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“Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena
obra” 2 Timoteo 3:16-17.
Las Escrituras son Santas porque son las Palabras del Santísimo. Sin cuestionamiento, la
Biblia viene de Dios, procede totalmente de su boca. En ella encontramos unas 2600
menciones de “Palabra de Dios” (y/o expresiones semejantes: dijo Dios, habló Dios, palabra
de Jehová, etc.). Si alguien ha de tildar la Biblia de otra cosa que la Palabra de Dios, debe
utilizar un argumente externo a la Biblia misma.
“Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros
propios ojos, lo que hemos contemplado y lo que han tocado nuestras manos, esto
escribimos acerca del Verbo de vida. Y la Vida se manifestó. Nosotros la hemos visto, y
damos testimonio y les anunciamos a ustedes la vida eterna que estaba con el Padre y se
manifestó a nosotros. Lo que hemos visto y oído les proclamamos también a ustedes, para
que también ustedes tengan comunión con nosotros. En verdad nuestra comunión es con
el Padre y con Su Hijo Jesucristo. Les escribimos estas cosas para que nuestro gozo sea
completo” 1 Juan 1:1-4.
En el versículo del punto anterior observamos al apóstol Juan apelando, no a una ideología
o convención metafísica, sino a una verdad experimental. Juan y el resto de los apóstoles
(nótese el plural en el texto) observaron la realidad existencial del Cristo, que había estado
entre ellos, por lo que pudieron verlo, oírlo, tocarlo, y contemplarlo.
Los escritores bíblicos fueron testigos de una realidad visible y palpable, una realidad
resultante de los instrumentos sensoriales (vista, tacto, oído y mente). Esto trajo como
resultado una inequívoca conclusión: Jesucristo es el Hijo de Dios, de la misma sustancia y
poder, el Dios hecho Hombre, que había habitado entre ellos. En palabras del escritor de
Hebreos: “El resplandor de Su gloria y la expresión exacta de Su naturaleza” (Heb. 1:3).
La Biblia no teme denunciar los pecados y ofensas de sus propios actores. Vemos a David —
un hombre conforme al corazón de Dios— adulterando; a Salomón y sus mujeres; y la
hipocresía de apóstol Pedro siendo señalada. De ser un libro de dudosa procedencia o
integridad, de seguro hubiera ocultado las faltas de sus escritores y personajes.
“La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; El testimonio del Señor es seguro, que
hace sabio al sencillo. Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón; El
mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos. El temor del Señor es limpio, que
permanece para siempre; Los juicios del Señor son verdaderos, todos ellos
justos; Deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, Más dulces que la miel y que
el destilar del panal” Salmos 19:7-10.
“Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de
Dios, que Él ya había prometido por medio de Sus profetas en las Sagradas Escrituras”
Romanos 1:1-2.
El testimonio de la historia presenta cómo aquello que la Biblia promete siempre se cumple.
De manera particular, tenemos más de 300 profecías puntuales en el Antiguo Testamento
que se cumplieron en Cristo.
“Ustedes examinan las Escrituras porque piensan tener en ellas la vida eterna. ¡Y son ellas
las que dan testimonio de Mí!”, Juan 5:39
La Biblia, de principio a fin, es un tratado acerca de Jesucristo (Lc. 24:44-46), como la imagen
del Dios invisible (Col. 1:15). Y solo en Él hay salvación.
No solo creemos que la Biblia es un documento veraz y digno de confianza por las razones
de ella misma señala, sino también por lo que las Escrituras logran.
¿Has experimentado el gran poder salvador de Dios? ¿Tienes a Cristo en tu vida? ¿Quieres
probar la verdad transformadora del mensaje de la Biblia en tu vida?
¡Tenemos a nuestra disposición y alcance todo cuanto necesitamos! La Palabra profética
más segura, todo el consejo de Dios, cuya utilidad es equipar a los santos completamente.
Tenemos a Cristo, que nos ha sido hecho poder, justificación, santificación, y sabiduría de
Dios. En Él están escondidos todos los misterios y los tesoros de la sabiduría de Dios.
Hacemos bien en seguirlo a Él. ¿Necesitas alguna otra cosa?