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Las cinco caras de la opresión y su mirada sobre las segundas generaciones

de inmigrantes en los modelos de integración europea.

Autor: Jediael Álvarez De Dompablo.

Contacto: jedi_15_jedi@hotmail.com

Uno de los grandes retos a los que se enfrentan los países occidentales en general, y la Unión
Europea en particular es la gestión de la inmigración en un mundo global. Los movimientos
migratorios que se produjeron durante la segunda mitad del siglo XX han transformado las
sociedades europeas convirtiéndolas en sociedades plurales, diversas y complejas. Uno de los
elementos de cambio inserto en estas sociedades es la existencia de las segundas generaciones
de inmigrantes, un sujeto político fundamental por su peso demográfico, y paradójico por ser
conceptualmente ambiguo al tratarse de ciudadanos, que sin embargo reciben la designación del
concepto opuesto a la ciudadanía, el inmigrante.

En base a esta situación realizaré una aproximación desde la perspectiva de la teoría política,
investigando la situación de las segundas generaciones en cada uno de los dos modelos de
integración paradigmáticos: el modelo multicultural y el de asimilación. Para ello, aplicaré las
lógicas de pensamiento de la teoría de Iris Marion Young sobre la justicia, aunque no entendida
exclusivamente como una concepción distributiva, sino como un concepto más abarcador que
permite el desarrollo de las personas. En contraposición a la justicia, la opresión será el
concepto que limite por unas u otras razones el desarrollo de los individuos en las sociedades
democráticas. Según la autora la opresión se presenta de manera estructural y se manifiesta a
través de sus cinco caras. La arquitectura de pensamiento que voy a utilizar como forma de
aproximarme a la realidad de las segundas generaciones será cada una de las formas de
opresión: explotación, marginación, carencia de poder, violencia e imperialismo cultural.
Además, el diseño de investigación responde a la estructura teórica de Iris Marion Young sobre
la opresión, molde que aplico sobre el sujeto de las segundas generaciones en cada sistema de
integración para analizar si operan estas lógicas.

Palabras clave: Segunda generación, opresión, Sistema de integración, explotación,


marginalidad, violencia, imperialismo cultural, carencia de poder, asimilación,
multiculturalismo.
Las segundas generaciones de inmigrantes en Europa.

La conceptualización del sujeto de segundas generaciones de inmigrantes trae consigo


un elemento profundamente paradójico, son miembros de la comunidad política y se les
sigue calificando como inmigrante. Lo que diferencia a un inmigrante de un ciudadano,
es el hecho de formar parte de un demos determinado. "El inmigrante se sitúa en el
exterior, ante los muros de la frontera de la comunidad política" (Del Águila 2005). Si
son ciudadanos con los mismos deberes y derechos que cualquier otro ciudadano ¿Por
qué se les sigue calificando como inmigrante, término opuesto a la ciudadanía?.

Podemos observar la importancia del lenguaje a la hora de significar y construir


realidad. Si a las segundas generaciones de inmigrantes1 a pesar de ser ciudadanos se les
sigue subrayando el origen de sus padres, no sería descabellado pensar que siguen
operando patrones estructurales parecidos. Uno de ellos es el concepto de frontera y la
posición del inmigrante respecto a ella, que puede ser descrito como sujeto en al menos
tres sentidos (Del Águila 2005:1-31). "Primero como sujeto individual ante la frontera,
llegando de otro lugar y llamando a la puerta de la comunidad política. Segundo, lo
vemos sujeto por la frontera, detenido ahí e inspeccionado mediante ciertas reglas para
impedir o no su entrada. En tercer lugar, lo podemos ver como sujeto antes de la
frontera, como alguien más importante, más digno que la frontera misma" (Del Águila
2005:2). La tensión sobre estas tres descripciones es lo que retrata bien Rafael Del
Águila que describe de esta manera el principal problema de justicia respecto a la
inmigración: "Un individuo situado ante la frontera, sujeto y detenido por ella, pero más
importante que ella". Sin embargo, esta misma afirmación la podemos sostener en el
caso de las segundas generaciones de inmigrantes pero intra muros. La frontera ya no se
sitúa en los límites de la comunidad política sino que esta frontera se transforma y se
traslada, a veces de manera visible, otras de manera invisible, dentro de la comunidad

1
Entiendo como "segunda generación" aquellos individuos que han llegado al país de acogida
durante su niñez o habiendo nacido en el país siendo descendientes de otros que inmigraron
(Rumbaut 2003 & Eseverry 2015). Quizá sea más correcto el concepto de "Descendiente de
inmigrante"(Condon et Régnard 2010). Es necesario aclarar que entiendo "segunda generación"
como todo descendiente, aunque se trate de la tercera generación. Utilizaré los dos conceptos
indistintamente.
política. Se ha producido una teatralización de la frontera tradicional y esos muros que
se han alzado se pueden apreciar en una determinada calle de Paris, en un restaurante
de la City de Londres o en el acceso a un determinado puesto de trabajo. Por lo tanto,
las fronteras actúan como líneas de exclusión, pero son mucho más. Las fronteras se
trasladan al interior de la sociedad en forma de opresión, tal y como lo entiende Iris
Marion Young y que desarrollaré posteriormente en esta investigación. Las fronteras se
trasladan al interior de la sociedad en forma de opresión a través de mecanismos muy
diferentes, es necesario destacar que estos muros responden a la necesidad de
contención de un mundo global, ya sin horizontes que produce la ficción de un nosotros
especialmente delimitado (Brown 2015).

Me gustaría retomar el concepto frontera de nuevo como elemento de delimitación para


la construcción de la comunidad política (Ovejero 2005). Existen dos modelos teóricos
claramente diferenciados: por un lado, el modelo que considera como núcleo de la
comunidad política la identidad, y por otro, el que concibe la construcción de la
comunidad política de carácter voluntario (Del Águila 2005). Ambos sistemas de
confección de la comunidad política se encuentran ligados al proceso histórico de la
creación del Estado nación. Si reflexionamos sobre la importancia de estas lógicas en la
construcción de un nosotros, resulta evidente pensar que al mismo tiempo que nos
construimos estamos construyendo al otro produciéndose una especie de efecto reflejo.
Al igual que occidente construye oriente a partir de una concepción de sí mismo (Said
2004), el modelo de constitución del demos configura el modelo de integración del otro,
el inmigrante.

A pesar de la renuncia a los tipos teóricos ideales (Ovejero 2005; Vallespín 2005)
intuyo una relación entre el modelo del demos identitario con el modelo multicultural
por un lado, y por otro, entre modelo voluntarista con el sistema de asimilación. A
continuación realizaré una aproximación de cada unos de los modelos describiendo sus
rasgos principales:

Los Modelos de integración


Modelo de asimilación

Sistema de integración que considera los límites de la comunidad política como el


resultado de acuerdos, pactos o decisiones democráticas, es decir, busca la
incorporación de los inmigrantes a una serie de principios políticos y sociales que se
consideran fundamentales en el país receptor (Ovejero 2005:36 & Vallespín 2005: 105).

