Vous êtes sur la page 1sur 2

Análisis de la incidencia en la política del cubrimiento periodístico

Juliette Tatis G
Es necesario esclarecer los roles de políticos y periodistas en Colombia para poder
reflexionar entorno a la incidencia de los cubrimientos periodísticos de la agenda
política en períodos como los de campaña electoral. En las democracias, se supone
que el papel del periodista es informar el debate público para que el público pueda
tomar decisiones educadas.
Del mismo modo, se supone que el papel de los políticos es representar a quienes
los eligieron y asegurar que las preocupaciones de ese electorado sean
escuchadas, consideradas y, en su caso, actuadas. En tal sistema político, el
periodista debe actuar en nombre de la audiencia para asegurar que los políticos
hagan su trabajo.
El deber ser de los periodistas implica que estos exploren y cubran los temas que
más preocupan a sus lectores y oyentes. Al hacerlo, deben incluir una diversidad de
voces y opiniones políticas para ofrecer la cobertura más rica y completa posible. Si
lo logran, es más probable que ofrezcan periodismo que mejore la comprensión y
aliente el diálogo y el debate de los temas que conciernen a la agenda pública.
Si bien, ambos roles juegan papeles cruciales en cuanto al manejo de información
que influencia la agenda pública, particularmente opino que en nuestro país los
periodistas son más importantes para la sociedad que los políticos y que las figuras
de poder gubernamental y económico son consciente de eso y toman provecho para
lograr incidir en la construcción de realidad o decisiones de las audiencias.
La relación entre periodistas y políticos puede tener un impacto significativo en el
funcionamiento de una sociedad justa, puesto a que los políticos toman decisiones
y medidas en nombre del público, mientras que los periodistas examinan esas
decisiones y reportan las implicaciones para el público.
Sin embargo, es importante reconocer que en la realidad existen diversas dinámicas
para las relaciones entre un periodista y un político, algunas de ella incluso
conllevan a las prácticas centralizadas o a favor de actores políticos.
Los cubrimientos mediáticos de la política pueden verse afectados en la medida en
la que el periodista adopte conductas cuestionables, en materia de ética, tales
como: comprometerse con una causa y luchar en contra de los políticas que no
apoyan la causa, convertirse en amigo íntimo de políticos y no cuestionar sus
posiciones, convertirse en una “propiedad”-venderse- de un político forjando
favoritismo y excesiva familiaridad.
En contraposición también existen periodistas empeñados con seguir
implacablemente a los politiqueros o manipulados por sus colegas que temen el
sondeo, la rigurosidad y el escepticismo, aquellos que se presiona o son
presionados para cometer autocensura. Debemos luchar por ejercer un periodismo
libre de lazos de partidos, con integridad y que no se venda. Hace falta presionar a
los medios nacionales para que verdaderamente informen y fomenten el debate
público, buscando siempre la verdad, informan de manera objetiva y justa, e
incluyendo múltiples perspectivas.
En la película La dictadura perfecta (Luis Estrada), vemos una parodia de
personajes mexicanos muy conocidos por la sociedad, y los hechos “reales” que
se presentan en la televisión en vivo para luego convertirse en temas de tendencias
en las redes sociales, la película en sí no se trata de lo sucio que pueden ser los
políticos, sino de cómo el gobierno y la televisión manipulan completamente la
información que recibimos en la televisión y pueden llegar a crear noticias falsas o
cobrar vidas para lograr esconder algo que no quieren que el público sepa. Así como
en la película What the Dog (Barry Levinson), en la que también muestran dinámicas
de manipulación de información y su impacto en la audiencia y la opinión pública.

Vous aimerez peut-être aussi