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MODULO ENFOQUES SOBRE LO PÚBLICO

JUSTIFICACIÓN DEL MÓDULO

UNIDAD UNO

1. Lo público en la antigüedad………………………………………….6

A. Grecia…………………………………………………………………6
B. Roma……………………………………………………… …………..8
C. Edad Media…………………………………………………… .……..9

Preguntas de trabajo
Debates
Taller

UNIDAD DOS

2. Lo público en la modernidad………………………………………12

a. Las tesis contractualistas…… .………………………………..13

b. Las tesis liberales. Kant y Locke… .…………………………..15

c. La concepción hegeliano –marxista…………………………..17

d. La concepción democrática. Tocqueville……………………..19

Preguntas de trabajo
Debates
Taller

Capítulo especial para trabajo del estudiante


Lo público en la historia de Colombia

UNIDAD TRES

1. Lo público y las transformaciones del Estado contemporáneo ….

2. Lo público y la crisis del Estado……………………………………30

3. Debates contemporáneos sobre lo público ( Habermas, Arendt


Castoriadis, Levinas). ¿Lo público en sustitución del Estado?

- 2. a. Lo público en Jurgen Habermas. ………………………30

- 2. b. Lo público en Hannah Arendt………………………….32

- 2. c. Lo público en John Rawls…………………… ………..33

- 2. d. Lo público en Emmanuel Levitas………………………34

Preguntas de trabajo
Debates

UNIDAD CUATRO

1.Dimensiones de lo público…………………………………………..35

2. Lo público y las nuevas formas de la ciudadanía (Lo públ


globalización)……………………………………………………………35
3. Lo público económico (los bienes públicos) ………..………………38
4. Lo público jurídico (el espacio público) (lo público en l a Con
Política)……………………………………………………………………39

5. Lo público cultural (homogeneidad, heterogeneidad, t


fragmentación,
inclusión)…………………………………………….……………………40

Preguntas de trabajo
Debates
Taller

UNIDAD CINCO

1. Formas de administración de lo público……………………………..4

2. Para una reconstrucción de lo público……………….……………….5

Autores consultados……………………………………………………..53
ENFOQUES SOBRE LO PÚBLICO

Justificación del Módulo

La discusión sobre lo público, en tiempos de reconfiguración del Est


predominio de los mecanismos de mercado como factor determinan
interacciones en la sociedad, se hace más apremiante que nun
discusión debe realizarse sobre la naturaleza de lo
transformación, su concreción en lo nacional, pero también en lo m
en lo local. Los desafíos que las nuevas formas de lo público plant
teoría política, a las ciencias sociales en general, a la acción colecti
supuesto, a la gestión pública, son temas de relevancia socia
escenario académico debe contribuir con su entendimiento.

Un primer problema a plantear en relación con la administración


que tanto los contenidos normativos como académicos se hiciero
paradigma de la centralidad del Estado en la vida social e individua
uno de los rasgos que caracteriza a la era moderna. De suerte q
entender la importancia y la emergencia de lo público, en el conte
administración pública, tanto como categoría filosófica, política, ju
científica, es necesario entender una metamorfosis que no ha term
concluir, como es el cambio de lo estatal a lo privado, y de ahí a lo pú

Lo público, como ese escenario de encuentro simbólico de ci


ciudadanas en sociedades fragmentadas y atravesadas por d
vectores de desintegración (pero también de integración) será e
fundamental de estudio de este módulo. Si todavía está en el tras
una escuela de administración pú blica la intención de “admini
gestionar –que no es lo mismo, pero es igual) es necesario pregunt
es lo que hoy todavía puede administrarse. Es decir, ¿Cuál es ese u
de recursos institucionales, simbólicos y materiales, que aún se ex
función de alguna pretensión de acción colectiva ordenadora que no
en el mercado, ni en la sociedad civil , ni el Estado. Todo indica que p
lo público , pero que lo sepamos no significa, necesariamente, que lo
ver, al menos con facilidad.

Objetivo general

Conocer en profundidad la historia y la evolución del concepto de lo


en función de una articulación con los requerimientos de la gestión
contemporánea.

Objetivos específicos

Identificar los distintos enfoques filosóficos sobre el concepto de lo


su recepción en la teoría política y la administración pública.

Entender la evolución del concepto de lo público en la historia colom


su actual configuración a la luz de los desafíos de la globali zació
reforma del Estado.

Proponer elementos teóricos para una reconceptualización de lo pú


acuerdo con las características del régimen político colombiano.
UNIDAD UNO

1. Lo público en la antigüedad

A. Grecia

Una de las primeras nociones de lo público que se tiene de la ant


hace referencia a la polis griega que se vivió en Atenas entre los sigl
VI A.C. En la vida política griega del período micénico no exis
diferenciación entre la esfera pública y la esfera pr ivada tal y
entendemos en la modernidad. Si bien el número de personas que
participar de la vida política era reducido –estaban excluidos la
los menos de edad, lss esclavos y los extranjeros -, cualquiera que ad
la condición de hombre político –zoon politikòn - podía expre
opiniones y hacer valer su palabra en la esfera pública1.

Lo público era un todo –si puede decirse- y en esa medida, el ciu


ateniense no precisaba de un representante para la defensa de sus i
La otra visión de lo público se dio en Esparta, donde la democr
vivida de manera distinta a como se vivió en Atenas.

Veamos un extracto de un texto de José Nun que nos ayuda a enten


diferencia entre la democracia ateniense y la espartana que de
manera prefigura dos distintas nociones de lo público en la modernid

“importa diferenciar entre dos grandes interpretaciones


participación de los ciudadanos en el espacio público, ambas
prosapia. Una es precisamente la de la democracia entendi
expresión efectiva de la voluntad general, es decir, como gob
1
Advertencia metodológica. Es necesario ser cuidadoso con el uso de categorías modernas
ciudadano, Estado, democracia, concebidas en escenarios históricos distintos y que pueden
observar realidades anteriores , en retrospectiva, con las debidas limitaciones.
pueblo. La otra, en cambio concibe principalmente a la part
popular como soporte del gobierno de los políticos”. (Nun, Jos
¿Gobierno del pueblo o gobierno de los políticos? Fondo de
Económica, colección popular, página 24).

Hannah Arendt ha enriquecido la discusión sobre los orígenes de lo


en la Grecia antigua, y su obra es considerada un inevitable p
partida de la discusión. Para la pensadora de origen judío para lo
una cosa era el ser social y otra cosa el ser político.

El pensamiento político aristotélico recogió en la expresión zoon p


dos de los atributos fundamentales del hombre que ya prefig
pensamiento presocrático: su capacidad de acción en sociedad (pra
capacidad de argumentar, de discurso (lexis). La vida política (bios p
que solo era posible en la ciudad, en la polis, excluía otras esferas d
humana, lo que podríamos llamar la esfera privada.

La esfera pública griega era entonces el escenario para actuar en co


argumentar en colectivo, el universo de la acción y de la palabra,
función del colectivo. Lo demás, los asuntos que no trascienden a lo
estaba reservado a la familia. Según Arendt:

“El nacimiento de la ciudad-estado significó que el hombr


además de su vida privada, una especie de segunda vida,
polítikos. Ahora todo ciudadano pertenece a dos órdenes de
y hay una tajante distinción entre lo que es suyo (ilion) y l
comunal (koinon)”. Arendt, Hannah, 1993. La Condición H
Paidos, página 39.

Una primera puesta en escena de la tensi ón entre lo público y lo pr


el mundo griego, se puede ver en la tragedia de Sófocles, Antígona.
Antígona, hija de Edipo, rey de Tebas, y de Yocasta, c
voluntad de Creonte dio sepultura a su hermano Polinices
ordenó enterrarla viva junto a su hermano pero ella se suici
de ser ejecutada. Hemón, hijo de Creonte quien estaba enam
Antífona, también se suicidó junto a la tumba de su amada.

En Antígona queda evidenciada la disyuntiva en acatar el deber int


su familia o las leyes de la ciudad. Es decir, entre lo pr ivado y lo
Antífona fue sentenciada –habría que agregar que sin fórmula de ju
desacatar las leyes de la ciudad, el deber hacia lo público.
destacar la reflexión de Arendt cuando señala que la esfera pri
familia, es la esfera de las necesidades mientras que la esfera públi
las leyes, es la esfera de libertad. Uno de los rasgos que trascendió
Antigüedad hasta la modernidad es que el mundo de las leyes, el Es
esfera pública, podemos decir provisionalmente- es la esfera necesa
asegurar la libertad de las personas.

Sin embargo, podemos preguntarnos, mucho antes de revisar el apo


teoría política liberal: ¿Es en la esfera pública donde el ciudadano a
se sentía libre por oposición al ciudadano moderno donde es en
privada –la que no puede ser objeto de intervención por parte del
dónde el ciudadano se siente libre? ¿Es lo público moderno una neg
la libertad?