El individuo es el sujeto del sistema, y en tanto que ciudadano deben compartir unos
valores comunes que le hacen formar parte de la comunidad política. Las fronteras de la
comunidad no se construyen sobre elementos culturales, religiosos o étnicos, se hacen
bajo un acuerdo voluntario. Se trata de la aceptación de una especie de contrato entre
individuos libres. El otro forma parte del nosotros siempre y cuando acepte ciertas
reglas de juego. "La ventaja de este modelo es que permite un fácil acceso a la
nacionalidad para aquellos inmigrantes que estén dispuestos a aculturizarse en el país de
acogida, aunque el presupuesto es que para ello deben empaparse de cultura pública a
través del sistema educativo y su participación general en la esfera pública (Vallespín
2005: 105). Por consiguiente, la identidad del otro queda relegada al ámbito de lo
privado. Adquiriendo una fuerte división del mundo social y político a través la lógica
de esferas separadas, entre lo público y lo privado. Donde el estado debe ser neutral
respecto a la diferencia cultural. Actuando con imparcialidad donde ninguna forma
cultural sea fomentada o protegida y tampoco debe interferir el estado mientras se
guarden el respeto a los derechos humanos y la pertenencia de entrada y salida libre por
parte de los miembros del grupo (Vallespín 2005, Benhabid 2003).

Este modelo de integración queda recogido bajo los principios teóricos republicanos
cuyo mecanismo de integración política se hace a través del propio sistema democrático
y bajo el estatus de ciudadanía. De esta manera, se reafirma el concepto de lo universal
vinculado a la igualdad forma que rige la relación entre todo ciudadano.
Modelo multicultural

Sistema de integración que considera que los límites de la comunidad política no son el
resultado de acuerdos, pactos o decisiones democráticas, los límites se determinan por la
naturaleza, el origen y el destino (Ovejero 2005: 38-42). Desde esta perspectiva, los
pueblos tienen una identidad formada a partir de la cultura que se materializa en un
nacionalismo étnico o nacionalismo cultural (Ginbernau 2007), sustituyendo la
universalidad ciudadana por la adscripción al grupo (Ovejero 2005).

En cierta medida, el multiculturalismo es un sistema que surge del cuestionamiento del


modelo de asimilación y de la concepción de que el Estado es un actor neutro (Vallespín
2005). La cultura mayoritaria de una sociedad acaba dominando y eliminando las otras
culturas por lo que es necesario proteger a las minorías por dos razones: por la
convicción de que la diversidad es un fin en sí mismo (Sen 2007) y la necesidad de
defender los derechos de grupo o derechos de las minorías (Kymlicka 1995: 111). Esta
última postura permite parcialmente la convergencia entre la postura comunitarista y la
liberal (Sen 2007, Vallespin 2005, Ovejero 2005, Benhabid 2003, Kymlicka 1995). El
postulado teórico de Mill Kymlicka parte de premisas liberales y acaba deduciendo la
existencia de una serie de derechos colectivos encargados en preservar la identidad
(Ovejero 2005). Las decisiones que reivindican la diversidad cultural, en la medida que
son razonadas y tomadas por los individuos, deberían de ser protegidas (Sen 2007). El
resultado, unos derechos de grupo que introducen los razonamientos de las políticas de
la diferencia a través del reconocimiento (Taylor 1994). Siendo objeto de uno de las
controversias más importantes de la teoría política contemporánea, albergando el debate
sobre la justicia (Fraser 2003).

Cuando se analiza tanto práctica como teóricamente el multiculturalismo es necesario


prestar atención a la experiencia Británica (Sen 2007). Aunque existen otros países que
han estado a la vanguardia como Canadá y Holanda (Garton 2005 en Sen 2007: 203).
En esta investigación el punto empírico de referencia se va a centrar en Reino Unido,
como un buen ejemplo de "solución pragmática" al problema de reconciliación entre el
liberalismo y el multiculturalismo (Vallespín 2005).
Problemas de ambos modelos

Las democracias liberales muestran una cierta incapacidad para gestionar los conflictos
derivados de la creciente diversidad o pluralismo cultural interno (Vallespin 2005: 103)
como consecuencia del crecimiento de contactos e interacciones globales, y en especial
las migraciones extensivas (Sen 2007: 201). El resultado de ello se traslada a las
siguientes generaciones como demuestran las primeras revueltas juveniles tanto en
Francia como en Reino Unido en los espacios denominados como "desfavorecidos",
"sensibles" o "marginales" (Eseverri 2015). Este problema que lejos de solucionarse se
ha congelado en el tiempo y de vez en cuando irrupciona como los disturbios en otoño
de 2005. En Reino Unido a lo largo de los último cuarenta años se han producido
también desordenes por las condiciones desfavorables de vida en las grandes ciudades
que sobretodo señalan "las dificultades de la juventud de los hijos de la inmigración
colonial, con nacionalidad francesa o inglesa excluidos del sistema educativo y el
empleo" (Beaud; Pialloux 2013).

Más allá del proceso de marginación, exclusión o expulsión (Sassen 2015) encontramos
otros elementos alarmantes como la presencia de la violencia a través de la
discriminación racial (Brimaun et Primon 2013). Según los datos del INSSE un 27,1 %
de los descendientes de inmigrantes declaran haber sufrido discriminaciones durante los
últimos cinco años respecto a un 27,5 % de los inmigrantes y 42,8 % residentes en
Francia de la zona periférica (INSSE 2013). Incluso se están produciendo procesos de
radicalización de jóvenes en situaciones sensibles que actúan como un caldo de cultivo
especialmente en los descendientes de inmigrantes. O por ejemplo la falta de
representatividad de la diversidad social en las élite como puede verse reflejado en el
Parlamento Británico o el escaso acceso de hijos de inmigrantes al sistema de Grands
écoles (Alboy y Wanecq 2003), lugares de formación de las élites. Estos son algunas
evidencias de la situación respecto a las segundas generaciones.

Por consiguiente, tanto Francia con su sistema de asimilación como Reino Unido con el
modelo multicultural no han sido capaces de superar los grandes retos de la gestión de
la inmigración y los problemas se han proyectado sobre sus descendientes, las segundas.
En lo que he identificado como opresión, entendida como lo hace Iris Marian Young y
desarrollada en el siguiente apartado.

El concepto de opresión

En el momento que nos planteamos el concepto de la opresión estamos aproximándonos


a la problemática tradicional de la teoría política sobre la justicia. Según Iris Marion
Young el concepto de opresión se entiende de esta manera: "Profundas injusticias que
sufren algunos grupos como consecuencia de presupuestos y reacciones a menudo
inconscientes, que en las interacciones corrientes tiene buenas intenciones, y como
consecuencia también de estereotipos originados de manera muy diversa, de las
jerarquías burocráticas y los mecanismos del mercado; en síntesis, consecuencia de los
procesos normales de la vida cotidiana que impiden sistemáticamente a los individuos
de un grupo autodesarrollarse" (Young 2000: 75, Frye 1983, Martínez 2011).

El desarrollo y el ejercicio de las capacidades individuales se convierte en elemento


clave donde clave las estructuras sociales afectan directamente al autodesarrollo y
autodeterminación de los individuos. Por consiguiente, autodesarrollo es entendido
como acceso de condiciones de posibilidad para desarrollar capacidades (Sen 1999) y la
autodeterminación como no dominación, en referencia a poder ser dueños de nuestras
propias acciones, dentro de unos parámetros razonables (Petit 1999 veasé Martínez
2011). Bajo esta concepción de justicia, la injusticia se expresa bajo dos formas: la
opresión y la dominación (Young 2000:71-110). Por lo tanto, "este concepto de
opresión de manera estructural transciende el nivel institucional y no se puede corregir
con una política pública o una ley determinada porque son procesos sistemáticamente
reproducidos en la relación entre grupos y no siempre de manera intencional y
consciente" (Young 2000; Foucault 1992).

