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Macronutrientes[editar]
Nutrientes requeridos en grandes cantidades por el organismo humano y que además aportan
la energía necesaria para las diversas reacciones metabólicas, así como construcción de
tejidos, sistemas y mantenimiento de las funciones corporales en general. Entre ellos
tenemos:
Lípidos: Se refiere a toda aquella sustancia apolar presente en los alimentos, como por
ejemplo ácidos grasos y esteroles. Los ácidos grasos generalmente se almacenan en
forma de triglicéridos, que consisten en una molécula de glicerol unida a tres ácidos
grasos. Los lípidos incluyen mantecas (grasas saturadas) y aceites (grasas no saturadas)
ordinarios. Desde el punto de vista químico, los ácidos grasos son cadenas rectas
de hidrocarburos que terminan en un grupo carboxilo en un extremo y en un grupo
metilo en otro extremo.2
Los ácidos grasos se ramifican en cadenas hidrocarbonadas, conectadas por enlaces
singulares (ácidos grasos saturados) o por enlaces dobles (ácidos grasos insaturados). Los
ácidos grasos se clasifican por el número de carbonos, la posición del primer doble enlace y
por el número de dobles enlaces.
Las grasas, bajo la forma de triglicéridos en el tejido adiposo que es como se almacenan en el
organismo, constituyen la principal forma de almacenamiento de energía. Las grasas son
necesarias para mantener las membranas celularesfuncionando apropiadamente, para aislar
los órganos del cuerpo contra el shock, para mantener la temperatura del cuerpo estable y
para mantener la salud de la piel y el cabello.
El cuerpo no sintetiza ciertos ácidos grasos (llamados ácidos grasos esenciales) y
la dieta deber ser suplementada con estos ácidos grasos. Los lípidos (grasas) tienen un alto
contenido de energía de 9 kcal/g (aprox. 37,7 kJ/g). Evidentemente las fuentes principales las
constituyen alimentos de origen animal, grasas y aceites vegetales.
Nutrientes y plantas[editar]
Los elementos químicos consumidos en grandes cantidades por las plantas
son carbono, hidrógeno y oxígeno. Están presentes en el medio ambiente en forma
de agua y dióxido de carbono; la energía es provista por el sol.
El nitrógeno, fósforo, potasio (Representados por el acrónimo NPK)
y Magnesio, Calcio y Azufre son también requeridos en cantidades relativamente grandes.
Juntos, estos son los elementos macronutrientes de las plantas. Usualmente son fuentes de
componentes inorgánicos (ejemplo: dióxido de carbono, agua, nitrato, fosfato, sulfato) y
orgánicos (ejemplo: carbohidratos, lípidos y proteínas), aunque
las moléculas elementales diatómicas de nitrógeno y sobre todo el oxígeno a menudo sean
usadas.
Otros elementos químicos son también necesarios para realizar varios procesos de vida y
construir estructuras.
06/02/2017
Nutrición deportiva
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Hidratos de carbono
Principalmente su función es la de aportarnos energía. Son
indispensables cuando hacemos ejercicios prolongados de
intensidad media-alta. Identificamos rápidamente el arroz, la
pasta o las patatas como los alimentos con mayor contenido de
este nutriente. Los encontramos especialmente en alimentos de
origen vegetal y se clasifican dependiendo de su velocidad de
absorción y estructura en:
Grasas
También conocidas como lípidos. Presentes en nuestro
organismo básicamente como colesterol, triglicéridos y
fosfolípidos. A pesar de que los asociemos a enfermedades como
la obesidad, las grasas son indispensables para vivir. Nos aportan
energía (y mucha) a intensidades bajas y medias, ya que su
poder energético es el más alto (1g de grasas aporta 9kcal frente
a las 4 kcal que aportan las proteínas y los hidratos). Además
nuestros depósitos de grasas son unas 10 veces mayores a la
cantidad que almacenamos de hidratos. Así, distinguimos las
grasas en función de su procedencia:
De origen animal:
saturadas (carne y derivados) o poliinsaturadas (pescado)
De origen vegetal:
monoinsaturadas (aceites, frutos secos…)
Proteínas
Su principal función es estructural. Encargadas de formar
nuestros músculos, tendones, ligamentos… Solo se utilizan a
nivel energético en procesos en los que nuestros depósitos de
grasas e hidratos están bajo mínimos y el organismo tiene que
“destruir” músculo para seguir obteniendo energía (esto suele
ocurrir por ejemplo en carreras de ultra distancia). Se forman a
partir de los aminoácidos. Las necesitamos para recuperarnos
después de entrenamientos exigentes, para formar hormonas,
enzimas y neurotransmisores.
