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1. INTRODUCCIÓN
2. LA EXPOSICIÓN.
2.1. Aspectos pragmáticos.
2.2 Aspectos estructurales.
2.3. Aspectos lingüísticos.
3. FORMAS MÁS COMUNES DE LA EXPOSICIÓN.
4. CONCLUSIÓN
5. BIBLIOGRAFÍA
1. INTRODUCCIÓN.
Bronckart considera que el narrar y el exponer constituyen los dos grandes órdenes
discursivos a través de los que discurre la comunicación humana. Dentro del orden expositivo del
exponer, explicar y argumentar constituyen etiquetas referidas a dos modos cercanos y sin embargo
diferentes, de organización del discurso expositivo.
Estas dos actividades discursivas se producen de forma conjunta, entrelazada. Por una parte, la
explicación puede ser un recurso argumentativo: por ejemplo, dejamos claro un concepto para
posteriormente persuadir de su conveniencia, verdad o bondad. Por otra, la intención de la
explicación es muchas veces en sí misma argumentativa, puesto que buscamos convencer y
conseguir la adhesión de nuestra audiencia. Miriam Álvarez opina que no se puede hablar de una
separación tajante y rígida entre los textos expositivos y argumentativos.
Ambos modos discursivos exigen una situación dialógica: para que se produzcan, tiene que
haber por lo menos dos participantes y un objeto sobre el que se trata. En el caso de la explicación
la situación dialógica es asimétrica respecto al saber o al conocimiento: hay alguien que sabe más
que la audiencia sobre el tema objeto de explicación.
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como plantea Plantin, exige una situación democrática (pública o privada) que permita la discusión,
la confrontación de ideas.
2. LA EXPOSICIÓN.
Los aspectos pragmáticos de la exposición están determinados por la intención del emisor y
el tipo de receptor.
La actitud del emisor suele presentarse como objetiva, porque lo que interesa es el tema,
no tanto el emisor o autor. Ello implica la ausencia de referencias al emisor en el texto. La función
comunicativa que predomina es por tanto, la referencial.
En los textos expositivos, la situación comunicativa implica que el autor-emisor es un
especialista en la materia, y que el lector, una persona interesada en el tema, acepta la competencia
del autor.
Por otro lado, la intención de este, suele ser esencialmente didáctica, lo que justifica el
segundo rasgo característico de estos textos: la tendencia a la claridad, tanto en la organización de
ideas como en el léxico utilizado. La necesidad de evitar ambigüedades e imprecisiones que puedan
confundir al lector obliga al autor-emisor a poner un cuidado especial en el uso de la lengua, sobre
todo del léxico.
El tipo de receptor al que se dirige el texto expositivo es muy importante, pues determina,
junto con la intención didáctica del autor, el carácter del texto expositivo: divulgativo o
especializado. De la clase de receptor dependerá por tanto, el carácter del lenguaje que se use y los
ejemplos que se incluyen en las explicaciones del texto (las explicaciones serán mas simples y
generales, o más complejas y particulares)
Los textos divulgativos desarrollan un tema de interés general para un amplio sector del público
que no está especializado en ese tema. Por ello, su organización es muy clara y articulada, evitando
tecnicismos no imprescindibles, y apoyándose la comprensión del texto con ejemplos, resúmenes,
explicaciones…(libros de texto, enciclopedias, conferencias, coleccionables…)
Los textos especializados van dirigidos a un lector que posee conocimientos previos amplios
sobre el tema en cuestión. Así, se exige una mayor precisión una mayor precisión a la hora de
exponer los conceptos: léxico riguroso, abundantes tecnicismos, citas, formulaciones que utilizan
códigos específicos de la disciplina que se trate…(informes, leyes, artículos de investigación
científica…)
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Sobre todo en los textos de carácter divulgativo, es frecuente la aparición de definiciones de
conceptos o términos que presentan alguna dificultad, la ejemplificación o presentación de casos
concretos donde se cumple lo afirmado con carácter general, y la comparación, mediante la cual se
pretende que el lector comprenda una idea al relacionarlo con otro conocido o más familiar con el
que guarda alguna relación.
Tanto en los textos de estructura deductiva como en los de carácter inductivo, aparece a
veces el resumen de ideas para condensar la información más importante en partes del texto
especialmente largas o complejas con el fin de facilitar la comprensión del lector. Puede incluirse,
como ya hemos señalado anteriormente, pequeñas argumentaciones para defender con razones una
idea no evidente.
Las formas de estructuración de los textos expositivos pueden ser diversas, aunque siempre
han de tener una ordenación clara y coherente de los contenidos, con una progresión temática que
permita al lector comprender paulatinamente los conceptos e ideas.
La selección de información que hace el emisor debe partir del conocimiento global del tema, fijar
la perspectiva y tener en cuenta los conocimientos que se presupone que tiene el receptor.
Con todo, hay que tener en cuenta que si así lo desea el autor, pueden faltar tanto la
introducción como el resumen final.
Además de este esquema general de estructuración hay que tener en cuenta también ciertos
procedimientos expositivos básicos de ordenación lógica que permiten al autor-emisor ir
organizando la información del texto, relacionando unas ideas con otras:
Orden deductivo: el tema se expone al inicio y tiene carácter de idea general o definición. A
continuación se desarrolla esta idea con informaciones particulares que la explican o demuestran
(detalles concretos, ejemplos, consecuencias). Esta línea expositiva permite analizar la idea
inicial en sus diferentes aspectos, por lo que también puede denominarse estructura analizante.
