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El seseo es un fenómeno fonético que surgió en el Siglo de Oro en Andalucía relacionado con el cambio de las consonantes africadas sorda y sonora a fricativas predorsodentales. En Andalucía, estas fricativas se confundieron con las apicoalveolares antes de extenderse el ensordecimiento de las sibilantes, dando lugar al ceceo y zezeo. Tras el ensordecimiento solo quedó la predorsodental sorda, cuya articulación predominantemente alveolar dio orig
El seseo es un fenómeno fonético que surgió en el Siglo de Oro en Andalucía relacionado con el cambio de las consonantes africadas sorda y sonora a fricativas predorsodentales. En Andalucía, estas fricativas se confundieron con las apicoalveolares antes de extenderse el ensordecimiento de las sibilantes, dando lugar al ceceo y zezeo. Tras el ensordecimiento solo quedó la predorsodental sorda, cuya articulación predominantemente alveolar dio orig
El seseo es un fenómeno fonético que surgió en el Siglo de Oro en Andalucía relacionado con el cambio de las consonantes africadas sorda y sonora a fricativas predorsodentales. En Andalucía, estas fricativas se confundieron con las apicoalveolares antes de extenderse el ensordecimiento de las sibilantes, dando lugar al ceceo y zezeo. Tras el ensordecimiento solo quedó la predorsodental sorda, cuya articulación predominantemente alveolar dio orig
El seseo es un fenómeno que surge en el Siglo de Oro en Andalucía y que está
estrechamente relacionado con el proceso de interdentalización de las antiguas dentoalveolares africadas sorda y sonora. En la evolución general del castellano, las dentoalveolares africadas sorda y sonora se oponían por el rasgo de sonoridad hasta el siglo XVI, cuando la sonora sufre un ablandamiento articulatorio que provoca la pérdida de la oclusión. Posteriormente, la sorda también sufrirá este proceso, generando las consonantes predorsodentales fricativas sorda y sonora. Con el ensordecimiento de las sibilantes en esta época, queda solamente la predorsodental fricativa sorda, que se confunde con la apicoalveolar fricativa sorda por la proximidad de sus articulaciones. Para diferenciarse, la predorsodental adelanta su punto de articulación dando lugar a la consonante interdental fricativa sorda.
En Andalucía, sin embargo, el cambio no se produjo de la misma manera. En el
momento en que hemos obtenido las predorsodentales fricativas sorda y sonora, antes de la propagación del ensordecimiento la predorsodental fricativa sorda se confundió con la apicoalveolar fricativa sorda y la predorsodental fricativa sonora, con la apicoalveolar fricativa sonora. Las dos primeras articulaciones confluyeron en la predorsodental fricativa sorda (igualación que se conoció como çeçeo) y las dos últimas, en la predorsodental fricativa sonora (lo que se conoce como zezeo).
Tras el ensordecimiento de las sibilantes, solo se mantiene la predorsodental
fricativa sorda, que se caracteriza por realizarse con el ápice de la lengua apoyado contra los incisivos inferiores y con dos estrechamientos en el predorso de la lengua: uno contra los alveolos y otro contra los incisivos superiores. Cuando predominaba la constricción alveolar se obtenía un sonido semejante a la apicoalveolar fricativa sorda, lo que dio origen al seseo, mientras que, cuando predominaba la constricción dental, se generaba un sonido próximo a la interdental fricativa sorda, dando lugar al ceceo. Por tanto, nuestros actuales seseo y ceceo son dos variantes del antiguo çeçeo.
Puesto que la conquista de América y de Canarias se produjo en el siglo XV, la
evolución estaba todavía en el estadio del çeçeo primitivo cuando los conquistadores, en su mayoría andaluces, llegan a estas tierras y traen consigo el castellano. En ambas regiones se consolidó la variante de timbre seseante, razón por la que hoy el seseo es un fenómeno presente en ellas. En algunas zonas de América también encontramos ceceo, variante que pudo proceder de los propios hablantes peninsulares o que pudo generarse allí de manera independiente.