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CÜLTÜRA Y REÜGIOM
GRECIA ARCAICA
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Esta historia, obra de un equipo de cuarenta profesores de va
rias universidades españolas, pretende ofrecer el último estado
de las investigaciones y, a la vez, ser accesible a lectores de di
A ntïgvo del conjunto más amplio en el que está inserto o bien como una
monografía. Cada texto ha sido redactado por el especialista del
tema, lo que asegura la calidad científica del proyecto.
Diseño y maqueta:
Pedro Arjona
Pàgs.
In troducción................................................................................................................ 7
I. Cultura ................................................................................................................... 9
1. La escritura ........................................................................................................ 9
2. La épica ............................................................................................................... 10
3. Las genealogías ................................................................................................. 14
4. El m ito ................................................................................................................. 18
5. La poesía lírica .................................................................................................. 19
6. La hetería ............................................................................................................ 26
7. El b anquete ........................................................................................................ 27
8. Los tiranos y los s a b io s ................................................................................... 30
9. A rquitectura ....................................................................................................... 31
10. Escultura ............................................................................................................. 34
II. C erám ica ............................................................................................................. 35
B ibliografía.................................................................................................................. 54
Cultura y religión en la G recia arcaica 7
Introducción
El ombliç de Delfos
M useo 3 Delfos
res culturales muy peculiares, en que taciones del pasado a través del pre
el pretérito vivo está en constante acti sente y del presente a través del pasado.
vidad dentro del presente. No hay Ello explica la actualidad vital y cons
aspecto de la civilización griega arcai tante del mito, y el carácter sustancial
ca que no sea al m ism o tiem po lina m ente inseparable de la religión y el
in terp retació n presente del p ropio culto de todas las dem ás m anifesta
pasado de los griegos. Epica y lírica, ciones del espíritu hum ano, así com o
filosofía, arquitectura, escultura y cerá su presencia en la vida política y
mica pintada, todas ellas son interpre social.
Cultura y religión en la Grecia arcaica 9
I. C ultura
teón olímpico organizado de acuerdo ser un m odo prim ario y sem im ágico
con la familia patriarcal, y la p lanifi de hacer historia: d esen trañ ar aspec
cación de la vida campesina, con los tos del pasado que no h ab ían que
problemas inherentes a la conserva dado suficientem ente elucidados. Es
ción de la tierra frente a la acum ula u n a orientación m ás «sofisticada» de
ción aristocrática y a la organización la épica, con una función que tendría
general de la agricultura. m ucho que ver con el presente, pues,
Además de la épica homérica, m ejor según dice M áxim o de Tiro (38), «sal
definida y acorde con los plantea vó a Atenas, agotada por la epidem ia y
mientos tradicionales del género, y de p o r la lucha de facciones». Y, según
la hesiódica, que representa una tradi Plutarco (Solón, 12), en sus purifica
ción diferente tanto por tema com o ciones hizo a la ciudad m ás proclive a
por ideología, hubo otros poem as que la justicia. Paniasis está a m itad de
se han conservado de modo muy frag cam ino entre la épica y la lírica. En los
mentario. De algunos de sus autores fragm entos 12, 13 y 14, hace un elogio
ya se ha hecho mención. Casi todos del vino, y considera que beber en el
son, por otra parte, desconocidos. El banquete es sim ilar al heroísm o béli
autor de la Alcmeónida decía que la co. Trataba principalm ente temas rela
época de Crono era la más feliz. Hay, cionados con el origen de los jonios y,
en efecto, una corriente de opinión por tanto, con las antigüedades áticas,
que situaba la Edad de Oro en época pero tam bién, en el fragm ento 29, con
de Crono, antes de Zeus. La época de la lucha de facciones.
Pisistrato, en Atenas, se solía com pa
rar con la edad de Crono. La Etiópida 3. Las genealogías
procede, al parecer, de Mileto, donde
había un culto a Aquiles. Trataba de En la época arcaica, la aristocracia
las Amazonas y de los juegos fúnebres trata de reconstruir su pasado. Tales
en honor del héroe, con listas de vence pretensiones se m anifiestan en el cul
dores en las carreras de carros, en el to a los héroes y en la épica. H ay que
estadio, el disco y el arco, y la presen tener en cuenta que la Genealogía de
cia de los héroes homéricos. Las Nau- Hecateo se conocía tam bién con el
pactias hablan de Jasón y sus com pa nom bre de Heroología. Este fenóm eno
ñeros «combatientes cuerpo a cuerpo»; está, a su vez, en relación con el naci
responde a las aspiraciones de encon m iento de la H istoria. H ecateo se
trar en el pasado guerreros que p u e rem ontaba a antepasados divinos, que
dan ser antecedentes del soldado de la resultaban a los sacerdotes egipcios
ciudad hoplítica. La Heraclea de Pisan m uy próxim os en el tiem po, según
dro de Camiro trata de las aventuras cuenta H eródoto (II, 143). H ecateo
de Héraclès en el M editerráneo orien colocaba a un dios en la decim osexta
tal, como trasunto del interés coloni generación anterior a él en su genealo
zador de Rodas. Desempeñó tam bién gía. Entre los egipcios, las generacio
otra función en la creación de la nes hum anas se rem ontaban a tiem
estructura ideológica de la época arcai pos m ucho m ás antiguos.
