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Conversión (arts.

90 a 93)

Es la posibilidad de que el fallido, en ciertos, supuestos, pueda lograr la apertura de su concurso


preventivo y, así, convertir el proceso liquidativo en concursivo.
Antes de la reforma, la declaración de quiebra hacía precluir cualquier intento ulterior de acudir al
concurso preventivo, compensándose tal rigidez con la posibilidad de la solución concordatoria de
la falencia por el acuerdo resolutorio.
La actual legislación establece, en la conversión, la ventaja de la eliminación del desapoderamiento
ab initio, y la consecuente permanencia del concursado al frente de la administración de su
patrimonio desde el principio, sin esperar la homologación del acuerdo.
La desventaja comparativa – para el deudor – radica en las mayores exigencias de la conversión
frente al sistema del acuerdo resolutorio: a éste podía acceder cualquier fallido (en las quiebras
directas), sin cumplir requisitos formales previamente; a la conversión pueden aspirar los fallidos
(también en las quiebras directas, pero con la limitación del período de inhibición del art. 59)
siempre que cumplan con los requisitos del art. 11.
La conversión pueden postularla los mismos deudores que pueden ser sujetos de concurso; e,
inclusive, los socios con responsabilidad ilimitada (art. 160). Están excluidos de esta posibilidad:
a) los fallidos declarados tales por extensión de los supuestos del art. 161.
b) las personas que no pueden ser sujetos de concurso preventivo.

Plenario PUJOL:
“El fallido que solicito su propia quiebra puede acceder a la conversión de ésta en concurso
preventivo.”

Efectos del pedido de conversión:


- Impide interponer (o implica desistir) el recurso de reposición contra la sentencia de quiebra.
- Pueden proseguirse los eventuales planteos de incompetencia.
- Carece de efecto suspensivo del inicio de la liquidación.
Requisitos:
Son los mismos que para la demanda de concurso preventivo (art.11).
Efectos de la resolución del pedido:
- La admisión se hace por sentencia, que abre el concurso preventivo y deja sin efectos la quiebra.
También produce el cese de la disolución por quiebra de la persona jurídica.
- La desestimación importa la consolidación de la quiebra. Es apelable (art. 13).

Recursos (arts. 94 a 102)

REPOSICIÓN

A la declaración de quiebra (en el caso de la petición formulada por el acreedor) le ha precedido


una fase introductoria breve, con pocas posibilidades de defensa y prueba. De allí que respecto de
la sentencia de falencia no se concedan los recursos que suelen prever los códigos procesales para
impugnar cualquier sentencia (apelación, nulidad), sino que se establezca, un sistema recursivo
peculiar, encargándose el mismo juez que dictó el fallo la tarea de conocer y decidir sobre la
revisión de legalidad y justicia del mismo.
Sólo el fallido está legitimado para interponer recurso de reposición (incluyendo al socio con
responsabilidad ilimitada).
Se presenta ante el juez que dictó la quiebra, siendo él quien resuelve también.
El recurso debe fundarse al tiempo de su interposición, debiendo, además, ofrecerse toda la
prueba y agregarse la documental, pues el trámite es incidental (art. 280 y ss.)
El recurso de reposición cuestiona la legitimidad del crédito del peticionante de la quiebra.
El eventual allanamiento del acreedor peticionante al recurso de reposición es totalmente
irrelevante para el resultado del recurso. No rige el principio dispositivo y, además, admitir su
eficacia importaría una incongruencia con la prohibición implícita del desistimiento posterior a la
notificación del pedido de quiebra (art. 87 1ra parte).
Al resolver, el juez debe verificar si los presupuestos de la falencia existían al tiempo de la
sentencia de quiebra, en orden a su confirmación o rechazo.
La resolución que recae en la reposición es apelable, cualquiera sea su resultado (art. 285).

LEVANTAMIENTO DE QUIEBRA SIN TRÁMITE

El levantamiento de la quiebra sin trámite es una variante del recurso de reposición que consiste
en la interposición del mismo pretendiendo que se revoque la quiebra, sin sustanciar incidente
alguno. Para ello debe acreditarse la inexistencia de la cesación de pagos mediante el depósito del
importe del crédito incumplido del cual se infirió la insolvencia, más sus accesorios. Este recurso
solo puede prosperar si, en el caso, la insolvencia se ha inferido exclusivamente de
incumplimientos, y se satisfacen por el propio deudor tales créditos. Si resultase de otros hechos
reveladores, el depósito de los créditos devendría inoperante para destruir la presunción de
insolvencia emergente de esos hechos reveladores no desvirtuados.
La resolución que hace lugar al levantamiento es inapelable, en tanto sí es apelable la denegatoria,
sólo por el deudor.
La interposición de la reposición en cualquiera de sus dos variantes (con o sin trámite), impide
comenzar la liquidación falencial (art. 203). Pero, carece de efectos suspensivos sobre el resto de
los trámites de la quiebra.
La revocación de la sentencia de falencia es un modo de conclusión de la quiebra. No está
enumerado en la ley porque se parte de la idea de que, revocándose la sentencia, es como si la
quiebra no hubiese existido. A partir de la revocación se extingue el proceso concursal, el estado
de falencia y todos sus efectos.

DAÑOS Y PERJUICIOS

Se contempla también el supuesto de responsabilidad por daños sobre el deudor por parte del
acreedor peticionante de la quiebra revocada. La norma no regula el supuesto de daños derivados
de la sola petición de quiebra que no llega a declararse.
Es presupuesto de la responsabilidad atribuida al peticionario, la actuación de éste calificable como
dolosa o con culpa grave.
Se atribuye competencia al juez que entendía en la quiebra revocada y la acción prescribe a los tres
años de haber quedado firme la sentencia revocatoria de la quiebra.

INCOMPETENCIA

Antes de la sentencia de quiebra solicitada por el acreedor, el deudor puede hacer el planteo de
incompetencia del tribunal, al ser citado conforme al art. 84. También el juez puede en esa etapa
declarar su propia incompetencia si lo advierte. Declarada la quiebra, pueden pedir que se declare:
el deudor y cualquier acreedor (cualquier persona que invoque esa calidad y lo justifique prima
facie), salvo el que solicitó la quiebra.
La objeción puede referir a cualquier tipo de incompetencia (territorio, materia). La cuestión debe
sustanciarse por el trámite incidental (art 208 y ss.).
Los efectos patrimoniales y personales de la quiebra no se suspenden por la mera interposición de
la incompetencia.
El trámite procedimental de la quiebra:
1- no se suspende si el fallido está inscripto en el RPC de igual jurisdicción a la del juez donde
estuviese radicada originariamente la quiebra (cuya competencia se cuestiona)
2- sí se suspende cuando el fallido estuviese inscripto en otro RPC
La admisión de la incompetencia por el juez que declaró la quiebra, no acarrea la revocación del
fallo ni la nulidad de lo actuado. Los trámites cumplidos conservan validez y la causa debe remitirse
al juzgado competente que correspondiera.

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