B. Roma

El concepto de lo público en Rom a difiere del de Grecia, ya qu


prefigura una esfera distinta del individuo y del Estado (la res pú
cosa pública), que es la esfera social, la cual lograría su consolidac
era moderna en el Estado- nación. La republica, esa forma de orga
política que sucedió a la monarquía etrusca en los siglos VI y IV
caracterizó por ser la esfera de las acciones y de los intereses públi
forma de entender lo que era opuesto a lo privado o familiar, qu
central en el pensamiento romano, y de ahí la enorme construcció
en torno del derecho privado y la pobre reflexión sobre lo público. Pe
la propia Arendt, acaso derivada de una mala traducción al latín del
polis, los romanos entendieron que por un lado existía la cosa púb
pública) y , por otro, la civitas, un espacio donde el individuo
transacciones comerciales –fundamentalmente com pra y venta de e
que no es la esfera privada familiar y tampoco es la esfera pública
entendieron los griegos . Este dato es interesante retenerlo para r
más adel an te cuando se discuta la evolución del concepto de lo púb
modernidad, porque una cuidadosa genealogía podría llevarnos a
que la forma de lo público que trascendió al mundo occidental y qu
encuentra en la mayor parte de las constituciones estaba más c
concepto romano que del concepto griego. No en vano la ciudad (la ci
espacio por excelencia de la decantación de lo público en el mu ndo m
es una acepción de origen latino.

C. Edad Media

En la edad media –ese período histórico que va desde el siglo V hast


XV, y que ha sido recogida por la literatura política contemporá
manera equivocada) como una era oscura par a el pensamiento
surge un espacio distinto al de la polis griega y al de la res pública
el espacio secular.

La Iglesia Católica compartió con los reyes el poder político, pe


tránsito hacia la modernidad –influido entre otros fenómenos
Reforma Protestante- se empezó a evidenciar una fragmentació
poder. Por un lado, el poder de los reyes, el poder terrenal,
temporal. Y, por otro, el poder divino, el poder de los Papas. Exp
tomadas del Cristianismo como “dar a Dios lo que es de Dios y a
que es del Cesar” o “mi Reino no es de este mundo”, ejemplifican la
que reyes y Papas tenían sobre el ejercicio del poder político. Vol
Arendt:

“La desaparición de la zanja que los antiguos tenían que sa


superar la estrecha esfera doméstica y adentrarse en la po
esencialmente un fenómeno moderno. Tal separación entre lo
y lo privado aún existía de algún modo en la Edad Media
había perdido gran parte de su significado y cambiado por
su emplazamiento. Se ha señalado con exactitud, que, tras
del Imperio Romano, la Iglesia católica ofreci ó a los hom
sustituto a la ciudadanía que anteriormente había
prerrogativa del gobierno municipal. La tensión medieval
oscuridad de la vida cotidiana y el grandioso resplandor que
todo lo sagrado, con el concomitente ascenso de lo se
religioso, corresponde en much os aspectos al ascenso de lo
público en la antigüedad. Claro está que la diferencia es m
ya que por muy mundana que llegara a ser la Iglesia, en
siempre era otro interés mundano el que mantenía uni
comunidad de creyentes. Mientras que cabe identificar co
dificultad lo público y lo religioso, la esfera secular bajo el feu
fue por entero lo que había sido en la antigüedad la esfera pri
característica fue la absorción, por la esfera doméstica, de t
actividades y, por tanto, la ausencia de una esfera púb lica”
Hannah, 1993. La Condición Humana. Paidos., Páginas 45

Preguntas de trabajo
1. Pensando en esos tres períodos de la historia ¿Existe
diferencia entre lo público y lo político?
2. ¿Cómo definiría la polis griega y cuáles sus carac
fundamentales?
3. ¿Cómo definiría la res pública y la civitas romana, y cu
características fundamentales?
4. ¿Cómo caracterizar lo público en la Edad Media?
5. ¿Qué rasgos de la esfera pública en la Antigüedad trascendie
Era Moderna?

Debates

Los alumnos discutirán sobre la diferenciación entre lo público, lo p


lo social.

Taller

- El estudiante deberá leer la tragedia Antígona de Sófocles y


un escrito de dos páginas reflexionando sobre lo público y lo
en el mundo helénico.
- El estudiante leerá completo el capítulo II de la Condición Hu
Hannah Arendt y realizará una reseña sobre los aspec
destacados de la discusión sobre el surgimiento de la esfera pú
UNIDAD DOS

2. Lo público en la modernidad.

Si para los griegos la vida privada (ilion ) es la vida inútil, la de los


para los romanos el refugio temporal del ciudadano al margen d
pública, en el mundo moderno, la esfera privada es el dato sobre
construye toda la teoría política, según Arendt, no tanto para opon
esfera pública –a la sociedad política- sino para oponerla a la socied
a la esfera social.

El concepto de lo público es fundamentalmente una creación mode


términos sencillos lo público es lo que está a la vista de todos y debe
la máxima publicidad posible porque concierne a todos. En la antig
público se obtenía por exclusión mientras que en la moderni
inclusión. Otra característica esencial de lo públ ico –acaso un
insospechado del pensamiento griego - es que lo público, la esfera pú
aquel lugar –en principio inmaterial- donde el hombre se hace
defiende su libertad por medio de las palabras, donde está pros
violencia. Pero esto no fue siempre así. Retomemos a Aren dt:

“La esfera público-política cumplía con dos condiciones esen


Permitía a todos los ciudadanos ser vistos y oídos por todos, e
más amplia publicidad para un hecho visible desde to
perspectivas p osibles. En este ámbito la presencia de l
asegura la realidad del mundo y la publicidad es lo que perm
brillar a través de siglos cualquier cosa que los hombres
salvar de la ruina natural del tiempo y b) Posibilitaba u
común diferenciado del lugar que se poseía privadamente
mundo de los asuntos humanos comunes. Esta esfera era
donde los hombres podían mostrar su unicidad, su dist
alteridad a través del discurso y la acción. Aquí ellos enc
recinto donde podían revelar quienes eran. La esfera públic
sitio donde todo individuo tenía que distinguirse constantem
los demás, demostrar con acciones únicas o logros que era
(aien aristevien). La esfera privada e n cambio era regida
necesidad. Tenía un rasgo privativo primordial: en ella, los
estaban privados de realizar algo más permanente que la vida
Estaban privados de la presencia de los demás”.
Arendt, Hannah. De la Historia a la Acción, Pa idós, 1995, pp

Pero no podemos olvidar que lo público en la modernidad


confundirse con la esfera estatal y, en esa medida, no necesariamen
la prescindencia de la violencia fuera un atributo de lo público. Esa
característica desarrollada posteriormente. Más aún, lo público
tuvo cierta tendencia –especialmente en la teoría liberal - a confund
la sociedad civil, como el ámbito de acción del individuo ajena al Es
la teoría hegeliana esta distinción se dio entre sociedad política y
civil, como conceptos antinómicos, donde cada uno se explica por la
del otro. Lo que no es sociedad política es sociedad civil y vicever
propiamente, lo público, o se reducía a lo estatal o se diferenciab
habría de alcanzar carta de naturaleza sino hasta bien entrado el sig

e. La s tesis contractualistas.

En Hobbes lo público quedaba subordinado al poder del sober


sociedad civil debería entregar su soberanía al Estado para
seguridad y el individuo debe prácticamente desaparecer de l
pública. En la medida en que los hombres acordaban que el E
encargaría de la seguridad, la esfera privada parecía diluirse. Sin e
en Hobbes hay una idea que nos puede servir para seguir rastr
concepto de lo público.
En efecto, Hobbes acepta que existe un dominio privado donde n
tener injerencia el Estado. Es un dominio privado donde se pued
una serie de libertades relacionadas con la economía, tales como c
venta de productos, la selección de la vivienda y de la alimentació
de educación que se considere más adecuada. Para Hobbbes estos
son denominados “espacios privados”. Este punto es interesante
prefigura lo que más adelante, especialmente en las teorías
económicas del siglo XIX (Smith, Ricardo), podría ser la esfera del m
Como una esfera que no debería estar sometida al arbitrio del Estad

En esa medida, van surgiendo distintas categorías: Estado, socied


mercado, esfera privada. Cuando surge el concepto de ciudadanía
desarrollado en una unidad posterior - surge un escenario donde tod
categorías tratarán de conciliarse, precisamente en la esfera pública

En Rousseau también hay una conquista importante para la definic


público, más allá de lo estatal. La voluntad general sería la correspo
entre soberanía popular y opinión pública. Solo que en la obra del gi
esta opinión pública de manera indefectible se articula con la polí
considera fundamento del Estado. Es decir, en Rousseau, lo públ
estatal, con un ingrediente señalado por Arendt: en su obra hay esp
lo social, como una esfera distinta de lo político donde el individu
dedicarse al cultivo de las artes y de la reflexión en la intimidad de s
Para este autor, lo social, más que lo político, constituía una fu
opresión de la que el individuo debería escapar.

