun siendo un solo pequeño cuenta con diversas dificultades. Para
empezar es nuestra primera intervención en la obra, cuando el resto de la
orquesta ya lleva unos 5 minutos tocando. A esto tenemos que añadirle que se
trata de un registro grave y con una dinámica muy pequeña. Además de esto hay
que buscar la afinación correcta del arpegio, ya que estamos tocando con otros
instrumentos.

Solo No. 2
A. El solo
Este movimiento tiene una forma tripartita. El solo se encuentra en la parte B,
que se trata del movimiento lento de este movimiento. Se trata de un eco de lo
que vienen haciendo anteriormente los clarinetes.

B. Qué le antecede
Antes de que el saxofón tenor haga su intervención, podemos escuchar un dulce
e introvertido solo de flauta que finaliza con una llamada de trompa.

C. Qué precede
Una vez finalizado el solo, las trompas continúan el tema, y posteriormente
cambiamos la agógica y el estilo del movimiento por uno más alegre y rápido.
D. Qué ocurre a la vez
Mientras el saxofón tenor está haciendo su solo los violines y violas están
haciendo unas pedales de la duración de un compás.

E. Características y dificultades que presenta el solo


Este solo no se trata de nada más que de dos llamadas en sentido ascendente.
Las dificultades que encontramos es mantener una línea a lo largo de las dos
ligaduras que tiene el solo: que las notas vayan bien hiladas. Además es
importante asegurar la afinación ya que baja hasta el registro grave y sube hasta
el registro agudo.

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