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Introducción

En este informe crítico se abarcarán 3 ideas que personalmente me generaron un mayor


interés y que encuentro necesarias de analizar para lograr tener una mejor opinión. Estas
ideas fueron extraídas luego de ver la película documental “La Educación Prohibida”,
estrenada en agosto del 2012 en Buenos Aires. Es un proyecto de un grupo humano de
diversas áreas que trabajó durante tres años de manera profesional, entrevistando a
educadores iberoamericanos, logrando que el documental revolucionara de cierta manera
la mirada que tenemos sobre la educación de la actualidad; de hacernos saber diferentes
realidades educativas en los países partícipes; de evidenciar nuevas prácticas en el aula
que pretenden generar aprendizajes significativos en los estudiantes con profesores más
motivados para educar y enseñar para el proceso de la vida y como objetivo principal,
pero no final, provocarnos numerosas dudas y opiniones, ya sean, positivas o negativas,
respecto a lo que creemos sobre Educación y cómo cada uno de nosotros puede generar
un cambio a nivel personal, social y educativo.

La primera idea escogida es “La Escuela comparada con una cárcel y fábrica” y es
bastante interesante analizarla, pues puede entenderse como algo bueno o malo.
Partiendo de la base de que estamos en una sociedad, es necesario que tengamos ciertos
límites para poder generar respeto hacia los demás. Ahora bien, tomando el concepto de
“cárcel”, creo que si ocurre y que gran parte de estudiantes, profesores y padres piensa lo
mismo, pero no tanto por la arquitectura similar que tengan algunos colegios respecto a
una prisión, sino por el hecho de que en muchas escuelas se limite la creatividad y el libre
pensamiento de cada estudiantes y son muy pocos que sobreviven a esa imposición y
pueden pensar y realizar cosas por sí mismos. Es como un delito cumplir 6 o 7 años y que
la condena sean 8 años para aprender materias que de seguro no serán necesarias para
toda la vida y no se puede no escoger algo que no te interese, pues es obligatorio igual.
Luego llega el momento de liberarse de un establecimiento, libertad que no dura
demasiado para continuar ser esclavo de una sociedad repetitiva, que ve en una persona
el símbolo de dinero y que no se preocupa por los verdaderos pensamientos que pudieron
originarse durante la educación. Una frase que encontré y que está planteada por el
filósofo Michel Foucault en su libro “Vigilar y castigar. El nacimiento de la prisión” que
dice: “¿De dónde viene esa extraña práctica y el curioso proyecto de encerrar para
corregir?”. Si se observa en la realidad de la escuela, se puede pensar que para “ser
alguien” en la vida se debe estudiar necesariamente en un lugar con 4 paredes y junto a
un gran grupo de otras personas que están en la misma situación, idea que tal vez no es
del todo correcta, pues el aprender y la interacción muchos compañeros se ve mucho más
limitado en una sala de clases que en un ambiente más abierto y libre. Me quedo con lo
que señala en la película el profesor Carlos Calvo Muñoz (Chile), en sus palabras: “El ser
humano vive en un espacio y en un tiempo, podemos decir en muchos espacios y en
muchos tiempos; espacios y tiempos que están dados por los roles que nosotros
desempeñamos. Estos tiempos escolares normalmente son tiempos cronológicos, hora de
clase que comienza a una hora después de varios minutos termina, un recreo, comienza