ca: fijó el canon de los doce trabajos Las Genealogías vienen a ser una
que se recogería en las m etopas del sistem atización del m undo heroico
templo de Zeus en Olim pia en 450 a.C. separado del divino. Son las g ra n
Particularmente interesante es la figu des fam ilias desligadas del am biente
ra de Epiménides de.Creta, de quien de los dioses, ennoblecidas p o r m é
dice Aristóteles (Retórica, III, 17 = ritos hum anos; los constructores de
1418a21, ss.) que no vaticinaba sobre ciudades, d escu b rid o res y civ iliz a
las cosas venideras, sino sobre las dores de nuevas tierras. D e este m o
acontecidas, pero ocultas. Vendría a do, se ilum ina el presente por m edio
Cultura y religión en la Grecia arcaica 15
de los acontecim ientos del pasado. historias estaban completamente entre
Las Genealogías verosímiles suelen m ezcladas y confusas. La intención de
rem ontarse hasta el siglo X. Luego se los logrógrafos era poner orden en
estiran para adecuarlas a la guerra de toda la confusión de los lógoi vulgares.
Troya, que tiene una datación inde En la H istoria del Peloponeso, como
pendiente, tal vez procedente de fuen F idón se consideraba de origen hera-
tes orientales. Ello está claro en la gens clida, Acusilao podía tocar el tema
de los Filaidas, para alcanzar a Ayate: de la reconquista del Peloponeso, del
doce generaciones desde m ediados regreso de los H eraclidas. Por ello, hay
del siglo VI. Tam bién ocurre lo m ism o fragm entos de Acusilao sobre el tema
con las casas reales espartanas. H om e de Héraclès. Pero tam bién lo trata
ro es, al m ism o tiem po, producto y Hecateo. En definitiva, para toda G re
fuente de la tradición genealógica: en cia, la llegada de los dorios servía para
él se ha realizado la unificación de m arcar el hiato entre los dos m undos,
u n a m asa de tradiciones diferentes, entre el m undo de los héroes y el
aunque luego sirva de fuente a otras m undo de los nobles actuales cuyas
elaboraciones. genealogías podían conocerse.
La genealogía argiva se rem ontaba Para Acusilao, Pelasgo y Argo eran
diecisiete o dieciocho generaciones herm anos. Así, en los H eraclidas se
antes de la guerra de Troya. Se había resum ía todo el Peloponeso, del m is
hecho un a reconstrucción en interés mo m odo que Foroneo resum ía el ori
de la ciudad de Argos, hasta Foroneo, gen de los pelasgos, argivos y espar
el «prim er hom bre». A él se refiere tanos, y Foroneo era rey de Argos. Con
A cusilao en sus Genealogías, que tuvie ello, toda la historia del Peloponeso
ron com o fuente la Forónida. Entre sus term inaba conduciendo a la ciudad
actividades estaba la de haber unido a de Argos. Hecateo, en cam bio, sepa
los hom bres en com unidad. C uenta raba a los pelasgos com o bárbaros, y
P ausanias (11,15,5): «Foroneo, el hijo Hesíodo los hacía autóctonos, hijos de
de Inaco, fue el prim ero que reunió en la tierra. La reconstrucción de A cusi
co m unidad a los hom bres que hasta lao significaba la preem inencia de
entonces vivían disem inados y cada Argos incluso sobre los pueblos m ás
uno p or su lado. El lugar en el que se prim itivos de Grecia. Pero el papel de
reunieron p or vez prim era se deno Héraclès no era sólo im portante para
m inó ciudad de Foroneo». Tam bién se los peloponesios; aunque a éstos les
atribuye a Foroneo un altar en honor interesara más directam ente por sus
de Hera, diosa cuyo culto en la ciudad propias genealogías, sirvió tam bién
de Algos era fundam ental para la con com o punto de enlace entre los dos
solidación histórica de la com unidad. m undos, entre el m undo de los hijos
H abía luego un sepulcro de Foroneo. de los dioses y el de las teogonias y
Sepulcros del héroe y poem as épicos cosm ogonías.
