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XI JORNADAS DE COMUNICACIONES CIENTÍFICAS EN

CIENCIAS DE LA SALUD
Facultad de Medicina UNNE
14 y 15 septiembre de 2017
Res. Nº 1792/17 CD

FORMULARIO DE TRABAJO COMPLETO


Código

Título del trabajo: conciso e informativo.


Atención del personal de salud a pacientes privados de la libertad o sospechosos de hechos
ilícitos, en el Hospital Escuela General San Martín, de la Ciudad de Corrientes. 2016-2017.

Autores: se consignará el apellido, primer nombre e inicial del segundo nombre de todos los autores
y número de documento. Se admitirá un máximo de 5 autores. El nombre del autor expositor deberá
ir subrayado.
Apellido y Nombres Nro Documento
Del Yesso, Juan I. 34825406
Del Yesso, María I. 36675753
Gutiérrez, Cinthia D. 36515329
Leconte, María I. 39778944

Proyecto acreditado en el que se inserta.

Lugar de trabajo.
HOSPITAL ESCUELA "JOSÉ DE SAN MARTÍN"

Palabras clave: hasta cinco palabras clave.


atención
libertad
ilícito
prioridad
ética

Trabajo Extenso (no debe superar las 5 páginas)


Introducción
En los Hospitales Públicos de la Ciudad de Corrientes, en los que no sólo se trabaja en
el cuidado de la salud, sino también en la formación de futuros profesionales, es posible
percibir un problema propio de la realidad cotidiana que llamó la atención de los
investigadores de la presente investigación.
Los trabajadores de la salud están imbricados en un proceso social, a través del cual
imparten sus conocimientos transformándolos en prácticas, o en actividades docentes,
pero teniendo siempre como instancia primordial a aquel paciente que precisa y delega
el cuidado de su salud a las manos de no solamente un médico, sino todo un equipo que
funciona formando los distintos servicios que ofrece un medio hospitalario. Muchas
personas ven allí la solución a problemas que los aquejan o preocupan, y por ello es
necesario que el equipo de salud tenga una formación académica suficiente y correcta,
no solamente desde el plano técnico, sino también desde el lado humano. Pero, ¿qué
hace que un comportamiento médico sea éticamente correcto?, ¿y que sea técnicamente
adecuado? Ésta última pregunta sería fácil de contestar si pensamos que la formación
académica se basa en libros de texto actualizados constantemente, y de fácil acceso a
los estudiantes y profesionales, así como también materiales de actualizaciones
científicas al alcance de un solo clik, y con una llegada muchas veces universal e
inmediata, sumado al aporte de la praxis de aquellos profesionales experimentados que
aportan sus conocimientos empíricos.
¿Es más importante la técnica médica exacta y precisa, que la formación ética con la que
deben contar todos los profesionales y futuros profesionales del ámbito de la medicina?
Sin dudas que la respuesta es negativa, pero ¿qué se sabe acerca del tipo de atención
éticamente correcta a pacientes que puedan tener una característica social determinada?
Poco se conoce en el ámbito de la medicina sobre la manera en que el personal de salud
se comporta frente a situaciones que escapan de la normalidad o de lo que como
profesional no es de esperar que suceda.
En la ciudad de Corrientes Capital existen hospitales públicos donde acuden pacientes
que se hallan en condiciones sociales distintas, y frente a ello siempre son los mismos
médicos quienes deben actuar y demostrar la riqueza de su formación ante las
situaciones que se le planteen. Es así como podemos ver que acuden a una emergencia
por ejemplo, pacientes de claseEn los Hospitales Públicos de la Ciudad de Corrientes,
en los que no sólo se trabaja en el cuidado de la salud, sino también en la formación de
futuros profesionales, es posible percibir un problema propio de la realidad cotidiana.
Los trabajadores de la salud están imbricados en un proceso social, a través del cual
imparten sus conocimientos transformándolos en prácticas, o en actividades docentes,
pero teniendo siempre como instancia primordial a aquel paciente que precisa y delega
el cuidado de su salud a las manos de no solamente un médico, sino todo un equipo que
funciona formando los distintos servicios que ofrece un medio hospitalario. Muchas
personas ven allí la solución a problemas que los aquejan o preocupan, y por ello es
necesario que el equipo de salud tenga una formación académica suficiente y correcta,
no solamente desde el plano técnico, sino también desde el lado humano. Pero, ¿qué
hace que un comportamiento médico sea éticamente correcto?, ¿y que sea técnicamente
adecuado? Ésta última pregunta sería fácil de contestar si pensamos que la formación
académica se basa en libros de texto actualizados constantemente, y de fácil acceso a
los estudiantes y profesionales, así como también materiales de actualizaciones
científicas al alcance de un solo clik, y con una llegada muchas veces universal e
inmediata, sumado al aporte de la praxis de aquellos profesionales experimentados que
aportan sus conocimientos empíricos.
¿Es más importante la técnica médica exacta y precisa, que la formación ética con la que
deben contar todos los profesionales y futuros profesionales del ámbito de la medicina?
Sin dudas que la respuesta es negativa, pero ¿qué se sabe acerca del tipo de atención
éticamente correcta a pacientes que puedan tener una característica social determinada?
Poco se conoce en el ámbito de la medicina sobre la manera en que el personal de salud
se comporta frente a situaciones que escapan de la normalidad o de lo que como
profesional no es de esperar que suceda.
En la ciudad de Corrientes Capital existen hospitales públicos donde acuden pacientes
que se hallan en condiciones sociales distintas, y frente a ello siempre son los mismos
médicos quienes deben actuar y demostrar la riqueza de su formación ante las
situaciones que se le planteen. Es así como podemos ver que acuden a una emergencia
por ejemplo, pacientes de clases sociales altas, muy altas, bajas y muy bajas, pacientes
con discapacidades, pacientes con enfermedades infecciosas (venéreas, HIV),
