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Cuento de una noche de engaño.

—Como pensé, todavía duele mucho.

No pude evitar encogerme de dolor.

Usé mi mano para tocar el lugar donde iniciaba el problema —mi mejilla
derecha— y el dolor se esparció como fuego ardiente, desde mis helados dedos
hasta el centro de mi cerebro.

Fui golpeado alrededor de las 11 en punto.

Aunque ya han pasado un par de horas, el dolor no parece ir a pasar pronto. De


hecho, mi mejilla derecha estaba poniéndose más y más caliente, y parecía haber
empezado a inflamarse.

—En serio, qué molesto.

Recordé que en la nevera había algunas bolsas de hielo que quedaron luego de que
Madre comprara pastel. Usando esas, debería poder parar la inflamación.

Si esto dejaba una cicatriz, habría muchos problemas.

Antes, las señoras vecinas habían preguntado sin parar «¿cómo te lastimaste?» y
«¿quién te golpeó?». Era lo peor.
Si, como la última vez, un extraño hombre hubiera vuelto a aparecer por la puerta,
no podría soportarlo.
En serio, ¿por qué ese hombre sigue metiéndose en mis asuntos cuando estoy bien
sin la ayuda de nadie?

Justo ahora, heridas tan pequeñas como esta no son un problema.


Sí, algo como el dolor no es nada de lo que preocuparse.

Para levantar mi ánimo, suspiré suavemente y me empujé hacia atrás contra el


asiento en el que estaba.
En la tarde, el calor —similar a una hornilla— había empezado a disminuir, y de
alguna forma terminé holgazaneando en el parque.
Aun cuando el cielo azul no parecía ir a oscurecer pronto, la luz del sol comenzó a
ser obstruida por las nubes, y el ambiente se volvió más sombrío de lo que había
estado.

Hace menos de una hora, podía verse chicos que jugaban en el tobogán y cavando
hoyos.
Pero ahora, solo había una chica que practicaba sus balanceo hacia atrás en las
barras horizontales, y el resto desaparecidos sin dejar rastro.

Esto era extraño.


Sin querer, miré al reloj alimentado con la energía solar en el parque. La manecilla
apuntaba firmemente hacia las 5:00 p.m., y, como si hubiera sido planeado, la
reverberación de sonidos que habían estado jugando cesaron.

Lo más seguro era que esos niños que desaparecieron estaban siguiendo las
«reglas» hechas por alguien desconocido.
Los adultos son siempre cautelosos con los niños que violan estas reglas. Con esto
en mente, la decisión de caminar con ellos a casa tomados de la mano es algo
inteligente.

Al final, el mundo en el que vivimos está construido por lo que los adultos llaman
reglas.

Y confían en nosotros, niños traviesos que no saben cómo sobrevivir por sí mismos.
Incluso, aunque los adultos hagan caras y lloren, el mundo no cambiará.
Por supuesto, quienes disfrutan del mundo como está y viven sus vidas con
indiferencia como nosotros, no parecen tener la intención de cambiar el mundo
tampoco.

No, creo que no debería decir eso.

Eso es, el dolor punzante que ha estado en mi mejilla izquierda ayer está en mi
mejilla derecha hoy.

Estas pequeñas diferencias pueden ser consideradas «cambios». Es solo que estas
cosas sin importancia no causan un impacto en nadie.

Incluso yo pienso que soy una persona bastante rara. También creo que entiendo
algo que otros no.
Pero, esto es porque no tengo ningún amigo, y siempre estoy solo en casa; he
tenido contacto con cosas más vulgares que otros.
Pero estar solo un paso más adelante que los niños de mi edad no es realmente
anormal.

No importa qué, hoy también seguí las «reglas» que Madre impuso.

Pasar el día en el parque, mezclándome con los otros niños jugando, es también
parte de las reglas.

En la mañana, luego de calentar el agua para cuando Madre vuelve del trabajo y
prepara el desayuno, siempre la paso en el parque.
Desde entonces, hasta el anochecer —desde que Madre salía a trabajar hasta que
regresaba—, podía matar el tiempo en el parque, y si me ordenaran comprar algo,
lo haría, iría a casa, limpiaría mi cuarto y me iría a la cama.

Seguir esta serie de reglas es mi deber, y también lo son todo para mí.

