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ROBERT CASTEL, LA INSEGURIDAD SOCIAL 2Qué es estar protegido? MANANTIAL, ‘Buenos Ares “Til i indi mei Oye gine prs? bo ae aoe te he, 2008 “rau Vvin Ackerman Dio de tps: ado Core Rote nui oi ud ea pomp. 2 inp = ‘eer Re: Marcy 208 Map ae em foo 1. Sep Soil Tilo Hecho dds gue mre ey 11.28, Tp ne retin (0200, en edn y ee ada va cobaye 1 po (4085 Boece Ate Agen ‘Tekst 448 7386/44 6059 ‘ailtenanttaconar ev smanamialcon a Dacha rade ride proc pc AGRADECIMIENTOS: Isabelle Astes, ysette Boucher-Castel, Denis Merklen y ‘Albert Ogien me hicieron preciosas observaciones sobre una primera versin del manuscrito. Mi interpretacion del “retor- ro de las clases pligrosas”estéen deuda con entrevista pro- puestas por Richard Figuier sobre este tema. Por iltimo, agradezco a Christine Colpin por su contrbucién esencial a la elaboracin del texto. INDICE Incroduecién apieulo 1 La seguridad civil en el Estado de derecho... ‘Modernidad y vulnerabilidad. Seguridad pablicayUibectades pias ww Capitulo 2 La seguridad social en el Estado protector. La propiedad ol trabao. Una sociedad desemejants. Capitulo 3 EL aumento dela incertidumbre. Tndividualizcia ydesoleciviacin, El etoa de a lass peigross Capitulo 4 Una nueva problemtica dl iesgo. Rigo, poigros¥ dais Prvatizacin ocoectvizacion de los esos. u wv 13 a 35 37 45 3 3s 75 16 BL 0 onERT casTeL Capirulo 5 imo combatir Ia inseguridad social. Reconfigarat as potecciones soils. Dar seguridad al trabajo. Conelusin, 13 INTRODUCCION ‘Se pueden distingui dos grandes tpos de protecciones. Las protecciones civil garantzan las ibertades fundamentals y la seguridad de los bienes y de las personas en el marco de un Estado de derecho, Las protecciones sociales “cubren” contra Jos principales resgos capaces de entralar una degradacign de la suacién de lo indviduos, como la enfermedad, el acciden- tela vejez empobrecida, dado que las contingencas de a vida poeden culminar,en hima instanca, en la decadencia social Desde este doble punto de vista vivimos probablemente -al ‘menos en los paises desarrollados~en las sociedades mis segue ras que jams hayan existido. Las comunidades no pacficas, esgacradas por lnchasintestnas, donde la justcia era expedi- tivay la arbitrariedad permanente, parecen vistas desde Euro- ‘pa occidental o desde América del Nore, la herenca de un le jano pasado. Elespecto de la guerra, esa terrible generadora de violencia, también se ale: ahora ronda y a veces hace =~ tragosen los confines del mundo “civilizado”. Anélogamente, se ha alejado de nosotros esa inseguridad social permanente ‘que resultaba de a vulnerabidad de ls condiciones y conde~ haba en otras épocas a una gran parte del pueblo a vivir “al dia”, a merced del mis miaimo accidente que pudiera surgir 2 [ROBERT cASTEL en el camino, Nuestrasexistencias ya no se desarollan, desde el nacimiento hasta la muerte, sin redes de seguridad, Una bien llamada "seguridad socal” se ha vuelto un derecho para Ia inmensa mayoria dela poblacién y ha generado una mult tad de instituciones sanitaiasy sociales que se ocupan de la salud, de la educacién, de las discapacidades propias de la ‘edad, de las deficienciaspsiquicas y mentales. Atal punto que seha podido desriir este tipo de socedades como “socieda- des aseguradoras", que aseguran, de alguna manera de dere- cho, la seguridad de sus miembros. Sin embargo, en estas sociedades rodeadas y atravesadas ‘por protecciones, las preocupaciones sobre la seguridad per- ‘manecen omnipresentes. No se puede eludie el caricter perturbador de esta constatacién pretendiendo que el sent- rmiento de inseguridad es s6lo un fantasma de personas aco- ‘modadas que habrianolvidado el precio de la sangre y de