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● PRESENTACIÓN

Ser ignorante no es tanta vergüenza como no tener la voluntad de aprender.


El presente trabajo de investigación y análisis se basa en los representantes
del Garantismo Procesal, un tema que muy poca profundidad tiene en su
estudio. Esta tarea fue realizada con el mayor empeño, siendo el objetivo
informar y alcanzar los saberes necesarios para aclarar el tema. Esperando
que nuestro trabajo sea de su agrado y que cumpla con las expectativas
damos paso al desarrollo del tema.
INTRODUCCIÓN

Se puede considerar al Garantismo Procesal como un instrumento jurídico-procesal que


tiene el Estado con la finalidad de dar ejecución a uno de sus fines principales el cual es
el de asegurar a los ciudadanos la efectividad de sus derechos entregados el Carta
Magna (Constitución) y la Ley.

Este proceso se da como garantía social y se encuentra unido al poder judicial pues la
jurisdicción es del Estado y emana de su soberanía, pudiendo afirmar que el proceso es
de naturaleza publica pero también se litigan derechos privados, encaminados por un
juez como su representante, además de ser el agente quien trabaja junto al Derecho en
nombre del Estado.
LOS REPRESENTANTES DEL GARANTISMO PROCESAL

1. GARANTISMO PROCESAL

1.1 CONCEPTO DE GARANTISMO PROCESAL


Se ha afirmado que la vigencia del Código Procesal Penal del 2004 ha implementado un
nuevo modelo, el denominado “sistema acusatorio contradictorio o garantista”, por
cuanto establece una serie de garantías aplicables al proceso penal. Sin embargo, la
afirmación que un sistema procesal es garantista por cuanto implementa directrices para
la tramitación del proceso, es una definición incompleta de lo que se entiende por
garantismo y podría traer una serie de confusiones. Como se apreciará a lo largo del
presente trabajo, el garantismo procesal es una corriente filosófica que en resumidas
palabras propugna una jerarquía constitucional, por cuanto no tolera alzamiento alguno
contra la norma fundamental, instaurando una serie de garantías constitucionales que
deberán regir para todos los sometidos al proceso.

La “constitucionalización de las garantías procesales” surgen durante la segunda mitad


del siglo XX, tras la segunda guerra mundial, con la finalidad de asegurar –por vía de
los textos constitucionales, en el ámbito nacional, y de tratados y convenios sobre
derechos humanos en el ámbito internacional- un mínimo de garantías a favor de las
partes procesales, que deben presidir cualquier modelo de enjuiciamiento. Así, a través
de la positivización de estas garantías, y de su aplicación se pretendió evitar que el
futuro legislador desconociese o violase tales garantías o no se vea vinculado por las
mismas en la dirección de los procesos.

El garantismo procesal implica pues, la puesta en práctica de las garantías que las leyes
procesales instauran, conjuntamente con las que poseen proyección constitucional, a
través de una postura garantista plenamente comprometida con la realidad
constitucional, enfrentándose así al autoritarismo procesal, el cual ha generado una
cultura autoritaria en la configuración de los procesos, creando sistemas inquisitoriales o
mixtos que fueron adoptados en la mayoría de países latinoamericanos por largo tiempo.

Al respecto, cabe mencionar que las garantías constitucionales que tienen relevancia en
el ámbito procesal penal, son las siguientes, pueden acogerse a diversas clasificaciones;
no obstante, siguiendo a San Martín, estas garantías se pueden clasificar en: garantías
procesales genéricas, garantías procesales específicas y garantías procesales de la
víctima.

Dentro de las garantías procesales genéricas se encuentran el debido proceso, el derecho


a la tutela jurisdiccional, el derecho a la presunción de inocencia, y el derecho de
defensa. A su vez dentro de la garantía de debido proceso podemos ubicar el derecho a
un juez imparcial, el derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas, el Nebis in ídem
procesal, entre otros.

El garantismo procesal es una posición filosófica, antagónica al totalitarismo, y que en


términos sencillos propugna la jerarquía de la Constitución (Ley) por encima de la ley.
Tal como ha sido desarrollado por Luiggi Ferrajoli en su obra Derecho y Razón, el
“garantismo” es el principal rasgo funcional del estado de derecho, que designa no
simplemente un “estado legal” o regulado por la “ley”, sino un modelo de estado nacido
con las modernas Constituciones y caracterizado por:

a) La plena vigencia del principio de legalidad y sometimiento del poder público a


normas generales,

b) Respeto de los derechos fundamentales de los ciudadanos, cuya afectación los


posibilita activar la tutela judicial. De una manera clara y concisa, resume Alvarado
Velloso, lo que hoy se conoce en la sociología jurídica con la denominación de
garantismo procesal: “Tomando partido por la Constitución y no por la ley, elijo
proclamar:

- La libertad

- La garantía del debido proceso

- El goce irrestricto del día de audiencia previa en la corte de justicia,

- Donde todo ciudadano tiene derecho a ser juzgado imparcialmente por un juez

- Y colocado por él en pie de perfecta igualdad frente a su contradictor,

- Con absoluta bilateralidad de la audiencia


- Y sin la asunción por el juez de actitudes paternalistas con las partes o de tareas que no
le incumben conforme a lo normado por la constitución.”