Lo cierto es que la democracia directa que plantea Rouss


intermediación entre el Estado y el ciudadano, deja muy poco espaci
público. Lo público, se reitera, deviene en político.
f. Las tesis liberales. Kant y Locke

Por oposición a Hobbes y su Estado de seguridad, surge e


constitucional de Locke, justamente para reaccionar a los riesgos d
de poder que supone la teoría hobbesiana.

En Locke sí hay espacio para una esfera distinta del Estado


intimidad que es una primera expresión de lo que más adelante se c
como opinión pública, sin duda, un concepto emparentado con
que de alguna manera lo contiene y le da forma. Locke sostiene
hombres deben conservar para sí, ajeno a la intervención del sobera
ley de la opinión o de reputación, como ese ámbito que le pe
ciudadano juzgar si las acciones de sus gobernantes son justas y le
Es una manifestación de la llamada ley moral por oposición a la ley
es producida por la Asamblea representativa.

En la medida en que en L ocke el Estado no es la antítesis de la socie


sino el instrumento de su consolidación y de su consumación, s
espacio dentro de esa sociedad civil que no se agota en el Estado, q
espacio reservado al individuo pero con vocación de ha cerse pú
medio de la opinión pública, de la ley moral. Este aporte de Lock
interesante porque permite subrayar uno de los rasgos característi
público en la actualidad, como es que surge de la sociedad civil y tr
el Estado.

En Locke una cosa es el espacio político, el que se deriva de la deleg


los ciudadanos a los representantes y otra cosa el espacio público
de deliberación de los ciudadanos que conservan una vez h
delegación, y que es el ámbito que permite a los ciudadanos ju
acciones de los representantes.
Esta diferenciación se deriva de la radical distinción que hay en la
Locke entre Estado y sociedad civil.

Kant introduce otro elemento a la discusión sobre lo públi


pregunta en su texto ¿Qué es la ilustración? sobre la naturale
público y responde que una sociedad es ilustrada cuando sus m
hacen uso público de la razón. Dice el filósofo de Konisberg:

“…Entiendo por uso público de la propia razón el que alguien


ella, en cuanto docto, y ante la totalidad del público del m
lectores. Llamo uso privado al empleo de la razón que se le pe
hombre dentro de un puesto civil o de una función que se le

Ahora bien, en muchas ocupaciones concernientes al interé


comunidad son necesarios ciertos mecanismos, por medio de lo
algunos de sus miembros se tienen que comportar de modo me
pasivo, para que, mediante cierta unanimidad artificial, el gob
dirija hacia fines públicos , o al menos, para que se limite la des
de los mismos. Como es natural, en este caso no es permitido
sino que se necesita obedecer. Pero en cuanto a esta parte de la m
se la considera miembro de una comunida d íntegra o, inclus
sociedad cosmopolita; en cuanto se la estima en su calidad de d
mediante escritos, se dirige a un público en sentido propio, puede
sobre todo, sin que por ello padezcan las ocupaciones que en par
asignadas en cuanto miembro pasivo…”

Puede interpretarse legítimamente que Kant atribuía a ciertos ciu


ilustrados el poder de razonar públicamente y de debatir los asun
concernía al Estado, en un esfuerzo por diferenciar la política de la m
la misma línea de Locke. Es decir, en el pensamiento kantiano
espacio reservado al individuo –más allá de su esfera íntima-
público sin que sea subsumido por el Estado.

g. La concepción hegeliano – marxista

En Hegel hay un espacio entre la familia y el Estado –entre e


patriarcal y el mundo político- que es la sociedad civil- entendida c
esfera de vida ética: “la manifestación de los juicios, de las opiniones
con sejos de los individuos particulares sobre asuntos generales”
Nicola. 1998. En Diccionario de Política. Fondo de Cultura Eco
undécima edición, página 1077, tomo II. Méjico)

Allí caben las actividades económicas, familiares, y está conformad


llamadas organizaciones o asociaciones in termedias, tales
corporaciones gremiales, asociaciones de voluntariado, si
encargadas de administrar el llamado bienestar general. Las trans
en esta sociedad civil están regidas por la llamada ley civil y, por t
están subordinadas al Estado. La opinión pública se forma en el
la sociedad civil.

En Marx h ay una denuncia de ese escenario que se abre paso


Estado y la sociedad civil, la opinión pública, en el sentido de llama
conciencia. Veamos un pasaje de la Cuestión Judía :

“El Estado político acabado es, por su esencia, la vida gené


hombre por oposición a su vida material. Todas las premisas de e
egoísta permanecen en pie al margen de la esfera del Estad
sociedad civil, pero como cualidades de ésta. Allí donde el Estad
ha alcanzado su verdadero desarrollo, lleva el hombre, no só
pensamiento, en la conciencia, sino en la realidad, en la vida
vida, una celestial y otra terrenal, la vida en la comunidad políti
que se considera como ser colectivo, y la vida en la sociedad ci
que actúa cómo particular; considera a los otros hombres como m
degrada a sí mismo como medio y se convierte en juguete de
extraños. El Estado político se comporta con respecto a la socie
de un modo tan espiritualista como el cielo con respecto a la ti
halla con respecto a ella en la misma contraposición y la sup
mismo modo que la religión la limitación del mundo profan
reconociéndola también de nuevo, restaurándola y d
necesariamente dominar por ella. El hombre en su inmediata r
en la sociedad civil, es un ser profano. Aquí, donde pasa ante sí
ante los otros por un individuo real, es una manifestación
verdad. Por el contrario, en el Estado, donde el hombre es cons
como un ser genérico, es el miembro imaginario de una ima
soberanía, se halla despojado de su vida individual real y dotad
generalidad irreal”. (Negrillas nuestras).

Marx señala que en la formación del Estado político se ha despoliti


sociedad civil, y esa nueva condición del individuo, entre el Estado
colectivo, es una falsa conciencia porque se niega su condición de c
público no es el pueblo, la sociedad burguesa no es la sociedad ge
burgués no es el ciudadano, el público de los particulares no es
pública. La opinión pública no es más que la ideología del Estado
burgués”. (Mateucci, Nicola. 1998. En Diccionario de Política. F
Cultura Económica, undécima edición, página 1078, tomo II. Méjico

Marx es ambiguo en este punto, pero una posible interpretación i


que esta falsa conciencia de la opinión pública culminará cuando la
tenga identidad ante la desaparición del Estado, que es tam
desaparición de las clases sociales, porque el interés de lo público tr
a la propiedad, para cuya garantía fue creado el Estado y el derecho
y, por lo tanto, para hac er valer como justa – o natural- la domin
una clase por otra. Podría pensarse que en Marx lo público es la
civil sin Estado. Es interesante esta perspectiva para contraponer
nociones de lo público que incorporan el mercado, porque en el mar
público excluiría lo económico.

h. La concepción democrática . Tocqueville.

El Estado democrático de Tocqueville es una reacción a las teo


Estado total- como en Hegel - donde la sociedad se disuelve en e
político. Consideró el autor francés que un Estado que domina a la
civil y no la deja desarrollarse, en nombre de la defensa del interés
es el camino al autoritarismo. Pensaba que era necesario deja
sociedad civil desarrollara su autonomía

Tocqueville defendió la creación de instituciones sociales y de asoc


civiles que defendieran intereses por fuera del control estatal. Asoc
científicas, literarias, profesionales, religiosas, culturales deberían
contrapeso al Estado y darle una dimensión colectiva al individuo
de su condición obrera. Sin duda lo del francés era una crítica
estatismo como al marxismo. Señalaba que estas asociaciones
únicas encargadas de asegurar la democracia , puesto que el individ
la posibilidad de mirar más allá de sus intereses egoístas sin ca
burocratización de la vida que supone el Estado. Este espacio de
debería ser reforzado p or medios de comunicación independien
impidiera la manipulación que de la opinión pública pudiera hacer
dirigente en su favor. Es decir, advertía sobre los riesgos de que los
hicieran público lo que era de su interés como dirigentes. Sin du
nuestro análisis, el aporte de este autor en la reconstrucci ón hist
concepto de lo público es fundamental.

Preguntas de trabajo
- ¿Cuál es la diferencia entre espacio público y espacio político?
- ¿Cuál es el aporte de las teorías contractualistas a la constru
lo público?
- Señale la correspondenci a entre opinión pública y esfera públ
- ¿Por qué Marx señala que la opinión pública es ideología?
- ¿Cuál es el aporte de Alexis de Tocqueville al concepto de lo p

Debates

Se discutirá sobre la pertinencia de la diferencia entre lo estatal y lo

Taller

El estudiante deberá leer el texto La cuestión judía de Karl


reflexionará en un ensayo de dos páginas sobre los aportes marxis
la noción de lo público.

