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El Positivismo es una corriente que afirma que el único conocimiento auténtico es el

conocimiento científico, y, que tal conocimiento solamente puede surgir de la afirmación


positiva de las teorías a través del método científico. El positivismo deriva de la epistemología
que surge en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador francés Auguste Comte y
del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el resto de Europa en la segunda
mitad de dicho siglo. Según la misma, todas las actividades filosóficas y científicas deben
efectuarse únicamente en el marco del análisis de los hechos reales verificados por la
experiencia.

A partir de los trabajos de Auguste Comte comenzó a tomar forma la corriente de


pensamiento llamada positivista. Su objetivo era explicar el desarrollo de las sociedades
humanas de manera objetiva, observando los hechos y estableciendo leyes, a la manera de las
ciencias naturales. Comte consideraba que el progreso era lineal y acumulativo, y que el
método científico era el que permitía llegar a un conocimiento positivo. Afirmó que las
sociedades humanas habían pasado por tres edades: la teológica desde los orígenes hasta el
siglo XIII, la metafísica, hasta 1789, y la científica.

Los positivistas pensaban que para que las sociedades evolucionaran de una etapa a otra era
indispensable que existiera un orden social. Para que el progreso capitalista no se detuviera
era necesario que, por encima de los intereses particulares, se impusiera un orden superior.
Este orden debería imponerse por medio de normas y leyes. El conocimiento científico positivo
tendría la función de contribuir a mantener el orden social.

El positivismo fue tanto un método de investigación en las ciencias sociales como una
ideología. La visión positivista de la sociedad basada en las nociones de orden y progreso se
impuso en los países en los que se extendía el capitalismo. A medida que las potencias
imperialistas se extendían con sus productos, sus capitales y sus ejércitos, también lo hacían
sus ideas.

El positivismo es la reacción contra el abuso de las especulaciones puras y trae aparejado el


horror hacia el trabajo racional. El positivista experimenta una repugnancia casi instintiva hacia
la metafísica; tan pronto como surge una tendencia a recurrir a principios o a un razonamiento
que sobrepasa los resultados de la experiencia inmediata, se refugia en una abstención
desconfiada y declara no aventurarse a disputas verbalistas.

El verdadero positivismo considera lo moral como un dato, investiga bajo que influencias se
forma, pero no examina su valor. Entonces, si la moral es sólo un dato, ¿qué sucederá si
tropezamos con una conciencia inquieta, una persona que tiene la preocupación de la moral,
pero que es incapaz de resolver los problemas que se plantean en su espíritu? El hecho moral
no consiste solamente en que los hombres sigan una línea de conducta, sino que plantea
cuestiones. Toda cuestión reclama una respuesta, y hay que buscarla; a veces no es fácil, pero
debemos buscarla y en eso consiste el objeto de la moral. Este objeto es lo que el positivismo
se niega a considerar.

Todo está destinado a personas capaces de interesarse por los problemas de la moral, y esta
capacidad no se da sin una conciencia moral previamente desarrollada.

Comte presenta a la historia humana en tres fases o estados:

1. Estado teológico: corresponde a la infancia de la humanidad; en esta época las personas dan
explicaciones mágicas de los fenómenos naturales, utilizan categorías antropológicas para
comprender el mundo y técnicas para dominarlo.

2. Estado metafísico: las explicaciones son racionales, se busca el porqué de las cosas, y se
sustituye a los dioses por entidades abstractas y términos metafísicos.

3. Estado científico o positivo: es la definitiva. El conocimiento se basa en la observación y la


experiencia y se expresa con el recurso de la mate matemática. Se busca el conocimiento de
las Leyes de la Naturaleza para su dominio técnico.

Características de la filosofía positiva:

La filosofía positiva como tipo de conocimiento propio del último estado de la sociedad, se
define por oposición a la filosofía negativa y crítica de Rousseau y Voltaire a la que Comte
atribuye los males de la anarquía y la inseguridad social que caracterizan al período post-
revolucionario. El término positivo hace referencia a lo real, es decir, lo fenoménico dado al
sujeto. Lo real se opone a todo tipo de esencialismo. Desechando la búsqueda de propiedades
ocultas características de los primeros estados. Lo positivo tiene como características el ser
útil, cierto, preciso, constructivo y relativo (no relativista) en el sentido de no aceptar ningún
absoluto.

