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Laura Camila Gómez - 2016160030

Stein Stanley & Stein Barbara. (1970). La herencia colonial de América Latina. Nueva York:
Oxford University Press, 204 págs.

Barbara Stein y Stanly Stein han sido sujetos sustanciales para el departamento de historia de la
universidad de Prinston en New Jersey. Stanley como profesor de historia y Barbara como
bibliógrafa, cuentan con un largo recorrido sobre temas relacionados a la cultura iberoamericana en
época colonial. En su libro La herencia colonial de América Latina los autores tienen por explicar
la categorización de subdesarrollo que califica al hemisferio sur del continente por su historia
colonial. Así, “Los autores consideran a América Latina como un continente cuya realización es
inadecuada y decepcionante e intentan puntualizar las coordenadas del retraso sostenido al examinar
el proceso de cambo económico en un área dependiente, periférica o colonial” (p. 4) A partir de eso,
desde un enfoque económico y social se centran en las instituciones, comportamientos y actitudes
que caracterizaron a la región.

En el presente texto se reseñará un fragmento del libro: Primera parte 1500-1700 el cual inicia con
Europa y las estructuras de dependencia, 1500-1700 como primer capítulo en el cual los autores
empiezan por afirmar que tanto España como Portugal, desde 1492 hasta pasado 1824 eran
dependencias del resto de Europa por lo que “este anómalo status de colonia e imperio determinó la
historia de los países ibéricos y de sus posesiones coloniales” (p. 7) hasta la modernidad. En un
segundo momento los autores exponen la importancia de Gran Bretaña y su potenciación en el
mercado internacional en el que se veía relacionada España. Esto para evidenciar las constantes
tensiones o competencia que se da entre la península ibérica y demás potencias como también en un
tercer momento lo ejemplifica con Francia.

Posteriormente, en el apartado cuarto de este primer capítulo, se exponen las tensiones internas en
España que promovieron su decadencia y como fundamental se habla de la relación entre la corona
de Castilla y el reino de Aragón, de la cual se afirma que no ha sido una unión solida sino una
relación en la que cada uno conservó independencia en la forma de gobierno lo que respecto a la
colonización del Nuevo Mundo resultó en la exclusión del reino de Aragón de la explotación y
administración de América al entender la tarea de Colón como un asunto personal entre él y la reina
Isabel. Finalmente, en el apartado número cinco, se da un panorama crítico de Portugal acentuando
su dependencia con Inglaterra y sus relaciones comerciales impedidas por los desvíos de ganancias
de explotación en Brasil para Holanda. Así también se aclara que es Brasil el centro económico de
Portugal y no la metrópoli como centro económico.
Laura Camila Gómez - 2016160030

En el capítulo dos La economía colonial en primer lugar se muestra la forma de estructuración de la


sociedad colonial alrededor de los centros mineros sobre los que se establecían las regiones
agrícolas y de explotación de materia prima todo ello para el establecimiento del comercio de
exportación de plata y oro. Así, en segundo lugar se aclara el cómo se configura el andamiaje social
colonial sobre los centros mineros en los que se consolidaron entonces instituciones, iglesias,
residencias y mercados locales. Con lo anterior, en un tercer momento los autores hacen posible la
afirmación de la minería que junto al excedente agrícola y la fuerza de trabajo fueron el éxito de la
empresa minera española pero que además “actuó como arma de penetración del capitalismo
europeo occidental” (p. 34). En este momento, se introduce el concepto de Hacienda la cual
permitió el abastecimiento de la economía minera para articularlo al cuarto apartado que sitúa a la
agricultura de plantación con modelo latifundista como resultado de todo el proceso narrado
anteriormente.

Finalmente, en un último apartado nuevamente se exponen tensiones internas en España pero esta
vez respecto a la estructura económica y política precaria respecto a las exigencias de la explotación
lo que derivó en una división del trabajo entre el Estado castellano y los empresarios españoles. Sin
embargo, se afirma que se reprodujo en la colonia las diferencias estructurales de la economía
metropolitana.

El último capítulo de la primera parte del libro, Sociedad y forma de gobierno, en los dos primeros
apartados los autores se dedican a relacionar la estructura estratificada por color o fenotipo como
herencia colonial, con la desigualdad que caracteriza al continente. También se trata el tema del
mestizaje como un punto crítico en la estructura social iberoamericana. Y en un último apartado, se
pone en debate las relaciones de la configuración del estamento público respecto al privado con sus
actuaciones respecto a la administración y la ley.

Esta primera parte del libro La herencia colonial de América Latina significa una posibilidad a
nuevas reflexiones sobre las acciones impartidas por la península ibérica sobre América por la
constante atención a las debilidades y crisis de los imperios expresado en su carácter también de
“colonias” del resto de Europa como lo mencionan los autores. Así de esta primera parte si se hace
posible encontrar las “herencias coloniales” que hacen de Latinoamérica la región que es
actualmente por la directa influencia de las sociedades subdesarrolladas y preindustriales de las que
se habla, de las que claramente iban a imprimir sobre el Nuevo Mundo sus mismas dificultades que
deben en el siglo XXI ser desligadas de estas aun colonias.

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