El estudiante deberá leer el texto ¿Qué es la Ilustración de K


reflexionará en un escrito de dos páginas sobre el aporte del autor
discusión de lo público.

Capítulo especial para trabajo del estudiante

Lo público en la historia de Colombia

El estudiante deberá hacer una investigación para determinar c


recogido –o no- el concepto de lo público en cinco períodos distin
historia constitucional colombiana. En relación con la Constitución
la investigación deberá estar acompañada de pronunciamientos de
Constitucional
- en la fundación de la república (periodo colonial y pos colonia
- en la regeneración
- en la Constitución de 1936
- en el Frente Nacional
- en la Constitución de 1991

Se sugiere varios textos:

Colombia antes de la Independencia de Anthony Mcfarlane, para e


colonial; el Estado y la política en el siglo XIX de Alvaro Tirado Me
el siglo XIX; La Regeneración, primer Frente Nacional, de Fernand
Martínez para el período de la Regeneración; los Tomo I y II de l
Historia de Colombia de Editorial Planeta, específicamente los c
relacionados con el gobierno de López Pumarejo y la creación de
Nacional.
UNIDAD TRES

1. Lo público y las transformaciones del Estado contemporáneo

Empecemos esta unidad sobre la construcción de lo público con a


extensos pero enriquecedores - de un texto de Fernando Uricoechea
historia del concepto que ayudará al estudiante a desarro
perspectiva histórica y analítica.

“El concepto de lo público ha venido despertando un notorio in


amplios sectores de la opinión pública internacional de las
décadas. Este despertar surge, de modo superficialmente
justamente cuando la globalización planetaria del mercad
instituciones –arena paradigmática de lo privado- ha adqu
presencia explosiva y sin precedentes en la historia de las ec
políticas. El predominio relativo del mercado y la economía
Estado y la política, junto con el dinamismo creciente de lo
debido al intercambio, ha generado así conciencia nerviosa
público vive un período teóricamente problemático y prácti
crítico….”

“…Lo primero que hay que destacar es que el concepto de lo


no es una realidad necesariamente constitutiva de los social,
ejemplo, lo sagrado…”.

“…La cuna de lo público es, como quisiera proponer a conti


Occidente. Fueron unos accidentes históricos que se dieron
combinaron en Occidente los que hicieron posible que la instit
lo público surgiera originariamente allí”.
“…Tres elementos son cruciales. Un primer factor, decisivo
Constitución de lo público fue el cristianismo….” El cará
hipérboles, revolucionario de la doctrina cristiana del amor
junto con su devaluación del ritualismo y su énfa
racionalización ética de la conducta -en sus conse
universalizantes ya señaladas, con diferentes énfasis, po
Marx y Webe r. En esencia, el prójimo deja de ser el miemb
grupo particular, cualquiera que éste sea etnia, tribu, clan, fa
prójimo es el otro como ser genérico: el ser humano sin demar
particularistas de ninguna naturaleza. El prójimo es el hom
court.”

“El carácter universalizante de dicho mensaje fue, a su


sociológicamente decisivo para el desarrollo histórico de lo p
la medida en que hizo posible la formación de experiencias so
fundadas en la dinámica teológica de la interacción soc
oposición a las anteriores experiencias comunitarias fundad
comunidad de origen. El paradigma histórico de ese nuevo
experiencia vino a ofrecerlo la ciudad en Occidente”.

“…La ciudad en Occidente…tuvo otra identidad. No era un a


de grupos étnicos. No era un mero asentamiento. Tenía una id
corporativa: una carta de nacimiento institucional y un ayunt
municipal que le confería poder político para gobernarse
autónomo. Die Stadtluf macht frei decía el habitante de esas p
ciudades. El aire de la ciudad libera. Nos emancipa del particu
patrimonial o feudal y nos hace ciudadanos: miembros
corporación política, construida sobre el consenso cole
voluntades. Fue en ese espacio urbano, construido de modo
donde surgió la institución de lo público. La institución de lo
está, pues, íntimamente vinculada con el surgimiento y el d
de la noción de ciudadanía”.

“Existe, además del cristianismo y de la ciudad occidental, u


factor decisivo para el desarrollo histórico de la instituci
pú blico, a saber: el nacimiento del mercado como institución
del intercambio y del principio de asignación de los
materiales y simbólicos” “…El mercado viene a completar
iniciada por el cristianismo y la ciudad, a saber: la universal
lo humano como experiencia social, la eliminación de cualquie
de adscripción privilegiada en nombre de la sangre, del s
status o de cualquier otro criterio diferenciador y, con ello
todos los individuos en pie de igualad”.

“¿Cómo podemos, con esos antecedentes históricos, identificar


precisión la naturaleza de lo público? Una primera aclar
impone: lo público no significa lo mismo que lo colectivo.
público es colectivo, pero no todo lo colectivo es público. Lo col
todo aquello que asume un carácter moralmente obligat
colectivo no es una simple sumatoria contractual de vo
individuales. La vida colectiva es la vida compartida con
consensual y, por tanto, de carácter ob ligante, porque sur
pacto colectivo silencioso, pero moralmente reconocido y n
contrato social. Es la vida en la que se viven los valor
comunidad. No hay vida colectiva en manicomios o penitencia
vida pública, por otra parte, es aquel sector de la vida colec
atiende las aspiraciones y anhelos ciudadanos que trascie
esfera privada, pero que afectan a ésta. Podría decirse, simpl
que la vida pública es la que atiende el destino de la com
mientras que la vida colectiva es la que gravita en torno a un
“Desde luego que la vida pública y la vida colectiva hacen re
primordial a los valores - aquellos objetos ideal y virtu
deseables para todos- antes que a los intereses, aquellos obj
los cuales no hay consenso en cuanto a su deseab
preferencia….””…Pero mientras que la vida colectiva da por s
presupone el acuerdo consensual asociado al orden social,
pública procura, dentro del espacio público, ya sea definir lo
prioritarios que deben orientar la administración y gobiern
social y/ o definir nuevos valores para el mismo efecto…” (Ur
Fernando. Lo público: historia y estructura. En, revista Trans
# 1, Universidad Nacional, sede Bogotá, Diciembre de 2001.)

Este importante texto pone en situación la discusión sobre el orig


público. Lo primero que es necesario resaltar en el texto de Urico
que la confluencia de la ética cristina, el surgimiento de la ciud
mercado, como mecanismo de integración social, fue lo que hizo p
origen de un espacio distinto al del Estado y al de la política, que
público.

Debemos subrayar que las nuevas concepciones de lo público refuer


estructura: es en la alteridad, en el reconocimiento del otro, en e
urbano, la ciudad, y en el mercado que se constituye la esfera públ
una instancia ética –Locke- que hace contrapeso al espacio polí
sistema estatal.

Tenemos claro que lo público es un fenómeno moderno qu


históricamente a la par con el Estado, de suerte que su desarro
íntimamente ligado con las transformaciones de la esfera estata
Estado liberal lo público se configura como una instancia de refug
esfera privada para albergar un nuevo sujeto político: el individuo q
disolvía en la esfera política. Por eso la concepción pred ominan
público durante el período histórico del Estado liberal sea la de Loc
una esfera de opinión civil de ciudadanos libres e informados qu
contrapeso al soberano para evitar abusos y para asegurar
administración de los bienes colectivos se haga con sentido públic
vano la idea de opinión pública que es central en la discusión de lo
en el siglo XX (Habermas) deriva de esa noción liberal inglesa.

En el Estado de Bienestar que empieza a delinearse a principios del


y que logra su consolidación luego de la segunda guerra mundial, lo
se amplía con el surgimiento de otros act ores políticos, tales como si
movimientos sociales, y ya en la década de los 60 con el auge
movimientos sociales, como el ecologista y el feminista, como
relevantes. La esfera pública se expande y tiende a confundirse
especie de sociedad civil a mpliada , pero la desborda, porque
pública no aspira el acceso al poder político. La esfera pública
desarrollos recientes sería el espacio que logra conciliar lo esta
político, con los social y lo económico. En términos descriptivos, lo
podría verse como lo muestra esta figura:

Sociedad
Civil

Estado

EP

Mercado
¿Cómo se construye este escenario de lo público no estatal?

Es necesario ser cuidadosos sobre el tipo de espacio público que se


en la conjunción de estas tres esferas de organización de la socieda
un producto puro, en el sentido de que allí cada esfera contribuye
tercera parte sobre el resultado general. Depende del grado de des
fortaleza del Estado, de la sociedad y del mercado. As í, puede haber
públicos muy influidos por el Estado (como las sociedades euro
espacios públicos muy influidos por la sociedad (como Japón)
mercado (como Estados Unidos). Pero también puede darse qu
momento dado predomine la conjunción de dos de ellos sobre el otro.