Lejos de intentar reducir el concepto de opresión, mi intención en esta investigación es


analizar cada una de sus caras y estudiar cómo se manifiesta en relación a las segundas
generaciones de inmigrantes. La propuesta teórica de Iris Marian Young expone cinco
caras con la que se muestra la opresión: Explotación, marginación, carencia de poder,
violencia e imperialismo cultural (Young 2000:86). Seré fiel a dicha propuesta teórica,
que me servirá como estructura para analizar el caso de las segundas generaciones en
los modelos de integración.

Las cinco de la opresión

La primera de las caras: La explotación

Cuando se produce una transferencia sistemática de poder, recursos o energía como


consecuencia de la división del trabajo estamos visualizando el concepto de opresión. El
sistema capitalista organiza la sociedad de tal manera que los individuos son adscritos a
estructuras sociales determinadas, en las cuales se producen transferencias de poder de
unas a otras, a través de su posición de desigualdad en el mercado de trabajo (Buchanan
1982 y Macpherson 1973). Lo que interesa destacar del concepto de explotación es la
relación estructural entre los grupos sociales, una relación basada en la desigualdad
(Young 2000). Por lo tanto, necesitamos operar con un concepto de explotación que sea
capaz de incluir todas las realidades de la opresión como: clase, raza o género. Para ello,
utilizaré la siguiente definición de explotación:

"Opresión que radica en procesos sociales llevando a cabo una transferencia de


energías de un grupo a otro para producir distribuciones desiguales, y en el modo en
que las instituciones sociales permiten la acumulación por parte de pocas personas, al
mismo tiempo que limitan al resto de la gente. (Young 93: Buchanan 1982, Reiman
1987, Holmstrom 1977).

Si partimos de esta definición de opresión, se tendrían que dar dos procesos. Por un lado
que estuvieran aumentado las desigualdades distributivas en términos generales y por
otro, que existiera una división social del trabajo donde las segundas generaciones
ocuparan un lugar poco privilegiado.

En primer lugar, sobre la transferencia distributiva mencionar los actuales estudios


empíricos de Thomas Piketty (2015) en los cuales se demuestra que los flujos de capital
se distribuyen de manera desigual y paulatinamente se concentran en la parte de la
población con mayores recursos. Si se producen transferencias distributivas que son
transferencias de poder de una estructura a otra ¿qué posición tendrán las segundas
generaciones en el mercado de trabajo? Para poder analizar cómo afecta el fenómeno de
la exploración en las segundas generaciones voy a analizar el mercado de trabajo de los
dos sistemas de integración para observar su evolución social en comparación a sus
padres y su posición actual.

La posición de las segundas generaciones en el mercado de trabajo:

Existen diferentes enfoques metodológicos para analizar la división del trabajo. Desde
el análisis del salario (Dustmann y Fabbri 2005), hasta el lugar que se ocupa en el sector
productivo dependiendo del área geográfica de procedencia (Manacorda, Manning y
Wadsworth 2012), respondiendo a la lógica ¿quién hace qué?, sin embargo, estos
enfoques no pueden ser independientes del nivel educativo, factor que tendré en cuenta
junto posición laboral y salario para ponderar la situación de las segundas generaciones
en los modelos de integración.

El caso francés de asimilación:

Los puestos de trabajo desarrollados por inmigrantes son particularmente


representativos en el sector de la construcción y en el servicios. El 70% de los
inmigrantes procedentes de (Argelia, Marruecos, del Shael, Turquía, Portugal) son
mayoritariamente trabajadores del sector de la construcción (Bouvier 2012). En 2007
cerca del 35% de las mujeres inmigrantes se dedica a la limpieza y el mantenimiento
(Ibíd. 2012). Los datos respecto a las segundas generaciones en Francia no son
homogéneos, existen claras diferencias respecto al origen de los padres (INSEE 2012).
Los descendientes de españoles y portugueses tienen mucha mejor posición, laboral,
educativa y de renta, mientras que los procedentes del continente africano, el Magreb y
Turquía tienen peores resultados (Brinbaum, Moguérou & Primon 2012). la función
pública a la que cuando se accede son puestos vinculados al cuidado o los servicios
(Ibíd 2012)2.

2
Las siglas representan diferentes tipos de función pública como: : Servicio Público Estado (EPF),
Servicio Público Territorial (FPT) y funcionario de hospital público (FPH).
b) Educación

La educación es un elemento fundamental en la posición en el mercado de trabajo. En


términos generales la no obtención de la titulación secundaría afecta en mayor medida a
los alumnos de origen de países africanos, 24% de los niños argelinos y 22% del áfrica
subsahariana, frente el 12% de los hijos de inmigrantes europeos (Italia, España y
Portugal). También los de origen asiático obtienen buenos resultados con un 13%
(Jugnot 2012).

1.

Si analizamos los datos desde otro punto de vista, el éxito en los estudios. Entendido
este como la obtención del Bachelor, encontramos una misma realidad según el origen
migratorio.
2.

Sin embargo, más allá de las claras diferencias en los resultados del sistema educativo
encontramos una reproducción de tendencias donde los descendientes de inmigrantes
europeos obtienen valores mucho más positivos que los de origen africano en general.
Sin duda, este colectivo tiene mayores dificultades en el sistema educativo que se
manifestará en la inserción al mercado laboral (Domergue, et Jourdan, 2012). Además,
se da una paradoja en los casos de los descendientes de inmigrantes de origen africano
que obtienen una titulación universitaria y, sin embargo, tienen mayores dificultades
para acceder al empleo. Así mismo, el empleo que obtienen a menudo es de una
cualificación inferior a la obtenida, tal y como indican los informes sobre
discriminación y posición sociolaboral (INSSE 2012).

c) Nivel salarial y pobreza

La situación del sistema educativo y del empleo tienen repercusiones directas sobre el
salario, aunque el caso francés es especial, ya que el salario mínimo es muy alto y esto
permite reducir las diferencias (Algan; Dustmann 2010).
Existen diferencias si analizamos los niveles de pobreza. En Francia, un 14% de la
población sufre la pobreza, de la cual un 37% es población inmigrante y un 20% son
descendientes de inmigrantes (INSSE 2012). Según datos empíricos las variaciones del
nivel de renta no son homogéneas, pero nos encontramos ciertas tendencias en las
segundas generaciones según el origen. Los procedentes del sur de europea mejoran
significativamente respecto a sus padres, al igual que las mujeres de origen de Europa
del este, Turquía y Asía (Yann; Dustmann; Albrecht and Manning, 2010). En el caso de
los hombres de origen magrebí, sur de áfrica y las mujeres de estos colectivos no se
produce una mejora en el nivel de renta. Por el contrario, se mantiene una situación muy
parecida o peor a los niveles de renta de los padres (ibíd.).

El modelo multicultural británico

La situación del mercado de trabajo británico muestra cierta heterogeneidad entre los
puestos ocupados por las diferentes grupos étnicos. Partes importantes de un grupo
étnico ocupan sectores laborales concretos como es el caso del mercado del cuidado
donde destacan la presencia étnica de negros y asiáticos, generalmente mujeres como
consecuencia de las cadenas globales del cuidado (Orozco 2007). Los servicios de
comida donde predominan los asiáticos y pakistaníes, este grupo tiene una presencia
relevante en el sector del transporte. Los "empleos reservados" para los pakistaníes son:
embotelladores, transporte de carga u obreros en fabricas textiles (ibíd.). Por otro lado,
las mujeres pakistaníes han comenzado a participar en el mercado laboral actualmente
sobre todo en el ámbito doméstico, donde el 69% son mujeres" (Departament for work
and pensions 2013). Si observamos por otro lado la presencia étnica de indios en el
mundo científico, técnico e investigador o de blancos británicos en el ámbito educativo
y en la administración nos muestra como existen diferencias entre los grupos étnicos y
el empleo en Reino Unido.