trabajadores de distintos rubros, desde empresarios hasta trabajadores sexuales, así
como también pacientes acompañados de oficiales de la policía ya que a su condición
de portador de enfermedad o alteración de la salud se acompaña el hecho de que se
halle privado de la libertad, por situaciones recientemente ocurridas (como luego de un
accidente ocasionado por ellos mismos por ejemplo) o situaciones previas que los han
privado de la libertad.
Por ello es preciso conocer más sobre aquellas herramientas de las que se valen los
profesionales de la salud para hacer frente a estas situaciones que escapan o no a lo que
ellos desde su formación ética consideran correcto o no. ¿Existen verdaderas
herramientas brindadas desde la formación profesional que aporten al comportamiento
tomado por los profesionales de la salud, o ellos simplemente se valen de su moral para
decidir su manera de actuar?
Para llevar a cabo esta investigación se seleccionará un grupo de pacientes que se
considera conveniente analizar en cuanto a la relación que el personal de salud
establece con ellos. Se pretende investigar no solo el tipo de relación médico- paciente,
sino componentes más íntimos y particulares, tratando de identificar si existen prejuicios
puestos de manifiesto al momento de la consulta o del actuar médico, como por ejemplo
preferencias de atención a pacientes no involucrados en hechos ilícitos, situaciones
extremas de precaución, criterios de atención, modificaciones en la práctica, e incluso si
existe negación por parte de médicos o demás personal del hospital a la atención.
En caso de que se pueda establecer una correlación entre tipo de paciente-tipo de
atención brindada, será posible entender si la práctica médica en los hospitales tiene
implicaciones éticas que releguen la actividad técnica y qué tipo de prioridad establecen
los médicos y personal de salud desde su lugar profesional y humano.
Luego del análisis será posible comenzar a responder algunos interrogantes: ¿los
pacientes involucrados en hechos ilícitos atendidos en los hospitales de la ciudad reciben
una atención médica correspondiente a su naturaleza humana o a su condición social?
En caso de que la atención fuera precaria respecto a otros pacientes, ¿cómo lograr una
situación más igualitaria? ¿Corresponde el tipo de atención médica a la calidad de
formación académica o a la moral de cada persona y a sus criterios, juicios y prejuicios?
Respecto a la literatura sobre el tema, se han encontrado resultados de estudios en los
que se analiza la atención a determinados grupos de pacientes, como los portadores de
enfermedades infecciosas, trabajadores sexuales, pero no así a casos de pacientes
privados de la libertad o sospechosos de hechos ilícitos, por lo que se sentaría un
precedente sobre este debate ético que lejos de formar parte de una realidad cotidiana y
aceptada, debería resultar preocupante por la implicancia social que el médico tiene al
ejercer su profesión. s sociales altas, muy altas, bajas y muy bajas, pacientes con
discapacidades, pacientes con enfermedades infecciosas (venéreas, HIV), trabajadores
de distintos rubros, desde empresarios hasta trabajadores sexuales, así como también
pacientes acompañados de oficiales de la policía ya que a su condición de portador de
enfermedad o alteración de la salud se acompaña el hecho de que se halle privado de la
libertad, por situaciones recientemente ocurridas (como luego de un accidente
ocasionado por ellos mismos por ejemplo) o situaciones previas que los han privado de
la libertad.
Por ello es preciso conocer más sobre aquellas herramientas de las que se valen los
profesionales de la salud para hacer frente a estas situaciones que escapan o no a lo que
ellos desde su formación ética consideran correcto o no. ¿Existen verdaderas
herramientas brindadas desde la formación profesional que aporten al comportamiento
tomado por los profesionales de la salud, o ellos simplemente se valen de su moral para
decidir su manera de actuar?
Para llevar a cabo esta investigación fue seleccionado un grupo de pacientes que se
considera conveniente analizar en cuanto a la relación que el personal de salud
establece con ellos. Se pretende investigar no solo el tipo de relación médico- paciente,
sino componentes más íntimos y particulares, tratando de identificar si existen prejuicios
puestos de manifiesto al momento de la consulta o del actuar médico, como por ejemplo
preferencias de atención a pacientes no involucrados en hechos ilícitos, situaciones
extremas de precaución, criterios de atención, modificaciones en la práctica, e incluso si
existe negación por parte de médicos o demás personal del hospital a la atención.
En caso de que se pueda establecer una correlación entre tipo de paciente-tipo de
atención brindada, será posible entender si la práctica médica en los hospitales tiene
implicaciones éticas que releguen la actividad técnica y qué tipo de prioridad establecen
los médicos y personal de salud desde su lugar profesional y humano.
Luego del análisis será posible comenzar a responder algunos interrogantes: ¿los
pacientes involucrados en hechos ilícitos atendidos en los hospitales de la ciudad reciben
una atención médica correspondiente a su naturaleza humana o a su condición social?
En caso de que la atención fuera precaria respecto a otros pacientes, ¿cómo lograr una
situación más igualitaria? ¿Corresponde el tipo de atención médica a la calidad de
formación académica o a la moral de cada persona y a sus criterios, juicios y prejuicios?
Respecto a la literatura sobre el tema, se han encontrado resultados de estudios en los
que se analiza la atención a determinados grupos de pacientes, como los portadores de
enfermedades infecciosas, trabajadores sexuales, pero no así a casos de pacientes
privados de la libertad o sospechosos de hechos ilícitos, por lo que se sentaría un
precedente sobre este debate ético que lejos de formar parte de una realidad cotidiana y
aceptada, debería resultar preocupante por la implicancia social que el médico tiene al
ejercer su profesión.