cum plen la m ism a m isión (Pausanias, En este período arcaico en que se
11,20,3). La función se com pletaba con investiga el pasado, se encuentra un
el papel desem peñado por el tem plo punto de partida de la época histórica
de hera (11,17,5). En Acusilao, E sparta vivida, con el ingrediente de la con
aparece com o contrapuesto a Argos. ciencia nacional satisfecha, en la his
M iceneo era hijo de Espartón. El con toria de Helen, padre de Doro, Eolo y
flicto entre Argos y M icenas se proyec Juto, padre a su vez de Jon, com o ini
taba en el pasado y se relacionaba con cio de la historia del pueblo griego.
el conflicto entre Argos y Esparta Esta La quinta generación de los Pelopi
es la interpretación de M azzarino das estaba form ada por T isám eno y
(1974). La época m icénica aparecía Pentilo, hijos de Orestes. El segundo
com o la edad de los héroes, pero sus de ellos constituía el origen de la tradi-
16 A ka i Historia d el M undo Antiguo
Copa Corintia
(Comienzos siglo VI a.C.)
Museo Nacional de Atenas
22 A k a l Historia d el M undo Antiguo
definición de los tipos de m ujer según los m ismos ciudadanos, con sus locu
algunos anim ales. Entre ellos, la m ujer ras, quieren destruir nuestra gran ciu
yegua «rehúye los trabajos serviles», etc.; dad, cediendo a la persuasión de las
«... para su m arido es una calam idad, riquezas; y, con ellos, las inicuas inten
salvo que sea un tirano o rey». La ciones de los jefes del pueblo, a los que
m ujer abeja, en cam bio, «engendra espera el destino de sufrir m uchos
una prole herm osa y de ilustre h o m dolores tras su gran abuso de poder
bre». Se define el papel productor y (hybris): pues no saben frenar su h a r
reproductor de la m ujer en el seno del tura ni m oderar en la paz del b a n
oikos, célula económ ica de la ciudad quete sus alegrías de hoy»: la riqueza
en su origen. A hora bien en líneas y la conducción del dem os, entre los
generales, para la vida social del varón, poderosos, lleva a la desgracia, c u a n
la m ujer se convierte en un obstáculo do no se utiliza el banquete com o ele
(103-107): «C uando m ás satisfecho m ento de control y m oderación de los
cree estar el varón en su casa (oikos) m ism os poderosos. P ara Solón, la
p o r disposición de un dios o p o r causa rep ro d u cció n del sistem a exige la
de un hom bre (el texto habla de charis, m oderación, para la que el banquete
que es un elem ento im portante de las desem peña un im portante papel, a u n
relaciones de reciprocidad en la época que tam bién puede desem peñar el
arcaica. N o es ocioso recordar aquí contrario, com o veremos.
el am argo fragm ento 208 del poeta Solón continúa (17-19): «... la ciu
Arquíloco: «una vez que m uere, n in dad entera: rápidam ente cae en una
gún ciudadano se hace respetable y infam e esclavitud, que despierta las
afam ado: los vivos buscam os m ás bien luchas civiles y la guerra dorm ida...».
el favor (charis) de otro vivo y el m uerto A hora se verá que esta esclavitud
lleva siem pre la p eo r parte»), ella m etafórica en que cae la ciudad no lo
encuentra un m otivo de reproche y se era tanto para una parte de la p o b la
arm a para la batalla. Porque donde ción (22-25): «... que una herm osa ciu
hay un a m ujer, ni siquiera querrían dad es en breve arruinada a m anos de
recibir con am istad a u n huésped que sus enemigos en los concilábulos de
llega...» (tam bién las relaciones de que gustan los m alvados. Estas son las
h o spitalidad (xeinos) constituyen un calam idades que se in cu b an en el p u e
p ilar básico del hom bre noble en la blo; y, en tanto, m uchos de los pobres
ciu d ad y fuera de ella, com o puede llegan a una tierra extraña, vendidos y
verse en Solón (frag. 13): «Feliz el que atados con afrentosas aventuras...».
posee hijos queridos, caballos de pezu La dificultad se expresa tam bién en
ña sin hendir, perros de caza y υη el Fragm ento 8,3-4: «a m anos de los
huésped en tierra extraña»; o en el grandes perece el estado (polis), y el
reproche de A rquíloco (frag. 34): «H as pueb lo , p o r ig n o ra n c ia , cae en la
obrado contra tu gran juram ento, co n esclavitud de un tirano».
tra la sal y la mesa...», con la nota de El poeta M im nerm o, de C olofón o
A drados: el ofrecim iento de sal y co de Esm irna, pertenece plenam ente al
m ida al huésped crea un vínculo ca m undo de là lírica griega. Vive los p ro
si religioso. blem as de la costa de Asia M enor, lo
Solón, en tanto que poeta y hom bre que significa una relación contradic
político elegido, com o m ediador en toria con los pueblos de cultura orien
los conílcitos de la ciudad, legislador tal. En su propia fam ilia hay num e
de Atenas, es especialm ente sensible rosos nom bres asiáticos y p arecen
a sus problem as y los' expresa desde form ar u n a especie de com pañía para
u n a perspectiva que lo capacita para la ejecución de su poesía. Al poeta le
pen etrar en sus contradicciones. En la preocupan especialm ente los dolores
elegía 3 (Eunomía), 5-10, dice: «... pero de la vejez, a la que prefiere la muerte.