Como lo señala Charles A. Reilly (1999): “Evidentemente, ningún m


aislado de la trinidad social Estado -mercado-sociedad civil puede e
los otros; hay una tensión permanente entre ellos, Uno espera q
se perciba como creativa y que la división tanto del trabajo como d
resulte ser factible y eficaz. En ausencia de mercados perfec
competitivos, el Estado debe intervenir con capacidad reguladora. P
los Estados son imper fectos en sí mismos, necesitan mecanismos d
de la sociedad civil. Y como la sociedad civil también es impe
incompleta, tanto el Estado como el mercado deben jugar un pa
asegurar los derechos, canalizar los intereses y generar emple
Charles A., (1999). “El Equilibrio entre el Estado, el mercado y la
civil. Las ONG para un nuevo consenso de desarrollo”. En:
desigualdad en América Latina, temas y nuevos desafíos . Victor E.
y Guillermo O’Donell, compiladores. Paidos, Buenos Aires, Argentin
En esas discontinuidades y tensiones, surge lo público no estatal
público señalado en el cruce de las tres esferas como EP, y que sigue
muy influenciado por el Estado, habida cuenta de que es la es
tradicionalmente ha representado lo público, lo colectivo, pero d
mercado y la sociedad civil, cada vez juegan más un papel determi
su configuración.

Lo público más allá de lo estatal es ese ámbito de ac


corresponsabilidad entre Estado, mercado y sociedad civil, produ
transformación que ha experimentado la acción estatal en las últi
décadas, caracterizada por una pérdida de su centralidad en l
política y la emergencia de otros actores sociales tal es como, ag
mercado, organizaciones de la sociedad civil y movimientos soci
aspiran a construir respuestas colectivas a problemas colectivos.

En el paradigma donde el Estado proveía prácticamente todos los r


todas las soluciones , y la política pública se entendía como el produ
perfecta sintonía del aparato burocrático con las sensibilidades y de
ciudadanas, se partía del supuesto de la complementariedad entre
sociedad civil. Sin embargo, cada vez hay mayor elaboración teóri
de la debilidad de este supuesto y de su insuficiencia para desarro
teoría de la gobernabilidad en América latina.

Es a partir de los trabajos de Jurgen Habermas que se abre un esce


discusión sobre la transformación de las articulaciones entre E
sociedad civil, especialmente en la configuración de un espacio d
actores privados se reencuentran en la discusión de aquellos tem
atañe a la mayoría, es el espacio público que viene a sustituir, o
en algunos casos, la esfera pública tradicional de la sociedad modern
concreta en los parlamentos .
La política moderna ya no se agota en el Estado, la cosa pública se r
la interacción del aparato institucional del Estado, el sistema po
sociedad civil mercantil – el mercado- y no mercantil – Terce
movimientos sociales y ciudadanos individualmente considerados.
señala Cunill (1997): “dicho espacio corresponde a un nivel ubicado
esfera privada y el Estado, y actúa como la caja de resonanci
problemas de la sociedad que deben ser trabajados por el sistema
Cunill Grau, Nuria, (1997). “Repensando lo público a través de la s
Nuevas formas de gestión pública y representación social”
Latinoamericano de Administración para el D esarrollo, CLAD
Sociedad. Caracas, Venezuela.

2. Lo público y la crisis del Estado

Si lo público se forma a la sombra de la crisis del Estado, resulta pe


detenerse en algunos discursos filosófico –políticos contemporáneos
naturaleza de la crisis del Estado y de los posibles desarrollo
concepción de lo público.

Debates contemporáneos sobre lo público ( Habermas, Arendt


Castoriadis, Levinas). ¿Lo público en sustitución del Estado?

- 2. a. Lo público en Jurgen Habermas.

En la extensa obra de Habermas nos interesa resaltar, para efec


discusión sobre lo público, su concepción de la política republicana. V

“De acuerdo con la concepción republicana, la política no se


en dicha función de mediación, sino que representaría más
actor constitutivo del proceso de socialización en su conju
política se concibe como una forma de reflexión de un entra
vida ético (Locke, si empre Locke). Constituye el medio con e
miembros de las comunidades en cierto sentido solidarias as
recíproca dependencia y con el que en su calidad de ciud
prosiguen y configuran con voluntad y conciencia las relac
reconocimiento recíproco con las que se encuentran convirtién
una asociación de miembros libres e iguales. Con
arquitectónica liberal del Estado y de la sociedad experime
importante transformación: junto a la instancia de re
jerárquica de la soberanía estatal y la instancia de r e
descentralizada del mercado, esto es, junto al poder adminis
a los intereses privados, surge la solidaridad como una tercer
de integración social”. Es decir, en nuestra lógica, el surgimie
público.

“…En la concepción republicana, el espacio público político


infraestructura suya la sociedad civil cobran un si
estratégico: conjuntamente deben asegurar su fuerza integrad
autonomía a la práctica del entendimiento mutuo e
ciudadanos”. Habermas, Jurgen, La Inclusión del Otro.
Barcelona, 2002.

Ahora bien, a esta formación de lo público Habermas agrega el con


la acción comunicativa como el medio para conseguir esos conse
legitimidad para la acción social y la acción estatal. En efecto:

“Según la concepción republicana, el proceso de formació


opinión y de la voluntad política en el espacio público
parlamento no obedece a las estructuras de los procesos de m
sino a las estructuras propias de una comunicación pública o
al entendimiento. El paradigma de la política, concebida en e
de una práctica de autodeterminación ciudadana, no es el
sino el diálogo”.

Para lograr esto se precisa de ciudadanos libres e iguales, por eso e


público sólo ha sido posible en esa ficción legal creada por el Estad
Igualdad formal que, como diría Nieztche, se ha vuelto verdad
discurso político y en la reivindicación de identidad de los distinto
sociales que conforman la esfera pública.
- Lo público en Hannah Arendt.

La esfera pública en Ar endt adquiere claramente una identidad má


lo estatal. Sigue siendo un espacio ético donde el ciudadano desa
autonomía, refuerza sus identidades y trasciende de lo individu
colectivo sin desaparecer en lo político. Según la pensadora alemana

“La palabra “público” significa dos fenómenos estrec


relacionados, si bien no idénticos por completo. En primer lugar
que todo lo que aparece en público puede verlo y oírlo todo el m
tiene la más amplia publicidad posible. Para nosotros, la apar
algo que ven y oyen otros al igual que nosotros –constituye la rea

“…En segundo lugar, el término público significa el propio mu


cuanto es común a todos nosotros y diferenciado de nuestro lugar
privadamente en él. Este mundo, sin embargo, no es idéntico a
o a la naturaleza, como el limitado espacio para el movimien
hombres y la condición general de la vida orgánica. Más b
relacionado con los objetos fabricados por las manos del hombre,
con los asuntos de quienes habitan juntos en el mundo hech
hombre. Vivir juntos en el mundo significa en esencia que un m
cosas está entre quienes lo tienen en común, al igual que la m
localizada entre los que se sientan alrededor; el mundo, como tod
está en medio, une y separa a los hombres al mismo tiempo”.

En Arendt hay un claro llamado a entender la dimensión hi


contingente de lo público. Es decir, lo público no está dado de an
es algo que es necesario construir, por medio del diálog
solidaridad, del compromiso ético para l a acción. De suerte q
asocia la crisis del Estado como una forma de la crisis de lo pú
necesariamente, es una relación de causa efecto en el sentido m
Lo público puede reconstituirse aún en tiempos del desvanecim
Estado y de la esfera política. En últimas la lucha por la recon
de lo público deviene en una forma de redemocratización de
social.

- Lo público en John Rawls.

Uno de los pensadores liberales más influyentes del siglo X


estadounidense John Rawls. Para él, lo público es una co
política de la vida colectiva que se caracteriza por que es un esp
ocupan ciudadanos libres que procuran una justa asignación d
públicos mediante la deliberación democrática. Dice Rawls en
The idea of public reason revisited, citada por Carlos Peña en
“La Tesis del consenso superpuesto y el debate liberal comunit
Revista Estudios Públicos # 82 (www.cepchile.cl)

“Tal razón es pública en tres sentidos: como la r


ciudadanos libres e iguales, esto es, la razón del pú
tema es el bien público concerniente a las cu
fundamentales de la justicia política [...]; y su con
naturaleza son públicos, siendo expresados en un razon
público”.
Es preciso destacar el énfasis puesto en la naturaleza ética de lo
muy en la tradición de pensamiento liberal, desde Locke y Ka
Rawls y Mouffe, como un rasgo que puede oponerse al Estad
para corregir la asignación que se sustenta en la legitimidad dem
y no satisface la exigencias de lo público. Esta caracterización
fundamental para conservar ese rasgo no estrictamente políti
lucha por lo público

- Lo público en Emmanuel Levinas

De Emmanuel Levin as n os interesa destacar para culmin


reconstrucción filosófica de lo público, su noción del otro, de la ét
alteridad y de la diferencia. Consideramos que es en la alterid
aceptación del otro –en su diferencia o en su excepcionalidad
también se construye y toma forma lo público. Lo público, podría
es el otro, o mejor, el espacio que soy capaz de construir con
cuanto diferentes – o excepcionales, según algunas interpreta
Levinas sostiene que la única forma acep table de la subjetivid
ciudadano contemporáneo, agregamos nosotros - es el reconocim
otro, como alguien a quien debo aceptar en la convivencia, no s
tolerancia pasiva sino en la interacción constructivo-destructi
transformación que supone una existencia libre.

