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MARTIN HEIDEGGER Traduccién de José Gaos EL SER Y EL TIEMPO ae FONDO DE CULTURA ECONOMICA mixio0 ass Biilov yg ds ucts wev vatta (ci nore Potente moive dxdxay Bv pdeyynade) adhar yyvboxete, Sucks SF a -co8 dv Guede, vi 8 fixogtwauey. «: “Pues cuidentemente estdis hace ya mucho fa. miliarizados con lo que quevtis decir propiamente cuando usdis la expresion ‘ente’, mientras que nosotros creiamos antes compren- derla, mas ahora nos encontramos perplejos."1 ¢Tenemos hoy una respuesta a la pregunta que interroga por lo que queremos decir propiamente con la palabra “‘ente"? En manera-alguna. Y asi cs Cost, pues, de hacer de nuevo la pregunta que interoga por el sentido del ser. gSeguimos, entonces, hoy siquiera perplejas por no comprender ta expresién “ser’? En manera alguna, Y asi es cosa, buss, de empezar, ante todo, por volver a despertar la compren- sién para el sentido de esta pregunta, El desarrollo concreto de la pregunta que interroga por el sentido del término “ser”, es la mira del siguiente tratado, La exégesis del tiempo, como el horizonte posible de toda comprensién del ser, es su meta provisional. El poner la mira en semejante meta, las investigaciones incl sas en semejante propdsito 0 requeridas por él, y el camino con- ducente a tal meta han menester de un esclarecimicnto por vie de introduccién, 4 Platén, Sofia 244.2 Introduccion EXPLICACION DE LA PREGUNTA QUE INTERROGA POR EL SENTIDO DEL SER Capitulo NECESIDAD, ESTRUCTURA Y PREEMINENCIA DE LA PREGUNTA QUE INTERROGA POR EL SER § 1. NECESIDAD DE REITERAR EXPRESAMENTE LA PRECUNTA QUE INTERROGA POR EL SER La mencionada pregunta est hoy caida en olvido, bien que nues- tro tiempo se anote como un progreso volver a afirmar la “me- tafisica”. Sin embargo, nos tenemos por dispensados de los es fuerzos que requerirfa el devencadenar una nueva yyuromazia sql rig oboias. Con todo, no es la tocada pregunta una pregun- ta cualquiera. Tuvo en vilo el meditar de Platén y de Aristéte- les, cierto que para enmudecer desde entonces como pregunta exptesa de una investigacién efectiva, Lo que ganaron ambos se conservé a través de variadas modificaciones y “‘retoques” hasta Ja misma “Iégica” de Hegel. Y lo que en otro tiempo se arran- 6 2 los fenémenos en el supremo esfuerzo del pensamiento, aun- que fragmentariamente y en primeras arremetidas, esta hace mu- cho trivializado, No sdlo esto. Sobre el terreno de los comienzos griegos de la exégesis del ser, se desarrollé un dogma que no s6lo declara su- perflua la pregunta que interroga por el sentido del ser, sino que encima sanciona Ia omisién de la pregunta, Se dice: “ser” es el més universal y vacio de los conceptos. En cuanto tal, resiste a todo intento de definicién. Este, de los conceptos el mas univer: sal y, por ende, indefinible, tampocd ha menester de definicién. ‘Todos lo usamos constantemente y comprendemos también lo que en cada caso queremos decir con él. De esta suerte, lo que como algo oculto sumié y mantuvo en Ia inquietud el filosofar de la Antigiedad, se convirtié en una cosa comprensible de suyo y tan clara como el sol, hasta el punto de que a quien sigue haciendo atin la pregunta se le tacha de error metédico. a LA PREGUNTA QUE INTERROGA POR EL SER Al comienzo de esta investigacién no pueden discutirse por extenso los prejuicios que cobijan y alimentan constantemente de nuevo el no sentir que haya menester de preguntar por el ser. Estos prejuicios tienen su raiz en la misma ontologia antigua. Esta silo es susceptible, a su vez, de una exégesis suficiente —por lo que respecta al terreno en que brotaron los conceptos ontolégicos fundamentales, y por lo que se refiere a la exactitud del sentido y del niimero de las categorlas— tomando como hilo conductor Ja pregunta que interroga por el ser previamente aclarada y res pondida. Vamos, por ende, a llevar la discusién de los prejuicios slo hasta donde resulte evidente la necesicad de reiterar-ta pre- gunta que interroga por el sentido del ser. Son tres: 1. El “ser” es el “mds universal” de los conceptos: 13 fy for: xabdlov udisora svtov Hud quod primo cadit sub apprehen- sione est ens, cuius intellectus includitur in omnibus, quaecumgue quis apprehendit, “Cierta comprensién del ser es en cada caso ya incluida en toda aprehensién de un ente.”