Aunque esto haga parecer mi mundo bastante simple, parezco nunca hacerlo bien,
y siempre termino haciendo enojar a Madre.
Porque olvidé poner el papel de baño ayer, y rompí una taza hoy, Madre estuvo
realmente enojada conmigo.
Cada vez que Madre se enojaba, me golpeaba —aunque la mano con la que me
golpeaba Madre sufría, seguramente, tanto como yo—. Luego de golpearme, Madre
se disculpaba llorando; nunca sabía qué hacer frente a eso.

Pero cuanto más trataba de mejorar, más errores cometía.

Incluso si tratara de hacer algo que hiciera a Madre feliz, terminaría en todo lo
contrario. Qué extraño...

Hablando de eso, una vez, cuando el control de la televisión dejó de funcionar,


Madre, indignada, dijo que era «una cosa inútil», y lo tiró a la basura.
Esa fue la primera vez que me di cuenta: aquellos que no seguían las reglas, las
cosas que no podían usarse, eran consideradas «inútiles».

Por lo que podía entender, las «cosas inútiles» y «yo» éramos muy similares.

Siempre provocando que mi Madre, cansada del trabajo, se enojara sin ningún
motivo. Solo causándole dolor. ¿Había una diferencia entre una «cosa inútil» y «yo»?
Justo como esas «cosas inútiles», yo podría ser reemplazado si no cumplía con los
estándares.

No lo entiendo.
¿Por qué solo hacía a Madre infeliz todos los días?
Ya que nunca he hecho nada más que herirla, ¿por qué «yo» nací?
Finalmente, a mí... ¿Por qué Madre siquiera...?

Cada vez que pienso en cosas como esta, mi pecho no puede evitar dolerme.
Aunque había dejado de llorar por el dolor, aunque no pedí esto, las lágrimas
empezaron a salir de mis ojos, lentamente bajando por mi rostro.

No. No puedo llorar. Debo pensar en otras cosas.

Si alguien me viera así, no sabría qué decir.


Si, como la última vez, alguien tratara de causarle problemas a Madre, provocando
que no fuéramos capaces de estar juntos...

Eso sería terrible. No lo soportaría. Un mundo sin Madre es un mundo que no


quiero imaginar.

Quedaba una hora más.


Una hora para que madre despertara y fuera al trabajo, así que decidí sería una
buena idea quedarme aquí hasta entonces.
Después, planeaba comprar una nueva taza para reemplazar la que rompí, volver a
casa, y entonces quedarme ahí.
No importa qué, siempre que pueda seguir estas «reglas», Madre no saldrá herida
hoy.

Lo que significaba que mañana, definitivamente...

¿Definitivamente qué?

Ni bien esta pregunta pasó por mi mente, escuché un suave «geh» y me di la vuelta.
Desconcertado, miré frente a mí y vi a la chica que antes había estado en las barras
ahora tirada boca arriba, en el suelo.
La miré sorprendido una y otra vez, pero ella no hizo ningún intento de levantarse
y solo extendió sus brazos hacia afuera, sin dejar de mirar al cielo.

¿Qué había estado haciendo exactamente en una posición como esta?

Incluso alguien tan retorcido como yo no era tan estúpido para esforzarme en
pensar una pregunta como esta.

—¡Oye, tú!

Las palabras que descuidadamente grité no recibieron respuesta, y todo lo que


pude escuchar fue mi voz haciendo eco en el parque.

Enfrentar este silencio hizo que escalofríos recorrieran mi columna.

—¡E-esto es malo!

No pude evitar levantarme y, en el proceso, usar todas mis fuerzas para dar un
paso en el suelo. Ante esta repentina «emergencia», mi desconfiable cerebro —
como era de esperarse— dejó de funcionar.

El «peor escenario» del que había escuchado tantas veces en televisión y en la


radio vino a mi mente como las olas de un océano.

Si lo que pasaba frente a mis ojos fuera precisamente eso, en este momento, solo
podía significar un gran problema.

Entonces, en este momento, y este segundo, ¿qué clase de problema es este,


exactamente?

Las barras horizontales en las que la chica había estado jugando no estaban
particularmente tan alejadas del suelo, pero el verdadero problema fue en la forma
que cayó.
En este mundo, hay personas que pueden herirse gravemente solo por caer de una
silla.
Incluso si fuera algún tipo de equipo de entrenamiento, si se golpeaban en una
parte vulnerable, no sería extraño tener una lesión grave.
—Pero, en serio, ¿por qué tengo que ser yo...?

Miré a todos lados, pero no había adultos a la vista.