Monosacáridos
Los carbohidratos más sencillos son los monosacáridos o azúcares simples. Estos
azúcares pueden pasar a través de la pared del tracto alimentario sin ser
modificados por las enzimas digestivas. Los tres más comunes son: glucosa,
fructosa y galactosa.
Disacáridos
Polisacáridos
Ahora hay un interés creciente en la fibra alimentaria, debido a que las dietas
altas en fibra se consideran saludables. Una clara ventaja de las dietas altas en
fibra es la menor incidencia de estreñimiento con respecto a las personas que
tienen una dieta baja en fibra. El volumen en las dietas de alto contenido de fibra
puede contribuir a una sensación de llenura o saciedad, que puede llevar a un
menor consumo de energía, y esto, a su vez, ayuda a reducir la probabilidad de
obesidad. Una dieta alta en fibra resulta en un tránsito más rápido de los
alimentos a través del tracto intestinal, y por lo tanto, se considera de ayuda para
un funcionamiento intestinal normal y saludable. La fibra dietética se ha
encontrado unida a la bilis en los intestinos.
GRASAS
Las grasas, como los carbohidratos, contienen carbono, hidrógeno y oxígeno. Son
insolubles en agua, pero solubles en solventes químicos, como éter, cloroformo y
benceno. El término «grasa» se utiliza aquí para incluir todas las grasas y aceites
que son comestibles y están presentes en la alimentación humana, variando de los
que son sólidos a temperatura ambiente fría, como la mantequilla, a los que son
líquidos a temperaturas similares, como los aceites de maní o de semillas de
algodón. (En algunas terminologías la palabra «aceite» se usa para referirse a los
materiales líquidos a temperatura ambiente, mientras que los que son sólidos se
denominan grasas.)
Los AGPIS incluyen también dos ácidos grasos no saturados, el ácido linolénico
y el ácido linolénico, que se han denominado «ácidos grasos esenciales» (AGE)
pues son necesarios para una buena salud. Los AGE son importantes en la
síntesis de muchas estructuras celulares y varios compuestos de importancia
biológica. Estudios recientes han demostrado también los beneficios de otros
ácidos grasos de cadena más larga, en el crecimiento y desarrollo de los niños de
corta edad. Los ácidos araquidónico y doco-sahexanoico (ADH) se deben
considerar esenciales durante el desarrollo de los primeros años. Ciertos
experimentos en animales y varios estudios en seres humanos han demostrado
cambios definidos en la piel y el crecimiento, así como función vascular y neural
anormales en ausencia de estos ácidos grasos. No hay duda que son esenciales
para la nutrición de las células del individuo y los tejidos corporales.
Las grasas, e inclusive algunos tipos específicos de grasa, son esenciales para la
salud. Sin embargo, en la práctica, todas las dietas suministran la pequeña
cantidad requerida.
PROTEÍNAS
Las proteínas, como los carbohidratos y las grasas, contienen carbono, hidrógeno
y oxígeno, pero también contienen nitrógeno y a menudo azufre. Son muy
importantes como sustancias nitrogenadas necesarias para el crecimiento y la
reparación de los tejidos corporales. Las proteínas son el principal componente
estructural de las células y los tejidos, y constituyen la mayor porción de
sustancia de los músculos y órganos (aparte del agua). Las proteínas no son
exactamente iguales en los diferentes tejidos corporales. Las proteínas en el
hígado, en la sangre y en ciertas hormonas específicas, por ejemplo, son todas
distintas.
