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MOMENTOS DE LUCES.
MATEI CALINECU: 1934/2009. Crítico literario, sus publicaciones giran en torno al pensamiento
crítico y la literatura comparada. Entre sus obras más importantes, destaca: CINCO CARAS DE
LA MODERNIDAD, obra que se presenta a continuación a modo de reseña.
En esta edición el autor de Caras de la Modernidad, incluye una nueva cara que ha titulado:
postmodernismo, fruto de una mirada retrospectiva que ha hecho de la obra completa. En la
introducción del texto nos presenta la contraposición que se genera a partir de la modernidad,
entre “la estética de la permanencia y la estética de la transitoriedad” donde la primera
caracteriza un pasado tradicionalista estático, de frente a la segunda que caracteriza la
modernidad, siendo precisamente el carácter transitorio el punto de partida del “cambio y la
novedad”
Este manejo del autor, sumado al minucioso estudio que hace partiendo del origen
etimológico de la palabra modernidad, dota el texto que estamos analizando, de un
inmensurable valor, puesto que coloca al lector en el punto de inicio donde se erigen los
cimientos de la modernidad.
Vale resaltar la precisión con la que el autor describe las polémicas suscitadas a partir de
1710 con la formación de dos bandos de discípulos, unos con pensamiento humanístico “De
poesía antigua” y los moderni, cuyo pensamiento representaba “una nueva poética”, otro dato
que contextualiza al lector y facilita hacer una mirada retrospectiva y progresiva del fenómeno
que estamos analizando.
Así mismo señala el autor como importante, el hecho, de que a estas polémicas que en sus
inicios fueron una cuestión de estilo, se sumaron en lo adelante asuntos de carácter filosófico.
Sin duda esto le daría a la modernidad un toque de complejidad decisivo y trascendental en la
historia.
En lo que se refiere a la representación metafórica de los gigantes y los enanos, empleada por
el autor, hace que la lectura se torne un tanto compleja en este capítulo, puesto que el autor
en sus inicios recurre a este recurso, sin ofrecer mayores detalles. Sin embargo, no hay que
señalarlo como una desventaja, sino como una oportunidad, para establece relaciones
anafóricas, catafóricas y endofóricas, que en lo adelante facilitaran la comprensión de los
pares de conceptos contrastados.
En ese orden, destaca como oportuno las citas de Michel Montaigne, en las que el autor se
auxilia para presentar de forma explícita el asunto de los enanos y los gigantes, para designar
el hombre moderno y el hombre antiguo.
En este viaje riguroso que hace Calinescu, por la primera de las cinco caras de la modernidad
que él nos presenta, nos encontramos frente a cuestiones elementales, para la comprensión
del fenómeno de la modernidad, como es el caso del punto que ha titulado el autor, DE LO
MODERNO A LO GÓTICO, A LO ROMÁNTICO, A LO MODERNO, donde se continua analizando la
contraposición de pares de términos como clásico /moderno, genio de la antigüedad/ genio
moderno, así como el caso de clásico / gótico, pareja de términos que según nuestro autor, fue
utilizada por Hurd, para referirse a dos mundos independientes entre sí, donde cada uno tiene
sus propios méritos, y por tanto “ninguno puede considerarse superior al otro”
Sin embargo, llama más la atención, la parte que el autor a titulado LAS DOS MODERNIDAES.
Pues aquí el autor hace una distinción, entre una modernidad que había estado circunscripta a
una concepción de modernidad estética y una modernidad que estuvo marcada por cambios
drásticos en la ciencia, la economía y la sociedad. Esta ruptura entre una modernidad
“cultural” y una modernidad “burguesa” tiene lugar en el siglo XIX.
En este primer capítulo, el autor toca otros temas como son: MODERNIDAD. MUERTE DE DIOS
Y UTOPIA, sin embargo se hará un mayor énfasis, en el tema que ha titulado: MODERNISMO
LITERARIO.
Para el desarrollo de este tópico: modernismo literario, el autor parte de los inicios del término
modernismo, empleado por los conservadores antimoderno, para referirse de forma
despectiva a los modernos. Explica el autor que en las últimas décadas del siglo XIX, se hicieron
algunos intentos por reivindicar el concepto de modernismo. Sin embargo no fue hasta 1890,
cuando el termino modernismo fue concebido de un modo diferente, gracias a la
reorientación del concepto que hiciera el poeta Nicaragüense Rubén Darío
Calinescu , muestra el curso evolutivo del modernismo, donde no todo fue positivo .Desde el
punto de vista semántico, el concepto modernismo, tuvo también sus críticas, pues aunque se
seguía utilizando por escritores con más aceptación, otros en cambio tildaban el concepto de
ambiguo, que designaba el asombro ante todo lo desconocido. Uno de los autores que apoyó
esta tesis, fue Manuel Machado.
Un dato curioso que nos aporta Calinescu, es que es precisamente este autor, quien ante la
dificultad para establecer una definición del modernismo, lo llevó a notar que éste más que
asociarse a una escuela o movimiento, tenía sus características propias.
En la parte del texto que el autor ha titulado COMPARACION ENTRE MODERNOS Y
CONTEMPORANEOS, vale resaltar que esta comparación abre una ventana para comprender
la diferencia que existe entre un término y otro, puesto que dos cosas exactamente iguales
carecerían de la necesidad de ser comparadas, aunque ello no implique que no tengan
similitudes.