Tener una tarea tan grande a la fuerza, estaba poniendo a mi corazón tan ansioso
que sentía que iba a explotar.

Pero no tenía tiempo que perder, ni para asustarme.

Seguí mirando al suelo, donde la chica permanecía quieta, tendida en la arena


donde habían jugado antes los niños.

Por amor de Dios, que no sea una herida grave.

Mientras rezaba, di un paso que requirió usar todas las fuerzas de mi cuerpo. Y
entonces...
La chica que había estado completamente inmóvil se levantó.

Con pelo negro hasta los hombros y ojos del mismo tono oscuro, volteó hacia mí
con una mirada vacía.
Ah, qué alivio. No parecía que hubiera heridas mortales. No parecía haber sangre, y
su tez estaba bien también.

Por lo que podía ver, la chica tenía un rostro regular. Algún día, un chico
definitivamente se enamorará de ella a primera vista y seguro formarán una feliz
familia juntos.

Ah, en serio, es genial que no se haya hecho ninguna herida permanente...

Junto a un «click», mi tobillo derecho empezó a sentirse como si estuviera siendo


electrocutado.
Por supuesto, ya que he vivido una cantidad de años que puedo contar con los
dedos de mis manos, nunca había sido electrocutado ni nada parecido antes, pero
había otra forma de describir este dolor... En el tiempo de un segundo, el dolor
instantáneamente flotó de mis pies a mi cabeza.

Ah, es cierto.

En efecto, alrededor de 0:00 segundos antes, había usado toda mi energía en dar
un paso. Estaba tan concentrado en ayudar a la chica, y el ángulo del paso que
había dado parecía estar mucho más lejos de lo que debería. La mitad superior de
mi cuerpo que había estado moviéndose a una gran velocidad no encajaba con el
lugar donde estaban mis dos pies.

De esta situación, no era difícil predecir lo que pasaría después.

Ah... Eh, chica, por favor no me mires.

—¡¡¡Gaaaaaaaaaaaahhhh!!!
Mientras lloraba miserablemente, casi como si hubiera elegido utilizar esta
vergonzosa voz, también comencé a caer hacia el suelo en una posición extraña,
como si la hubiese ensayado antes.

Si esto hubiera sido alguna clase de parodia en un show de televisión, estoy seguro
de que aquellos sentados tras la pantalla se habrían echado a reír. Pero, también
podría agradecer a aquellos que son lo suficientemente educados para pretender
que se están riendo.

La parte más graciosa era que, en medio del silencioso parque, estaba tirado en el
suelo, y había perdido mi oportunidad de levantarme. Mi tobillo y mi cuerpo
realmente dolían, pero no era algo que valiera mencionar.
El verdadero problema yacía en el hecho de que los humanos tienen algo que les
permite poner el dolor a un lado; un terrible sentimiento llamado «vergüenza».

Piénsalo. Una persona corre de repente hacia ti, y entonces cae con gracia en el
suelo mientras llora con una extraña voz... ¿Qué pensarías de ella?

No, no, no, es el fin. Esto es terrorífico.

Ah, si solo no hubiera tratado de hacer cosas innecesarias con tanta prisa.

¿Qué hago? En una situación como esta, sería lo mejor solo levantarme del suelo y
salir corriendo.
No, no puedo. Tengo el tobillo herido; no hay manera de que pueda correr rápido.
Solo podría correr tan vergonzosa y extrañamente que los otros tendrían el cabello
de puntas por el horror. No quisiera dejar cicatrices en la mente de una chica con
feos recuerdos.

Como ya había pasado mucho en esta situación, supuse que solamente debería
quedarme inmóvil, sin mover ningún músculo, y dejar que el tiempo pasara. Para
ser honesto, no quería ser conocido —en la mente de la chica— como el
«misterioso chico deprimido que se resbaló», pero ahora que esto ha pasado, debo
resignarme a ello.

Ah, esto debo hacer. Pero, tiempo, pasa un poco más rápido.

—Oye, ¿estás bien?

No había forma de que estuviera bien.

Todo mi cuerpo dolía, estaba avergonzado, ¿cómo podía yo...?

—¡¿Eh?!

Alcé mi cabeza y detrás de mí estaba la chica de ahora, estirando su brazo para


ayudar a levantarme.
Esos grandes ojos ya no parecían tan vacíos como antes, y por su expresión, no
parecía alguien que planeara llamar a la policía.
—¡N-no! ¡Estoy completamente bien! ¡Solo me tropecé y caí, es todo...! A-haha...