? Pero la “universa Tidad” del “ser” no es la del género. El “ser no acota la mas ala regién de los entes en cuanto articulados éstos con arreglo a Jos conceptos de género y especie: ofte 10 by yévos* La “uni- versalidad” del ser es “superior” a toda universalidad genérica. El “ser” es, segiin el término de la ontologia medieval, un “transcen- dens”, La unidad de este “universal” trascendental frente a la plu- ralidad de los conceptos genéricos supremos con un contenido material, la identificé ya Aristételes como la unidad de la analo- gia. Con eéte descubrimiento, y a pesar de toda su dependencia respecto de la manera de hacer Platén la pregunta ontoldgica, puso Aristételes el problema del ser sobre una base fundamental. mente nueva, Pero iluminar la oscuridad de estas relaciones ca- tegoriales no lo logré tampoco él. La ontologia medieval discutié copiosamente el problema, ant todo en las escuelas tomista y escotista, sin Hegar a fundamental claridad. Y cuando, finalmente, Hegel define el “ser” -como lo “inmediato indeterminado” y da esta definicién por base a todo el restante despliegue de las cate- gorias de su “légica”, se mantiene en la misma direccién visual que la ontologia antigua, slo que deja de mano el problema, planteado ya por Aristételes, de I unidad del ser frente a la plu ralidad de Jas “categor‘as” con un contenido material. Cuando, asi, pues, se dice: el “ser” es el mas universal de los conceptos, esto 3 Aristételes, Met. B 4, 1008 a 21 2 Tomés de Aquino, S. th. 11 gu. 94 4. &. 9 Aristtles, Met. B 3, 998 b 23. SU NECESIDAD, ESTRUCTURA Y PREEMINENCIA 3 no puede querer decir que ¢s el més claro y no menesteroso de mayor discusién. El concepto del “ser” es més bien el mas oscuro. 2. El concepto de “ser” es indefinible. Es lo que se concluyé de su suprema universalidad. Y con razén —si definitio fit per genus proximum et differentiam specifica. El “set” no puede, fen efecto, concebirse como un ente; enti non additur aliqua na- tura: el “ser” no puede ser objeto de determinacién predicando de él un ente, El ser no es susceptible de una definicién que lo derive de conceptos mas altos 0 1o explique por més bajos. Pero se sigue de aqui que el “ser” ya no pueda deparar ningun pro- blema? En absoluto; lo nico que puede inferirse es esto: el “ser” no es Io que se dice un ente. Por ende, Ia forma de determinar los entes justificada dentro de ciertos limites —la “definicidn” de Ia légica tradicional, que tiene ella misma sus findamentos en la ontologia antigua— no es aplicable al ser. La indefinibilidad del ser no dispensa de reiterar la pregunta que interroga por su senti- do, sino que intima justamente a ello, 3. El “ser” es el mds comprensible de los conceptos. En todo conocer, enunciar, en todo conducirse relativamente a un ente, en todo conducirse relativamente a si mismo, se hace uso del tér- mino “ser”, y el término es comprensible “sin mée". Todo el mundo comprende esto: “el cielo es azul”; “yo soy una persona de buen humor”, ete. Pero esta comprensibilidad “de término medio” no hace mis que mostrar la incomprensibilidad, Hace patente que en todo conducirse y ser relativamente aun énte en cuanto ente hay @ priori un enigma. El hecho de que vivamos en cada caso ya en cierta comprensién del ser, y que al par el sentido del ser sea embozado en la dscuridad, prueba la funda- mental necesidad de reiterar la pregunta que interroga por el sen- tido del término. El apelar a lo comprensible de suyo dentro det circuJo de los conceptos filoséficos fundamentales, y mds atin por Io que respec ta al concepto de “ser”, es un proceder dudoso, si por otra parte lo “comprensible de suyo” y solo ello, “los secretas juicios de la raz6n comin” (Kant), deben llegar a ser y seguir siendo el tema expreso de Ia analitica (“el negocio de los fildsofos"). Pero la consideracién de los prejuicios ha puesto al par en 1 CE, Pascal, Pensées et Opuscules (ed. Brunschvice)t, Paris 19ia, p. 169: On ne peut enireprendre de déjinir Uetre sans tomber dant cette absurdité: car on ne peut definir un mot sent commencer par eeluivi, cest, soit quion Vexprime ou quan le sourentende. Done pour aéfinir Wétre, il foudrait dive est, et ainsi employer le mot défini dens sa definition. 