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La técnica del semáforo, el medio para controlar las emociones

Toda persona experimenta señales físicas en el momento cuando se enoja, algunas de estas pueden
ser: sudor en las manos, la respiración se agita, la cara se enrojece, los músculos se ponen tensos,
se nubla la vista, se aceleran las pulsaciones del corazón, se siente un vacío en el estómago o se seca
la boca.

En condiciones como estas, cae bien la aplicación de La técnica del semáforo, la cual precisamente
consiste en reconocer estas señales y mediante este conocimiento comenzar la dinámica de controlar
las emociones. La situación es que cuando se presenta una de estas señales es semejante al semáforo
en rojo.

Descripción de La técnica del semáforo


1. Luz roja. Esto significa que, de la manera como se para una persona en un semáforo, la persona se
debe estacionar y comenzar a detectar las señales que se mencionaron en el párrafo anterior, este
es el primer paso que se debe dar en aras de determinar el estado de ánimo en el que el niño se
encuentra.
2. Luz naranja. En este momento se puede entrar en la concientización de manejar los sentimientos,
habiendo logrado el control de la emoción que se esté presentando, ya se está frente al descubrimiento
del estado de enfurecimiento que se tenga, es decir, se puede determinar la causa de lo que esté
sucediendo.
3. Luz verde. Este estado de La técnica del semáforo indica que el alumno debe pensar en primer lugar
cuál es la mejor forma de expresar la emociones que está experimentando en el momento y a la vez,
se necesita saber cuál es la mejor forma de salir de la emoción para retornar a un estado de
comportamiento normal.
4. Luz intermitente. Cuando el semáforo tiene una luz intermitente, significa que los vehículos se deben
detener para que los peatones puedan pasar, esto en los niños es cuando deben hacer un alto para
mirar minuciosamente su conducta.
5. Más allá de la situación emocional. Esta técnica no se centra únicamente en la situación emocional de
las personas, lo mejor de todo es que se extiende a lograr mejoras en cuanto al comportamiento que
en determinado momento se puede tener como respuesta a las circunstancias buenas o malas que
rodean al alumno.
6. Todo es de manejo. El problema mayor es cuando se deja que la conducta avance y no se detiene
para que la persona cambie en su forma de comportarse. Es por eso que La técnica del semáforo se
aplica en múltiples casos y se pueden ver los resultados positivos que los alumnos pueden
experimentar.
7. Lo normal de los niños. El comportamiento de los niños en cada una de las circunstancias que les
rodean es semejante, es decir, se enojan cuando no están de acuerdo con ciertas situaciones de los
demás niños y casi en todos los casos actúan de la misma manera, para lo cual sirve bien la técnica
antes dicha.
8. Gestionar las emociones negativas. La técnica del semáforo tiene que ver con la capacidad de
controlar las emociones de las que los niños son víctimas.

Técnica de la tortuga para el control de la hiperactividad


Técnica de la tortuga para ayudar a los niños hiperactivos
La hiperactividad en los niños es muy común, esta ocasiona que los mismos no sean capaces de
prestar atención a una misma cosa durante varios minutos. Para las personas que se encuentran en
un lugar con un niño hiperactivo es un poco molesto, pero para los menores es aún peor, ya que los
padres y los otros adultos no entienden que le está pasando al niño y lo que hacen es proporcionar
regaños y castigos.
La hiperactividad es un problema para el aprendizaje de los niños, porque no colocan el suficiente
empeño para entender los temas que se requieren en el desarrollo intelectual. La técnica de la
tortuga lo que hace es que los pequeños se protejan por medio de un caparazón cuando se sientan
agredidos o cuando quieran controlar diferentes emociones que dejan efectos negativos.
La importancia de la técnica de la tortuga en los niños hiperactivos consiste en que se invita a los
pequeños con la ayuda de algunos incentivos para que tomen un momento de quietud y relajación,
para que se tranquilicen y pueden volver a realizar las actividades propuestas como son las
académicas. Esta técnica es apropiada para los niños que se encuentran en primaria.