Levanté la mitad superior de mi cuerpo en pánico, y forcé apresuradamente una


sonrisa. Aunque era un alivio que esta chica no me odiara, la verdad seguía como
tal: me había caído en frente de ella.
Si bien su mano seguía extendida hacia mí, mi vergüenza me hizo incapaz de
aceptar fácilmente su ayuda.

Al ver mi expresión afligida, la chica me miró inquisitivamente.

—Pero para mí parecía más como si cómo si hubieras perdido el aliento. Se vio
súper doloroso.

La inocente pregunta fue como un combustible que hizo que mi cara ardiera más
furiosamente.

Ah, tienes razón. Como dijiste, lo que pasó justo ahora fue probablemente una de
las tres más grandes caídas que he tenido en toda mi vida.

—¡E-en serio, estoy bien! Me tropiezo de esta manera todo el tiempo. Ya estoy
acostumbrado a eso, realmente.

En reacción a mi enorme mentira, la cara de la chica se obscureció aún más.

—¿Todo el tiempo? Hum... Todavía parece que me estás ocultando algo...

—A-ahaha...

Oh, no. Si esto sigue así, será como cavar mi propia tumba.

Hablando sobre eso, esta chica era verdaderamente despiadada. ¿Por qué se había
quedado inmóvil en el suelo si tenía tanta energía? Viendo cuan brillante y vivaz
era, no podía atreverme a decirle, «de hecho, me caí porque estaba tratando de
ayudarte».

Tenía un mal presentimiento sobre esto.


Aunque las cosas no iban a mi favor de todas maneras, si seguía con esta
conversación, la situación estaba obligada a empeorar a menos que se resolviera.
Si rumores sobre «un niño de por aquí, quien quiso crear su propia técnica para
deslizarse y se lastimó a sí mismo» se propagaran, sería malo.

Ya era hora de todos modos. La mejor solución era retirarse tan pronto como fuera
posible, incluso si significaba que otros me consideraran una persona desagradable.
Esto probablemente me dejaría una cicatriz emocional, pero para arreglar el
asunto lo más rápido posible, no había otra manera.

—Bien, entiendo. Te diré la verdad —dije dejando escapar un suspiro.


Habiendo escuchado esto, la chica me observó sin entender.
—¿La v-verdad?

—Sí. En realidad...

Aunque la vergüenza casi se apodero de mí, me aseguré de que no se mostrara en


mi cara, y estiré una sonrisa en mi boca con tal de forzar la siguiente línea del
guión.

—Lo que acabas de ver fue en realidad a mí practicando un movimiento secreto, ya


sabes. Como esos que pueden... derrotar a los villanos con un solo golpe.

Silencio.

Tanto silencio, que era casi doloroso.

El parque estaba tan carente de ruido que parecía como si se hubiese detenido el
tiempo.

Era el momento, el momento de retirarse. Era mejor tomar un gran respiro y huir
antes de que mi cara roja se volviera un campo de hierba ardiente.

Entonces me iría a casa, y olvidaría todo lo que había pasado hoy. Iba a ir a casa,
comer la cena, dormir, encontrar el amor, y vivir una vida feliz de ahora en
adelante.

Sin embargo, justo mientras estaba pensando en cómo escapar, la respuesta de la


chica me tomó por sorpresa.

—Entonces, ¡¿tenía razón?!

Mientras decía esto, la curiosidad estaba brillantemente escrita en toda su cara.

—¿Eh?

—¡Me estaba preguntando si eso era! ¡E-eres genial! ¡Ya veo, así
que era eso...! Ya que es un movimiento secreto, tú usualmente no le cuentas a los
demás de él, ¿¡cierto!?

En pánico, rápidamente di una respuesta ambigua a la chica que ahora estaba cinco
veces más intrigada de lo que había estado antes.

—Bueno, yo... ¿Sí? Eso creo...

¿Exactamente en qué estaba tan interesada esta chica?


A pesar de que pensé que en serio lo había arruinado, parecía ser que en su lugar
había golpeado un homerun.
Completamente ignorando el hecho de que yo estaba retrocediendo lentamente, la
chica se acercó más a mí. Sigilosamente escaneó los alrededores, y continuo
diciendo cosas extrañas.

—D-dime tu secreto. De hecho, yo también lo estoy haciendo.