otra hora, y así nos vamos; y espacios escolares también encerrados entre 4 paredes,
muchas de estas paredes, de estos vidrios digamos pintados para que los alumnos no
miren hacia fuera y no se distraigan. En ese sentido la escuela es parecida a una cárcel,
esta imagen se ha usado mucho y en muchas personas molesta bastante, pero de verdad
el parecido es impresionante, ¿no es verdad?” Pues de acuerdo a mi opinión, ¿la escuela
es la prisión para la mente del niño? Claro que sí, al principio de la etapa de escolarización
y quizás ni deba tener ese nombre, pero a los bebés se los introduce a las “guarderías” o
“salas cuna” con el fin de que los padres puedan desarrollar sus trabajos sin “problemas”,
mientras alguien les cuida a sus hijos y que además de a poco a éstos les enseñen cómo
deben comportarse para no hacer daño al compañero. Luego en la enseñanza básica,
media y hasta superior es lo mismo, se mantiene la mayor cantidad de tiempo a los
estudiantes con el fin algo utópico de que aprenderán todo lo que se les mencione y
después la evaluación de la materia a través de una nota puede decidir si se los mantiene
o no en un curso, entonces finalmente si lograron comportarse de una buena forma y
obtuvieron notas regulares, podrán salir – o mantenerse- de esta especie de cárcel que los
mantuvo encerrados por más de 18 años. Podría comparar las palabras “Jaula” y “Aula”,
sin duda que por la falta de un grafema, podría crear un juego de palabras que de alguna
manera tiene algo de cierto. Ahora, para completar mi idea de “Escuela-Prisión-Fábrica”,
este último concepto relacionado con la escuela deja para pensar. Señalé al principio de
este párrafo que somos seres que estamos en sociedad y por lo tanto, deben existir reglas
o límites para la buena convivencia y eficaz desarrollo de una comunidad. De acuerdo a lo
visto en la película documental, se da a entender que la escuela se parece a una fábrica
por lo siguiente: 1. Horario; 2. Jornada; 3. Puntualidad; 4. Productividad; 5. Resultado; 6.
Vestuario; 7. Timbre; 8. Reglamento; 9. Jerarquía y 10. Arquitectura. Aquí hay críticas
buenas y malas, por lo que es complicado decidir qué opinar, pero los puntos 1, 2, 3, 6, 7,
8, 9 y 10 son bastantes necesarios dentro de una escuela, ya que, no puede ser tan liberal,
no puede permitirse que las situaciones se salgan de control, hay que lograr que los que
se educan aprendan también reglas sociales que son necesarias para diversas situaciones
de su vida. Tener un uniforme significa pertenecer a cierta institución y que permite
diferenciarlas, y se utiliza más bien por algo por seguridad, pues en caso de accidente
podrá identificarse al estudiante para dar aviso a la escuela y familia. Respecto a la
jerarquía, ésta es necesaria para lograr diferenciar quién es el educador y educando en
una sala de clases. La arquitectura del edificio de estudio no perjudica realmente a la
creatividad del estudiante, pues si es un lugar cuadrado, no creo que sea un impedimento
pensar en otras cosas menos creativas, pero si existirán diferencias entre una sala de
clases y un área verde de la misma escuela. De acuerdo a la productividad, no es algo tan
malo para la creatividad, pues al tener más oportunidad de hacer cosas por sí solos,
podrán resolver los futuros problemas con mayor facilidad y finalmente las escuelas
deben exigir resultados para poder preparar de mejor forma para el mañana, sino se
preocupan por los avances y los posibles resultados, tanto profesores como estudiantes se
ven perjudicados.

