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Laudato si

Esta encíclica se promulgo el 18 de junio del 2015. El tema eje es la ecología o como lo va a llamar
el Papa Francisco: el cuidado de la casa común. El nombre de la encíclica laudato si (alabado
seas) es puesto en referencia al cántico de la creación de san Francisco de Asís, puesto que este
Santo amaba a la naturaleza. El hilo conductor en sí de todo el documento es en el fondo la
espiritualidad de San francisco de Asís: el cariño por la naturaleza y el aprecio por los pobres.
El documento está dividido en seis capítulos. Y al final trae la oración por la tierra

INTRODUCCIÓN
“Ahora, frente al deterioro ambiental global, quiero dirigirme a cada persona que habita este
planeta”, dice Bergoglio en la introducción de la encíclica.“Entre los pobres más abandonados y
maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y sufre dolores de parto»
(Rm8,22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7)”. (nº2)
El Papa comienza citando la preocupación de sus predecesores con relación a la ecología como
Juan XXII donde dice que la responsabilidad es de católicos y no católicos; de igual modo se
pronuncia Pablo VI que todo progreso económico tiene que estar acompañado de un progreso
social y moral. Juan Pablo II llama a una conversión global y humana y Benedicto XVI dice que
el mundo no puede ser analizado uno de sus aspectos debe incluir el ambiente, la vida la sexualidad
la familia, las relaciones sociales etc. (nº3,4,5,6)
Se recoge esta reflexión con la ayuda de innumerables científicos filósofos, teólogos y
organizadores sociales. Y su sustento lo tiene en el magisterio de la doctrina social de la Iglesia.
No ignoremos que también otras iglesias y comunidades cristianas y otras religiones tiene una
amplia preocupación y una valiosa reflexión de estos temas que nos preocupa a todos. El patriarca
Bartolomé se ha pronunciado invitándonos a reconocer los pecados con la creación. “un crimen
contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios ” (nº8)
Cita a San Francisco de Asís como modelo de motivación y el ejemplo del cuidado de lo que es
débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de los que
estudian y trabajan por la ecología.
Finalmente Francisco hace un llamado al desafío urgente de proteger nuestra casa común y una
invitación a un nuevo diálogo sobre el modo de cómo estamos construyendo el futuro del planeta.
Numerosos grupos ayudan a concientizar pero muchos esfuerzos se ven frustrados no solo por
los poderosos sino también por la falta de interés de los demás.
Capítulo I
LO QUE LE ESTÁ PASANDO A NUESTRA CASA
1 contaminación y cambio climático.
Contaminación, basura y cultura del descarte.
La exposición a los contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la
salud, especialmente de los más pobres, provocando millones de muertes prematuras. Se enferman
por ejemplo, a causa de inhalación de elevados niveles de humo que procede de los combustibles
del transporte, las industrias, fertilizantes, insecticidas, fungicidas etc. La tecnología a veces
resuelve un problema creando otros.
La tierra, nuestra casa parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería,
estamos en la cultura del descarte que afecta a los seres humanos excluidos.
El funcionamiento del ecosistema natural son ejemplares por ejemplo: las plantas sintetizan
nutrientes que alimenta a los herbívoros; estos a su vez alimenta a los seres carnívoros, que
proporcionan importantes cantidades de residuos orgánicos, los cuales dan lugar a una nueva
generación de vegetales, En cambio, el sistema industrial, al final del ciclo de producción y de
consumo, no ha desarrollado la capacidad de absorber y reutilizar residuos y desechos. El papa nos
invita a todos a reutilizar y reciclar.
El clima como bien común. Es de todos y para todos.
Nos encontramos ante un preocupante calentamiento del sistema climático, esto se debe por la gran
concentración de gases de efecto invernadero. Esto se ve potenciado especialmente por el uso
intensivo de combustible fósiles. También el cambio de usos del suelo, deforestación para la
agricultura.
El calentamiento tiene efecto sobre el ciclo del carbono y esto provoca el derretimiento de los hilos
polares, perdida de las selvas tropicales, aumenta la acidez de los océanos y compromete la cadena
alimentaria marina.
Muchos pobres dependen de las reservas naturales y de la agricultura, la pesca y los recursos
forestales.
Estos cambios generar la migración de animales y vegetales que no siempre pueden adaptarse y
también se ven afectados los podres que se ven obligados a migrar con gran incertidumbres por el
futuro de sus vidas y de sus hijos.
Los poderosos se concentran en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo
de reducir algunos impactos negativos del cambio climático.
La cuestión del agua.
El agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia, es indispensable para la
vida humana. La pobreza del agua social se da especialmente en Africa, la población no acceden a
agua potable segura, o padecen de sequias que dificultan la producción de alimentos. Un problema
grande es la calidad de agua disponible para los pobres, que provoca muerte todos los días.
Enfermedades de diarrea y el cólera.
Algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso escaso, convertido en mercancía que
se regula por las leyes del mercado.
Se advierte un derroche de agua no sólo en países desarrollados, sino también en los menos
desarrollados. Esto que el problema del agua es en parte una cuestión educativa y cultural, no hay
conciencia. Una mayor escasez de agua provocará el aumento del costo de los alimentos y de
distintos productos que dependen de su uso. Es previsible que el control de agua por parte de