las lgrimas, y hasta qué punto la vida antes era da y ceuel Tiene tals efectos sociales y politicos que, por certo, forma parte de nuestra realidad y hasta estectura en gran medida nuestra experiencia social. Hay que reconocer que, si bien las formas ms masivas de Ia violencia y de la decadencia social han sido ampliamente neutralizadas, la preocupacion por la seguridad es por certo de naturaleza popula, en el sentido fuerte del ermino, Como dar euenta de esta paredoja? Ella conduce a for- smular la hipétess de que no habeia que oponer inseguridad y protecciones como si perteneceran a registro opuestos dela experiencia colectva. La inseguridad modesna no seria Ia au- sencia de protecciones, sino més bien su reverso, su sombra ltevada a un universo social que se ha organizado alrededor de una bisgueda sin finde proteceiones 0 de wna bisqueda, desenfrenada de seguridad. Qué es estar protegido en esas condiciones? No es estar instalado en la certdumbre de poder ssrnopucaos 8 dominar perfectamente todos los resgos dela existenca, sino mis bien vivir codeado de sistemas que dan seguridad, que son construcciones comple yfegiles, las cuales conllevan en si mismas el riesgo defallaren su objetivo y de fustrar las texpectativas que generan Por lo tanto la propia bisqueda de proteccionesestaria creando inseguridad. La raz6n de ello e- fia que el sentimiento de inseguridad no es un dato inmeiato de a conciencia. Muy por el contearo, va dela mano de con- figuracioneshistcicas diferentes, porque la seguridad y ain seguridad son relaciones con los tipas de protecciones que segura -o no- una sociedad, de manera adecuada. Ea otras palabras, hoy en dia estar protegido es también estar amena zado, El desafio que nos interesa subrayar seria entonces ‘comprender mejor la configuracin especifica de esas relacio- nes ambiguas proteccin-inseguridad, 0 eguros-iesgos, en la sociedad contemporénea, ‘Agui propondremos una linea de andlisis para convalidar esta hip6tesis, El hilo conductores que las socedades moder- ras estn construdas Sobre el terreno fl de la inseguridad porque son sociedades de individuos que no encwentran, ni en ellos mismos ni en su medio inmediato, la capacidad de ase- igurar su protecién, Si bien es certo que estas sociedades se hhan dedicado a la promocion del individuo, promueven tam- bign su vulerabilidad al mismo tiempo que lo valorzan, De clo resulta que la bisqueda de ls proteciones es consusta- cial al desarollo de ese tipo de sociedades. Pero esta bisque- da se asemeja en muchos aspectos alos esfuerzos desplegados para lear el tone! de las Danaides, que siempre deja filtar el peligeo, La sensacin de inseguridad no es exactamente pro- porcional alos peigrs reales que amenazan a una poblacin. Es ms bien el efecto de un desfase entre una expectativa so- sado la historia, discrera en sus expresiones, pues quienes la cexperimentaban muy 4 menudo no tenian la palabra ~salvo ‘cuando explotaba en forma de motines, revueltas w otras “emociones” populares-, pero cargada de codas las penas y de todas las angustias coridianas que han consttuido buena parte de la miseria del mundo, Respecto de esta dimensin masiva de la problemética de In inseguridad, la ideologia de la modernidad que se impone a partir del siglo XVII ha dado pruebas, al menos en un primer tiempo, de una formidable indiferencia. Se ha subrayado que si concepcién de la independencia del individuo se habia construido a través de a valorizacion de la propiedad, unida ‘un Estado de derecho que supuestamente garantiza la segur ridad de los ciudadanos, Esta construcciéa habria debido plantear centealmente la cuestin del status, o de la ausencia de status, del individuo no propietario. ¢Qué pasa con todos aquellos 