Cultura y religión en la Grecia arcaica 23
E n tre ellos, está el hecho de que lidios se deben a la hybris de los grie
«m uchas veces, la casa (oikos) está en gos en tiem pos pretéritos.
la m iseria y vienen las penosas conse La im agen de la ciudad encuentra,
cuencias de la pobreza» (Frag. 2,11-12); de otro lado, su m odelo en el m undo
y tam bién que «cuando pasa la ju v en heroico. E n el fragm ento 13, que
tud, ni siquiera el padre, antes tan h er A drados considera inspirado en Ilia
m oso (kállistosj, es h o nrado (timios) y da, IV,370,ss., se utiliza ese lenguaje:
querido (philos) p o r sus hijos (frag. 3). «No h ablaron así de su valor y su
A drados, a propósito de este frag noble ardor los m ás viejos que yo,
m ento, recuerda a H esíodo (Trabajos, que le vieron sem brando el desorden
185), que hab la de lo m ism o com o una en los apretados escuadrones de la
de las características de la edad de hie caballería lidia en la llanura del H er
rro: tam bién aquí la falta de ho n ra va mo, em puñando la lanza de fresno;
u n id a a la falta de am istad. Pero M im jam ás Palas A tenea tuvo u n repro
nerm o se preocupa adem ás por la ciu che para el heroísm o de su corazón
dad: «alegra tu corazón: de entre tus cu an d o en la b atalla sangrienta se
conciudadanos siem pre descontentos, la n z a b a adelante en la v anguardia
unos h ab larán m al de ti, otros m ejor d e sa fia n d o los agudos d a rd o s del
que aquéllos» (frag. 7). enemigo. Pues ninguno de los contra
M im nerm o escribió u n a Esmir- rios era m ejor para cum plir la obra
neida, de la que se conservan pocos de la b atalla cuando vivía bajo los
fragm entos. El motivo es la lucha de rayos del rápido sol».
E sm irna con los lidios. Incitado por M im nerm o conoce bien los poem as
los problem as del presente, el poeta hom éricos, en lo que se m uestra la
supo proyectarlos en una reflexión vitalidad de éstos. A pesar de la «actua
sobre el pasado, que sirve a su vez lidad» de las preocupaciones del poe
para exhortar en los acontecim ientos ta, el bagaje cultural que m aneja es el
presentes. De un lado, evocaba la gue del m undo de la épica. El fam oso
rra del siglo VII contra Giges, según se pasaje de la Ilíada (VI,146,ss.), en que
interpreta el fragm ento 12A: «así ellos las generaciones de los hom bres son
partieron del lado del rey, u n a vez que com paradas a las de las hojas, sirve
escucharon sus palabras, cubriéndose de m odelo al fragm ento 2 que, para
con sus cóncavos escudos». Y, sobre A drados, no viene a ser m ás que u n
todo, se refiere a la época de las m igra desarrollo de aquél: «Com o la esta
ciones y a los tiempos heroicos: «... des ción florida de la prim avera hace
pués, ab a n d o n an d o la escarpada ciu brotar las hojas cuando crecen ráp i
d ad de Pilos, feudo de Neleo, llegam os dam ente con los rayos del sol, así
con nuestras naves a la bella Asia y nosotros durante un breve tiem po nos
nos establecim os en la herm osa C olo regocijamos con las flores de la juven
fón con un gran ejército, em pren tud sin que los dioses nos hayan hecho
diendo los prim eros el cam ino de la conocer ni el bien ni el mal; en tanto, a
guerra cruel; y desde allí, alejándonos nuestro lado están las negras Keres, la
de su río, que corre entre los bosques, una portadora de la vejez dolorosa, la
tom am os Esm irna, la ciudad eolia, otra de la m uerte». La orientación
p o r designio de los dioses» (frag. 12). dada a p artir del m odelo es suficiente
E n el texto original, la guerra cruel se m ente indicativa de cuáles son los ele
refiere realm en te a la hybris. P ara m entos adoptados de la tradición épi
M azzarin o (1974), esta alusión signi ca; lo significativo es que, a partir de
fica la búsqueda de la causalidad his ésta, la poesía se renueva. A hora, el
tórica en el pasado, en lo que M im am biente es el de la ciudad jónica,
nerm o sería un precedente de H ero refinada, pero tam bién decadente e
doto: los actuales conflictos con los incierta de su destino, en el siglo VI,
24 A ka l Historia d el M undo Antiguo
tierras. C rea con ello lazos de hospita nobleza deja de justificar su papel,
lidad y lealtad. G racias a esta función, entonces el banquete se convierte sólo
su casa se distingue y adquiere presti en un motivo de placer que, en algu
gio. Pero, en relaciones de igualdad nos casos, adopta, en Jonia, formas
entre diferentes aristócratas, el b a n orientalizantes.