Es en este sentido que un sistema acusatorio, que recoge un posición garantista del
proceso penal pone de manifiesto el compromiso de un Estado como propiciador de un
sistema de garantías como: los jueces predeterminados, excluyendo a los Jueces Ad-
Hoc, ya que la ley debe de predeterminar qué Juez es competente para cada caso en
concreto de manera antelada; que el Juez será un sujeto imparcial y sometido solo a la
ley (independencia), garantizando además que todo incriminado tenga el derecho a la
defensa técnica; que el acusado debe conocer quién es su acusador y cuáles son los
cargos que se le imputan (principio de imputación necesaria); que el proceso no es
secreto sino debe ser eminentemente público, para que así la sociedad pueda ejercer un
control indirecto sobre la administración de justicia; que toda resolución que emita un
órgano jurisdiccional deba estar debidamente motivada, y sobre todo ser el resultado de
un análisis lógico y crítico sobre las pruebas que han demostrado los hechos
manifestados por las partes de manera fehaciente.

2. REPRESENTACIÓN PROCESAL
2.1 CONCEPTO DE LA REPRESENTACIÓN PROCESAL

La representación procesal queda configurada cuando la parte opta por hacerse


representar por otra persona en el proceso, lo cual es jurídicamente posible en virtud de
lo dispuesto en el C. Procesal Civil, que expresa: "Quien tiene capacidad para
comparecer por sí al proceso y disponer de los derechos que en él se discuten, pueden
nombrar uno o más apoderados. Si son varios, lo serán indistintamente y cada uno de
ellos asume la responsabilidad por los actos procesales que realice" (Art. 68, 1°p. CPC).

En el proceso civil es opcional que la parte que comparezca en juicio deba estar
representada por un apoderado o asistida por un abogado, o tener a ambas personas a la
vez.

La representación procesal es una persona llamada representante que efectúa actos


procesales en nombre de otra, denominada representado. Los efectos de estos actos
procesales recaen en la esfera jurídica del representado.
Es decir que entendemos por la REPRESENTACIÓN PROCESAL como una persona
distinta de las partes participa en el proceso realizando actos procesales válidos en
nombre de una de las partes materiales del proceso. La parte material actúa en un
proceso a través de otra persona que actúa en su nombre. Son clases de representación
procesal las siguientes:

2.2 CLASES DE LA REPRESENTACIÓN PROCESAL

2.2.1 REPRESENTACIÓN PROCESAL TÍPICA.

A. REPRESENTACIÓN OBLIGADA.

Es una ayuda que la norma concede a aquellos sujetos de derecho que tienen alguna
limitación o impedimento para actuar directamente en el proceso. Esta clase de
representación implica dos modalidades:

B. REPRESENTACIÓN LEGAL.

Según Andrés Cusi, nos menciona que esta representación, muestra cuando la ley
dispone que la parte material impedida de actuar directamente debe ser representada por
otra persona, decir que es aquella que tiene como fundamento a la ley o la
representación es determinada, fijada, establecida y señalada por mandato imperativo de
la norma, donde no existe forma distinta de originarse tal representación. Aquí
propiamente la ley asume una función tuiitiva y reguladora para establecer la
representación, quedando desplazada y sin ningún efecto cualquier autonomía de la
voluntad que pudiese existir al respecto. Si la norma establece la forma, modo y persona
que realizará la representación, cualquier voluntad que determine en contrario, no tendrá
efecto obligatorio o vinculante. Ahora bien, dependiendo de la naturaleza y supuesto
que se desea regular, la representación legal asumirá, papel preponderante. Por ejemplo
tenemos a los siguientes casos:

● La patria potestad (Art. 419º C.C.)