Objetivos
Describir si las características personales del paciente condicionan el tipo de atención
médica recibida.

Objetivos Específicos:
Enumerar los componentes de la relación médico-paciente en el contexto de la atención
a pacientes privados de la libertad.
Comprobar si existen variaciones en la calidad de atención de pacientes involucrados en
hechos ilícitos.
Establecer si prevalece la atención médica por sobre los prejuicios.

Metodología
Técnica de Recolección y Procesamiento
Como técnica de recolección u obtención de información se hará un censo a
médicos del hospital. El instrumento de recolección de la información será un cuestionario
que se entregara personalmente a cada médico de las diferentes áreas en que se
desempeñan. El cuestionario cuenta con mayoritariamente con preguntas de tipo
cerradas con respuestas categorizadas previamente y algunas preguntas de tipo abierta.
Se han formulado tres grupos de preguntas de tipo cerradas, correspondientes a una
escala de Likert, con las siguientes opciones de respuestas:
siempre, a veces nunca; de acuerdo, en desacuerdo, indiferente; si, una vez; si, en
reiteradas ocasiones; nunca.
Para el procesamiento de los datos, se realizara una codificación de las
respuestas a cada pregunta o variable, identificando con un valor de tipo numérico cada
una delas categorías de respuestas.
El ingreso de los datos y validación se realizara con el programa informatico
Microsoft Excell 2013.
Técnica de Análisis:
Para el análisis de la información se hará en primera instancia un análisis
estadístico descriptivo, construyendo tablas de frecuencias y gráficos estadísticos, se
obtendrán las medidas de tendencia central como media, mediana y moda y medidas de
dispersión a fin de conocer el comportamiento de las variables.
Se analizaran las asociaciones entre las variables área en que se desempeñan,
edad u ocupación y otras variables de respuesta, mediante métodos de asociación
bivariada como chi cuadrado de Pearson, a fin de determinar si las distintas opiniones
estarían asociadas y en que medida a las variables mencionadas.

Resultados (tablas, cuadros y gráficos deben estar en documento adjunto)


De 106 personas encuestadas, 24 son enfermeros, 14 kinesiólogos, 48 médicos, 4
odontólogos, 2 auxiliares de odontología, 4 empleados administrativos, 1 bioquímico, 1 técnico
de Laboratorio y dos personas de seguridad. 6 no especifican ocupación.

Edades oscilan entre los 23 y 62 años, con un promedio de 37 años.

Antigüedad oscila entre 1- 39 años, con un promedio de 10 años.