quete es u n a institución más, que sirve Alceo es el prim er autor en que ap a
para desarrollar el espíritu com peti rece la palabra symposion. Al principio,
tivo. Es un m odo de adquirir prestigio los poetas eran los m ismos aristócra
e influencia frente a otros y atraer hete- tas que cantaban allí sus preocupacio
ros en el m om ento de las em presas nes públicas, com o el propio Alceo.
militares. Estas em presas pueden ser- Pero, luego, se pasó a ca n ta r las obras
Crátera ática
Caza del jabalí
Museo Nacional de Atenas
Heracles e Dolao
Museo de la Acrópolis de Atenas
de las distintas clases, sino com o lugar guía a lc a n z a rla tiranía. La historia de
de encuentro de los heteros, donde se la M itilene de Alceo es muy significa
m u estra la co h e ren c ia de la clase tiva. El poeta se enfrenta prim ero a
(493-496): «conversad vosotros am a Mírsilo, en alianza con Pitaco; pero,
blem ente ju n to a la crátera, abstenién luego, cuando éste consigue acceder al
doos siem pre de d isputar unos contra poder, Alceo lo califica de tirano y le
otros y h ab lan d o delante de todos dirige sus ataques.
(mesón), dirigiéndoos al tiem po a cada A hora bien, en otras fuentes, Pitaco
uno y a todos juntos: así es com o u n está enum erado entre los siete sabios.
festín resulta agradable». Diógenes Laercio (1,40) cuenta que
A finales del siglo VI, el tem a del Dicearco los calificaba, no como sabios
symposion fue uno de los preferidos de ni filósofos, sino com o inteligentes y
la cerám ica ática. Los pioneros de los legisladores. Su característica princi
vasos de figuras rojas identificaban a pal suele serla m oderación. De Pitaco
los huéspedes en los banquetes. En se decía que había rechazado ofertas
esta época, la tradición sim posíaca de oro porque pensaba que «la m itad
aristocrática se interfiere con la fiesta es m ás que el todo». H abitualm ente,
dionisíaca, seguram ente de acuerdo se los relaciona con la ideología de
con la nueva realidad pisistrátida. Es Delfos. Platón (Protágoras, 343ab) dice
la versión en que se inscribiría A na que «todos ellos fueron ém ulos a p a
creonte, que sigue los tem as y perso sionados y estudiosos de la educación
najes de los komos dionisíacos. En la lacedem onia. Señal de esta su sab id u
realidad económica, el fenómeno coin ría son esas sentencias breves, dignas
cide con la aproxim ación entre el poe de recuerdo por parte de todos, que,
ta y el ceram ista como tecnitas. Am bos com o prim icias de su sabiduría, ofre
son p ro fesionales que c o b ran p o r cieron conjuntam ente a Apolo en el
desem peñar su función. En la época tem plo de Delfos, haciendo inscribir
de la tiranía, la cerám ica y la evolu estas dos que todos repiten: conócete a
ción de la lírica confluyen en el eje de ti mismo y nada en demasía».
las transform aciones económ icas y Aristóteles dice que se preocuparon
sociales. por la polis, inventaron las leyes y los
lazos que unen las diferentes partes de
8. Los tiranos y los sabios la ciudad... inventaron las virtudes
propias del ciudadano. U no de los
En la recom posición que se opera citados por P latón era Solón, que res
durante la época arcaica, desem peña ponde m uy bien a la im agen transm i
un papel im portante la figura del tira tida, com o legislador y pacificador de
no. La sociedad hoplítica, el u rb a los diferentes elem entos de la ciudad.
nism o, la crisis de la aristocracia, los Tal vez la diferencia con Pitaco este en
conflictos dentro de esta m ism a clase, que, para éste, poseem os los poem as
están relacionados de un m odo o de de Alceo que lo acusan de tirano. La
otro con el sistema político definido gam a de actuaciones del aristócrata
com o tiranía. Las luchas que infor en la ciudad es am plia y variada. Del
m an la poesía aristocrática iban diri tirano al sabio puede haber diferen
gidas contra las posibilidades de trans cias, pero posiblem ente no hay solu
form ación social, pero tam bién contra ción de continuidad.