Aunque las proteínas liberan energía, su importancia principal radica más bien en
que son un constituyente esencial de todas las células. Todas las células pueden
necesitar reemplazarse de tiempo en tiempo, y para este reemplazo es
indispensable el aporte de proteínas.
Aminoácidos
Los seres humanos, sobre todo los niños con una alimentación pobre en proteína
animal, requieren una variedad de alimentos de origen vegetal, y no sólo un
alimento básico. En muchas dietas, las legumbres como maní, fríjoles y
garbanzos, aunque bajos en aminoácidos azufrados, suplementan las proteínas de
los cereales que con frecuencia tienen poca lisina. Una mezcla de alimentos de
origen vegetal, especialmente si se consumen en la misma comida, puede servir
como reemplazo de la proteína animal (Foto 12).
La FAO ha producido cuadros que muestran el contenido de aminoácidos
esenciales en diversos alimentos y se puede ver qué alimentos se complementan
mejor con otros. También es necesario, por supuesto, averiguar la cantidad total
de proteína y aminoácidos en un determinado alimento.
Los lectores que deseen familiarizarse con los métodos que se utilizan para
determinar la calidad de la proteína, pueden consultar libros especializados de
nutrición, que describen en detalle este tema (véase la Bibliografía). Uno de los
métodos experimenta el crecimiento y retención de nitrógeno en ratas jóvenes.
Otro implica la determinación del aminoácido o su calificación química, y, por lo
general, examina la utilización eficiente de las proteínas en los alimentos
consumidos, compara su composición de aminoácidos con la de la proteína que
se sabe es de alta calidad, como la contenida en los huevos enteros.
Las proteínas que se consumen en la dieta sufren una serie de cambios químicos
en el tracto gastrointestinal. La fisiología de la digestión proteica es compleja; la
pepsina y la renina del estómago, la tripsina del páncreas y la erepsina de los
intestinos, hidrolizan las proteínas en sus componentes, los aminoácidos. La
mayoría de los aminoácidos se absorben en el torrente circulatorio del intestino
delgado y por lo tanto se desplazan al hígado y de allí a todo el cuerpo. Cualquier
excedente de aminoácidos se despoja del grupo amino (NH2), que va a formar
urea en la orina, y deja el resto de la molécula para ser transformada en glucosa.
Existe ahora alguna evidencia de que una proteína casi intacta entra a ciertas
células que tapizan el lumen intestinal. Algo de esta proteína en el niño menor de
un año puede tener un papel en la inmunidad pasiva que la madre le transfiere a
su hijo recién nacido.
Necesidades de proteína
Los niños necesitan más proteína que los adultos debido a que deben crecer.
Durante los primeros meses de vida los niños requieren aproximadamente 2,5 g
de proteína por kilogramo de peso corporal. Estas necesidades disminuyen a
aproximadamente 1,5 g/k de los nueve a los 12 meses de edad. Sin embargo, a
menos que el consumo de energía sea adecuado, no toda la proteína se utiliza
para el crecimiento. Una mujer embarazada necesita un suministro adicional de
proteína para desarrollar el feto que lleva. De modo semejante, una mujer que
amamanta necesita proteínas adicionales, debido a que la leche que secreta
contiene proteína. En algunas sociedades es común que las mujeres lacten a sus
bebés durante un período de hasta dos años. Por lo tanto, algunas mujeres
necesitan proteínas adicionales por un lapso de dos años y nueve meses por cada
niño que tengan.
El Anexo 1 indica los niveles seguros de consumo de proteína por edad y sexo, e
incluye los de las mujeres embarazadas y de los lactantes. Los valores se dan
tanto para una dieta alta en fibra, donde hay sobre todo cereales, raíces y
legumbres, con poco alimento de origen animal y para una dieta balanceada
mixta con menos fibra y cantidad suficiente de proteína completa. Como
ejemplo, una mujer adulta no embarazada que pese 55 kg necesita 49 g de
proteína por día para la primera dieta y 41 g por día para la segunda. La fibra
reduce la utilización de proteína.
Las infecciones llevan a una mayor pérdida de nitrógeno del cuerpo, y se debe
reemplazar por las proteínas de la dieta. Por lo tanto, los niños y los otros que
tienen infecciones frecuentes tendrán mayores necesidades de proteína que las
personas sanas. Se debe tener en cuenta este hecho en los países en desarrollo, ya
que muchos niños sufren una casi continua serie de enfermedades infecciosas; no
es raro que puedan padecer de diarrea y además tener parásitos intestinales.
FOTO 12
Una mujer y su niño cosechando maní, un alimento rico en grasa, proteína y
vitaminas B: la adición de un puñado de maní a la dieta diaria de cada
persona, podría librar al África de casi toda la desnutrición existente
S
Proteínas y Carbohidratos
Proteínas
La proteína es
esencial para el desarrollo de los músculos, huesos,
piel, tendones y órganos del cuerpo.
Carbohidratos
Los carbohidratos o hidratos de carbono proporcionan
hasta un 70% de la energía que nuestro cuerpo
necesita.
Macro nutrientes
La ración diaria recomendada (R.D.R.) en los E.U.A. es de 45g a 63g para los
hombres adultos y de 44 a 50g para las mujeres adultas y pudiendo aumentar
las cantidades en la halterofilia, siendo la cantidad máxima de proteínas
requeridas por los fisicoculturistas es de 2g/Kg. peso corporal.
Las proteínas forman parte de la estructura de todas las células y los tejidos
del cuerpo, incluyendo el tejido muscular, los órganos internos, los tendones, la
piel, el pelo y las uñas. En promedio constituyen en torno al 20% del peso
corporal total. Las proteínas son necesarias para el crecimiento y la formación
del tejido nuevo, para la reparación tisular y para regular muchas vías
metabólicas, y también se emplean como fuente energética. Son necesarias
para constituir la mayoría de las enzimas del cuerpo, así como distintas
hormonas (como la adrenalina y la insulina) y neurotransmisores. Las proteínas
desempeñan un papel en el mantenimiento del equilibrio hídrico de los tejidos,
en el transporte de nutrientes a las células, en el transporte de oxígeno y en la
regulación de la coagulación de la sangre.
Isoleucina
Leucina
Lisina
Metionina
Fenilalanina
Treonina
Triptófano
Valina
Alanina
Arginina
Asparagina
Ácido Aspártico
Cisteína
Ácido Glutámico
Glutamina
Glicina
Prolina
Serina
Tirosina
2. Caseína.
3. La proteína de soja.
Es importante tener en cuenta que una dieta alta en proteínas por sí sola no
aumenta la fuerza y el volumen musculares. Estos objetivos solo pueden
conseguirse cuando se combina una ingesta óptima de proteínas con un
entrenamiento duro de resistencia (fuerza).
Al contrario de lo que suele creerse, los estudios han demostrado que los
principiantes en entrenamientos tienen necesidades proteicas ligeramente
superiores por kg de peso corporal (Tabla 2). Cuando se inicia un programa de
entrenamiento, las necesidades proteicas se elevan debido al aumento del
recambio proteico (Gontzea y cols., 1975). Después de tres semanas de
entrenamiento, el cuerpo se adapta al ejercicio y se torna más eficaz en el
reciclaje de las proteínas. Las proteínas degradadas pueden combinarse de
nuevo para formar aminoácidos que se liberan en el depósito de aminoácidos.
El cuerpo también se vuelve más eficaz en la conservación de las proteínas.
Un estudio ha demostrado que los requisitos por kg de peso corporal de los
culturistas principiantes pueden llegar a ser hasta un 40% superiores a la de
los culturistas experimentados (Tarnopolsky, 1988).
Para cubrir los requisitos proteicos y estar seguros de que son adecuados, las
proteínas que se consumen por día se calculan de dos maneras:
Ejemplo:
Ingesta de proteínas
= (a) 360 : 4 = 90 g
Ejemplos:
70 x 1,2 = 84g
70 X 1,4 = 98g
70 x 1,4 = 98g
70 x 1,8 = 126g
• Los deportistas tienen que cubrir sus necesidades proteicas mediante una
dieta bien planeada que se ajuste a sus necesidades calóricas. Se recomienda
las fuentes de proteínas con poca grasa.