● Patria potestad en caso de decaimiento o invalidación del vínculo matrimonial
(Art. 420º C.C.)
● Patria potestad de los hijos extramatrimoniales (Art. 421º C.C.)
● Deberes y derechos de los padres que genera la patria potestad: Representar a los
hijos de los actos de la vida civil y, Administrar los bienes de sus hijos (Art 423º
in. 6 y 7 C.C.)
● Representación del menor bajo Tutela (Art. 527º C.C.)
● Curatela (Art. 568º C.C.)
● Curatela de los padres (Art. 575º C.C.)
● Curador de bienes (Art. 602º C.C.)
● Representación del ausente o desaparecido (Art. 597º C.C.)
● Curatela de los bienes del hijo póstumo (Art. 598º C.C.)
● Representación legal de la sociedad conyugal (Art. 292º C.C.)
● Representación en establecimientos abiertos al público (Art. 165º C.C.)
● Representación Procesal (Arts. 61º inc. 2; 63º y 66º inc. 3 y 4 del CPC.

C. REPRESENTACIÓN JUDICIAL.

Esta clasificación se ha incluido sólo para efectos didácticos, por cuanto se considera
que la misma es redundante, en razón de que se encuentra comprendida dentro de la
representación legal, por cuanto la autoridad jurisdiccional al momento de determinar la
representación, por no decir en la generalidad de casos, tendrá que remitirse a la norma
legal.

Se presenta cuando el Juez es quien decide cuándo una de las partes debe ser
representada en el proceso, como, por ejemplo, el caso del curador procesal que es un
abogado designado por el Juez. En consecuencia, podríamos definir a la representación
judicial, como aquella donde es la autoridad jurisdiccional la que señala quien ejercerá
la representación y, con tal fin deberá ceñirse a la norma como marco referencial de
orden legal, prioritario y necesario. En muchos de los ejemplos antes citados se puede
observar el texto de la norma que se establece también la representación judicial.

D. REPRESENTACIÓN VOLUNTARIA.

Se presenta cuando la parte material a pesar de tener capacidad procesal decide por
razones personales, por conveniencia o simplemente por voluntad propia que otra
persona actúe en su representación en el proceso. El nombramiento de un apoderado
judicial puede ocurrir fuera del proceso o dentro del proceso. Viene a ser propiamente el
acto jurídico, donde una persona llamada representado delega facultades a otra llamada
representante a fin de que pueda vincularlo jurídicamente con otros sujetos, debido a
que éste (representado) por sí mismo no puede relacionarse con dichos sujetos. En este
último caso, debemos dejar constancia que la persona que delega la representación lo
hace por creerlo así conveniente, en ejercicio de la autonomía de la voluntad, debido a
múltiples factores que solamente le son inherentes y, por ello en nada le impide que
pueda ejercer de manera directa su voluntad y, por ende, celebrar el mismo el acto
jurídico o la relación jurídica que pretende generar. (Cusi, 2015 pg1)

Ahora bien, debemos efectuar la precisión de que para fines de la Teoría del acto
jurídico, solamente cabe desarrollar la representación directa (o también llamada
representación de personas), entendida como tal cuando el representante actúa en
nombre y en interés de su representado, implicando esto último lo que se conoce en la
doctrina como contemplatio domini.Esta declaración de voluntad del representado
puede darse siguiendo las siguientes formalidades:

a. POR ESCRITURA PÚBLICA, para lo cual no requiere ser inscrito en


registros públicos.

b. POR ACTA ANTE EL JUEZ, en el cual no es necesaria la aceptación del


apoderado, se presume aceptado el poder por su ejercicio.

E. REPRESENTACIÓN PROCESAL DE LA PERSONA JURÍDICA.

Las personas jurídicas están representadas en el proceso de acuerdo con lo que dispone
la Constitución, la ley o su Estatuto.

F. REPRESENTACIÓN PROCESAL DEL PATROMOJIO AUTÓNOMO.

Esta representación se presenta cuando una o más personas ejercen sobre determinado
patrimonio una titularidad limitada por encontrarse afecto a un fin específico señalado
por el acto constitutivo o por la ley, por ejemplo, el caso de la sociedad conyugal o la
sucesión indivisa.

G. APODERADO COMÚN.

Es aquel representante designado por diversas personas que constituyen una sola parte
(demandantes o demandados) y actúan conjuntamente.
2.2.2 REPRESENTACIÓN PROCESAL ATÍPICA.

A. REPRESENTACIÓN JUDICIAL POR ABOGADO. Un abogado en un proceso


es un patrocinante, el patrocinio es distinto de la representación procesal. En este caso,
el abogado (patrocinante) hace las veces de representante judicial que sólo ejerce las
facultades generales para un proceso.

B. PROCURACIÓN OFICIOSA. Consiste en la posibilidad de que una persona se


irrogue la representación de otra e interponga una demanda en su nombre, advirtiendo
que el derecho de ésta peligra si es que no se solicita la tutela jurisdiccional oportuna,
por ejemplo, en el caso del habeas corpus o el proceso constitucional de amparo. (
PACORI y JAURES )

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