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Convivencia inicial Anexo CVI-1

¿Qué es lo que más te ha gustado de estos años?

¿Qué has aprendido en estos años?

¿Qué te gustaría aportar al grupo en la nueva etapa que comienza?

¿Qué te gustaría aprender en esta nueva etapa?

Convivencia inicial Anexo CVI-2

¿Qué es lo que más te ha gustado de estos años?

¿Qué has aprendido en estos años?

¿Qué te gustaría aportar al grupo en la nueva etapa que comienza?

¿Qué te gustaría aprender en esta nueva etapa?

Convivencia inicial Anexo CVI-2

¿Qué es lo que más te ha gustado de estos años?

¿Qué has aprendido en estos años?

¿Qué te gustaría aportar al grupo en la nueva etapa que comienza?

¿Qué te gustaría aprender en esta nueva etapa?


1. El Señor es mi luz y mi salvación Anexo 1-1

Entre tinieblas caminan las personas


que tienen algún tipo de
dependencia de alguna droga.

Entre tinieblas caminan las personas


que están solas,
que no se sienten amadas.

Entre tinieblas caminan los inmigrantes


que no encuentran un lugar en el
mundo en el que ser felices.

Entre tinieblas caminan los que


tienen muchas cosas materiales,
pero no son felices.

Entre tinieblas caminan los que no


conocen a Dios o lo han conocido
pero viven como si no existiera.
1. El Señor es mi luz y mi salvación Anexo 1-1

Entre tinieblas caminan los


que sienten odio y rencor
hacia otras personas.
1. El Señor es mi luz y mi salvación Anexo 1-2

“Encontramos en Él la Luz
que guía nuestros pasos”

“Jesús es la verdadera luz”

“En el Bautismo, nacemos a una vida nueva”

“Jesús nos enseña que Dios es amor y


nos lo da a conocer”

“Habitaba en tierra y sombras de


muerte, y una luz les brilló”
1. El Señor es mi luz y mi salvación Anexo 1-2

“Con Él surge en nosotros la luz de verdad”


La alegría del Evangelio La alegría del Evangelio La alegría del Evangelio La alegría del Evangelio
llena el corazón y la vida llena el corazón y la vida llena el corazón y la vida llena el corazón y la vida
entera de los que se encuen- entera de los que se encuen- entera de los que se encuen- entera de los que se encuen-
tran con Jesús. tran con Jesús. tran con Jesús. tran con Jesús.

Con Jesucristo siempre nace Con Jesucristo siempre nace Con Jesucristo siempre nace Con Jesucristo siempre nace
y renace la alegría y renace la alegría y renace la alegría y renace la alegría
(Francisco, Evangelii Gaudium 1) (Francisco, Evangelii Gaudium 1) (Francisco, Evangelii Gaudium 1) (Francisco, Evangelii Gaudium 1)

La alegría del Evangelio La alegría del Evangelio La alegría del Evangelio La alegría del Evangelio
llena el corazón y la vida llena el corazón y la vida llena el corazón y la vida llena el corazón y la vida
entera de los que se encuen- entera de los que se encuen- entera de los que se encuen- entera de los que se encuen-
tran con Jesús. tran con Jesús. tran con Jesús. tran con Jesús.

Con Jesucristo siempre nace Con Jesucristo siempre nace Con Jesucristo siempre nace Con Jesucristo siempre nace
y renace la alegría y renace la alegría y renace la alegría y renace la alegría
(Francisco, Evangelii Gaudium 1) (Francisco, Evangelii Gaudium 1) (Francisco, Evangelii Gaudium 1) (Francisco, Evangelii Gaudium 1)
2. Enséñame, Señor, tu camino. Anexo 2-2
Un día en la vida del cristiano.

“La alegría de Jesús, “La alegría de Jesús, “La alegría de Jesús,


nuestra nuestra nuestra
alegría.” alegría.” alegría.”

“La alegría de Jesús, “La alegría de Jesús, “La alegría de Jesús,


nuestra nuestra nuestra
alegría.” alegría.” alegría.”

“La alegría de Jesús, “La alegría de Jesús, “La alegría de Jesús,


nuestra nuestra nuestra
alegría.” alegría.” alegría.”