Según investigaciones desarrolladas sobre la diferencia entre primeras generaciones y


segundas generaciones de inmigrantes, la primera generación vive situaciones más
difíciles para encontrar empleo que las segundas generaciones. En todas se
experimentan mejoras excepto en la población negra del Caribe y de África, que siguen
teniendo mayores dificultades que otros grupos los procedentes de Bangladesh y
Pakistán que obtienen peores empleos y peor remunerados (Richardson; Wood 2004) .
Las mujeres mejoran todas de la primera a la segunda generación aunque en términos
relativos con salarios y tasas de empleo más bajas que los hombres de su misma etnia
(Yann; Dustmann; Albrecht and Manning, 2010). En general, todos los grupos de
inmigrantes en el Reino Unido, tienen mayores probabilidades de ocupar un empleo
peor que los hijos de británicos estándar, tanto en la primera como en la segunda
generación y existe una cierta reproducción en los empleos entre padres e hijo (ibíd.).

b) Educación

En el sistema educativo británico se pueden observar grandes diferencias en los


resultados educativos si analizamos a los alumnos por origen de sus padres.
Tradicionalmente, los hijos de inmigrantes indios y chinos han obtenido los mismos o
mejores resultados que los alumnos de padres Británicos (Gillborn y Gipps, 1996;
Gillborn y Mirza, 2000). Los alumnos que más dificultades han tenido son: los alumnos
afro-caribeños, de Bangladesh y pakistaníes. Según los Informes estadísticos del
departamento de educación británico del año 2013 la probabilidad de que un niño no
obtenga un 5 en la prueba de conocimientos básicos de lengua inglesa y matemáticas
conocida por el acrónimo GCSE es la siguiente:
3.

La tendencia general es a la mejora de los resultados. Se ha producido un aumento del


nivel en general de un 10% y todos los grupos que no superaban el nivel medio de
2008/2009 lo hacen en 2013, a pesar de estar por debajo del nivel medio del mismo año.

Habría que analizar si en los próximos años la mejora del sistema educativo supone una
mejora en los puestos de trabajo. Por lo que indica la tendencia de investigaciones hasta
la actualidad es que, al contrario de lo que se podría pensar, los hijos desempeñan las
mismas funciones en el mercado de trabajo que sus padres (Yann; Dustmann; Albrecht
and Manning, 2010). Siguen en una situación más desfavorable los alumnos
procedentes afro-caribeños (Gillborn y Gipps, 1996 & Gillborn y Mirza, 2000). Si
analizamos la obtención del bachillerato confirmamos la tendencia anteriormente
expuesta:
4.

c) Nivel salarial y pobreza.

En Reino Unido los inmigrantes de primera generación sufre la mayor brecha salarial
que en Francia, en las segundas generaciones la brecha se reduce especialmente entre
los Indios y Bangladesh. Existe un reproducción salarial en los colectivos negros tanto
de áfrica como del Caribe, que se manifiesta especialmente en las mujeres de estos
colectivos (Yann; Dustmann; Albrecht and Manning, 2010).

Los dos modelos de integración representados por Francia y Reino Unido nos desvelan
realidades comunes al profundizar en los factores que están vinculados con el concepto
de explotación. Los dos procesos que se encuentran relacionados son: la transferencia
distributiva, que al mismo tiempo actúa como transferencia de poder y la posición del
mercado de trabajo. Veamos cómo operan estos procesos en el caso de las segundas
generaciones. A nivel general siempre se repite la misma tendencia, una mejora respecto
a los inmigrantes pero posiciones peores que la población estándar. Profundizando un
poco más, se observa que no hay homogeneidad entre los grupos. Es decir, tiene una
gran importancia el origen de los padres en el autodesarrollo de los individuos.

Existen mecanismos de discriminación y diferenciación social que, en función de la


clase social y el origen étnico se ponen en marcha dificultando e impidiendo la
integración, manteniendo situaciones de desventaja (Esevarri 2015: 41). Los datos
empíricos reflejan que no es lo mismo un descendiente de españoles en Francia que un
hijo de inmigrantes africanos o turcos. En Reino Unido la situación de los irlandeses o
los indios es mejor que la de los pakistaníes o afrocaribeños. Tampoco es casualidad,
que en ambos modelos los colectivos que no mejoran su posición, y se encuentran en
una posición muy parecida o peor respecto a sus padres sean de raza negra. Estas
posiciones se reflejan en todas y cada uno de los elementos analizados, llevando a
pensar que dentro de los modelos de integración, la clase social y la raza actúan
simultáneamente como fuerzas de opresión.

La clase social

Algunos autores no aceptan la diferencia cultural y argumentan que la diferencia entre


colectivos es de clase social, como sucede en Reino Unido con las diferencias entre
indios y pakistaníes en el mercado laboral (Deham 2010). Analicemos el caso Británico
donde los indios tienen mejores posiciones laborales, se dedican a la tecnología y a la
investigación, mientras que los pakistaníes tienen peores puestos de trabajo. La
diferencia racial no tiene cabida si se les considera, dentro de las diferencias, más o
menos similares por la zona de procedencia. Si por el contrario, la diferencia reside en
la religión, los pakistaníes son mayoritariamente musulmanes y los indios no. Por tanto,
estaríamos situando al Islam como factor relevante para la integración, tal y como
argumentan los defensores del "choque de civilizaciones" (Huntintong 2005). Sin
embargo, si profundizamos un poco más, descubrimos que la población india migrante
en Reino Unido procede de clase media, media alta. Por el contrario, los pakistaníes
proceden de clase trabajadora o campesina. De esta manera, la clase social explicaría
ciertas desigualdades en las segundas generaciones, aunque la clase social es un factor
relevante no puede explicar otro tipo de situaciones como a un mismo nivel educativo
similar o superior, el considerado diferente se vea perjudicado.
El racismo sistémico e institucional

La clase social es un elemento importante de diferenciación, pero en ocasiones, las


lógicas de la igualdad no pueden explicar el proceso de discriminación que sufren
colectivos racialmente diferentes Me gustaría destacar el modelo de integración danés,
donde existe una estructura institucional multinivel que tiene como objetivo favorecer la
integración (Liebig 2007). Sin embargo, a la hora de buscar empleo la realidad se
encrudece. En el momento en el cual un hijo de daneses con la misma formación que un
hijo de inmigrantes busca prácticas de formación profesional tiene menos dificultades
para encontrarlas (ibíd.), siendo la única diferencia el color de la piel. Al igual que pasa
en Francia con los descendientes de origen Argelino o africano que tienen una alta
formación y se encuentra con mayores dificultades para encontrar un puesto de trabajo
cualificado (Domergue y Jourdan 2012), o en Reino Unido donde las mejoras
educativas de los British Pakistanis no se están transformando en unos mejores puestos
de trabajo.

Estos fenómenos, en los cuales se produce desigualdad en el reconocimiento del estatus,


lleva a reforzar la hipótesis de Iris Marion Young en la cual la opresión no se puede
superar exclusivamente desde una perspectiva institucional, sino que "la injustica que
sufren es fruto de reacciones inconscientes, de estereotipos construidos de muy diversa
manera" (Young 2000: 33-45) .

