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caput COMO ELABORAR UN TRABAJO DE INVESTIGACION EN TEORIA POLITICA En este capftulo nos ocupamas del modo de plantear y evar a eabo una investigacion te6rica, Para hacerlo, es necesario partir del hecho de que el investigador tedrico no dispone de un método de investigacién mas 0 menos reglado, sistematico y que permita la contrastacién empirica de sus conclusiones para encontrar las res- puestas correctasallas preguntas que se formula. En surenombrado escrito sobre los conceptos de libertad, Isaiah Berlin (2000: 72) pone de manifiesto las dificultades metodologicas a que se enfrenta ¢linvestigador tebrico de la polities para saber, por ejemplo, qué es, la justicia 0 cuando una accién puede definirse como justa,y afirma que una de las caracteristicas distintivas de este tipo de preguntas, sino su caracterfstica fundamental, es que "nos desconciertan desde el principio mismo; que carecemos de técnica automética, de pericia universalmente reconocida, para tratar de darles respues~ ta”, y que ante ellas “no estamos seguros de lo que debemos hacer para aclarar nuestras mentes, buscar la verdad, aceptar o rechazar rrespuestas anteriores a estas preguntas”. ‘Ahora bien, Ia constatacién de Berlin no implica que el investi- gador te6rivo esté totalmente desarmade 2 la hora de afrontar los ‘problemas propios de la teoria politica. Aunque ya sabemos que el planteamiento de problemas, la identificacién de cuestiones tedricas 83 LSA CHULA MARCO W AGULLO relevantesy susceptibles de ser investigadas dependen en gran medi- da de la capacidad del investigador, de su intuicién o incluso de su ta~ lento, existen ciertos criterios que pueden ayadarle a orientar su in- vestigaci6n, a formular correctamente sus preguntas fundamentales, ‘a consultar las fuentes més adecuadas, a desarrollar un buen andlisis conceptual y, en definitiva, a levar a cabo una buens investigacién tedrica, De esos crterios tratan las pginas siguientes, pero antes de entrar en materia, y para que el investigador conozea todas las posibi- ‘dads que le ofrece la teoria politica a la hora de decidir que quiere investigar, nos vames a detener en los tipos de investigaciones que puede emprender. 1, TIPOS DE INVESTIGACION EN TEORA POLITICA Recordemos a modo de resumen dello expuesto en el apartado 5 del capitulo 1, que la teoria politica normativa~—o, simplemente, teoria politica—es "una forma de analizar tanto las instituciones sociales, especialmente aquellas vinculadas al ejercicio del poder, como las, relaciones de los individuos con ellas, y examina a fondo de qué ‘modo se justifican los acuerdos politicos existentes y cémo se jus- tificarian otros posibles” (Marsh y Stoker. 1997: 34). De esta defi- nicién podemos extraer cuatro objetos, en torno alos cuales, bien por separado o bien relacionadas entre sf, giran siempre las inves- ‘igaciones en teoria politica: 1) las causas 0 principios generales ‘que subyacen a los fenémenos politicos; 2) los conceptos politicos fundamentales: 3) los ideales y valores que alimentan los proyectos o las realidades politicas: y 4) las distintas estructuras institucio- nales (organizaciones politicas, formas de gobierno, sistemas de~ cisorios 0 de eleccién de cargos piiblicos, etc.) en que han cristali- 2ado o podrian cristalizar esos ideales y valores politicos, asi como las reglas que rigen el funcionamiento de dichas estructuras insti~ ‘acionales y los procedimientos en que se articulan. Ademas, en- contramos implicito en la anterior afirmacién otra objeto de la teoria politica: 5) la historia del pensamiento politico, las teorias politicas y los sistemas filos6ficos formulados en el pasado. Esas teorias y sistemas filos6ficos no solo constituyen el corpus de 84 ‘cowo St miceUN TRABAJO OE NVESTIGACON EN ENC POLITCA conocimiento te6rico en el que 8e apoyan las teorias politicas con tempordneas, sino que son también, afin de cuentas, los que han proporcionado fundamentos normativos a las "instituciones socia- les” del presente, asf como a los “acuerdos politics existentes”, ‘modelando unas y otros a Jo largo del tiempo. Estos cinco objetos de estudio dan lugar, respectivamente, a investigaciones de tipo explicativo, analitico, preseriptivo, evaluati- vo e histdrico. Antes de examinar por separado cada umo de estos cinco tipos, debemos bacer una observacién importante, yes que la frontera entre los distintos tipos de investigaciones no siempre resulta féeil de fijar. Asi, no es infrecuente que algunos de esos ti- pos, 0 todos ellos, se presenten combinados en diverso grado en tuna sola investigacién, ni tampoco que, aun sin preverlo, dicha combinacién acabe por producirse durante su desarrollo, Las in- ‘vestigaciones analiticas son muy a menudo evaluativas y prescripti- vas;las invectigaciones histéricas se basan fundamentalmente en el anilisis concepital y suelen presentar un fuerte componente expli- ‘cativo o incluso prescriptive: por su parte, las investigaciones pres- criptivas impliean una previa comprensién y evaluacién de la reali~ ddad que pretenden transformar o reforsar. A este respecto, no son ;pocos los autores que suscriben la opinién de Bhikhu Parekh ycon- ‘sideran que, junto al tradicional objetivo de buscar la comprensién y la explicatién de la vida politica, la teoria politica normativa es la “teoria de una actividad préctica”, lo que ace que sea, necesaria~ mente, “tanto explicativa como recomendatoria, tanto analitica como preseriptiva’, y sostienen que es “incompleta si se queda solo en ‘una wotra cosa” (Arteta, Guitian y Méiz, 2008: 14). Obviamente, solo las investigaciones ambiciosas y bien e8- tructaradas pueden atender simulténeamenie a todos esos objetos de manera satisfactoria. Para un iavestigador novel, es recomenda~ ble no llevar demasiado lejos esas ambiciones y no perder de vista Jos limites que suelen imponer las circunstancias, de modo que las jnvestigaciones no se planteen problemas que, por unos metivos ‘otros, no puedan ser razonablemente estudiados. Un tipo especifico {de investigacion parece lo mas aconsejable, pero tampaco debe ol- vvidarse que, dada.esa cierta indeterminacién en las fronteras de que hemos hablado, siempre eave la postbilidad de que nuevas preguntas 85 FUSKCHULIA YaaRED YAULLS J problemas sobrevenidos, o indirectamente relacionados con los. que se plantearon, amplien los objetos de una investigacién y per- titan al investigador ir mas allé de la meta inicialmente previeta ‘Veamos ahora cuales son y en qué consiste cada uno de los postbles ‘pos de investigacion en teoria politica A) INVESTIGACIONES EXPLICATIVAS Este tipo de investigacién se pregunta por los comportamientos de Jos individuos y los grupos en el seno de las sociedades politica, por lasrelaciones que todos ellos establecen entre si, porlos objetivos yas ‘ausas dltimas de tales comportamientos y elaciones, por los princi- pios generales que los explican y, en fin, por “las metasy los motivos «que gufan la aceién humana” en sociedad (Berlin, 2000:3-4). Hay que tener presente que aqui, dad le acuraleza de la expli~ cacion que se escd buscando, el investigador carece de la posibilidad de verificar empiricamente sus afirmaciones, por lo que, junto al imprescindible apoyo de los textos clésicosy el eventual recurso ala comprobacién hist6rica, lainvestigacion ha de ser sobre todo argu ‘mentativa, Estas investigaciones son las més propiamente filos6li- cas 0 especulativas. y también, por tanto, las que presentan més y ‘mayores dificultades al investigador universitario,siquiera sea por que exigen unos conocimientos muy amplios y una profunda forma- ci6n especifica. El propio Berlin (2000: 2-20) ofrece una excelente Alustracién de estas exigencias cuando, al desgranar algunas de sus més relevantes aportacioues af pensamiento politico, recuerda ¢6- ‘mo esas ideas se fueron perfilando y decantando tras inmumerables Y rigurosas leeturas —de Tolsti y Herzen a Maquiavelo; de Platon y Voltaire a Herder: de Marcy Hegel a Vico— durante més de cuaren- ta afios de dedicacion a la filosofia politica, 3B) ANALISIS CONCEPTUAL Laclarificacion y depuracién de los conceptos politicos fundamen tales puede constituir el objeto dnico de una investigacion te6rica, pero, incluso cuando el investigedor no se lo proponga explicita- mente, estas operaciones analiticas de clarificacién y depuracién 86 ‘M0 SEHACE UN TRABALO DE NVESTIGACON EN ENC POLITICA conceptual conforman en muy buena medida la précticatotalidad de las investigaciones que pueda plantearse, Jo que confirma fa impor- tancie que se le reconoce en la teoria politica a esta funcién. En efecto, es practicamente imposible que en cualquier tipo de inves- tigaciones te6ricas no se necesite esclarecer, precisar, refinar 0 perfeccionar algunos de los coneeptos que se estén manejando di- rectamente. EJ examen de ios conceptos politicos fundamentales, por tamto, es una actividad constante en las investigaciones de cualquier te6rico, como en todas las investigaciones en teoria politica, tiene un carae- ‘er eminentemente argumentativo que busca la coherencia logica en ldiscurso, Persigue, em iltima instancia, aclarary hacer comprensi- bles las ideas generals, y se vale para hacerlo de tres tareas que estén ‘en intima conexién porque comtmmente se llevan a cabo de forma paralela: en primer lugar, el andlisis conceptual propiamente dicho busca “la especificacion de sus elementos, a memudo a través de su definicion”; en segundo lugar, la sintesis conceptual establece “las conexiones logicas que presenta un concepto con otro u otros": en teroer lugar, el perfeccionamiento de conceptos permite "aconsejar ‘una determinada acepei6n o definicién que incorpore claridad y co- hherencia” (De Rafael, 1983: 22-23). Por timo, pensemos que los conceptos politicos fundamen- tales no son—, ealvo casos excepcfonales, no suclen serlo—con~ ceptos de nuevo cus. Al contrario, son conceptos con una larga historia que han sufrido variaciones tanto en su uso como en su significado, y con frecuencia variaciones muy profundas. Y ello significa que dificilmente podremos llevar a cabo nuestro andlisis conceptual sin volver la vista hacia el pasado, hacta los tebricos que aeuttaron fos conceptos o que los depurarony precisaron conforme 4 8us propios criterios. El mismo coneepto “democracia” es quiza ¢l ejemplo mas ilustrativo, puesto que tiene veinticinco siglos de vida, sus avatares han sido umerosos y se le han dado usos cierta~ mente diversos y en muy diferentes émbitos. Ast, as definictones de democracia —ambas descriptivas— que nos ofrecen el griego Herodoto en su Historia (1995; II, 80-82) y Joseph Schumpeter en Capitalismo, sociatismo y democracia (1971) no guardan entre si pa~ recido alguno!, aunque en ambas se haga referencia explicita a 87 SLISAOWULAY MARCO ASULLE nociones fundamentales como las de gobierno, pueblo, adopeién de decisiones, eleccion de cargos piilicos o ejercicio del poder, y sobre todos esos conceptos caben no pocas investiguciones y es posible —y necesario~ reflexionar mucho todavia. (©) INVESTIGACIONES PRESCRIPTIVAS En una definicién cfertamente escueta, e] DRAE afirma que pres- cribir consiste en “recetar, ordenar remedios”. Y esta definicion parece abonar la distincién que algunos autores, como Marchy Stoker (1997 28), establecen entre teorfas normativas, las que formulin y justifican los ideales y valores politicos sobre fos que se funda el mundo deseable, y teorsas propiamente preseriptivas, de naturaleza instrumental, que “relacionan los hechos con los valores” y se inte~ resan por los métodos més apropiados —normas, procedimientos € instituciones— para aleanzar ese mundo politico deseable que ya se hha proyectado, De esta distincién se desprende que la prescripeién solo eabe cuando previamente se ha definido el estado ideal de cosas que se pretende aleanzar porque el actual resulta insatisfactori,y que solo entonces tiene sentido sugerir remedios que puedan aplicarse en la préctica. Sin embargo, esta distincién puede resultar algo confusa al hilo de nuestra clasficact6n, y por ello entendemos aqui que tama~ bién las teorias normativas han de considerarse prescriptivas, Buesto que dificilmente puede concebirse mayor voluntad de reme~ iar que la de haber proyectado un mundo politico deseable con argumentos que justifiquen su deseabilided (es decir, su preferen- cia normativa) frente & otros mundos politicos ideales o reales, Sostener normativamente que ciertos ideales politicos son preferi~ Dles a otros comporta, como es l6gico, su promocién explicita 0 ‘mplicics, su prescripeién. Por ejemplo, os teéricos que defienden clideal de Is democracia deliberativa, por ejemplo, lo hacen con la declarada intencién de proponerlo como remedio a una democracia (a democracia existente) que les regulta insatisfactoria, con la vo- luntad de que reemplace al ideal inspirador de la democracia liberal yon el propésito de que, en la medida de lo posible, su ideal se onga en préctica mereed a nuevos métodos e instituciones, 88 cho SE hace WN TRABALO OE NVESTONCIEN Ey CIENCIA POLITICA En resumen, pues, las teorias prescriptivas serdn tanto aquellas que proponen un mundo politico ideal como aquellas que proyectan institueiones 0 procedimientos eoneretos para hacer realidad ese ‘mundo deseable. Pero recordemos que las teorias prescriptivas son, ‘en palabras de Giovanni Sartori (1996; 0), la “fragua donde se ela- orale o, nvesment, evasion depot, lo significa que una investigacién de este tipo no tiene por que prescri- aereamene ideales o valores alternativas; puede también orientarse a reforzar normativamente los vigentes, a redefinirlos 0 depurarios para que se comprendan o se manejen mejor. Esto es lo «que hace, por ejemplo, el propio Sartori en los dos volimenes de su Teoria de la demoeracia (1988: 40), al fundamentar una rigurosa dé fensa prescriptiva de la democracia liberal concibiéndola como un proyecto “en marcha que gira en torno a un conjunto de ideas e idea- les que la construyen, la mantienen (en sus obras) y que (6i se la ‘comprende mal y se la dirige mal) también la destruirin’ Esta tltitna afirmacién adquiere suma importancia porque pone de manifiesto [a interrelacién existente entre los ideales y la realidad, entre la prescripeién y la deseripeién, entre lo que debe ser ylo que realmente es, y revela una tensién y una necesidad de ceqquilibrio entre ambos que las teorias preseriptivas pasan por alto demasiado a memudo, Si, como se ha sostenido, la teorfa politica ha de ser la teoria de una actividad préctica, es imprescindible que el investigador mantenga siempre a la visa la realidad sobre la que se quiere actuar, ya sea proponiendo ideales o métudos para intentar materializarlos. Es cierte que fos hechos no menoscaban el valor -normativo que puedan tener los ideales politicos, pero, como apun~ 16 el suizo Benjamin Constant hace dos siglos. los prineipios que se mantienen desconectados de la realidad a la que pretenden aplicar- se son prineipios que destruyen y trastornan. Una de las tareas, fundamentales de la teoria politica es la de esclarecer los criterios que distinguen lo deseable de lo factibley, mas coneretamente, la de indagar si existen “unos cuantos criterios que permitan, desde wn Punto de vista normativo, distinguir entre estados del mundo pro- ‘yeetados que son deseables y aquellos otros que, ademés de deseables, pudieran justificadamente ser calificados como factibles” (Vargas- Machuca, 2003: 59-60). 