“La alegría de Jesús, “La alegría de Jesús, “La alegría de Jesús,


nuestra nuestra nuestra
alegría.” alegría.” alegría.”
3. Este es el día que hizo el Señor. Anexo 3-1

Voy a misa desde que nací. Vamos todos los domingos a misa. Bueno, todos todos…no, alguno se
nos escapa. Hice la comunión el año pasado y antes de hacer la comunión mis compañeros venían
a misa. Ahora ya no y no entiendo por qué.
Ahora la Eucaristía es mucho más aburrida y no me gusta. Me gustaría que las canciones fueran
más rápidas y alegres, con guitarras de fondo. Antes, en mi grupo de catequesis, nos repartíamos
las diferentes partes de la misa y me gustaba participar, además lo entendía mejor. Lo que más me
gustaba leer era el salmo. Siempre poníamos una cartulina con la respuesta del salmo escrita para
que los niños se acordaran.
Algunas veces me aburro porque no entiendo lo que dice el cura y se lo tengo que preguntar a mis
padres.
He estado en varias misas fuera de mi parroquia y todas eran bastante distintas. En unas yo era la
única niña que había en la iglesia y en otras, había más niños que adultos.

Sara (10 años)

Es curioso pensar cómo de niño vivía uno mismo las misas que hoy día, siendo sacerdote, celebro
yo. Por supuesto que se encuentran muchos detalles que diferencian esas misas de las de ahora,
sobre todo en las misas que celebro para los pequeños.
Cuando era niño, recuerdo que no se estilaban todavía la adaptación de las misas para los chava-
les, y recuerdo que, como todo niño (me imagino) me aburría muchísimo en cualquiera de ellas. Fui
educado en que no todo lo bueno tenía que ser divertido, y la misa era un ejemplo de ello. Me ense-
ñaron a guardar el silencio y debido respeto que la ceremonia eucarística se merecía, y así tal cual
participaba en cada una de ellas. Con el tiempo fui aprendiendo la necesidad de ese silencio y
respeto, ya que poco a poco era yo mismo el que los iba necesitando. Nunca descubrí diversión en
la misa, pero sí la necesidad en ella de la seriedad con la que empezaba a saborearla.
Hoy día, cuando celebro en mi parroquia la misa los domingos a las 12 para los niños, veo una
gran diferencia de esas misas que vivía de pequeño. La adaptación que hacemos para los peques,
la misma homilía adaptada a ellos, el enriquecimiento de la liturgia con las ofrendas y las peticio-
nes, el rezo del padrenuestro cogidos todos de las manos, el coro infantil, la misma participación
de los niños,… han logrado hacer de la misa un poco más divertida para todos. Yo, cada vez que
la celebro los domingos me gusta ver reflejada en las caras de los niños esa atención y alegría de
estar participando en algo, que aún no sé si entienden, pero que me garantiza entusiasmo y como-
didad por parte de los más pequeños. Me emociona mucho ver cómo en la consagración todos los
peques se arrodillan porque, a su manera saben, que el milagro de hacerse presente Cristo en las
formas del pan y el vino, va a acontecer. Y cómo han estado unos instantes previos alegres cantan-
do el “Santo”, y cómo seguidamente todos callan para participar de la consagración.
Es cierto que como sacerdote, intento vivir cada misa como si fuera la primera, la última, la única
misa (decía un gran santo español), pero la misa de los niños me aporta la alegría, la inocencia y
la simplicidad que me garantiza que el respeto que merece la misa no está reñida con la diversión,
y que aquello que aprendí de pequeño no tenía por qué ser así.
Todas las misas son divertidas, si sabemos encontrar en cada momento de nuestra vida esa necesi-
dad que nos aporta la eucaristía, y mientras que los niños aprenden ese tipo de diversión, creo que
se merecen esta adaptación que hacemos hoy día para ellos, porque les gusta, les divierte y poco
a poco les ayuda a saborear el sentido auténtico de la comunión.
La mejor garantía de esto te la transmiten los jóvenes de confirmación, cuando ellos mismos te
afirman que el haber aprendido a saborear hoy día la misa es gracias a que, cuando eran niños,
al participar en estas misas, tuvieron un primer contacto con el sacramento de la eucaristía.

Ángel Mateos Guillén, sacerdote.


Pedimos perdón Adoramos a Dios Escuchamos Presentamos los dones
Señor, ten piedad. Por tu inmensa gloria te alabamos, la Palabra de Dios que Él nos concede
Cristo, ten piedad. te bendecimos, te adoramos, Señor, haces cosas maravillosas Bendito seas, Señor, Dios del Univer-
te glorificamos. para darnos a conocer so, por este pan, fruto de la tierra y
lo bueno que eres. del trabajo del hombre, que recibi-
mos de tu generosidad y ahora te
presentamos; él será para nosotros
pan de vida.
Damos gracias Alabamos a Dios Pedimos ayuda
En verdad es justo y necesario, es Te alabamos por la luz del sol y por tu No te olvides de las personas que
nuestro deber y salvación, darte Palabra que ilumina nuestras vidas. amamos ni de aquellas a las que debié-
gracias, Padre Santo, siempre y en todo ramos querer más.
lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.
4. Venid, aclamemos al Señor Anexo 4-1
4. Venid, aclamemos al Señor Anexo 4-2

