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ÍNDICE

Introducción…………………………………………………..3

Desarrollo…………………………………………………….3

Conclusión……………………………………………………...6

Bibliografía…………...……………………………………….7

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INTRODUCCIÓN

Las reglas del derecho son el camino más seguro y rápido para llegar a los principios
generales del derecho, fuente formal del ordenamiento jurídico mexicano, según
dispone el párrafo del artículo 14 constitucional.

Es por lo cual que en el desarrollo del presente trabajo se procedió a explicar de


manera resumida, la definición y origen de los principios generales del derecho, así
como su fundamento jurídico para poder aplicarlos en el caso en concreto al momento
de resolver una controversia.

Las reglas del derecho, se considera que son el instrumento para llegar a establecer los
principios generales del derecho y es por lo cual el autor revisa las 385 reglas del Sala
tuviesen vigencia en el México de hoy en día, de acuerdo con el régimen jurídico que
actualmente está vigente, que sería ocioso transcribirlas.

DESARROLLO

El artículo 18 del Código Civil Federal, así como los correspondientes estatales,
señalan que el silencio, oscuridad o insuficiencia de la ley no autoriza a los jueces o
tribunales para dejar de resolver una controversia, en lo cual se consagra el principio
de plenitud hermenéutica del derecho.

Si existe insuficiencia, oscuridad o silencio en la ley, el artículo 14 constitucional


establece que "En los juicios de orden civil, la sentencia definitiva deberá ser
conforme a letra o interpretación jurídica de la ley, y a falta de éste se fundará en los
principios generales del derecho. Con esa párrafo, se cierra cualquier falla legal, para
que de esta manera se de la plenitud hermenéutica.

Igualmente, el artículo constitucional en comento, le da validez legal positiva a la


doctrina jurídica, tanto por lo que a la interpretación de la ley se refiere como al
desentrañar y fijar los principios generales del derecho.

Es importante resaltar, que estos principios sirven para aliviar las enfermedades
legislativas, representando los criterios o pautas subyacentes que rigen y dan vida a
los preceptos legales, ya que son en cierto sentido el "espíritu de la ley", es decir, son
un instrumento necesarísimo en la labor de interpretación jurídica.

Los principios generales del derecho como elementos integradores del orden jurídico,
toma fuerza a raíz de la Revolución liberal-burguesa, en relación con tales principios
generales, de tal suerte que cuando los países de la cuenca atlántica, de tradición
romano-canónica, transitan del antiguo régimen al Estado liberal-democrático, a final
del siglo XVIII y principios del XIX, se replantean el modo de actuar de los jueces, de
tal forma que dejarán de ser "creadores del derecho" para convertirse en "aplacadores
de la ley".

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Debemos mencionar que el jurista contemporáneo es sumamente legislativa, lo cual
significa que pretende que todos los problemas jurídicos encuentren solución en la ley
promulgada y vigente; quizá por pereza mental se niegue a abrevar en otras fuentes
del derecho como pueden ser la doctrina, los principios generales del derecho o lo que
puede resultar más caótico, los tratados internacionales o la jurisprudencia; con lo
cual, evidentemente el trabajo profesional de tal jurista contemporáneo, y
particularmente en neutro solar patrio, se ha visto terriblemente empobrecido en los
últimos años.

Hay infinidad de definiciones sobre los principios generales del derecho. Por otro
lado, la jurisprudencia mexicana propiamente no ha hecho algún desarrollo de lo que
por principios generales del derecho debemos entender, únicamente se ha limitado a
establecer que "los principios consignados en algunas de nuestras leyes, teniendo por
tales, no sólo las mexicanas que se hayan expedido después del Código fundamental
del país sino también las anteriores. En otro lugar, nos dice la jurisprudencia
mexicana, que los principios generales del derecho "son verdades jurídicas notorias,
indiscutibles, de carácter general, como su mismo nombre lo indica..."

Hay una gran cantidad de principios generales del derecho, unos referidos a todo el
ordenamiento jurídico y otros sólo a alguna de sus ramas, algunos son perennes, otros
referidos a cierto periodo histórico; y que no todos tienen la misma jerarquía o
importancia ya que existe una gradación.

Existe una relación entre los principios generales del derecho y las reglas del derecho,
donde los principios son conceptos o normas fundamentales y abstractas, tienen un
significado filosófico, mientras que las reglas son locuciones concisas y sentenciosas
que guardan más sentido jurídico.

Anteriormente, las reglas eran más bien el resultado -siguiendo el método inductivo-
de la norma, mientras que hoy en día los principios -siguiendo el método deductivo-
son los que dan fundamento, a dicha norma jurídica, los principios para los modernos,
son previos a la norma, mientras que para los antiguos las reglas son posteriores a la
norma.