La segunda idea escogida es “La escuela no es sinónimo de educación” o viceversa, pues


en mi opinión a la escuela lo veo como un lugar donde se supone se puede lograr un
aprendizaje, un lugar donde un docente enseña materias que podrán ser relevantes para
la vida del futuro. Una célebre frase de Albert Einstein es “la educación es lo que queda
después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela” deja en manifiesto que la
aseveración en negrita es totalmente cierta, pues viéndola desde mi punto, no
necesariamente existe la educación en un edificio que afuera diga “escuela”, claro que no,
siempre se ha dicho y ya casi es debate que la “educación” empieza en casa, junto a la
familia o tutores y vaya que es cierto, pues muchas familias creen que la escuela –los
profesores en sí- deben “enseñar” la mayoría de las cosas a quién entre al aula y esto
realmente es un trabajo colaborativo. Hay que tener en cuenta estos dos conceptos son
muy distintos y que básicamente se refieren a que la educación impartida puede ser muy
distinta en una escuela que un hogar. Según lo que he leído en un blog de internet para
acercarme más a estos temas, la escuela no puede existir en casa, pues implicaría las
mismas reglas “del juego”, en esta escuela-casa se utilizarían los mismos libros de texto,
se exigiría a los niños aprender determinadas materias, a determinadas edades y, en vez
de profesores profesionales, los padres serían los que se ocuparían de la enseñanza de sus
hijos, esto sin duda no es una opción factible. Más interesante de llevar a cabo sería una
“educación en casa”, ya que, la palabra educación es mucho más amplia: puede ser una
educación muy diferente a la de la escuela. En este caso, son los padres y no la escuela,
quienes deciden qué valores y qué conocimientos desean para sus hijos y la educación
resulta más flexible e individualizada. Por el otro lado, en la escuela es el plan de estudios
y los profesores quienes deciden lo que los niños tienen que aprender, cómo lo tienen que
aprender, con quién, con qué y cuándo, consideran que el niño es como una taza vacía
que hay que llenar de conocimientos y que hay que educar para que sea un ser sociable,
cosa que tampoco debiese ocurrir, ¿una taza vacía?, siendo que el niño es un ser
completamente lleno de dudas y ganas por descubrir cosas e intenta relacionar sus
conocimientos con otro y trata de buscar respuesta para todo, más bien suena como una
vela por encender, por ayudarlo y guiarlo para encontrar respuestas de acuerdo a su
propia construcción de aprendizaje. Extraigo algo que me llama la atención desde el blog
“Crecer sin escuela” es: “Aprender es lo importante, y aprender puedes hacerlo sin que
nadie te enseñe, y puede ser el mismo niño quien decide lo que quiere aprender, cómo y
cuándo. Parte de una filosofía diferente sobre el aprendizaje y sobre la vida. El niño es
como una planta pequeña, que crecerá hasta llegar a ser un árbol. Uno será un manzano,
otra una palmera, otro un castaño... El papel de los que están a su alrededor es darles el
espacio suficiente para poder crecer y desarrollarse a su manera y según su potencial”
(Artículo publicado en Boletín Crecer Sin Escuela número 14, enero 2004). Una idea que
rescato de la película se relaciona con la pregunta ¿En qué cosas está fallando la escuela?,
que la responde el educador Miguel Ángel Domínguez (Uruguay) , y dice lo siguiente:
“Principalmente en creer que el niño es un vaso que hay que llenar. El niño es un ser al
cual hay que incorporarle un montón de conocimientos y destrezas. Esto está bien para
épocas pasadas, pero en este momento, el nuevo niño viene con muchas ansias de ser, no
tanto de quedarse sólo en el saber. Y el ser no viene de afuera hacia dentro, sino que va
de adentro hacia fuera. Una nueva educación en vez de considerar al niño como un vaso
que llenar, habría que pensar que es un fuego que encender, un fuego que expandir. Eso
cambia totalmente la postura del docente, que deja de ser una persona que desde afuera
intenta enseñar, sino que realmente se transforma en un mentor, en un acompañante,
tratando de generar que el propio niño florezca.”