Por lo tanto, la opresión racial se expresa en el inconsciente de manera sistemática en la


población mayoritaria, que representa la cultura dominante (Kristeva 1977). Cuando
esta interacciona con estos colectivos ven al otro como diferente y esa diferencia se
materializa en el cuerpo (Young 200:209). El discurso dominante se define en términos
corporales, y construye esos cuerpos con valores negativos vinculados a la fealdad,
impureza, la suciedad (ibíd.). La diferencia materializada en el cuerpo acaba marcado a
los individuos como estereotipos en vez de sujetos, que en un contexto de interacción
con otros grupos genera jerarquías, consecuencia de la participación de otra cara de la
opresión, el imperialismo cultural. Si surgen estereotipos no es difícil que se construyan
generalizaciones con un fuerte valor normativo, que generan conocimiento anclado en la
cultura y en el imaginario colectivo. "Las fuerzas del racismo y la discriminación se
producen sobre las poblaciones que pertenecieron a las antiguas colonias y las
relaciones de dominación que funcionaron en la época colonial tienden a reproducirse
en la actualidad" (Bouamama 2000). La imagen estereotipada de un trabajador manual,
sumiso, servil se proyecta sobre los descendientes de la inmigración, esperando de
manera inconsciente, que ocupen la misma posición que ocuparon sus padres (Sayad
1991). Esto genera un sentimiento de contradicción, de rebelión y de injustica porque
"el presente de los jóvenes se describe a partir de un pasado que no es el suyo. El pasado
vive de manera constante en el presente y funciona como una marca indeleble que les
diferencia del resto" (Castel 2007).

De esta manera, el inconsciente en la población mayoritaria adquiere un papel central en


relación con los estereotipos y su jerarquía, que afectan sin duda al racismo que se
convierte en sistémico, al generalizarse. Lo mismo ocurre con otros colectivos
discriminados como son los discapacitados, la gente mayor, homosexuales, mujeres
(Young 2000:201-219), ya que debido a una reducción del sujeto al cuerpo se acaba
cayendo en el estereotipo (ibíd.). Sin embargo, en este proceso opresivo el inconsciente
es el elemento central y más allá de entrar en el debate si se puede condenar moralmente
las reacciones espontáneas e inconscientes, me gustaría analizar el porqué surge este
fenómeno respecto a las segundas generaciones. Para ello utilizaré un punto de
encuentro entre la teoría psicoanalítica de Julia Kirsteva, la teoría de la subjetividad de
Anthony Giddens y el estudio sobre el racismo de Joel Kovel.

Las sociedades liberales se han comprometido con la igualdad formal y se censura


públicamente la discriminación a cualquier ser humano sea cual sea su condición. El
racismo irrumpe de manera inconsciente en el nivel de la consciencia práctica que se
manifiesta a través de acciones rutinarias, habituales en las que no ponemos atención,
simplemente nos dejamos llevar (Giddens 1984). Según Kovel (1970) el autor la
opresión contemporánea se produce bajo la forma de opresión mostrada como rechazo
incluso por quienes a priori les tratan como iguales. Coincidiendo el racismo de
aversión con el concepto de abyeción de Kristeva (Young 2000:240).

Lo abyecto "es el sentimiento de aversión y repugnancia que el sujeto tiene al


enfrentarse con ciertas cuestiones, imágenes y fantasías, lo horrible, respecto de lo cual
solo puede responder con aversión, con náusea y rechazo. Lo abyecto es al mismo
tiempo fascinante y repulsivo en una esfera irracional" (Kristeva 1982). Lo abyecto
marca el límite entre el yo y la otra persona, creando una frontera que permite
distinguirse y diferenciar del otro. Solo se puede conseguir rechazando o expulsando a
la otra persona que pone en peligro nuestra identidad, o lo que guardaríamos en nuestro
sistema básico de seguridad que alude a nuestra identidad, seguridad y autonomía
(Kirsteva 1982; Giddens 1984). Sería este fenómeno de la abyección, lo que opera en el
caso de la población estándar con el otro, el diferente, tanto con el inmigrante como con
sus descendientes. En el inconsciente de la población se esconde una jerarquización del
diferente basada en los cuerpos, esta visión se acaba estandarizando viendo al negro y al
pakistaní como inferiores y mostrando un grado de racismo oculto en la inconsciencia
práctica (Giddens 1984), ejerciendo el racismo de aversión (Kover 1970) que finalmente
se convierte en sistémico materializándose en metarracismo (ibíd.). Es decir, cuando
alguien que en el inconsciente se imagina como inferior demuestra su igualdad o su
valía, rompe la frontera del estatus de la jerarquía. Entonces se produce un fenómeno de
abyección, con el consiguiente rechazo o expulsión por miedo, un temor irracional a que
el considerado inferior sea igual que nosotros, afectando a nuestro sistema básico de
seguridad y creando una frontera protectora e invisible que es irracional pero está
presente. Esto explicaría los casos de mayor dificultad para encontrar empleos que no
están relacionados con el servicio, con el trabajo físico y el cuidado como el caso de los
negros que se muestra tanto en Francia y Reino Unido. El concepto de abyección en
relación al concepto de frontera supone " la defensa del yo separado, la vía para
mantener fija la frontera, es la aversión del otro, la repulsión por temor a la
desintegración" (Young 2000:242), la reacción con repugnancia ante el otro, el
expulsado, como protección estableciendo un límite en el que cada cual ocupe su lugar".

Los modelos de integración no han conseguido superar el existencia del racismo en sus
sociedades. Ambos han establecido estrategias de ocultación, si bien el modelo
multicultural ha intentado resolver el problema creando políticas públicas y leyes
hablando abiertamente de racismo. En realidad, el multiculturalismo ha ocultado el
racismo en el etnicismo. Cuando se habla de conflictos étnicos a menudo son elementos
estructurales los que se encuentran detrás de la diferencia cultural como el racismo,
justicia social o cuestiones de género (Martínez 2011). El debate teórico se ha
construido sobre la cultura, haciendo referencia especialmente a la religión, como si esta
fuera homogénea en los miembros de un grupo, olvidándose del nivel anterior a la
comunidad, el individual y en los factores estructurales diferentes a la cultura como la
estructura económica y el sistema de género.
Por otro lado, el modelo de asimilación oculta en una teórica igualdad formal entre
todos los miembros de la comunidad una situación de desigualdad real. En Francia se ha
ocultado el racismo bajo el velo del universalismo (Bouamama 2000). La retórica
republicana de igualdad de trato genera un proceso de homogenización del diferente que
hace que se genere racismo indirecto en el propio proceso de integración (ibíd.).

He introducido el racismo sistémico en el concepto de explotación no porque no


aparezca en las otras caras, sino por ser la primera en el análisis. Es necesario señalar la
transversalidad de una realidad interseccional de cada una de las caras de la opresión.

La segunda cara: Marginación

La opresión puede manifestarse a través de caras diferentes. En el caso de la


marginación el argumento sobre la opresión de las segundas generaciones pasaría a
centrarse, no en el lugar que ocupan en el mercado del trabajo, sino directamente en la
imposibilidad de participar en la sociedad, como sucede en el desempleo, que sería un
elemento clave en el concepto de marginación. No obstante, la marginación es la peor
forma de opresión porque implica la ausencia de recursos materiales necesarios para que
cualquier individuo pueda vivir.