grandes empresas se convierta en una de las principales fuentes de conflictos de este siglo.
Perdida de la biodiversidad
Depredación de vegetales y animales como eventuales recursos, olvidando que tienen un valor en sí
misma. Desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que
nuestros hijos ya no podrán ver, perdida para siempre. Preocuparnos no solo por su mayor
visibilidad en los animales sino también por los microorganismos, los hongos reptiles gusanos etc.
Parece que pretendiéramos sustituir una belleza e irrecuperable, por otra creada por nosotros.
Tener en cuenta esos pulmones del planeta que son la Amazonía y la cuenca fluvial del congo, o los
grandes acuíferos y los glaciares, no se ignora la importancia de esos lugares para la totalidad del
planeta y para el futuro de la humanidad.
El deterioro de la calidad de la vida humana y degradación social.
Mirar al ser humano quen también es una cristura, y tiene derecho a vivir y a ser feliz, sin embargo
vivimos en una cultura del descarte.
Hoy vemos el crecimiento desmedido u desordenado de muchas ciudades que se han hecho
insalubres para vivir, ejemplo es caos urbano, el trafico, contaminación visual y acústica. No es
propio de habitantes de este planeta vivir cada vez más inundados de cemento, asfalto, vidrio y
metales, privados del contacto físico con la naturaleza.
En algunos lugares se han creado urbanizaciones ecológicas solo al servicio de unos pocos y es
privado pero no en zonas menos visibles, donde los descartables de la sociedad.
El crecimiento de los últimos dos ciclos no ha significado en todos su aspectos una mejora de
calidad de vida. Los signos lo demuestran el narcotráfico, violencia, corrupción la droga en los
jóvenes la delincuencia esto significa una degradación social, de una silenciosa ruptura de los lazos
de integración y de comunión social.
En cuanto al tema se han generado diversas opiniones y la Iglesia no pretende proponer una palabra
definitiva y entiende que debe escuchar y promover el debate honesto entre los científicos,
respetando la diversidad de opiniones. La esperanza nos invita a reconocer que siempre hay una
salida.
Capitulo II
EL EVANGELIO DE LA CREACIÓN
Si el evangelio está dirigido tanto a creyentes como no creyentes ¿por qué entonces un capítulo
referido exclusivamente a convicciones creyentes? La ciencia y la religión pueden entrar a un
dialogo para algo productivo.
Ninguna ciencia o sabiduría debe dejarse de lado para contribuir una ecología que hemos destruido,
forma parte de la fe cristiana alabar a Dios y cuidar la naturaleza.
El Papa se refiere al libro del Génesis donde nos recuerdo que hemos sido creados por amor a
imagen y semejanza y que ello nos muestra nuestra dignidad ya su vez indica que las relaciones
humanas se basan en tre relaciones fundamentales con Dios, con el hombre y con la naturaleza la
ruptura con u8no de estos es lo que llamamos pecado.
No somos dios, el ser humano no puede tratar a la tierra como si le perteneciera, no podemos
disponer de las criaturas a voluntad porque cada uno tiene un valor en sí misma y no están
subordinados al bien del ser humano.
A partir de la fe consideramos a la persona como un sujeto y no puede ser reducido a un objeto y
tampoco el resto son objeto que podamos dominar.
Nos habla de la coherencia de las actitudes humanas, la defensa de los animales o la naturaleza no
pueden ignorar las desigualdades entre nosotros, seguimos admitiendo, en la práctica que nos une
sientan más humanos que otros, como si hubieran nacido con mayores derechos.
E incoherencia quien lucha contra el tráfico de animales y es indiferente con la trata de personas, se
desentiendo de los pobres o se empeña en destruir a otro ser humano que le desagrada.
El papa nos recuerda como tratamos la naturaleza se ve reflejado como tratamos al prójimo.
Capitulo 3
Raíz humana de la crisis ecológica
Paradigma tecnocrático
Nos hacen creer que a mayor progreso científico, mayor desarrollo tecnológico y a mayor
crecimiento económico mayor bienestar social y esto se ha demostrado que es incompleto. El ser
humano ha modificado la naturaleza pero se adaptaba a los límites que encontraba, hoy en día lo
que le interesa es extraer todo lo posible de las cosas; y se crea la idea que tenemos un crecimiento
infinito e ilimiatdo que eso ha entusiasmado a economistas, financistas y tecnólogos, esto lleva ha
estrujar al planeta hasta el límite.
Los objetos producido por las técnicas no son neutros condicionan nuestro estilo de vida y nos
empujan en la línea de los interés de los grupos de poder acabamos vistiéndonos como nos dicen,
divirtiéndonos como nos sugieren etc.
Debemos tomar conciencia de una revolución cultural de la que hace falta valentía, no se trata de
volver a la época de las cavernas, pero si es necesario aminorar la marcha para poder mirar la
realidad de otra manera.
Capitulo 4
Ecología integral
Estamos integrados con la naturaleza no estamos apartados. Ejemplo: el pez está relacionado con el
agua, el agua con la tierra, la tierra con el aire, el aire con el árbol, el árbol, con el hombre y el
hombre con el pez, y así con todo el universo. Y toda esta naturaleza está en crisis. Necesitamos una
solución integral para ello necesitamos invertir en investigación y buscar no n beneficio económico
sino investigar para conocer y mejorar.
El consumismo amenaza al patrimonio cultural porque tiende hacernos a todos iguales, misma
ropa, mismo gusto, mismo todo. Las culturas de lo que hemos heredado de nuestros mayores corren
el riesgo de desaparecer, es importante prestar atención a los aborígenes que cuidan mejor la
tierra y el medio ambiente que los gobiernos y las empresas que los quitan.
El medio ambiente es un préstamo de los que llegaron antes que nosotros y que tenemos que
entregar en las mejores condiciones a los que vendrán después. Que mundo le dejaremos.