1) Indiferente 10; No 19; Sí 76; 1 n/c


2) Ind 12; No 24; sí 68; 1 no contesta y 1 n/c
3) Ind 7; No 30; Sí 66; 3 no contestan
4) A veces 48; Nunca 2; Siempre 55;1 no contesta
5) A veces 31; Nunca 7; Siempre 68
6)
7) A veces 54; Nunca 19; Siempre 31; 2 n/c
8) DE acuerdo 50; En desacuerdo 27; No sé 26; 3 n/c
9) De acuerdo 18; En desacuerdo 76; No sé 9; 3 n/
10) De acuerdo 60; En desacuerdo 33; NO sé 10; 3 n/c
11) A veces 25; Nunca 63; Siempre 17; 1 n/c
12) No 64; Si 37; 5 n/c
13) Nunca 55; Sí, en reiteradas ocasiones 22; Sí, una vez 27; 2 n/c
14) A. 83; B 9; C 4; 10 n/c

Para analizar los datos obtenidos se agruparon las encuestas considerando edad, antigüedad,
sexo, ocupación y área.

En relación a la edad, se realizó un reagrupamiento según éstas estén comprendidas entre los 20
y 30 años, más de 30 años y más de 50 años.

Dentro del primer grupo, hay 34 personas. Para el segundo, son 48 personas y dentro del 3ro son
20. 4 personas no especificaron su edad.

Se pudo establecer que:

Para la pregunta 1) y dentro del primer grupo (entre 20 y 30 años), 24 personas respondieron que
sí consideran como un grupo de riesgo a pacientes o involucrados en hechos ilícitos y/o privados
de la libertad. Esto corresponde al 70 % de los encuestados. 6 de ellos responden que no y 3
afirman que esto les resulta indiferente.

El 53 % de las personas encuestadas dice que es peligrosa para el personal de salud del Hospital
la atención de este tipo de pacientes y el mismo porcentaje afirma que toma precauciones
adicionales a las habituales al momento de la atención, 11 dicen no considerar este aspecto y
para 5 de ellos esto es indiferente.

Solamente el 0,02% dice que nunca se deben tener cuidados especiales con pacientes
involucrados en hechos ilícitos y/o privados de la libertad, siendo que casi un 65 % afirma que a
veces esto es necesario y 11 personas dicen que sí lo es.

21 de los 34 encuestados consideran que la atención asistencial es la misma en comparación a


otros tipos de pacientes. Esto representa casi el 62 % del total de encuestados. Solamente 2 de
ellos responde negativamente y 11 contestan “a veces”.

El 56 % de los encuestados sintió “ a veces” que se encuentra en situación de riesgo al brindar


atención a pacientes involucrados en hechos ilícitos y/o privados de la libertad; el 18 % afirma
que siempre siente esto y el 23 % dice nunca haberlo sentido.

En relación a la pregunta n° 8, el 38% se manifiesta de acuerdo con que las personas que se
encuentran privadas de la libertad representan una amenaza a su seguridad y la de sus
compañeros en su lugar de trabajo. El 41% responde “no se” y el 17 % dice estar en desacuerdo.

24 de los 34 encuestados se manifiesta en desacuerdo con sentir que atender a pacientes


involucrados en hechos ilícitos y/o privados de la libertad es un desperdicio de recursos ya que
otros pacientes tienen mayor derecho a acceder a ellos. Solamente 6 dicen estar de acuerdo.

El 68 % coincide en que rehusarse a atender a pacientes que se sabe o se piensa que han cometido
un hecho delictivo es una violación a los derechos humanos del usuario y el 68 % piensa que los
pacientes involucrados en hechos ilícitos y/o privados de la libertad no merecen nunca recibir un
trato diferente a los demás pacientes que consultan o son traídos al servicio de emergencias.

8 encuestados dicen haber presenciado algún tipo de violencia verbal o física hacia pacientes
involucrados en hechos ilícitos y/o privados de la libertad por parte del personal del hospital; 26
contestan que no.

El 29 % debió tomar algún tipo de recaudo una vez, para defenderse de pacientes involucrados
en hechos ilícitos y / o privados de la libertad por algún tipo de actitud agresiva, atendiendo en
su lugar de trabajo. El 12 % dice haberlo hecho en reiteradas ocasiones y el 59 % respondió que
nunca lo hizo.
En relación a la pregunta 14, 28 personas encuestadas eligieron la opción a, 5 la b y solamente 1
la c.

El grupo de más de 30 años se compone de 44 encuestados.

Para las preguntas 1 y 2 prácticamente el 70 % de las personas encuestadas responde “sí” y el


mismo porcentaje elige la opción a) para la pregunta 14, representando éstas las cantidades más
representativas de todo el grupo.

En cuanto a las opciones “no” o negativas, la 11, 12 y 13 presentan cantidades considerables, que
van desde el 50 al 62 %.

El grupo con más de 50 años de edad se compone por 20 personas encuestadas.