El elemento clave en la marginación es la expulsión del colectivo impidiendo la


participación normal en la sociedad y por consiguiente afectando al autodesarrollo
individual. Por ello, estudiaré el desempleo de los modelos de integración y analizaré
cual es la situación de los descendientes de los inmigrantes para observar si este
colectivo sufre marginación.

Análisis de los resultados

Según datos empíricos tanto en el sistema de asimilación como en el multicultural


aparecen las mismas tendencias. Los hijos de los inmigrantes tienen mayores
dificultades a la hora de tener un puesto de trabajo (Domergue, Jourdan 2012; Eseverri
2015; Departament for work of UK 2014). Tal como se puede observar de manera
resumida en los siguientes gráficos:

5. Caso de Reino Unido.

II. Caso Francés.


Aunque no en todos operan las mismas dificultades, son los colectivos africanos, del
magreb, turco, pakistaníes etc., los que tienen mayores dificultades. Sin embargo,
estaría reduciendo la realidad binomialmente si simplemente analizara quién tiene un
empleo porque igual de importante es responder: ¿qué calidad tiene el empleo?.
Asistimos a una nueva categoría de trabajadores precarios o los denominados "working
poor un grupo social que vive en los márgenes del empleo, oscilando entre la
precariedad y la exclusión" (Mauduit 2005). Esta condición del mercado de trabajo
perjudica a los jóvenes en general (Eseverri 2015:32), y particularmente a los más
vulnerables, como es el caso de las segundas generaciones de inmigrantes.

"Las personas no solo pierden sus empleos, sus proyectos, sus puntos de referencia, la
confianza de llevar el control de sus vidas, sino que además se encuentran despojadas de
su dignidad, de su autoestima, de la sensación de ser útiles y de gozar de un sitio en la
sociedad" (Eseverri 2015: 32-35; Martucelli 2002). Por lo tanto, esta condición de
precariedad va más allá de una posición laboral, implica estar y sentirse en "tierra de
nadie". Esta situación la explica Saskia Sassen a través del concepto de expulsión, y de
cómo las lógicas actuales del capitalismo global están generando dinámicas de
incorporación y de expulsión (Sassen 2015). Como por ejemplo la salida de los jóvenes
no contribuyentes del Sistema nacional de salud, la expulsión de los dependientes del
sistema de ayudas sociales, la salida de jóvenes de los países del sur de Europa al norte
en busca de empleo, la expulsión de millones de pequeños agricultores de sus tierras en
África adquiridas por inversores extranjeros (Sassen 2015).
He aquí el cambio de paradigma que ha supuesto una pérdida paulatina de poder y la
soberanía del estado nacional (Bown 2015), así como del proceso de desmantelamiento
del Estado del bienestar (Castells 1999: 68; Wacquant 2001; Dubet y Martuccelli 1996;
Sassen 2005: 84). Es decir, las actuales dinámicas están sacando fuera del sistema todo
aquello que no le permite un crecimiento constante a corto plazo. Según Sassen "estas
lógicas son construidas y al mismo tiempo están interconectadas". Si esto fuera así, "los
grupos convertidos en minorías en los países ricos estarían almacenados en cárceles o
desempleados y precarios en guetos y barrios miserables" (ibíd.). Veamos pues cómo es
la distribución residencial en las grandes ciudades de Paris y Londres; y si se puede
considerar que hay una especie de ADN común en los modelos de integración que
reproduce las lógicas de la expulsión.

Segregación residencial como elemento de expulsión

Según ciertas posturas académicas, sería la distribución de los grupos sociales en el


espacio urbano un factor suficientemente relevante como para hacer posible que se
perpetúe la situación de desigualdad (Molotch 2005). De esta manera resulta prioritario
fijarse en el espacio físico urbano, ya que nos permite observar las dinámicas y
transformaciones sociales de expulsión, estratificación y dominación (Eseverri 2015;
Sassen 2015). Por lo tanto, "la segregación urbana se refiere a la separación residencial
de diferentes grupos de población en el espacio urbano y se materializa cuando ciertas
áreas urbanas muestran sobrerrepresentación de los miembros de un mismo grupo
social" (Aroja & Checa 2003). Para ello, voy a proceder a investigar cómo es la
distribución poblacional en los modelos de integración en las grandes ciudades y si los
inmigrantes y sus hijos se ven afectados por la segregación residencial:

El caso de Reino Unido. Londres.

Para poder analizar la distribución residencial voy a seleccionar un grupo étnico para
observar si existe sobrerrepresentación en determinadas partes de la ciudad, o por el
contrario la distribución es más o menos equitativa en los diferentes espacios. Para ello,
me voy a centrar en una de las poblaciones con peor situación socioeconómica y de
precariedad laboral según los datos expuestos durante la investigación. La población
afrocaribeña en la ciudad de Londres.

6.

Los Caribeños supusieron en 2000 un 5,6% de la población de Londres. Caribeños


negros constituyen más del 10 % de la población de los distritos londinenses de
Lewisham, Lambeth, Brent y Hackney (Oficina Nacional de Estadística, 2001). Como
se puede observar en el mapa la población afrocaribeña se encuentra concentrada lo que
demuestra la segregación residencial. Sin embargo, el caso de los afrocaribeños no es un
caso aislado numerosos estudios evidencia empíricamente como "los inmigrantes
marcados por su diferencia étnica o racial experimentan este tipo de distribución
discriminatoria como es el caso de enclaves de grupos asiáticos" (Martínez 2011) o
paquistaníes además, con graves limitaciones en el acceso a recursos públicos (Keih y
Cross 1993).

El caso francés, Ile de France y la Ciudad de París.


Si analizamos la distribución de la población inmigrante en Paris observamos cómo hay
una concentración en determinados barrios de la ciudad. Situación que se ha ido
incrementando y complicando en la banlieu generándose los ZUS "Zonas urbanas
sensibles" con mayores índices de pobreza, paro y exclusión social (Couppie, Giret y
Mollet 2010).

Tanto Londres como Paris como sus periferias son claros ejemplos de segregación
residencial. Los inmigrantes y sus descendientes son expulsados hacia el exterior, fuera
de los centros de poder de la ciudad global reproduciendo las mismas lógicas sistémicas
en cada uno de los modelos de integración (Sassen 2015). Si bien los argumentos se
muestran diferentes, los resultados son parecidos.

El modelo multicultural favorece teóricamente los razonamientos comunitaristas donde


miembros de una determinada comunidad étnica preferirán vivir juntos al compartir
construcción cultural, religiosa. En definitiva, una misma narración común de un
nosotros que dota a sus miembros de autenticidad en relación con los otros (Taylor
1993). El multiculturalismo, ha hecho un ejercicio de reconocimiento de las diferencias
pero al mismo tiempo, ha agrupado a los diferentes, concentrándolos y posteriormente
estigmatizando los espacios donde viven. Normalizando una situación de exclusión,
como ocurre en el caso de los inmigrantes y de sus descendientes donde operan los
patrones de expulsión expresados en forma de una necesidad de preservación de la
homogeneidad cultural y un respeto por la diferencia que acaba generando "una
convivencia urbana en perfecto aislamiento mutuo entre comunidades sin unos puntos
en común, dando lugar a la existencia de "sociedades paralelas" que facilitan la
polarización comunitaria y con una completa ausencia de mecanismos de comunicación
y vertebración entre ellas" (Vallespín 2005; Del Águila 2005; Sassen 2015).