Como es lógico, el derecho positivo no se ha ocupado de establecer un listado de


principios generales o al menos de las reglas; esa labor corresponde más bien a la
doctrina o cuando mucho a la jurisprudencia, aunque eta última no de manera
sistemática.

Han existido diversos esfuerzos en el pasado, para desarrollar configurar los


principios generales del derecho, pero casi siempre sin ningún orden. Paulo las definió
como proposiciones y, en general fórmulas menores de los principios del derecho
vigente; para lo cual señala que "el derecho no se toma de la regla, sino que la regla se
hace con base en el derecho que existe", o sea que las concebía no como fundamento
de los preceptos legales, sino como posteriores a ellos.

Posteriormente, en la época clásica del derecho canónico, o sea durante la Baja Edad
Media, diversas compilaciones, de lo que después vendría a integrar el Corpus Iuris
Canonici, hicieron importantes esfuerzos en este sentido, en los correspondientes
títulos que llevaron la misma denominación de regulis iuris y verborum significatione.

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También de esta época y referido particularmente a la labor de los glosadores y
posglosadores eran los "brocardos", que eran los criterios jurídicos, o máximas
legales, que establecían los juristas para resolver contradicciones que encontraron a lo
largo del análisis del texto justinianeo.

En síntesis, podemos señalar que las cuatro fuentes históricas jurídicas de las reglas
del derecho, son el Corpus Iuris Civilis, el Corpus Iuris Canonici; las Siete Partidas de
Alfonso X el Sabio y los brocardos de las obras de los glosadores y posglosadores.

Además se puede considerar como fuentes directas de los principios generales del
derecho las obras de los pensadores moralistas, retóricos, poetas y juristas antiguos y
modernos, entre los que encontramos a Cicerón, Séneca, etc.

El conocimiento y estudio de la literatura jurídica mexicana del siglo XIX estuvieron


abandonados hasta hace muy poco, quizá porque la misma historia de derecho,
particularmente de ese siglo, también estuvo abandonada.

Dentro de la literatura jurídica decimonónica podemos encontrar dos grandes


tendencias que se presentaron de manera sucesiva: la primera coincidente con la etapa
precodificadora y la segunda con la época de la codificación, estableciendo como
punto de inflexión el año de 1870.

La primera etapa se caracteriza por la publicación mexicana de las obras jurídicas más
usadas en España, como lo eran el Sala, el Febrero, la Curia filípica, etc.

En la segunda etapa aparecieron libros escritos por juristas mexicanos, sin referencia a
ninguna obra anterior, nacional o extranjera, particularmente a partir del prolífico
autor veracruzano Rafael Roa Bárcena que inaugura esta nueva forma de hacer
doctrina jurídica en México.

Toda esta explicación la hemos dado para entender mejor las diversas ediciones
mexicanas del clásico libro español Juan de Sala, titulado Ilustración del derecho real
de España, por la importancia que tuviera en nuestro país durante la anterior centena
para el conocimiento y difusión de las reglas del derecho. En efecto, como ha puesto
de manifiesto María del Refugio Gonzalez las diversas ediciones mexicanas de Sala
fueron fundamentales en dicha cuestión así como también lo fue la benemérita obra
de don Juan Nepomuceno Rodríguez de San Miguel, Pandectas hispanomegicanas.

De cualquier forma, el esfuerzo realizado por aquel ignoto jurista mexicano de


principios del siglo XIX es muy laudatorio y útil, tanto así que fue reproducido por
muchísimos otros libros, es más, hoy en día también nos puede resultar de gran
utilidad ya que actualmente carecemos en México de algún catálogo confiable de
reglas de derecho.

Las reglas de derecho, son el camino más seguro y rápido para llegar a los principios
generales del derecho, según dispone el párrafo final de artículo 14 constitucional.

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CONCLUSIÓN

Los principios generales del derecho, forman parte del orden jurídico nacional. De
esta manera, sirven o son útiles para interpretar las normas, cuando de ellas deriven
una oscuridad o imprecisión, siendo que se pueden considerar como fuente formal del
derecho, derivado del artículo 14 constitucional.

Por otro lado, los principios generales del derecho tienen una función creadora de
derecho, ya que son tomados en cuenta porque representan a la sociedad en el
momento y tiempo determinado correspondientes.

Es por lo anterior, que derivado de la exégesis, los principios tienen una función de
interpretación, además de que contribuyen a la creación de la ciencia del derecho.

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BIBLIOGRAFÍA

Soberanes Fernández, José Luis, “Los Principios Generales del derecho en


México” un ensayo histórico, Ed. Miguel Ángel Porrúa, 2003, México.

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