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LA FELICIDAD ESTÁ EN EL CAMINO

La verdad es que, por diversos factores, contextos y circunstancias, puede ser que el ser humano
no logre la vida que más le ilusiona. Puede ser que no todos lleguen a tener el trabajo que creen
querer…. Y cuando se nos bombardea por todos lados de que la felicidad radica ahí, en lo que
logres, en el tipo de trabajo que tengas, en la cantidad de viajes que hagas, en lo que acumules,
no solamente se distorsionan nuestros sueños sino que también, al no lograrlo, se nos crea una
frustración insoportable que junto con lamentos diarios nos persigue durante el resto de
nuestros días sin poder disfrutar ni valorar lo que tenemos justo como les paso a los pacientes
de la enfermera Ware. Sabes, cuando un parámetro o un concepto de felicidad no aplica para
todas las personas entonces creo que hay un problema. Quisiera que miremos con otro cristal:
la felicidad no radica o no debe de radicar en un destino o en el logro de algo porque los destinos
y los logros van cambiando, se van transformando. Llegas a un destino y ya cambia, logras algo
y ya quieres lograr otra cosa, se transforma. La felicidad debe de estar en el camino, en el
esfuerzo, en el intento, en haber dado lo mejor de ti: dar lo mejor de ti debe de ser razón
suficiente para sentirte satisfecho y ser feliz con lo que has logrado o con lo que tengas
independientemente de los resultados. Si tus circunstancias te permiten ir por lo que más te
ilusiona o por lo que más quieres, HAZLO. Inténtalo las veces que quieras pero no si no antes
hacer lo siguiente:

1. Agradecer y bendecir tu condición y tu vida.


2. Ofrecer a la demás personas, a causas sociales, la adversidad para de esta forma darle
un sentido a lo que te cuesta.
3. Valorar tu esfuerzo, tu intento, para que de esta forma, independientemente de los
resultados, puedas seguir disfrutando de lo que tienes.

El último lamento de los pacientes era que se hubiesen querido haberse permitido ser más
felices. Sabes, quizá hubiera sido muy diferente para ellos si se hubieran liberado de la
frustración por medio de la aceptación. Quizá hubiera sido muy diferente para ellos si hubiesen
caído en cuenta, antes de morir, de que el trabajo, independientemente de sus circunstancias,
ennoblece si se agrade y bendice y, por lo contrario, te jodes y te quejas. Quizá hubiera sido muy
diferente para ellos si hubieran caído en cuenta de que la felicidad no depende de lo que vivas.
La felicidad depende de cómo vivas lo que vivas. No es más feliz el que más logre. No es más
feliz el que más acumule. Es más feliz el que menos necesita. La felicidad es una decisión diaria.
Elijamos ser feliz cada día y no nos olvidemos nunca de AGRADECER, BENDECIR nuestra vida.
VALORAR nuestro esfuerzo y ofrecer nuestra adversidad y quizá, de esta manera, nuestras
respuestas en nuestro lecho de muerte cambiarían de lamentos a agradecimientos.
¿CASUALIDAD O CAUSALIDAD?

