Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
HISTORIA
^MVNDO -C l
ANT1GVO k J l
A ntïgvo del conjunto más amplio en el que está inserto o bien como una
monografía. Cada texto ha sido redactado por el especialista del
tema, lo que asegura la calidad científica del proyecto.
U KLCIA
/ ^ n r r i A
Director de la obra:
Julio Mangas Manjarrés
(Catedrático de Historia Antigua
de la Universidad Complutense
de Madrid)
Diseño y maqueta:
Pedro Arjona
A. Lozano
Indice
Págs.
Bibliografía..................................................................................................................... 54
Las m onarquías helenísticas I: El Egipto de los Lágidas 7
hasta ser a trib uida por Ptolom eo a pero esta a lian za, c o n firm a d a ta m
M agas, hijo de su m u je r Berenice. bién po r el m a trim o n io de Seleuco
Posteriorm ente éste concebiría otros con Estratonice. hija de D emetrio, es
planes m ás am biciosos p a ra sí mis taba d e stin a d a al fracaso, toda vez
mo, pues no solo proclam ó su ind e que tenían intereses dispares hasta el
pe nd e nc ia sino que se atribuyó la ti punto que Demetrio intentó una apro
t u l a t u r a real e in c lu s o d e c la r ó la xim ación a Ptolom eo que tam p oco
guerra a Ptolom eo II al socaire de la tuvo éxito.
a lia n z a concertada con Antíoco I. rey La m uerte de C a s a n d r o en 298 a
de Siria. A u n q u e ésta no dio los resul 297 abrió nuevas perspectivas p o r lo
tados apetecidos. Magas gobernó Ci- que al d o m in io de M a ce d o n ia se refe
rene varias décadas, hasta el 250. ría. de suerte que D em etrio se decidió
En otro ord en de cosas, el m a n te n i a intervenir en Grecia. La ocasión fue
miento en p o d er de Egipto de los te ap ro v e c h a d a p or Ptolom eo para a rre
rritorios sirios d e te rm in ó la necesi batarle el d o m in io de C hipre, a c tu a n
dad de e n c o n tra r aliados con tra las do de m a n era sim ilar Seleuco, que se
pretensiones de Seleuco. Ptolom eo I. ap od eró de Cilicia, y Lisímaco con
en efecto, se acercó a Lisímaco, d u e las ciudades jo n ia s aú n en po der del
ño de Asia M e n o r tras el reparto h a Antigónida. Por lo dem ás, el rey egip
bido tras Ipsos. La a lia n z a q uedó se cio se dedicó a partir de ese m o m e n
llada m ed iante el m a trim o n io de dos to. y siguiendo la term inología e m
hijas del hijo de Lago. A rsínoe y Li- p l e a d a p o r W ill, a « c o n t e n e r » a
s a n d ra con Lisímaco y su heredero M a c e d o n ia , política q ue im p lic a b a
Agatocles. tanto acciones de sesgo expansionista
Su enem igo potencial. Seleuco, hi —en el Egeo y las islas— c o m o de
zo lo m ism o con D em etrio Poliorce pro p a g a n d a e influencia, en el co nti
tes, d u e ñ o indiscutible del m a r y. e n e nente griego. En este m ism o m arco se
migo c o m ú n de Ptolom eo y Lisímaco inserta la intervención de Ptolomeo
Las m onarquías helenísticas. I: El Egipto de los Lágidas 13
ron ser atendido s person alm en te por gido en rey independiente de aquella
el rey, pues Aniioco tuvo que hacer región, perm itid o en prin cipio p or es
frente, tras la m uerte de su padre, a la tar Filadelfo e m p e ñ a d o en los a s u n
revuelta que estalló en Siria, centrada tos m e n c io n a d o s a prop ósito de la
en la gran base m ilitar de A pam ea. crisis sucesoria en la m o n a rq u ía se-
La im po rta nc ia de esta insurrección leúcida. M agas actuó p ro b ab le m e n te
interna se magnificó al presentarse si ale n ta d o p or su alian za con Antíoco
m u ltá n e a m e n te un a ofensiva desde el I, con cuya hija, A pam e. se h ab ía c a
exterior y que debió estar p ro ta go ni sado, y su aspiración últim a era, al
zad a —pese a lo difuso de las noti parecer, alzarse con el trono de Egip
cias— por Ptolom eo Filadelfo. Pre to. Sin embargo, c u a n d o se había ya
tendía así aprovecharse de las dificul em b a rc a d o en la expedición hacia el
tades que po r todas partes se le h a país del Nilo - e n torno al 2 7 5 - d e
bían presentado a Antíoco. La zona bió volver sobre sus pasos para c o n
elegida es discutida. En efecto, p udo trolar u na sublebación de n óm ad as.