Primera parada: muerte y resurrección


Así tiene que ser elevado el Hijo del hombre,
para que todo el que cree en él tenga vida
eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que en-
tregó a su Unigénito, para que todo el que cree
en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para
juzgar al mundo, sino para que el mundo se
salve por él. (Jn 3, 16)
4. Venid, aclamemos al Señor Anexo 4-2

Segunda parada. Cuaresma.


El Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó
en el desierto cuarenta días, siendo tentado por
Satanás, vivía con las fieras y los ángeles lo ser-
vían. Después de que Juan fue entregado, Jesús
se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de
Dios; decía: Se ha cumplido el tiempo y está
cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el
Evangelio. (Mc 1, 12-15)
4. Venid, aclamemos al Señor Anexo 4-2

Tercera parada. Pascua.


Entraron al sepulcro y vieron a un joven sentado a
la derecha, vestido de blando. Él les dijo: No ten-
gáis miedo ¿buscáis a Jesús el Nazareno, el cruci-
ficado? No está aquí. Ha resucitado. (Mc 16, 5-6)
4. Venid, aclamemos al Señor Anexo 4-2

Cuarta parada. Navidad.


No temas, María, porque has encontrado gracia
ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz
un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. (Lc 1,
30-31)
4. Venid, aclamemos al Señor Anexo 4-2

Quinta parada. Adviento.


El que escucha estas palabras mías y las pone en
práctica se parece a aquel hombre prudente que
edificó su casa sobre roca. (Mt 7, 24)
4. Venid, aclamemos al Señor Anexo 4-2

Sexta parada. Tiempo ordinario.


Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se
vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más
que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vo-
sotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar
una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tam-
poco se enciende una lámpara para meterla
debajo del celemín, sino para ponerla en el can-
delero y que alumbre a todos los de la casa.
4. Venid, aclamemos al Señor Anexo 4-3
Convivencia 1 Anexo CV1-1
Convivencia 1 Anexo CV1-1
Convivencia 1 Anexo CV1-2

Amigo Amistad
OC. “Padre Nuestro” Anexo OC 1-2

Padre nuestro, que estás en el cielo,

santificado sea tu nombre;

venga a nosotros tu Reino;

hágase tu voluntad en la tierra


como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;


OC. “Padre Nuestro” Anexo OC 1-2

perdona nuestras ofensas,


como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.

Amén.
OC. “Padre Nuestro” Anexo OC 1-3

Beata Madre Teresa de Calcuta.


Nació 1910 y murió en 1997.
Fue una monja católica de origen albanés, naturalizada india,
que fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad
en Calcuta en 1950. Durante más de 45 años atendió a pobres,
enfermos, huérfanos y moribundos, al mismo tiempo que
guiaba la expansión de su congregación, en un primer
momento, en la India y luego en otros países del mundo.
Tras su muerte, fue beatificada por el papa Juan Pablo II,
otorgándole el título de beata Teresa de Calcuta.
De profunda oración.
Obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1979 y el más alto
galardón civil de la India, el Bharat Ratna, en 1980, por su
labor humanitaria.
También fue criticada por algunas personas.
Hábito de la congregación: sari blanco y azul.
Creadora de la oración “Para aprender a amar”.

San Francisco de Asís.


Nació en 1182 y murió en 1226, en Asís, Italia.
Nació en una familia burguesa, tenía de todo.
Fundador de la Orden Franciscana y de una segunda orden
conocida como Hermanas Clarisas.
De profunda oración.
Su vida religiosa fue austera y simple, por lo que animaba a
sus seguidores a hacerlo de igual manera. Su familia no
aceptó su nueva vida dedicada a los más necesitados.
El contacto con leprosos, predicar y pedir la pobreza junto
con el anuncio del Evangelio fueron los inicios de la orden.
Tras su muerte fue canonizado por el Papa Gregorio IX.
Es patrono de los veterinarios por su devoción a los anima-
les como criaturas de Dios.
Hábito de la congregación: gris o marrón.
Creador de la oración “Señor, hazme un instrumento
de tu paz”.
OC. “Padre Nuestro” Anexo OC 1-4
OC. “Padre Nuestro” Anexo OC 1-4
OC. “Padre Nuestro” Anexo OC 1-4
V1. Somos un grupo de la parroquia Anexo V1-1

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