—Ah, perdón. ¿Qué quieres decir?

Mientras hablaba y movía más hacia atrás para mantener una buena distancia
entre los dos, la chica escaneó sus alrededores de nuevo, y bajo su voz aún más.

—Practicando, ya sabes. Practicando un movimiento secreto.

La chica tenía una expresión solemne.


Pero aun así, su expresión no significaba nada, porque no había manera de que
tomara en serio lo que ella estaba diciendo.

—¿Ah? ¿Practicando...? Quieres decir, ¿los balanceos en las barras horizontales?

Eso fue lo único que me vino a la mente. Aun así, parecía que había dado en el
blanco, ya que la cara de la chica se iluminó mientras decía—: ¡A-así que sabías!

¿Qué quería decir? Estaría sorprendido si existieran personas que no supieran qué
eran balancearse hacia atrás en las barras horizontales.
¿Cómo se relacionaba eso con un “movimiento secreto” de todas maneras?
No, espera. Qué tal si esta chica...

—¿E-estás diciendo que piensas que lo de las barras horizontales es algún tipo de
movimiento secreto...?

—Síp. Mi papá me lo dijo. Él dijo, «mientras tú puedas dominar cómo balancearte


hacia atrás en las barras horizontales, tus enemigos se quemaran hasta la muerte».

Aun cuando había dicho algo tan ridículo, en sus ojos no había rastro de duda.

—Justo ahora, estuve tan cerca. Incluso hice mi entrenamiento imaginario, así que
definitivamente no habrá ningún problema la próxima vez.

—Ah, ya veo...

Aaah..., así que eso había pasado.

Actuando como si estuviera herida había sido parte del entrenamiento imaginario
de la chica, uh.

Ya veo, ya veo...
—¿...Puedo irme a casa ahora?

Mi expresión no podría haber cambiado más a una sonrisa, ya que todo lo que
quedó fue mi cara que se había vuelto tan blanca como un papel.

Bueno, eso no era una sorpresa.


En los pocos minutos que había estado cara a cara con esta chica, ¿cuánta de mi
energía había usado?
Sentía como si hubiera pasado meses gastándola.

—¡¿Eh?! ¿Ya te vas? Aún me quedan muchas cosas de las que quiero hablar
contigo...

Por favor, ahórratelo.

En contraste con la emoción de esta niña, mi cuerpo se sentía incapaz de discutir


sobre ataques secretos.

—Uh, sí... Es hora de que vaya a mi casa.

Sonreí mientras hablaba, tratando de ser lo más educado posible.

Aunque ella hizo de mala gana un sonido de «mmm...», al menos parecía que ya no
me iba a seguir molestando más.

Miré al reloj: ya pasaban de las 05:30 p.m.

Aunque esto es más temprano que la hora usual para que regrese a casa, hoy, se
me fue encargada la misión de comprar una taza.
Si añadía el tiempo que me tomaría hacer eso, me quedaba poco, de modo que ya
era hora de ponerse en marcha.

Usando el pie que no me había torcido para levantarme, cuidadosamente puse mi


peso sobre mi pie lastimado. Aunque, como era de esperarse, dolía, parecía ser que
aun podía caminar.
Si resultaba que no era capaz de levantarme, ni siquiera quería imaginar lo que la
chica me hubiera dicho.

—Así que, esto..., adiós. Ya me voy.

Tan pronto como dije esto, traté de caminar tan rápido como pude, pero aún
continuaban sus «mmm...», y la insatisfacción escrita en toda su cara.

Mirando más de cerca, esos ojos estaban brillando ligeramente por las lágrimas.

Oh dios, tenía que irme antes de que la situación empeorara más.

Mientras me forzaba a reír, sintiendo algo de culpa al mismo tiempo, me arrastré


hacia la salida del parque.
—¡Hey!

Justo cuando había empezado a alejarme, la voz de la chica sonó de nuevo.

¿Ahora qué?

Giré solo un poco para poder ver el rostro de la chica; su expresión preocupada de
antes había cambiado por una gentil sonrisa.

—¿Quieres hablar de nuevo mañana?

Viendo su expresión y oyendo sus palabras, no pude evitar entrar en pánico.


Hablando de eso, ¿alguna vez he hecho «planes para mañana» con alguien antes?
Al menos, por las memorias que podía recordar, nunca lo había hecho antes, ni una
sola vez.