h a b e r sido Siria, e stim ánd ose que fue Tam poco Filadelfo p ud o perseguirlo
precisamente en aquel m om ento c u a n y así qu ed ó z a n ja d a la cuestión d u
do las posesiones egipcias en aquella rante u n a s décadas hasta el 250. per
región se a m p lia r o n h a c ia el N o r m an e c ie n d o M agas en el trono de C i
te. s o b re p a s a n d o la línea del Eleu- rene. Fue un períod o de p az entre
theros. Esto, sin em b arg o, dista de ambos.
su seguro. Sí lo es. en cam bio, el a u N uestro cono cim iento del período
mento del área de influencia lágida de h o s ti lid a d e s c o n o c id o c o m o Ia
en Asia M enor: así. se concertó e n G u e rra Siria es fran c a m en te deficien
tonces —en 279/-S— una alia n z a con te de m a n era que todo lo relativo a
Mileto, a la p a r que se instalaron gu- ella, las motivaciones, su desarrollo y
raniciones egipcias en la isla de Sa conclusión, es objeto de controversia.
mos, en las ciu dad es carias de H a li De hecho a no ser por el d esc u b ri
c a rn a s o , M in d o s, y C a u n o s q u iz á , miento de un d o cu m e n to babilo nio
p r o b a b l e m e n t e , en o tra s de Licia. cuneiform e y otro egipcio jeroglífico
Panfilia y Cilicia occidental. En todo no sabríam o s n a d a de ella.
caso, es claro que Ptolom eo II a p r o El tem or de Filadelfo a un ataqu e
vechó el resquicio favorable presenta de Antíoco I —cuya au to rid ad se h a
do p o r la muerte de Seleuco. Antíoco bía reafirm ado al salir con éxito de la
I. u n a vez sofocada la rebelión siria, crisis s u c e s o r ia - con la intención de
se ap resuró a firm ar la paz con F ila ap od e ra rse de las prop id ad es lágidas
delfo —c o nc e rta da ya posiblem ente en Celesiria, im p ulsaría al rey egipcio
en 2 7 9 - de la que resultaría u n a su a e m p re n d e r u n a ofensiva preventiva
prem acía litoral y m arítim a de Egip que le llevaría hasta Babilonia, m ie n
to. Este conflicto es el prim ero de la tras A ntíoco se h a lla b a en Sardes. Sin
larga serie que enfrentó a Lágidas y em bargo, el ejército egipcio sería d e
Seleúcidas al dispu tarse am b o s rei rrotado p o r el seleúcida, reforzadas
nos el control de los territorios a los sus filas con elefantes, hecho a su vez
que hem os hecho ya alusión. M erece ap ro ve c h ad o por Antíoco p ara a v a n
ría por ello el título d e Prim era G u e zar c ontra D am asco , lo que p rovo ca
rra Siria, que se aplica, p o r el c o n tr a ría la necesidad de enviar un nuevo
rio. el acaecido pocos años después. ejército egipcio. Esta vez la em presa
Los añ os subsiguientes c o n te m p la ten d ría éxito a ju z g a r —así lo cree
ron los p r o b le m a s so b r e v e n id o s a W i l l - por el brillo partic u la r de las
Ptolom eo p or la cuestión de Cirene. Ptolem aieia a le j a n d r i n a s del 271/-0
Ya h e m o s s e ñ a la d o antes c ó m o su que celebrarían u n a reciente victoria,
medio h e r m a n o M agas se h ab ía eri —acaecida, pues, en el 271— que h a
Las m onarquías helenísticas. I: El Egipto de los Lágidas
3. Motivaciones de la
política exterior de Egipto
Es un h e c h o cierto e incontestable
que los Ptolom eos d esarrollaron a lo
largo del s. III u n a política tendente a
conseguir un papel hegem ónico en el
Egeo. aspiración que. digám oslo, al
c a n z a r o n p le n a m e n te , p u es p u e d e
hab larse con p ro p ie d a d de u n a tala-
socracia egipcia en este ám bito, acti
va d u ra n te este siglo principalm ente.