La pregunta 14 fue respondida por 16 de las 20 personas y todas optaron por la propuesta a.

Respondidas con “sí”, “siempre”, “de acuerdo” el mayor porcentaje corresponde a las preguntas
1, 2, 3, 4, 5, 8, 10.

Respondidas negativamente son representativas la 11 y 12, relacionadas con la posibilidad de un


trato diferente a los demás pacientes que consultan o son traídos al servicio de emergencias y a
haber presenciado algún tipo de violencia verbal o física hacia pacientes involucrados en hechos
ilícitos y/o privados de la libertad por parte del personal del hospital, respectivamente.

Considerando la variable sexo, se puede establecer que:

Dentro del grupo de 59 mujeres encuestadas, para las preguntas 1, 2 y 3 respondieron


afirmativamente porcentajes considerablemente superiores al 50 % (82, 71 y 77 %
respectivamente)

Con respuestas negativas, las de mayor porcentaje fueron las 9, 11, 12, 13 siendo de éstas la
número 9 referida a sentir que atender a pacientes involucrados en hechos ilícitos y/o privados
de la libertad es un desperdicio de recursos ya que otros pacientes tienen mayor derecho a
acceder a ellos, la de mayor cantidad, correspondiente al 77 % de las encuestadas.

En relación a la pregunta 14, donde debían optar entre a, b o c, 45 de las 57 encuestadas optaron
por la a, representando casi el 79 % del total de encuestadas.

Fueron encuestados 43 varones. Del análisis de sus respuestas resulta que la pregunta 9 es la que
presenta mayor variabilidad en las respuestas, ya que 29 encuestados responden estar en
desacuerdo con lo planteado (relacionado con considerar que atender a pacientes involucrados
en hechos ilícitos y/o privados de la libertad es un desperdicio de recursos ya que otros pacientes
tienen mayor derecho a acceder a ellos), lo que representa el 67 % del total.

La pregunta 14 presenta 36 respuestas a, lo que representa el 83 % del total.

Otro agrupamiento se hace considerando la antigüedad y se establecen los siguientes rangos:


menos de 10 años, entre 10 y 20, entre 20 y 30 y más de 30 años.

El grupo más numeroso es el de menos de 10 años de antigüedad, con 57 personas encuestadas.

Dentro de este grupo, corresponde a la pregunta 1 el mayor porcentaje de respuestas positivas,


alcanzando el 70 % del total.

Y las preguntas 9 y 12 representan el mayor porcentaje de preguntas respondidas de forma


negativa, con el 70 y 68 % respectivamente.

En relación con la variable área, se realizó un agrupamiento según estas pertenezcan a las
diferentes áreas de trabajo: Cardiología, Cirugía, Médicos, Odontología, Kinesiología,
Traumatología y UTI.

Los valores de encuestados para cada área son de: Cardiología 6, Cirugía 9, Médicos 16 (24.61%
del total de encuestados), Odontología 6, Kinesiología 3, Traumatología 5, UTI 20.

Al analizar la pregunta 1 y con respecto al grupo Médicos: 13 personas respondieron que sí


consideran un grupo de riesgo a pacientes involucrados en hechos ilícitos y/o privados de la
libertad, correspondiente al 20% de los encuestados, mientras que en las demás áreas consideran
también como grupo de riesgo a este tipo de pacientes y representando un total de 72.30% del
total de los encuestados.

Por otro lado al analizar las respuestas en las que “no” consideran de riesgo a este grupo de
pacientes, se obtiene como resultado que solo el 20% de los encuestados totales optaron por
esta opción y tan solo el 7.5% por la de “indiferente”.

Con respecto a la pregunta 2 y al grupo Médicos se obtuvo como resultado que 8 personas
respondieron que es peligrosa la atención de este tipo de pacientes y representando así el 50%
del total para esta área, con un 31,25% de encuestadas que optaron por la respuesta de “no”. Por
otro lado analizando las demás áreas obtuvimos como resultado que 61.53% del total de
encuestados respondieron “si” considerar peligrosa la atención a este grupo de pacientes, con
29.23% que responde de manera negativa.

En cuanto a la pregunta 3 obtenemos que un 43,75% de los médicos toman precauciones


adicionales a las habituales a la hora de la atención de pacientes involucrados en hechos ilícitos,
así como también el mismo porcentaje no toma este tipo de recaudos, mientras que del total de
encuestados en el total de las áreas representan un 58.46% de encuestados los que toman
recaudos adicionales, un 33.84% dice “no” tomar recaudos adicionales.

Con respecto a la pregunta 4 analizada sobre el área Médicos, el 68,75% responde que “a veces”
se deben tener cuidados especiales con los pacientes involucrados en hechos ilícitos y el 31,25%
“siempre” toma recaudos especiales con este tipo de pacientes.