Un estudio de Ali Binazir sobre las probabilidades de que tu existas tal y como eres arrojó lo
siguiente: Las probabilidades de que tus papás se encuentren en un mismo lugar son: 1 en
20.000; 1 en 10 de que se hablen; 1 en 100 de que salgan una segunda vez y continúen saliendo
durante más tiempo y finalmente una moneda al aire de que sigan juntos hasta tener hijos. Si
combinamos estas probabilidades nos da 1 en 40.000.000, un número grande, ¿no?. Pero esto
apenas comienza… Tu fuiste una esperma…. Y las probabilidades de que esa esperma y no tro
se haya encontrado con un óvulo son: 1 en 400 cuatrillones, y si sumamos ese número con la
probabilidad de que tus ancestros no interrumpieran su linaje durante toda la existencia
humana, nos da: 1/10 a la 45000 potencia. Imagínate un 10 con 45000 ceros a un lado. Este
número es más largo que todas las partículas que hay en el universo, incluso si consideráramos
que cada una de estas partículas fuera un universo en sí misma y aquí estás… pero espera, el
esperma correcto tuvo que encontrar al óvulo correcto en cada uno de tus ancestros, con cada
generación. La probabilidad de que esto suceda es: 1 en 10 a la 2,640,000 potencia. 1 cuatrillón
multiplicado por otro cuatrillón multiplicado por otro cuatrillón por cada generación tuya…y
aquí estás. Finalmente, si sumamos todo lo que hemos dicho y combinamos todas las
probabilidades nos da que la probabilidad de que tu existas tal y como eres es: 1 en 10 millones
a la 2,685,000 ¿Sabes a qué equivale esto? Esto equivale a que 2 millones de personas se
juntaran en un mismo lugar, arrojaran un dado con 1 trillón de caras y cada una de estos 2
millones de personas obtuviera el mismo número de12 dígitos. Es algo imposible, la probabilidad
es 0. La probabilidad de que tu estés aquí es 0. ¡Eres un milagro! Y es por esto mismo que tu vida
NO ES UNA CASUALIDAD. ¡TU VIDA ES UNA CAUSALIDAD! Tu no estás aquí por una causa, estás
para un efecto, tu no estás aquí por algo, ¡Estás aquí para algo! Crea significado con tu vida, que
tu vida sirva para hacer de este mundo un lugar mejor.
EQUIVOCATE

Uno de los mayores miedos que tenemos es a equivocarnos, a fracasar y esto representa una de
las barreras más grandes a la hora de querer llevar a cabo algo. Y la verdad es que está muy
estigmatizado. Si tuviera la oportunidad de viajar en el tiempo para encontrarme conmigo
mismo cuando tenía 5 años y darme un consejo, me diría: “Farid, equivócate”. Veamos el
potencial que puede llegar a tener el impacto de cometer errores. En nuestras personas,
literalmente un segundo después de cometer un error, ya somos mejores personas de lo que
éramos antes. Porque en gran parte estamos conformados por la suma de cada uno de los
errores que hemos cometido en nuestras vidas. En nuestros trabajos y proyectos, son lo que son
por todas las metidas de pata que hicimos durante todo el proceso. Equivocarse es una prueba
de que estamos intentando. Estamos intentando lograr nuestras metas, nuestros objetivos, salir
de nuestra zona de confort, hacer las cosas diferentes, y eso, en realidad, ES ACERTAR. Porque
eso es lo que es. Cometiendo errores es una forma de acertar. Es estar un paso adelante porque
ya sabes cómo no hacer las cosas y estás un paso adelante para saber CÓMO SI HACERLAS. Es
ganar conocimiento, experiencia, sabiduría. Dice Ralp Nader, muy acertadamente, dice que tu
mejor maestro es tu último error. Cuánta verdad hay en esa frase. Atrévete, aviéntate, haz eso
que sientes dentro de ti que quieres y necesitas hacer y que te nace y si no sale, equivócate, no
importa. Equivócate cuantas veces quieras con una simple restricción: Si vas a cometer errores,
asegúrate de que no sean los mismos. Es la única restricción. COMETE ERRORES NUEVOS. Así
que la siguiente vez que sientas que tienes miedo a hacer algo, tu decides, es tu decisión: ¿Te
quedas con el “hubiera” o ganas experiencia?
INTENTALO UNA VEZ MÁS

Cuando sientas que estás a miles de kilómetros de distancia de lograr tus metas o cumplir tus
sueños y estás a punto de rendirte, inténtalo una vez más. Cuando sientas que algo ya no está
funcionando y estás a punto de dejarlo, inténtalo una vez más. Cuando sientas que ya no puedes,
ya no puedes seguir y no te quedan fuerzas, inténtalo una vez más. Cuando te cueste demasiado
sonreír, inténtalo una vez más. Y cuando sientas que ver lo bueno dentro de lo malo es
imposible, inténtalo una vez más. Recuerda: TU HISTORIA TODAVÍA NO TIENE UN FINAL,
INTENTALO UNA VEZ MÁS.

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