Ante este hecho cabe preguntarse por
las causas que justificaron tal empeño.
Retrato de Berenice II de Cirene.
Museo de Benghazi
a) Consideraciones estratégicas
C o m o ya h em os a p u n ta d o , ni P tolo E n torno a esta cuestión v e rd a d e ra
meo Lago ni n in g u n o de sus suceso mente clave de la historia del Egipto
res c o m p a rtie ro n los deseos de otros helenístico debem os m en c io n a r una
herederos de A lejan dro de reunir b a de las op in io nes m ás autoriz a d as y
jo sus m a n o s la totalidad del antiguo difundidas, la de M. Rostovtzeff (His
Im perio alejan drino . El prim ero de toria social y económica del m undo he
los Ptolom eos lo rechazó, incluso, ex lenístico. M a d r i d , 1962). S e g ú n su
presa m e nte c u a n d o se le invitó a ello. criterio, Egipto com o tal hab ría co n s
D esde el co m ie n z o de la disgregación titu id o d e sd e sie m p r e la p rin c ip a l
de la herencia a le ja n d rin a su a sp ira p r e o c u p a c ió n de los Ptolom eos. de
ción fue Egipto, consciente com o era suerte que la salvaguardia de su segu
de la im p osibilidad de m a n te n e r bajo ridad e in d e pendencia era su objetivo
u n a sola m a n o tan de sc om u na l Im prioritario . Y esta d e b ía realiz a rse
perio. m osaico de pueblos, culturas e fu n d a m e n ta lm e n te por mar, d a d a la
intereses diferenciados. Tam bién Pto situación geográfica del país del Nilo.
lomeo I fue quien definió y puso las Era necesario, p or tanto, c o n ta r con
bases de lo que sería la política de los una flota poderosa, inexistente hasta
Lágidas posteriores: el m a n te n im ie n entonces por la ausencia de u n a tra
to de E g ip to s ó l i d a m e n t e b a jo su dición m arítim a en la época de los fa
m a n d o - c o n el a péndice de la Cire- raones. Pero Egipto no tenía las m ate
n a i c a - más u n a serie de posesiones rias p rim as im prescindibles para la
exteriores que le aseg uraran la hege construcción naval, que, sin embargo,
m o n ía en el M ed iterráneo oriental. Y se e n c o n tra b a n en a b u n d a n c ia en la
aquí reside el problem a, a p re h e n d e r c o sta siria , C h i p r e y A sia M e n o r
qué motivaciones im p u lsa ro n al hijo meridional.
de Lago a traz a r u n a política exterior Por otra parte, se h a b ía co nsta ta do
con ese sesgo egeo. so b rad a m e n te en tiem pos pretéritos
18 Akal Historia del M undo Antiguo
III comenzó a desplegar esfuerzos ten Agatocles pero sobre todo Sosibios
dentes a atraerse a la p oblación in dí que fue el auténtico factótum de la
gena o m ás bien a con servar su fideli política egipcia y supo sacar partido
dad. Para ello c o m e n z ó u n a e q u ip a de la indolencia del m onarca.
ración a los faraones así co m o la c a p
tación del sacerdocio egipcio. a) Ofensiva seleúcida
contra territorios lágidas
2. Ptolomeo IV Filopator en Asia
(221-203) Ya a com ien zos del reinado tuvieron
lugar los prim eros em bites seleúcidas
El re in a d o de este so b e ra n o lágida contras las posesiones lágidas en Asia.