89 USACHULA YNARED YAGULLO ‘D) INVESTIGACIONES EVALUATIVAS, El principal objetivo de una investigacion de este tipo es &l de exa- minar y valorar una concréta realidad politica conforme a ciertos ideales y principios normativos ya establecidos, De acuerdo con ‘Will Kymlicks (1995: uf), también han de considerarse evaluativas las investigaciones que confronten la fuerza y la coherencie argu- _mentativas de las teorias politicas —formuladas por otros teéricos del presente o del pasado que "compiten entre si. En no pocas ocasiones, y en particnlas cuando se emprenden investigaciones prescriptivas, esta evaluaci6n se lleva a eabo previamente, bien de ‘manera explicita 0 implicita, puesto que no se puede preseribir sin antes evaluar. En otras, la investigacidn evaluativa coneluye en una conereta prescripcién, o a Neva implicita, dependiendo de cual hhaya sido el juicio que merezcan las realidades o ls teorias politicas ‘que se estin evaluando. En cualquier caso, y siempre que se evalien sealidades politieas, puede surgir también aqui la peculiar relacion entre lo ideal y loreal, relacién que hay que mantener en sus justos, ‘erminos separando nitidamente hechos de valores. y buscando su adecuado tratamiento, para que ambos cumplan en la investigacién evsluativa la fiscidn que les corresponde, ‘A propésito de esta cuestién, y retomando el ejemplo de ta democracia, Sartori (1980: 27) hace una advertencia que sirve para cualquier investigacion evaluativa: si bien "la democracia resulta de. y es conformada por, las interacciones entre sus ideales ¥ su realidad, el erapuje del debery la resistencia del 'es™, conviene no olvidar que “el deal democritico no define la realidad democratica, y, Viceversa, que una democracia real no es ni puede ser una demo- cracia ideal”. La utilidad prictica de esta observactin es doble. En primer Ingar, las realidades politicas deben evaluarse y juzgarse conforme a sus propios ideales inspiradores, y no a otros que resul- ten preferibles en términos normativos, del mismo modo que, ‘cuando se establezca una comparacién con proposito evakuative, los ideales deben compararse con ideales. y las realidades con realida~ des. Asi, por ejemplo, la demoeracia liberal realmente existente ssaldra muy mal parada si se la valora conforme al ideal de la demo- cracia deliberativa, que prescribe que las decisiones politicas se 90 cono SE HACE UN TRABAIODE NVESTIACONEN CENEAFOLITICA adopten tras una profunda deliberacién péblica en la que han de omar parte todos los afectados por esas decisiones. Si se pretende sostener que ese ideal ¢s preferible en términos normativos, en- tonces ha de valorarse pot comparacién con los ideales de la demo- «racia liberal y no con su realidad. En segundo luger, el investigador hha de tener presente que, cuando s¢ la juzga de acuerdo cox el ideal ‘que la inspira, cualquier realidad politica puede resultar —y con bastante frecuencia resulta~ deceptionante, y ese juicio ha de pon- derarse en razén de las propias pretensiones del ideal, que, por definicién, nunca se haré plenamente real. ‘Una certecta evaluacién es el fundamento iltimo de cualquier solucién politica plicable, y, al contrario, toda solucin que no se apoye en una evaluacidn rigurosa y razonada es una mals solucién {que no solo no puede poner remedio a los problemas que se deseu- bran, sino que, dada le uaturaleza de los asuntos politicos, con toda probabilidad los agravaré. Ahora bien, ;qué es lo que o1 faveatign dor debe evaluat? Siguiendo de nuevo a Varyas-Machuca (2003: 60-63), una buena evaluacién de teorias politicas, de ideales, de rincipios normativos exige examninar la justifieaciony consistencia de sus fusdamentos, pero también determinar el grado en que su ‘materializacion resultaria admisible, de modo que no se alienten. ‘proyectos imposibles 0 excesivamente costosos desde una perspec tiva moral 0 politica. E) INVESTIGACIONES HISTORICAS De dos modos esta muy presente Ia historia en la investigacién en ‘eoria politica: como historia de acontecimientos 0 instituciones, por un lado, y como historia del pensamiento politico, por otro. En el primer supuesto, el tedrico puede recurrir a las “lecciones de la historia” como eriterio de comprobacién de alguno de exe postulados explicativos 0 normativos. En el segundo supuesto, él {que mas 706 interesa ahora, la historia de ls ideas politicas puede articular distintas investigaciones: es posible un andlisis concep~ ‘ual separado (un estudio del concepto de representacién de Ba- mund Burke, por poner un ejemplo) o combinado con la evalua~ cisn coraparctiva de teorias politicas (la comparacién de las teorias o EUSA CHULIAYMARED V AOULLO de la representacién de Burke y John Stuart Mill), y cabe asimis- ‘mo formular una prescripei6n concreta (defensa de la superiori~ dad normativa de cualquiera de ellas) a partir de esos andlisie y evaluaciones. La historia del pensamiento politico, pues, 10 tiene dnica- mente valor historiografico ni es solo una tarea propia de eruditos: antes al contrario, nutre y alienta inevitablemente las reflexiones contemporaneas sobre la politica, y, de hecho, el historiador de las. ideas se conviertea menudo, y viceversa, en tebricoo filésofo pols tico. Ahora bien, el modo en que se coneibe esa historia, su objeto de estudio preferente y el método al que se recurre para recons- ‘ruitle ¢ interpretarla* son euestiones en verdad polémicas sobre las que disputan, muy resumidamente, el enfoque tradicional y la Mamada new history de la escuela de Cambridge. De acuerdo con Vallespin (1989: 19-52), el enfoque tradicional considere que as ‘ideas politicas hen girado historicamente en torno a cuestiones fi- los6ficas intemporales, que trascienden su época, de las que el in- vestigador debe seguir ocupéndose por medio del andlisis de textos clésicos y el estudio de conceptos fundamentales, autores o corrien- tes teéricas, a fin de que sus conocimientos arrojen luz sobre las polémicas de su tiempo: en eambio, la new history propugna un en- foque historicista, en el que adquieren relevancia los contextos in- ‘electuales, politicos y sociales en que surgieron las distintas teorias politicas, los textos politicos menores que ayudan a hacerlas més inteligibles, el significado que esas teorias tuvieron en el momento de su aparicién (tanto para su piblico como para sus autores) y las Preguntas a las que pretendian responder, Ambos enfoques, el tradicional yl de lanewhistory, presentan ‘entajas ¢ inconvenientes, Con todo, la cuestiOn fundamental para el investigador es la de la relacion que ha de existir entre las ideas Politicas del pasado y los