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diversas medidas para responder a los distintos riesgos que enfrenta, evitando así pagar los altos
costos políticos, económicos y/o sociales de los desastres”.
Hill (2013), menciona que conceptualmente para que
la continuidad sea efectiva y eficiente, tiene tres niveles, tal
como se aprecia en el grafico N° 1. El primer nivel la
Continuidad de Operaciones (COOP), permite garantizar
que el trabajo de las instituciones públicas y de la sociedad
no sea interrumpido ante la ocurrencia de una crisis
(emergencia o desastre). Dado que es un trabajo multi
sectorial y multiinstitucional, constituye los cimientos para
garantizar la Continuidad de Gobierno (COG), que
constituye el segundo nivel de la continuidad, que permite
asegurar la vigencia jurídica del gobierno, la protección de
los intereses generales de la sociedad, salvaguardar la
forma de gobierno legítimamente establecida y por lo tanto
el hacer cumplir el orden constitucional y político.
Contando con las condiciones de funcionamiento básico y de coordinación entre las
entidades públicas y privadas, generadas por el primer y segundo nivel (COOP y COG), entonces
podemos transitar al tercer nivel que es el de la Continuidad de Desarrollo (COD), cuya prioridad
es la de mitigar el impacto adverso del aparato productivo ocasionado por el desastre, de tal
forma que se evite la quiebra financiera, se preserve las actividades productivas y los empleos,
salvaguardando el funcionamiento de la economía nacional o local.
Por lo que los tres niveles de continuidad, requieren un gran compromiso de las
entidades públicas y privadas, de la voluntad política y sobre todo de una gran responsabilidad
social. En este contexto nuestro país, ha dado unos pasos en la Gestión del Riesgo de Desastres,
y específicamente en la Continuidad Operativa de las instituciones públicas al aprobar mediante
Resolución Ministerial N° 028-2015-PCM, los “Lineamientos para la Gestión de la Continuidad
Operativa (GCO) de las entidades públicas en los tres niveles de gobierno, así como la
implementación de la Gestión de la Continuidad Operativa”, y disponer el Titular de la entidad
pública, mediante la norma correspondiente, apruebe e implemente su Plan de Continuidad
Operativa (PCOOP) respectivo.
La GCO y la formulación e implantación del PCOOP de las diversas entidades del Estado,
requieren primeramente de la voluntad política de los titulares de las entidades, dado que los
mismos insumirán recursos humanos, materiales y financieros, pero que a su vez permitirán que
la entidad continúe operando, ante la ocurrencia de un desastre de gran magnitud o de cualquier
evento que interrumpa o produzca inestabilidad en sus operaciones, como un atentado terrorista,
un incendio, etc. Asimismo se requiere la concurrencia y compromiso de las diferentes entidades
públicas, privadas y sociales para que en forma permanente interactúen en el desempeño de sus
funciones, por lo que se requiere un constante intercambio de información y adecuados canales
de comunicación que permitan alcanzar los objetivos.
En este punto, quisiera resaltar el grado de compromiso de la Fuerza Armada (FFAA),
quien ha demostrado un alto
grado de compromiso y
responsabilidad social, así
como la voluntad política
para afrontar la emergencia,
pero si en lugar del FEN, se
hubiese materializado el
escenario de sismo y
tsunami en Lima y Callao,
planteado en el 2014 por el
IGP, CISMID y DHN, con
recurrencia de más de 250
años, el mismo que se
describe en el cuadro, cual
sería entonces la situación,
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State Fragility.- Un estado frágil tiene varios atributos, y tal fragilidad puede manifestarse de varias maneras. Sin
embargo, algunos de los atributos más comunes de la fragilidad del estado pueden incluir: 1) La pérdida del control
físico de su territorio o el monopolio del uso legítimo de la fuerza; 2) La erosión de la autoridad legítima para tomar
decisiones colectivas; 3) Una incapacidad para proporcionar servicios públicos razonables; 4) La incapacidad de
interactuar con otros estados como miembro de pleno derecho de la comunidad internacional.