Hiperactividad. Técnica de la tortuga


Fases de implementación de la técnica de la tortuga
Para aplicar la técnica de la tortuga en los niños pequeños de forma efectiva es importante tener en
cuenta tres fases, que se implementan respectivamente en tres semanas. Cuando se termine el
proceso el niño va a responder de forma inmediata a algunas señales.
1. Fase: En la primera semana para que los niños respondan de la forma deseada ante la palabra tortuga
es necesario contarles la historia de la tortuga, después se realiza una práctica dirigida para que los
pequeños sepan cómo detenerse y meter la cabeza entre los hombros y encorvar el resto del cuerpo,
con el objetivo de tener un momento de relajación y estar como si en realidad estuvieran en el
caparazón. En esta primera fase también es necesario que se realice una práctica individual, de forma
que el niño con problema de hiperactividad, entienda que hacer cuando escuche la palabra tortuga.

2. Cuando el niño ha aprendido en que consiste la técnica de la tortuga debe aprender a relajarse por
medio de la misma. Cuando relaja los músculos se le olvida que tiene demasiada energía o que no se
puede quedar quieto, que es lo que le sucede a los niños hiperactivos. Es importante que los niños
entiendan cuando necesitan tomarse este descanso, para después reanudar las actividades normales.
3. En la tercera fase se debe enseñar tanto a los padres como a los niños, como por medio de la relajación
que proporciona esta técnica se puede solucionar el problema de hiperactividad. Para tener una
conclusión más apropiada es apropiado reunir a varios niños que tengan el mismo problema.

La técnica de la tortuga es un método de autocontrol que funciona durante mucho tiempo después,
ya que el cambio es voluntario, por medio de un método llamativo y divertido.

Modificación de conducta: 5 Técnicas que reducen conductas rebeldes en niños


La modificación de conducta tiene como objetivo minimizar o cambiar conductas “desadaptadas” o
rebeldes. Cada vez es más frecuente que nos encontremos con niños que desobedecen, mienten,
insultan, que se muestran agresivos y retadores, etc… Estos comportamientos, son claros
síntomas de que existe un problema de conducta. Tanto los padres como los profesores debemos
tratar de corregir y controlar estos comportamientos antisociales en la infancia si no
queremos que se intensifiquen en la adolescencia. Descubre estas 5 técnicas y estrategias de
modificación de la conducta que te ayudarán a controlar la conducta agresiva y retadora. Como huir
del castigo físico y educar sin violencia.
Modificación de conducta
La modificación de conducta no se consigue a través de la violencia. Todos los padres y
profesores deben tener claro que la violencia no tiene cabida en la educación. La violencia como
medida disciplinaria es inútil, pues sólo perjudica el desarrollo del pequeño. La modificación de
conducta solo se consigue a través de “reglas” que ayuden a los niños a conocerse mejor,
entender qué es lo que se espera de ellos, y lo que pueden o no hacer.
¿Cómo no se debe educar a un niño? Descubre el efecto Pigmalión. La modificación de conducta
persigue el cambio de comportamiento a través de técnicas y estrategias psicológicas dirigidas
a mejorar el comportamiento de los niños. Estas estrategias, pueden ayudar a que los pequeños
desarrollen todo su potencial, manejen la frustración, se adapten a los cambios, y seleccionen
conductas útiles para lograr sus metas y objetivos. La aplicación de estos métodos que presentamos
más abajo, ayudará a controlar la conducta en la infancia y promover el bienestar, satisfacción y
competencia personal en la infancia.

Técnicas de modificación de conducta

Cuando se trata de modificar conductas en niños, son muchos los padres que se sienten perdidos. A
continuación, proponemos algunas técnicas útiles de modificación de conducta que se pueden
aplicar en casa o en la escuela para conseguir que los niños controlen o corrijan comportamientos
antisociales.

Utilizando estas técnicas de una manera adecuada se puede obtener buenos resultados desde
edades muy pequeñas. Es importante valorar que técnica debe usarse en cada momento y no
realizar una mezcla de varias sin conseguir el objetivo propuesto. Lo más importante a la hora de
modificar la conducta de los niños, es crear en ellos la menor insatisfacción posible, y que puedan
cumplir con los estándares pedidos por los padres de una manera adecuada, y sin sentirse
frustrados por estar sometidos a castigos y broncas diarias.
1. Técnica de “tiempo fuera” para modificar conductas

La primera técnica de modificación de conductas, es muy sencilla y de fácil aplicación. El “tiempo


fuera” es una técnica que puede aplicarse para modificar muchas conductas. La esencia de
esta técnica consiste en apartar al niño a un sitio que carezca de estímulos positivos para el/ella, un
lugar donde no tenga juegos o compañía con la que pueda entretenerse. No se trata de buscarle un
sitio hostil, sino un lugar que le resulte aburrido. Debemos conseguir que esté en ese sitio que no le
gusta durante un periodo de tiempo.

Pongamos un ejemplo, un niño lleva mucho tiempo viendo la tele, su padre decide apagar el
televisor, y es entonces cuando el pequeño coge una gran rabieta ¿Cómo podemos gestionar la
situación? Para aplicar correctamente la técnica de “tiempo fuera” debemos retirar al pequeño a un
lugar que resulte poco gratificante para el/ella. Lo haremos inmediatamente después de que
aparezca la conducta indeseable. Sin discutir con el, y de forma pausada y tranquila, explicándole
detalladamente que cuando corrija su conducta, nosotros estaremos ahí para jugar con el, o realizar
una actividad gratificante y divertida.
Esta técnica de modificación de conductas es muy sencilla, pero tiene un factor muy importante que
se debe considerar, y es el tiempo que el niño debe de estar en la situación de “tiempo fuera”. El
tiempo debe ser proporcional a la edad del niño, por lo tanto, a cada año que tenga el niño se le
sumará un minuto, lo que viene a ser, en niños de 5 años, 5 minutos en “tiempo fuera”. Este dato es
muy importante ya que si no se realiza de esta manera, la técnica puede ser aversiva para el niño, y
por lo tanto, puede no tener los beneficios que deseamos. La edad en el desarrollo del niño juega un
gran papel en la conducta del pequeño. Descubre las etapas del desarrollo del niño.
2. Técnica de “extinción” para modificar la conducta

Otra técnica importante, pero que no se suele aplicar correctamente es la “extinción”. Esta técnica de
modificación de conductas, consiste en suprimir las recompensas que el pequeño espera conseguir
con su conducta. La mayor parte de nosotros presta atención a las transgresiones, es algo que nos
resulta difícil de ignorar, y los pequeños lo saben y lo utilizan en su beneficio. Si nuestro hijo nos
contesta mal consigue nuestra atención: emprendemos una discusión, intentamos dar explicaciones,
hacerle entrar en razón y convencerle…. La técnica de extinción consiste en eliminar todo aquello
que refuerza la conducta indeseada del pequeño.

Por ejemplo, un niño que este haciendo chantaje emocional a su madre para no ir al cole con
comentarios del tipo “me llevas al cole para librarte de mí”, “¿es que no quieres que pase tiempo
contigo?”, etc… En esta ocasión, aplicaríamos la técnica de extinción de conductas, sustituyendo
esos comentarios por algo gratificante. Una práctica adecuada, sería, por ejemplo, preguntar al
pequeño sobre sus dibujos animados favoritos, ignorando el comentario que el niño había hecho
anteriormente. Hacer como si no le hubiéramos escuchado y quisiéramos iniciar una conversación
con el.
En la “extinción” es muy importante que siempre aparezca un sustituto gratificante ya que si
esta técnica se lleva a cabo sin ser acompañada por un estímulo positivo, puede que el pequeño se
sienta ignorado, repercutiendo negativamente en sus emociones. Esta técnica no se debe utilizar
ante conductas peligrosas. Descubre los tipos de aprendizaje cognitivo.
3. Técnica de “modelamiento” para modificar la conducta
Otra técnica muy útil, a la par que práctica, y que se puede aplicarse en diversas áreas, es el
“modelamiento”. Esta técnica para modificar la conducta, consiste en imitar a la otra persona
haciendo exactamente lo mismo que ha hecho ella. Aquí las neuronas espejo cobran gran
importancia.
Un ejemplo útil en el que podemos utilizar esta técnica de modificación de conductas, es a la hora
de enseñar al niño una nueva habilidad, como puede ser, por ejemplo, poner la mesa. Primero la
madre o el padre debe realizar la tarea explicando cada paso que da, desde poner el mantel hasta
sentarse a esperar la comida. Para ello, debe explicárselo al niño de la manera más didáctica posible
para que preste atención.

Por ejemplo, un niño que le gustan los dibujos animados sobre superhéroes se puede imaginar que
cada elemento que coloca en la mesa (vasos, cubiertos, servilletas..) es un superhéroe que va a
reunirse a la base (la mesa) con el resto e amigos. Los padres deben de ponerle el mismo ímpetu
que pondría el niño para que así sea más entretenido. Una vez el padre o madre que ha realizado el
modelamiento debe recoger todo lo que había puesto y dejarle al niño que él lo repita ahora sin
ayuda.