potenciales rivales dentro de la aristo Tales tam bién aparece en la lista de
cracia. Son, sin em bargo, dos m odos Platón. Sus actividades públicas se
de concretarse lo que en el fondo es la refieren principalm ente a su intento
m ism a lucha. El enfrentam iento entre de unir las ciudades de Jonia, pero es
rivales aristócratas adquiría su m áxi m ás conocido com o fundador de la
ma expresión cuando alguno conse filosofía. Su pensam iento es fam oso
Cultura y religión en la Grecia arcaica 31
sobre todo po r h ab er atribuido al agua B andinelli considera que en Termo se
el papel de origen de todas las cosas. pueden individualizar las etapas, des
En parte sería heredero de la sosm olo- de la p lan ta absidal sin colum nas,
gía, pero aporta una m ayor abstrac pasando por el m égaron con opistó-
ción que justifica su fama. En toda la dom o y colum nata que conserva la
escuela m ilesia, a la que pertenece, línea absidal y, finalm ente, el tem plo
destaca el intento de reducir la varie rectangular. La estructura de tem plos
dad al uno: en este caso, al agua. En el geom étricos con esta form a n u n ca
caso de A naxim andro, el principio puede datarse antes del siglo VIII, ni
un itario es el ápeiron, lo indefinido. siquiera el de H era en Samos.
En todo este pensam iento hay una P ausanias (X,5,9) dice que el prim er
confluencia de factores. La separa tem plo de Delfos debió de tener la
ción entre la filosofía y el pensa form a de una cabaña. En efecto, los
m iento místico, representado por el prim eros santuarios son de esta confi
Orfism o, no es tajante. El mito y el guración, que recuerda los estilos mi-
logos no se continúan de m anera m ecá cénicos a una escala m ucho más re
nica, sino que se interfieren constante ducida, com o el de Perácora, posi
m ente en el pensam iento y en la reli b le m e n te de h a c ia 800 a.C ., o la
giosidad de la época arcaica. El caso «choza» de paja de Eretria.
de Pitágoras es tal vez el m ás represen En principio, no se diferencia de la
tativo de lo ahora expuesto: el racio casa, donde había un hogar. La distin
nalism o num érico y el m isticism o de ción com ienza al añadirse la colum
la transm igración coexisten sin a p a nata exterior y sustituirse el hogar por
rente contradicción. Tam bién era un la estatua del dios. Esta últim a etapa
hom bre político partidario de la m ode ocurre cuando el estado adopta las
ración que intentó llevar a la práctica responsabilidades del culto.
sus teorías. La orien talizació n influyó en la
En la época arcaica no existe to grandiosidad arquitectónica de Jonia.
davía la historiografía propiam ente En Sam os se reedificó el tem plo de
dicha. La genealogía, la épica, los via H era por obra de Reco (H eródoto, III,
jes, pueden considerarse sus prece 60) y luego Polícrates lo hizo todavía
dentes. Q uien parece tratar de p ro m ayor: «el m ayor tem plo de todos los
fu ndizar más en los hechos históricos que nosotros hem os visto», com enta
es Epim énides de Creta, «profeta del Heródoto. La m ajestuosidad de los
pasado». tem plos jónicos coincide con el desa
rrollo urbanístico: las clases dom i
9. Arquitectura nantes afirm an su poder en el espacio
de la ciudad, tanto en las obras p úbli
E n la polis, el tem plo sustituye al san cas com o en los templos. Pero son los
tuario doméstico, por medio del témenos tiranos los prim eros que m uestran
de las grandes fam ilias aristocráticas, verdaderas preocupaciones urb an ísti
que extienden sus cultos particulares cas, al hacer de la ciudad el lugar de
a toda la com unidad com o m edio afirm ación de su prestigio, a la m ane
de control. ra de u n a corte estilo oriental. La
El tem p lo , arq u ite ctó n ic am en te, arquitectura de Délos revela su fun
consiste en el desarrollo de la parte ción cultural. El tem plo «pórim o» del
exterior, dado que el público se encuen siglo VI, con la estatua colosal de
tra fuera del recinto propiam ente dicho; Apolo, construido gracias a la inicia
el lugar sagrado es el conjunto de tiva del tirano Lígdam is de Naxos, los
am bos elementos. El establecim iento leones inspirados en las grandes vías
de la colum nata o peristilo se consti de acceso a los tem plos orientales,
tuye a lo largo del siglo VIII. B ianchi- constituyen u n a m uestra del estilo
32 Akai Historia det M undo Antiguo
Samos
Tem plo de Hera.