problemas politicos del presente, a este respecto se impone la cautela, Silos contextuaistas de lanew history tienen raxén cuando previenen contra el "presentismo metodolégi- co" del enfoque tradicional, que consiste en evaluar y juzgar con criterios del presente un pensamiento politico que solo puede com- prenderse e interpretarse cabalmente en su propio contexto hist6- ico, conviene también estar prevenido contra lo que podriamos ” (COMO SE HACE UNTRABA.O DE NVESTIGACONEN CNOA POUCA lamar “presentismo aplicado”, en el que a menudo incurren los, ns problemas politicos del presente en teorias o doctrinas politicas Sormuladas hace ya muchos siglos, En conseeuentia, el investigador debe tener en cuenta que interpretar a Maquiavelo solo con las ca ‘tegorias y eriterios de nuestro tiempo es, sin duda, un errors pero ‘gualmente errénco es pensar que podemos afrontar los problemas de nuestro tiempo, y salir sirosos en su soluci6n, recurriendo tini- camentea los criterios y categorias del pensador florentino. Nicolas Maquiavelo—o cualquier otro autor, tanto si se Ie considera clasico como si no— puede ofrecernos un pensamiento politico muy apro. vechable, que ha de ser valorado contextaalmente, pero que puede ‘también ser leido a la luz de los problemas ¢ intereses de nuestro tiempo, siempre que el iarestigador sea consciente de que la histo- ria de las ideas politieas no comenz6 ni terminé en la Florencia del siglo XVL 2, FASES DE INVESTIGACION, CRITERIOS METODOLOGICOS Y REGLAS DE PROCEDIMIENTO Comencemos este apartado recordando wna ver més la imposibili~ dad de proporcionar al investigador tedrico en ciencia politica un itinerari reglado cuyo seguimiento le conduze ata respuesta c0- rrecta para su pregunta de investigacién. Cada investigador planifi- ea lleva a eabo sus investigaciones apoyandose en todos los cono- cimientos y ena experiencia investigadora que haya acumulado alo largo del tiempo. Cuando esta experiencia falte 0 sea escasa, puede ‘encontrar ayuda para plantear, planificary ejecutar su investigacion ‘e6rica en las reglas practicas 0 procedimentales que presentamos sisteméticamente a eontinuacién. Todas las reglas procedimentales y os criterios metodolégicos se inscriben en alggina de las tres fases en que puede dividirse una investigacién tedrica, Asi, en la fase preliminar, que sirve al inves~ tigador para explorar un problema general y adquirir sobre él un conocimiento suficiente, resultan procedentes las reglas de las sec- ciones Iy Ten la fase central de la investigacion, cuando se formula 3 USACHULAYMAREDvAgULLE Ja pregunta, se plantea una hipotesis de investigacin y se con- solidan o amplian los conocimientos que permiten defender esa hipotesis, cobran valides las reglas de las secciones III y IV: y en la fase final, en la que se expone argumentativamente la hipétesis recurriendo al anglisis de conceptos y teorias politicas para res: ponder a la pregunta de investigacién, han de seguirse las de las secciones V, VIy VII. No obstante, hay ciertas reglas que conviene observar durante todo el proceso de investigacién, como sucede, por ejemplo, con la recomendacién de que las lecturas sean “ac tivas”. ¥ debe notarse también que las reglas que aqui se concre- tan, y que aparecen a menudo precedidas tipograficemente por ‘un punto, son de tres tipos: en primer lugar, algunas son criterios metodologices formales que el investigador debe respetary satis facer escrupulosamente (como ¢s el caso de la exigencia de que las conclusiones de un razonamiemo se sigan necesariamente en ‘términos logicos de sus premisas); en segundo lugar, existen otras que intentan asegurar el rigor analitico y la solvencia teérica que cabe exigir a coda buena investigacién académiea (aqui, ademas de algunas reglas para una correcta argumentacién, podrian citarse como ejemplos la préctica totalidad de las observaciones relativas al andlisis conceptual y al tratamiento de las teorias politicas); en tercer lugar, por tltimo, otras reglas, como la sugerencia de que se eviten las lecturas reiterativas, son simplemente consejos précti- cos que tienen por objeto facilitar el trabajo del investigedor y ayudarle a mejorar su rendimiento. No piense el investigador que estos preceptos metodologicosy procedimentales fijan un grado de exigencia inalcanzable si no se dispone de amplia experiencia investigadora. El aprendizaje y do- ‘minio de un método de investigacién requieren tiempo, y solo con. 1 tiempo se puede interiorizary poner en prictica sin necesidad de pararse a pensar en cada una de sus reglas. El imvestigador debe conocerlas, pero no necesita memorizarlss con todo detalle antes de. emprender su investigacién; por el contrario, parece més recomen- dable que, una ver las conozca, vuelva sobre la secci6n que le inte- rese en cada momento conforme vaya avanzando en su trabajo, que pueda consultarlas y tenerlas presentes cuando deba aplicarlas hasta hhaberse familiarizado con ellas. 4 co SE HACE WN TRABA.O CE NVESTIOACION EX CENGAPOLIICA 1) EL.CONOCIMIENTO PREVIO SOBRE EL PROBLEMA GENERAL Toda investigacién parte de la eleccién de un problema general de interés para la teoria politica, pero el primer paso del proceso investigador propiamente dicho ha de consistir en la formulacion devuna pregunta de investigacién que, por un lado, delimite de ma nera clara y precisa, sin ambiguedades ni contradicciones logicas o conceptuales, el aspecto o los aspectos del problema general que constituye su objeto de estudio y. por otro, que posea relevancia teorica, Enel apartado 1 del capitulo 2 ofrecimos une relacién de algw nos problemas relevantes para la cieneia politica; problemas que. como hemos mostrado en el apartado anterior, pueden dar lugar 2 investigaciones teGrieas de distinto tipo o a una inica investigacion. {que ineluya todos es0s tipos 0 algunos de ellos. Es posible que el investigador tenga libertad para elegir un problema generaly el tipo de investigacion que prefiere emprender, lo que sucederé tipica mente en investigaciones de cierta entidad (por ejemplo, una tesis octoral):y cabe también, por el contrario, que tanto el problema general como-l tipo de investigacin le vengan impuestos. Pero, eh teualquier caso, emo ya hemos subrayado en otras partes de este libro, solo se puede formular una pregunta relevante si previasnen~ tese poseen alganos conocimientos sobre el problema en particular yy sobre la diseiplina en general. En eoasecuencia, el investigador no debe lanzarse munca a formular preguntas de investigaci6n sobre problemas que no co nozea soficientemente. Silo hace e ignora esta regla basica. lo més probable es que, conforme aumente su conocimiento con sucest vas lecturas, se vea obligado a reformular su pregunta inicial una y otra ver —o incluso a desecharla para formular otras totalmente distintas— hasta descubrir un aspecto verdaderamente relevante fel problema elegido. La primera aproximacion bibliografica (como efialamos en el apartado 2 del capftule 2) es de capital im- povtancia para adquirir esos conocimientos, pero ewando puede afirmarse que se poseen en grado suficiente? Siguiendo a Cohen y Nagel (1990: 17). ese grado se aleanza cuando se cumplen dos re- quisitos: primero, que el investigador haya percibido en su objeto 95 een USA CHULA YARED ABULLO de estudio una dificultad o una euestién de interés te6rico, aunque solo sea de manera muy vaga e imprecisa; segundo, que sea capaz de identificar sus elementos significativos, que son los que le per- mitirén reformular esa dificultad 0 cuestién problemitica como pregunta de investigaci6n y plantear sus hipétesis para intentar darle respuesta. 