Preguntas de trabajo

- ¿Cuál es la importancia de la obra de John Locke en el surgim


la esfera pública?

2
Gutiérrez, Claudia. Emmanuel Levinas o lo excepcional como ética. Universidad de París 8
Saint Denis, 2003.
- ¿Cuál es el aporte de Habermas y de Arendt al debate s
surgimiento de la esfera pública?
- ¿Por qué se puede decir con Levinas que lo público es el otro?
- ¿Cuál es la diferencia histórica y conceptual entre socieda
esfera pública?
- ¿Cómo explica la crisis del Estado liberal el surgimiento de
pública?

Debates

El estudiante debatirá sobre la crisis de lo público en Colombia.


UNIDAD CUATRO

1. Dimensiones de lo público

Lo público tiene varias formas de presentarse o de leerse. Otra f


decirlo es que el ciudadan@ tiene distintas formas de acceder a lo
bien sea a través de lo cultural, lo jurídico e incluso lo político, por e
través de los espacios de participación ciudadana o democracia dir
están diseñados para la toma de decisiones de políticas públic
supone que lo público en la modernidad y la for mación de ciudad
las dos caras de una misma moneda. Para continuar con la recons
del concepto de lo público es necesario abordar el debate sobre la ciu
que es el escenario donde no sólo se reconfigura lo público sino d
juega la vida la democracia en tanto forma de organización social.

2. Lo público y las nuevas formas de la ciudadanía (Lo públi


globalización)

La globalización ha sido percibida inicialmente como un f


económico, pero necesariamente con consecuen cias políticas
culturales. Uno de los escenarios dónde se ha realizado el fenóme
globalización ha sido la ciudad. Podríamos decir que la globaliz
fundamentalmente un fenómeno de ciudades que tiene consecuenc
los hábitat ru rales en cuanto se modifican los patrones de cons
aglomeración en los países y los criterios de distribución de las car
las responsabilidades en una sociedad.

Hay quienes sostienen que la globalización es la verdadera revolució


telecomunicaciones iniciada en la década de los 60’ y que hoy est
portas de entrar en una llamada sociedad global, que supondría q
los seres del planeta estarían interconectados y comunicados
supondría enormes beneficios para todos, pero también enormes r
la medida en que la globalización desafía las identidades y acelera
de consumo y de comportamiento que causarían más daño ecológico
ya se produce.
Que este mundo global sólo sería posible en la ciudad, es
premisas más radicales y sugerentes que se conoce en el debate
contemporáneo.

Hemos logrado establecer que cuando hablamos de ciudad en el


contemporáneo estamos más cerca de la civitas romana que de
griega. Y estamos hablando de un espacio común en el que ese nue
político, el ciudadano, desarrolla su existencia. Pero esta existenc
desarrolla necesariamente de una manera pacífica, es decir, la ciud
un espacio dado, no es un orden establecido, la ciudad es un es
encuentros y de desencuentros, de diálogo y de confrontaciones, de
y de injusticias, es un espacio por construir donde se supone que
autónomos pautan reglas de convivencia. Como señala Italo Calvino

“Las ciudades, como los sueños, están construidas de des


miedos, aunque el hilo de su discurso sea secreto, sus reglas a
sus perspectivas engañosas, y toda cosa esconda otra”.

Por eso cuando aterrizamos el debate sobre lo público, en tie


globalización, necesariamente llegamos a la ciudad y al espacio
como la caracterización más concreta de lo publico. La Agenda Hab
Naciones Unidas, o cumbre de Estambul, posicionó el debate
urbano, la ciudad y la globalización a escala planetaria en térm
espacio público, en la definición propuesta por Fernando Viviescas.

“Espacio público entendido como sustento jurídico y polít


expresión autónoma, de la creatividad individual
socialización, la critica, la decan tación y depuración colecti
planteamientos, de los criterios, de los imaginarios. Y espacio
también como entidad física, como continente y determinan
calidad de lo que se dice, de lo que se piensa, de los que se
goza- y de lo que se diverge. Espacio público entonce
cualificador de la existencia individual y colectiva, y del ejerc
y disfrute de la ciudadanía” (Viviescas, Fernando. La Agenda
II en los fundamentos para la formulación de una política de
público. En, Revista Ensayo y Error, # 1, Noviembre de 1996
Colombia).

Ahora bien, la ciudad como fenómeno político y sociológ


fundamentalmente, un fenómeno económico. Según Max Weber,

“Si se pretendiese definir la ciudad desde una perspectiva pu


económica sería una aglomeración en la cual la mayor part
habitantes viven de la industria y del comercio y no
agricultura…”.

Igualmente señala que:

“Otro factor que habría que tener en cuenta para poder h


ciudad es la existencia de intercambios comerciales regular
solo ocasionales en la localidad, intercambios que constitu
componente esencial en los modos de vida de sus habitantes,
que la localidad se caracterice por poseer un mercado”

Y de otro lado sostiene:

“Hablaremos de ciudad, en el sentido económico, cuando la p


residente en una localidad satisfaga una parte económi
sustancial de sus necesidades en el mercado local, gracias sob
los productos que dich a población, y las de los alrededores inm
hayan fabricado o se hayan procurado para venderlos en le m
Toda ciudad, en el sentido que le hemos conferido aquí a esta
es u n lugar de mercado, es decir, toda ciudad tiene com
econ ómico del asentamiento un mercado”. (Weber, Max. La
Ediciones de La Piqueta, Madrid, 1987)

En la comprensión de lo público en la modernidad el componente ec


es fundamental. Por eso es necesario abordar la perspectiva de lo pú
lo económico, que no coincide con lo público jurídico pero que pue
sustento.

3. Lo público económico (los bienes públicos)

Los bienes públicos económicos son bienes que benefician a


comunidad independientemente de si cada individuo desea adq
El ejemplo clásico de bien público es la seguridad nacional.
públicos tienen varias características : no son excluyentes porque no
ni deseable- excluir a una persona del beneficio de disfrutar el bien
como por ej emplo el aire puro; no son rivales porque en cualquier
producción el costo marginal de suministrar el bien a una persona
igual a cero –en un salón, si llega una persona más, la cuenta de la
aumentará- y; como es difícil determinar la disposición a paga
disfrute de los bienes públicos, dado que los individuos no tie
incentivos para pagar por algo que de todos modos será suministr
bienes públicos se consideran una falla de mercado pues la produ
dichos bienes sería ineficiente. En esa medida, se considera que la p
de bienes públicos debería estar a cargo del Estado quien la financ
los impuestos de todos.
La intervención del Estado en materia económica se justifica
corregir las fallas del mercado, una de las cuales son los bienes p
Esta concepción de lo público: lo que favorece a todos pero que no
financiarlo privadamente, está en el centro de las discusiones sobre
del Estado en una economía globalizada y necesariamente en la red
de lo público, como quiera que el espacio de lo público también
conformado por aquellos bines públicos que deberían seguir siendo
en una perspectiva pública, es decir, con financiación vía impues
procesos de privatización han contribuido a la erosión de lo
entendidos como procesos de vaciamiento de lo público por raz
eficiencia económica.

4. Lo público jurídico (el espacio público) (lo público en la Cons


Política)

Una de las dificultades para encontrar una definición inequívo


público es que las perspectivas económicas, jurídicas y soc
siempre coinciden y, las políticas públicas –que sería el modo de con
distintas lecturas sobre lo público- a menudo privilegian una per
sobre otra. Para simplificar diríamos que el espacio públic
manifestación jurídica de lo público. Tal y como lo señala el ur
catalán Jordi Borja:

“El espacio público es un concepto jurídico : un espacio someti


regulación específica por parte de la Administración
propietaria o que posee la facultad de dominio del
garantiza su accesibilidad a todos y fija las condicione
utilización y de instalación de actividades. El espacio público
proviene de la separación formal (legal) entre la propiedad
urbana (expresada en el catastro y vincu lada normalmente a
de edificar) y la propiedad pública (o dominio público por sub
normativa o por adquisición de derecho mediante cesi
normalmente supone reservar este suelo libre de c onstr
(excepto equipamientos colectivos y servicios públicos) y cuy
son usos sociales característicos de la vida urbana (esparc
actos colectivos, movilidad, actividades culturales y
comerciales, referentes simbólicos monumentales, etc.)” (Bor
Ciudadanía y espacio público. En Revista Foro # 40, Edicio
Nacional por Colombia. Diciembre 2000- Enero 2001.
Colombia).