constituye un pu n to de inflexión en En 219 Antíoco III se a p o d e ra b a por
la historia de Egipto, pues a partir de fin de Seleucia de Pieria, el puerto de
él es c u a n d o co m ie n za realm ente su A n tio q u ía , p a r a p ro s e g u ir a c o n ti
decadencia. No es que ésta deba a cha n uación su ofensiva contra la Celesi
carse en exclusiva a él. pero su talla ria. La ocasión le fue a d em á s s u m a
c om o estadista es definitivam ente in m e n te fa v o r a b le p o r la tra ic ió n a
ferior a la de sus predecesores. Su Egipto del etolio Teodoto, m ercenario
perso n a lid a d a p u n ta b a más hacia el e n c a r g a d o del g o b ie r n o lá g id a en
intelectual, aspecto éste cultivado por Celesiria.
su p receptor Eratóstenes. que h acia el Estas acciones so rp rendieron des
h om b re de Estado. Así. las p re o c u p a prevenidos a los dirigentes egipcios.
ciones inherentes al gobierno las dejó Sosibios temiendo u n a invasión seleú
en m a n o s de dos de sus consejeros. cida de Egipto recurrió a la ruptura
Esta enemistad entre el dúo real En cuanto a Ptolomeo VIII las in
tuvo un desenlace con trario a Filo trigas p ro p u g n a d a s por él no cesaron
metor. U n a sublevación en A le ja n con la ad ju dicació n de Cirenaica, in
dría d o n d e P tolom eo VIII tenía sus suficiente p a ra sus pretensiones. En
p rin c ip a le s segu id ores c o n s tr iñ ó al base a ello intentó hacerse transferir
prim ero a la huida. F in a lm e n te ante por R om a Chipre. Pero las requisito
la im posibilidad de c o n tin u a r r e in a n rias ro m a n a s hechas a Filom etor en
do de m a n e ra c o n ju n ta decidieron re este sentido fueron rech a z ad a s p o r el
partirse el Imperio: Filom etor se q u e lágida, firme en su decisión d u ra n te
daría con Egipto y C h ip re mientras años. El intento de Fiscón de a p o d e
Fiscón reinaría en Cirenaica. El re rarse de la isla p or la fuerza term inó
torno del prim ero se hizo a c o m p a ñ a en su captura p o r Filometor. Éste, no
do de u n a am n istía que ay u d a ra al obstante, lo dejó libre..restituyéndolo
restablecimiento de la ley y el orden. en la C irenaica y p ro m etiéndole a d e
Filometor, en efecto, consagró los más a su hija Cleopatra, si bien el
añ os posteriores de su reinado a esta m a trim o nio no llegaría a efectuarse.
tarea de reconstrucción interna, si bien El conflicto fraterno p or fin se regula
nuestra in fo rm a c ió n de los hechos, rizó de este m o do en 154.
concretos realizados en Egipto hasta Cron ológicam en te posterior, es la
su d esaparició n en 145 es escasa. intervención de Filometor en los a su n
tos Seleúcidas, un paso más para lo
grar su objetivo sirio. La ocasión se la
c) Los últimos años del reinado brin dó la aparición en el escenario
de Filometor político seleúcida de A lejandro Balas,
que u su r p ó el tro n o leg ítim am e n te
Sabem os, sin em bargo, de la atención o c u p a d o por D em etrio I. Las d e m a n
d isp e n sa d a p or Filo m etor a la cues das de apoyo de aquél a Filom etor
tión ju día. Sin e n tra r a h o ra a con si e n c o n t r a r o n el eco d e s e a d o , e stre
derarla (cfr. tem a de los Seleúcidas) c h á n d o s e tales relaciones con el m a
basta decir que la familia sacerdotal trim onio entre C leop atra T hea y Ba
e n c a b e z a d a p or O nías IV. d e sp la z a las. Todo esto, u n id o a la manifiesta
da del po der p o r el n o m b ra m ie n to de in c ap a c id ad política del usu rp a d o r,
Alkimos, buscó refugio en Egipto, d a c o n v e rtía a F ilo m e to r en el rector
das las sim patías con que los Lági oculto del Im perio Seleúcida. La in
das, a n tig u o s d u e ñ o s de la región, tervención directa de éste en Celesiria
c o n ta b a n entre los sectores opuestos se produjo so pretexto de ap o y a r a su
a los Seleúcidas. Filom etor los acogió yerno contra las aspiraciones de D e
favo rablem en te, c o n c ed ién d o les in metrio II que se a prestaba a d efender
cluso tierras en el bra z o oriental del con las a rm a s sus derechos d in á sti
N ilo (Josefo, A J XII, 9,7; XIII 3, 1-3) cos. El cariz de los acontecim ientos,
a u to riz a n d o a O n ía s a construir un favorables al pretendiente, d eterm inó
tem plo en Leontópolis, réplica del de el paso de la alia n za egipcia, inc luida
Jerusalén. Al p ropio tiempo, m ie m C leopatra, a D emetrio II.