2 quienes la propiedad no asegura esa base de recur- s03 que de ahora en mis es la condici6n dela independencia social y que consttuyen, para citar no ya a Marx sino a un 1, Staaten Le Pete de Vauban, Projet de dine roa, Pars 1707, i. 66. Vaan pagar cons propa desracia ta pina deasindo I. ‘id deta miter del palo esempos dl Rey Sol LASEGURIDADSOCIAL EN ELESTADOFROTECTOR 37 ‘oscuro autor de fines del siglo XVII, “Ia clase no propieta- tia" Los individuos privados del respaldo de la propiedad fe asimilan, en una mente tan eselarecida como la del abate Siey’s,a ‘ana mold inmensa de instruments bipedes sin libertad, sin ‘moralidad, qve no poscen mk que manos poco ganancioss y tn alma absorida [por las preocupacones del supervvencia) La propiedad o el trabajo Esta cuestién central no ha sido tomada en cuenta en ab- soluto en la ligia de la construccin del Estado liberal. Cie- tamente hubo, en particular en momentos de efervescencia re- olucionaria, certa toma de conciencia de la gravedad del problema. De ello da testimonio esta intervencién de un dipo- tado de la montaiia,” Harmand, en la sesi6n de la Conven- cién del 25 de abril de 1798, cuya lucidez nos parece, en re- trospectiva, sorprendente: Los hombres que realmente quiran ser eracesconfesarin conmigo que despues de haber consegudo la iguldad polis ‘derecho, el deseo nis acoal y el mis activo es el de igualdad ‘de echo, Digo mas digo qu sin el deseo ola esperanza de esta 2. tamer miembro del Comide ended de a Asablea Cos aye, etado por LF, Drei, Un piatbrope dente Ls Roche Foca iota, Pay 193, Se |. See, Ente poleigur, ats, Bons des Archives conten rie, 1985 biped el mona, eat Aambleas Cosiucaes de 17929 siuintean Tor ues oben ini yen a ada operons ‘Suse prince eran Mat, Robert y Danton (nel) 38 ROBERT CASTEL igualdad de hecho, la igualdad de derecho no seria mis que una isi eruel ques n vez de los goces que a prometido, so ha ria experimentat el supicio de Téatalo ala porcién mis dil y ‘nis numeros de los cudadanos." [Esta “porcién més itil y mas numerosa de los ciudada- nos” es el conjunto de los trabajadores no propietaios. Pero Harmand advierte que el respeto (que €ljuzga necesario} de Ja propiedad opone un obsticulo insuperable a la realizacion de ese “deseo”, ¥ aitade: Cima podrian las isteeiones sociales procure al hom bre esta iualdad de hecho que Ia natoraleza le ha negado sin atacar ls propiedades tertrilse industries? Cm conse- ful sin la ley agraia ye eparto de as fortanas? En efecto, de eso se trata, y en aquella época esta inguie~ tud no podla recibir otra respuesta que la del comunismo. En este sentido, Gracchus Babeuf responde direcamente a Har- mand, pero el fracaso lamentable de la Conspiracién de los Iguales muestra al mismo tiempo que a fines del silo XVIIL cesta respuesta conduc a un calleja sin salida. Todo ocurrié como silos responsables politicos que contibuyeron a la edi- ficacin del Estado moderno hubieran eludido este problema ddrante la mayor cantidad de tiempo posible, y ello hasta fines del siglo XIX. El lector interpretaré como quiera las razones de este rechazo de parte de las efites diigentes de ‘considerat la situaci6n social de “la porcién ms il y més hnumerosa” de los ciudadanos del Estado de derecho ~indife- 4 isuro ee a Asus constayente dl 15 esr de 1793, ceado poe Mace Gast, La ration der dats de homme Pat, Galina, 1989, pi 214 [LASEGURIDAD SOCIALENEL ESTADO PROTECTOR 397 rencia, egofsmo, desprecio de clase, et Pero con todo de echo podemos hablar, retomando las expresiones de Peter ‘Wagner respecto de ese primer periodo de expansién del libe- ralismo, de modernidad liberal restringida el proyecto de una Sociedad liberal formalado por ejemplo en la Declaracion de foe Derechos del Hombre y del Ciudadano en p tuniversal, pero s6lo se apicé plenamente, en un primer mo- tnento, 2'una fraccin muy limitada de las poblaciones del Occidente cristiano.