EMPIRISMO:

Es una teoría del conocimiento que enfatiza el papel de la experiencia, ligada a la percepción
sensorial, en la formación de los conceptos. El conocimiento encuentra su validez en su
relación con la experiencia; significa que la experiencia es la base de todos los conocimientos
no solo en cuanto a su origen sino también en cuanto a los contenidos del mismo. Parte del
mundo sensible para formar los conceptos y éstos encuentran en lo sensible su justificación y
su limitación. Respecto a los conceptos universales continúan la crítica nominalista ya iniciada
en la Baja Edad Media.

Para el empirismo científico puro el método de la ciencia es la inducción y la ciencia ofrece una
verdad probable.

En filosofía de la ciencia, el empirismo justifica la posibilidad de la validez de las teorías a


través del experimento, en relación con la experiencia posible. Es requerimiento fundamental
del método científico, que las hipótesis y teorías deben proporcionar la posibilidad de ser
justificadas mediante la observación experimental.

Hoy día la oposición «empirismo-racionalismo», así como «analítico-sintético», no suele


entenderse de un modo tajante, como lo fue en tiempos anteriores, y más bien una u otra
postura obedece a cuestiones metodológicas y heurísticas o de actitudes vitales más que a
principios filosóficos fundamentales.

El empirismo mantiene la tesis principal de que la experiencia es la única fuente del


conocimiento, frente al racionalismo, para el que esa fuente es la razón. Esta tesis general
puede ser explicada de acuerdo con las siguientes ideas:

El origen del conocimiento: todo conocimiento surge de la experiencia (externa o interna). De


ahí que la mente o conciencia se presente como un «papel en blanco» ("white paper") que es
preciso ir llenando en el proceso cognoscitivo. Por eso es propio de este movimiento el
rechazar la teoría de las ideas innatas, que es compartida, de diferentes modos, por los
representantes del racionalismo

los límites del conocimiento: el conocimiento no trasciende los límites de la experiencia. Sólo
podemos conocer aquello que es comprobable por la experiencia; el criterio de verdad es la
verificación empírica. De ahí que el problema de la existencia de Dios, de especial importancia
en el racionalismo, apenas si tiene sentido en el empirismo

el modelo ideal de ciencia: frente al racionalismo, en el que la matemática y el método


deductivo ocupan el lugar primero de las ciencias, para el empirismo son las ciencias
experimentales (química, medicina, etc.), basadas en la experiencia sensible, las que poseen el
estatuto de cientificidad más alto.
El "Ensayo" es la primera gran obra en la modernidad en la que se toma por objeto de
investigación «el entendimiento humano». Se divide en cuatro partes o libros con el siguiente
contenido:

libro I: «De las nociones innatas». En él, Locke refuta la teoría racionalista de las ideas innatas

libro II: «De las ideas». En él queda expuesta la teoría acerca del origen, clases y características
de nuestras ideas

libro III: «De las palabras». Trata del uso adecuado e inadecuado del lenguaje como fuente de
confusión

libro IV: «Del conocimiento». En él se analizan los diversos tipos, grados y límites del
conocimiento

1. La «experiencia» como fuente exclusiva de nuestros conocimientos.

Para Locke es preciso concebir la mente como un «papel en blanco» que obtiene todos sus
materiales de la experiencia, que es entendida en dos sentidos: experiencia externa o
sensación y experiencia interna o reflexión.

2. Ideas y cualidades sensibles

Locke entiende por idea todo aquello que se nos aparece a la mente, esto es, todo contenido
mental. Los cuerpos están dotados de cualidades que producen en nuestros sentidos
percepciones, de las que se derivan las ideas.

Hay dos clases de cualidades: primarias (cualidades objetivas), y secundarias (cualidades


subjetivas).

3. Ideas simples e ideas complejas

Hay dos clases de ideas: simples y complejas. Son "simples" todas las que provienen de la
experiencia, tanto externa (sensación) como interna (reflexión). La mente es pasiva en la
recepción de las ideas simples, mientras que se distingue por su actividad en la construcción
de las "ideas complejas" mediante la combinación de las simples. Esta actividad se realiza de
tres maneras: modos, relaciones y la idea de sustancia.

4. Niveles y grados de conocimiento.

Locke distingue tres grados de conocimiento:


conocimiento por intuición. Es el grado más alto de evidencia al que podemos llegar y es el
fundamento de certeza de cualquier otro tipo de conocimiento

conocimiento por raciocinio (demostrativo). Poseemos un conocimiento demostrativo de la


existencia de Dios

conocimiento sensitivo. Constituye el grado ínfimo de conocimiento. Conviene denominarlo


«fe u opinión».