bros de la c o m u n id a d ju d ía d ese m p e En la batalla de O in o p a ra s entre
ñ a b a n p u e sto s de r e s p o n s a b ilid a d las tropas de Balas y las de Filometor.
tanto en la ad m in istra c ió n com o en acaecida en 145, fue d errotado aquél
el ejército egipcios. T odo ello sólo y asesinado poco después. Pero ta m
puede explicarse p or el deseo de Pto bién Ptolomeo. herido, m oriría a c o n
lom eo VI de captarse el apoyo de este tin u a c ió n . La d e s a p a ric ió n de este
pu eblo con vistas a la recuperación gran m o n a rc a fue nefasta p ara los in
de Celesiria, proyecto siem p re pre tereses egipcios pues la Celesiria per
sente en la política lágida. m aneció en poder de los Seleúcidas.
Las m onarquías helenísticas. I: El Egipto de los Lágidas 37
yes, Pom peyo tras su derrota p o r C é Ptolom eo XIV. Tras ello, efectuó con
sar. Pero fue a sesinado de inm ediato, César un reconocimiento del país has
p a ra ser entregada su cabeza a C ésar ta N ubia. R egularizada la situación.
cuya llegada se p r o d u jo p oco días C ésar partió d e ja n d o e m b a r a z a d a a
más tarde. L lam ó a Ptolom eo XIII a C leop atra y varias legiones bajo m a n
A lejandría bajo ciertas condiciones, a do de su fiel Rufio.
saber, licénciam iento de su ejército, Tras el nacim iento de C esarión, el
liquidació n de las d eu das pendientes hijo de C ésar y Cleopatra, acaecido
de Auletes y reconciliación con su en 47, la reina se dirigió a R o m a so
he rm a n a . Pero, m ientras tanto, h abía pretexto de renovar el tratado de am is
c o m e n z a d o la relación entre C ésa r y tad y alianza. I n d e p e n d ie n te m en te de
Cleopatra. La sublevación que estalló los proyectos políticos que tuvieran
en A lejan dría co n d u jo finalm ente a u n o y otro, cuyo con te n id o será siem
un en fre n tam ien to directo en el que pre hipotético pues n in g ú n reflejo d o
encontró la muerte el rey. Victoriosa, cum e n ta l existe de ellos, lo cierto es
C le op atra se casó con otro herm ano. que C ésa r no h acía m en ció n de Cesa-
42 Akal Historia del M undo Antiguo
rión en el testam ento que se leyó tras tra los partos: a Octaviano. Occidente.
su asesinato en el 44. C leopatra, así, El c o m a n d a n t e r o m a n o llegó a
regresó a Egipto, p o n ie n d o com o co O riente más tarde de lo p la n e a d o por
rregente a su hijo. Ptolom eo XV C é las com plicaciones surgidas en O cci
sar, cuya e dad hacía de Cleopatra, de dente. C o nv encid o ya de la necesidad
hecho, la única reina de Egipto. de c o n c e n tra rs e allí, p re sc in d ie n d o
D o ra n te estos a ñ os y hasta p r o d u de Italia, a se nta do en A ntio qu ía lla
cirse el encu en tro con M arco A nto mó de nuevo a C leopatra, ale ja n d o de
nio, C l e o p a t r a a c e n tu ó su ligazón su lado a Octavia. La ayuda de Egipto
con las antiguas tradiciones egipcias, era. en efecto, im p re s c in d ib le p a ra
puesto de m anifiesto especialm ente elim in a r la a m e n a z a parta y fortale
en los aspectos religiosos. Sus princi cer el Im perio Oriental. A su vez. A n
pales a poyos e s ta b a n p re c isa m e n te tonio representaba para C leopatra la
entre ios sectores de p oblación ind í última oportunidad de revitalizar Egip
gena. pues en A lejandría era poco p o to y con él su propia dinastía. Los in
pular. Ello conllevó que d u ra n te su terese políticos a p arecían así ín tim a
reinado las revueltas en la chora egip mente relacionados a los pasionales.