® Las consecuencias de este callj6n sin salida sobre las con” diciones sociales a que condyjo la apicacién de los princpios liberals han sido considerables y desastrosas. Las innumera- bles pinturas del “pauperismo” del siglo XIX no sélo mues- cpio es 5. No obtante rma de concen de lo qu va cosine mile dele ene scl deli XIX ee lps par de a cada e 1820, feta fora el deseo dl “paperisno” por pare del covet (lor sbnrvadotes sles evel, en mchos sein obreogdorty see cs de moses decent iad In industri cra rowaci aparece en consecienis scrip ex ef desarrollo mismo deb ereanad er lo crests de a clases dominant nto liber Tr smo countess niga 4 Bae de lo wn problema poco, sree beer omiccado neve! dl Edo, intentan ponder See ed denpege depicts Slants de pteoalsno pateo- a (png a rors ese pret sirens artes dl oils we eblacoars que se desaolan irlneaene, pero que 8a sain ‘erature el amp plies donde se ears el modo de ober ‘liad de a oid mera. "Deter Wagner Libertine Les dee res de la moder “induc ances, Pt Mel, 1996, Considerada eal planeta, eon aparece todavia gs exorbtant, Pods deine gue ls Seacunda eral se corstayo sobre ln base deur dbl xen es “Maun pple ea las acane ms desrollad depen (E0p2 eBay dsqusExador Unis), fara dees pene, eal (Eire dela hare o BERT CASTE team la misra dels obrecos de a primera ndustaliacin y desu familias. Se wat, de un modo mis geeral, de a perpe twacion de un estado de inseguridad social permanente que afecta ala mayor pare de las categoras populares. Estaba a punto de decie *inecta™. La insegridad social no slo man- tiene viva la pobreza. Acta como un peincipio de desmoral- zacién, de disocacién social, ala manera de un virus go im preg la vida coidians, dnulve los lazos socials y socava Jas estructuraspiguias de los indvdaos. Induce una "cor0- si6n del caricer", para retomar una expresion que Richard Sennett emplea en otro context.” Estar en a insepuridad per ‘manente es no poder ni dominar el presente ni antcipar posi tivamente el porvenie sl famosa “imprevisin” de las clases populares, incansablemente denunciada po los moralsas del Siglo XIX. Pero, ze6mo podria proyetarse hacia el futuro y planificar su existenia aguel a quien fa inseguridad corroeto- os los dias? La seguridad socal hace de esa existencia un combate por a spervivencalibrado en el di ada y cay re- sultado e siempre y renovadamente init, oda hablasse de desasocicion {désasocaton socal (lo opuesto ala cobe ‘para nombrac exe tpo de stuaiones, como la de los poletarios dal siglo XIX. Condenados a una peecariedad permanente, que es también una inseguridad permanente por no tene el menor control sobre lo que les ocuce sua es afar sombra del Estado de derecho. Deja en un pponco muerto la condicién de aquellos que no tienen ls me dis de aseguras a exstenca por medio dela propiedad. Al hacerlo elude la custén que Hobbes planeaba de una ma- 7 Ricaed Senet, The erosion of character, Naevs York, WW Mos ton and Company, 1998 ud. eas La cara delenit, Barcelona, ‘sgrama, 2000, LASEGURIDAD SOCIAL ENELESTADO PROTECTOR 41 nera paradéjicamente mis democritica, ya que concernfa a todos los sujetos de Estado ubicados bajo la misma enseta frente al Levitin: zc6mo proteger a todos los miembros de tuna sociedad? zCémo garantiza® Ia seguridad de todos los in- dividuos en ef marco de la nacién? El clivaje propietarios/no propietarios se traduce en um clivaje sujetos de derecho/suje- tos de no derecho, si seentiende también por derecho el dere cho a vivir en la seguridad civil y socal. O entonces el dere: cho no es mis que “formal”, como dice Marx, y su critica en teste punto resulta irrefutable. El Estado de derecho deja in- ‘acta la condicién social de una mayoria de trabajadores atra- ‘vesada por una inseguridad social permanente. {Cémo sea salido de esta situacién? En otros téeminos, e6ino se consiguié vencer la inseguridad (socal) asegurando fa proteccién (social) de todos o de casi todos los miembros de una sociedad moderna para hacer de ellos individuos en el sentido cabal de sérmino? Sélo puedo esbozar el principio de Ta respuesta, cuya exposicién completa exigira largos desa~ rrollos. En una palabra: concediendo proteccionesfuertes al ‘tabaj o también construyendo un nuevo tipo de propiedad concebida y puesta en marcha para asegurar la rehabilitacion de los no propietarios, la propiedad social. Veamos, muy es- ‘quemiticamente, la exposicién de estas dos propuestas que se superponen de modo muy estrecho. En primer lugat, asociar protecciones y derechos aa condi iin del propio trabaiador. Entonces el trabajo deja de ser una fae ea demon en Ls mamorphoss dl qetion sci le Une ero du salar Pais, Fay 1995, Gallimard, ol "ob", 1998 epic en lov opts Vy VI (ra. cass Las metamorfosis (dia cnston soil Una ence del salrodo, Baenos Aes, Paid, 97) 2 OBERT cASTEL selcién pramente rca eda nl mac dena Than praerontatal(lcotsta de slg” del Ciigo Coenen emleado odopdeon yun saad de Samperedo. Hua sha et el enpe es dan te Goda dun ever qv gestae cent one deh un sao fang a proces lee Cholera scour por ssn yor ered de tech aa alatn owt, oe Contato tu ‘Snel wabaladr dp dca condi pce nae sr ovdcondorad avr dna den ang del a tar ako conan sli a pnt d nab tr de verre eget sore cual abot pede tpoyae pun foetal pete dons lft. Ea edo ues ona dp Spina Go tr Mural en Europe ont sono ee Sucre qo ened 7a mayor pare coin apr Salat, Un soceded clara oe sclaente asda tn eal la mayor dea poblcion sivas aids Se Seer ree thin pblnc acd ala Godan ie rier gars por del conslai elev del ao ee eeepe eee los membre dea seis sata han edo masta deze a popiedd soil que pest Homloge de i propedal prado ana propiedad paral sped ealo Surv pst a deprtio de agulon qe enaban ala a 9 Retomé aut wn nan de Hen Hal “La fie mation del seu oop a rtd, Prive, en 2 S, ato de 1952 ein propiedad vc em eid gue le oy aga sence LASEOURIDADSOCIALENELESTADO PROTECTOR 43 podria caractriat la propiedad social como la produccién Be equivalences sociales de las protecciones que antes estaban ‘dadas slo por la propiedad privada, Veamos el ejemplo de la jabilacién o reir. En lo que respecta a seguridad, el jbilado podrd evalizar con el rentista asegurado por su patrimonio. {La jubilacin aporta asi una solucion a una de as manifest ‘cones mis trigicas de la inseguridad social, Ia stuaci6n del viejo tabajador que ya no podia trabajar y al que amenazaba la decadencia total y la necesidad de recurs obligavoriamen- tea formas infamantes de asistencia como el hospicio. Pero la jubilacién no es una medida de asistencia, es un derecho ‘Construido a partir de trabajo. Es la propiedad del trabajador ‘onstituida no segin la liga del mercado, sino a través dela Socializacin del salario: na parte del salario retorna en be- peficio del trabajador (salario indirecto). Se podria sostener (gue es una propiedad para la seguridad, que ampara la segu Fidad del trabajador fuera del trabajo. Tvidentemente lajubilacién no es mis que un ejemplo de las eealizaciones de la propiedad social, que tuvo principios cextremadamente modestos (a ley de 1910 sobre ls jubilaco- thes obreras y campesinas sélo beneficiaba a los trabajadores inds pobtes pues los asalariados mas acomodados supuesta- mente podian asegurarse ellos mismos segin Ia logica de Ia propiedad privada). Es posible