En el modelo de asimilación, la argumentación y las prácticas políticas son distintas. Si


bien, los resultados como se puede ver en el caso francés son parecidos. El argumento a
favor de la igualdad ciudadana se proyecta en una serie de políticas públicas que
basadas en una política social de ayuda al alojamiento concentran a la inmigración en
determinados barrios y puntos de la ciudad. Como se puede observar a continuación una
política social basada en la renta puede generar situaciones de guetificación.
7.

Hay una coincidencia entre la presencia de los inmigrantes y sus descendientes con las
ayudas al alojamiento. Por lo que es un proceso, donde "los miembros de determinadas
minorías étnicas no se instalan conscientemente en los espacios más desfavorecidos por
propia voluntad, únicamente para estar cerca de los suyos o porque no tengan nivel
adquisitivo para vivir en otra zona" (Massey & Denton 2003). "La segregación
residencial es también el resultado de una serie de prácticas y medidas institucionales
generando una discriminación social y racial" (ibíd.). Por lo tanto, esta segregación
residencial fruto construcción político institucional que utiliza las diferencias de clase y
raza generando unas dinámicas del expulsión del diferente. En este caso el inmigrante y
sus descendientes. Esta situación que a priori podría resultar contradictoria donde las
políticas de igualdad pudieran generar una mayor desigualdad coincide con la visión
establecida por Young en la cual las ayudas del estado del bienestar pueden provocar
una situación de dependencia en las que sigan reproduciendo la marginación en vez de
combatirla (Young 2000), y en este caso además favorecerían a la guetificación. Ambos
modelos se encuentran inmersos en un sistema de capitalismo financiero y por tanto
emergen implícitas las mismas lógicas de expulsión.
La tercera cara de la opresión: Carencia de Poder

Resulta sorprendente que modelos teóricos a priori tan distintos sean tan semejantes,
cuando investigamos quienes son los que ostentan el poder y quienes carecen de él.
Encontramos que ambos modelos existen instituciones para la formación de las élites
del país. Tanto el caso francés con el sistema de Grandes ecoles, como el modelo
británico con una estructura universitaria de exclusivas Schools independent, y
especialmente las prestigiosas universidades de Oxford y Cambridge, que configuran un
sistema donde determinados sectores sociales homogéneos acceden a estas instituciones
que les preparan para ocupar los puestos de poder y responsabilidad en sus respectivas
sociedades.

8.
III.

En ambos modelos constan factores que podemos considerar idénticos "como la


existencia de complejos mecanismos de selección a través de la institución escolar de
manera suave y disimulada, que contribuye a reproducir la distribución de capital
cultural, y con ello, la reproducción de la estructura del espacio social" (Bordieu 1970:
108). El sistema utiliza mecanismos de selección como la metodología de aceptación,
las pruebas de nivel que funciona para descartar determinados perfiles de estudiante
(Eseverri 2015:38). El sistema de aceptación en las instituciones de élite y de formación
durante las etapas educativas anteriores que permite la preparación para el acceso no es
neutro, está construido y es una construcción de las clases dominantes para asegurar la
herencia de sus hijos como miembros de la misma clase (Bordieu 1970: 335; Eseverri
2015: 39). Este dominio se adquiere en los casos donde las familias pueden movilizar
los recursos necesarios tanto económicos como culturales y motivacionales para
conseguir asegurar la preparación necesaria y garantizando la continuidad de la
socialización escolar (Dubet y Martuccelli 1996). Como hemos podido observar en la
descripción de los datos la influencia de la clase social es un elemento fundamental en
el acceso a estas instituciones de élite. Si relacionamos que la mayor parte de las
segundas generaciones en ambos sistemas se encuentran en peores condiciones
económicas y sociales, con empleo de los padres peor remunerados y con una falta de
capital social que influye de manera determinante a que las segundas generaciones vean
limitadas la posibilidades de acceder a las instituciones de reclutamiento y formación de
élites y por consiguiente se vean carentes de poder.

La cuarta cara de la opresión: la violencia

Cuando un grupo social sufre con frecuencia ataques físicos, humillación,


discriminación, degradación o estigma por su condición de diferente en una sociedad
por el simple hecho de pertenecer a un grupo, estamos manifestando la forma más
terrible de opresión, la violencia. (Young 2000: 106-110).

Este tipo de agresión no se produce de manera individual, por el contrario se ocasiona


de manera sistémica en tanto que práctica social a los grupos marcados racial,
sexualmente etc.

Por el simple hecho de escapar de los parámetros de la normalidad o concebirse como


inferior desde la perspectiva del imperialismo cultural como consecuencia de la
jerarquía en general. Esta comprensión de la violencia puede ser ejercida por parte de
las instituciones o simplemente en la sociedad, pero hay un elemento que prevalece sine
qua non puede ser entendida, la irracionalidad que la genera surgida de procesos
inconscientes motivados por el miedo, el terror y el odio hacia esos grupos (ibíd.). La
violencia al ejercerse sobre los miembros de un grupo por el hecho de serlo, se
encuentra ligada a la interpretación que hace una persona de quién es y de sus
características como ser humano, es decir a la identidad (Taylor 1993).

Para analizar la situación de las segundas generaciones en las sociedades voy a analizar
el sentimiento de discriminación.

El caso Francés.

Si analizamos algunas de los informes elaborados por el INSEE francés, encontramos


los siguientes resultados:
9.

Respecto al sentimiento de discriminación comparada entre migrantes y descendientes


por origen étnico encontramos elementos relevantes como: Los colectivos que afirman
haber sufrido más discriminación según el origen son: Africa subsahariana, DOM y el
Magreb. Grupos que a lo largo de toda esta investigación han sido los colectivos más
oprimidos en términos de explotación, marginalidad, carencia de poder y ahora también
de violencia. Pero sin duda, el elemento más destacable aparece cuando los
descendientes de inmigrantes dicen sufrir mayor discriminación que los propios
migrantes, como ocurre en el caso del Magreb o los asiáticos. Me parece muy
remarcable este dato, ya que indicaría el fracaso del modelo de asimilación cuando los
propios descendientes dicen sufrir más discriminaciones que sus padres, además me
gustaría recordar algo fundamental, esto sucede siendo ciudadanos franceses, nacidos y
educados en Francia. El Caso Británico. Las encuestas de percepción de la inmigración
confirman la misma tendencia que el sentimiento de discriminación en Francia (Karlsen,
James & Nazrro 2001). Los colectivos racialmente diferentes a la población
normalizada dicen sentirse más discriminados. Además el modelo multicultural
británico en vez de reducir el percepción del racismo, ha aumentado desde el año 2000
(Taylor & Muir 2014).

La violencia tiene un elemento que a mi juicio es fundamental, opera sistémicamente


sobre las personas por el hecho de ser, simplemente por pertenecer a un grupo diferente
al del agresor. Si por tanto, el ser y la pertenencia se acaban convirtiendo en los
conceptos clave, estamos poniendo el foco de la cuestión sobre la identidad. Hegel y
Taylor destacan la concepción de la construcción social de la identidad y la idea de
dominio, en este sentido es interesante el concepto de violencia simbólica de Pierre
Bourdieu como mecanismo de dominación. Pierre Bourdieu afirma que ese dominio se
ejerce a través de mecanismos y campos a menudo invisibles que legitiman la posición
de poder del dominante reproduciendo los roles sociales de estatus, género (Bourdieu
1992: 146-147), es decir, la violencia simbólica que se proyecta sobre la identidad
dominante utilizando mecanismos de poder invisibles que permite mantener dominadas
a otras identidades, como por ejemplo a través de la discriminación donde el sujeto que
discrimina construye al discriminado, como reflejó excelentemente Sartre en Retrait
d`un antisemite: "El judío es un hombre, a quién los otros hombres ven como judío. Es
el antisemita el que hace al judío" (Sartre 1968).