Oh, espera, ¿por qué estaba diciendo «al menos, por las memorias que podía
recordar»? Solo era un niño.
Ni siquiera había vivido lo suficiente como para tener tantas memorias que olvidar.

—Bien, nos veremos aquí de nuevo mañana —le dije.

Me di la vuelta, y abandoné el parque.

¿Por qué había respondido tan fríamente a propósito? Ni yo podía entenderlo.

Mi tobillo dolía a cada paso que daba en el camino de concreto, pero este dolor,
causado por los eventos de hoy, podía ser considerado lindo para otras personas.

Ah, espero no sentir más dolor mañana.

Mientras trataba torpemente de ocultar cómo me sentía en verdad, caminé a paso


lento hacia adelante.

Antes de darme cuenta, el cielo ya se había teñido con los colores brillantes del
atardecer.
Fui capaz de cambiar constantemente la bolsa de brazo para evitar sentir las agujas
y alfileres en ellos y a la vez proteger la pierna lesionada mientras caminaba. Soy
bastante listo, ¿verdad?

—Es bueno que no luzca tan mal.

Ya habiendo comprado una taza de la tienda más cercana a la estación, ahora me


dirigía a casa, arrastrando conmigo mi pierna adolorida.

Aunque el dolor en mi pierna me molestara, con solo poder sentarme cuando


llegara a casa, estaría bien.
Además, debido al dolor en mi pierna, me había olvidado del dolor en que estaba
mi mejilla derecha.
Fue por eso que cuando buscaba una taza en la tienda y el asistente me preguntó
«¿qué le pasó a tu cara?», yo le había respondido con un «¿en verdad estoy tan
feo?».

En serio, fue culpa de esa chica.


Cuando nos veamos mañana, debo encontrar una forma de vengarme.

Mientras pensaba amargamente en esto, seguí mi camino.

Andando por el camino conocido, volteando en la esquina conocida, y cruzando la


conocida intersección; el lugar donde vivía quedaba justo frente a mis ojos.
Como de costumbre, atravesé la puerta principal, subí la escalera de metal y me
dirigí al cuarto más lejano del segundo piso.
De seguro por la suciedad de este edificio, incluso desde que nuestros vecinos se
mudaron el mes pasado, es que los cuartos de este piso estaban todos vacíos.

Pese a que Madre había dicho «genial, ahora no tenemos que gastar energías
preocupándonos por los vecinos», para mí, alguien que pasaba todas las noches
solo, era honestamente algo terrorífico.

No era fan de las cosas sobrenaturales. Pero Madre parecía amarlo, siempre viendo
programas como: Especial, los fantasmas del verano.
Solo de escuchar su nombre me daban escalofríos. Era la única cosa que me
gustaría ella dejara de hacer.

En especial ese capítulo dentro de un hospital abandonado... ¡Ahhh! No debería


pensar en eso. Piensa cosas felices, piensa cosas felices...

—Realmente no hay muchas cosas felices en que pensar.

Habiendo caminado delante de las puertas de tres cuartos vacíos, finalmente pude
ver la de mi propia casa.
Y aunque no sabía qué horas eran con exactitud, a juzgar por cómo lucía el sol,
había vuelto a la hora de siempre.

Al parecer, hoy también, había pasado por mi rutina habitual.

—Qué raro. La puerta está abierta.

Pasé frente a la puerta de mi casa, que estaba obviamente abierta.


Seguro porque estaba mal; esta puerta no cerraba a menos que fuera cerrada
correctamente. Pero, por supuesto, Madre lo sabía.

—¿Acaso tenía prisa?

Sin preocuparme en verdad en ello, posé mi mano en el picaporte.


Incluso antes de si quiera levantar la cabeza, pensaba en cosas como «mañana
debo cerrar bien la puerta»... Un idiota como yo no puede curarse ni con medicina.
Cuando al fin levanté la cabeza, vi a dos adultos en la habitación que brillaba con
un intenso naranja.

Uno de ellos era mi madre, vestida con su bonita ropa de trabajo.


El otro era un tipo que nunca había visto antes, corpulento, con una máscara y una
camiseta sucia.

—Eh...

¿Por qué Madre aún no había salido a su trabajo?

¿Por qué Madre, quien siempre se negaba a traer invitados, había traído a este
hombre?

¿Y por qué este hombre agarraba la hermosa joyería de Madre con sus sucias
manos?

La respuesta era simple.

