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el rendimiento de tu motor
Publicado por Miguel Galán el 2 de Marzo de 2017 a las 11:00.
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Cuando vemos la publicidad que las distintas marcas hacen de sus coches en
los medios de comunicación podemos observar que, a nivel técnico, se suelen
mostrar una serie de cifras relativas a la velocidad, al consumo, a la
aceleración… en definitiva, unos fríos números que además un alto porcentaje
de los conductores no podrán igualar nunca. Sin embargo, hay un dato físico
que sí disfrutan todos los conductores, que rara vez se publicita y a la que no
hace muchos años sí se le daba una cierta importancia: el par motor.
No hace mucho tiempo, cuando los coches aún no habían sufrido la escalada
de potencia actual, se presumía del reprís del coche como la capacidad que
tenía para ganar velocidad. Esta afirmación popular, si bien a la hora
de interpretar lo que es el reprís es correcta, para entender lo que es el par
motor se queda un poco corta o más bien inexacta
Índice [Mostrar]
Un poco de física
Cuantos más cilindros tenga el vehículo más veces por minuto existirá
ese momento de máxima fuerza y más homogénea será la percepción del
conductor sobre el funcionamiento suave del motor. Esto es debido a que en un
motor de 2 cilindros, habrá un sólo momento de máxima fuerza cada 360º de
giro del cigüeñal, en un motor de tres cilindros sucederá cada 240º, en uno de
seis cada 120º y así sucesivamente. Claro que esto debe ser interpretado
como teoría pura ya que a día de hoy los fabricantes se esfuerzan en que sus
motores sean lo más suave posibles en lo que se refiere a su funcionamiento
Sin embargo hay otros factores que afectan a los valores teóricos que se
podrían obtener de la aplicación directa de la fórmula como por ejemplo
los rozamientos internos del motor. Estos rozamientos internos hacen que
una parte de la potencia obtenida por el motor no sea aprovechable de forma
externa sino que se “pierda” en el mismo proceso de movimiento del motor,
normalmente en forma de calor. Recordar que la energía ni se crea ni se crea
ni se destruye, sólo se transforma.
La carga motor nos afecta también en la conducción de una manera muy clara
que todos los conductores saben apreciar. Si continuamos con el mismo
ejemplo de un vehículo circulando a una velocidad constante y a un régimen de
revoluciones también constante, ¿por qué en un tramo ascendente al coche le
cuesta más ganar velocidad que en un tramo descendente? Pues por la
variación de la carga motor.
Esta variación en el par ante una teórica constancia tanto de la efectividad del
bloque como de la carga motor es la responsable del distinto comportamiento
que se puede observar del coche a la hora de ganar velocidad. Porque de
todos es sabido que circulando a un régimen constante de revoluciones, es
más fácil aumentar la velocidad de giro del motor en una marcha corta que en
una larga aunque la potencia y el torque generado en el motor sea el mismo.
La razón es que en una marcha más larga llega menos torque a las ruedas
motrices. La razón es que a un mismo régimen de revoluciones, los
neumáticos girarán más rápido cuanto más alta sea la marcha. Es por eso que
a veces podemos subir una rampa bastante empinada en primera marcha a
1.500 revoluciones por minuto y otras veces, circulando en 5ª o en 6ª el más
mínimo repecho nos hace reducir una marcha para no perder velocidad aunque
circulemos a un régimen mayor de revoluciones.
He comentado que el par es casi constante por un detalle muy concreto y que
explica en cierta manera las limitaciones de los coches eléctricos en autopistas
o autovías pero también sus ventajas en tráfico urbano. A diferencia de un
motor térmico, los motores eléctricos generan par motor desde el principio
del giro y lo mantienen constante hasta alcanzar el nivel de potencia máxima,
momento en el que la cifra de par desciende. Por citar un ejemplo, el BMW
i3 ofrece la potencia máxima de 170cv y un par motor máximo de 250Nm, pero
vamos a ver cómo se reparte:
¿Qué lectura se puede hacer de estas cifras? Pues en el caso del motor del
BMW i3 se puede decir que equipa un motor muy alegre hasta 4.500 rpm, lo
que hace que este coche sea muy rápido en aceleraciones a baja velocidad.
De hecho alcanza los 100km/h saliendo desde parado en tan sólo 7’3
segundos, lo que le permite retarse de tú a tú con el BMW 120i.
Sin embargo, a partir de las 4.500 revoluciones tanto la potencia como el par
motor comienzan a disminuir y afectar negativamente tanto a la capacidad de
aceleración como al consumo, que podrá duplicarse respecto a las cifras
homologadas. Es por esto también que muchos coches eléctricos tiene
un modo “ECO” que limita su velocidad máxima a 90 o 100 km/h, justo
cuando un coche como el BMW 120i podría obtener, de mantener constante la
velocidad, unos consumos muy bajos.
Por cierto, hay otra ventaja muy llamativa e interesante de los coches
equipados con motores eléctricos: se muestran menos sensibles a una
conducción deportiva o al tráfico urbano y el incremento en el consumo de
energía no es tan acusado como lo sería en un vehículo con motor térmico
equivalente. Eso es porque el ofrecer un par tan elevado y relativamente
constante se puede decir que el motor tiene más facilidad para aumentar la
velocidad de giro del motor o que demanda menor incremento de par para
aumentar su velocidad de giro.
Si atendemos a una lectura clásica de estas cifras, entendiendo como tal una
comparación entre bloques atmosféricos alimentados por inyección o lo que
vendría a ser más o menos un salto a los años 80, los bloques alimentados por
gasóleo ofrecían más par y a un régimen inferior en comparación con los
bloques de gasolina, pero ante los ojos de hoy en día, sus niveles de potencia
podían ser incluso ridículos.
La electrónica y la sobrealimentación
A día de hoy, esto que os acabo de explicar se queda para el recuerdo de los
más nostálgicos. De hecho muchos de vosotros os habréis dado cuenta de que
en ocasiones un fabricante ofrece vehículos con distintas cifras de torque y
de potencia extraídos a partir del mismo bloque motor. O incluso un
vehículo que tienen un modo “ECO”capaz de modificar esas cifras pulsando
simplemente un botón como sucede por ejemplo con el Fiat Panda Cross
TwinAir: en modo normal ofrece 90cv y 145Nm y en modo “ECO” se queda en
78cv y 100Nm.
Ayer y hoy
Hasta no hace muchos años, sólo los más entendidos sabían que un coche con
los cilindros cuadrados (diámetro = carrera) eran los más equilibrados para
conducir, que si la carrera era inferior al diámetro sería un coche potente pero
con una cifra de par modesta y que si la carrera era superior al diámetro sería
justo lo contrario, más tranquilo y con más torque.