Continuando con el análisis del contenido de la obra, nos situamos ahora en otra de las caras
de la modernidad, que el autor a titulado: VANGUARDIA. En sus inicios, la vanguardia fue “una
réplica de la modernidad” sin embargo, en tanto se avanza en la lectura la obra, el autor
muestra de forma detallada los préstamos que la vanguardia hizo al modernismo, así como los
aspectos en que guardan diferencia, mostrando claramente sus rasgos distintivos.
Para seguir el progreso de la vanguardia de forma sistemática, ahora el autor nos presenta una
parte del texto, que ha titulado: LA VANGUARDIA ROMANTICA: DE LA POLITICA A LA POLITTICA
DE LA CULTURA.
Para el abordaje de este tema, parte de las ideas de Paquier, citadas en la obra que estamos
reseñando. Paquier consideraba que la vanguardia era un asunto de mezcla de estilo y de
retórica, “que juntos expresaban el cambio y evolución de la literatura”.
También se hacen notar en este apartado, los aportes de Saint Simon, en el avance y
posicionamiento de la vanguardia. Pues nuestro autor rescata una cita en la que éste le
atribuye a los artistas un rol único en relación con la vanguardia, aunque Calinescu, en lo
adelante de la obra tilda de limitada la visión de Saint Simon y los argumentos que presenta
son bastantes razonables, ya que, para el citado escritor la vanguardia era un asunto de estilo y
retórica aunque hablaba a su favor.
En la cita recuperada por Calinescu, la propuesta de Saint Simon es contundente: los artistas
deben ir delante, seguidos por los científicos y luego los industriales. Evidentemente el papel
que se le atribuye al artista es privilegiado.
Aquí Calinescu, toma una postura firme ante la propuesta de Saint Simon y hace una
observación importantísima, que quizás el lector no haría por sí solo. Pues el lugar de líder que
le da Saint Simon a los artistas, crea una ilusión o especie de nebulosa que da una sensación
grandeza y de reconocimiento de las capacidades del artista y bien pudiera el lector
conformarse con ello...
Así pues Calinescu nos presenta aquí las primeras ideas de decadencia asociadas al “fatalismo,
el declive del tiempo y la venida del anticristi” también rescata las ideas de Platon, de donde
inicia el punto de partida en la idea de la decadencia. La idea de decadencia converge en el
mismo escenario con el concepto de progreso, considerándose su opuesto. Aquí el autor
ofrece su punto de vista señalando que no es su opuesto, y presenta al respecto sus razones.
En este apartado, encontraremos citas importantes y oportunas, para apoyar los argumentos
del autor. Entre ellos Nietzsche, por la idea del eterno retorno, así como Karl Marx, entre otros
quizás menos destacados, pero con aportes igualmente significativos.
Calinescu como siempre después de presentarnos a través de citas muy oportunas, el parecer
de diferentes autores, nos presenta el suyo propio. En este sentido, resalta un dato muy
interesante, y es que ante todas las críticas negativas, olvidaban del poder oculto del Kitsch, “el
poder de gustar”
En la página 230 del texto encontramos una serie de preguntas de carácter reflexivo muy
profundo, a través de las cuales el autor hace notar la complejidad, alcance y limitación del
Kitsch.
Por último, se expondrán las cuestiones más elementales expuestas en la última de las cinco
caras de la modernidad: POSTMODERNISMO.
En lo que se refiere a este capítulo, el mismo autor, define como tarea compleja la definición
del postmodernismo. De modo, que las polémicas están presentes en cada una de las caras de
la modernidad, generando así que diversos autores fijen sus miradas críticas en este
fenómeno. Una vez más nuestro autor hace un análisis profundo del término, y sus
implicaciones en los diferentes ámbitos, así como su rechazo o ignorancia y para ello se auxilia
en citas de diferentes autores que esclarecen y sustentan sus argumentos.
Vale resaltar la labor del autor, en su esfuerzo por rescatar todos los elementos posibles, que
faciliten la construcción de una “fisonomía del modernismo” logrando muy bien su objetivo en
tanto que avanza en la exposición y justificación de sus ideas.
Primero, resalta el valor de las citas, que aunque bien pudiéramos decir que hay un uso
excesivo de ellas, hay que decir también, que las mismas, son oportunas y siempre guardan
estrecha relación con el tema. En ese sentido, hay que valorarlo como positivo, en tanto que
son aportes valiosos y al mismo tiempo le dan un carácter de diversidad al texto, ya que se
pueden contrastas las opiniones de diversos autores.
Respecto al abordaje de las cuestiones por parte del autor, hay que valorar como positivo
también, las amplias explicaciones que ofrece de cada concepto antes de entrar en
profundidades, ofreciéndole al lector la oportunidad de situarse en el contexto en el que
emergen estos fenómenos y seguir un curso evolutivo de manera sistemática.
Se percibe en ocasiones que la obra es un poco compleja y diera la impresión de que el estilo
del autor es un tanto arisco, sin embargo hay que reconocer que así es en ocasiones, el leguaje
de la ciencia. Además la obra es una traducción y puede que no haya conservado todos los
matices originales del escritor.