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Concesión
En economía, una concesión es el otorgamiento del derecho de explotación por un lapso de tiempo determinado de
bienes y servicios por parte de una empresa a otra, generalmente privada.
A medida que se fue extendiendo el modelo económico neoliberal por los distintos países del mundo, muchas
empresas públicas fueron concesionadas como paso anterior a lo que hubiera sido una privatización completa.
La concesión tiene por objeto la administración de los bienes públicos mediante el uso, aprovechamiento,
explotación de las instalaciones o la construcción de obras y nuevas terminales de cualquier índole sea marítima,
terrestre o aérea de los bienes del dominio público.
Los objetivos de estos negocios radican en proporcionar servicios esenciales para el público, por ejemplo, la
electricidad, el gas, el suministro de agua, la depuración de aguas residuales y las telecomunicaciones. Las
concesiones públicas afectan a casi toda la infraestructura de los países desarrollados, ya que requieren grandes redes
de distribución integradas, o la coordinación de muchos servicios esenciales como la red nacional del tendido
eléctrico. Muchas concesiones públicas tienen una estructura de costos que se beneficia de la gran escala, puesto que
los costos unitarios caen a medida que la red aumenta. Sin embargo, la existencia de estas redes suele provocar que
las concesiones públicas se beneficien de un monopolio natural para dar ese servicio en el área donde operan.
De obra pública
(como señala Dict. Consejo Estado 5 de diciembre de 2001) Son aquellas cuyo objeto consiste en la utilización de
una infraestructura por el usuario, lo cual no implica de por sí prestación de servicio alguno. Por ejemplo: Concesión
de autopista de peaje en la cual el usuario de la vía no paga por el servicio sino por la utilización de la vía.
Propiedad
Dada la utilidad pública de este tipo de concesiones, suelen estar sometidas al control del Gobierno, e incluso estar
nacionalizadas. Sin embargo, la naturaleza monopolística inherente a muchas concesiones públicas ha disminuido
durante las dos últimas décadas, habiéndose iniciado en varios continentes procesos de desregulación y
privatización. Desde entonces, en algunas áreas existe hoy una relativa competencia, como en los servicios
telefónicos de larga distancia, el suministro eléctrico, las comunicaciones ferroviarias o el suministro de gas.
En algunos países las concesiones públicas pertenecen al Gobierno o a los municipios; este es el caso de los sistemas
de depuración y de suministro de agua. El alcance que deben tener las concesiones públicas sigue siendo objeto de
debate. Para decidir si la propiedad debe ser pública o privada hay que considerar tanto los costes como la eficiencia
en cada caso concreto. Las empresas privadas a las que se cede una concesión pública se diferencian de otras
compañías en que están obligadas a atender a cualquier persona que requiera sus servicios y necesitan una enorme
inversión de capital en relación con los ingresos que obtienen. Además, suelen estar sometidas a una estrecha
vigilancia económica, y a veces ecológica, por parte del Gobierno.
Regulación
El control de las concesiones públicas depende de las comisiones de servicios públicos, agencias creadas para
proteger la seguridad de las personas y de las propiedades que están bajo su jurisdicción. Se pueden encontrar
medidas reguladoras de las concesiones públicas en el derecho consuetudinario inglés La razón de ser de la
regulación estriba en que, puesto que la empresa concesionaria suele lograr un monopolio para ofrecer ese servicio
en un determinado área, los precios y servicios ofrecidos a los consumidores no estarán regulados por la libre
competencia, por lo que el Gobierno tiene que reemplazar la competencia mediante normas. En teoría, el objetivo es
asegurar un servicio adecuado y barato a los consumidores, permitiendo que la empresa concesionaria pueda obtener
beneficios,parte de los cuales se podrán reinvertir en el servicio público que se ofrece.
Los sistemas de regulación son distintos según los países. En aquellos en los que la concesión sigue estando bajo
control estatal, los precios y el nivel de servicio son establecidos por el Gobierno. En otros países, los precios y los
servicios están estrechamente vigilados por supervisores, y sólo se permite aumentar los precios en función de la
inflación.
Impacto ecológico
Casi todos los servicios ofrecidos mediante concesiones públicas influyen sobre el medio ambiente (efectos que se
denominan externalidades). Por ello, muchos países exigen que las líneas telefónicas, telegráficas y eléctricas estén
bajo tierra. También se ha prestado atención a los efectos destructivos de algunas concesiones públicas. Por ejemplo,
los sistemas de depuración de aguas están muy vinculados a la creciente contaminación planetaria. El hollín y otras
emisiones provenientes de las centrales eléctricas parecen ser responsables de la destrucción de bosques de coníferas
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en algunas zonas del norte de Europa. Los conflictos entre los defensores y los detractores de la energía nuclear han
llevado, por otra parte, a que los programas de construcción de este tipo de centrales se hayan ido reduciendo, o
abandonando, en muchos países debido a los peligros que conllevan.
Véase también
• Sociedades concesionarias de autopistas en España
Referencias
[1] «La concesión se regulaba por las normas del Derecho Civil, y como si se tratara de un contrato; lo que es más, se pensaba que era un
contrato; pero cuando ya se forma en el campo del Derecho Administrativo la teoría del acto jurídico concesión, se percatan los autores que no
puede ser un acto contractual el que el Estado otorgue una concesión.» Gutiérrez y González Ernesto, Derecho de las Obligaciones (México:
Editorial Porrúa, 2002), p. 525.
Fuentes y contribuyentes del artículo 4
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