Pero para cuando me di cuenta, ya era muy tarde.

La mano del hombre se estiró con rapidez, me sostuvo de la camisa y me lanzó


hacia el centro de la habitación.

—¡Ah!

Incapaz de caer apropiadamente, mi espalda se estrelló contra el suelo.


Mi vista se volvió borrosa, y sentí como si hubiera un montón de cámaras lanzando
sus flashes frente a mis ojos al mismo tiempo.

No podía respirar.

Esta era la primera vez en mi vida que sentía un dolor como este.

Mi mente era un desastre. Extendí mi mano derecha para levantar mi cuerpo, pero
incluso en eso fallé.

Tirada en el suelo, Madre hizo un sonido que parecía un gemido.

¿Qué sucedía? ¿Por qué Madre estaba llorando?


¿Cuál era el motivo...?

Mis ojos recorrieron la habitación, deteniéndose en la joyería que estaba en manos


del hombre a punto de irse.

Sí, eso era.


Esa joyería era lo único que Madre obtenía luego de trabajar duro cada día.
Y este hombre estaba por robársela.

Tienes razón, Madre. Si algo como esto pasara, yo también gritaría.

Justo en ese momento, mi mano derecha recuperó la energía para funcionar


apropiadamente de nuevo. Mi brazo derecho se apoyó en el suelo, alzando mi
cuerpo.

Habiéndome puesto de pie, fui con furia tras el hombre.

—D-devuélvelo... Eso no... te pertenece.

Como lo vieran, la parte importante era que yo estaba agotado hasta el punto de no
poder pensar con claridad. El hombre escupió con rabia, y forzosamente me agarró
del brazo para lanzarme de nuevo.

— ¡Agh…!

No pude quedarme de pie, y volé de regreso al suelo. Incapaz de respirar y con mi


visión borrosa, ya no era capaz de levantarme. No podía dejar de temblar, y
después de un corto tiempo, oí el agudo sonido de metales chocando. Aunque no
lograba ver qué era, por los gritos de Madre pude adivinar lo que ese sonido
significaba.

Pensé en mi Madre, quien raramente cocinaba, y la vez que compró un juego de


cuchillos de calidad. Como era de esperarse, esos cuchillos nunca habían sido
utilizados, y fueron puestos cuidadosamente en la cocina.
El sonido de ahora, era probablemente de uno de esos cuchillos.

Básicamente, el hombre planeaba matarme antes de que tratara de atacarlo de


nuevo. Después de todo, no tomaría más que una puñalada para sumirme en la
obscuridad eterna. Era pan comido.

Mi cara se presionó contra el suelo. Podía claramente sentir que los pasos del
hombre se acercaban más y más a mí.
En unos pocos minutos, probablemente iba a estar muerto.
Hacia esto, no tenía nada de miedo, ni quería resistirme; pero incluso así, no podía
simplemente seguir acostado aquí.

Usando toda la fuerza que tenía, a pesar de que sólo podía tomar pequeñas
respiraciones a la vez, me las arreglé para ponerme de pie.
Aunque había pasado por mucho dolor hoy, mi cuerpo ya no podía sentir las
señales de dolor.

En la mano derecha del hombre estaba, como predije, un cuchillo de cocina nuevo.
Para ese momento, confiar en estas dos manos para atacar a este hombre era
probablemente imposible. A la vez, cualquier plan que pudiera pensar iba a
causarme dolor si fallaba.

Pero eso no importaba; yo no tenía que hacer eso. Sólo necesitaba un poco de
tiempo para hacer que este hombre no pueda moverse.
Miré a Madre, con lágrimas en sus ojos, quien me estaba gritando algo que no
entendía.

Lo siento, Madre, probablemente no podré recuperar tus joyas.

Perdóname por ser tan inútil y estúpido.

Pero incluso si eso significaba que solamente Madre podría escapar, iba a detener a
este tipo.

Al menos... Al menos, espero que al final, aunque sea una vez, piense: «me alegra
haber dado a luz a este niño».

Volví a mirar al hombre, tomé un gran respiro, y corrí directamente hacia él…
O al menos eso era lo que había planeado originalmente.

En una fracción de segundo, el cuerpo del hombre ya estaba contra la pared. Y el


cuchillo de cocina, el cual ya no era nuevo, estaba profundamente enterrado en el
pecho de Madre.

El significado de lo que vi no se procesó en mi mente.

