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Para el desarrollo de cualquier especie, incluida la humana, el agua es un recurso básico: sin agua,
no habría vida. No es ninguna novedad que gracias al crecimiento demográfico, especialmente en
la Ciudad de México y zonas conurbadas, el abasto de agua es insuficiente. El agua de lluvia puede
ser interceptada, colectada y almacenada en depósitos especiales para su uso posterior. Esto
ayudaría durante el tiempo de secas para sobrellevarlas y también durante épocas de lluvias
fuertes que desencadenan inundaciones que afectan la Ciudad.
Andrea Gutiérrez Sastrias (Gutiérrez, 2014) que la captación pluvial no es algo nuevo y tampoco
implica gran tecnología a un nivel doméstico. Es un sistema ancestral que ha sido practicado en
diferentes épocas y culturas, ya que es un medio fácil para obtener agua para el consumo humano
y uso agrícola.
Antes de que la ciudad se viera cubierta por una gran capa de asfalto, Tenochtitlán, la capital de
los aztecas, se encontraba sobre un valle caracterizado por ser una cuenca con un complejo de
lagos, lagunas y pantanos procedentes de precipitaciones pluviales, de ríos permanentes o
semipermanentes y de manantiales. Gracias a esta cualidad, los antepasados llevaron a cabo
algunas de las más importantes construcciones de infraestructura hidráulica, y los lagos de la
cuenca de México fueron aprovechados y manipulados artificialmente para servir a distintos
propósitos, ya fuera separar las aguas dulces de las saladas, crear suelos para uso agrícola o
habitacional y para abastecer a la población.
Annabel Villalonga (Villalonga, 2007) destaca entre las principales obras hidráulicas del México de
la época; los canales o acequias, que funcionaban como un sistema de irrigación que aprovechaba
las aguas de ríos o manantiales y las dirigían a una compleja red de distribución. Las calzadas, que
funcionaban como diques para evitar las inundaciones y, además, permitían controlar la entrada
de agua dulce a la ciudad, y los acueductos de cal y canto. Todas estas instalaciones, que debieron
funcionar de manera coordinada, drenaban y aportaban el agua para uso común, regadío y
navegación mediante canoas.
Un gran cambio sucedió después de la Conquista, dado que los europeos dejaron de darle
mantenimiento a las obras hidráulicas prehispánicas, principalmente porque los intereses y la
cultura era distinta. La utilización de estos sistemas decayó gracias a los intereses de los
conquistadores: la prioridad no era tanto el proveer de agua, o permitir la continuidad del sistema
de chinampas, como poder navegar por el interior del lago con cierta holgura.
1. EL AGUA PLUVIAL
El agua es uno de los recursos más importantes para la vida en el planeta. Los seres
humanos dependemos de su disponibilidad no sólo para el consumo doméstico, sino
también para el funcionamiento y la continuidad de las actividades agrícolas e
industriales.
En las últimas décadas, con la finalidad de producir más alimentos y energía, así como de
dotar del servicio de agua potable a una población cada vez más numerosa, la demanda
por el líquido ha crecido significativamente; sin embargo el grado de contaminación es
cada vez más alto y si no tiene la calidad adecuada puede agravar el problema de la
escasez. Las aguas de los cuerpos superficiales y subterráneos se contaminan por las
descargas sin tratamiento previo, de aguas municipales e industriales, así como por los
arrastres que provienen de las zonas que practican actividades agrícolas y pecuarias.
Las aguas pluviales son agua de lluvia que no es absorbida por el suelo, sino que escurre
de edificios, calles, estacionamientos y otras superficies. Estas se recolectan en
alcantarillas y fluyen a colectores pluviales y al sistema de drenaje pluvial de la ciudad.
Las lluvias de carácter irregular e impredecible en ocasiones, se aprovecharon y
canalizaron mediante sistemas naturales o mediante sistemas artificiales que captaban y
retenían el agua de lluvia para desviarla a los campos de cultivo.
“El agua de lluvia puede reemplazar perfectamente al agua potable, las características del
agua de lluvia la hacen perfectamente utilizable para uso doméstico e industrial. La
importancia de captar, almacenar, y utilizar el agua de lluvia para uso doméstico e
industrial es de gran relevancia para la mayoría de las poblaciones, sobre todas aquellas
que no tienen acceso a ese vital líquido. Hoy día los criterios son más restrictivos y no
suele aconsejarse el empleo directo del agua de lluvia para estos usos puesto que la
humanidad enfrenta serios problemas de deterioro ambiental, debido al intenso desarrollo
urbano e industrial, los cuales han influido en las características químicas de la
atmósfera”. (Bárcenas, 2004)
Adrian Bustamante Falcón indica que existen bastantes beneficios al almacenar y utilizar
el agua de lluvia, entre los más importantes se encuentran:
Alta calidad físico-química del agua lluvia
Facilidad en la construcción pues se pueden utilizar materiales de la zona, además
implica bajas frecuencias de mantenimiento.
El agua lluvia no entra en contacto con el suelo y las rocas donde se disuelven las
sales y minerales, por lo tanto es suave y puede reducir significativamente la
cantidad de jabones y detergentes para la limpieza.
El agua lluvia es ideal para la irrigación de los jardines y cultivos.
Al recolectarse el agua lluvia, se reduce el caudal del alcantarillado pluvial,
evitando así el ingreso de altos volúmenes a los sistemas de tratamiento de agua.
La recolección y utilización del agua lluvia reduce los costos pagados a las
empresas prestadoras del servicio debido a la disminución de los consumos de
agua potable. (Bustamante, 2004)
1.1. CARACTERÍSTICAS DEL AGUA PLUVIAL
Carlos Barcenas (Bárcenas, 2004) describe la calidad del agua como un concepto que
permite describir las características, físicas, químicas y biológicas de la misma, el
conocer dichas característica es de suma importancia para garantizar su inocuidad y
no ocasionar ningún riesgo significativo a la salud de la población que la use.
Parámetros físicos
b) Color: El agua presenta colores inducidos por materiales orgánicos de los suelos
como el color amarillento debido a los ácidos húmicos. La presencia de hierro puede
darle un color rojizo y la del manganeso, un color negro. La unidad para la medición
del color que se usa como estándar, es el color que produce 1 mg/l de platino en la
forma de cloroplatinato.
Parámetros Químicos
b) Cloruros: Son las sales que están presentes en mayor cantidad en todas las fuentes
de abastecimiento de agua. El sabor salado del agua, es producido por la presencia
de éstos, en concentraciones variables y dependiendo de la composición química del
agua. La máxima concentración permisible de cloruros en el agua potable es de 250
ppm, este valor se estableció más por razones de sabor, que por razones sanitarias.
c) Sulfatos: El agua pura se satura de CaSO4 a unas 1500 ppm. Los límites de
concentración, arriba de los cuales se percibe un sabor amargo en el agua son: para
el sulfato de magnesio 400 a 600 ppm y para el sulfato de calcio son de 250 a 400
ppm.
Parámetros bacteriológicos
El Dr. Jochen (Scheerer, 2011), indica que entre los usos más comunes que se le da
al agua pluvial, tenemos:
Interior de Edificios:
֍ Cisternas de Inodoros
֍ Lavado de Suelos
֍ Lavadora (Se recomienda un tratamiento extra al agua destinada a este uso)
Exterior de Edificios:
El riego por aspersión debe hacerse fuera de los periodos de afluencia pública
Usos industriales: