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EQUILIBRIO

Es conveniente considerar primero las características de una operación particular en el equilibrio


y luego generalizar los resultados a otras operaciones. Como ejemplo, considérese la operación
de absorción de un gas, que sucede cuando se disuelve el amoniaco de una mezcla amoniaco-
aire en agua líquida. Supóngase que una cantidad fija de agua líquida se coloca en un recipiente
cerrado junto con una mezcla gaseosa de amoniaco y aire; todo se dispuso de tal forma que el
sistema se mantuviera a temperatura y presión constantes.

Puesto que el amoniaco es muy soluble en agua, una parte de las moléculas de amoniaco se
transferirán instantáneamente del gas al líquido, cruzando la superficie interfacial que separa las
dos fases. Parte de las moléculas de amoniaco regresaran al gas, con una rapidez proporcional a
su concentración en el líquido.

Conforme más amoniaco entre en el líquido y cuanto mayor sea el aumento consecuente en la
concentración de amoniaco en el líquido, tanto mayor será la rapidez con la cual el amoniaco
regresa al gas; no obstante, llegará un momento en que la rapidez con la cual el amoniaco entra
en el líquido será exactamente igual a aquella con la cual lo abandona.

Al mismo tiempo, mediante el mecanismo de difusión, las concentraciones en cada fase se


vuelven uniformes. Ahora existe un equilibrio dinámico; aun cuando las moléculas de amoniaco
continúan transfiriéndose de una fase a otra, la transferencia neta desciende a cero. Las
concentraciones dentro de cada fase, ya no cambian. Para el observador, que no puede ver cada
una de las moléculas, aparentemente la difusión se ha detenido.

Si ahora se inyecta una cantidad adicional de amoniaco dentro del recipiente, después de cierto
tiempo se alcanzará una nueva serie de concentraciones en el equilibrio; las concentraciones en
cada fase serán mayores que las obtenidas inicialmente.

De esta forma, al final se puede obtener la relación total entre las concentraciones en el
equilibrio en ambas fases. Si se designa al amoniaco como la sustancia A, las concentraciones
en el equilibrio en el gas y en el líquido, yA y x fracción mol, respectivamente, darán lugar a una
curva de distribución en el equilibrio.
Esta curva es independiente de las cantidades iniciales de agua y aire, y sólo depende de las
condiciones, como temperatura y presión, que se le impongan al sistema de tres componentes.

Es importante observar que en el equilibrio las concentraciones en las dos fases no son iguales;
más bien, el potencial químico del amoniaco es igual en las dos fases; además, se recordara que
esta igualdad en los potenciales químicos, no en las concentraciones, es la que interrumpe la
transferencia neta del soluto

Por supuesto, la curva de la figura no muestra todas las concentraciones que existen en el
equilibrio dentro del sistema. Por ejemplo, el agua se evaporará parcialmente en la fase gaseosa;
asimismo, una pequeña cantidad de los componentes, del aire quedará disuelta en el líquido, y
se establecerán las concentraciones en el equilibrio de estas sustancias. Por el momento no se
van a considerar estos equilibrios, puesto que son de poca importancia para el tema por tratar.
Obviamente, para describir el equilibrio, pueden utilizarse también otras unidades de
concentración diferentes a fracción mol.

Por lo general, siempre que una sustancia se distribuya entre dos fases insolubles, se puede
establecer un equilibrio dinámico de este tipo. Los diferentes equilibrios son propios del sistema
particular que se esté considerando. Así, reemplazando el agua en el ejemplo anterior por otro
líquido como benceno (o por un adsorbente sólido, como carbón activado), o reemplazando el
amoniaco por otro soluto como di6xido de azufre, se obtendrán en cada caso nuevas curvas que
no guardan relación con la primera.

El equilibrio resultante para un sistema de dos fases líquidas no tiene relación con el de un
sistema líquido-sólido. El análisis de las formas características de las curvas en el equilibrio
para diferentes situaciones y la influencia de las condiciones como temperatura y presión, debe
efectuarse cuando se estudien las operaciones unitarias individuales. No obstante, los principios
siguientes son comunes a todos los sistemas en que ocurra la distribución de sustancias entre
dos fases insolubles:

1. En un conjunto fijo de condiciones existe, con referencia a la temperatura y presión, una serie
de relaciones en el equilibrio; dichas relaciones pueden mostrarse gráficamente en la forma de
una curva de distribución en el equilibrio para cada sustancia distribuida; con este propósito, se
grafican una contra otra las concentraciones en el equilibrio de la sustancia en las dos fases.

2. Para un sistema en el equilibrio, no hay difusión neta de los componentes entre las fases.

3. Cuando un sistema no está en equilibrio, la difusión de los componentes entre las fases
sucede de tal forma que el sistema alcanza una condición de equilibrio. Si hay tiempo suficiente,
prevalecerán por último las concentraciones en el equilibrio.

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