En cuanto a las demás áreas de trabajo, un 49.23% del total de los encuestados “siempre” toma
cuidados especiales y que el 47.69% lo hace “a veces” en la atención de los pacientes involucrados
en hechos ilícitos, habiendo por lo tanto una significativa paridad en la elección de esta pregunta.

Con respecto a la pregunta 5 entre los médicos 10 opinaron que siempre estos pacientes deben
tener la misma atención asistencial que los demás, haciendo un porcentaje del 62.5%, mientras
que el 18,75% opinó que esto debe ser así “a veces” o “nunca”. En cuanto a las demás áreas
tenidas en cuentas en el total analizable, el 69,23% de los entrevistados opinaron que este tipo
de pacientes “siempre deben tener la misma atención asistencial que los demás pacientes,
mientras que el 26,15% opinó que esto debe ser así solo “a veces” y solo el grupo médico opinó,
haciendo un total de 4.61%, que nunca debería ser la misma atención.

Con respecto a la pregunta número 6 obtuvimos que en el área médica el 50% de los encuestados
estuvo de acuerdo en que los pacientes involucrados en hechos ilícitos y que asisten al servicio
de emergencias deban ser tratados con la misma predisposición que los demás pacientes,
mientras que el 43.75% estuvo en desacuerdo. En cuanto a las áreas en total podemos ver una
diferencia mayor en cuanto a los encuestados que están de acuerdo con esta premisa con un
56,9% de encuestados que eligieron esta opción, aun así no deja de ser importante el porcentaje
del 35.3% que eligió estar en desacuerdo con esta pregunta.

Con respecto a la pregunta número 7 obtuvimos que en el grupo de los médicos un 68,75% de los
encuestados siente que “a veces” se encuentra en situación de riesgo al brindar atención a
pacientes involucrados en hechos ilícitos y/o privados de la libertad, siendo el 12,5% quienes
“siempre” se sienten en esta condición ante dicha situación planteada. Al evaluar el total de los
encuestados, es el 56,9% de los encuestados quienes dicen sentirse “a veces” en situación de
riesgo, con un 23.07% quienes lo están “siempre”.

Al analizar la pregunta número 8 vemos que en el grupo médico, es un 50% de los encuestados
quienes están de acuerdo con que este tipo de pacientes representan una amenaza para su
seguridad y la de sus compañeros, con un 18,75% de los encuestados en desacuerdo. Valores que
son muy parecidos al analizar el total de los encuestados, en donde podemos observar que el
50,7% está de acuerdo con esta pregunta, mientras que el 24,3% en desacuerdo.

Con respecto a la pregunta número 9 entre los trabajadores médicos el 87,5% está en
“desacuerdo” con que el atender a este tipo de pacientes sea un desperdicio de recursos.
Mientras que si observamos el total de los encuestados en las diferentes áreas podemos ver que
este porcentaje disminuye, siendo el 55,3% de todos los encuestados quienes están en
desacuerdo, pero un porcentaje del 35,3% está “de acuerdo” con que esta atención significa una
pérdida de recursos en salud.

Con respecto a la pregunta número 10 podemos ver que hay un claro conocimiento de la mayoría
de los encuestados sobre los derechos humanos y el derecho a recibir atención sanitaria, así es
como podemos ver que en el área médica un 75% contestó estar de acuerdo, y del total de las
áreas, un 63,07% de los encuestados también estuvo de acuerdo con esta premisa, siendo solo el
17% los que se oponían.

Al analizar la pregunta número 12, podemos observar que la mayoría de los encuestados no
recibió nunca algún tipo de violencia verbal o física por parte de este tipo de pacientes, por lo que
viendo en el área médica podemos observar que el 75% de encuestados respondió “no”, mientras
que del total de todas las áreas, también con un porcentaje parecido al anterior y del 70.7%
respondió no haber padecido ninguno de estos tipos de violencia.

Al analizar la pregunta número 13 podemos observar que a pesar de lo respondido en la pregunta


12, en la que la mayoría dijo no haber padecido nunca ningún tipo de agresión o violencia física
o verbal, sí tuvieron en reiteradas oportunidades que tomar algún tipo de recaudo para
defenderse de pacientes involucrados en hechos ilícitos y/o privados de la libertad por algún tipo
de actitud agresiva. Así observamos que en el área médica el 93,7% dijo que “si, en reiteradas
ocasiones”, así como también al analizar el total de los encuestados el 64.6% optó por esta
opción.

Con respecto a la pregunta número 14 vemos cómo tanto en el área médica como las demás
áreas de encuestados al tener que elegir entre la atención de dos pacientes, uno involucrado en
hechos ilícitos, y otro consecuencia de éste, aproximadamente con un promedio del 85% eligen
la opción de que no hay orden de prioridad para la atención, sino que se debe evaluar el estado
del paciente para decidir quién debe ser atendido en primera instancia.