El espacio público ha sido uno de los legados importantes de la con


Habitat II junto con el de calidad de vida. El primero c omo el e
donde debe replantarse la vida en sociedad y, el segundo, como el no
intervención estatal y ciudadana. Sin embargo, es necesario advert
discusión sobre lo público no se agota en el espacio público, simple
trata de una de sus manifestaciones más concretas. Porque lo
trasciende el espacio físico para transformarse en un escen
producción de sentido, de identidad, de construcción de ciudada
apuestan porque la vida en comunidad no se reduzca a la d
ciudadana. (Una interesante reflexión sobre la construcción de ciu
lo público y la democracia directa aparece en un texto publicad
números 4,5 y 6 de la Revista Pretil de la Universidad Piloto de C
La Ciudad en la Era de la Globalización de Juan Luis Piñón).

5. Lo público cultural (homogeneidad, heterogeneidad, t


fragmentación, inclusión)
Ahora bien, el espacio público también tiene una dimensión cultura
lo señal el propio Borja en el texto ya referido:

“El espacio público también tiene una dimensión socio-cultur


lugar de relación y de identificación, de contacto entre las g
animación urbana, a veces de expresión comunitaria. La d
propia de la ciudad y los comportamientos de sus gentes pued
espacios públicos que jurídicamente no lo son, o que no
previstos como tales, abiertos o cerrados, de paso o a los que
ir. Puede ser una fábrica o un depósito abandonados, o un
intersticial entre edificaciones. Lo son casi siempre los a
estaciones y puntos intermodales de transporte y a veces res
suelo para una obra pública o de protección ecológica. En tod
casos lo que define la naturaleza del espacio público es el us
estatuto jurídico”.

Y lo cultural es un componente fundamental de la construcción de lo


de los enfoques sobre lo público. La cultura, entendida en sentido
como un sistema de valores, de ideas, de tradiciones, de simbolo
creencias, de comportamientos, de patrones de consumo (Kuper, A
Cultura. La versión de los antropólogos. Paidos, Barcelona, 2001
componente fundamental de la construcción de lo público. Lo juríd
sustento, lo político es su contraparte y lo cultural es la esen
público, de ahí la dificultad de una definición normativa de lo públi
medida que en que cada especificidad cultural denotaría el alcan
público en una sociedad.

Por ejemplo, si hemos destacado que el concepto de lo públic


construcción Occidental y su condición secular es una de sus caracte
ello no significa que en el mundo musulmán no exista un escenario
donde lo político, lo civil y lo religioso están profundamente imbric
esa medida, es importante abrir el debate sobre la globalizac
redefinición del espacio público a partir del desafío que supone
dentro del espacio público nuevas cosmovisiones, la llamada cues
multiculturalismo que está lejos de resolverse a favor de lec turas pl
y democráticas. Especialmente llama la atención el debate actua
está dando en Europa y en Francia sobre la prohibición de portar e
espacios públicos –específicamente la escuela pública francesa - símb
denoten la pertenencia a un credo religioso. Veamos una puesta e
de ese debate en el texto de una académica europea, Gema Martin M

“Hemos pasado de un discurso políticamente correcto


construcción de sociedades multiculturales, en el que prácti
todo el mundo se veía obligado a decir que la diversidad cul
una realidad inevitable y positiva, a pronunciamientos cat
sobre los males de la multiculturalidad y la amenaza que sup
nuestros valores. En uno y otro caso ha faltado reflexión
profundo al respecto. La cuestión está, como decía muy bie
Gabilondo recientemente, en que nos lanzamos a hablar an
pensar, y, añado yo, esto ocurre de manera sistemática cu
cruza el Islam de por medio. Porque, seamos sinceros, la
cultural sólo emerge y ocupa la primera fila de nuestro deba
cuando se trata de musulmanes. Entonces se abre la caja de P
el profundo rechazo que existe contra el universo islámico se
el proceso se convierte en una satanización social de los mus
en el que todos opinan y pocos piensan racionalment
conocimiento real.

Y esto ocurre cuando en realidad el debate es otro.


plantearse seriamente qué queremos decir con integración
muchas veces, cuando la cuestión cultural emerge, es el inst
para ocultar otras deficiencias sociales y laborales mu
importantes. Por eso, que nadie pretenda convencernos de qu
cristiano o católico se resuelve mejor la cuestión de la in
los inmigrantes, eso es un discurso ideológico al servici
islamofobia; o que sean los inmigrantes los que amenazan
laicismo, cuando éste, en realidad, en nuestro país es muy imp

En segundo lugar, hay que tener en cuenta que la cuesti


multiculturalidad tiene múltiples vertientes que proceden
variedad enorme de comunidades nuevas procedentes de
geografías con universos culturales y mentales diferentes
llevan inevitablemente a un proceso de tran sformación y ad
mutua, lo cual no es, en efecto, fácil. Pero no lo estamos p
globalmente, sólo improvisamos (¡y de qué manera!) cuando
visibilidad que más nos molesta: la islámica, dando a ente
manera irresponsable que esos complicados reajustes son ex
de los inmigrantes que proceden de ese mundo, cuando s
perfectamente que no es así, que nuevos símbolos cu
concepciones patriarcales y problemas generacionales se dan
en las otras comunidades insta ladas en nuestro país (y, des
también en las nuestras). Pero sólo a los musulmanes les exig
visado de perfección. A los musulmanes se les exige siempre p
sus credenciales democráticas para probar que pueden ser in
en la soci edad, en vez de ser al contrario, como hacemos
demás: que su comportamiento muestre que no pueden serlo.

Y en este sentido hay que decir que la cuestión del pañuelo


surgido recientemente responde más a nuestros fetich
islámicos que a un problema de integración. La asociación m
ATIME, nada sospechosa de islamista, sino, por el contrario
órbita muy secularizada, ha explicado insistentemente que el
es un signo de identidad cultural, no de un proselitismo i
partidario de la discriminación de la mujer. No estamos ant
que cubre el rostro de la mujer porque la quiere usu
individualidad en el espacio público. Nos negamos a ent
carácter multidimensional del velo en el mundo musulmán
sólo aceptamos la interpretación inequívoca que nosotros hem
de él. Mujeres que a ojos de las sociedades europeas y occiden
general son simplemente 'víctimas de la violencia machista d
o del integrismo islámico', no quieren ser vista s bajo otros p
menos aún como víctimas de la incomprensión occidental
impide usar ese símbolo de identidad musulmana.

Nadie pretende ocultar que existen desafíos y reestructu


complejas, pero hay que afrontarlas conociendo bien nuest
y la realidad de los que vienen de fuera.

Con respecto a nuestra realidad, hay que comenzar diciendo q


nos desprendemos de nuestros prejuicios y atavismos anti
no vamos a ser capaces de resolver positivamente dichos d
Esto no es nuevo, pero desde el 11 de septiembre se han r
nuestros recelos hacia el mundo musulmán de manera alar
los grandes perdedores de esta situación son los musulma
viven en nuestro llamado mundo occidental (de ahí que se h
la frontera y muchos se atrevan a defender que 'no q
multiculturalismo', sin parecer darse cuenta de la ina
traición a los principios democráticos que ello supone).

La cuestión está en que tenemos que ser conscientes de que e


arraigado y perverso 'paradigma cultural consensuado'
sociedades occidentales con respecto a las sociedades á
musulmanas que se basa en falaces criterios esencialistas: c
cultura cerrada, inmodificable en sus aspectos fundamentale
desemboca en una visión de cultura inferior o atrasada (port
tradicionalismo inmutable, irracionalidad, agresividad) dete
a ese destino sin solución. Y, por tanto, la diversidad cul
siempre interpretada en negativo. No obstante, no somos con
de las contradicciones en que caemos, e incluso la respons
compartida que tenemos con respecto a la perpetua
interpretaciones islámicas retrógradas, que, desde luego, exis
mundo musulmán.

¿Nos hemos parado a pensa r que toda nuestra enorme preocu


rechazo, legítimos por supuesto, hacia quienes representan v
culturales retrógradas en el mundo musulmán nos limi
volcarlas injustamente en contra de los musulmanes que e
nuestro suelo cuando, sin embargo, no reaccionamos
movilizamos ante la inaceptable situación actual que con
tener como aliados estratégicos en ese mundo musulmán a t
serie de dictadores que violan diariamente los derechos hu
son los principales responsables de que se impongan las v
más ultratradicionalistas y patriarcales del Islam? Son ellos,
aliados protegidos desde Occidente, y ahora en esta 'lucha c
terrorismo' más que nunca, quienes están asfixiando y aniqu
los actores y grupos democráticos, tanto secularizado
reformistas islámicos capaces de modernizar la interpreta
Islam. A nosotros nos repugna todo lo negativo que hay en e
musulmán desde nuestras posiciones esencialistas, que no qu
lo que realmente pasa allí y prefieren seguir pensando qu
mundo monolítico, retrasado y sin capacidad de transform
etnocéntricas porque nos permiten proclamarnos
representantes universales de la civilización, cuando en
estamos contribuyendo a que la democracia, la libertad y el E
derecho no se desarrollen en esa parte del mundo.