comprender la extensién del tema a partir del proceso de generalizaciOn-iferenciacién el teabajo asalariedo que cacacteriza al siglo XX. El trabajo ‘un enamores republicans dees deli XIX, Vessco pate A Hed Fol, Ls provi scale etl democratic Pais 1888 Ful e ‘ends acre clgtori como el medio de consi "ea acai del ‘pat ham qa son como am exaumo de propia eens de odo Madan vetGaeemente eel os 0 “ OBERT CASTEL asalariado deja de ser esencialmente el trabajo asalariado ‘abceco y abazca el conjunto muy diversificado de las catego- ras salariles, dese los obreros que ganan el SMIC" hasta los ejecutivos. Pero todas estas categorias estin cubiertas por Jas protecciones del trabajo. Asi una forma de propiedad so- cial como lajubilacin viene a asegurar a la gran mayoria de Jos miembeos de la sociedad sali. Paralelamente al sistema de ls ubilaciones, habria que enuumerar el conjunto de leyes sociales que se organizan en el transcurso del siglo XX y que culminan en una seguridad social generalizada, tn plan completo de Seguridad Socal tendiente a asoguar a tds Jos ciadadano les mes de existencia en todos los casos en que sean incapacs de pocuriselos mediante el abso, con admine- ‘ean de los epresentanes de los interesadosy del Estado? De hecho, el lugar del Estado ha sido central en la organi- zaciGn de estos dispositivos. El desarrollo del Estado socal es cstrictamente coextensive a la expansin de las protecciones. EL Estado en su rol social opera esencialmente como un re- ductor de resgos. Por inermediacion de las obligacones que Jmpone y garantiza por ley legamos asia que “el Estado es él rismo wn vaso seguro”.!” + SMIC er wa spe qo designs el “tlio minima inerrfeiona de ‘oimieato” anes equate lai mii, vial yn rpecing nace (2 Coma nl de sine, propane de cn 3 ma 1, Frage Ema Llc providence Psi, Genet, 1986, ph 43 Parser exauvs bai que eeat n orpaniacion de ea eructara seguaor el dessiolo doe ervcos pcs Los vows pubes ‘eter come un cajuto de dposves que ponen a disposi de lt LASEGURIDAD SOCIAL ENELESTADO PROTECTOR 45 Una sociedad de semejantes ‘Asi ha quededo protegida “la porcién mas til y numero~ sa de los ciudadanos” que evocaba el convencional Har- mand, La solucin a la insegusidad social no pas6 por la si presién o por el reparto de la propiedad privada, Por lo tanto, no tealiz6 Ia estrita igualdad de las condiciones socia- les, “la igualdad de hecho” que también mencionaba Har mand, La sociedad salatial sigue estando fuertemente dife- renciada, y para decilo sin eufemismos, es fuertemente desigualitaria, Pero es al mismo tiempo fuertemente protec tora. De modo que ent la pace inferior y la parte superior de la escala dela jerarquia de los salarios, ls diferencias de ingresos son considerables. Sin embargo, las diferentes cae sorias sociales se henefician de los mismnos derechos protes- totes, derecho laboral y proteccién social. Es por ello que ta ver este tipo de sociedad ha dado pruebas de ciettatoleran- cia frente a las desigualdades. Por cierto, las luchas por el “reparto de los beneficios” del crecimiento han sido fuerte. ero se libraron a través de un modo de negociacién confi tiva entre “organizaciones sociales representativas™” que fu- ‘mayor canided de pte bees eis cya presi no pede er at ‘dsp ls inerees rv, costayen ana prepared ro ‘edad social el hecho de gue tervicae ao mercntles san acesibles 2 0- Tosesun factor ee de coe sol ence ls diferentes egrets de Sa scedad moderna, No podemos extenders demasad, pero lds ‘i el pape social dln servicios publica asa su cetonaniento ae tua eimai por completo ena tein desarollda ol del prs wabso. arenas socins” en enc tn as rpnizaionespofsonales representa incl acoales) ane arp conjustrene es ‘igocaconer oe el reorient dela