4 LA PREGUNTA QUE INTERROGA POR FL SER dlaro que no sélo falta la respuesta a la pregunta que interroga por el ser, sino que haita la pregunta misma es oscura y carece de direccién. Reiterar la pregunta que interroga por el ser quiere decir, por ende, esto: desarrollar de una buena vez y de una ma- nera suficiente la pregunta misma. § 2. ESTRUCTURA FORMAL DE LA PRECUNTA (QUE INTERROGA POR EL SER Hay que hacer la pregunta que interroga por el sentido del ser. Si es una pregunta fundamental o incluso Ja pregunta funda- mental, tal pregunta ha menester de que se Megue a ‘ver a tra- vés" de ella adecuadamente, De aqui que deba dilucidarse breve- mente lo que en general es inherente a una pregunta, para poder hhacer visible partiendo de ello que la pregunta que interroga por el ser es una sevialada pregunta. ‘Todo preguntar es un buscar. Todo buscar tiene su direccién previa que le viene de lo buscado. Preguntar es buscar conocer “que es” y “cémo es” un ente, EI buscar este conocer puede volverse un “investigar” o poner en libertad y determinar aquello por lo que se pregunta. El preguntar tiene, en cuanto “pregun: ar por...”, su aguello de que se pregunta. Todo “preguntar por...” es de algdn modo “preguntar a...”. Al preguntar es in- herente, ademds del aquello de que se pregunta, un aquello a que se pregunta, En la pregunta que investiga, es decir, especifica- mente teorética, se trata de determinar y traducir en conceptos aquello de que se pregunta. En esto reside, como aquello a que propiamente se tiende, aguello que se pregunta y en que el pre- ‘guntar llega a la meta El preguntar mismo tiene, en cuanto con- ducta de un ente, de aquel que pregunta, un peculiar “‘cardcter de ser". EI preguntar puede Ievarse a cabo como un “no mds que preguntar” © como un verdadero preguntar. Lo peculiar de éxte reside en que el preguntar “ve a través” de si desde el pri- mer momento en todas las direcciones de los mencionados carac- teres constitutivos de la pregunta misma, ‘La pregunta que interroga por el sentido del ser es la que hay que hacer. Con esto nos hallamos ante la necesidad de dilucidar la pregunta que interroga por el ser bajo el punto de vista de los, elementos estructurales indicados. ‘Como un buscar que ¢s, ha menester el preguntar de una direc- cién previa que le venga de lo buscado. Es, por ende, necesario que el sentido del ser sea ya de cierto modo a nuestra disposicién. SU NECESIDAD, ESTRUCTURA Y PREEMINENCIA 15 Ya se apunt: nos movemos siempre ya en cierta comprensién del ser, De ella brota la pregunta que interroga expresamente por el sentido del ser, y la tendencia a forjar el concepto correspondiente. No sabemos lo que quiere decir “ser”.. Pero ya cuando pregunta- ‘mos “zqué es ‘ser’?”, nos mantenemos en cierta comprensién del “es”, sin que podamos fijar en conceptos lo que el “es” significa. Ni siquiera tenemos nocién del horizonte desde el cual debamos apresar y fijar el sentido. Esta comprensin del ser, “de término medio” y vaga, es un factum. Esta comprensién del ser puede vacilar y desvanecerse y mo- verse en el limite mismo de un mero conocimiento de la palabra, tanto cuanto se quiera: esta indeterminacién de la comprensién del ser que es en cada caso ya disponible, es ella misma un fenémeno positive que ha menester de aclaracién. Una investigacién del sentido del ser no pretenderd, empero, aclarar el fenémeno desde un principio. La exégesis de la comprensién “de término medio” del ser tnicamente adquiere el hilo conductor que necesita des- pués de desarrollado el concepto del ser. Es de la claridad del concepto y de los modos de comprenderlo explicitamente inhe- rentes a él, de donde cabré sacar lo que quiere decir la compren- sidn del ser envuelta en oscuridades 0 todavia no aclarada, asi como las formas en que ¢s posible y necesario que se envuelva fen oscuridades o se impida una aclaracién explicita del sentido del ser. La comprensién “de término medio" y vaga del ser puede es- tar, ademés, transida de opiniones y teorias tradicionales sobre el ser, y encima de tal forma que estas teorias permanezcan ocultas fen su condicién de fuentes de la comprensién dominante. Lo buscado