Es frecuente esta estructura en la arquitectura de los textos históricos.
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Esquema encuadrado: la idea final concluye o reafirma lo expuesto en la inicial, y en el medio
se exponen los datos esenciales.
Esquema paralelo: las ideas expuestas no están subordinadas unas a otras por su contenido, y
tienen además igual importancia, por lo que no necesitan de una síntesis que los englobe.
Orden causal: el texto presenta ciertas informaciones o ideas como causas y otras como
consecuencias. Son característicos de este tipo de estructura los conectores que expresan causa
(porque, ya que, puesto que, debido a, por ello, por este motivo...) o consecuencia (por
consiguiente, en consecuencia, así que, luego, por tanto, de ahí que...).
Comparación y contraste: se exponen una serie de ideas que comparan y contrastan las
diferencias y similitudes de un objeto. Para ello se pueden utilizar analogías y descripciones.
Esta estructura se evidencia mediante el uso de conectores que manifiestan paralelismo
(igualmente, asimismo, de la misma manera...) o contraste (en cambio, por el contrario, sin
embargo, a diferencia de...).
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elevado. Este rasgo, propio de los textos humanísticos o científicos, se refleja en el abundante
empleo de sustantivos abstractos, y la escasez de verbos de acción. Los verbos más usados
son los que indican estado o proceso intelectual(ser, estar, hallarse, constar..). Dentro de la
morfología verbal es general el empleo del presente de indicativo, a menudo con valor
intemporal, y del pretérito imperfecto de indicativo, cuando se expone algo sometido a un
proceso temporal.
Nivel textual. Los textos expositivos escritos se estructuran en unidades de diversa naturaleza,
entre las cuales destaca el párrafo, que constituye una unidad de lectura y una unidad de
sentido. La división del texto en párrafos es un valioso medio facilitador de la lectura: permite
el reconocimiento de unidades de sentido que pueden ser tratadas independientemente, para
luego relacionarlos con la información anterior y siguiente. Por eso tiene una características
demarcadoras específicas: progresión tema-rema, conectores espacio-temporales, referentes
anafóricos y catafóricos, conectores lógicos… Formalmente, el párrafo se delimita por el signo
ortográfico denominado punto y aparte. En este tipo de texto es especialmente importante el uso
de las formas supralingüísticas: uso de títulos, subtítulos, cambios tipográficos…
El informe oral y escrito que se caracteriza por la objetividad y por presentar un discurso
ordenado en tres partes: introducción, cuerpo del informe y conclusión. Se exponen unos hechos
de forma imparcial para que el receptor tenga un mejor conocimiento sobre un determinado
problema. El informe escrito permite incluir cuadros sinópticos o paneles estadísticos para
ilustrar la información. El informe suele estar dirigido a un receptor muy concreto, interesado en
el problema que se expone.
La conferencia es una forma de exposición oral que desarrolla una serie de ideas sobre un tema
ante un público, para informarlo o persuadirlo. Se caracteriza por la subjetividad y amenidad en
la exposición (predomina un estilo directo, cercano al coloquial) sin perder seriedad y rigor en el
tratamiento del asunto.
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El discurso es el género más genuino de la exposición oral. Es una forma expositiva adecuada
para comunicar sentimientos, convicciones, y en menor medida, conocimientos. De ahí que
podamos hablar de discurso político (reflexión en público sobre un asunto de carácter político),
el mitin o arenga ( de tono elevado y solemne, tiene una clara función exhortativa, y sirve para
reafirmar a un auditorio en su ideología y enardecer a los receptores).
El examen académico es el desarrollo de un tema en una prueba para valorar los conocimientos
y aptitudes del emisor.
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su voluntad estilística, la diversidad temática, carencia de una estructura rígida, las digresiones,
la actualidad temática, las imprecisiones documentales…
Según Huerta Calvo, el ensayo, en sus diversas manifestaciones históricas aparece marcado por
el doble carácter de su materia e intención doctrinal y de su no ficcionalidad. Pero la índole
ideológica e informativa del texto ensayístico ha coexistido desde antiguo con una intención
estética, una “voluntad de estilo”(Marichal) que en no pocos periodos ha constituido su rasgo
dominante.
Desde Feijoo y Cadalso a Larra, Unamuno, Ortega o Sánchez Ferlosio, en el ensayismo español
de las tres últimas centurias ha cristalizado la incitación a mirar de forma nueva y crítica el
mundo. El ensayo se sabe en posesión de una verdad, la suya, pero no la difunde como dogma
indiscutible sino que la empuja al diálogo vivo con la inteligencia de su lector.
4. CONCLUSIÓN
5. BIBLIOGRAFÍA
Alvarez,M.: Tipos de escritos II: exposición y argumentación. Ed. Arco/Libros, Madrid, 1993.
Huerta Calvo, J. Ensayo de una tipología actual de los géneros literarios, Cátedra, Madrid, 1992.
Marichal, J.: Teoría e historia del ensayismo hispánico, Alianza Editorial, Madrid, 1994.
Christian Plantin, La argumentación. Barcelona, Ariel [Ariel Practicum], 1998.
Van Dijk, T. (1978). La ciencia del texto. Barcelona: Paidós, 1983
Bronckart, J. P. Teorías del lenguaje. Barcelona: Herder, 1980.
BernÁrdez, E. Lingúística del texto. Madrid: Arco/libros, 1987