El problema del conocimiento

Para Hume el conocimiento es percepción. Las percepciones de la mente humana se dividen


en dos clases: impresiones e ideas.

1. Impresiones e ideas

Las impresiones son las percepciones que se presentan a la mente con un mayor grado de
fuerza y vivacidad. Las ideas se nos aparecen como imágenes débiles del pensar y del razonar.
Las impresiones se dividen, a su vez, en dos tipos: impresiones de sensación e impresiones de
reflexión.

Las características principales de las impresiones son las siguientes:

son simples. Son claras y distintas. Evitan todo tipo de oscuridad y confusión

son originarias, puesto que siempre anteceden a las ideas. Éstas son, por tanto, copias o
derivación de las impresiones

son nuestras percepciones más vivaces.

Por su parte, la noción de idea es esencialmente correlativa a la de impresión. El principio


(«principio de copia») que rige tal correlación es el siguiente: toda idea es copia de alguna
impresión precedente; y allí donde no seamos capaces de encontrar alguna impresión
podremos estar seguros de no encontrar ninguna idea. Las ideas son, pues, copias,
derivaciones de las impresiones.

2. La asociación de ideas

Las ideas se relacionan, se asocian entre sí, para constituir todo nuestro sistema de
conocimientos. Hume distingue dos tipos de relaciones:
relaciones filosóficas. Son relaciones que surgen arbitrariamente por la comparación
consciente que el sujeto establece entre dos ideas presentes a la mente

relaciones naturales. Se trata de una conexión espontánea e inconsciente determinada por


una fuerza desconocida de la imaginación. La relación natural a la que Hume dedica su
investigación, por sus implicaciones para la explicación del conocimiento científico, es "la
relación causa-efecto".

3. Ámbitos y niveles del conocimiento

Hume dividió los objetos del conocimiento en dos grandes ámbitos: relaciones de ideas y
cuestiones de hecho:

relaciones de ideas. Es el reino propio de las ciencias formales (aritmética, álgebra y


geometría). Es el único ámbito en el que tiene lugar el conocimiento en sentido estricto.

cuestiones de hecho. Representa el mundo de los hechos y de las cosas; a él pertenecen las
ciencias empíricas, la filosofía moral y la ciencia del comportamiento humano. De las
cuestiones de hecho sólo podemos tener pruebas o probabilidades

4. La causalidad como conexión necesaria. Costumbre y creencia

Si bien es cierto que Hume ha pasado a la historia de la filosofía como el crítico-destructor de


la causalidad ontológica, más importancia tiene aún el hecho de que conceda a la causalidad
un papel fundamental en el ámbito cognoscitivo.

¿De qué impresión deriva la idea de conexión necesaria? El único recurso explicativo será para
Hume la "experiencia", esto es, la experiencia reiterada (costumbre o hábito). Es ésta la que
pone en marcha el dinamismo de nuestra imaginación, impulsándonos a creer que siempre
que aparezca «A» necesariamente tiene que aparecer «B», siendo «A» y «B» los términos de la
relación causa-efecto.

2. El problema de la moral

Hume rechaza el papel exclusivo de la razón en el ámbito de las cuestiones morales. Las
distinciones morales no se derivan de la razón, sino del sentimiento moral.

Existe un sentimiento moral, común a todos los hombres, que nos hace distinguir lo bueno y lo
malo. La "virtud" o cualidad moral suscita una impresión «agradable», mientras que el vicio
produce una «desagradable». Las virtudes o cualidades morales se dividen en "útiles" y
"agradables".

En definitiva, para Hume, el sentimiento moral es un "sentimiento desinteresado", gracias al


cual, quien formula juicios morales abandona su propio punto de vista particular, "situándose
en un plano común a los demás".

Los idealistas

Kant dice que no se puede confundir la representación de un objeto con el objeto mismo.

La percepción que se tiene de la realidad viene dada por la propia naturaleza del sentido con el
cual la percibimos.

Una foto no es la realidad fotografiada, aunque capte algunos aspectos. La realidad se


encuentra mas allá de nuestra percepción, no está al alcance de todo tipo de conocimiento.

Distingue entre “fenómenos” (el mundo de los objetos tal como se aparecen a nosotros) y
“noúmenos” (el mundo de los objetos tal cual son).

Lo que experimentamos nos presenta características de experiencia, no de las cosas en sí


mismo independientemente de lo que sean los experimentadores.