condones debs (dl) “ ORERT casTEL vo por efecto una mera real de la condicin de todas las ‘categoria salarales, aunque dejésubsistirprictcamente las mismas dsparidades ete ellas.12 Como esas brechas persis: ten, el proceso no es para nada el de la constituci6n de una vasta “clase media” como lo creyeron algunos idedlogos de la época. Sin embargo, a todos los niveles de la jerarq socal, todos pensaban poder disponer de recursos minimos para asegurar su independencia El modelo de sociedad asi realizado no es una sociedad de iguales (en el sentido de una igualdad “de hecho” de las con- dlciones sociales) sino el de una “sociedad de semejantes”, para retomar una expresién de Léon Bourgeois. Una socie™ dad de semejantes es una sociedad diferenciada, por lo tanto jeraequizada, pero en la cual todos los miembros pueden mantener rlaciones de interdependencia porque dsponen de tn fondo de recursos comanesy de derechos comunes. El ca- ricter irreducible de la oposicin propictariosino propieta- rios queda superado as{ gracias a la propiedad social que segura a los no propictaris las condiciones de su protee- 12 Doro pero denominudo dela “Trent Glin" a fe sence lo ingress lors eels cere y Ios adinitaderty Sjecuos pease peice acd, slvo uta pocas ain tes coyunrres La imagen gue debecamos epee ade una exclers ‘meni: todo el mando me, pr la dtncn ene lt personas, en et Caso ete as rents soils beads es las frets pla os, sigue send a isa, 13 El mie epeerve de sn, ar nacre bs sido sin da Jean Fourtt. Vere Ler Troe Glories ols volun eile de 194621975, Pass Fayed, 1979 14, Lion Bourges, Seder, Par, 1896. Ee un segundo plan, se onoe el malo del soldered orgiica de Ena Durkin, ora gue debe adopa In pereenca socal en una sociedad a ln ve verfienda 7 ‘niende iearad, LASEGURIDAD SOCIALENELESTADO PROTECTOR 47 cid, Bl Estado (el Estado de bienestar, 0 ms bien el Estado Social) esl garante de esta construccin: estas protecciones fon de derecho, constityen el modelo en expansion de los ‘derechos sociales que proporcionan una contrapatida con eta vrtualmente universal a los derechos civiles ya los derechos politicos. ‘Conviene destacer qu el rol principal del Estado social no ha sido realizar la foncién redistrbusiva que se le otorea on hara frecuencia, En efecto, as redistrbuciones de dine- to piblicoafectaron may poco la estructura jetirquica de la {ociedad salarial. En cambio, su rol protector ha sido esen- Gal Tomemos, por ejemplo, [a jubilacin: las jubilaciones fen bastante estrictamente la jeargui salarial a bajo sal- So, baja jbilacion; a alto salario, lt jbilcién). Por lo tanto, no hubo redisribucin en este terreno, Pero en cam bio el ro protector dela jubilaci6n es fundamental ya que segura a todos los asalarados las condiciones mints dela Jndependencia social, por lo tant la posibilidad de seguir haciendo sociedad con sus “semjantes™. La pensin jubila~ toria de un asalaiado que gana el SMIC cirtamente no te- ne nada de extraordinario. Sin embargo, comparada con la Situacion del trabajador antes dels proteeciones adel pro letario de los comienzos de a indusralizacion por ejemplo, representa un verdadero cambio cualitativo. Podemos men- Cionar otras tantasproecciones respect de la sad ola f- rill, y mbign el desarrollo de los servicios pablicos no mercamtilizados 0 poco mezcantilizados, La propiedad social te rehabilitado a la "clase no propietara” condenada la inseguridad social permanente, procuréndole el minimo de reeutsos, de oportanidadesy de derechos necsaros para po dec constitu a falta de una sociedad de iguales, una “soci dad de semejanes” Se comprende asi que lafancién esencial del Estado en la sociedad salavial, y su mayor éxito, fue sin duda haber con- seguido neutcalizar la