1D) LAIDENTIFICAGION DE TEORLAS ¥ CONCEPTOS FUNDAMENTALES Eleorrecto planteamiento de wn problema de investigacién pre- supone que, siquiera intuitivamente, se hayan identificado sus elementos significativos; ala inversa, percibir como significati- vos ciertos elementos de un determinado discurso tedrico faci- lita el descubrimiento de posibles problemas relevantes. En las investigaciones empiricas, esos elementos son datos de la rea- lidad e hipétesis formuladas a partir de ellos, pero las investi- gaciones tedrieas giran en torno a conceptos politicos funda mentales, a justificaciones normativas, # ideaies politicos y a instituciones que encarnan dichos ideales. Son estos elementos, ‘pues, los que el investigador te6rico ha de identificar y destacar con la mayor coneisién cuando leve a cabo las lecturas prelimi- nares durante su primera aproximacién bibliogréfica, tamto para obtener una imagen panordmica del problema general y del tra~ tamiento que ha recibido por parte de sus estudiosos como para buscar en ellos aspectos o enfoques probleméticos, argumenta- clones discutibles en términos logicos, dificultades no resueltas y abiertas al debate tesrieo, concepéas susceptibles de aclara- ci6n, depuracién o redefinicion, etc. He aqui una relacién de tales elementos: + Los problemas particulares, coneretos, que parezcan més significativos en la exposicién general + Los autores que han tratado de dar respuestas a esos proble~ ‘mas alo largo del tiempo y las obras en que lo han hecho. + Lasargumentaciones de que se han valido para sostener sus respuestas. 96 M6 Se HACE UN TRABAJO DE IVESTICAGON EN GENCA POLITICA + Los conceptos clave de cada uno de esos problemas y las definiciones que a cada uno de ellos han dado los distintos autores. + Las consecuencias de toda indole, tanto tedricas como pric ticas, que derivan de cada problema y sus respectivas res puestas. Las instituciones politicas ya existentes a las que afectan cada una de esos problemas. Las instituciones politicas que se ofreeen como respuesta préctica (como alternativa institucional) a las instituciones yacexistentes. + Las eriticas que los autoret de estos textos de lectura preli- ‘minar hacen a otros autores ya otras propuestas te6ricas 0 institueionales, + Las observaciones eriticas del propio investigador « (odos 10s elementos anteriores. Recordemos que hasta el momento s¢ esté llevando a eabo un trabajo preparatorio. En esta fase preliminar se han identilicado y presentado todos los aspectos sustantivos del problema general. El conocimiento de estos aspectos proporciona al investigador suge- rencias para formular su pregunta de investigaci6n o, cuando menos, indicaciones de la direeei6n en la que puede avanzar para que los resultados de Ia investigacién sean te6rieamente relevantes. Ha llegado, pues, el momento de elegir un camino concreto con la for- zuulaciéa de la pregunta de investigacién. I) LA FORMULACION DE LA PREGUNTA DE INVESTIGACION, Las investigaciones teéricas, como hemos explicado en el aparta do 1 del capitulo 4. pueden tener propésitos explicativos, anali- ticos, evaluativos, preseriptivos o historicos. La pregunta de in vestigacion ha de ajustarse, por tanto, al tipo de investigacién ‘que se vaya a emprender. Formular preguntas acordes a cada tipo de investigaci6n constituye un aprendizaje que se adquiere con la ‘experiencia, pero existe un patron para la formulacién de pregun- tas que puede seguirse casi universalmente con independencia 7 us OHULLY Mano W AOULLE del problema elegido. En el euadro 7 se ofrecen, a titulo ilustrati- vo, ejemplos de preguntas de investigacién de todos los tipos po- sibles relativas a un problema de investigacién te6rica relevante para la ciencia politica: la participacién politica en le democracia representativa “] cunoRo7 “TIPOS DE PREGUNTAS DE INVESTIGACION SOBRE LA PARTICIPACION, POLITICA EN LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA 1. recone ours {ut caus prinpon generis (antropeégices,secolgicns Nstrics.) ‘volcano rears a representaién palica emo frm de arteulr la t= ‘iSpaclén plea de cudatano? JExsen oro principios generals i uses 237.07 cat que prin expla que la partpacisn patie ae artic on (a acunid sn recur sitoa representa? 2 eas nes Cx la dfn ge repreaentcin pales, cules 2on sus nots itin= tas ya qué mogee de parpacién police responde echo eancepo? {Con ‘us irs concepts est relaclnade el concep de epreentacin plica? {A quotes concplot de parteipacion se opone el concept de representa- cin pois? {Cus son la dlerenclas analtiae ere el concepto de epreseniacin poli y sus atermatvas? 2 rsnas mas 22 autores contemporénees de primer orden deienden hoy Is partcpa= idm polis conforme al principio representative, qué avers lo ertian y cues son sus resnectnasjuticaciones? 4De qué mado partcipanpoli- ament ios eiysitanos enol gobierno de ura demecracia represenatia? {Salistace ta octal represeracn polica el principio del gobierno deme rico? 10v6 insttuconespoltcas arian ygaranizan la partpscin politica del ciutadano en una democraca representa? JExetn otras {armas de partlipsion que 9 ofeacen hoy como alters e pare ion qua se deen una demecraca representative? (Cals on ss jutiica- ones normatvas? 98 cho $€ HACE UN TRABALO DE NVESTGACION CIENCIA POLITICA pesos ese _18ub concept de partpain plese. en rminos normals, més desea lle? 2006 inattuclones potas podria atatacer mas paramere (ano sv= ueso de que as stones nolo haga lossless ea democrats representation que concer a paikaucin itadans? JO insti res pollens porian arly garetzar una paripcin pc dint de te cue results cel princi representtv? JOutproceimieto de adopiin de clones pleas es entries nxmaivs. mis deseable? a ota iene pip deepsea pale? a urns de ropa pte ete casa dt pape evi yom urges ern tae c= {er etx renin plc cn gb gern Neh y tess erp eric cco ce sara L En primera instancia, cada une delas preguntas de investigacion ‘que aparece en el cuadro 7 puede servir para delimitar un objeto de estudio, esto ¢s, un problema especifico que el investigador estudiey resuelva con su investigacién. Chsérvese, sin embargo, que cada tipo de investigacin da lugar a varias preguntas conexas, nunca auuna sola, yy también que esa conexién se da de modo mas 6 menos directo y necesario, en términos légicos o conceptuales, entre preguntas de distintos tipos. Esto significa que, porlo general, formulacién de wna ‘inica pregunta no permite estudiar exhaustivamente un problema de investigacién concreto. En algunos casos, el investigador debe formular varias preguntas del mismo tipo, mientras que en otros muy probablemente la mayorfa de ellos~ es conveniente o incluso imprescindible que se formulen varias preguntas de todos o algunos de Jos tipos posibles. Veamos un ejemplo sencillo siguienda el contenido del cuadro 7. Imaginemos que el investigador se decide por una in- ‘vestigacion analitia, y que elige, como pregunta de investigacién, la ‘quese refiere a la definicién del eoncepto de representaci6n politica. Gracias alos conocimientos adquiridos con su primera aproximacién bibliogréfica, sabe que. segiin algunos