Schopenhauer (1788-1860) llevó esto a “el mundo es mi representación de él”. Fichte (1762-
1814) es un idealista y no acepta que el conocimiento derive de la realidad empírica, sino que
el mundo empírico es una creación de la mente.

Hegel (1770-1831) cree que la verdadera esencia de todo lo que existe no es material, por lo
que se lo considera un idealista absoluto.

Todo lo que existe está en cambio, que es un proceso que puede entenderse (no es arbitrario).

Genera la metodología dialéctica (tesis, antitesis, síntesis).

Concibe la realidad como un proceso histórico, y para comprenderla hay que analizar los
mecanismos que llevaron a la situación actual.

Los materialistas

Marx (1818-1883) toma la dialéctica de Hegel.

Rol de la teoría sobre la observación y experimentación.-


No se puede aceptar la idea del empirismo ingenuo que el científico va a experimentar al
laboratorio u observar la naturaleza, y que de allí obtiene enunciados que pueden
generalizarse. Dice Chalmers que

Los enunciados observacionales se hacen siempre en el lenguaje de alguna teoría.

La precisión de los enunciados depende de la precisión del marco conceptual que se realice.

Las teorías precisas claramente formuladas son un requisito previo para realizar enunciados
observacionales precisos.

Empirismo sofisticado.-

Una postura diferente es no derivar una teoría de hechos particulares, sino dada una teoría,
tratar de confirmar su verdad mediante observaciones y experimentos. Validación y
verificación.

Cómo se confirman empíricamente las leyes universales continúa siendo unos de los
problemas centrales de investigación para la filosofía empirista de la ciencia.

Proposiciones: el conocimiento se formula mediante proposiciones. Los enunciados de


cuestiones de hecho se refieren al mundo de la experiencia. Su valor de verdad viene dado por
la experiencia.

Positivismo lógico

El Positivismo (iniciado por Augusto Comte) sostiene que sólo son legítimas las pretensiones de
conocimiento fundadas directamente sobre la experiencia.

El Positivismo Lógico: (iniciado en el círculo de Viena) es una forma de positivismo que adopta
la lógica simbólica como su principal herramienta de análisis.

Las proposiciones se reducen a símbolos y se trata de ver la verdad de los enunciados.

El lenguaje cobra importancia, y lo analizan en detalle.

Wittgenstein desarrolla una filosofía de proposiciones como “el mundo es la totalidad de los
hechos, no de las cosas” ; “el mundo se divide en hechos”, etc...

Tratan de construir un lenguaje lógicamente correcto.


El valor de verdad de cualquier proposición puede ser determinado por medio de la
observación y de la lógica.

Surge el problema que las leyes son proposiciones universales, y no pueden ser verificados
concluyentemente por ningún conjunto finito de enunciados de observación.

El positivismo lógico del círculo de Viena pone énfasis en el lenguaje. Un lenguaje se ubica
dentro de la semiótica, o sea la teoría de los signos en general. Puede encararse desde tres
perspectivas, dependiendo de que pueda hacer con los signos para manejarlos

Sintaxis. Define cuales son los signos validos. Si consideramos “zsiencia” no puede ser una
palabra en español, porque está mal constituida, por las relaciones de los signos entre si.

Semántica. Considera el significado de los signos. Por ejemplo “la circunferencia es dulce” es
un disparate, no tiene significado, pero desde la sintaxis está bien. Pero “El numero cuatro es
par” es correcto semanticamente. En la semántica hay vinculación de los signos con aquellos
que se designa.

Pragmática, interviene el usuario, se considera el papel que juega el transmisor y receptor de


los signos.

Empirismo logico .-

Es una forma más moderna del positivismo lógico.

Una proporción con significado debe ser susceptible de ser contrastada por referencia a la
observación y al experimento.

Los resultados de la contrastación no necesitan ser concluyentes. Carnap reconoce la


imposibilidad de verificar concluyentemente cualquier proposición científica.

La Verificación se reemplaza por la “confirmación gradualmente creciente”.

Problemas del empirismo lógico:

El análisis de la relación de confirmación que se da entre una ley científica y los enunciados de
observación que la confirma.

El análisis de cómo cobran significado los términos científicos. Este es el crucial para términos
que no parecen referirse a observables, como “electrón”, “tensión”, “entropía”...
Lo anterior muestra las dificultades del empirismo lógico (no de los científicos) de aclarar
totalmente cómo se confirman proposiciones.

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