A ltar
(Según C oldstream )
Cultura y religión en la Grecia arcaica 33
34 A ka l Historia d el M undo Antiguo
cuyos juegos servían de prem ios. E n la que adquiere una significación polí
m ism a época, es m uy frecuente la uti tica antipisistrátida: su escena m ás
lización de la figura de Héraclès, que p o pular es la lucha contra el M ino
qu ed ó m uy v in cu lad a a P isistrato, tauro.
protegido, igual que aquél, por la dio Las escenas de los ciclos heroicos
sa A tenea. Los elem entos decorati representadas en la cerám ica ática de
vos arquitectónicos parecen inspira figuras negras reflejan m ás el interés
dos en las obras públicas de la época individual por tem as concretos que el
pisistrátida, com o la foníana Ennea- uso de la flíada com o fuente. En la
krounos. im agen en que A quiles recibe las
M ás tarde, a finales del siglo VI, se arm as de Tetis, el escudo no tiene
hace m ás frecuente el tem a de Teseo, ningún parecido con el que se des-
Cultura y religión en la Grecia arcaica 37
cribe en la Ilíada. En este sentido se
avanza, au n q u e no de forma defini
tiva, hacia finales del siglo VI y con la
cerám ica de figuras rojas. A princi
pios del siglo V aum entan los temas
relacionados directam ente con la Ilia
da., así com o con la Pequeña Ilíada,
Etiópida e Iliupersis, pero hay muy
pocos de la Odisea. Las escenas de gue
rra presentan un m ás estrecho p a ra
lelo con el m undo hom érico que con
el del siglo VI, aunque los guerreros
usen in d u m en taria «m oderna». El
m i * »■*.
p in to r C leofrades (505-475) trata p rin
cipalm ente de tem as troyanos, pero de
un m odo totalm ente renovado: se des
taca el saqueo de Troya com o acto de
violencia y crueldad.
Desde 530, y m ás bien en la cerá
m ica de figuras rojas, aum entan las
escenas de la vida cotidiana, urbanas
y de talleres artesanales, m ientras que,
en general, se olvida la vida del cam
po; son m uy frecuentes los banquetes
y juegos atléticos. El uso del mito se
m odifica. M ás bien sirve de pretexto
para representar u na nueva visión eró
tica, en que los sátiros desem peñan un
im portante papel: son éstos los que
interpretan la m úsica para el ritual
dionisíaco. H ay que tener en cuenta
que es la época de los com ienzos del
dram a satírico en Atenas.
En el aspecto formal, tam bién se
producen avances considerables. La
pin tu ra es cam po de experim entación
en m om entos de cambio. En ella se
perm iten innovaciones com o el estu
dio anatóm ico y el escorzo. El artista
se atreve antes a p in tar en escorzo los
objetos in anim ados que al hom bre.
En el ánfora de Aquiles y Pentesilea,
Exequias (año 540) lo hace con los
escudos, m ientras que los cuerpos de
los héroes conservan la postura con
vencional. El p an o ram a cam bia con
la crátera de Héraclès y Anteo, del
año 510, del pin to r Eufronio, donde
se pone de relieve el contraste form al
entre am bos personajes; y m ás toda
vía con el escorzo de los tres «juer Kore dedicada
guistas» de Eutímides. por Nicandro en Délos
38 Aka! Historia d el M undo Antiguo
1!. Religion
Teseo
Museo de la Acrópolis de Atenas
Cultura y religión en la Grecia arcaica 41
Vaso Chigi
Detalle con escena de guerreros hoplitas
(Mitad siglo VII a.C.)
Teseo
46 Aka! Historia d el M undo Antiguo
El barco de Dionisos
m edio de determ inados ritos fúne túan el prestigio del oferente, en una
bres, que se convertían en auténticos actitud paralela a la que m uestran
despliegues de riqueza, por lo que cuando consagran los anathémcita en
constituían otro de los m edios de com los santuarios panhelénicos. En la
petición p o r la obtención de prestigio, poesía lírica, el treno cum plía la m is
al tiem po que fortalecían la solidari ma función. Era el elogio heroico dedi
dad del parentesco y el orgullo fam i cado a los m iem bros de las grandes
liar. Las tum bas antiguas se llenaban fam ilias.