al preguntar por el ser no es algo completamente des- conocido, aunque sea algo “inmediatamente” de todo punto in- aptesable. ‘Aquello de que se pregunta en la pregunta que se trata de desarrollar es el ser, aquello que determina a los entes en cuanto entes, aquello “sobre Io cual” los entes, como quiera que se los dilucide, son en cada caso ya comprendidos. El ser de los entes no “es” él mismo un ente. El primer progreso filoséfico en la com- prensién del problema del ser no esté en Oddy va Sinytiobau? en “contar cuentos”, es decir, en determinar un ente en cuanto ente reduciéndolo a otro ente como a su origen, igual que si el ser tuviese el carécter de un posible ente. El ser, en cuanto es aquello de que se pregunta, requiere, por ende, una forma pecu- A Platén, Sofista 24x © 6 LA PREGUNTA QUE INTERROGA POR EL SER liar de mostrarlo, que se diferencia esencialmente del descubri- miento de los entes. Segiin- esto, pedird también aquello que se pregunta, el sentido del ser, un repertorio peculiar de conceptos, {que se destaquen a su vez esencialmente de los conceptos en los cuales aleanzan los entes su determinacién por medio de “signifi- caciones’ En tanto el ser constituye aquello de que se pregunta y ser quiere decir ser de los entes, resultan ser aguello a que se pregunta en la pregunta que interroga por el ser los entes mis- mos. A éstos se los interroga, cabe decir, acerca de su ser. Pero si ellos han de poder entregar sin falsedad los caracteres de su ser, es necesario que por su parte se hayan vuelto antes accesibles tales como son en si mismos. La pregunta que interroga por el set pide, por lo que respecta a aquello a que se pregunta, que se gane y se asegure por anticipado Ia recta forma de acceso a los entes. Pero “entes” lamamos a muchas cosas y en distinto senti- do. Ente es todo aquello de que hablamos, que mentamos, rela- tivamente a lo que nos conducimos de tal o cual manera; ente es, también, aquello que somos nosotros mismos y la manera de serlo, El ser est4 implicito en el “que es” y el “cdmo es"; en la realidad en el sentido mis estricto; en el “ser ante los ojos"; en el “constar que. ..”; en el ser vilido; en el “ser ahi"; en el “hay”. eEn gud ente debe leerse el sentido del ser, de qué ente debe to- mar su punto de partida el proceso que nos abra el ser? Es este punto de partida arbitrario o tiene un determinado ente una pre- eminencia en el desarrollo de la pregunta que interroga por el ser? Cudl es este ente ejemplar y en qué sentido tiene una pre- eminencia? ‘Si ha de hacerse expresamente la pregunta que interroga por el ser, y ha de hacérsela en forma de “ver a través” de ella ple- namente, el desarrollo de esta pregunta con arreglo a Io diluci- dado hasta aqui pide que se expliquen los modos del “ditigir Ia vista” al ser, del “comprender” y “apresar en conceptos” el senti- do; pide que se haga posible la recta eleccién del ente ejemplar, que se ponga de manifiesto Ia genuina forma de acceso a este ente. “Dirigir la vista”, “comprender” y “conceptos”, “legit”, “aeceso” son modos de conducirse constitutivos del preguntar y, por tanto, ellos mismos modos de ser de un determinado ente, de aquel ente que somos en cata caso nosotros mismos, los que preguntamos, Desarrollar la pregunta que interroga por el ser quiere, segdin esto, decir: hacer “ver a través" de un ente —el que pregunta— bajo el punto de vista de su ser. El preguntar de SU NECESIDAD, ESTRUCTURA ¥ PREEMINENCIA esta pregunta esté, en cuanto modo de ser de un ente, él mismo determinado esencialmente por aquello por lo que se pregunta en él —por el ser. Este ente que somos en cada caso nosotros mismos y que tiene entre otros rasgos la “‘posibilidad de ser” del preguntar, lo designamos con el término “ser ahi”, EI hacer en forma expresa y de “ver a través” de ella la pregunta que inte- rroga por el sentido del ser, pide el previo y adecuado andlisis de un ente (el “ser ahi") poniendo la mira en su ser. Pero gno cae semejante empresa en un patente circulo? Tener que determinar ante todo un ente en su ser, y querer hacer luego ¥ tinicamente sobre esta base la pregunta que interroga por el ser, qué otra cosa es que moverse en circulo?

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