autores contemporaneos, 9 EUSACHULIAY MARCO AgULLO ‘existen dos distintas concepeiones de la representacién, y que, para fundamen foralece en concpciones, su defenaares se po, yan a menudo en autores clésicos, Por tanto, parece aconsejeble que. para dar una adecuada respuesta a su pregunta de investigacién prin- cipal, el investigador no atienda exclusivamente a las cuestiones re- cogidas bajo el epigrafe “preguntas analiticas", sino que también aborde otras incluidas entre las “preguntas histGricas”, incluso que, ‘en relaci6n con esos autores clisieos, se plantee alguna o algunas de Jas preguntas analitieas que le han servido para averiguar la posicién de los autores contemporéneos. La investigacién podria ir um poco as alla y responder alguna pregunta prescriptiva, proponiendo, ‘como conelusién, la deseabilidad normativa de uno de los dos con. ceptos de representacién analizedos, Asi pues, una ver elegido un problema general de interés para Ja teoria politica, es muy recomendable elaborar una relacién, conforme al modelo del cuadro 7, que recoja y ordene todas las preguntas de investigacién que quepa formulat sobre dicho pro~ blema. La elaboracién de semejante bateria de preguntas ordena as reporta al menas ¢res ventajas, En primer lugar, obliga al in vestigador a contemplar criticamente el problema desde todas las erspectivas posibles, a examinar sus diferentes dimensiones y a ‘raducirlas en forma de preguntas, lo que facilita la eleccién de ‘una o varias preguntas de investigacién con relevaneia tedrica, En segundo lugar. permite pereibir con mayor claridad las conexio- nes légicas o fedricas entre los distintos tipos de preguntas, lo que, por un lado, allana la identificacién de las preguntas conexas © secundarias y su distinetén de la pregunta principal, , por otro, evita que el ulterior desarrollo de la investigacién se vea alterado or el planteamiento inopinado de preguntas relevantes que ini- Gialmente se babfan pasado por alto. En terer ugar, el investiga. dor dispone de Ia informacién suficiente para planifigar con todo detalle una investigacién que se ajuste al tiempoyy alos recursos de que dispone, y cuyo correcto desarrollo no requiers més conoci~ mientos que los que puede adquirir o ampliar con un esfuerzo Fazonable. La planificacibn es una tarea fundamental del proceso de in- ‘vestigacion. En este momento, con el euadro de preguntas ala vista 100 (Ovo SE HACE UN TRABAJO DE WESTEAIO ex ENC POLITICA yuna ver elegida su pregunta de investigacién, el investigador debe seleccionar cuidadosamente las preguntas conexas 0 secundarias a las que ha de responder necesariamente para afrontar con garantias, de éxitoese interrogante principal. desechando aquellas otras que, de ser respondidas. podrian complicar excesivamente fa investigacién © llevarla mas allé de los limites que imponen las condiciones, materiales o la entidad de la propia investigacién. Ese proceso de seleceion de preguntas debe estar guiado por una hipstesis de tra- bajo que el investigador. ya sea técita o explicitamente, ya de mane~ 1a simulténea a la eleceién de su pregunta principal » inmediata- mente después de elegirla, elsbore a partir de los conocimientos que posea sobre su objeto de estudio. Aeste respecto, Coheny Nagel Gaggo: 17) recuerdan que “no es posible avanzar un solo paso enuna investigacién si no se comienza por sugerir una explicacién o solu- id de la dificultad que la origin6”. Las hipétesis son precisamente esas “explicaciones tentativas”. las posibles respuestas que “orientan nyestra bitsqueda de orden” en el problema que vamos a investigar Y que seftalan el itinerario que conduce a los resultados que perse- {uimos al formularnos una pregunta conereta. En buenallgica, la hisqueda de orden ala que se refieren Cohen. y Nagel comienza con la redacci6n de un plan de trabajo, de una Propuesta de investigacién razonada que ofrezca tn eshozo We fa hhipstesis del investigador y que resuma, concisa, pero detallada~ ‘mente, el modo en que se presentaray se desarrollaré dicha hipéte- sis en el trabajo de investigacién. Esta propuesta, que, por regla general, no deberia extenderse més alls de un par de paginas, cons- tituye en realidad una introducei6n a la investigacién propiamente dicha, pero tiene, fundamentalmente, le fumeién de estructurarla, de fijarsus limites precisos, en el plano teéricoy en el practico,y de guiar al investigador en el desarrollo ordenado y sistematico de su hipéresis. IV) NUEVAS CONSULTAS BIBLIOGRAFICAS Silas lecturas preliminares le han proporcionado al investigador el conocimiento suficiente para formular su pregunta de investiga- cin, para responderla es necesario llevar a cabo nuevas lecturas USA CHULA YARED AGULLO «que le permitan consolidary ampliar esos conoctmientos,conce tnprofaniidad clestado en que se encuentra el debate academe sabre el problema elegido, los términoe preciaos en que se desen~ vuelve, sus antecedentes histricos y las posiciones teGrias de ax actores mis desiacados. En esta etapa, el interés del investigador, portant, cn peice deo wincscomtempornce que yan Seupado de au problema de investgicion. y ly fuentes donde puede encontrarlo son miltiples. En primer lugar, obviamente estén las obras de esos mismos autores. y aqui se ineluyen libros, ensayos breves, eslaboraciones en obras eolecivas, articulos en revistas especializadas, e incluso conferencias, articulos de pren- say entrevistas impresas o grabadas. En segundo lugar, y cvando ta investigaciOn exija un andlisis evaluative del pensamiento de alguno de esos autores contempordneos 0 de varios de ellos. es aconsejable consulta las principales obras en gue otros teéieas sistematicen, estidien o confronten eriticamente ese pensamnien~ to, Muy probablemente, ae anteriores fuentes remitan a obras de autores del pasado que, en ercer lugar y por ultimo, también con- venga conocer. ‘No existentampoco reas objetvas z Infvetenslasque debe neariran esa pero omearter general, as leturaspreliminares, si estin bien elegidas, proporcio- han wna informacién bibliogrfica muy valiosa. Esa informacién presen la indudable ventaja de haber sido seleecionada y reunida por expertos conovedores dela materia que se est investigando puede converts en wa buen punto de paid prs ir onfecionan do una bibligrafia propia, El propio investigadorex quien debe de- cidiren cada casby en vada fase de a investigncién qué obras requie~ ren tn estudio pormenorizado, ya sea total o parcial, y qué otras pueden resultar Stiles sobre todo como material de apoyo cuando nneceste efectuarciertas consults oaclarar alguna duda En cuanto al manejo delas fuentes. las siguientes rglas coms- tituyen un dil prontuaro. + Todac las Leeturas han de ser “activas” (cont + “activas” (conforme alo indicado en GT aparado 3 el eaptlo 2. Ahorra mucho emp y esoern 102 coo SE HACE UN TRABALO DE NVESTOACONEN GENEA POLITICA efectuar esa lectura activa de manera que las anotaciones. esque nas y tas hagan innecesario volver unay ottaweza Tos textos que ya se ban estudiado, Una cosa e8 repasarlos eventualmente para Jacer una consulta concreta, y otra, mucho més trabajosa, tener que relerios detenidamente porque las notas que se han tomado resulten ambiguas, incompletas 0 imprecis2s. «Es eonveniente evitar las lectaras redundantes o reiterativas. No resulta infreeuente que un autor determinado exprese un mismo