Sólo pude observar inmóvil a mi Madre retorcerse de dolor. La mirada en sus ojos
lucía como tuviera algo que decirme.

En el momento que el hombre sacó el cuchillo del cuerpo de Madre y la sangre


fresca salpicó por todas partes, algo en mi mente se rompió.
Aunque ya no podía escuchar nada, sé que definitivamente grité algo con todas mis
fuerzas.

Pero, desde el momento que choqué con el hombre —y me apuñaló con el cuchillo
en el abdomen—, hasta que caí a sus pies, no había pasado mucho tiempo.
Yo, que había caído junto a Madre, sentía como si me estuviera ahogando en agua
fría.

Un sentimiento extraño me envolvió.

Madre, quien tenía su boca inundada con lágrimas cayendo por su cara, había
querido decirme algo antes de morir.

Pero hasta hoy, no sé qué fue lo que quiso decirme.


*

Delante de mí había una calle que nunca antes había visto.

Nada de lo que conocía estaba a la vista.

Esta era la noche.

Niños como yo... No. Niños como nosotros, no tenían idea de lo que era la noche.

El mundo de los adultos, separados por el día que desbordaba luz... Éramos
incapaces de dar un solo paso en él. Era un mundo donde solo los adultos podían
entrar.

Era un mundo que alejó a Madre. Un mundo oscuro.

Odiaba la noche.

Con cada paso que daba, los sonidos de mis pisadas en el suelo rebotaban contra
los edificios completamente negros, causando un eco muy desagradable.

Cada vez que las luces neón brillaban en el borde de mi visión, sentía como si
hubiera visto algo que no debería, y daba la vuelta avergonzado.

Estaba tan asqueado que parecía que fuera a vomitar.

Aun siendo golpeado con una sensación similar a las náuseas, continué por el
camino que no llevaba a ningún lado en particular.

— Esto no es bueno, ¿por qué vine a un lugar así?

Desde un lugar cerca de mí, una débil voz susurró:

— Aún eres un niño, ¿cierto? Tú no entiendes la noche para nada.

— No me hables con desprecio. No sabes nada sobre mí.

—Lo sé todo. Porque soy un adulto.

Empecé a odiar la voz cerca de mí, que parecía atrapada en algún lugar.

—No me trates como un niño.

Ni bien lo dije, la voz susurrante empezó a hacer unos raros sonidos.

Parecían como risas, pero también se asemejaban a los siseos de una serpiente.

—No lo pareces. Una mirada basta para saber que has tomado la dirección
equivocada. Escucha. En pocas palabras, no entiendes qué es lo más importante.
Los siseos se volvieron más fuertes que antes, y los susurros casi parecían pegados
a mis oídos.

—¿Lo más importante?

Tan pronto como dije esto, los sonidos de pasos de repente se detuvieron, a pesar
del hecho de que yo aún no había dejado de caminar.

Sorprendido, miré alrededor —a las parpadeantes luces neón, a las paredes de los
edificios, incluso a la luna flotando en el cielo—, pero no había ni una sola persona
alrededor de mí.

¿Qué demonios está pasando? grité en voz alta, pero no podía ni siquiera escuchar
mi propia voz.

La obscuridad sin forma, sin ni siquiera un pequeño rastro de luz, incluso mi


cuerpo, aterrorizado, parecía formar parte de ella.

—No lo ves, ¿cierto? Escondidas aquí están las mentiras.

El susurro parecía estar viniendo de mi propio cuerpo.

—Los adultos ocultan sus mentiras en la obscuridad. Así es cómo protegen sus
propios corazones.

No entendía sus palabras. Me sentía enfermo, era demasiado doloroso. Por favor,
déjame ir.

—¿Entiendes, jovencito? Esta es la noche. Es el mundo de los adultos que no


conoces.

¿Qué son exactamente los adultos? ¿Por qué Madre y este mundo…?

—¿Quieres saber? Si quieres, entonces olvídate ese puro corazón tuyo.

¿Olvidarme de mi corazón?

—Así es. En la noche, con su soledad y obscuridad sin forma, no necesitas algo así.
Lo único que necesitas son las mentiras.

Finalmente comencé a perder el conocimiento.

Sentía como si todo se mezclara con la obscuridad.

Antes de que mi fugaz conciencia se perdiera completamente, hubo solamente una


frase, la última cosa que escuché, tallada en mi corazón que estaba desapareciendo
lentamente.

—Engaña a todos, pequeño niño.

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