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ACTO V - ESCENA I (fragmento)

(Entra LADY MACBETH con una vela.)

LADY MACBETH: ¡Fuera, maldita mancha! ¡Fuera, digo! Uno, dos. ¡Cómo! Entonces es el
momento de hacerlo. El infierno es sombrío. ¡Qué vergüenza, mi señor, qué vergüenza! ¿Un
soldado miedoso? ¿Por qué tenemos que tener miedo de que alguien lo sepa, cuando nadie
puede pedir cuentas a nuestro poder? ¿Pero quién hubiera pensado que el anciano hubiera
tenido tanta sangre dentro?
(...)
El barón de Fife tenía una esposa; ¿dónde está ella ahora? ... ¿Cómo es eso, estas manos nunca
van a estar limpias? Basta, mi señor, arruináis todo con esos sobresaltos.
(...)
Aquí queda aún el olor de la sangre: todos los perfumes de Arabia no podrían perfumar esta
pequeña mano. ¡Oh! ¡Oh! ¡Oh!
(...)
Lávate las manos, ponte ropas de noche; no estés tan pálido... Te lo diré de nuevo: Banquo
está enterrado; no puede salir de su tumba.
(...)
A la cama, a la cama; están golpeando la puerta. Vamos, vamos, vamos; dame la mano. Lo que
está hecho no puede ser deshecho. A la cama, a la cama, a la cama.

ACTO V - ESCENA V (fragmento)

MACBETH: Había olvidado ya el gusto del miedo.


Un tiempo hubo en que al escuchar
algún grito en la noche, mis sentidos
se hubieran congelado y mi cabello,
al escuchar un cuento terrorífico,
se hubiera levantado y erizado
como si hubiera habido vida en ellos.
Horrores he comido hasta la hartura;
el terror, que se ha hecho familiar
para mis asesinos pensamientos,
ya no puede sobresaltarme más.
¿Por qué gritan así?

SEYTON: Señor, la reina ha muerto.

MACBETH: Debería haber muerto después de esto.


Debería haber habido un tiempo para
dar cabida a palabras como éstas.
Mañana, y mañana, y mañana.
repta a mínimos pasos, día a día,
hasta agotar las sílabas del tiempo
recordable. Todos nuestros ayeres
iluminaron a pobres tontos
el camino a la muerte polvorienta.
¡Apágate, apágate, breve vela!
La vida no es más que una sombra andante,
un pobre actor que sobre el escenario
se agita y se pavonea en su momento,
y a quien nunca se volverá a oír más;
un cuento contado por un idiota,
lleno de sonidos y de furia
que nada significa.

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