Si el pequeño se equivocará en algo es bueno no reprenderle y esperar a ver si a la siguiente vez


consigue acordarse de lo que anteriormente no había hecho bien. Importancia de la motivación en el
aprendizaje.
4. Técnica de “economía de fichas” para modificar la conducta
La “economía de fichas” es otra técnica de modificación de conductas que puede ser muy divertida
para padres y niños. Se trata de establecer un sistema de recompensas en el cuál, para obtener un
premio (comida favorita, juguete, excursión, juegos mentales, etc…) deberá desarrollar determinadas
conductas deseadas (los deberes, ordenar su habitación, lavarse los dientes, ayudar a poner la
mesa, etc…) y dejar de hacer otras que deben concretarse.
Un ejemplo útil, cada vez que el pequeño realiza la conducta deseada se le entregará
inmediatamente un reforzador (fichas, puntos, etc…) el niño irá recogiendo estas recompensas hasta
llegar al número que hemos determinado, momento en el que le entregaremos el premio final. Lo
importante de esta estrategia para modificar la conducta, es que el niño se de cuenta de que obtiene
muchos más beneficios y privilegios cuando se comporta de forma adecuada.

Es importante que contemos con una pizarra o cartulina que esté visible para todos los miembros de
la familia, donde se pueda ver el estado de los puntos obtenidos semanalmente. Debemos fijar y
pactar de antemano los premios que entregaremos. Deben ser recompensas claras y que resulten
realmente atractivas para el niño, y deben aparecer reflejadas en la pizarra.

Cada vez que entreguemos una ficha o punto, debemos acompañarlo de comentarios positivos
“Estoy muy contento porque te has esforzado”. Descubre las diferentes formas de elogiar que
fomentan la autoestima en niños.

Descubre en este vídeo como puedes aplicar la técnica de la economía de fichas para la
modificación de una conducta.

Además en esta técnica se puede incorporar la pérdida de puntos cuando el niño no cumple
con el objetivo que tenía establecido. De esta forma se controla muy bien que el niño cumpla con
sus obligaciones y no sea castigado con nada aversivo cuando no lo haga. Este sistema es muy útil
en los colegios y en la mayoría de ellos se aplica pero tiene mucha eficacia también aplicado en
casa.

5. Técnica de “intención paradójica” para modificar la conducta.

La última técnica de modificación de conducta de la que vamos ha hablar es de la “intención


paradójica”. Es una técnica con muy buenos resultados pero resulta compleja, ya que se trata de
pedirle al niño que haga aquello que justamente nosotros queremos evitar.

Por ejemplo, cuando un niño desobedece continuamente la orden de recoger sus juguetes, y
siempre se niega sistemáticamente a ordenar. El niño cada día entra en una dinámica de
provocación. Qué sucedería si un día los padres le dijeran: Hoy no quiero que recojas, quiero que no
hagas absolutamente nada.
La primera sensación que le vendrá al niño a la cabeza será satisfactoria porque no tiene que
esforzarse en hacer lo que no le gusta hacer. Sin embargo, en ese momento los padres deben de
ingeniar alguna actividad divertida con el resto de los hijos, o entre sí. Como por ejemplo, cocinar
una receta divertida, contar cuentos, reírse mucho. El niño querrá participar, sin embargo los padres
deben decirle que no, que siga sin hacer nada, que era lo que el quería.

Esta técnica tiene varias limitaciones y debe valorarse antes la idoneidad del perfil del niño ya que
puede causar la acción contraria y por ello no resultar del todo útil.

Si después de aplicar estas técnicas de modificación de conductas, el niño sigue sin responder
correctamente, siempre se puede acudir a especialistas para que realicen una exploración
neuropsicológica completa y puedan descartar cualquier tipo de desorden neurológico.

El bienestar y desarrollo conductual en la infancia, depende de los padres y educadores. Los niños
no responden como los adultos, por lo que siempre debe adaptarse todas las modificaciones de
conducta a lo que ellos necesiten.

Como dijo Jean Jacques Rousseau: “La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y
sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras”.

Muchas gracias por leer, no dudes en dejar abajo tus comentarios con preguntas, dudas, o

las estrategias de modificación de conducta que a ti te funcionan

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