cia se c a lm a ra n , p a sa n d o a disfrutar Allí, en A ntioquía. conoció A ntonio a
de un período de paz. de suerte que los hijos gemelos n acidos de su u n ió n
los sacrificios económ icos a los que con la reina egipcia: A lejandro H e
fue ob ligada fueron aceptados de m e lios y C leo patra Selene.
jo r g rado que con sus predecesores. Tam bién entonces en 37-6 M arco
El a ñ o 41 tuvo lugar en la Cilicia A ntonio reorganizó totalm ente los te
Tarso el su so d ic h o e n c u e n tro entre rritorios ro m a n o s orientales, d o tá n
Cleo patra y M arco Antonio, enviado doles de u n a nueva c on figu ra c ión .
con el fin de p o n e r orden en el M ed i Otorgó a Egipto parte de los territo
terráneo O riental, d o n d e la auto rid ad rios sirios —no la totalidad de las a n
r o m a n a aparecía aquí y allá puesta tiguas Celesiria y Fenicia com o C le o
en entredicho al socaire de las gue p a tra d e s e a b a — y Cilicia Traquea.
rras civiles que sa c u d ía n al Imperio Era la c o m p en sación de la ay ud a m a
R o m a n o en aquellos m omentos. La terial d ispensada por Egipto.
reina de Egipto fue lla m a da por el co Por lo dem ás, la previsible ruptura
m andante rom ano con objeto de acla con O ctaviano acaece poco después,
rar asim ism o su posición en ellas. La en el a ñ o 35. A ntonio, a c tu a n d o en
r e la c ió n s e n tim e n ta l su rg id a entre c o n s e c u e n c ia , r e m o d e ló el sistem a
am b o s hizo a A ntonio volver a Ale político construido por él en Oriente,
ja n d r ía d u ra n te el invierno del 41-40. h a c ie n do ah o ra de A lejandría su c e n
pero la a m e n a z a parta sobre el sur de tro: C leop atra fue p ro c la m a d a Reina
A n a to lia y Siria, fortalecida con la de Reyes. Cesarión. corregente. Rey
a lia n za de d in astas sirios que se sen de Reyes: para A lejandro Helios se le
tían a m e n a z a d o s por la un ió n entre destin ab a el reino de A rm en ia y los
C leop atra y M arco A ntonio, le obligó países al Este del Eufrates: a Ptolo
a salir de Egipto y a fortalecer su rela meo Filad elfo se le re se rv a b a n los
ción con O ctaviano. En Brindisi se países al Oeste del Eufrates, del Heles-
acordó en el 40 la paz entre am bos y po nto a Fenicia; a C leopatra Selene le
el m a trim o n io de A nton io con O c ta a sign a ba n Libia y C irenaica.
via, la h e rm a n a del triunviro, siendo Toda esta edificación política n a u
el más im p o rta n te de los acuerd os fragó con el desastre de Accio el a ñ o
a d o p t a d o s e n to n c e s , el re p a r to de 31. C on el suicidio de su reina term i
á rea s de in fluencia p a r a am b os. A nó la d in a s tía lágida y la lib e rta d
A ntonio le corresp ond ió O riente con de E g ip to c o m o m o n a r q u í a i n d e
la misión de te rm in a r la guerra c o n pendiente.