de arm as y p asab an a ser lugares de C on el asentam iento del sistema
culto. Desde el año 700 desaparecen hoplítico, del m ism o m odo que el san
las arm as de los túm ulos funerarios y tuario fam iliar es sustituido p o r el ciu
el centro de culto se traslada a lugares dadano, el túm ulo aristocrático de
públicos; pero, todavía, hasta época origen fam iliar se asim ila por la colec
soloniana en Atenas, los grandes cla tividad. El hito final de la época arcai
nes áticos continúan haciendo ofren ca, la batalla de M aratón, sirvió de
das por m edio de los kouroi. A unque m otivo para que la virtud de los ate-
el lugar de culto colectivo predom ina
sobre el privado, tam bién en aquél se Odisea. Escena representando
ofrecen estatuas privadas que perpe el acto de cegar a Polifemo
Cultura y religión en la Grecia arcaica 47
vos. Algunos de estos ethne se agrupa entre las A nfictionías de los ethne y de
ron en organizaciones m ás am plias, las poleis, no es radical, sino que está
que recibían el nom bre de Anfictio- som etida a las vicisitudes de la histo
nías, y que habitualm ente tenían como ria. Se puede h ab lar de u n a gam a que
centro un lugar de culto aislado, sepa va de u n extrem o a otro sin solución
rado de cada uno de los asentam ien de continuidad. Surgen, adem ás, en la
tos de los pueblos que acudían allí. época, las pretensiones panhelénicas
Por otra parte, ya se ha tratado de la de algunas ciudades, que intentan con
tendencia, visible en los orígenes de la trolar los santuarios anfictiónicos con
época arcaica, a crear un panteón fines im perialistas; o bien santuarios
olímpico panhelénico, que se super locales a los que la ciudad pretende
ponía a cada un a de estas com unida convertir en panhelénicos para aum en
des. Las anfictionías estaban en con tar su propia influencia. En este terre
diciones de desem peñar un papel en no es donde se explica la actuación de
este proceso. Tenían la ventaja de no Atenas, en época de Pisistrato, con
estar ligadas a ninguna ciudad en con- respecto a Délos o Eleusis. A p artir de
Cultura y religión en la Grecia arcaica 49
50 A kal Historia del M undo Antiguo
control del tem plo a los delfios, que ban en contacto con ellos los que en la
desde entonces ad q u irirían un esta ciudad se consideraban traidores a
tuto especial dentro del m undo de las esta solidaridad. Tal vez así se g aran
ciudades. La Anfíctionía recibe el apo tizó m ás su papel panhelénico. De
yo de los A lcm eónidas y de Solón, y todos modos, en ocasiones, Delfos
tam bién de Clístenes de Sición. Esta tam bién colaboró a derrocar la tira
prim era guerra sagrada duró de 595 a nía. Su historia no es estática. El con
586. Clístenes ganó la carrera de carros trol de los santuarios era sum am ente
en los juegos Píticos de 582. Antes, im p o rta n te p a ra todo g o b ern an te.
cuando estaba bajo el control de Crisa, C onstituía el m odo de garantizar los
el oráculo había insultado a Clístenes sistem as de control, en ciertos casos
p or expulsar el culto de A drasto en interno, pero tam bién exterior. C on
favor del de Dioniso. Está claro que se respecto a Esparta, Delfos fue fu n d a
va ad ap tan d o a las circunstancias. m entalm ente el respaldo ideológico
Los A lcm eó n id as ten ían allí gran de su expansión peloponésica.
influencia, lo que no fue ajeno al E n conclusión, puede decirse que el
derrocam iento de la tiranía de los desarrollo de la polis hoplítica p ro
Pisistrátidas. dujo com o reacción en la aristocracia
Tanto Delfos com o O lim pia desem la búsqueda de la afirm ación de la
peñ aro n un im portante papel en la solidaridad «internacional» y la reclu
historia de la ciudad arcaica. De algún sión en el banquete. A hora bien, no
m odo, representaban la solidaridad era sólo un m odo de evasión, sino un
aristocrática, au n q u e tam bién esta cam ino aparentem ente desviado para
Cultura y religión en la Grecia arcaica 53
afirm ar la capacidad de poder y volver bién su poder y su ca p acid ad de co n
a ejercerlo sobre la propia ciudad. El trol. El triu n fa d o r te rm in a p re sti-
cam ino lo facilitó el hecho de que la giendo a su ciudad, pero tam b ién a
afirm ación del sistem a hoplítico se su clase.
vio aco m p añ ad a de rivalidades entre Com o fenóm eno típico de la época
ciudades por las tierras fronterizas. arcaica, los cultos panhelénicos refle
C ada ciudad trató, en esta rivalidad, ja n la conciencia com ún griega y la
de afirm arse tam bién «internacional solidaridad; pero tam bién refleja las
m ente», y quienes podían proporcio diversas formas de rivalidad propias
narle a la com unidad ese prestigio del período: entre ciudades, entre cla
necesario para la autoafirm ación fue ses y entre aristócratas.
ron precisam ente los aristócratas, que Los cultos son, por tanto, reflejo de
estaban en condiciones de intervenir la época arcaica en tanto en cuanto
en las instituciones panhelénicas. C on se nota en ellos la dinám ica de u n a
ello, la polis depende de sus aristócra sociedad que, sin dejar de ser aristo
tas para su propio asentam iento y soli crática, se ha hecho hoplítica; y tam
dez. El aristó crata que, por ser ca bién son coherentes con los rasgos
p az de in flu ir en los organism os su- m ás significativos del período en otros
p raciu d ad an o s, da prestigio a su ciu terrenos culturales: el com plejo ideo
d ad, adquiere, com o consecuencia, lógico creado a p artir del m om ento en
prestigio él m ism o d en tro de ésta, que se acudió al pasado heroico para
lo que ayuda a que m antenga tam d ar sustento al presente.
Juerguistas de Eutímedes
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Bibliografía
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