UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DEL ESTADO DE SINALOA

MATERIA:
EJE METODOLÓGICO

DOCENTE:

JORGE ANTONIO MEDINA CASTRO

TEMA:

MUJER Y PROFESIONISTA

GUIOMAR NAMO DE MELLO

ALUMNA:

DALIA SUGEY ZAZUETA ACOSTA

LIC: EDUCACIÒN PREESCOLAR

GRUPO:

202
La feminización del magisterio, dependiente de determinaciones económicas y
sociales, se revela como un hecho natural en función de las exigencias que esa
ocupación presenta y que supuestamente se adecúan más al sexo femenino.
Los estereotipos constituyen uno de los modos en que aparece la práctica
docente que llamo a su cara ``buenita`` el magisterio visto como un trueque
afectivo, identificada con la relación mujer/madre con los niños a los cuales es
preciso dar amor y cariño.
Pero a pesar de que han ocurrido cambios sustanciales en la composición social
del magisterio una cosa se revela común hace ya muchas generaciones: el
predominio masivo de la mujer con las consecuencias que esto acarrea en la
representación simbólica de esa carrera en la sociedad, misma que a menudo
es asumida por las propias profesionistas, la condición femenina se encuentra
en la propia elección de la carrera docente.
Las mujeres profesoras las que menos trabajan dedican un mínimo de treinta
horas semanales a la profesión y son sólo la mitad del grupo; cerca de 44% de
las maestras de primero y segundo grado doblan su jornada diaria de trabajo por
lo tanto son 48 horas semanales en donde hacen arreglos al salón entre otras
actividades.
Se decía que el salario de la mujer profesora no era indispensable al
mantenimiento de la familia ya que un 75% del grupo declaraba que su salario
es el único o bien fundamental para el sustento del hogar. La división sexual del
trabajo tiene por detrás una división social que sirve a intereses económicos, la
cual produce y ayuda a mantener representación profesional que favorece a una
retribución desigual de salario y prestigio para las profesiones masculinas y
femeninas.
Cuando llega el momento de construir una familia propia el magisterio se plantea
como una alternativa de empleo o de un nuevo empleo en otras palabras es
como una alternativa más indicada cuando además de su profesión la mujer es
convocada a desempeñar los papeles de esposa y madre.
Todos sabemos que el bajo salario y la constante amenaza de pérdidas de
ganancias conquistadas nos obliga a doblar las jornadas o aumentar el número
de grupos atendidos. Pero por más que la vocación aparezca como la motivación
fundamental, es preciso sobrevivir no sólo manteniendo un modo de vida actual
sino buscando mejorarlo.
Las maestras no consiguen ir más allá de ese nivel de insatisfacción ya que
afirman que el salario es insuficiente.