pensomiento en nis Gee texto, por ejemplo, en un en sayo extenso y en algin articulo especializado que forme parte dde une obra colectiva. Es posible que cada wna de estas obras ‘ecoja distintos matices, pequetas revistones de la idea orig alo aspectos del problema que se traian ss pormenoriza- damente, pero, teniendo presentes estas salvedades, ¢8 acon sejable estudiar primero el ensayo extenso (que contends nas informacién y podré, por tanto, proporeionar més cono- Timientos al investigador) que comentar por los textos mas prevee, que, sin embargo, seran més iiles ala hora de obtener ‘una visién panorémica y sumaria del problema de investi- gacién. «Cada nueva lectura produce, en Io que ala bibliografia se relieve cl denominado “efecto bola de nieve”, Por tanto, la relacién bi- ‘hogrfica que confeecione el investigador debe estar slemps shiovta a posibilidad de incorporar nuevos alos. Gon todo, la bribliografia ha de seleccionarse con crterio,cuidando tanto de ho avumular titulos desordenadamente como de no restringir cexcesivamente la biequeda, |. Bn todas las lecturas es habitual encontrar abundamtes referen- thas, en forma de transeripciones ycitas mas o menos literales geneamiento de otros autores. Cuando alguna de esas citas, Ror ralesquiera razones, plaztee al iwestgador dudas fundadas sobre su literalidad, su autoria o el significado que le atriniye (quien las consigaa, debe despejarlas consultando la fuente pri- maria, ee decir, la obra de la que proceden. « Algunas obras se publican més de unt ven por diversos moti> ‘os-y es frecuente que sus autores revisen y corrijan los oFigt> Weles antes de darlos muevamente a a imprenta. En tales ea808, EUSA CHULA Y MARCO W Asstcd es importante que cl investigador maneje, siempre que le sea accesible, latina revisién publieadas No ¢6 aconsejable emprender investigaciones histéricas 0 in tentar responder a preguntas de este tipo (por ejemplo, una ‘nvestigaciOn o una pregunta sobre el concepto de virtud eiviea en Gicerén) reeurriende exclusivamente a las obras del autor 0 los autores del pasado que se pretende investigar. Esa tarea exige que, para saber qué caminos estén atin por descubrir o transitar més detenidamente, qué pasos ha de seguir la investigacién y émo darios de la manera més eficaz y provechosa, el investiga dor no solo conozea el contexte histérico, intelectual y politico en el que surgieron dichas obras, sino también que tenga un conocimiento detallado de las aportaciones que otros tedricos hhan hecho al problema en cuesti¢n, El recurso a obras de autores universalmente reconocidos ¢o- tao clasieos (Platén, Aristételes, Maquiavelo, Hobbes, Locke, Rousseau. ete.) no requiere de especiales justificaciones, Pero e necesario, en cambio, que el investigadorjustifique el recur- 80 a obras de autores considerados menores o de importancia secundaria en la historia del peasamiento politico, que inseriba dichas obras en su contexto hist6rico, que esclarezca las co- nexiones entre ellas ylos textos clisicos, en fin, que dé cuen- ta de su relevancia te6rica para el problema que esta iuvesti- gando, ‘V) LA FXPOSICION Y DISCUSION DE LA HIPGTESIS Gharles Darwin pensaba, con raz6n. y se sorprendia de que muy oca gente lo comprendiese, que “toda observacién —ya sea empi- rica 0 te6rica~ debe estar en favor oen contra de cierta concepeisn para brindar alguna wtiidad” (Cohen y Nagel, 1996: 14). Ahora, Sirvigndose de sus conocimientos y del material (notas, esquemas y restimenes, citas, datos empiricos de apoyo, ete.) que haya reunido ‘ras sus lecturas, ha llegado el momento de que el investigador se omg a pensar sistematicamente en todos los aspectos de su pro- blema de investigacién para exponery confrontar su hipétesis, por ‘medio de argumentaciones y razonamientos tebricos, en una suerte 104 ono SE HACEUN TRABIUO DE NESTEACIEN EN ENGL POLITICA de debate virtmal con ef autor olos autores euyas ideas apayan y con- ‘tradicen dicha hipétesis, Si hablamos de argumentaciones y razonamientos tebrieos, 8 porque debemos recordar. como ya vintas en el apartado § del capitulo 1, que la mera expresi6n de opiniones o preferencias per- sonales no tiene utilidad alguna para la ciencia politica. Es cierto que las conclusiones de una investigacién académica pueden con siderarse opiniones det investigador en un sentido genérico del término, pero, precisamente porque se han obtenido a partir del co- nocimiento existente sobre la disciplina, de un modo y mediante un procedimiento particulares, con el propésita aitimo de wumen- tar ese corpus de conocimientos, los resultados de la investigacién académica poseen un valor cognoscitivo del que carece una simple opinién subjetiva, Vignaux (1986: 29) sostiene a este respecto que Ia argumentacidn es “un verdadero método de investigacion, [..J capaz de llevarnos a diseernir en cada materia lo verdadero y lo falso”, y, en To que ahora mos interesa, ese método es més 0 ‘menos relevante para la teoria politica en funcién de su finalidad, ia finalidad de las argumentaciones teéricas no es persuasiva, puramente retriva, lo que significa, en palabras del mismo autor (1986: 18), que no persigue la defensa de una opinién con razones: convincentes al objeta de presentarla siraplemente como prohable verosimil. Su finalidad es demostrativa, porque pretende alvan~ zarconclusiones rigurosasy vilidas en términos logicos, aunque la demostracion de proposiciones de naturaleza te6riog, al apoyarse en definiciones conceptuales y no en hechos observables, nunca puede ofrecer el mismo grado de certeza que las demostraciones cempiricas, Enlas investigaciones tedricas, por tanto ef valor de los juiciosy las conclusiones del investigador depende del esorupulaso respeto de ciertas reglas formales (regias de la Logica formal) en la elaboracion de sus argumentos. De abt que el investigador haya de atenerse siem- prealos siguientes eriterios generales: + La reflexion teorica exige, sobre todo, coherencia interna en las, argumentaciones, lo que implica, antes que nada, que los razona~ ‘mientos ge construyan conforme a las regias de la Logica que les 295 ISA CHLLIA YARED \ ADULLO es propia (logica deductiva) y que se eviten la inconsistencia teGrica y la imprecisién o la divagacién argumentativas (Marsh y Stoker. 