Las m onarquías helenísticas. I: El Egipto de los Lágidas 43
res, pero era el gobierno central quien dustria doméstica, presente en todos
disponía la superficie dedicada an ual los rincones del país. Esta tenía com o
m ente al cultivo de estas p lantas olea m isión a te n d e r las necesidades fam i
ginosas, fuera de la cual no estaban liares, pero tam bién trab aja para el
permitidos. La semilla era p ro p o rcio rey y para el público en general con
n a d a po r el gobierno, si bien poste u n a fabricación n o rm a lm e n te de o b
riorm ente era devuelta. La cosecha se jetos de uso cotidiano.
recogía b ajo estrecha vigilancia de Al h a b la r de la industria egipcia, la
contratistas y funcionarios, los cuales m ención de los tem plos es im prescin
previamente h abían estimado su c u a n dible. Su tradición en este aspecto era
tía de acuerd o con el cam pesino. So grande, pues d u ra n te la época faraó
bre dichos presupuestos era vendida nica h a b ía n sido centros industriales
al arren datario , a los precios fijados. im portantes y co n tin u a ro n siéndolo a
Si se p rodu cía déficit respecto a las lo largo del Helenismo. Sus talleres
estim aciones realizadas, e ran los fun c o n trib u ía n así a la riqueza de los
cionaros los encargados de subvenir templos, b a sa d a tam bién en los in
a éste. Los ca m p esino s e ntre g a ba n la gresos ob tenidos de sus pro pied ades
to ta lid a d de la p ro d u c c ió n sin que territoriales y en los d o nes obtenidos
p u d ie ra n g u a rd a r parte de ella para de los reyes tanto en especie com o en
su venta libre. Posteriormente, se lle dinero, si bien los Lágidas, com o ya
vaba p ara su transform ación en acei hem os m en cion ado , intervinieron en
te a las aceiterías estatales o a las de su gestión económ ica’, reco rtand o así
los templos, som etidas siempre, unas su ind ependencia.
y otras, a control. Las prensas de los Los talleres sagrados c o n ta b a n po r
templos, adem ás, eran selladas c u a n esa m ism a tradición con obreros muy
do term in a b a el período de actividad, e s p e c ia liz a d o s , r e s p o n s a b le s de la
p ara evitar su utilización privada y m a nu fa c tura de artículos re n o m b r a
fuera de vigilancia, es decir, su prim ir dos. Así. p or ejemplo, la de tejidos de
la p rodu c c ió n clandestina. El aceite lino fino, el a fa m a d o byssus, biso que
extraído era vendido a los minoristas los sacerdotes p o d ía n com ercializar
en la c a n tid a d que se co m p ro m e tie en el extranjero. Rostovtzeff (op. cit. I.
ran a vender posteriormente. Su p re p. 303) op in a incluso que los Ptolo
cio era más alto del vigente en los meos to m a ría n de los tem plos la o r
m e rc a d o s situ a d o s fuera de Egipto g an ización de la industria egipcia y el
de form a que, p ara proteger el m erca modelo de los m onopolios, n a tu r a l
do interior, las tasas .sobre el aceite mente. modificado.
extranjero eran muy elevadas, llegan La pla n ific ac ió n de la e c o n o m ía
do hasta el 50%. egipcia dio a los Lágidas los resulta
Lo expuesto indica que el control dos apetecidos, pues Egipto, rico de
de la pro du cción tenía u n a finalidad po r sí. a u m e n tó su riqueza m edian te
fiscal, pues con él se pretendía g a r a n la reorganización de su agricultura e
tizar al a rre n d a tario el producto so in dustria. La d e se a d a a u t a r q u ía se
bre el que se percibía el im puesto de consiguió así en la m edida de lo posi
elaike, cuya recaudación h a b ía aquel ble. teniendo en cu enta que el país no
g a ra n tiz a d o al rey. producía de todo absolutam ente. Los
En Egipto, la producción industrial metales, po r ejemplo, d e b ía n en parte
constituía u n o de los aspectos de la im portarse, si bien d u r a n te m u c h o
e c on om ía real. H a b ía talleres reales tiem po p u d ie ro n ser a p o rta d o s p o r
d o n d e se fabricaban todos aquellos las posesiones egipcias exteriores. Tal
productos requeridos para el c o n su es el caso entre otros del cobre —cuyo
mo del palacio. Pero ju n to a éstos ha abastecimiento corría a cargo de C h i
de constatarse la existencia de u n a in pre— y parcialm ente de la plata. La
Las m onarquías helenísticas- I: El Egipto de los Lágidas 51
COELE-SIRIA
MAR MEDITERRANEO Tiro .
