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1 Samuel 16:1-13
Juan 4:23-24 23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán
al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le
adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que
adoren.
Cuando pensamos en el término adoración y adoradores tenemos que inmediatamente ir a
un hombre ejemplar en este aspecto y es DAVID, el pastor de ovejas, el Rey, el guerrero, el
valiente, el sincero, el obediente, el músico. Y es precisamente este personaje Bíblico muy
conocido aún en la cultura general por su gran proeza al enfrentarse al gigante Filisteo,
Goliat. Para el mundo en general y para los más escépticos esta batalla es un mito, para
otros es una fábula o para algunos otros simplemente es un golpe de suerte, pero para Ud.
y yo que hemos creído, que hemos visto y hemos sentido el poder sobrenatural del Señor
Jesús sabemos que no es nada de esto, sino que es un hombre usado por Dios para su
gloria y su honra; que todo el tiempo estuvo VISIBLE a los ojos del Señor por la disposición
de su corazón, por la cualidades de su corazón, finalmente un hombre conforme al corazón
de Dios. Veámoslo en la palabra con detalle.
Hechos 13:22
22 Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He
hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.
Conocida esta honra para David (ser llamado un hombre conforme al corazón de Dios)
vamos a analizar las cualidades de David que hicieron que fuera visto por el Señor para su
obra, para su honra, para su Gloria, para su testimonio, pero antes de ello: … que honra tan
grande, que felicidad tan grande… que llenura se siente ser llamado de esta manera…
¿Lucha usted por alcanzar el ser un hombre o una mujer conforme al corazón de Dios?
5. Era un adorador.
Salmo 63
Estuviera contento o triste, tuviera abundancia o escasez, habiendo salido victorioso o
perdido una batalla, festejando un nacimiento o enterrando a un ser amado, manteniéndose
en santidad o cayendo en pecado… David siempre adoró a Dios con acción de gracias. Este
hombre tenía un corazón loco por Dios que le hacía vivir para adorarle.
David era un adorador – en medio de las tormentas y las tribulaciones de la vida, él disponía
el corazón para alabar y cantarle a Dios por la grandeza de Su misericordia y Su verdad, Su
amor inagotable y Su fidelidad.
En conclusión:
Cada uno fabrica su destino con actitudes.
La actitud del corazón no se improvisa ni se finge.
Un músico seguramente sabe tocar un instrumento, pero un adorador sabe tocar
verdaderamente el corazón de Dios.
Ser ADORADOR es un estilo de vida e implica todo mi ser; mis pensamientos, mis acciones,
mis sentimientos y mis palabras.
Si pasas por desapercibido en la presencia de Dios es seguramente porque no has llegado
al nivel de un adorador en espíritu y e verdad y si el Señor menciona adoradores en espíritu
y en verdad es porque existe un punto contrario… los adoradores en la carne y en falsedad.
Isaías 29:13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con
sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un
mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;
En esta noche el Señor anhela escuchar y ver tu corazón. Si tu corazón ha sido quebrantado
en su integridad y temes adorar al Señor pues piensas que él te va a juzgar yo te digo que
el Señor Santo, Justo y Misericordioso quiere darte si es necesario un nuevo corazón, un
corazón que le satisfaga para que seas un hombre conforme a Su corazón.
El Señor en esta noche debe ser enaltecido por todos nosotros pues somos su pueblo, sus
hijos, su creación, la obra de sus manos y el fruto de su obra redentora en la cruz.
En esta noche es necesario que le adoremos, pero no de cualquier forma, sino en Espíritu
y en verdad, no movidos por una canción ni por una emoción, sino tocados y sensibles a su
espíritu por su amor, su bondad, su grandeza… es suficiente con leer el salmo 8:3-4
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
4
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
¿Y el hijo del hombre, para que lo visites?