Pero no sólo no ayudamos a poner las condiciones para


trágica situación mejore allí, sino que aquí, donde existe el
la libertad suficientes para que esas transformaciones sociale
tener lugar entre los musulmanes, los estigmatizamos y les e
a priori que sean perfectos. No, no sólo perfectos, sino tamb
dejen de ser musulmanes.

Entendamos que lo realmente im portante es la educació


niñas, y que es la educación lo que marca la divisoria y el f
esa mujer, no el que quieran llevar un pañuelo en la ca
entendamos que para muchas mujeres musulmanas que se v
voluntariamente el significado pueda ser el de un signo de i
cultural y no su aceptación de la sumisión a los hombres. Los
de la transformación social son múltiples y no tienen por qu
los pasos que nos empecinamos en predestinar desde
convicción de es tar en la posesión de la verdad civilizacio
hagamos noticia de todo lo que se presenta con denom
islámica, parémonos a pensar que, por el contrario, la conso
de las segundas y terceras generaciones de musulmanes en
está motivando importantes transformaciones en la vivencia
de estos jóvenes (se sienten europeos, se asocian, reorie
formación religiosa, redefinen las modalidades de sus act
sociales...), pero que eso n o significa que vayan a dejar
musulmanes, sino que pueden ser los musulmanes con
capacidad de modernizar el Islam. Por ello, conozcamos al o
prejuzguemos y no tratemos de interpretarlo siempre desde
a priori, desde nuestra irresponsable ignorancia de la divers
mundo musulmán, porque podemos quebrar un proceso ca
futuro”.

Otra de las precauciones que es necesario tener presente a la


enmarcar el debate sobre lo público contemporáneo, en el espacio pú
la tendencia físico arquitectónica que tiene a privilegiar el espacio
como un conjunto vacío para la estética y la contemplación,
ciudadano se vacía de contenido y no puede estar en el espacio pú
apropiárselo parcialmente con sus patrones de uso y de cons
ciudadano en esta lógica es un ave de paso en el espacio público
siempre termina pesando más las definiciones jurídico -form
estructuran los poderes formalizados.

Preguntas de trabajo

- ¿Qué es el espacio público?


- ¿Cómo se articu la la discusión sobre lo público, el espacio púb
ciudadanía?
- ¿Cuáles son las claves del debate sobre lo público y multicultu
- ¿Cuales son los desafíos de la construcción de ciudadaní
mundo globalizado?
- ¿Cuál sería el estado del arte de la discusión en Colombia
público y la diversidad étnica, cultural y regional que rec
Constitución de 1991?

Debates

Con base en la sentencias de tutela de la Corte Constitucional SU


1999 y T-772 de 2003, el estudiante conocerá en profundidad la na
del debate sobre espacio público y vendedores ambulantes
dándose en Colombia. Deberá hacer una reseña de los aspec
destacados de dicho debate.

Taller

El estudiante se dirigirá en su ciudad o municipio a un sitio parad


definido como espacio público –una plaza pública, un parque-
una especie de bitácora de actividades relevantes que se des
típicamente en un espacio público. A partir de esa observación elab
propia definición de espacio público y de lo público.
UNIDAD CINCO

1. Formas de administración de lo público

No podríamos hablar de lo público sin hablar de administración de l


en un programa de posgrado en una Escuela de administración Púb
hecho, podría pensarse que el debate sobre los enfoques de lo público
escuela como la Esap, debe conducir necesariamente a cómo admin
público.

Ahora bien, la forma como el debate sobre lo público ha ingres


administración pública es a través del discurso de políticas
Genéricamente se entiende por políticas públicas al programa d
gubernamental necesario para resolver problemas públicos. Esta de
un tanto tautológica, ha venido siendo cuestionada pues le atrib
centralidad especial a la acción del Estado y tiende a confundir c
acción estatal y gubernamental con una política pública. (Lahera,
Introducción a las políticas públicas. Fondo de Cu ltura Económica,
de Chile, 2002.)

Para hablar de políticas públicas hay que ir más allá del Estado, jus
a lo público, y para conformar esa esfera pública es necesario incor
el discurso y en la práctica, además del Estado, a la sociedad civ
esfera del mercado. Así tendrem os que una política pública es
acción y de información gubernamental que se define democráticam
la participación de la sociedad civil y del sector privado para en
problemas públicos. Según Pierre Muller, una política pública “es
de mediación social, en la medida en que el objeto de cada política pú
tomar a cargo los desajustes que pueden ocurrir entre un secto
sectores, o aún entre un sector y la sociedad en general”. (Muller, Pie
Políticas Públ icas. Universidad Externado de Colombia, serie Est
Caso en políticas públicas, Bogotá, Febrero de 2002).

Las políticas públicas son la forma de darle contenido a la discusi


público. En cada política pública se juega la definición de lo púb
ser objeto de intervención. Así por ejemplo, una política pública de
público que privilegie el aspecto de seguridad ciudadana apos
espacios públicos restringidos, mientras que una política que op
espacio público como un espacio para la convivencia, lo hará por
públicos abiertos.

Un elemento importante de conjunción entre lo público y las


públicas tiene que ver con los actores que participan de las distintas
elaboración de una política pública. Por supuesto que los gobiernos
sido elegidos democráticamente tienen un plus de legitimidad par
políticas públicas, pero para que estas se orienten efectivamente a lo
deben incorporar, tanto en la fase de definición del problem a, como
toma de decisiones, en la implementación y en la evaluación, los
sociales y políticos que sufren y entienden el problema. En esa m
participación de la sociedad civil, del Tercer Sector –que no es otra
la sociedad civil organizada- y del sector privado, resulta fundament

Esta forma de gestión de lo público ha sido recibida en el discurso


práctica de los organismos financieros internacionales, tales como
Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, bajo la fórmula
gobierno (governanza) o good governance. Según Andre-Noel Roth D

“El enfoque del bien gobierno consiste en un marco am


propuestas teóricas y prácticas para determinar y c
condiciones necesarias para que un gobierno logre sus objetiv
del supuesto de que tanto todo el gobierno como todo el merc
fracasado. A pesar de que el concepto tenga en la l
especializada varios sentidos, todos concuerdan en considera
buen gobierno hace referencia a estilos de gobernar que otor
importancia primordial a aquellos mecanismos de gobierno q
basan exclusivamente en los mecanismos tradicionales
autoridad y de la sanción, sino que más bien crean estructu
son resultado de la interacción de una multitud de actores s
políticos dotados de cierta autoridad y que se influyen mutu
Es decir, que se trata de crear escenarios, estrategias y mec
de participación o de inclusión de organizaciones no estata
aumentar las posibilidades de éxito de su gestión” (Roth
Andre N. Políticas Públicas. Formulación, implement
evaluación. Ediciones Aurora, páginas 111 y 112, Bogotá, Se
de 2002.)

2. Para una reconstrucción del concepto de lo público

El concepto de lo público es inasible, no tiene un estatuto definido


ciencia política ni en la sociología, sin embargo ha adquirido cierto
académico para denotar un espacio en el que el individuo no sólo
parte de un conglomerado, y en esa medida resigna parte de su liber
su autonomía, sino como un espacio de posibilidades para con
reconstruir su identidad y su sentido. Lo público podemos verlo
espacio en permanente construcción para resolver esa tensión cent
modernidad condensada en la expresión kantiana de la
sociabilidad.

El prestigio de lo público se explica por el declive del Estado qu


forma como los seres humanos modernos nos hemos sentido vincul
colectivo mediante el mecanismo de la representación. En la medid
el Estado se ha desdibujado, ya sea porque los políticos se han apod
él, o porque en su nombre se subvierte lo social, o porque el ser indiv
no se reconoce en una es fera cuyas pautas normativas no le con
entre otras cosas porque n o ha contribuido con su deliberaci
formación (Habermas), aparece la esfera pública, una suerte de
moral colectiva que no se subordina al Estado pero que de todos mo
sentido social a la existencia. Lo público es el mundo de la polít
también el de la solidaridad, es el mundo de los intercambios eco
pero también el de la formación de las identidades.

Preguntas de trabajo

- ¿Qué son las políticas públicas y cómo se asocian con la d


sobre lo público?
- ¿Cuál es la importancia del Tercer Sector en la construcci
público?
- ¿Cómo se articula la participación ciudadana y la construcc
público?
- ¿Sigue siendo relevante la expresión la gestión de lo público
de lo estatal para caracterizar el debate sobre la reconstrucc
público?
- ¿Qué es el Buen Gobierno y cómo se articula con la discusión
público

Taller

El estudiante está en condiciones de elaborar un documento q


desde el punto de vista histórico y conceptual la evolución de la d
sobre lo público y proponga una definición y una agenda de tra
investigación.
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