Berenice Hormos? 'Damasco
Apolonia ^ TOleM A k é )*G a Ddaa7aaSCDESIERTO DE S IR IA .S eleuceia
Tolemais. .* CIRENAICA 2 '% . .Filadelfia (Rabath-Am ón)
•<S> < V %
W . f W t e s>
; TINa
Paraetonio o l=■.“ '
R u h astis. Alejandría* « ·. T f Pelusio .Petra %
Λ Caranis Memfi
smfi^ , · ‘ ^Pitoom -Heroópolis
<èrb LIB IA . C i a n a l\lj, .
1 V\ * " %° .* Arsin„ «Elana
Pilotera?*. Ac**
T e a d e l f i a <Z. °^Α τ~Β θΓο
Arsinoe (Crocodilóoolis)rr ce? °>5
Tolemais Hormos ΛΓ % %. * r's .jeima
Heracleópolis-'/t 'v .Arsinoe? ARABIA
Hermópolis / oQ «Mios Hormos
Licópolis m Ten*jra «Dedan
Tolemais * «coptos *Ampelone?
Tebas·, , „
ArsinoeT^VApolinópoliS LIHYANITOS
Elefantina. ’ Kom -Om bo •latripa
Filae * *Siena «Rerenice
t.* catarata
2.* catarata
Filométoris?.
Cleopatra?· %
?
t. Tolemais Epiteras
ETIOPIA
Méroe O MINEOS
%
y
Berenice A u re a . K arna·
M ariaba .
SABEOS
Arsinoe?·
%,
Berenice Epidires*
54 A kal Historia del M undo Antiguo
Bibliografía
Bevan, E.: Histoire des Lagides. Paris, 1934. L>esquier, A.: Institutions militaires de I Egyp
te sous les Lagides.
Bouché-Leclerq, A.: Histoire des Lagides.
Paris. 1903-1097. Mordzejewski, J.: «R égim e foncier et struc
tu re s so c ia le s d a n s l'E g y p te p to le m a i-
Braunert, H.: « D ie B ie n n e n w a n d e ru n g . que». Actes Colloque sur l'Esclavage. B esan
S tu d ien z u r S o zialg esch ich te A egyptens çon. 1974.
in d e r P to lem aer-u n d K aiserzeit». (B o n
ner H isto risch e F o rsch u n g en 26). Bonn. Manni, E.: «L 'E gitto to lem aico nei suoi
1964. rap p o rti con R om a». R E L X X V IL pp. 103
« Id ia . S tu d ie n z u r B e v o lk e ru n g sg e s- ss.. 1949.
c h ic h te des p to le m a is c h e n u n d ró m is- Müller, B.J.: Ptolemaeus II Philadelphus ais
ch en A egypten ». Journal o f Juristic Papvro- Gesetzgeher. C o lo n ia . 1968.
logy 9-10. pp. 211-328. 1955-1956.
Oertel, F.: Die Liturgie. Studien zu r ptole
Fraser, P.M.: Ptolemaic Alexandria. O xford. maischen u n d kaiserlichen Verwaltung A e
1972. gyptens. Leipzig. 1917.
Harmatta, J.: « D a s P ro b lem d e r K onti- Otto, W. y Bengtson, H.: « Z u r G esc h ic h te
n u itât im frü h h e lle n istisc h e n A egypten». des N iederganges des Ptolem ilerreichs. Ein
Acta A ntiqua XI. pp. 199-213. 1963. B eitrag z u r R e g ie ru n g z e it d e r 8.u n d 9.
H eichelheim , F.M .: W irtschaftliche Sch- P to lem aer» . Abh. Baver. Akad. Wissenshc.
nankungen der Zeit von Alexander his A u N F XVII. pp. 23-112'. 1938.
gustus. Jen a. 1930. Peremans, W .: « P to lo m ée II P h ila d e lp h e
Las m onarquías helenísticas. I El Egipto de los Lágidas 55