La relación entre el individuo con la forma de vida de la cultura social dominante, que
permanece cristalizada en una convivencia del yo personal con la sociedad occidental,
se puede conceptualizar en tres modelos de asimilación según la teoría de la
asimilación segmentada de Portes y Rumbaut de los hijos de los inmigrantes en función
del capital humano y social (Portes & Rumbaut 1998). Destacar el modelo de
aculturación selectiva concepto que se conoce en Francia como bricolage identitaire
pone el acento en el equilibrio, los "jóvenes aprenden a ver el mundo a través de dos
lentes". Las segundas generaciones toman aspectos positivos de la cultura de origen, a la
vez que conoce la cultura mayoritaria y cuenta con la libertad de escoger distintos
caminos en la vida sin ser cuartado ni por la cultura dominante ni por la tradición (Ibid).
Por consiguiente, se puede relacionar estos modelos de asimilación con los distintos
tipos de identidad, es decir, dependiendo de si entendemos la identidad de manera única
o homogénea, tendremos mayores dificultades para aceptar el hecho diferencial tanto
por parte del individuo minoritario como por la sociedad minoritaria que se ve obligado
a elegir sin retorno lo que puede suponer fuertes desajustes en el yo más intimo y
autentico. Mientras que si alcanzamos una concepción de la identidad pluralista propia
del modelo de aculturación selectiva, los individuos podrán actuar libremente sin
ningún tipo de rigorismo moral. Favoreciendo la libertad para definirse de maneras
múltiples y diversas arrebatando el ser a la cultura y la religión por la libertad de
decisión (Sen 2007). Si continuamos con el análisis pasando del yo en sociedad a la
relación entre los grupos en sociedad desembocamos en la siguiente cara de la opresión
el imperialismo cultural.

Quinta cara de la opresión: Violencia cultural.

La quinta y última cara de la opresión presente en todas las demás ya que implica la
jerarquía tanto de valores, culturas, cuerpos... es el imperialismo cultural. La jerarquía
de valores se acaba materializando en la normalización de la cultura dominante que se
termina presentando como neutra y la minusvaloración de lo diferente que se considera
inferior. En ambos sistemas se produce esta realidad. En el modelo francés la cultura
republicana se nos presenta como neutra y laica, pero en realidad actúa como una
religión de estado que este toma como propia, confundiendo la ausencia de creencias
particulares en la esfera pública con el laicismo como religión y molde de creencias al
que se tienen que someter los individuos si quieren formar parte de la comunidad
política. Por otro lado, el modelo británico responde también a un pasado colonial
donde impera la jerarquía de cuerpos, valores y normas. Sin embargo, en este caso
transforma la experiencia del diferente en desviada, tolerada, pero que excluye a
aquellos que no encajan en las normas.
Conclusión

A lo largo de la investigación he pretendido detallar la situación de las segundas


generaciones de inmigrantes en relación al concepto de opresión aplicando la estructura
teórica de Iris Marion Young sobre los sistemas de integración.

En primer lugar, destacar la relevancia política de las segundas generaciones de


inmigrantes en Europa. Al contrario que el inmigrante que se sitúa en la frontera de la
comunidad política, las segundas generaciones son sujeto de una profunda paradoja: ser
ciudadanos de un demos pero al mismo tiempo marcados y denominados como
diferentes. Eternos extranjeros en su propia tierra, reflejo de esta paradoja es la
inexistencia de un concepto que signifique a las segundas generaciones sin subrayar su
condición de inmigrante o el origen de sus padres.

Los países han desarrollado estrategias para canalizar la inmigración generando


sistemas con lógicas y principios teóricos diferentes: el modelo de asimilación,
evidenciado empíricamente en este estudio por el caso francés; y el modelo
multicultural, representado en su versión más pragmática y liberal por el caso británico.
Ambos países han supuesto la evidencia empírica sobre la que se apoya el análisis
teórico de esta investigación sobre el concepto de opresión entendida tal y como lo hace
Iris Marion Young a partir de una postura estructuralista y postinstitucional que permite
crear una compleja arquitectura de pensamiento basada en cinco conceptos: explotación,
marginación, carencia de poder, violencia e imperialismo cultural. Estas son las
conocidas como las cinco caras de la opresión sobre las cuales aplico el sujeto de las
segundas generaciones de inmigrantes. Todas las caras de la opresión han sido
empíricamente demostradas y teóricamente analizadas. Si bien la complejidad de cada
una de ellas merecería ser objeto de una investigación particular, el objetivo de este
trabajo es dar una visión general que sirva para articular una futura investigación que
penetre más en profundidad en cada una de las caras de la opresión.

La opresión determina o limita el autodesarrollo de los individuos. Para combatirla se


han generado estrategias políticas que gestionen la inmigración en las sociedades
occidentales. He aquí el mayor aporte de esta investigación, que señala que a pesar de
los argumentos y estrategias políticas distintas en los modelos de integración, la
opresión es similar. Las cinco caras de la opresión se proyectan a través de estructuras
como la raza, la clase o el género que afectan a los hijos de los inmigrantes en los dos
sistemas de integración. Sin embargo, la opresión estructural sobre el sujeto de las
segundas generaciones no es homogénea, depende en buena medida del origen de los
padres. Por ejemplo los hijos de inmigrantes europeos en Francia tienen mejores
condiciones de vida que los originarios de África, el Magreb o Turquía, al igual que
ocurre en Reino Unido con los hijos de europeos, chinos e indios frente a los originarios
de Pakistán, África en general o afroamericanos. Así lo demuestra la posición en el
mercado laboral, en el éxito en los estudios y en los niveles de pobreza. No obstante, se
reproduce una tendencia general, una mejora de los descendientes respecto de sus
padres pero una situación peor que la de un ciudadano que podemos calificar como
estándar.

Sin embargo, las estructuras de raza, clase o género actúan de manera sistémica
afectando a las segundas generaciones de inmigrantes en cada una de las caras de la
opresión, unas veces a través de mecanismos visibles, en otras por el contrario, la
opresión se alza de manera invisible, construyendo barreras intramuros de la comunidad
política. Por lo tanto, el subconsciente se convierte en un actor político importante,
generalmente olvidado desde las perspectivas más racionalistas. En este caso, normaliza
el imaginario colectivo de los grupos dominantes jerarquizando los valores, las culturas
y los cuerpos generando situaciones de discriminación y violencia. Otras veces, los
mecanismos sociales en los se inscriben los sistemas de integración influyen en el
mercado de trabajo reservando un lugar para las segundas generaciones generalmente en
los puestos más duros y estigmatizados que ya desarrollaron sus padres. Sin olvidar, las
actuales dinámicas del capitalismo global que están generando nuevas realidades
sociales transformando por ejemplo la marginación en expulsión con la derivada
carencia de poder, nuevas dinámicas que ordenan y explican los cambios políticos como
se refleja gráficamente en las ciudades pero que se encuentran presentes en todas las
esferas de la sociedad global del siglo XXI, son dinámicas tan poderosas que subyacen a
todo sistema convirtiendo los modelos de integración en sistemas de justificación que
en su interior albergan las cinco caras de la opresión.
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