Al analizar la variable correspondiente a ocupación con un total de 100 encuestados, se


diferencian grupos entre los que destacamos: Enfermeros (24), Kinesiólogos (14), Médicos (48),
Odontólogos (4) y otros (10), de los cuales hacemos hincapié principalmente en el grupo de los
médicos para el análisis de datos. Así es como obtuvimos los siguientes resultados:

Al analizar la pregunta 1 podemos observar que 75% de los profesionales médicos ven y
consideran como un grupo de riesgo (con comportamientos violentos) a los pacientes que hayan
estado involucrados previamente en hechos ilícitos y o privados de la libertad. Por otro lado al
analizar el total de encuestados entre las diferentes profesiones obtuvimos como resultado un
porcentaje muy elevado y similar al de los médicos por sí solo, teniendo un 69% de encuestados
que opinan que “si” son de riesgo y solo un 19% que no lo considera así.
En cuanto a la pregunta 2, los médicos consideraron en un 62,2% como peligrosa para el personal
de salud la atención a este tipo de pacientes, con un 30% que opina de manera contraria.
Mientras que en el total de todas las ocupaciones encuestadas, vemos que en un 65% optaron
por la respuesta de considerar a este tipo de pacientes peligrosa, y un 24% que no es así, resultado
muy similar al obtenido entre los médicos.

Al analizar la pregunta 3 vemos que un 50% de los médicos encuestados dicen tomar
precauciones adicionales a las habituales al momento de la atención de este tipo de pacientes,
mientras que casi un 40% de los encuestados opino de manera contraria, mostrando una manera
de actuar muy dividida. Al analizar el total de los encuestados obtuvimos que un porcentaje de
61% toma precauciones adicionales.

En cuanto a la pregunta 4 obtuvimos resultados muy similares tanto para los médicos como al
analizar el total de los encuestados, obteniendo que un 52% del personal siempre tiene cuidados
especiales con este tipo de pacientes, mientras que alrededor del 45% solo “a veces” tiene este
tipo de cuidados especiales.

Al analizar la pregunta 5 vemos en primer lugar, entre los médicos en un 68,75% que consideran
que siempre la atención asistencial es la misma para este tipo de pacientes que la de los demás,
en tanto que en un porcentaje similar del 64% del total de los demás encuestados considera lo
mismo. Tan solo alrededor del 30% de los encuestados considera que esto “a veces” es así y un
6% que nunca es así.

Al analizar la pregunta 6 vemos cómo entre los médicos un 64,5% opinó estar de acuerdo que
este tipo de pacientes deben ser tratados con la misma predisposición que los demás pacientes,
y 31% estuvo en desacuerdo. Al analizar el total de los demás encuestados obtuvimos que un 67%
estuvo de acuerdo con esta pregunta y un 25% en desacuerdo.

En la pregunta 7, el grupo de médicos en un 25% ha respondido que siempre se siente en situación


de riesgo al atender a este tipo de pacientes y casi el 50% solo a veces siente dicho riesgo. Al
analizar el total de las ocupaciones encuestadas vemos que los resultados son similares, un 29%
siempre dice sentirse en situación de riesgo y en un 51% solo “a veces”.

Al analizar la pregunta 8 podemos observar que entre los encuestados médicos el 68,75% está en
desacuerdo con que este tipo de pacientes represente una amenaza para la seguridad de sus
compañeros en su lugar de trabajo, mientras que un 12,5% considera que si es así. Por otro lado
al analizar el total de los demás encuestados, un 56,9% son los que están en desacuerdo con esta
premisa, mientras que el 23% está de acuerdo.

Al analizar la pregunta 9 vemos entre los médicos encuestados que un 50% considera que es un
desperdicio de recursos atender a este tipo de pacientes, con un 18% que está en desacuerdo. El
total de los encuestados, nuevamente, presenta un porcentaje aproximado al 50% que opina que
es un desperdicio de recursos atender a este tipo de pacientes y el 25% opina que no es así, y el
resto no sabe o no contesta la pregunta formulada.

Al analizar la pregunta 10 vemos que entre los encuestados médicos un 75% considera que
“rehusarse a atender a un paciente que estuvo involucrado en hechos ilícitos y/o privado de la
libertad es una violación a los derechos humanos”, y 25% opina de manera opuesta. Al ver los
resultados totales de los encuestados podemos observar que 63,07% de los encuestados
considera estar de acuerdo que es una violación a los derechos humanos rehusarse a atender a
este tipo de pacientes, y 17% se encuentra en desacuerdo.

