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mar afuera; sin duda de ahi, ha venido el error de


como no es buena estadía para los navíos que tienen
las cartas holandesas que ponen Ia mitad mas de
necesidad de tomar vlveres de refresco, pues 930 hai
distancia entre el Estrecho de Maire i el Cabo de
vino i poco trigo, pensamos seguir a Concepcion.
Hornos.
Sin embargo, para satisfacer mi curiosidad, bus-
<<En fin, tuvimos la felicidad de no encontrar tierras
qué un piano de este puerto».
llenas de brumas, ni un viento Oeste forzado, pues,
Aquí comienza el libro que hemos traducido. Res-
al despuntar el dia, con rumbo al Norte de la brúju-
pecto a él nada podemos decir, pues e¡ lector puede
la, es decir al Y. un cuarto N. E. del g:obo, fuimos
juzgar si son o nó exactos los juicios favorables que
a dar en una punta que quedaba a tres o cuatro le-
ha merecido de nuestros historiadores i de los *jeb-
guas al N.un cuarto N. E. i que tomamos por la de
grafos i viajeros de su tiempo.
la EinlZmn. Notamos, ademas, tres o cuatro islotes de-
Así v. gr: el corsario ingles Jorje Shelvocke. cuan-
?ras de nosotros al S. S. E. que eran aparentemente
do se embarcó en Plymouth en compaizia de su
IQJ de la entrada de Chiioé i que los españoles Ila-
compañero Clipperton para hacer el corso en los
man los J¿r~~LLotzes de CwtZmzpz~de donde pasarnos
mares de Chile, compró para que le sirviera de guia
a medio tiro de cañon durante la noche, que fGé muá
una traduccion inglesa de la obra de Frezier.
negra. Sorprendido de vernos tan cerca de tierra
Errores tiene la obra indudablemente m3s propios
nos vimos de pronto con brisa que soplaba de proa
- del tiempo que del autor, como ser sus ideas sobre
2e O. S. O. rnezciada de turbonada de lluvia i gra-
la creacion del oro i del cobre, sobre !os terrenos, i
nizo; i nos alejamos poco a poco, porque la costa co-
tarnbien algunas candorosidades como cuando dice
rre al Y. N.E. En la tarde costeamos una punta al
que los carneros de Chile tienen siete cuernos, tres
U. E. un cuarto E. a nueve o diez leguas, i otra al
a un lado i cuatro al otro, cuando cree que los ojos
N. E. un cuarto N. de la brújula, a cerca de ocho Ie-
guas, que era 13 de la G d e m donde comienza a for- dei cangrejo son mejores talismanes que las piedras
marse la barca del rio Valdivla. Hubiera deseado bezares, etc.
E n Chile estuvo desde Junio de I 7 '12 hasta media-
ver ese puerto, que por los dones de la naturaleza i
dos de 17 13. Levantó planos hidrográficos, estudi6
las fortificaciones que tiene es el mas hermoso i el
mas fuerte de toda la costa del mar del Sur; pero las fortificaciones de Valdivia, Concepcion i de Val-
paraiso, estudió el estado social, politico i comercial

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