La tercera idea escogida es “La escuela ideal”, ya que abre muchas posibilidades a lo que
podríamos llegar a lograr como futuros educadores en el área de la Educación Diferencial,
pues tendremos en nuestras manos las herramientas, estrategias y habilidades para
utilizarlas en distintos grupos de estudiantes. Personalmente, me hubiera gustado tener
en mi etapa de escolarización básica profesores más motivados por enseñar, capaces de
crear nuevas instancias entre los compañeros para que nos conozcamos y podamos ser
mejores personas y no tan encerrados en nuestro grupo habitual de amigos. En la
Educación Media también hubiera sido interesante “aprender” –o memorizar- temáticas
más lógicas para la vida que pensaba tener o no tan lógicas, pero ni tan profundas, como
ocurre en el área de las Matemáticas y Lenguaje que son las disciplinas en que el gobierno
pone más énfasis y no permiten el aumento de las horas prácticas para las asignaturas que
permiten un mejor desarrollo emocional en el niño y joven, esto provoca el comienzo por
las pocas ganas o motivación por asistir al colegio o liceo, porque el estudiante sabe que
tendrá una clase que no le interesa o que el profesor no se preocupa de la mayoría de sus
estudiantes y continúa con la misma rutina de explicar, rayar el pizarrón y preguntar
¿Entendieron? ¿Alguien tiene dudas?, sabiendo que nadie –incluyendo a este estudiante-
se atreva a decir “Yo”, porque se estarían rompiendo las reglas y todo el tiempo que se
dedicó para esa materia quedó en nada y provoca una angustia y desmotivación en ambos
participantes del sistema educativo. Recojo la respuesta frente a la pregunta hecha a
William Rodríguez, Profesor de Pedagogía (Colombia) de ¿Cuál sería una escuela del
mañana? Y expresada mejor ¿Cómo le gustaría que fuera la escuela en algunas
generaciones más?, esto respondió: “Digamos que sería la escuela inclusiva. Claro, es un
reto. Primero, no estaría encerrada pero sería un lugar de encuentro, un territorio de
encuentro. Sería un reto delicioso para el pensamiento: encontrarte tú un grupo donde
haya indígenas, afros, mestizos, superdotados, sub-dotados como los llaman o, digamos,
lo que hoy se conoce como poblaciones diferentes: Down, Klinefelter, autismo, ciego o
baja visión, sordo o baja audición, y poder tener un equipo de profesionales que te
permitan interactuar con todos ellos en su diferencia y poder promover todo el potencial
que cada uno tiene. Porque, por ejemplo, decimos ¿qué tiene que hacer un autista en la
escuela? sí, claro, un autista no va a aprender lógica-matemática como la podríamos
aprender tú y yo, pero un autista tiene una sensibilidad tal que puede ser un gran artista.
Y la escuela le sirve de espacio socialización de encuentro con ese otro diferente.
Entonces, digamos que esa escuela inclusiva implica que nos encontremos en la mayor
cantidad de diferencias posibles y que, en colectivo, todos potenciemos las fortalezas que
cada uno tiene, generemos las condiciones de posibilidad para que las exploten al
máximo. Digamos que esa sería como una educación, no una escuela, sino una educación
del mañana porque cada vez se rompen más las fronteras de la escuela, a pesar de la
escuela. Cada vez, la sociedad, la comunidad con todo, sus problemas, sus riquezas se
mete en la escuela, a pesar de que la escuela cada vez pone más muros.”

Conclusión

Sinceramente, los temas que aborda “La Educación Prohibida” son varios y podrían
generar nuevos informes, pues el área de la Educación es muy amplia y hay temas que aún
no están resueltos del todo y que en esta oportunidad no fueron mencionados, quizás por
el nivel de reflexión que exige y que en un par de hojas no sería posible comentar su ideal
totalidad. Ver este documental fue inspirador y me hizo capaz de entender ciertas cosas
que siempre estuvieron allí y que nunca las había considerado, por lo que ahora me dan
ganas de realizar un cambio, empezando conmigo misma. Realizar este tipo de actividad
genera aprendizaje, pues necesita de investigación –por más diminuta que sea- y requiere
un interés por lo que se está haciendo y eso es complicado de conseguir en otras
asignaturas. Se aprende a generar opinión, muy fundamental para el resto de la vida, así
podrán defenderse temáticas futuras. Por otro lado, he quedado con dudas respecto a mi
futura labor como pedagoga y la principal inquietud ¿Cómo puedo lograr enseñar
aprendizajes significativos? ¿Qué debo hacer para que el estudiante quede conforme con
lo que se le ha enseñado? Sólo lo sabré si utilizo las estrategias adecuadas, debo
informarme bien y dedicarme a esta vocación, pues nunca se tratarán con las mismas
personas y debo adecuarme a cada forma de ser para satisfacer sus principales
inquietudes. “La Educación Prohibida” podría denominarse en un tiempo más:
“La Educación Creativa e Inclusiva de verdad”, en donde los profesores, padres y
estudiantes se sientan a gusto y conformes por los resultados del aprendizaje humano;
donde también se valoren más a las personas por lo que pueden llegar a hacer y no
desvalorizarlas por lo que son al momento de “evaluar sus conocimientos”, pues nadie es
igual al compañero y los ritmos y formas de aprender no son universales; hay que creer
más en el potencial que todos poseemos y dejar de limitar los procesos creativos, tanto de
niños, jóvenes y adultos diciendo: ¡Esto no se hace así!.
Políticas Educacionales y
Pensamiento Pedagógico Mg. Claudio Bahamonde Godoy

Informe crítico:
“La Educación Prohibida”

Nombre Estudiante: Natalia Becerra M.

Nombre Docente: Mg. Claudio Bahamonde G.

Asignatura: Políticas Educacionales y


Pensamiento Pedagógico

Fecha Entrega: 26 de Noviembre del 2014

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