1997: 16). + Todo razonamiento debe seguir un hilo argumentativo bien defi- nido y perfectamente identificable. En palabras de Sartori (1996: 27), “un discurso solo tendré valider (potencia) demostrativa si se lo desarrolla con unidad de método, con un patrén argumental constantey coherente”. Esto no solo exige que las premisas de las ‘que parta el investigador sean explicitas y que sus conclusiones se sigan légicamente de ellas, sino también que todos y cada uno de los razonamientos se presenten ordenada y sisteméticamente. Una exposicién desestructurada, que plantee preguntas sustanti~ vvas que se dejan sin respuesta, que se responden solo a medias 0 se abordan, logica o/y narrativamente, de manera inconexay erré toa, transmit la sensacién de que los conocimientos del investi~ gador son igualmente confusos. + El propésito de las argumentaciones te6ricas es siempre doble: se pretende, por un lado, sostener las propias conclusions, pero también, por otro, refutar o desacreditar tedricamente las tesis ¥ las conclusiones de terceros que las contradicen. Un razona~ raiento que solo pretenda probar las tesis del investigador, sin ‘examinary diseutir las de sus contradictores, no pasa de ser una mera declaracién de principios (por bien argumentada que esté) yzal eludir el problema de la discrepancia te6xiea, reduce drésti- ‘camente la relevancia de Ia solucion que propone. + En ciertas ocasiones, sobre todo en las argumentaciones pres- criptivas, el investigador solo podré" mostrar”, mas que “demos trar”, las hipotéticas consecuencias précticas de una determina- da posicion te6rica. La defensa normativa de una institucién o de un principio politica, por ejemplo, suele acompanarse de una argumentacion que la justifica en raz6n de sus previsibles efectos benéficos. La argumenacion adopta entonces un earacter més persuasivo, puesto que persigue convencer asus destinatarios de que sus conclusiones (las consecuencias précticas prevstas) son verosimiles antes que logicemente necesarias. En tales eas0s, la posicién del investigador se refuerza si intenta prover todas las, consecuencias posibles, y no solo las que favorezcan sus tesis, 106 coo SE HACE UN TRABA.O DE NVESTOACON 2 CENEA POLITCA para evitar que su argumentacion pierda rigor tedrico y se con vierta en una mera expresion de preferencias peseonales poco 0 ada contrastadas. + Los datos de La reslidad y los ejemplos pricticos que se ofrezcan para apoyar un razonamiento tebrico deben ser adecuadosy jus tarse a los limites (coneeptuales, espaciales, hist6ricos..) que impone el propio razonamiento. Asi, por ejemplo, el buen fun tionamiento de la democracia ateniense del siglo V a.C. (admi- tiendo que, en efecto, esa democracia funcionase bien) no puede adueirse, sin mas, como praha de que la democracia represen tativa deberia y podria ser reemplazada pot una democracia di- recta, siquiera sea porque una ciudad antigua como Atenas no uarda parecido alguno, en lo que se reficre a su tamanioy pobla- cidn, con un Estado moderno, En las argumentaciones de tipo evaluative 0 comparativo, el in~ vestigador ha de tener sumo cuidado al elegir los términos de sus comparaciones y los criterios evaluativos. Los primeros debex ser efectivamente comparables, y los segundos, adecuados a la institucién o principio politic que se pretende evaluar. Ast, como ya se subray6 en el apartado 1 del capitulo 4, los ideales politicos solo deberian evaluarse por comparacign con otros ideales alternativos, y una institucién politica concreta solo d¢~ biera evaluarse conforme a los ideales que la inspiraron. La hip6tesis de investigacién se expone y defiende mediante argumentaciones y razonamientos logicos que se construyen a partir ide conceptos politicos fundamentales: conceptos que, a su vez, han servido previamente @ otros autores para elaborar sus teorfas polit cas. Teorias y conceptos constituyen, por tanto, los objetos sobre los aque ha de argumentary discotir el investigador ex. esta ultima fase de la investigaci6n. Del tratamiento que ambos debieran recibir nos ocupamos en las dos siguientes secefones, La calidad, el rigor y la solvencia te6rica de una investigacién dependen, en buena medida, del grado en que se obsesven las reglasy eriterios analiticos bésicos «que recogemos seguidamente. Tales regla ycriterios representan las dos caras de una misma moneda: si, por un lado, el investigador debe intentar aplicasios en sus andlisis tedricos y conceptuales para levar ELSA CHULA WARE Y AOULLO 4 cabo una buena investigacién, puede y debe también servirse de alles, por otro, para evaluar el rigor y la solvencia teGrica de lae argu- mentaciones de los autores con los que mantiene ese debate virtual al que antes nos hemos referido, VD ELANALISIS DE CONGEPTOS FUNDAMENTALES En apartados previos hemos insistido en la importaneia capital que para la investigacida en ciencia politica adquieren el andlisis y la reflexién conceptuales. Los conceptos politicos fundamentales (poder, democracia, legitimidad, juscicia, representacién, sobera nia, ibertad, etc.) on, en efecto, los cimientos sobre los que se le- ‘ante la estructura de cualquier discurso te6rico, pero también, en la medida en que el pensamiento se proyecia sobre la préctica pol tca, sustemtam la realidad de nuestras instituciones. Es impreseindible, por tanto, que el investigador aprenda a ma- zejaradecuadamente esos conceptos, no solo porque sobre ellos ha de construir su hipétesis, sino también porque el andlisis de au significado sus implicaciones le permite examina® criticamente las teorias de sus contradictores. Ahora hien, o6mo deberia llevarse a cabo ese andlisis? ‘Existe alin criterio que oriente la investigacién eneste punto? lacks 50 cuando el propésito del iavestigacién sea el de apoyar reforzarlos argumentos en defensa de un concepto determinado, lo ms probable es que el investigador tenga que examinar varias definiciones de ese rise concepto; que deba confrontarlo analiicamente eon otros que seleoponenose ofrecer como alternativos; quetropiece con concepts ambiguos 0 vagos, que puedan interpretarse de distintos modos 0 no hayan sido definidos con la precision suficiente, y también con con- ceptos que quizd juzgue normativamente discutiles o que podrian, en su proyeccién prictca, tener consecuentias no previstas por quienes los sostienen o implicaciones que se consideran simplemente indesea~ bles opemniciosas. Estas son, grosso modo, las difcultades tebricas que Plantea el anslisis de conceptos politicos findamentales,y, para resol~ verlas, el investigador ha de proceder del modo més sistemitico posi ble, desmenuzando los conceptos en cuestiGn. La formulacisn de dis- tintas preguntas puede resultar de gran ayuda a este respecto, En el ‘uadro 8 ofrecemos esa relacién de preguntas, y, afin de mostrar con 208 oo SE HACE UN TRABILO DE NVESTICACIEN BN CIENCIAFOLNCA mayor claridad el desarrollo de un proceso analitico conereto, el cuadro 9 recoge algunas de las respuestas que cabrie dar si, comoen el ejemplo de investigacién propuesto en la seccién III de este apar- «ado, el investigador pretendiese analizar el concepto de represen: tacién politica 7 ‘CUADROB Pecos ata aM once FLness 1. Beste ares dtincianes del mmo cancel? En cas afimave sles 0 ess éeirionas? 2 deities sn as nates craters de dt 0 decane dl com pte que sees salar 2 ley ables o vague ea dc ( etcenes) que snalzando? (0 sgnifeanexactamens as plas ements ara defi? 4 einen su caso, rons sustanvas en tia defricon un concept? Cues son aus erenas? 5 Sino hy teres sutras etre as date defines ge un concep, ss pelle formula un defn uncaora que rena todos le elementos susanthvs yoda as ols carceriteas del cancel on cuesin? 4 Siny deren earths ene ls iin dlnones de un concep pee sosererve que ads on desreees” etn defend mime concep 1a, 0, pre conraria. ate gue con qu en read e etn daiendo concepts ssa? 7 s0us a eran hsérin de concept anand? (QUE autores se han ces ado deen el pasads? 4. 02m gut ots cocapestndamentaies om cont (gia 9 histicamant el concep ques ets naizando? concepts 0 opanen 9 se pesenan cma sematvs a concept que se tt aalnds 10, Cates sen log impicaiones tries de concept que Se ets analzands? {A qu consecerins tds, trmins igs, candice eae concept cama st ha det? 1. Con gd atone tia realmente existartae guar rela lcn= cept snalzde? (Rogues concepa ao conepas lematias, on aucass) el etd eres inatucnes pleas? 109

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