1.1.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE HIGUIENE Y SEGURIDAD

La Revolución Industrial y la situación Política Mundial

Existieron muchos problemas en Europa que dieron origen a la Revolución Industrial pero en
particular, la mayoría de los problemas convergen en Inglaterra; el país donde se originó este
fenómeno, que transformaría la producción.

Una vez convertida en la potencia mercantil e industrial más importante del

mundo, Gran Bretaña había creado una extensa marina mercante y comenzaba a controlar
los mercados internacionales, sus comerciantes traficaban en todas las latitudes. Esto
aumentó la demanda de muchos artículos.

La profunda transformación de la técnica industrial no se limitó a Inglaterra, ni se detuvo en la

primera mitad del siglo XIX; desde 1800, aproximadamente, se extendieron las formas industriales de
producción, primero Francia y Alemania y hacia fines del siglo a Rusia, a los Estados Unidos de
América y a otras naciones; como la revolución Francesa de 1848 (que proclamó la segunda
república) repercutió profundamente en Europa y alentó una serie de movimientos liberales que,
pocos meses, cambiaron la situación política de la mitad del continente Las principales insurrecciones
estallaron en Austria, Italia y Alemania Sin embargo estos movimientos fracasaron virtualmente. Los
afanes constitucionales que les animaban se frustraran y desencadenaron un nuevo absolutismo. La
misma Francia, cuna de las agitaciones revolucionarias, se convirtió con Napoleón ID (1852- 1 870),
en uno de los centros más acentuados de la reacción antiliberal.

En el último cuarto del siglo XIX, la gran industria, más productiva que las pequeñas
empresas, fue dominando el mercado; los monopolios desplazaron a la libre competencia y
controlaron la producción y la distribución de determinadas mercancías.

Adquirió importancia decisiva la industria pesada. Desde entonces las grandes

potencias industriales quieren controlar las fuentes de materias primas y asegurar los
mercados para sus productos.

Durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX casi todo el mundo quedó
repartido entre las grandes potencias.

El movimiento en defensa de los intereses laborales Latinoamericanos, se puede decir que

inicia en el movimiento mismo de la conquista de los españoles, quienes a pesar de sus benevolentes
Leyes de Indias explotaron a los trabajadores indígenas, por medio de las instituciones coloniales
conocidas como encomiendas, obrajes, mitas y corregimientos.

Conocían el sistema comunal de laboreo de las tribus aborígenes de América, por lo que es
de suponer que la resistencia de los naturales al nuevo régimen de trabajo impuesto por los
conquistadores, la forma inhumana con que se trataban a los trabajadores, fue motivo de continuas
protestas de los misioneros de aquella época y se les conoció como los primeros abogados de los
trabajadores del Nuevo Mundo.

Bartolomé de las Casas, es considerado uno de los precursores en buscar mejores tratos a
los indios y propuso que trajeran de África esclavos negros, los hechos del pasado nos permiten
analizar cada uno de los acontecimientos, para poder entender el malestar y la inquietud social y las
causas que llevaron a la revolución y transformación política y económica de nuestro país.
Remontándonos a los siglos de la colonia encontramos que en las leyes de Indias, España
creó los estatutos legislativos más humanos de los tiempos modernos. Dichas leyes, son resultado
del pensamiento de la Reina Isabel la Católica cuya finalidad era impedir la explotación despiadada
que llevaban a cabo los encomendados, protegiendo con esto a los indios latinoamericanos,
particularmente a los antiguos imperios de México y Perú.

Hoy en día sabemos que esto nunca se llevó a cabo que los indios de los antiguos imperios
seguían siendo explotados sin misericordia alguna por los encomendados, lo que da origen a
inconformidades y huelgas. El primer movimiento social organizado, del que se tiene referencia, es el
que desataron los trabajadores de la mina Visconia del Monte, hoy Real del Monte, en el estado de
Hidalgo en 1766. En donde estuvieron casi a punto de linchar al dueño por el uso y explotación
desmedido de la que eran objeto los trabajadores.

Los acontecimientos que se consideran como los que dieron origen a las leyes del
trabajo del país, son los movimientos de los trabajadores de las minas y fabricas textiles
como Cananea y Río Blanco (1906-1907) respectivamente.

Dichos movimientos fueron altamente sangrientos y reprimidos, y no dejan de ser uno de los
que marcan el fin de la larga dictadura del general Porfirio Díaz,. a la caída de la dictadura, le siguió el
movimiento mucho más organizado y con miras a alcanzar la promulgación de Leyes definitivas del
trabajo.

Las primeras leyes de Trabajo, son las de riesgos profesionales de José Vicente Villada en
1904 en el estado de México y la de Bernardo Reyes en 1906, con el triunfo de la Revolución en
1910, los actos legislativos en materia de trabajo se volvieron numerosos.

El gobierno de Francisco I. Madero publicó el 18 de diciembre de 1911 la ley que creó el

departamento del trabajo, quién a su vez era dependiente de la Secretaría de Fomento., La
exposición de motivos de la iniciativa de ley, fije uno de los cuadros más completos de los problemas
de trabajo en nuestro país, debido a la intervención del departamento del trabajo se logró en 1912 la
aprobación de las tarifas mínimas de las ramas de hilados y tejidos, siendo este el primer contrato
colectivo de trabajo, trayendo consigo graves conflictos en los años 1912 y 1913. El derecho de los
trabajadores se convirtió en la manifestación de las necesidades y anhelos del hombre, que entrega
su energía al reino de la economía.

Bajo esta ideología surge la Constitución de 1917, es el jefe del ejercito Constitucionalista
quien convoca a la reunión de un congreso Constituyente para dar al país una nueva Constitución. La
reunión se llevó acabo en Querétaro en noviembre de 1916 y el 5 de febrero de 1917 fue promulgada
la nueva Constitución Mexicana.
El artículo 5 constitucional el cual debió trazar las bases fundamentales sobre las que ha de legislarse
en materia del trabajo, además de las jornadas máximas, salario mínimo, higienización de los talleres,
fábricas y minas, convenios industriales, creación de tribunales de conciliación y arbitraje, prohibición
del trabajo nocturno a las mujeres y niños, seguros, indemnizaciones, etc.