Al analizar la pregunta número 11 podemos observar que 62,5% de los encuestados médicos
opinan que este tipo de pacientes nunca merecen recibir un trato diferente a los demás pacientes
que son traídos o consultan al servicio de emergencias, 25% opina que esto siempre debería ser
así. Al observar la totalidad de los encuestados vemos que 61,53% opina que nunca deberían
merecer un trato diferente, con un 16% que opina que siempre debería ser así.

En el análisis de la pregunta 12 vemos que el 75% de los médicos opinan que no presenciaron
violencia de tipo física o verbal hacia pacientes involucrados en hechos ilícitos y/o privados de la
libertad por parte del personal del hospital. Mientras que, al analizar la totalidad de los
encuestados en esta premisa podemos ver que el 70% no observo este tipo de conductas hacia
este tipo de pacientes por parte del personal del hospital.

Al analizar la pregunta 13 podemos observar que entre los encuestados médicos, el 93,7%
opinaron que en reiteradas ocasiones tuvieron que tomar algún tipo de recaudo para defenderse
de pacientes involucrados en hechos ilícitos y/o privados de la libertad por algún tipo de actitud
agresiva, mientras que en el total de los encuestados 64,6% responde que en reiteradas ocasiones
tuvieron que tomar algún tipo de recaudo.

Al analizar la pregunta 14, el 84,5% de los médicos encuestados opinaron que no hay orden de
prioridad en la atención de dos pacientes (uno con antecedentes ilícitos y otro sin antecedentes),
mientras que el total de los encuestados opinó similar con un 83,% que no hay orden de prioridad
en la atención.
Discusión- conclusiones
Del análisis anterior surgen las siguientes conclusiones:
En general el personal de salud opina que los pacientes privados de la libertad y/o
involucrados en hechos ilícitos son pacientes que involucran un riesgo personal y siendo
la atención a los mismos un peligro, por lo que en reiteradas oportunidades tuvieron que
tomar medidas adicionales de protección (uso de guantes, evitar dejar al alcance objetos
corto-punzantes, resguardo de objetos personales o bien tomar medidas de precaución
en el momento de la atención de los mismos (en general todo el personal de salud pide
que esté un tercero en la consulta médica para seguridad personal). En cuanto al grupo
etario no existen diferencias para considerar a los pacientes involucrados en hechos
ilícitos como una población de riesgo.
A pesar de ello, el personal asegura que merecen recibir la misma atención que los
demás pacientes que acceden al servicio de emergencias de un hospital.
El personal de salud también considera que la atención de este tipo de pacientes
representa una amenaza en su lugar de trabajo, tanto para sí mismo como para sus
compañeros.
Por otra parte se concluye, en contra de lo dicho anteriormente, que la gran mayoría de
los encuestados opinan que no deberían recibir estos pacientes una atención igualitaria
con la de los demás, más allá de considerar que sería una violación a los derechos
humanos el no brindar atención asistencial y tratamientos médicos correspondientes.
Además en general el personal de salud no piensa que atender a pacientes involucrados
en hechos ilícitos o privados de la libertad sea un desperdicio de recursos.
En general no se ha presenciado algún tipo de agresión por parte del personal de salud
a este tipo de pacientes. Así como también, la mayoría de las veces, el personal de salud
no ha tomado medidas para defenderse de actitudes agresivas. Pero sin embargo un
grupo importante de personas si ha tenido que tomar recaudos una o más veces, a pesar
de que son un grupo de menor cantidad.

Bibliografía (mas de 5 y menos de 12 referencias y en formato Vancouver).


1-When Health Care Isn’t Caring: Lambda Legal’s Survey of Discrimination Against LGBT
People and People with HIV. New York: Lambda Legal, 2010. Disponible en:
www.lambdalegal.org/health-care-report.

2- Mouratian, P. y colaboradores. Derecho a la Salud sin Discriminación Documentos


temáticos Inadi: Derecho a la Salud sin Discriminación 1ª ed. Inst. Nacional contra la
Discriminación, la Xenofobia y el Racismo - INADI - Buenos Aires, 2012.

3- Ragel Cano, L. El personal de salud ante la atención de pacientes con HIV-SIDA. El


caso del Hospital Integral Jacala Hidalgo. México, noviembre 2005.

4-Actitudes y prácticas sobre VIH-Sida. Encuesta anónima a médicos y practicantes. Rev


Med Uruguay 1998; 14: 5-2 I

5-“Actitud del personal de salud profesional asistencial hacia las personas viviendo con
el VIH/SIDA del Hospital II- 2 MINSA Tarapoto. 2011”

Firmas: la versión impresa deberá contar al pie de página con la firma de todos los autores. En los
casos que corresponda se acompañará con la firma del director del proyecto o de beca.
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