inseguridad socal, es decir, actuar eft ccarmente como reductor de riesgos sociales. Peto lo logrd bajo cietas condiciones, algunas coyunturaes, otras esteuc~ turales, de las cuales hay que recordar al menos las dos pri cipales pasa intentar comprender por qué, hoy en dia, suefi= cai et psa en enrich pr lad ipa ‘La primera condicién que ha permitido la construeciOn de ste edificio es el crecimiento, Entre 1953 y el inicio de la dé cada de 1970, prictcamente se triplicaron la produetividad, el consumo y lo ingresos slarals. Mis alla de su dimensién propiamente econémica, hay que ver en ello un factor esen- tial que ha permitido una gestion regulada de las desigualda- des y dela insegutidad social en la sociedad salarial. Segin las expresiones de un sindicalsta de la época, André Berge- roa, habia “grano para moler". Esto no s6lo quiere decir que hay plusvalia para compartic. Es también la posibilidad de servrse de lo que se podsfa denominar wn principio de satis- acciSn diferida en la administeacin de los asuntos sociales. En la negociacin entre “organizaciones sociales representati- spo reivindica siempre mis y piensa que jamés consigue lo sufciente. Es por ello que esta negociacién es Conflctva, Pero también puede pensar que mafiana, o en ses ness, o en un afi, obtendré ms, De esta manera, las insa- tisfacciones y la frustraciones son vividas como provisorias. ‘mejor que hoy. Es la posibilidad de anticipar tuna futura reduccién progeesiva de las desigualdades y la erradicacién de lo bolsones de pobreza y de precariedad que subsisten en la sociedad. Es fo que se llama progreso social ‘que supone la posibilidad de programa el porvenit.Semejan- te creencia se vivencia de manera concreta en la posibilidad de tomar iniciativas y de desarrollar estrategias orientadas al {LASEGURIDAD SOCIAL ENELESTADO PROTECTOR 4? fueuro: omar préstamos para acceder a la propiedad dela vi tienda programar el ingreso de los nifios a la universidad, lnticipa las tayectorias de movilidad social ascendente,in- claso de modo transgeneracional. sta eapacidad de dominar el porvenir me parece esencial cen una petspectiva de lucha contra la inseguridad social.!® Funciona mientras el desareollo dela sociedad salaral parece inseribrse en una trayectoria ascendente que maximiza el stock de recursos comunes y refuerza cl papel del Estado co to regulador de estas transformaciones. Pues este perfodo de ‘Crecimiento econémico es también el momento fuerte del re- 15; ta ch ence, efesinamente, en un proce qe jos saber onli comionos dea dada de 1970. Dicho doo modo, [frend segardad socal, como sigue habiendo pobre, ero ambss on poms como reside con eapeco ala dining ae k= regen, hae cxgcaa la exstencia deo ques Lama al Yeo un [ot campuct por indvidvor que han quedado en ls roe de as Ug thas, Sn embargo preven op exesons el movimiento Seneote dee secede or este mal que bie, «a exgra de qu ‘Rewcame l ro,Adenssbsien fereresatepnia easidcr ‘Guitare qu er con el derecho al antncia no con cobras de ‘Rio inonional onsades pat dl abo Peo come lo ober. Sibiber Rend, "a opin ei a cual los egos sociales deen vo ‘Renter a initeciones de sitesi es mayorizaia con el cambio dt Tigo ye ha mpuestodefivamense hacia final de ego” (Inter ee eps dela prosestion oi en Fane”, en Lew sce ‘Shotgcs 3, pimuera de 1995, ig 108). are Laoag se cero ete el pat mcte ead de plan anes dea segura 0 ‘Si ai una concept prtclameace peyoraiva dea sence Sa Se babs qucenadai en el far: “La aisenia nes ine Ter Sotaimcne: dseooen al asso al efuro, o conden « ec en ner, robe rox xperancs de levine eal vr [Slo propercion a roles sacl roluones pares y muy Ingericas™ (Homme noe, Tg enero de 1934)

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