Capítulo quinto – Algunas líneas orientativas y de acción

Este capítulo afronta la pregunta sobre qué podemos y debemos hacer. Los análisis no bastan: se
requieren propuestas «de diálogo y de acción que involucren tanto a cada uno de nosotros como a la
política internacional» (15) y «que nos ayuden a salir de la espiral de autodestrucción en la que nos
estamos sumergiendo» (163). Para el Papa Francisco es imprescindible que la construcción de
caminos concretos no se afronte de manera ideológica, superficial o reduccionista. Para ello es
indispensable el diálogo, término presente en el título de cada sección de este capítulo: «Hay
discusiones sobre cuestiones relacionadas con el ambiente, donde es difícil alcanzar consensos.
[…] la Iglesia no pretende definir las cuestiones científicas ni sustituir a la política, pero [yo]
invito a un debate honesto y transparente, para que las necesidades particulares o las
ideologías no afecten al bien común” (188).

Sobre esta base el Papa Francisco no teme formular un juicio severo sobre las dinámicas
internacionales recientes: «las Cumbres mundiales sobre el ambiente de los últimos años no
respondieron a las expectativas porque, por falta de decisión política, no alcanzaron acuerdos
ambientales globales realmente significativos y eficaces» (166). Y se pregunta «¿Para qué se
quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era
urgente y necesario hacerlo? (57). Son necesarios, como los Pontífices han repetido muchas veces a
partir de la Pacem in terris, formas e instrumentos eficaces de gobernanza global (175):
«necesitamos un acuerdo sobre los regímenes de gobernanza global para toda la gama de los
llamados “bienes comunes globales”» (174), dado que «“la protección ambiental no puede
asegurarse sólo en base al cálculo financiero de costos y beneficios.El ambiente es uno de esos
bienes que los mecanismos del mercado no son capaces de defender o de promover
adecuadamente”» (190, que cita las palabras del Compendio de la doctrina social de la Iglesia).

Igualmente en este capítulo, el Papa Francisco insiste sobre el desarrollo de procesos de decisión
honestos y transparentes, para poder “discernir” las políticas e iniciativas empresariales que
conducen a un «auténtico desarrollo integral» (185). En particular, el estudio del impacto ambiental
de un nuevo proyecto «requiere procesos políticos transparentes y sujetos al diálogo, mientras la
corrupción, que esconde el verdadero impacto ambiental de un proyecto a cambio de favores,
suele llevar a acuerdos espurios que evitan informar y debatir ampliamente» (182).

Capítulo sexto – Educación y espiritualidad ecológica

El capítulo final va al núcleo de la conversión ecológica a la que nos invita la Encíclica. La raíz de
la crisis cultural es profunda y no es fácil rediseñar hábitos y comportamientos. La educación y la
formación siguen siendo desafíos básicos: «todo cambio necesita motivaciones y un camino
educativo» (15). Deben involucrarse los ambientes educativos, ante todo «la escuela, la familia, los
medios de comunicación, la catequesis» (213).

El punto de partida es “apostar por otro estilo de vida” (203-208), que abra la posibilidad de
«ejercer una sana presión sobre quienes detentan el poder político, económico y social» (206). Es lo
que sucede cuando las opciones de los consumidores logran «modificar el comportamiento de las
empresas, forzándolas a considerar el impacto ambiental y los patrones de producción» (206).

No se puede minusvalorar la importancia de cursos de educación ambiental capaces de cambiar los


gestos y hábitos cotidianos, desde la reducción en el consumo de agua a la separación de residuos o
el «apagar las luces innecesarias» (211). «Una ecología integral también está hecha de simples
gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del
egoísmo» (230). Todo ello será más sencillo si parte de una mirada contemplativa que viene de la
fe. «Para el creyente, el mundo no se contempla desde afuera sino desde adentro, reconociendo los
lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres. Además, haciendo crecer las capacidades
peculiares que Dios le ha dado, la conversión ecológica lleva al creyente a desarrollar su creatividad
y su entusiasmo» (220).

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